Vulnerabilidad a la contaminaci�n de aguas subterr�neas en sistemas de abastecimiento comunitario de Encarnaci�n - Paraguay

 

Mar�a Rosa Serv�n Nasich

[email protected]

Escuela de Postgrado. Universidad Nacional de Itap�a

Encarnaci�n � Paraguay

 

Amado Insfr�n Ort�z

[email protected]

Grupo de Ecolog�a y Restauraci�n Forestal. Universidad de Alcal�

Alcal� de Henares � Espa�a

 

RESUMEN

Este estudio fue desarrollado en el distrito de Encarnaci�n (Paraguay), y plante� dos objetivos: primero, distinguir los pozos de captaci�n de aguas subterr�neas para distribuci�n en redes de tuber�a ubicados en las zonas de mayor vulnerabilidad a la contaminaci�n, seg�n el m�todo DRASTIC; y, segundo, estimar el volumen de agua distribuida en estas redes que podr�a verse comprometido por la vulnerabilidad propia del acu�fero, de acuerdo a un c�lculo de extracciones. As�, se hall� que gran parte de la poblaci�n urbana se encuentra asentada en las �reas m�s vulnerables a la contaminaci�n. Adem�s, se estim� el volumen de aguas subterr�neas que son distribuidas en redes de tuber�a, contabilizando un total de 0,004 km3/a�o. Dada la alta dependencia de las aguas subterr�neas de la poblaci�n local, estos resultados pueden considerarse una se�al de alerta ante el peligro potencial a la contaminaci�n por las actividades econ�micas que se desarrollan en el distrito y las potenciales consecuencias sobre la salud p�blica. Los resultados obtenidos en este estudio pueden considerarse el primer paso hacia una gesti�n sostenible del recurso subterr�neo. As�, el siguiente paso ser�a hacer un inventario de fuentes contaminantes y evaluar per�metros de protecci�n de pozos, de acuerdo a las normativas vigentes.

 

Palabras clave: sistema acu�fero guaran�; pozos de captaci�n; volumen de extracci�n; peligro de contaminaci�n

 


 

Vulnerability to groundwater pollution in community supply systems

of Encarnaci�n - Paraguay

 

ABSTRACT

This study was carried out in the district of Encarnaci�n (Paraguay), and set two objectives: first, to distinguish the wells for groundwater distribution in pipe networks located in the areas of greatest vulnerability to contamination, according to the DRASTIC method; and, second, to estimate the volume of water distributed in these networks that could be compromised by the vulnerability of the aquifer, according to a calculation of withdrawals. Thus, it was found that a large part of the urban population is settled in the areas most vulnerable to contamination. In addition, the volume of groundwater that is distributed in pipe networks was estimated, accounting for a total of 0,004 km3/year. Given the high dependence of the local population on groundwater, these results can be considered a warning sign against the potential danger of contamination due to the economic activities carried out in the district and the potential consequences on public health. The results obtained in this study can be considered the first step towards a sustainable management of the underground resource. Thus, the next step would be to make an inventory of polluting sources and evaluate well protection perimeters, in accordance with current regulations.

 

Keywords: guaran� aquifer system; catchment wells; volume of extraction; contamination risk.

 

 

 

Art�culo recibido:� 02 noviembre. 2021

Aceptado para publicaci�n: 28 noviembre 2021

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

1. INTRODUCCI�N

Am�rica Latina es la regi�n del mundo que cuenta con la m�s alta disponibilidad per c�pita de agua dulce (Fern�ndez Col�n 2009). All� pueden encontrarse alrededor de 230.000 cuencas (Ruiz 2020), como la del R�o de la Plata; adem�s de 67 reservorios subterr�neos transfronterizos (da Franca Ribeiro dos Anjos et al. 2007), como el Acu�fero Guaran� (Fern�ncez Cirelli y du Mortier 2005). Este �ltimo es considerado la reserva m�s grande de agua dulce transnacional, y es compartida por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay (Wilkinson 2010).

Paraguay se encuentra entre los 10 pa�ses latinoamericanos con mayores reservas de agua dulce (Maboggiano 2019). La disponibilidad de agua es de aproximadamente 60.000 m3/per c�pita/a�o, considerada una de las m�s altas del mundo (PNUD 2006), resultado del informe DBEnvironment de 1992. Sin embargo, autores como Monte Domecq (2003) y �lvarez Enciso (2014), consideran que la cifra es m�s cercana a los 18.000 m3/a�o per c�pita, tomando en cuenta que la disponibilidad h�drica tiende a disminuir como consecuencia natural del aumento demogr�fico. En la siguiente imagen se pueden visualizar los principales cauces como parte de los sistemas hidrol�gicos del pa�s:

Figura 1
Sistemas hidrol�gicos de Paraguay

https://www.researchgate.net/profile/Stefan-Koerber-2/publication/316254607/figure/fig2/AS:484933425733632@1492628546051/Map-of-Paraguay-showing-it-hydrological-systems-Black-numbers-indicate-river-1-Negro-2_W640.jpg

Nota. Tomado de Koerber, Vera-Alcaraz, y Reis (2017)

El pa�s se encuentra dividido en dos regiones por el R�o Paraguay: a su margen derecha, la Regi�n Occidental o Chaco; y a su margen izquierda, la Regi�n Oriental. La poblaci�n se encuentra distribuida en ambas a raz�n de 213.018 y 7.039.654 habitantes, respectivamente (DGEEC 2020). En la Regi�n Oriental, los sistemas de abastecimiento est�n alimentados por diversos acu�feros, como el Pati�o en la regi�n de los departamentos de Central y Paraguar�; y el Sistema Acu�fero Guaran� (SAG), que abarca los departamentos de la Regi�n Oriental del pa�s, Alto Paran�, Amambay, Caaguaz�, Caazap�, Canindey�, Concepci�n, Guair�, Itap�a, Misiones, �eembuc� y San Pedro. El mismo conforma una franja estimada de 200 km de ancho con direcci�n norte a sur que se extiende a lo largo de toda la Regi�n Oriental y es, con excepci�n de Asunci�n y alrededores, la regi�n m�s poblada del pa�s, que alberga la mayor actividad econ�mica dentro del territorio (Fari�a 2007).

Desde el punto de vista geol�gico, el SAG se trata de un conjunto de areniscas depositadas entre 200 y 130 millones de a�os atr�s que en total abarcan una superficie aproximada de 1.200.000 km2, de los cuales a Paraguay le corresponden 71.700 km2 (Galdiano Gon�ales et al. 2007). El acu�fero se denomina sistema porque est� conformado por varias unidades litoestratigr�ficas distintas que, desde la perspectiva hidrogeol�gica, interact�an entre s� y, por lo tanto, deben estudiarse en su conjunto (Ecosistema Urbano 2015a). El nombre �Guaran� fue adoptado para unificar las distintas nomenclaturas utilizadas en los pa�ses para identificar la misma formaci�n (Schmidt 2007): en Paraguay se conoce con el nombre de Alto Paran�, Misiones, y Grupo Independencia; en Brasil, como Serra Geral y Areniscas, Botucat�, Piramboia, y Grupo Passa Dois; en Argentina y Uruguay, como Tacuaremb�, Buena Vista, y Grupo Melo; adem�s de Serra Geral y Solari en Argentina; y Arapey y Areniscas en Uruguay (Jackson, Sangam, y Lafleur 2008).

La extracci�n total en la Regi�n Oriental suma unos 173 millones de m3 por a�o, considerando un consumo de 150 litros/per c�pita/d�a (Schmidt 2007). El consumo diario per c�pita est� entre los 150 y 200 litros (Herken y Ram�rez 2015), al menos en el departamento de Central. La cantidad de pozos construidos se estiman alrededor de 1.400 unidades, en raz�n de 1.000 de estas correspondientes a organismos estatales[1] y 400 pozos a entes privados o particulares[2] (Larroza, Fari�a, y Paredes 2001). Sin embargo, es muy probable que esta cifra est� sub dimensionada, pues solo en el departamento de Itap�a existen 330 sistemas de provisi�n de agua potable que emplean fuentes subterr�neas, de acuerdo a los registros del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (2016). Cabe destacar que la Regi�n Oriental del Paraguay est� constituida por 14 de los 17 departamentos en los que se divide pol�ticamente el pa�s, de los cuales 11 se encuentran sobre el SAG.

1.1.Vulnerabilidad a la contaminaci�n de aguas subterr�neas

La vulnerabilidad de un acu�fero a la contaminaci�n se define como la sensibilidad del acu�fero para ser adversamente afectado por una carga contaminante impuesta (Foster y Hirata 1991). Es decir que las caracter�sticas intr�nsecas de los estratos que separan el sector de acu�fero saturado de la superficie del terreno determinan la sensibilidad del acu�fero de verse afectado por una carga contaminante aplicada en la superficie (Foster 1987). Considerando esto, la vulnerabilidad es funci�n de la accesibilidad hidr�ulica a la penetraci�n de un contaminante a la zona saturada, y de la capacidad de atenuaci�n de los estratos sobre yacientes a la zona saturada, ya sea por fen�menos de retenci�n f�sico-qu�mica o reacci�n con los contaminantes (Oleaga, Pacheco, y Feller 2009). Entonces, la vulnerabilidad intr�nseca es aquella derivada de las caracter�sticas propias del acu�fero y su entorno, sin considerar la acci�n de los contaminantes; mientras que la vulnerabilidad espec�fica s� toma en cuenta la incidencia de sustancias contaminantes (Auge 2007).

Ciertos estudios previos establecieron que �el mapeo de la vulnerabilidad a la contaminaci�n de un acu�fero es normalmente el primer paso para la estimaci�n del riesgo de contaminaci�n del agua subterr�nea y protecci�n de la calidad� (Oleaga et al. 2009). Existen diversas metodolog�as para la valoraci�n de la vulnerabilidad de un acu�fero a la contaminaci�n, de los cuales la mayor�a lo hace en funci�n de las caracter�sticas intr�nsecas del mismo. Los m�todos m�s usados son DRASTIC, SINTACS, GOD y AVI; adem�s, se encuentran disponibles otros como EPIK, EKv, ΔhT, y BGR, cada uno con sus particularidades.

Los m�todos GOD y DRASTIC son los m�s com�nmente empleados. La aplicaci�n de ambos se considera sencilla y depende de los datos disponibles (Auge 2007). En el caso del GOD se necesitan datos relativos al tipo de acu�fero (G), litolog�a de la zona no saturada (O) y profundidad del agua subterr�nea (D); mientras que para el DRASTIC, los datos hacen referencia a profundidad hasta el agua subterr�nea (D), recarga (R), medio acu�fero (A), medio del suelo (S), topograf�a (T), impacto de la zona vadosa (I), y conductividad del acu�fero (C) (Foster et al. 2002; Foster y Hirata 1991; Mus�lem et al. 2015). En ambos casos, los resultados de vulnerabilidad en muchas �reas coinciden relativamente bien con estudios y mediciones de campo, y los mapas resultantes otorgan uma primera indicaci�n general del peligro potencial de contaminaci�n como herramienta de apoyo a los tomadores de decisi�n para la reglamentaci�n, planificaci�n y desarrollo del recurso (Oleaga et al. 2009). La diferencia radica en la disponibilidad de los datos, ya que GOD se emplea cuando �stos son escasos, no son fiables o no cubren la totalidad del territorio que se estudia (Palomino 2013); y DRASTIC emplea par�metros hidrol�gicos que caracterizan el destino y transporte de contaminantes y procesos de atenuaci�n que act�an en la zona no saturada y en el agua subterr�nea en s� misma (B�ez, Villalba, y Nogues 2014).

Entonces, la contaminaci�n de acu�feros ocurre cuando las cargas contaminantes procedentes de actividades capaces de provocar riesgos significativos, como actividad agr�cola, falta de saneamiento, industrias y otras, exceden la capacidad natural de atenuaci�n del suelo y de los estratos subyacentes (Foster et al. 2002). Los contaminantes presentes en la superficie son transportados por el agua hasta el acu�fero (S�nchez San Rom�n 2017); no obstante, cuando �stos atraviesan la zona no saturada o vadosa, sufren procesos de atenuaci�n natural debido a la degradaci�n bioqu�mica, reacciones qu�micas o absorci�n por minerales arcillosos y/o materia org�nica (Gonz�lez Herrera, Rodr�guez Castillo, y Coronado Peraza 2007). Sin embargo, la lenta circulaci�n del agua subterr�nea, la degradaci�n natural y las caracter�sticas propias del contaminante hacen que puedan transcurrir a�os antes que el impacto del mismo se haga evidente o sea detectado en pozos de extracci�n o monitoreo (Smith et al. 2016). Pero el problema real es que una vez el deterioro del agua subterr�nea se hace evidente, ya se encuentran afectados grandes vol�menes del acu�fero (Foster et al. 2002; Mateos Ruiz et al. 2009).

1.2.Provisi�n de agua en Paraguay

Paraguay tiene una amplia disponibilidad de recursos h�dricos por habitante. A pesar de ello, el 80% del abastecimiento p�blico de agua en las comunidades del interior proviene de aguas subterr�neas (PNUD 2006). Esta preferencia est� dada por la contaminaci�n cada vez m�s creciente de los cursos de agua superficiales, por la facilidad de acceso en zonas rurales, la disponibilidad relativamente permanente, y la calidad predominantemente satisfactoria (Larroza et al. 2001).

La legislaci�n paraguaya clasifica la provisi�n de agua de acuerdo a la poblaci�n abastecida: a la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (ESSAP) le corresponden las localidades con m�s de 10.000 habitantes; mientras que al Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (SENASA), dependiente del Ministerio de Salud P�blica y Bienestar Social (MSPyBS), aquellas con menos de 10.000 habitantes (Congreso de la Naci�n Paraguaya 2000). Otros actores involucrados son el Poder Ejecutivo, como titular del servicio; el Ministerio de Obras P�blicas y Comunicaciones (MOPC), como rector de las pol�ticas del sector; y la Direcci�n de Agua Potable y Saneamiento (DAPSAN), dependiente del mismo ministerio, como �rgano t�cnico; y el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ERSSAN), como regulador, supervisor y administrador del sector� (Ministerio de Obras P�blicas y Comunicaciones y Direcci�n de Agua Potable y Saneamiento 2018; Ruiz 2020).

A grandes rasgos, se puede hacer una clasificaci�n de los prestadores de acuerdo al tipo de fuente de agua a distribuir por las redes de tuber�as: aquellos que emplean aguas superficiales, como ESSAP; y los que emplean aguas subterr�neas. En este segundo grupo se encuentran varias organizaciones, como las Juntas de Saneamiento, una modalidad de gesti�n en la que las comunidades reciben los sistemas de provisi�n de parte de SENASA para encargarse de su operaci�n, administraci�n y mantenimiento; las Comisiones Vecinales, que son sistemas privados que se encuentran en camino de formalizaci�n para convertirse en Juntas de Saneamiento; los Prestadores Privados o Aguater�as, una iniciativa privada comunitaria cuya regulaci�n est� a cargo de ERSSAN; y otros proveedores, como Entidades Binacionales (Itaip� y Yacyret�), Gobernaciones Departamentales, y Cooperativas (Pacheco Figueredo, Serv�n Nasich, Serv�n Santa Cruz, et al. 2019; Vel�zquez Haur�n, Pacheco Figueredo, et al. 2019).

En cuanto a los prestadores del servicio de distribuci�n de agua, DAPSAN contabiliza 5.000 prestadores, de los cuales el 24,6% corresponde a ESSAP; el 33,4% a Juntas de Saneamiento; el 8,5% a Comisiones Vecinales; el 9,2% a Prestadores Privados; y el 2,5% a otros (Ruiz 2020). As�, en 2020, se observa una importante cobertura de los servicios de agua mejorada a nivel pa�s, alcanzando el 89,9% en general, con una brecha entre el �rea urbana (92,4%) y rural (85,6%) (PNUD 2021). En general, el 80% de las ciudades del interior del pa�s emplean aguas subterr�neas, mientras que en la capital, Asunci�n, se emplean mayormente aguas superficiales (Pacheco Figueredo, Serv�n Nasich, Vel�zquez Haur�n, et al. 2019).

1.3.La provisi�n de agua en el distrito de Encarnaci�n

Encarnaci�n es la capital del departamento de Itap�a y la tercera m�s poblada de Paraguay, luego de Asunci�n y Ciudad del Este (Ecosistema Urbano 2015b). En los �ltimos 20 a�os la ciudad se ha visto afectada por el emprendimiento hidroel�ctrico Yacyret�, lo que ha ocasionado cambios en la estructura social, territorial y ambiental como consecuencia de las obras ejecutadas para elevar el nivel del embalse de cota 76 a 83 msnm (Serv�n Nasich et al. 2017). A pesar de los impactos negativos, esto ha significado una serie de obras compensatorias y complementarias que trajeron diversas mejoras, especialmente en cuanto a los servicios sanitarios de la ciudad. Entre ellos se pueden mencionar la clausura del vertedero municipal y construcci�n de un relleno sanitario, ampliaci�n de las distintas redes de provisi�n de agua, y la ampliaci�n de la cobertura del alcantarillado sanitario hasta el alcanzar el 92% del �rea urbana, con su correspondiente planta de tratamiento (Pacheco Figueredo, Serv�n Nasich, Vel�zquez Haur�n, et al. 2019; Vel�zquez Haur�n et al. 2017). Adem�s, la construcci�n de tres playas artificiales, la Defensa Costera, la r�plica de la Estaci�n de Tren y el Centro de Convenciones, los cuales han aumentado significativamente el atractivo tur�stico de la ciudad (Serv�n Nasich 2014).

En cuanto al departamento de Itap�a, el servicio es prove�do principalmente por Juntas de Saneamiento (23,8%), Comisiones Vecinales (6%) y Aguater�as Privadas (2,2%), contabilizando un 30,9% de la poblaci�n servida por aguas subterr�neas; a diferencia del 4,44% de la poblaci�n servida por ESSAP (Mu�oz 2015).

Respecto al distrito de Encarnaci�n, la situaci�n del servicio es bastante particular: si bien el 83,63% de la poblaci�n tiene acceso a agua potable (Barrios 2016), un porcentaje similar al �mbito nacional, la proporci�n de uso de aguas superficiales y subterr�neas es diferente al nivel departamental y nacional. As�, del total de la poblaci�n servida, el 39,2% recibe el servicio de ESSAP; y el 44,4% de prestadores que emplean aguas subterr�neas, como Juntas de Saneamiento, Comisiones Vecinales, Aguater�as Privadas y Otros� (Barrios 2016; Pacheco Figueredo, Serv�n Nasich, Vel�zquez Haur�n, et al. 2019). Esto se debe a las ventajas hist�ricas del distrito por su calidad de capital departamental, adem�s de las consecuencias positivas de las obras de compensaci�n del emprendimiento hidroel�ctrico Yacyret�. Por otra parte, resulta llamativo que un 17,10% de la poblaci�n indica que consume agua mineral para beber (Vel�zquez Haur�n, Serv�n Nasich, et al. 2019), siendo que la principal fuente de estas el acu�fero Guaran�.

1.4.Vulnerabilidad del agua subterr�nea en las cuencas de los arroyos Quiteria y Mb�i Ca�

El distrito de Encarnaci�n se encuentra asentado en el centro de las cuencas de los arroyos Quiteria y Mb�i Ca�, cuencas compartidas con los distritos de Fram, La Paz, Jes�s, Trinidad, Nueva Alborada, Cambyret�, San Juan del Paran� y Capit�n Miranda (Ecosistema Urbano 2015a; Mus�lem Castillejos 2008a, 2008b). En total cubren una superficie de 63.914 hect�reas, distribuidas en 35.273 para la cuenca del Quiteria y 28.641 para la cuenca del Mb�i Ca� (Ecosistema Urbano 2015a).

Figura 2
Distritos que componen las cuencas de los arroyos Quiteria y Mb�i Ca�

Nota. Extra�do de Pacheco Figueredo, Serv�n Nasich, Serv�n Santa Cruz, et al. (2019)

En 2015, en estas cuencas se llev� a cabo un mapeo de la vulnerabilidad del agua subterr�nea, a trav�s de los modelos DRASTIC y GOD (Mus�lem et al. 2015). En general, los autores encontraron que la vulnerabilidad del acu�fero a la contaminaci�n puede describirse como alta. Adem�s, los valores de mayor vulnerabilidad se encontraron hacia las partes m�s bajas de la zona de estudio, coincidiendo con el �rea de mayor concentraci�n urbana. Esto puede verse en la Figura 3:

Figura 3
Ubicaci�n de las categor�as de vulnerabilidad del agua subterr�nea a la contaminaci�n en el �rea de las cuencas de los arroyos Quiteria y Mb�i Ca�, seg�n modelo DRASTIC

Resultado de imagen para cuenca quiteria mboi cae karim musalem vulnerabilidad

Nota. Extra�do de Mus�lem et al. (2015)

En cuanto a las aguas superficiales, Pacheco Figueredo, Serv�n Nasich, Serv�n Santa Cruz, et al. (2019) llegaron a conclusiones similares a trav�s de mediciones de par�metros f�sico-qu�micos y bacteriol�gicos, as� como de diversos �ndices de calidad de agua, realizados en 2018 en la misma �rea. Las concentraciones de nitr�geno amoniacal (N-NH4), coliformes fecales y f�sforo total son los principales par�metros que se encuentran fuera de los rangos permitidos por la autoridad ambiental. Respecto a los �ndices aplicados (INSF[3], DMR[4], Dinius[5], ISQA[6], e ICOs[7]), los peores resultados se observan tambi�n en la cuenca baja de los arroyos Quiteria y Mb�i Ca�. Como respuesta, dichos autores han propuesto en 2019 un Plan de Gesti�n Integrada de Recursos H�dricos, que luego fue declarado de inter�s por la Junta Municipal de la ciudad en 2021.

Debido a la importancia de las aguas subterr�neas en el sistema de provisi�n de agua en el distrito de Encarnaci�n, para este trabajo analiz� la relaci�n entre la vulnerabilidad a la contaminaci�n de las aguas subterr�neas, seg�n el m�todo DRASTIC, de acuerdo a los resultados de Mus�lem et al. (2015), y la ubicaci�n de los pozos de abastecimiento comunitario. A trav�s de este an�lisis, se plantean los siguientes objetivos: (a) distinguir los pozos de captaci�n de aguas subterr�neas para distribuci�n en redes de tuber�a que se encuentran ubicados en las zonas de mayor vulnerabilidad a la contaminaci�n; y, (b) estimar el volumen de agua distribuida en estas redes que podr�a verse comprometido por la vulnerabilidad propia del acu�fero. De esta manera, podr�n identificar los puntos y �reas que merecen mayor consideraci�n en fases posteriores.

2. ESTRATEGIAS METODOL�GICAS

El estudio fue llevado a cabo en el �rea de las cuencas de los arroyos Quiteria y Mb�i Ca�, ubicadas al sur de la Rep�blica del Paraguay, en el departamento de Itap�a. Adem�s, estuvo enfocado en el distrito de Encarnaci�n, por su car�cter de capital departamental, ya que concentra una mayor poblaci�n en relaci�n a los dem�s distritos, con 138.592 habitantes, seg�n la proyecci�n al 2021 (Instituto Nacional de Estad�stica 2021).� El mismo se encuentra a aproximadamente 400 km al sur de la ciudad capital, Asunci�n. La ubicaci�n del departamento en el contexto nacional y del distrito en el departamento puede observarse en la Figura 4:

Figura 4
Ubicaci�n del �rea de estudio

Nota. Extra�do de Serv�n Nasich (2014)

El enfoque de la investigaci�n es cuantitativo, descriptivo, no experimental y transversal. Es cuantitativo porque busca medir y estimar magnitudes del fen�meno de estudio (Hern�ndez Sampieri y Mendoza Torres 2018); descriptivo, porque se�ala sus caracter�sticas m�s importantes (S�nchez Carlessi, Reyes Romero, y Mej�a S�enz 2018) dentro de un contexto particular (Hurtado de Barrera 2000); no experimental, porque no hay manipulaci�n de variables (Ortiz Uribe 2004); y transversal, debido a que los datos fueron recopilados en un momento �nico (Hern�ndez Sampieri, Fern�ndez Collado, y Baptista Lucio 2014). Los resultados aqu� presentados forman parte de la investigaci�n realizada en el marco del Doctorado en Gesti�n Ambiental de la Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional de Itap�a (Paraguay).

Todo el departamento de Itap�a se encuentra asentado sobre el SAG (Ecosistema Urbano 2015a). De acuerdo a PNUD (2006), el acu�fero que se utiliza para extracci�n de aguas subterr�neas es la formaci�n Misiones y, como explica Schmidt (2007), esta forma parte del Sistema Acu�fero Guaran� (SAG). Aun as�, el nivel de explotaci�n actual resulta muy dif�cil de calcular, debido a la falta de informaci�n al respecto, particularmente sobre la intensidad y finalidad de usos. Es importante mencionar que el �rea de estudio se encuentra sobre la zona de recarga del mencionado acu�fero.

Los datos empleados para el alcance de ambos objetivos provienen de fuentes secundarias. Primero, se realiz� un cruzamiento entre los resultados obtenidos por Mus�lem et al. (2015) a trav�s de los modelos DRASTIC y GOD para determinar la vulnerabilidad del agua subterr�nea a la contaminaci�n, con la ubicaci�n de los pozos de abastecimiento comunitario, de acuerdo a datos prove�dos por la Oficina Regional del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ERSSAN), al 2016. Y, segundo, se calcularon las extracciones de agua subterr�nea para abastecimiento comunitario en el distrito de Encarnaci�n a trav�s de la f�rmula propuesta por Vassolo (2007), conforme la siguiente ecuaci�n:

 

 

En este contexto, el consumo se mide en m3 por 365 d�as en un a�o; dando como resultado el valor de las extracciones en m3/a�o. As�, por conversi�n simple, puede hallarse la equivalencia en km3/a�o.

Los datos de poblaci�n fueron obtenidos de las proyecciones de poblaci�n para el departamento de Itap�a para el a�o 2016 de la Direcci�n General de Estad�sticas, Encuestas y Censos (DGEEC), hoy Instituto Nacional de Estad�stica (INE); mientras que el consumo de agua fue considerado de 175 litros diarios por persona, calculados en base al promedio de consumo del departamento Central, que considera entre 150 y 200 litros (Herken y Ram�rez 2015). Por medio de este an�lisis se puede estimar el volumen de agua distribuida en redes de tuber�a en estos sistemas comunitarios que podr�a verse comprometido por la combinaci�n entre la vulnerabilidad propia del acu�fero y la ubicaci�n de los pozos de captaci�n.

Existe una falta de registros oficiales de los pozos extractivos, tanto de los sistemas en red como de los pozos artesianos para abastecimiento propio. Datos prove�dos por ERSSAN (Barrios 2016) mencionan que, s�lo en Itap�a, hay 330 sistemas que se proveen de aguas subterr�neas, de los cuales 52 corresponden a Encarnaci�n. Entonces, puede decirse que los registros est�n sub dimensionados. Entonces, tomando en cuenta la disponibilidad de datos oficiales, para fines de este estudio solo se consideran las perforaciones del distrito de Encarnaci�n cuyo objetivo sea la captaci�n de aguas subterr�neas para abastecimiento comunitario.

3. RESULTADOS Y DISCUSI�N

3.1.Pozos de captaci�n ubicados en zonas vulnerables a la contaminaci�n

A continuaci�n, se presentan los resultados de la combinaci�n de los valores de vulnerabilidad a la contaminaci�n de las aguas subterr�neas en las cuencas de los arroyos Quiteria y Mb�i Ca� puede, seg�n el m�todo DRASTIC, junto con la ubicaci�n los pozos de captaci�n de los sistemas de provisi�n de agua por redes de tuber�a correspondientes al distrito de Encarnaci�n:

Figura 5
Vulnerabilidad a la contaminaci�n de las aguas subterr�neas en las cuencas estudiadas

Nota. Elaboraci�n propia a partir de Mus�lem et al. (2015) y Barrios (2016)

En amarillo se observan los pozos de captaci�n y, en rojo, los l�mites de las cuencas en estudio. En la parte superior se encuentra la cuenca del arroyo Quiteria y, en la parte inferior, la del arroyo Mb�i Ca�. En ellas se ubicaron 28 y 32 pozos de captaci�n, respectivamente, contabiliz�ndose un total de 60 sistemas comunitarios, hasta 2016.

Considerando las distintas categor�as de vulnerabilidad establecidas para el m�todo DRASTIC, los pozos de captaci�n en ambas cuencas se distribuyen de la siguiente manera:

Figura 6
N�mero de pozos por categor�a de vulnerabilidad DRASTIC, seg�n cuenca

Nota. Elaboraci�n propia

En cuanto al arroyo Quiteria, la mayor parte de los pozos de captaci�n (53,57%) se encuentran ubicados sobre �reas de vulnerabilidad a la contaminaci�n consideradas como bajas a medio altas. Le sigue un segundo grupo de pozos ubicados en �reas de muy alta a m�xima vulnerabilidad (39,28%). Respecto al arroyo Mb�i Ca�, la mayor parte de los pozos (75%) se encuentra ubicado en �reas consideradas de vulnerabilidad medio baja a medio alta.

3.2.Volumen de extracciones de agua subterr�nea para abastecimiento comunitario

Los prestadores y las fuentes de agua de las que se sirve la poblaci�n del departamento de Itap�a y del distrito de Encarnaci�n, se distribuyen de la siguiente manera:

Tabla 1

Cobertura del servicio de agua potable con redes de tuber�a en el departamento de Itap�a y el distrito de Encarnaci�n (Paraguay)

 

Sistemas superficiales

Sistemas subterr�neos

Itap�a

Encarnaci�n

Itap�a

Encarnaci�n

N� de sistemas

3

2

330

52

N� de conexiones

13.681

11.618

64.369

13.186

Poblaci�n conectada

58.828

49.957

298.939

56.700

Cobertura (%)

10,60

39,71

51,2

44,46

Nota. Elaboraci�n propia a partir de datos prove�dos por ERSSAN

Seg�n datos oficiales del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ERSSAN), el 83,63% de la poblaci�n encarnacena tiene acceso a agua potable, correspondiendo a una poblaci�n de 106.650 habitantes, al 2016. El 16,67% restante o no tiene acceso o no se tiene registro al respecto, lo cual podr�a indicar que son conexiones clandestinas o tienen un sistema de auto abastecimiento, probablemente a trav�s de pozos artesianos.

A partir de estos datos, si se considera la poblaci�n del distrito de Encarnaci�n servida por sistemas que emplean aguas subterr�neas, es decir, 56.700 habitantes; y un consumo de 180 litros diarios o 0,18 m3 por d�a, las extracciones para uso dom�stico resultan en 3.725.190 m3/a�o. Entonces, las extracciones por sistemas de provisi�n de agua que emplean fuentes subterr�neas en Encarnaci�n contabilizan un total de 0,004 km3/a�o.

Teniendo en cuenta que el proyecto SAG valora, en general, las extracciones de las principales ciudades ubicadas sobre el �rea de este acu�fero como despreciables, podr�a decirse que las extracciones del distrito de Encarnaci�n (0,004 km3/a�o), en relaci�n a la recarga total del SAG (10,39 km3/a�o[8]), son pr�cticamente insignificantes. Aun as�, considerando la alta dependencia de las aguas subterr�neas por parte de la poblaci�n local, el volumen de las extracciones podr�a afectar, al menos, a un total de 56.700 personas. Esto, sin tomar en cuenta otros pozos de abastecimiento privado, as� como las extracciones comerciales y el aumento de poblaci�n en temporadas tur�sticas, por lo que esta cifra podr�a ser a�n mucho mayor.

4.      CONSIDERACIONES FINALES

Una vez establecido el panorama general del agua en Paraguay y el departamento de Itap�a sobre el Sistema Acu�fero Guaran� (SAG), este estudio analiz� la relaci�n entre la vulnerabilidad a la contaminaci�n de las aguas subterr�neas seg�n los resultados de Mus�lem et al (2015) y la ubicaci�n de los pozos de abastecimiento comunitario en el distrito de Encarnaci�n. As�, primero, se distinguieron los pozos de captaci�n de aguas subterr�neas para distribuci�n en redes de tuber�a que se encuentran ubicados en las zonas de mayor vulnerabilidad a la contaminaci�n; y, segundo, se estim� el volumen de agua distribuida en estas redes que podr�a verse comprometido por la vulnerabilidad propia del acu�fero.

En cuanto al primer resultado, gran parte de la poblaci�n del distrito de Encarnaci�n se encuentra asentada en las �reas m�s vulnerables a la contaminaci�n, coincidiendo con la zona urbana. Adem�s, la mayor parte de los pozos de captaci�n de aguas subterr�neas para distribuci�n en redes de tuber�a se encuentran ubicados en �reas con vulnerabilidad entre medio baja y medio alta, y un grupo importante con vulnerabilidad m�xima.

As�, se encontraron valores de mayor vulnerabilidad hacia las partes m�s bajas de ambas cuencas, coincidiendo con el �rea m�s urbanizada del distrito de Encarnaci�n. Esto demuestra que la preocupaci�n por la contaminaci�n del acu�fero en el mediano plazo se debe considerar para instrumentar programas posibles dedicados a la minimizaci�n de contaminantes. De esta manera, los resultados de la investigaci�n sugieren la necesidad de identificar las fuentes de contaminaci�n en estas �reas como posibles amenazas al acu�fero, as� como verificar el cumplimiento de normativas relativas a la provisi�n de agua. Efectivamente, los mapas de evaluaci�n de la vulnerabilidad del acu�fero a la contaminaci�n resultan una herramienta �til para iniciar un proceso de gesti�n ambiental.

Respecto del segundo resultado, se pudo estimar el volumen de aguas subterr�neas que son distribuidas en redes de tuber�a, por medio de sistemas comunitarios. Cabe destacar que estos pozos de captaci�n no son los �nicos que hacen uso de este recurso pero, dada la disponibilidad de datos, el c�lculo de extracciones no considera otros pozos como aquellos de abastecimiento individual en viviendas y edificios, ni aquellos de extracci�n comercial, como las empresas de agua mineral e industrias locales. Por este motivo, resulta de suma importancia recabar estos datos, de manera a actualizar los resultados obtenidos, incluso, discrimin�ndolos de acuerdo al tipo de uso.

La alta dependencia de las aguas subterr�neas, de casi la mitad de la poblaci�n local, puede considerarse una se�al de alerta ante el peligro potencial a la contaminaci�n de estas fuentes de agua, dada la alta concentraci�n de poblaci�n y de actividades econ�micas de diversa �ndole que podr�an afectarlas. Esto ya ha generado un impacto negativo sobre la calidad de las aguas superficiales y, aunque las aguas subterr�neas cuentan con la protecci�n de la capa de basalto de la Formaci�n Misiones, al ser el distrito de Encarnaci�n considerado como parte del �rea de recarga del SAG, este es un aspecto que no puede ser ignorado. Independientemente del contaminante a ser considerado, una vez identificado en los an�lisis de calidad de las aguas subterr�neas, esto ser� indicador de que un gran volumen del sistema ha sido afectado.

Los resultados obtenidos en este estudio pueden considerarse el primer paso hacia una gesti�n sostenible del recurso subterr�neo. Dadas las consecuencias potenciales de la contaminaci�n, especialmente en cuanto a la salud p�blica, resulta de suma importancia definir per�metros de protecci�n de pozos para las fuentes de captaci�n de aguas subterr�neas, as� como estudiar el nivel de aplicaci�n de las normativas vigentes. Adem�s, es necesario hacer un inventario de contaminantes, de forma a identificar las fuentes puntuales y potenciales de contaminaci�n, para lo cual se recomienda utilizar el m�todo POSH propuesto por Foster et al. (2002). Esto podr� luego implementarse y monitorearse como parte de una estrategia de ordenamiento territorial, lo cual es responsabilidad del municipio local.

Agradecimientos: Los autores agradecen al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnolog�a (CONACYT) de Paraguay, por el financiamiento del programa de Doctorado en Gesti�n Ambiental de la Universidad Nacional de Itap�a; a Karim Mus�lem y Rafaela La�no, por la provisi�n de datos DRASTIC; y a la Direcci�n Regional Itap�a del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ERSSAN), por la provisi�n de datos sobre sistemas de distribuci�n de agua por redes de tuber�as en Encarnaci�n.

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[1] Correspondientes al Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (SENASA) del Ministerio de Salud P�blica y Bienestar Social (MSPyBS), Entidades Binacionales, Gobernaciones y Municipalidades

[2] Aguater�as Privadas y Comisiones Vecinales

[3] �ndice de la National Sanitatio Foundation (NSF) de Estados Unidos

[4] �ndice del r�o Des Moines de Estados Unidos

[5] �ndice Dinius, de Brown y McLeland (1973), para diversos usos

[6] �ndice Simplificado de Calidad de Agua, de de Bustamante (1989)

[7] �ndices de Contaminaci�n, de Ram�rez, Restrepo, y Carde�osa (1999) y Ram�rez Silva, Restrepo, y Vi�a (1997)

[8] Este valor corresponde a la recarga total del SAG en Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. La recarga en Paraguay es de 6,5 km3/a�o, aproximadamente.