PROBLEMÁTICA MACRO AMBIENTAL
DEL RÍO BOGOTÁ EN COLOMBIA
MACRO-ENVIRONMENTAL ISSUES
OF THE BOGOTÁ RIVER
Ana Bolena Vivas Becerra
Universidad Centro Panamericano de Estudios Superiores de México, Colombia
pág. 12076
DOI:https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i4.13401
Problemática Macro Ambiental del Río Bogotá en Colombia
Ana Bolena Vivas Becerra
1
abvivas@yahoo.es
https://orcid.org/0009-0001-2605-693X
Estudiante de Doctorado en Proyectos de Fondo Verde
Universidad Centro Panamericano
de Estudios Superiores de México. UNICEPES
Colombia
RESUMEN
El ensayo analiza la problemática macroambiental del Río Bogotá como un desafío ambiental crítico
que amenaza la sostenibilidad de este vital recurso hídrico, así como la salud de las comunidades que
dependen directa o indirectamente de él, para ello se llevó a cabo una revisión documental sobre dicha
problemática, con el fin de identificar los factores causantes de la contaminación de la fuente hídrica
donde al final se evidencia que la problemática de la Cuenca del Río Bogotá puede resumirse en dos
grandes temas los cuales están relacionados entre sí, el primero, es la contaminación y el saneamiento
del Río, y el segundo, el desbalance hídrico de la cuenca, la responsabilidad de las medidas correctivas
para su descontaminación está en todos los usuarios del río y los que habitan en la cuenca de este
importante afluente. Los municipios y todas las (47) instituciones que fueron responsabilizadas de la
recuperación del Río Bogoa través de la Sentencia 479 DE 2014 del (Tribunal Administrativo de
Cundinamarca) El ensayo aborda la compleja problemática macroambiental del Río Bogotá,
destacándola como un desafío ambiental de gran envergadura que pone en peligro tanto la sostenibilidad
de este recurso hídrico vital como la salud de las comunidades que dependen de él, ya sea de manera
directa o indirecta. A lo largo de este análisis, se realizó una rigurosa revisión documental con el
objetivo de identificar y comprender los factores que han contribuido a la creciente contaminación de
esta importante fuente de agua. En este contexto, se evidenció que la problemática de la Cuenca del Río
Bogotá puede desglosarse en dos grandes temas interrelacionados: la contaminación y el saneamiento
del río, por un lado, y el desbalance hídrico de la cuenca, por otro. La contaminación del Río Bogotá,
que es el primer aspecto abordado, ha sido causada por una combinación de factores industriales,
agrícolas y domésticos, que han vertido desechos tóxicos y residuos sin un tratamiento adecuado. Esto
ha generado una grave degradación de la calidad del agua, afectando negativamente la biodiversidad y
las condiciones de vida de las comunidades locales. El segundo tema, el desbalance hídrico de la cuenca,
se refiere a la alteración del ciclo natural del agua, exacerbada por la deforestación, la urbanización
descontrolada y el cambio climático. Estas condiciones han contribuido a un desequilibrio en la
disponibilidad y distribución del agua, lo que agrava aún más la situación del río y de las comunidades
que dependen de él. La responsabilidad de implementar medidas correctivas para la descontaminación
y recuperación del Río Bogotá recae en todos los usuarios del agua y en los habitantes de la cuenca.
Este desafío no puede ser abordado de manera aislada, sino que requiere de la cooperación activa de los
municipios y las 47 instituciones que fueron señaladas en la Sentencia 479 de 2014 del Tribunal
Administrativo de Cundinamarca. Estas entidades tienen el deber de participar en la implementación de
estrategias integrales y sostenibles que permitan la restauración de este valioso recurso hídrico y la
protección de las generaciones futuras.
Palabras Claves: río Bogotá, contaminación, sostenibilidad, desbalance hídrico, descontaminación
1
Autor principal
Correspondencia: abvivas@yahoo.es
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Macro-Environmental Issues of the Bogotá River
ABSTRACT
The essay analyzes the macro-environmental issues of the Bogotá River as a critical environmental
challenge threatening the sustainability of this vital water resource, as well as the health of the
communities that directly or indirectly depend on it. To this end, a documentary review of the issue
was conducted to identify the factors causing the pollution of the water source. It is evident that the
Bogotá River Basin issue can be summarized into two major interconnected themes: first, the
pollution and sanitation of the river, and second, the water imbalance of the basin. The responsibility
for corrective measures for its decontamination lies with all the river’s users and those living in the
basin of this important tributary. The municipalities and all 47 institutions held responsible for the
recovery of the Bogotá River through Judgment 479 of 2014 from the Administrative Court of
Cundinamarca are included in this analysis. The essay addresses the complex macro-environmental
issue of the Bogotá River, highlighting it as a significant environmental challenge that jeopardizes
both the sustainability of this vital water resource and the health of the communities that depend on it,
whether directly or indirectly. Throughout this analysis, a rigorous documentary review was
conducted to identify and understand the factors contributing to the increasing pollution of this
important water source. In this context, it became clear that the Bogotá River Basin issue can be
broken down into two major interrelated themes: the pollution and sanitation of the river on one hand,
and the water imbalance of the basin on the other. The pollution of the Bogotá River, the first aspect
addressed, has been caused by a combination of industrial, agricultural, and domestic factors, which
have discharged toxic waste and residues without adequate treatment. This has led to severe
degradation of water quality, negatively affecting biodiversity and the living conditions of local
communities. The second theme, the water imbalance of the basin, refers to the alteration of the
natural water cycle, exacerbated by deforestation, uncontrolled urbanization, and climate change.
These conditions have contributed to an imbalance in the availability and distribution of water, further
aggravating the situation of the river and the communities that depend on it. The responsibility for
implementing corrective measures for the decontamination and recovery of the Bogotá River falls on
all water users and inhabitants of the basin. This challenge cannot be addressed in isolation but
requires the active cooperation of municipalities and the 47 institutions named in Judgment 479 of
2014 from the Administrative Court of Cundinamarca. These entities are obligated to participate in
the implementation of comprehensive and sustainable strategies to restore this valuable water resource
and protect future generations.
Keywords: Bogotá river, pollution, sustainability, water imbalance, decontamination
Artículo recibido 10 julio 2024
Aceptado para publicación: 15 agosto 2024
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INTRODUCCIÓN
La cuenca del Río Bogotá nace en el páramo de Guacheneque recorriendo 380 km antes de desembocar
en el río Magdalena, siendo el recurso vital para la capital colombiana Y LOS TANTOS MUNICIPIOS
QUE RECORRE, así como también del entorno local y regional. Este cauce ha presentado impactos en
su evolución histórica, cultural y ambiental de la región, siendo un elemento integrador de la vida
cotidiana y un reflejo de la conexión entre la sociedad y el medio ambiente.
La importancia de este río se manifiesta en su capacidad para sustentar la biodiversidad única que habita
en sus aguas y sus orillas. Además, ha sido un recurso esencial para la agricultura, la pesca y el
suministro de agua potable a las comunidades circundantes. Su curso sinuoso ha sido un testigo
silencioso de las transformaciones urbanas y el crecimiento industrial que ha experimentado Bogotá a
lo largo del tiempo. Lamentablemente este río ha obtenido el triste reconocimiento de ser uno de los
más contaminados a nivel mundial.
La gestión e intervención estatal muestran una preocupante falta de enfoque en la conservación y
preservación de este valioso recurso natural, esta situación se refleja en las acciones llevadas a cabo a
lo largo del tiempo, marcadas por demoras administrativas, intervenciones desarticuladas y una escasa
voluntad política para implementar medidas continuas y efectivas que contribuyan a su mejoría. De
acuerdo con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, entre los principales contaminantes se
encuentran los vertimientos industriales, los productos químicos provenientes de los fertilizantes
utilizados en la agricultura, la minería ilegal y los desechos domésticos que son depositados
directamente en el río (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2012).
A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades ambientales para mitigar el impacto de la
contaminación en la salud y el entorno, mediante la implementación de proyectos de infraestructura
para plantas de tratamiento, la contaminación afecta al río desde su misma fuente. Un estudio de caso
sobre la Gestión Integral de Aguas del Banco Mundial resalta la urgente necesidad de priorizar la
contaminación del agua en Bogotá, aunque se han observado mejoras en la calidad del agua potable,
aún persisten deficiencias en las medidas garantizadoras del tratamiento adecuado tanto de las aguas
residuales domésticas como industriales, se estima que solo el 20% de los desechos líquidos que fluyen
desde la capital hacia el Río Bogotá son sometidos a procesos de tratamiento (El campesino, 2015).
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No obstante, a pesar de su trascendencia, el río Bogotá enfrenta una amenaza constante que pone en
peligro su integridad ambiental y la salud de quienes dependen del cauce, ya que su contaminación se
ha convertido en un problema crítico que exige una atención inmediata y acciones concretas en conjunto
con la comunidad, agropecuarios e industrias aledañas que amenazan la sostenibilidad en cuanto a
actividades económicas y sociales.
En este contexto, abordar la contaminación del río Bogotá se vuelve imperativo para salvaguardar su
función ecológica, preservar la salud pública y mantener la calidad de vida de las comunidades que
dependen directa o indirectamente de sus aguas. Resulta imprescindible abordar la crítica situación del
Río Bogotá desde una perspectiva integral y urgente, es necesario que las medidas estatales y la voluntad
política se unan en pos de revitalizar este recurso vital, implementando estrategias efectivas que aborden
no solo las causas fundamentales de la contaminación, sino también asegurando un manejo sostenible
y adecuado de las aguas a lo largo de su curso.
Este documento tiene como objetivo llevar a cabo una revisión documental sobre la problemática
macroambiental del Río Bogotá.
Planteamiento del problema
El Río Bogotá enfrenta una compleja problemática macroambiental que abarca la contaminación
biológica, química y física originada por diversas actividades como la agricultura, la ganadería, la
industria, la minería y las actividades domésticas. Estos factores han afectado de manera integral la
totalidad del territorio que compone su cuenca, generando consecuencias negativas significativas tanto
para el desarrollo de la región como para la población. En este sentido, académicos e investigadores
han llegado a describir esta situación como una "Catástrofe Ecológica" (Guzmán, 2014).
El Río Bogotá trasciende su mera condición geográfica y ambiental, su papel como motor económico,
su riqueza natural, sus posibilidades productivas y su arraigado valor en la historia y la cultura de la
región subrayan la necesidad de abordar con urgencia su problemática ambiental. Es esencial que las
acciones destinadas a restaurar y preservar este recurso consideren tanto su importancia económica
como su relevancia cultural, con el fin de garantizar un equilibrio sostenible entre el desarrollo humano
y la conservación ambiental.
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La contaminación del río Bogotá se erige como un desafío ambiental crítico que amenaza la
sostenibilidad de este vital recurso hídrico, así como la salud de las comunidades que dependen directa
o indirectamente de él. A lo largo de las últimas décadas, factores antropogénicos han generado una
creciente presión sobre las aguas del río, resultando en niveles alarmantes de contaminantes que
comprometen su calidad y funcionalidad (Güiza-Suarez, 2020).
El Río Bogotá desempeña un papel fundamental en diversas actividades económicas que involucran
alrededor del 20% de la población total del país. Su influencia se extiende al desarrollo de territorios a
lo largo de su curso, su valiosa biodiversidad y patrimonio natural, así como su potencial para la
producción pecuaria y agroindustrial. Además, no se puede subestimar el valor incalculable que tiene
en términos socioculturales e históricos para las comunidades locales (Güiza-Suarez, 2020).
Esta vía fluvial actúa como un eje central que impulsa actividades económicas cruciales,
proporcionando sustento a una parte significativa de la población nacional. Al mismo tiempo, su
presencia y flujo influyen en el desarrollo y crecimiento de las zonas geográficas que atraviesa, creando
oportunidades y desafíos que afectan a las comunidades locales y su entorno. Desde una perspectiva
ambiental, el río alberga una rica biodiversidad la cual alberga especies endémicas como la tingua
bogotana y migratorias como el pato canadiense quienes se refugian en esta cuenca para su
sobrevivencia, teniendo en cuenta que la cuenca merece protección y conservación para el refugio de
varias especies y la comunidad aledaña.
Por otra parte, la fertilidad de las tierras cercanas a sus márgenes brinda un terreno propicio para la
producción agropecuaria y agroindustrial, lo que contribuye al abastecimiento de alimentos y a la
economía regional. Pero más allá de su función económica, el Río Bogotá tiene un profundo significado
cultural e histórico para las personas que lo habitan. A lo largo de los años, ha sido testigo de
acontecimientos y cambios que han moldeado la identidad de las poblaciones locales.
En el inicio de su curso, en la laguna del páramo de Guacheneque en el municipio de Villapinzón, el
Río Bogotá contrasta marcadamente con su estado posterior, cuando desemboca en el río Magdalena
en el municipio de Girardot (Carranza, 2019). Este contraste evidencia la grave contaminación que
sufre durante su trayecto de 380 kilómetros a través de Bogotá y 46 municipios cercanos (figura No 1).
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Figura 1. Cuencas Río Bogotá
Fuente: CAR, 2023
A medida que el río fluye hacia el río Magdalena, recibe descargas de aguas industriales y domésticas
que contribuyen a su contaminación. En los municipios de Villapinzón y Chocontá, las actividades
domésticas y las curtiembres que operan en la zona son fuentes adicionales de contaminación (Carranza,
2019); un ejemplo concreto es la contaminación generada por los vertimientos industriales de las
curtiembres de Villapinzón (CAR, 2022).
A pesar de que el río ya presenta afectaciones antes de llegar a Bogotá, es al salir de la ciudad y del
municipio de Soacha, con una población de 900,000 habitantes, que debe enfrentar la carga de descargas
de más de 8,000,000 de personas, esto resalta la concentración de impacto ambiental en esta área
(Carranza, 2019).
La capital, Bogotá D.C., es responsable del 84% de la contaminación del río, contribuyendo con materia
orgánica, grasas, detergentes y químicos altamente perjudiciales como cadmio, cromo, mercurio y
plomo (Guzmán, 2014). La contaminación proviene tanto de la industria como de toneladas de basura
y escombros que llegan a su cauce, incluyendo elementos como inodoros, partes de automóviles,
muebles e incluso se han encontrado cadáveres en el río (Carranza, 2019).
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Esta situación subraya la urgencia de abordar la problemática del Río Bogotá desde múltiples
perspectivas, involucrando a diversos sectores para revertir su deterioro y promover un equilibrio entre
el desarrollo humano y la preservación del entorno natural.
La problemática macroambiental del Río Bogotá es reflejo de una alta contaminación de la fuente
hídrica, lo cual ha dado lugar a una serie de consecuencias preocupantes, por ejemplo, al llegar a la
cascada del Salto del Tequendama, el río muestra parámetros fisicoquímicos alarmantes, como un nivel
de oxígeno disuelto de apenas 3.8 miligramos por litro (mg/L), aunque recupera un poco de oxígeno
tras pasar por esta cascada, alcanzando 7.8 mg/L, lamentablemente, en su cuenca baja, este valor
disminuye drásticamente a 0.6 mg/L (Carranza, 2019).
La descarga de afluentes contaminados ocasiona que el río experimente bajos niveles de oxígeno
disuelto, prácticamente llevándolo a un estado de muerte ecológica, las medidas establecidas por la
Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en colaboración con las autoridades locales,
buscan recuperar la salud de esta importante fuente hídrica. Las consecuencias de esta situación son
notorias, con problemas como olores desagradables, la proliferación de insectos y roedores, y la
propagación de enfermedades gastrointestinales y dérmicas entre la población, en el caso del Río
Bogotá, más de 6,000 personas han sufrido infecciones intestinales, enfermedades respiratorias,
cutáneas y otras patologías. Esto, a su vez, genera gastos en salud que se estiman en COL$3.050
millones de 2002 a 2012, además, los sobrecostos en el tratamiento del agua en la Planta de Tratamiento
de Agua Potable Tibitoc se han calculado en COL$5.470 millones en el mismo periodo (Guzmán,
2014). Un factor que contribuye a esta problemática es la falta de un control ambiental sólido por parte
de las entidades responsables, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha
emprendido esfuerzos para abordar esta situación, señalando la ausencia de conciencia ambiental, se
destacan actividades como captaciones de agua ilegales, el vertido de residuos domésticos e industriales
en el río, la disposición inapropiada de basura y residuos industriales con metales pesados por parte de
diversos actores y ciudadanos sin conciencia ambiental, también se subrayan las limitadas prácticas de
reciclaje y el derribo indiscriminado de árboles para la industria maderera, lo que ha empeorado aún
más la contaminación del Río Bogotá.
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Estos elementos enfatizan la necesidad de un enfoque integral y colaborativo para abordar la crisis del
Río Bogotá, involucrando a diversas partes interesadas y promoviendo la educación ambiental y la
responsabilidad en la conservación de este recurso vital.
El Río Bogotá desempeña un papel central en la contaminación del río Magdalena, que cruza extensas
zonas del país, transportando elementos tóxicos como cadmio, cromo, mercurio, arsénico, zinc y plomo
(CAR, 2011), paralelamente, diversas áreas de cultivo a lo largo del curso del río utilizan sus aguas para
el riego. Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia en colaboración con el
Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (COLCIENCIAS) ha revelado
elevados niveles de arsénico, plomo, mercurio y cadmio en vegetales como el apio, la lechuga, el repollo
y el brócoli (Morales et al, 2017).
Tomando como ejemplo un análisis de apio cultivado en el municipio de Mosquera, se encontró una
concentración de cadmio (Cd) de 0.95 partes por millón (ppm) y de arsénico (As) de 0.29 ppm,
excediendo los límites permitidos por el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación
(ICONTEC) de 0.01 ppm y 0.1 ppm respectivamente.
El cadmio, conocido por acumularse en órganos como el gado, riñones y pulmones, puede causar
problemas como arterioesclerosis, hipertensión arterial y está relacionado con cáncer de testículo y
próstata; por su parte, el arsénico se asocia con la disminución en la producción de glóbulos rojos y
blancos, cambios cutáneos e irritación pulmonar, además de ser considerado un inductor de cáncer de
piel (Morales et al, 2017).
Los riesgos de salud mencionados anteriormente podrían incluso dar lugar al síndrome de Fanconi, que
afecta los túbulos renales y resulta en aumento de la frecuencia urinaria y deshidratación. El brócoli,
por ejemplo, exhibe niveles de plomo de 0.45 ppm, sobrepasando las concentraciones de referencia de
la normativa de la Unión Europea, fijadas en 0.1 ppm. En el municipio de Soacha, las muestras de
lechuga superan los 0.20 ppm de arsénico, y también presentan niveles excesivos de mercurio con 0.59
ppm, superando los estándares permitidos. Los metales pesados que se acumulan en el interior de estos
vegetales pueden inducir enfermedades crónicas como cáncer de piel, hígado, estómago y trastornos
degenerativos (Agencia de Noticias UN, 2009).
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A esta problemática se suma el desconocimiento de los aspectos estructurales del conflicto ambiental
en las comunidades, así como su poca participación en las decisiones relacionadas con la gestión de
esta crisis. La contaminación del agua tiene impactos directos en la salud, los costos de producción en
diversas actividades económicas, los usos y valores del suelo y el uso de los ríos. Inicialmente, la
biodiversidad de los ecosistemas se ve afectada, con una disminución del oxígeno y la viabilidad de la
vida acuática. A pesar del alto nivel de contaminación en los principales ríos de Bogotá y la región
debido a patógenos, químicos y metales pesados, estos ríos son usados para el riego en actividades
agrícolas, generando un riesgo significativo para la salud. Es alarmante la falta de control sobre el riego
en la Sabana y otros sectores de la cuenca, utilizando agua del Río Bogotá o sus afluentes contaminados
(Guzmán, 2014).
En cuanto a la gestión institucional del agua en la región de Bogotá, es evidente que las soluciones
técnicas implementadas dependen de la inversión del Distrito y el Gobierno Nacional, lo que representa
un obstáculo inicial. Además, los procesos administrativos de las entidades encargadas de la gestión
pública han obstaculizado la implementación de acciones concretas para preservar las áreas de recarga
de acuíferos y descontaminar las aguas residuales, ya que carecen de eficacia y coherencia entre
(Guzmán, 2014).
La problemática del Río Bogotá y la degradación general de los ecosistemas en la Región de Bogotá no
puede ser simplificada únicamente como un asunto ecológico, ya que sus raíces se entrelazan con
dimensiones económicas, políticas y culturales (Guzmán, 2014).
1. Intervención y Desafíos
Los factores estructurales del conflicto ambiental en torno a los ríos involucran la escasa participación
de las comunidades en la toma de decisiones y la falta de conocimiento sobre el manejo de esta
problemática. La contaminación del agua repercute en la salud pública, los costos de producción en
ciertas actividades económicas, la utilización y el valor del suelo, y el aprovechamiento de los ríos.
Inicialmente, se ve afectada la biodiversidad de los ecosistemas, lo que conlleva una reducción del
oxígeno y la viabilidad de especies como peces y otros organismos acuáticos. A pesar del alto grado
de contaminación en los principales ríos de Bogotá y la región debido a la presencia de patógenos,
productos químicos y metales pesados, estas aguas son utilizadas en actividades agropecuarias,
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generando un significativo riesgo para la salud. Es preocupante la falta de control sobre el riego que se
efectúa en toda la Sabana y otros sectores de la cuenca, utilizando agua del o Bogotá o de sus afluentes
contaminados (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2012).
En términos de gestión institucional del agua en la Región de Bogotá, se observa claramente que las
soluciones técnicas adoptadas dependen de la capacidad financiera del Distrito y el Gobierno Nacional,
lo que desde el principio presenta un obstáculo. Además, los procedimientos administrativos de las
entidades encargadas de la gestión pública han dificultado la implementación de acciones concretas
para la preservación de áreas de recarga de acuíferos y la depuración de aguas residuales, debido a su
ineficacia y falta de coherencia entre ellas (Guzmán, 2014).
Después de décadas de negligencia y del empeoramiento de la contaminación del Río Bogotá, que
devastó la mayoría de la vida acuática y desplazó a varias especies de su entorno, el gobierno nacional
está implementando planes y modelos de acción para intentar reparar el daño causado al río a lo largo
de los años (CAR, 2006).
Esta respuesta indica un paso crucial hacia la mitigación y recuperación de este recurso vital, destacando
la necesidad de abordar no solo las implicaciones ecológicas, sino también los aspectos
socioeconómicos, políticos y culturales que subyacen en esta problemática.
Se han identificado los principales afluentes que desembocan en el Río Bogotá, y en el proceso de
descontaminación se consideran las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de los
distintos municipios que descargan en el Río. La región cuenta con 49 PTAR distribuidas en 33
municipios, donde un 6% está en zonas pobladas, otro 6% en áreas rurales y un significativo 88% en
zonas urbanas. Sin embargo, solo el 38% cuenta con permisos de vertimiento, el 28% está en trámite,
un 4% ha sido rechazado y un 30% carece de permisos o no ha iniciado el proceso correspondiente.
Posteriormente, se dividió en las tres cuencas: alta, media y baja, donde se ubicaron 35 afluentes de la
siguiente manera:
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Tabla 1. Principales afluentes que desembocan en el Río Bogotá
Cuenca Alta
Cuenca Media
Cuenca Baja
Quebrada Quincha
Estación LG - Pte La Virgen
Quebrada Honda
Río Tejar
Río Chicú
Descarga Embalse del Muña
Descarga embalse Sisga
Rio Arzobispo - Circunvalar
Quebrada Santa Marta
Descarga embalse Tominé
El Cortijo
Quebrada Socotá
Descarga embalse Neusa
Descarga Jaboque
Río Calandaima
Puente Caldas Río Checua
Rio San Cristóbal antes Bogotá
Río Apulo
Río Neusa en vía Zipaquirá -
Nemocón
Río Fucha
Río Neusa - Las Lajas
LG La Isla
Río Negro
Río Tunjuelo antes de Bogotá
Río Teusacá - Puente la
Cabaña
R. Tunjuelo
Río Teusacá Aposentos
Río Balsillas
Quebrada la Tenería
Río Soacha
Río Frío Virginia
Canal Soacha
Río Frío Cacique
Pte. Variante Mondoñedo
Aguas arriba salto Tequendama
Fuente: Elaboración propia
Utilizando el Boletín del Índice de Calidad del Agua -ICA- 2020-2021 y el Boletín de Calidad Hídrica
2020-2021-2022, se observa que la cuenca media es la más afectada del Río Bogotá, ya que no cumple
con 5 parámetros en 2020, 4 en 2021 y 5 en 2022. Aunque los cambios no son drásticos, sí indican una
tendencia al empeoramiento en los parámetros analizados. Esta tendencia es aún más notable en la
cuenca baja. La DBO (Demanda Bioquímica de Oxígeno) muestra incumplimientos en la cuenca
media, lo que indica una alta demanda de oxígeno. A pesar de este incumplimiento, se muestra un
mayor control en los últimos dos años en comparación con 2020, lo que sugiere la implementación de
medidas necesarias, se evidencia también que la densidad poblacional y el contenido orgánico
contribuyen a la afectación en la cuenca media.
En cuanto a los metales pesados, como el aluminio, hierro y mercurio, se detectan como elementos
altamente tóxicos. Los desafíos de descontaminación, particularmente de estos metales, plantean la
necesidad de tratamientos más rigurosos en las PTAR municipales. Se observa una relación entre la
presencia de estos metales y actividades antropológicas como la agricultura o la minería, además, el
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parámetro de los cloruros muestra una concentración alta, lo cual es tóxico, especialmente en aguas no
contaminadas, a pesar de que cumple con la resolución 631 del 2015 en todas las cuencas, se refleja una
mayor presencia en la cuenca alta con el paso del tiempo, posiblemente debido al crecimiento de la
población y la falta de medidas preventivas.
El desafío principal para el Río Bogotá es la descontaminación de metales pesados, y su rehabilitación
no puede ser considerada únicamente como un problema ecológico, sino como un asunto que abarca
factores económicos, políticos y culturales.
Respaldando el análisis anterior, los Índices de Calidad del Agua (ICA) del Río Bogotá, evaluados en
74 puntos de monitoreo, revelan un leve empeoramiento en indicadores en las estaciones LG Saucio,
Puente Caldas Río Checua y LG La Isla. Este estudio respalda la idea de que la cuenca alta y media
están más afectadas, como ya se describió en el análisis de afluentes, esta relación demuestra cómo los
afluentes tienen un impacto directo en la calidad del Río Bogotá. Estos resultados indican que la
descontaminación del río aún tiene un largo camino por recorrer y que las medidas tomadas hasta ahora
no han sido completamente efectivas.
En un esfuerzo por abordar la situación, la CAR ha invertido 487 millones de lares, incluyendo la
ampliación y optimización de la Planta de Tratamiento de Agua Residual (PTAR) El Salitre, sin
embargo, a la fecha la obra no está totalmente completada y, por lo tanto, aún no se observan resultados
significativos en la descontaminación del Río Bogotá. La necesidad de construir PTAR en los afluentes
que desembocan en el río es clara para reducir la carga contaminante en la cuenca baja.
Aunque se ha ampliado el cauce del río para prevenir desbordamientos y se han retirado sedimentos,
estos cambios no han tenido un impacto considerable en la carga contaminante. Además, se menciona
la construcción de 4 zonas multipropósito en localidades como Bosa, Engativá y Soacha, pero su
efectividad en la descontaminación aún no se ha visto debido a que las obras están en proceso.
En la presentación de la CAR en mayo de 2023, se destacan varios avances y resultados, por ejemplo,
se menciona que PTAR Salitre tiene un avance del 98%. Sin embargo, a pesar de que un 95% de las
aguas están siendo tratadas, esto no asegura su total descontaminación. Se menciona la adecuación
hidráulica del río, que ha demostrado ser efectiva en evitar inundaciones y muertes durante fuertes
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lluvias. También se resalta la siembra de 1,160,000 árboles a lo largo del río, la creación de un parque
lineal de 52 km, y la vigilancia de nodos de monitoreo para prevenir delitos en la cuenca.
Aunque se han realizado inversiones y esfuerzos significativos para mejorar la situación del Río Bogotá,
los resultados muestran que la descontaminación sigue siendo un desafío importante. Aunque hay
avances notables, como la reducción de malos olores y la mejora en la navegabilidad, aún queda mucho
por hacer para alcanzar una recuperación ambiental completa y sostenible.
En un esfuerzo integral para abordar la problemática, se están implementando diversos proyectos que
abarcan diferentes frentes e impactos en el entorno natural y medio ambiente del Río Bogotá, uno de
estos proyectos es la recuperación de la zona de Porvenir en Mosquera, que implica la creación de un
parque lineal; este parque contendrá atractivos como plazoletas con pictogramas muiscas, esculturas
como el Sauce Llorón en Engativá, embarcaderos, áreas multifuncionales similares a jardines botánicos
y conexiones con los ríos Fucha y Tunjuelo, se incluirán puentes de guadua en Soacha y un sendero
ambiental a lo largo del río desde Cota hasta Soacha. Esta iniciativa, aunque avanzada en la cuenca
media, es parte de un proyecto más amplio que abarcará un total de 63 kilómetros correspondientes a
la cuenca media y finalizará en Girardot, además, se planea abarcar toda la cuenca alta, desde
Villapinzón hasta Cota, y la cuenca baja, desde Soacha hasta Girardot, sumando 312 kilómetros
adicionales.
Este proyecto, concebido como un componente paisajístico, busca fomentar la interacción de la
comunidad con el entorno del río mientras contribuye a su recuperación ambiental y descontaminación,
para garantizar la seguridad se ha implementado un sistema de monitoreo con cámaras, drones y lanchas
en la cuenca media, a su vez, se han realizado adecuaciones hidráulicas en municipios y sectores como
Soacha, Tequendama, Canoas, Indumil, Ogamora, Isla Vuelta Grande en Bosa, y los humedales de
Engativá, entre otros. Estos trabajos tienen como objetivo garantizar un suministro de agua de mejor
calidad para la comunidad, se han invertido esfuerzos en la construcción de Plantas de Tratamiento de
Aguas Residuales (PTAR) para reducir la contaminación en el Río Bogotá, la cual proviene
principalmente de grandes descargas de aguas residuales, sin embargo, se reconoce que las PTAR
también generan efectos negativos, como emisiones de gases de efecto invernadero y otros impactos
ambientales.
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Investigadores de diversos departamentos de Ingeniería Ambiental en diferentes universidades realizan
estudios constantes para diagnosticar el estado de estas plantas de tratamiento y evaluar sus impactos,
este enfoque involucra a varias entidades responsables del cuidado ambiental, los estudios identifican
la tecnología utilizada por cada planta, evalúan su impacto ambiental y analizan los tipos de gases
emitidos.
En la cuenca del Río Bogotá, existen 63 plantas de tratamiento de aguas residuales que buscan reducir
los contaminantes generados por las comunidades de los municipios, cumpliendo con la normatividad
vigente y minimizando su impacto ambiental. Es importante recordar que la contaminación del Río
Bogotá se extiende hasta los mares a través del río Magdalena.
Los proyectos en curso están abordando diversas áreas para abordar la recuperación y descontaminación
del Río Bogotá, aunque se han logrado avances notables, queda evidente que se necesitará una
colaboración continua y enfoques integrales para lograr una mejora significativa en la calidad del agua
y el entorno ambiental en general.
CONCLUSIONES
La problemática de la Cuenca del Río Bogotá (Figura 2) puede resumirse en dos grandes temas los
cuales están relacionados entre sí, el primero, es la contaminación y el saneamiento del Río, y el
segundo, el desbalance hídrico de la cuenca. La contaminación del río y sus afluentes es provocada por
el vertimiento histórico de las aguas residuales domésticas e industriales de los municipios de la cuenca,
principalmente por el Distrito Capital sumado al inadecuado tratamiento de las aguas residuales debido
a la ausencia o baja cobertura, capacidad y calidad de las plantas de tratamiento. Por otra parte, el
desbalance hídrico de la cuenca que es gran parte producido por los usos inadecuados del suelo sin tener
en cuenta la vocación ambiental, agudizada por procesos de deforestación, sobreexplotación de
acuíferos para el sostenimiento de cultivos y ocupación de las rondas hídricas.
Adicionalmente, el transvase del agua proveniente de la cuenca del Río Guatiquía, la cual surte el
sistema Chingaza para el abastecimiento de los acueductos de Bogotá y algunos municipios de la
Sabana, pues posteriormente es descargada como agua residual al río Bogo contribuyendo al
desbalance del éste al aumentar su caudal natural (Secretaría Distrital de Planeación, 2014).
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Figura 2. Resumen de la problemática ambiental del Río Bogotá
Fuente: Subsecretaría de Planeación Territorial, Secretaría Distrital de Planeación (2014)
Esta problemática es acompañada por la falta de articulación, coherencia y desarmonización de los
instrumentos de ordenamiento regional, principalmente en las normas urbanísticas de clasificación de
suelo, permitiendo actividades en áreas que deberían ser protegidas. Igualmente, como lo evidenció el
diagnóstico del Consejo de Estado, dicha problemática también obedece a la baja capacidad
institucional y a la falta de voluntad política de las entidades de escala local, regional y nacional en la
administración, planificación, gestión y control ambiental del agua (Secretaría Distrital de Planeación,
2014).
En resumen, la contaminación del Río Bogotá es un problema multifacético que involucra causas
humanas y ambientales, con impactos negativos en la biodiversidad, la salud y la economía de la región.
A pesar de los esfuerzos de intervención, se requiere una estrategia más efectiva y coordinada que
aborde tanto las causas como las consecuencias de la contaminación para lograr una recuperación
sostenible del río y su entorno.
Recomendaciones
A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades, como la construcción de plantas de tratamiento
de aguas residuales y proyectos de recuperación ambiental, el problema persiste, se menciona que las
soluciones técnicas implementadas dependen de la inversión gubernamental y que los procesos
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administrativos han dificultado la implementación efectiva de acciones de conservación y
descontaminación.
Las soluciones propuestas incluyen la construcción y mejora de plantas de tratamiento de aguas
residuales, la creación de zonas multipropósito a lo largo del río para la comunidad, la recuperación de
áreas degradadas, y la implementación de medidas de monitoreo y control, también se menciona la
necesidad de abordar el problema desde una perspectiva integral que considera aspectos económicos,
políticos y culturales.
La situación del Río Bogotá es un ejemplo de cómo las actividades humanas pueden tener un impacto
devastador en los recursos naturales y en la calidad de vida de las personas, las acciones para abordar
esta problemática deben ser sostenibles, involucrar a múltiples actores y considerar tanto la
conservación ambiental como la mejora de la calidad de vida de las comunidades afectadas.
Es evidente generar mayor educación ambiental mientras se avanza en las obras, esto a lo largo de la
cuenca alta, media y baja del Río Bogotá de manera que cuando estas estén en funcionamiento la
comunidad ya cuente con un significado de la importancia de este y su respectivo cuidado.
Manejar las inversiones en mayores tecnologías que permitan generar descontaminación de las aguas
que desembocan al Río Bogotá para que el proceso de descontaminación de este sea aún mayor, y poder
prevenir así futuras problemáticas y afectaciones hacia la salud.
Generar nuevas políticas mucho más rigurosas hacia los aceites y otro tipo de residuos peligrosos los
cuales no debería ir a contaminar el Río Bogotá, por tanto, se evidencia que es necesario tener mayor
control de todos los generadores potenciales de residuos y vertimientos, esto con la finalidad de cuidar
con mayor rigurosidad el Río Bogotá.
Permitir mayor participación de las comunidades aledañas al cuidado del Río, brindándoles mayores
herramientas, para poder llegar al objetivo en común de un ambiente sano.
Involucramiento en acciones como estas pueden tener gran impacto en la disminución de la
contaminación del Río Bogotá, protegen además la biodiversidad y los ecosistemas de una gran parte
de la región e incluso el país.
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Es necesario que cada municipio tenga un plan de acción de lo corrido del 2024 y lo pendiente del resto
del año sobre el cuidado y la protección del Río Bogotá no solo respecto al cumplimiento de las Ordenes
de la Sentencia, sino dentro del marco de la importancia de este.
Para el cambio de gobierno de Colombia de los gobernantes locales se debe realizar el plan de entrega
del gobierno saliente y que cada candidato como el gobernante elegido incluya el cumplimiento de las
ordenes de la Sentencia y actividades mancomunadas dentro de su plan de gobierno para el cuidado del
medio ambiente, proyectos ambientales y cuidado del Río Bogotá.
Dentro de todos los responsables públicos y privados se debe dar continuidad del personal contratado
que tiene experiencia y trazabilidad en el cuidado del Río Bogotá. esto con el fin de asignar el personal
idóneo y los recursos necesarios a los proyectos a corto, mediano y largo plazo.
Ampliar el monitoreo de maras, sensores del nivel del Rio, drones y lanchas para la cuenca alta y baja
del Río Bogotá.
Potencializar la plataforma web destinada en la sentencia dada por el Consejo de Estado como único
medio de comunicación, seguimiento de indicadores, control y capacitaciones alimentado y presentado
por todos los entes responsables para la comunidad y mostrar el cumplimiento de esta.
Desde las fases de ejecución, seguimiento y evaluación del Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca
Hidrográfica (POMCA), seguir realizando los seguimientos al componente programático del POMCA
RO BOGOT mediante las diferentes herramientas de seguimiento, replanteando la visión de la
ocupación del suelo regional, aprovechando la obligatoria actualización de los instrumentos de
planificación.
En cuanto a las áreas de manejo, seguir en el cuidado de las áreas protegidas en diferentes categorías
con el objeto de proteger y garantizar la oferta de los servicios ambientales que estas ofrecen.
Se adopten las medidas necesarias para la reforestación de las zonas aledañas al Río Bogotá afectadas
por la deforestación.
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