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La HPP primaria ocurre dentro de las primeras veinticuatro horas posteriores al nacimiento del
producto, mientras que la HPP de tipo secundaria es ya una pérdida hemática en exceso presentada
posterior a las veinticuatro horas después del parto y hasta las doce semanas del puerperio [11, 12].
Cuando se examina a una paciente con hemorragia, es útil considerar los “4 T”: trauma, tejido, tono y
trombina [13]. La atonía del útero, que representa entre el 70% y el 80% de las hemorragias posparto,
suele ser la primera causa que se debe investigar en estos casos. Para tratar la atonía uterina, se
recomiendan técnicas como el masaje del útero, la técnica de compresión bimanual y el uso de
medicamentos con efecto uterotónico [14]. Las lesiones maternas, tales como laceraciones, hematomas
en expansión o la rotura uterina, también pueden causar hemorragia. La retención de restos del tejido
de la placenta puede identificarse de forma sencilla por medio de un examen físico manual o una
ultrasonografía realizada en la cabecera del paciente, y se trata con extracción por medio de técnica
manual, e incluso por medio de legrado uterino. Además, la trombina subraya la importancia de evaluar
el estado hemostático de la paciente y, si es necesario, manejar cualquier anomalía mediante la
administración de factores de coagulación, fibrinógeno u otros agentes. Es crucial identificar el
diagnóstico o diagnósticos más probables para comenzar las intervenciones adecuadas [15].
Dado que la hemorragia obstétrica puede ser impredecible, es crucial estar preparados para manejarla
en mujeres que la padecen. Aunque existen factores bien documentados, como prolongación del trabajo
de parto o infeccioso, como es la corioamnionitis, que se asocian con HPP, también es posible que
mujeres sin estos factores experimenten hemorragia posparto [16]. Algunas organizaciones sugieren
que se realice una evaluación de la probabilidad de riesgo de la madre previo a la resolución del embrazo
y a su ingreso, y que esta examinación se ajuste de forma continua en función del desarrollo de otros
factores con incremento de riesgo durante el periodo trabajo de parto o en le puerperio inmediato [17].
Existen métodos de determinación de riesgos que han sido útiles para identificar entre el 60-85% de las
pacientes con hemorragia significativa en el periodo obstétrico [17,18,19,20,21]. Sin embargo, un
estudio de estas herramientas en una cohorte de más de diez mil mujeres reveló que, aunque una de las
herramientas detectó de forma correcta un porcentaje mayor de 80% de las pacientes con HPP grave,
todavía había más del 40% de las pacientes que no presentaron hemorragia que fueron falsamente
determinadas como de alto riesgo, lo que dio a la herramienta una especificidad menor al 60%.