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INTRODUCCIÓN
Las personas por naturaleza fundamental requieren integrarse y relacionarse con otros individuos y la
comunicación es clave para satisfacer dichas necesidades (Hou et al. 2019), con el paso del tiempo, el
ser humano ha modificado la forma de comunicarse y relacionarse con otras personas al integrar
cambios de alto impacto, uno de ellos es el desarrollo de nuevas tecnologías y la rápida proliferación
de las redes sociales basadas en internet, estas han ocasionado una permuta súbita que matiza la
comunicación interpersonal actual.
Pero ¿qué es una red social y por qué puede convertirse en un problema en la población juvenil? “Las
redes sociales en línea, como LinkedIn, Facebook, Twitter, Instagram, entre otras, son servicios basados
en la web que permiten a los usuarios relacionarse, compartir información, coordinar acciones y en
general, mantenerse en contacto” (Orihuela-Colliva 2008). Dichas redes sociales, han adquirido gran
popularidad entre los jóvenes en los últimos años, ya que les permite comunicarse con diversos usuarios
y mantener vigentes sus relaciones, explorar la propia identidad, obtener apoyo ante preocupaciones,
desarrollar habilidades, entre otras. Además, el uso de estos espacios virtuales trae consigo beneficios,
por ejemplo, cuando se transita por el ciberespacio se activan las áreas sensitivas, perceptivas y
sensoriales, es decir, que la capacidad mental cuya función es codificar, almacenar y recuperar la
información se incrementa, beneficiando así, el desarrollo de habilidades para la rápida toma de
decisiones, además de que las plataformas digitales como blogs, videos, páginas web, etc. son un gran
difusor de información, hábitos y estilos de vida saludables (Arab y Díaz 2015).
Si bien, es evidente los beneficios que los medios digitales y las redes sociales proporcionan a los
usuarios, habría que plantearse si ¿estas plataformas podrían constituir un riesgo para la población
juvenil?, examinar cómo el uso de ellas, pudiera impactar en la salud mental de los adolescente y en su
desempeño académico, ya que se le considera un grupo vulnerable por encontrarse en un proceso
neuropsicobiológico y social crucial de crecimiento, siendo una etapa de desarrollo cuyo propósito
implica la construcción de la identidad y del autoconcepto.
El uso de las redes sociales podrían impactar en el proceso de identidad, ya que facilitan la exploración
y expresión de algunos aspectos de ésta, sin embargo, el feedback virtual que los jóvenes reciben puede
llegar a ser perjudicial debido al anonimato, distanciamiento afectivo y la baja empatía que se puede