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fundamenta en 8 pilares: mejora focalizada, mantenimiento autónomo, mantenimiento planeado,
capacitación, control inicial, mejoramiento para la calidad, TPM en los departamentos de apoyo y
seguridad, higiene y medio ambiente. La implementación del TPM implica: acciones de mantenimiento
en todas las etapas del ciclo de vida del equipo, participación amplia de todas las personas, orientado a
la mejora de la efectividad global de las operaciones, intervención significativa del personal involucrado
en el cuidado y conservación de los equipos y recursos físicos, y procesos de mantenimiento
fundamentados en la utilización profunda del conocimiento que el personal posee sobre los procesos.
Mora (2009), indica “el Mantenimiento Centrado en la Confiabilidad (RCM) se define como un proceso
usado para determinar que debe hacerse para asegurar que cualquier recurso físico continúe realizando
lo que sus usuarios desean que realice en su producción normal actual (Moubray, 2001, 2004)”. La
filosofía del RCM se fundamenta en la evaluación de los componentes de los equipos, su estado y
función, identifica componentes críticos, aplicación de las técnicas de mantenimiento proactivo y
predictivo, y chequeo en sitio y en operación del estado corpóreo y funcional de los elementos, mediante
revisión y análisis permanentes. El RCM es una táctica que se basa en el permanente cuestionamiento
de las actividades de mantenimiento, sigue un proceso lógico, coherente y normativo, las preguntas son:
1. ¿Cuáles son las funciones y parámetros asociados al equipo en su ambiente operacional normal
actual?, 2. ¿De qué manera puede fallar y no cumplir las funciones anteriores?, 3. ¿Cuál o cuáles son
las causas inmediatas o básicas? ¿Cuál es su causa raíz?, 4. ¿Qué pasa y qué impactos genera cada falla
funcional?, 5. ¿Cuál es la importancia de cada falla?, 6. ¿Cómo se puede predecir, prevenir o eliminar
cada falla?, 7. ¿Qué controles se pueden ejecutar para controlar la falla, si no hay tareas que permitan
anticiparse a ella o anularla?.
También Mora (2009), define al Mantenimiento Proactivo como “una táctica de mantenimiento dirigida
fundamentalmente a la detección y corrección de las causas que generan desgaste y que producen la
falla de la maquinaria”. El proactivo es una metodología en la cual el diagnóstico y tecnologías
predictivas son empleadas para lograr aumentos significativos de la vida de equipos y disminuir tareas
de mantenimiento, erradicando o controlando las causas de fallas de las máquinas.
Susuki Tokurato (1996) indicó: "El mantenimiento autónomo es el conjunto de disposiciones técnicas,
medios y actuaciones que permiten garantizar que las máquinas, instalaciones y organización que