MODELO MOTIVACIONAL DE PINTRICH
COMO ESTRATEGIA DE AUTORREGULACIÓN
EN LA CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO
PINTRICH'S MOTIVATIONAL MODEL AS A
SELF-REGULATION STRATEGY IN THE CONSTRUCTION
OF KNOWLEDGE
Laine Patricia Intriago Uquillas
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador
Jean Carlo Viteri Uquillas
Unidad Educativa Andrés de Vera, Ecuador
Ana Maribel Changotasig Vega
Unidad Educativa Dr. José Viliulfo Cedeño Sánchez, Ecuador
pág. 1784
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.13649
Modelo Motivacional de Pintrich como Estrategia de Autorregulación en la
Construcción de Conocimiento
Laine Patricia Intriago Uquillas1
layneartes@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-4156-0982
Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí
Manta Ecuador
Jean Carlo Viteri Uquillas
jcarlosvu@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0004-1904-2312
Unidad Educativa Andrés de Vera
Portoviejo Ecuador
Ana Maribel Changotasig Vega
danyana20102011@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0003-4786-6525
Unidad Educativa
Dr. José Viliulfo Cedeño Sánchez
Jipijapa Ecuador
RESUMEN
La necesidad de realizar una investigación relacionada a la aplicación de estrategias para mejorar el
rendimiento académico se hace cada vez más indispensable, en este trabajo se analizan las razones tales
como la falta de motivación, falencias en la aplicación de estrategias de aprendizaje y la incidencia del
entorno socio cultural, incitando a explorar el impacto del Modelo Motivacional de Pintrich como una
estrategia de autorregulación en el proceso de construcción de conocimiento y cómo estos elementos
interactúan para influir en la motivación. A través de ejemplos prácticos, se ilustra cómo se puede
mejorar significativamente el rendimiento académico, promover un aprendizaje profundo y fomentar la
autonomía del estudiante. Para este estudio se analizó el desarrollo cognitivo de un grupo de estudiantes
de educación básica superior con bajo rendimiento académico de una institución pública del Ecuador.
Se discuten las implicaciones prácticas y las recomendaciones para educadores y diseñadores de
programas educativos que deseen integrar eficazmente la autorregulación en sus prácticas pedagógicas,
cultivando la capacidad para construir conocimiento de manera efectiva y duradera. Este estudio puede
contribuir a mejorar el proceso de adquisición de conocimiento en los estudiantes de educación básica
superior.
Palabras clave: modelo motivacional, autorregulación, conocimiento, aprendizaje
1
Autor principal
Correspondencia: layneartes@hotmail.com
pág. 1785
Pintrich's Motivational Model as a Self-Regulation Strategy in the
Construction of Knowledge
ABSTRACT
The need for research related to applying strategies to improve academic performance is increasingly
indispensable. This paper analyzes reasons such as lack of motivation, deficiences in the application of
learning strategies, and the influence of the socio-cultural environment, leading to an exploration of the
impact of Pintrich´s Motivational Model as a self-regulation strategy in the knowledge construction
process and how these elements interact to influence motivation. Through practical examples, it
illustrates how academic performance can be significantly improved, deep learning can be promoted,
and student autonomy can be encouraged. This study analyzed the cognitive development of a group of
upper-basic education students with low academic performance from a public institution in Ecuador.
Practical implications and recommendations are discussed for educators and educational program
designer who wish to effectively integrate self-regulation into their pedagogical practices, cultivating
the ability to construct knowledge in an effective and lasting manner. This study can contribute to
improving the knowledge acquisition process in upper-basic education students.
Keywords: motivational model, self-regulation, knowledge, learning.
Artículo recibido 08 agosto 2024
Aceptado para publicación: 10 setiembre 2024
pág. 1786
INTRODUCCIÓN
Revisar el modelo propuesto por Paul R. Pintrich es crucial para entender los procesos por los que una
persona pasa al enfrentarse al aprendizaje. Este modelo establece cuatro fases que intervienen en las
dimensiones del individuo para favorecer el aprendizaje; estas fases son: planificación, monitoreo,
control y reflexión, las cuales se encuentran dentro de las dimensiones cognitiva, motivacional,
conductual y contextual. Este modelo de autorregulación del aprendizaje y la motivación en contextos
académicos pueden ser totalmente regulados por el aprendiz, sin embargo, el contexto de aprendizaje y
los factores sociales son un gran influyente para el desarrollo cognitivo del estudiante (Pintrich, 2004).
El presente trabajo de investigación, tiene como objetivo, presentar una revisión bibliográfica de como
estas fases intervienen en cada dimensión del individuo cuando está en proceso de adquisición de
aprendizaje, así como también analizar las problemáticas existentes que impiden la adquisición de
conocimiento en los estudiantes de educación media superior, para poder aplicar estrategias
metacognitivas de autorregulación de aprendizaje.
Con esto, se pretende plantear una base teórica a manera de guía estratégica para gestionar y adaptar el
currículo y planificación de clases en base a la adquisición de aprendizaje, incitando al educador a la
búsqueda y aplicación de todos que incentiven la autorregulación de aprendizaje a través de
estrategias metacognitivas que puedan ser desarrolladas dentro del salón de clases como método de
estudio y adquisición de conocimientos transversales en las diferentes asignaturas que los estudiantes
reciben.
Con la guía diseñada como resultado de esta investigación, se busca impulsar la motivación y el interés
hacia la adquisición de conocimiento de los estudiantes de educación básica superior, proporcionando
estrategias pedagógicas adaptadas a sus necesidades, estas estrategias no solo buscan mejorar el
rendimiento académico, sino también fomentar un ambiente de aprendizaje más dinámico y atractivo.
A través de actividades interactivas, recursos didácticos contextualizados y un enfoque en el aprendizaje
significativo, se espera que los estudiantes desarrollen una actitud positiva hacia su educación,
contribuyendo a su éxito académico y personal.
pág. 1787
En la presente investigación se muestra de manera continua la frase adquisición de conocimientos, en
vez de estudio, esto debido a que la guía que se plantea en este texto, pretende ser aplicada a todas las
áreas de conocimiento, así como también a los diferentes temas de interés de cada individuo, es decir,
se espera que los estudiantes logren desarrollar estas estrategias metacognitivas y puedan aplicarlo no
solo en el aula de clases o para aprobar el periodo académico, si no también, para que puedan aplicar
estas estrategias en su vida diaria y con cualquier otro tema de interés que no sea necesariamente alguno
que esté pautado en el currículo estudiantil.
METODOLOGÍA
La presente investigación, se trabajó a través de una búsqueda sistemática de fuentes bibliográficas de
gran impacto educativo tales como artículos científicos y libros ubicados en revistas de alto impacto,
en los que se discuten y analizan diferentes puntos de vista referentes a la aplicación de metacognición
y autorregulación en el aprendizaje.
Cada fuente seleccionada fue analizada de manera crítica, evaluando la metodología utilizada por
autores, enfocando la validez de los argumentos y la interpretación de cómo sus hallazgos contribuyen
al entendimiento del modelo.
Por otro lado, se aplicó el muestreo deliberado como técnica de selección, eligiendo a los participantes
más relevantes para este estudio. De esta manera, se logró una comprensión específica del problema al
enfocarse en los estudiantes con bajo rendimiento académico.
DISCUSIÓN Y REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Es muy notoria la falta de interés por estudiar de los y las jóvenes de educación básica superior, varios
son los motivos, los cuales, cada docente debe analizar e identificar, puesto que, como ya es sabido,
cada persona tiene su propio estilo de aprendizaje, sin embargo, es de vital importancia, aplicar
estrategias metacognitivas que ayuden a impulsar el interés y la motivación hacia la adquisición de
conocimiento.
Factores como el estrato social, la familia, la cultura y costumbres de cada estudiante, son los íntegros
responsables de la falta de interés de los jóvenes hacia el estudio, es así que la presente investigación
pretende contribuir al desarrollo metacognitivo de los jóvenes de educación media superior, a través del
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desarrollo de una guía metodológica para la aplicación de técnicas y estrategias que ayuden al estudiante
a fomentar el interés por la adquisición de conocimiento.
Por otro lado, los estudiantes presentan un bajo nivel de interés y motivación hacia los estudios, así
como también falencias en habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas, reflexión o
dominio de los temas tratados en el aula de clases, lo que afecta directamente a la evaluación de
aprendizajes culminando con el registro de un bajo nivel en el récord académico.
La falta de conciencia que presentan los estudiantes sobre la importancia de adquisición de
conocimientos es un fenómeno preocupante, esta carencia se manifiesta en la falta de motivación
intrínseca, lo que repercute negativamente en su desarrollo personal. Los estudiantes que no
comprenden el valor del aprendizaje tienden a abordar sus estudios con total desinterés, limitando su
capacidad para desarrollar habilidades críticas y reflexivas que son esenciales en su formación integral
(Escobar, 2011).
Por otro lado, Chacón et al., (2014) sostienen que la falta de herramientas tecnológicas en el aula de
clases, limita significativamente las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes en un mundo cada
vez más digitalizado. Las tecnologías educativas como los dispositivos y software interactivo, no solo
facilitan el acceso a información actualizada, sino que permite la creación de entornos de aprendizaje
más dinámicos y personalizados. Sin estas herramientas, los estudiantes pueden encontrarse en
desventaja, ya que su experiencia educativa se reduce a métodos tradicionales.
Además, la ausencia de tecnología en el aula dificulta la preparación de los estudiantes para el futuro
laboral, donde las habilidades digitales son cada vez más esenciales. La brecha tecnológica en la
educación no solo afecta la calidad del aprendizaje, sino que también perpetúa la desigualdad, ya que
aquellos estudiantes que no tienen acceso a estas herramientas en los centros educativos, pueden
quedarse atrás en comparación con sus pares que sí las utilizan (Farías et al., 2020).
Se considera también el escaso desarrollo de habilidades de pensamiento crítico, limitando la capacidad
de analizar, evaluar y resolver problemas de manera efectiva. Cuando las actividades educativas se
centran exclusivamente en la memorización de hechos y la repetición de conceptos, los estudiantes no
tienen la oportunidad de practicar y desarrollar el pensamiento crítico, lo que resulta en una
comprensión superficial del tema, en la que podrían recordar cierta información, pero carecen de la
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habilidad para aplicarla en situaciones nuevas o complejas; a través del pensamiento crítico, los
estudiantes cuestionan ideas, formulan sus propias opiniones y toman decisiones basadas en un análisis
profundo, pero sin su desarrollo adecuado, estos aspectos quedan desentendidos (Núñez et al., 2020).
Por otro lado, existe un aspecto, que podría considerarse como el más importante, y es la falta de
orientación por parte del docente, teniendo un impacto significativo en el proceso de aprendizaje. Sin
una guía clara, los estudiantes pueden sentirse desorientados, inseguros sobre sus progresos y, en
consecuencia, desmotivados. La orientación del docente ayuda a los estudiantes a comprender los
objetivos de aprendizaje, las expectativas y las estrategias efectivas para alcanzar el éxito académico.
Sin este apoyo, los estudiantes pueden tener dificultades para identificar sus errores, limitando su
capacidad para mejorar y desarrollar nuevas habilidades.
Según Acuña, et al. (2022), la retroalimentación constructiva proporciona una visión clara de sus
fortalezas y áreas de mejora. Cuando los estudiantes no reciben retroalimentación adecuada, se pierde
la oportunidad de corregir malentendidos, reforzar aprendizaje y fomentar la confianza en sus
capacidades, dejando a los estudiantes sin las herramientas necesarias para alcanzar su máximo
potencial. La retroalimentación debe ser oportuna, específica y orientada a brindar soluciones, de modo
que los estudiantes puedan ajustar sus enfoques y avanzar con mayor seguridad en su aprendizaje.
Bajo el análisis de las carencias detectadas que limitan la adquisición de aprendizaje, se hace necesario
aplicar estrategias metacognitivas en el salón de clases, a través del estudio del modelo motivacional de
Pintrich, el cual se toma como base para la creación de una guía metodológica que ayude a desarrollar
la metacognición y detectar estrategias para adquisición de conocimiento efectivo.
Existe un amplio estudio sobre estrategias de aprendizaje basadas en la metacognición, que podrían
estar estrechamente relacionadas con la fase cognitiva de Pintrich. O´Malley & Chamot (1990)
proponen como estrategia metacognitiva la planificación, el monitoreo y la evaluación; la planificación
se entiendo como los pasos a seguir para el desarrollo de una tarea; el monitoreo, es poder llegar a ser
consciente de la actividad que se está realizando, por último, la evaluación sería determinar de qué
manera se realizó la actividad y el resultado que se ha obtenido.
A través de esta propuesta, se pretende que los aprendices tomen conciencia de lo que se está
aprendiendo al relacionar la información nueva con la ya conocida, a través de la planificación y
pág. 1790
organización, se definen las metas y objetivos para una tarea específica, entender su nivel de
complejidad y conocer los métodos necesarios para llevarla a cabo; finalmente, el monitoreo y la
evaluación ayudan a determinar el progreso y los resultados obtenidos.
La dimensión cognitiva es esencial para entender cómo los estudiantes gestionan y controlan
activamente su proceso de aprendizaje, se analiza esta dimensión en torno a las cuatro fases
interrelacionadas: planificación, monitoreo, control y reflexión (Pintrich 2004).
En primera instancia, los estudiantes establecen metas de aprendizaje específicos y desafiantes
identificando recursos y estrategias que puedan aplicar para alcanzar esas metas, para finalmente
desarrollar un plan de acción, una vez establecido el plan, los aprendices empiezan a monitorear el
progreso hacia las metas de aprendizaje, esto implica supervisar su rendimiento, evaluar la comprensión
y habilidades, y comparar sus resultados con los estándares establecidos; permitiendo identificar áreas
de progreso, así como también las debilidades para poder crear ajustes o intervenciones adicionales
(Torrano et al., 2017).
En base al monitoreo continuo, Zimmerman (2008) indica que los aprendices toman medidas para
controlar y ajustar su comportamiento de aprendizaje, en esta fase, pueden generarse modificaciones en
las estrategias antes aplicadas, gestionar el tiempo de estudio, generar la búsqueda de ayuda cuando sea
necesaria y la adaptación a diferentes contextos y desafíos. El control permite a los estudiantes
mantenerse enfocados, motivados y comprometidos con sus metas de aprendizaje.
Por último, en la fase de reflexión dentro de la dimensión cognitiva, se involucra a los estudiantes en
la evaluación y revisión de su aprendizaje. Esto incluye la reflexión sobre lo que han aprendido, cómo
lo han aprendido y cómo pueden mejorar en el futuro y así pautar fortalezas, áreas de mejora y
estrategias efectivas para un próximo aprendizaje. Esta reflexión les permite ajustar sus estrategias de
aprendizaje y planificar futuras acciones para optimizar su rendimiento académico (García, 2012).
Bajo la dimensión motivacional, la teoría de Pintrich sobre la motivación y autorregulación en el
aprendizaje se centra en cómo los estudiantes se motivan y se comprometen activamente en sus procesos
educativos. Dentro de esta teoría, la dimensión motivacional se relaciona con las metas, creencias y
emociones que influyen en la autorregulación del aprendizaje.
pág. 1791
En la fase de planificación motivacional, los estudiantes establecen metas de aprendizaje específicas y
desafiantes que están vinculadas a sus intereses, valores y expectativas. Estas metas deben ser
significativas y relevantes para el estudiante, lo que puede aumentar la motivación intrínseca y el
compromiso con el aprendizaje. Por consiguiente, a través del monitoreo motivacional, los estudiantes
evalúan continuamente su motivación y compromiso con las metas de aprendizaje establecidas,
reconociendo y reflexionando sobre su nivel de interés, esfuerzo y persistencia, así como identificar
cualquier cambio en su motivación a lo largo del tiempo.
La fase de control motivacional permite que los estudiantes tomen medidas para mantener, ajustar o
reorientar su motivación y compromiso con el aprendizaje, adoptando estrategias de autorregulación,
como la autoevaluación, la reestructuración cognitiva y la búsqueda de apoyo social para superar
desafíos y obstáculos, llevándolos a la reflexión que consiste en evaluar y revisar su motivación,
creencias y emociones relacionadas con el aprendizaje, es decir el estudiante reflexiona sobre lo que le
motiva, cómo se siente en relación a sus metas y cómo puede mejorar su motivación pactando
compromisos futuros.
La autorregulación no se limita a controles internos, sino que incluye la interacción dinámica con el
entorno externo. Bandura (2015) sostiene que comprender esta interacción es importante para
desarrollar modelos integrales del comportamiento humano y del aprendizaje, a tal punto de considerar
cómo las creencias de autoeficiencia afectan no solo las acciones individuales, sino también cómo estas
acciones se interrelacionan con factores contextuales y sociales. No cabe duda de que la motivación
representa un factor fundamental en la adquisición de conocimiento y rendimiento académico, las
relaciones afectivas y estrategias que se implementan en el aula de clases deben ser estratégicamente
aplicadas según el contexto de cada grupo de aprendices, teniendo relación directa con los resultados y
alcance de objetivos. Albert Bandura introdujo el concepto de “Expectativa de eficacia” como parte de
su teoría social cognitiva, haciendo referencia a las creencias o juicios que las personas tienen sobre su
capacidad para organizar y ejecutar acciones necesarias para lograr objetivos específicos en situaciones
particulares, es decir, es la confianza que una persona tiene en su habilidad para desempeñarse de
manera efectiva en una tarea, afectando directamente al comportamiento, las metas establecidas, el
esfuerzo empleado para alcanzarlas y la perseverancia ante desafíos (Bandura, 1977).
pág. 1792
Bandura plantea la postura de que la expectativa de eficacia influye directamente en el comportamiento
humano, y más directamente en la motivación para enfrentar desafíos, y la capacidad para superar
obstáculos. Adicional a esto, plantea que la persona no sólo evalúa su propia competencia, si no que
observa y analiza el comportamiento de otras tomando como referencia las experiencias para formar
sus expectativas de eficacia. Es así que, si un estudiante tiene una alta expectativa de eficacia en la
adquisición de nuevo conocimiento, es más probable que sienta el deseo de perfeccionarse, y así, ser
capaz de enfrentarse a situaciones desafiantes con resultados favorables que le sirven de motivación
para seguir ejecutando tareas y alcanzar metas. Bajo esta perspectiva, se proporciona una comprensión
profunda de cómo la expectativa de eficacia influye en el comportamiento humano y la capacidad para
enfrentar desafíos y perseguir metas.
En cuanto a la dimensión conductual, esta hace referencia a las acciones y comportamientos que los
estudiantes emplean para gestionar y dirigir su aprendizaje; en la fase de planificación, los estudiantes
desarrollan un plan de acción específico para lograr sus metas, a través de acciones como identificar
tareas, establecer horarios, asignar recursos y seleccionar estrategias adecuadas que faciliten el logro de
sus objetivos académicos.
Durante la fase de monitoreo conductual, los estudiantes supervisan y evalúan su progreso en relación
con el plan de acción establecido. Esto comprende llevar a cabo las actividades planificadas, mantenerse
enfocados en las tareas, gestionar el tiempo de manera efectiva y reconocer cualquier desviación o ajuste
necesario en su comportamiento hacia el aprendizaje.
En esta fase, los estudiantes ajustan y adaptan su comportamiento de aprendizaje según sea necesario
para alcanzar sus metas, a través de la modificación de estrategias, la reasignación de recursos, la
búsqueda de apoyo y la implementación de acciones correctivas para superar desafíos. Luego de esto,
se presenta la fase de reflexión, la cual permite a los estudiantes evaluar y revisar su comportamiento,
acciones y resultados en relación con sus metas de aprendizaje.
Para Zimmerman (1989), la dimensión conductual representa las acciones y comportamientos concretos
de los estudiantes, ofreciendo una visión de cómo está autorregulado su aprendizaje. Al observar las
conductas de los estudiantes, los educadores pueden identificar si están aplicando estrategias efectivas
de autorregulación y ofrecer el apoyo necesario.
pág. 1793
Finalmente, la dimensión contextual se centra en el entorno y las condiciones externas que influyen en
el proceso de aprendizaje. Desde la planificación contextual, los estudiantes identifican y establecen
estrategias específicas para adaptarse y gestionar el entorno de aprendizaje. Considerando factores
como el ambiente físico, los recursos didácticos disponibles, las interacciones sociales y las expectativas
académicas para desarrollar un plan de acción efectivo.
En la fase de monitoreo contextual, los estudiantes evalúan continuamente cómo el entorno de
aprendizaje influye en su progreso y rendimiento, para esto es importante observar cómo interactúan
con el entorno, identificar oportunidades y desafíos, y ajustar su comportamiento en función de las
condiciones cambiantes.
En cuanto al control, los estudiantes toman medidas para gestionar y adaptarse al entorno de aprendizaje
de manera efectiva. A través de la modificación de estrategias, la búsqueda de apoyo, la colaboración
con otros y la utilización de recursos disponibles para superar obstáculos y maximizar las oportunidades
de aprendizaje.
Por último, en la fase de reflexión contextual, se evalúa y revisa cómo el entorno de aprendizaje ha
influido en la experiencia educativa. Mediante la reflexión sobre la efectividad de las estrategias
utilizadas, se identifican áreas de mejora en el entorno para planificar acciones futuras que permitan
optimizar el aprendizaje.
El ambiente o contexto de aprendizaje, influye tanto a la parte cognitiva como didáctico, Vygotsky
(1978) sostiene que el desarrollo cognitivo se forma a través de interacciones sociales y herramientas
culturales. Vigotsky enfatiza la zona de desarrollo próximodonde un individuo puede realizar una
tarea con ayuda; por otro lado, Leóntiev (1983) destaca la actividad como unidad básica del desarrollo,
aludiendo que la interacción con el entorno social y cultural es esencial para entender cómo se forma la
conciencia humana, es así que se subraya la importancia de la cultura y la sociedad en el moldeamiento
de la mente y el comportamiento.
Según Pintrich (2023) uno de los principales factores es la autoeficacia percibida por los estudiantes, es
decir la percepción que el estudiante tiene de mismo sobre su capacidad para realizar una tarea o
alcanzar un objetivo. Cuando el estudiante tiene un alto nivel de autoeficacia, es más probable que se
comprometa activamente en el proceso de aprendizaje.
pág. 1794
Pintrich & Schunk (2022) manifiestan que la valoración del objetivo es otro factor de suma
importancia, indican que es indispensable que los estudiantes sepan la relevancia y valor que se le
otorgue a cada actividad, si los estudiantes son conscientes de la utilidad o aplicabilidad de algún tema
o tarea que se desarrolle en el aula, este logrará desarrollarlo con mayor precisión.
Además del objetivo, y resultados de aprendizaje de cada clase, Pintrich identificó la meta de logro
como un factor motivacional de suma importancia, refiriéndose a los objetivos específicos que los
estudiantes establecen para mismos en términos de aprendizaje y rendimiento académico. Entender
el por qué y para qué se aprende, cuando el estudiante establece sus propias metas claras y alcanzables,
aumentará su motivación intrínseca y su compromiso con el proceso de aprendizaje (Pintrich, 2000).
Hattie (2009) Propone la teoría denominada aprendizaje visible, que comprende la aplicación de cuatro
estrategias: claridad, debate, retroalimentación y auto-aprendizaje. La claridad hace referencia a
establecer los objetivos de enseñanza, respaldados por contenidos de ejemplos y aplicación, este
contenido debe estar apoyado por debates, con instancias de comunicación, argumentación y
evaluación, siendo el docente guía motivador para el desarrollo de las actividades, después, es
indispensable llegar a la retroalimentación, tanto de parte del docente como del estudiante, el docente
debe saber si el estudiante ha recibido el aprendizaje de forma significativa expresándole lo que ha
hecho bien y lo que debe mejorar, este proceso debe ser reforzado por un dialogo fluido con un vínculo
de respeto, en el cual se deben expresar las habilidades y debilidades, es decir comunicar lo positivo y
también lo negativo de tal manera identificar si es necesario mejorar alguna habilidad.
De aquí parte la autoevaluación, revisar y replantear los métodos usados para adquirir un contenido.
Otra estrategia propuesta por Hattie (2009), es el auto aprendizaje en la que los estudiantes deben tener
la oportunidad de dirigir su propio aprendizaje en base a la metacognición, es decir, la conciencia del
conocimiento adquirido y la habilidad para comprender, controlar y manipular sus propios procesos de
aprendizaje.
El modelo de Hattie no se aleja del enfoque de Pintrich, pues este establece que los factores cognitivos
son esenciales para el procesamiento de la información de los estudiantes logrando comprometerse con
el cumplimiento de las actividades académicas.
pág. 1795
Se expone la autorregulación del aprendizaje como uno de los factores cognitivos más destacados
debido a que este implica que los estudiantes establezcan metas de aprendizaje, monitoreen su progreso
y regulen sus estrategias de aprendizaje de tal manera que puedan alcanzar esas metas; con el monitoreo
de sus actividades, los estudiantes logran ser conscientes de sus procesos de pensamiento y sabrán
escoger la estrategia metacognitiva que guie a mejorar su comprensión y rendimiento académico
(Pintrich, 2000).
RESULTADOS
En el siguiente apartado, se hará un breve recorrido sobre algunas estrategias que el docente puede
aplicar para el óptimo desarrollo del proceso de aprendizaje.
Como punto de partida, es de suma importancia que el docente diseñe una clase atractiva y dinámica,
en la que se fomente la participación activa de los estudiantes, de esta manera se logra captar la atención
del educando.
Como parte de la planificación de la clase, es esencial que el docente establezca metas claras, las cuales
debe socializar con los estudiantes, esto les proporciona un sentido de dirección y propósito.
Si él o la docente debe preparar su clase, también es indispensable que les enseñe a los estudiantes
estrategias de planificación, organización de tiempo, cómo priorizar y ejecutar actividades, a través de
herramientas y técnicas como el uso del calendario, agenda, y la elaboración de planes de estudio.
Fomentar la autoevaluación y monitoreo ayuda a desarrollar un sentido crítico y a identificar áreas de
mejora, esto se puede aplicar a través de un conversatorio al finalizar la clase, en la que los estudiantes
expresen sus sentimientos ante las actividades realizadas, discutir las estrategias aplicadas, ¿Me sirvió
esto? ¿me ayudó la manera en la que lo hice? ¿y si aplico esta otra técnica? Este tipo de preguntas que
fomentan la autoevaluación a través de charlas en la que de manera grupal pueden compartir
experiencias de adquisición de aprendizaje, identificando posibles obstáculos y ajustando su enfoque
según las necesidades.
Dar tiempo a los estudiantes para que reflexionen sobre su propio aprendizaje, pensamientos y
emociones, a través de diarios de aprendizaje o participar en discusiones reflexivas, esto puede dar
inicio a la retroalimentación por parte del docente, actividad que es indispensable para saber si los
estudiantes realmente lograron adquirir aprendizaje, brindando información valiosa para ajustar su
pág. 1796
enfoque y mejorar. El docente debe ser capaz de crear un ambiente de apoyo, en el que se fomente la
autorregulación y los estudiantes se sientan seguros de expresar sus pensamientos y emociones, y donde
se valoren el esfuerzo y la mejora continua.
Integrar estas estrategias en la enseñanza, contribuye significativamente al desarrollo de la
autorregulación en los estudiantes. Siendo el docente persona guía y motivador para que los estudiantes
tomen conciencia y logren identificar las estrategias de aprendizaje que puedan utilizar para conseguir
las metas propuestas (Urbina y Graus, 2023).
Si bien es cierto, el modelo motivacional se enfoca en el estudiante, pues a través de la metacognición,
los aprendices son capaces de gestionar los mecanismos adecuados que le conlleven a un óptimo
aprendizaje, sin embargo, es de suma importancia la guía y seguimiento del docente, quien es
considerado como el agente encargado de desarrollar el proceso metacognitivo de los estudiantes, es
quien debe brindarle las herramientas a través de estrategias que fomenten los diferentes métodos de
aprendizaje, ayudando al estudiante a descubrir cuál es la mejor vía de adquisición de aprendizaje
(García y Pintrich, 2023).
El rol del docente es fundamental para facilitar y promover la metacognición en los estudiantes,
fomentando un ambiente en el cual los estudiantes reflexionen sobre sus propios procesos de
pensamiento. El docente debe encargarse de animar a los estudiantes a ser conscientes de cómo abordan
las tareas, qué estrategias utilizan y cómo pueden mejorar su enfoque de aprendizaje (Gargurevich,
2008).
Es de suma importancia que el docente se muestre como modelo, compartiendo sus propios procesos
de pensamiento y estrategias de aprendizaje, así como también compartir experiencias para lograr que
los estudiantes pueden comprender cómo aplicar la metacognición en sus propias actividades de
aprendizaje, logrando que los estudiantes puedan desarrollar sus propias habilidades metacognitivas.
Así mismo, es necesario hacerle saber a los estudiantes que deben creer en su capacidad para
comprender y manejar tareas académicas complejas. Pintrich y Groot (1990) manifiestan que cuando
los estudiantes logran un alto nivel de autoeficacia cognitiva, están más dispuestos a enfrentar desafíos
académicos y utilizar estrategias de aprendizaje efectivas.
pág. 1797
La creencia y percepción que los estudiantes tienen sobre la adquisición de conocimientos y la
inteligencia, conocida como teoría implícita, pueden influir en cómo los estudiantes abordan las tareas
académicas, la persistencia en el aprendizaje y la adopción de estrategias efectivas.
El contexto de aprendizaje es un factor fundamental en la manera de cómo los estudiantes logran
motivarse, adquirir conocimiento y comprometerse con sus estudios. Para esto, como parte del contexto
de aprendizaje, el ambiente del aula y la cultura educativa son elementos clave para el desarrollo
cognitivo. Pintrich (2003) señaló que un ambiente de aula que fomente la autonomía, el apoyo del
docente y la colaboración entre compañeros, puede aumentar la motivación y el compromiso con el
aprendizaje.
El diseño de las tareas y actividades también influyen en la motivación de los estudiantes, Pintrich y
Schunk (2002) indican que es muy conveniente aplicar tareas desafiantes pero alcanzables, estas deben
ser relevantes para los intereses y experiencias de los estudiantes, permitiendo la participación activa.
Otro factor contextual es la evaluación y retroalimentación. Según Hattie y Clarke (2018) la
retroalimentación oportuna y constructiva, junto con las evaluaciones formativas que guían el proceso
de aprendizaje, pueden mejorar la motivación, así como proporcionar información del progreso o
avance del aprendizaje.
Según Lanz (2006), La autorregulación, como sistema de aprendizaje, es un proceso de monitoreo y
acción en el que el estudiante analiza la adquisición de su propio aprendizaje, tomando conciencia sobre
los mecanismos y estrategias que le favorecen a su rendimiento, mejorando la retención de contenidos,
tomando auto control de su proceso de formación académica.
La autorregulación del aprendizaje, la autoeficacia cognitiva, las creencias y percepciones de los
estudiantes sobre el aprendizaje y la inteligencia, son elementos cognitivos que interactúan logrando
influenciar en la motivación, el compromiso y el rendimiento académico.
Este esquema se aplicó en clases regulares de tutoría a modo de guía y generación de conciencia sobre
la importancia de adquisición de conocimiento de los estudiantes. Se espera que sea implementado en
otras asignaturas y áreas estratégicas necesarias, donde la autorregulación y la metacognición sean
indispensables para el desarrollo académico y personal de los estudiantes.
pág. 1798
La aplicación del modelo mostró resultados favorables, particularmente en temas de interés común que
fomentaban la reflexión y el intercambio de opiniones entre los estudiantes.
Esta estrategia no solo promovió un mayor compromiso con el proceso de aprendizaje, sino que también
permitió a los estudiantes identificar y utilizar de manera efectiva sus propias habilidades de
autorregulación, mejorando así su autonomía y confianza en el manejo de su propio proceso educativo.
Estos hallazgos sugieren que la incorporación de principios de motivación y metacognición, como los
propuestos por Pintrich, podría ser un componente clave en la mejora de la calidad educativa en
diferentes contextos y niveles de enseñanza.
La motivación de los estudiantes en el contexto educativo, está influenciada por factores como la
autoeficacia, la valoración del objetivo y las metas a alcanzar, estos elementos deben percibirse juntos
para determinar el compromiso y esfuerzo que los estudiantes están dispuestos a aplicar en sus
actividades académicas. Este enfoque proporciona un marco sólido para que los estudiantes desarrollen
habilidades de autorregulación que les permitan enfrentar los desafíos académicos con mayor eficacia.
Al fomentar la autonomía, la autoeficacia y la autorreflexión, el modelo de Pintrich empodera a los
estudiantes para que asuman un papel activo en su propio proceso de aprendizaje, lo que le lleva a
alcanzar un mayor nivel de comprensión y dominio de los contenidos. De esta manera, también se
promueve el desarrollo integral que perdura más allá del ámbito educativo preparando a los individuos
para afrontar con éxito los retos de la vida.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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