IMPACTO DEL EJERCICIO FÍSICO EN LA SALUD Y
BIENESTAR DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIAS

EMBARAZADAS




IMPACT OF PHYSICAL EXERCISE ON THE HEALTH AND

WELL-BEING OF PREGNANT COLLEGE STUDENTS




Yindra Flores Cala
Universidad Estatal de Milagro - Ecuador


Jamil Arcecio Jiménez Campoverde
Unidad Educativa “Rubén Darío” - Ecuador


Licet Jomarrón Moreira

Universidad Nacional de Loja - Ecuador

Aida Rosa Gómez Labrada
Universidad de Las Tunas. Campus "Vladimir. I. Lenin" - Cuba


pág. 2531

DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.13715

Impacto del ejercicio físico en la salud y bienestar de estudiantes
universitarias embarazadas

Yindra Flores Cala1
yfloresc@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-8844-0956
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador

Jamil Arcecio Jiménez Campoverde
jamiljimenezc@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-4711-1413
Unidad Educativa “Rubén Darío”
Ecuador

Licet Jomarrón Moreira
licet.jomarron@unl.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-7704-4090
Universidad Nacional de Loja
Ecuador

Aida Rosa Gómez Labrada
agomez@utl.edu.cu
https://orcid.org/0000-0002-7358-9763
Universidad de Las Tunas. Campus "Vladimir. I.
Lenin"
Cuba

RESUMEN

El ejercicio físico durante el embarazo ha sido históricamente recomendado para asegurar un embarazo

saludable y un parto sin complicaciones. Desde tiempos antiguos, se ha reconocido la importancia de la

actividad física en la preparación del cuerpo para el parto. Sin embargo, las mujeres embarazadas suelen

experimentar una serie de transformaciones físicas y emocionales que influyen en sus decisiones

cotidianas, incluyendo la participación en actividades físicas. La práctica regular de ejercicio moderado

durante el embarazo no solo ayuda a mantener un peso adecuado, sino que también reduce el riesgo de

patologías como la preeclampsia y la diabetes gestacional. Además, está demostrado que el ejercicio

físico mejora el bienestar emocional y reduce el estrés. No obstante, es fundamental que las mujeres

embarazadas consulten a un especialista antes de iniciar o continuar cualquier régimen de ejercicios,

con el fin de asegurar la salud de la madre y el feto.


Palabras clave: ejercicio físico, embarazo, preeclampsia, bienestar emocional, diabetes gestacional


1 Autor principal.
Correspondencia: yfloresc@unemi.edu.ec

pág. 2532

Impact of physical exercise on the health and well-being of pregnant college
students

ABSTRACT

Physical exercise during pregnancy has historically been recommended to ensure a healthy pregnancy

and uncomplicated delivery. Since ancient times, the importance of physical activity in preparing the

body for childbirth has been recognized. However, pregnant women often experience a number of

physical and emotional transformations that influence their daily decisions, including participation in

physical activities. Regular moderate exercise during pregnancy not only helps to maintain an adequate

weight, but also reduces the risk of pathologies such as preeclampsia and gestational diabetes. In

addition, physical exercise has been shown to improve emotional well-being and reduce stress.

However, it is essential that pregnant women consult a specialist before starting or continuing any

exercise regimen, in order to ensure the health of the mother and fetus.


Keywords: physical exercise, pregnancy, preeclampsia, emotional well-being, gestational diabetes





Artículo recibido 02 agosto 2024
Aceptado para publicación: 10 setiembre 2024


pág. 2533

INTRODUCCIÓN

Durante muchos años, las mujeres embarazadas han recibido recomendaciones sobre cómo llevar el

embarazo de manera adecuada, tanto de profesionales de la salud como de personas con experiencia en

la maternidad. Uno de los factores comúnmente asociados con un embarazo saludable es la actividad

física, la cual ha sido recomendada a lo largo de la historia por su impacto positivo en el bienestar

materno y fetal. Incluso Aristóteles, en el siglo III a.C., mencionaba la relación entre una vida sedentaria

y partos complicados, mientras que observaba que las mujeres que realizaban trabajo físico tendían a

tener partos más fáciles (Clapp, 2000). Actualmente, el ejercicio físico se define como una actividad

estructurada y repetitiva que se realiza con el objetivo de mantener o mejorar la forma física, lo cual

contribuye no solo al bienestar físico, sino también al bienestar emocional y cognitivo (Mottola & Artal,

2016; Evenson et al., 2014; Nascimento et al., 2012).

El embarazo, aunque no es una enfermedad, trae consigo diversas transformaciones físicas y

emocionales que pueden generar preocupación en las mujeres sobre su figura, su salud, y las posibles

complicaciones que podrían surgir, como la preeclampsia o la diabetes gestacional. La práctica regular

de actividad física no solo ayuda a mantener un peso adecuado, sino que también contribuye a prevenir

complicaciones de salud y a mejorar la calidad de vida durante el embarazo (Davies et al., 2003; Owe

et al., 2009; Barakat et al., 2015). Además, se ha comprobado que el ejercicio físico regular durante el

embarazo está asociado con una disminución en los niveles de ansiedad y depresión, lo que repercute

positivamente en el bienestar emocional de las gestantes (Peláez et al., 2015). Es fundamental que las

mujeres embarazadas sean evaluadas por un especialista antes de iniciar o continuar cualquier régimen

de ejercicios, para asegurar que la actividad física no represente riesgos tanto para la madre como para

el feto (Artal & O'Toole, 2003; Bø et al., 2017).

El interés por la relación entre ejercicio físico y embarazo comenzó a consolidarse en la década de 1940

con la aparición de los primeros programas prenatales en Europa, cuyo objetivo era facilitar el parto y

reducir el dolor. Desde entonces, estas prácticas han evolucionado, respaldadas por instituciones como

el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), que promueve el ejercicio físico durante el

embarazo como una forma de mejorar la condición física sin poner en riesgo la salud del feto (Artal &

O'Toole, 2003; Pivarnik et al., 2006; Ruiz et al., 2017). Asimismo, se ha demostrado que la actividad

pág. 2534

física durante el embarazo puede mejorar la función cardiovascular de las mujeres y reducir la incidencia

de partos prematuros (Lovelady et al., 2017). Estudios recientes confirman que el ejercicio físico durante

el embarazo ayuda a reducir el riesgo de ganar peso en exceso y facilita la recuperación posparto,

contribuyendo así a un envejecimiento saludable (Ruchat et al., 2018; Barakat et al., 2015; Wolfe &

Mottola, 1993).

A pesar de algunas limitaciones en estudios previos, como el tamaño de las muestras o la falta de

controles rigurosos, los resultados son alentadores. El ejercicio no solo mejora las condiciones físicas

de las gestantes, sino que también tiene efectos beneficiosos sobre el bienestar emocional y la calidad

de vida (Nascimento et al., 2012; Perales et al., 2016). Además, la promoción de la actividad física entre

las mujeres embarazadas puede contribuir a una mejora en la autoeficacia y autoestima, factores

fundamentales en el manejo de los cambios emocionales durante el embarazo (Rodríguez & Gallo,

2018). Teniendo en cuenta la importancia del ejercicio en el bienestar de las gestantes, este artículo tiene

como objetivo determinar la influencia del ejercicio físico en las estudiantes embarazadas de la

Universidad Nacional de Loja durante el periodo 2014-2015.

METODOLOGÍA

En el presente estudio se utilizó una metodología estructurada que permitió analizar de manera

sistemática la influencia del ejercicio físico en las estudiantes embarazadas de la Universidad Nacional

de Loja. El diseño metodológico se centró en un enfoque cuantitativo-descriptivo, que buscó identificar,

a través de la recopilación de datos en campo, las características y efectos de la actividad física en esta

población.

La población objeto de estudio estuvo conformada por todas las estudiantes embarazadas que acudieron

a la Unidad de Bienestar Estudiantil de la Universidad Nacional de Loja. Se realizó un muestreo no

probabilístico por conveniencia, seleccionando a las estudiantes que voluntariamente aceptaron

participar en el estudio. Las participantes fueron evaluadas mediante cuestionarios y encuestas

previamente validados para asegurar la fiabilidad de los datos.

Se emplearon encuestas estructuradas y fichas de observación para recolectar la información necesaria.

Las encuestas incluyeron preguntas relacionadas con la práctica de ejercicios físicos, los conocimientos

sobre los beneficios del ejercicio durante el embarazo y las percepciones acerca de los posibles riesgos

pág. 2535

asociados. Las fichas de observación permitieron obtener datos directos sobre la condición física de las

participantes y su cumplimiento con el programa de ejercicios propuesto.

El estudio se desarrolló en varias fases. En primer lugar, se realizó un diagnóstico inicial para conocer

el estado físico de las estudiantes antes de iniciar el programa de ejercicios. Posteriormente, se

implementó un programa de actividades físicas diseñado específicamente para mujeres gestantes,

considerando sus condiciones individuales y las recomendaciones médicas pertinentes. Este programa

incluyó ejercicios de bajo impacto, como caminatas, natación y actividades de estiramiento, con el

objetivo de mejorar la condición física general y favorecer un parto saludable.

Los datos recopilados a través de las encuestas y observaciones fueron procesados mediante métodos

estadísticos descriptivos. Se emplearon tablas de frecuencia y representaciones gráficas para visualizar

los resultados obtenidos. Adicionalmente, se utilizó un análisis comparativo entre los datos recogidos

antes y después de la implementación del programa de ejercicios, con el fin de determinar las mejoras o

cambios significativos en la condición física y el bienestar emocional de las participantes.

Consideraciones éticas:

El estudio contó con la aprobación del Comité de Ética de la Universidad Nacional de Loja. Se

respetaron los principios éticos de confidencialidad y consentimiento informado. Las participantes

fueron informadas sobre los objetivos del estudio y su participación fue completamente voluntaria.

El enfoque metodológico seguido en esta investigación permitió obtener una comprensión detallada

sobre la influencia del ejercicio físico en las estudiantes embarazadas, generando datos valiosos para

futuras intervenciones en el ámbito de la salud y bienestar materno.

RESULTADOS

El presente estudio aplicó encuestas iniciales y finales a 12 estudiantes embarazadas de la Universidad

Nacional de Loja, lo que permitió evaluar el impacto del programa de ejercicios físicos en diversos

aspectos relacionados con el conocimiento y práctica del ejercicio físico durante el embarazo. A

continuación, se presentan los resultados más relevantes en formato sintetizado.

pág. 2536

Tabla 1. Realización de ejercicio físico durante el embarazo
Encuesta Sí No Total

Inicial 0% 100% 100%

Final 100% 0% 100%


En la encuesta inicial, el 100% de las participantes no realizaba ejercicio físico durante el embarazo. Sin

embargo, tras el programa de intervención, el 100% de las estudiantes incorporó el ejercicio físico a sus

rutinas, demostrando una adopción total de esta práctica.

Tabla 2. Conocimiento sobre la posibilidad de realizar ejercicio durante el embarazo
Encuesta Sí No Total

Inicial 25% 75% 100%

Final 100% 0% 100%


Al inicio, solo el 25% de las participantes conocía que era posible realizar ejercicio físico durante el

embarazo, mientras que después de las charlas y el programa de ejercicios, todas las encuestadas

adquirieron este conocimiento, lo que resalta la efectividad de la intervención informativa.

Tabla 3. Conocimiento sobre el fortalecimiento de los músculos pélvicos para favorecer el parto
Encuesta Sí No Total

Inicial 17% 83% 100%

Final 100% 0% 100%


En la encuesta inicial, solo el 17% de las encuestadas sabía que el ejercicio físico fortalece los músculos

pélvicos, ayudando en el parto. En la encuesta final, el 100% de las participantes conocía este beneficio.

Tabla 4. Beneficios del ejercicio físico para reducir el riesgo de preeclampsia y diabetes gestacional
Encuesta Sí No Total

Inicial 0% 100% 100%

Final 100% 0% 100%

pág. 2537

Al comienzo del estudio, ninguna de las participantes conocía los beneficios del ejercicio para reducir

el riesgo de preeclampsia y diabetes gestacional. Al finalizar el programa, todas comprendían la

importancia de la actividad física en la prevención de estas complicaciones.

Tabla 5. Conocimiento sobre el aporte de oxígeno al bebé y mejora de la función cardíaca
Encuesta Sí No Total

Inicial 0% 100% 100%

Final 100% 0% 100%


Inicialmente, el 100% de las embarazadas desconocía que el ejercicio físico durante el embarazo mejora

la oxigenación del bebé y su función cardíaca. Tras el programa, el 100% adquirió este conocimiento.

Tabla 6. Frecuencia de ejercicio físico recomendada durante el embarazo
Encuesta Sí No Total

Inicial 9% 91% 100%

Final 100% 0% 100%


En la encuesta inicial, solo el 9% conocía que es recomendable realizar ejercicio físico tres veces por

semana durante el embarazo. Al finalizar el programa, todas las participantes tenían este conocimiento.

Tabla 7. Conocimiento sobre la importancia de la hidratación antes, durante y después del ejercicio
Encuesta Sí No Total

Inicial 66% 34% 100%

Final 100% 0% 100%


Al inicio, el 66% de las encuestadas sabía que era necesario hidratarse durante el ejercicio. Al final del

estudio, el 100% comprendía la importancia de la hidratación durante la actividad física.

Los resultados obtenidos demuestran un cambio significativo en el conocimiento y la práctica del

ejercicio físico por parte de las estudiantes embarazadas. Al inicio, la mayoría de las participantes

desconocía los beneficios del ejercicio durante el embarazo. Sin embargo, tras la intervención educativa

y el programa de ejercicios, hubo una adopción total de estas prácticas. Esto destaca la importancia de

la educación y promoción de la actividad física para mejorar la salud materna y fetal.

pág. 2538

DISCUSIÓN

El presente estudio evidencia una realidad preocupante en las estudiantes embarazadas que acuden a la

Unidad de Bienestar Estudiantil de la Universidad Nacional de Loja, quienes en su mayoría carecen de

hábitos de actividad física durante el embarazo. Las barreras identificadas, como las creencias erróneas

y los miedos relacionados con la práctica de ejercicio físico, juegan un rol significativo en la decisión

de las mujeres gestantes de no participar en actividades físicas. El temor a que el ejercicio pueda ser

perjudicial, provocando un aborto espontáneo, es un factor que influye negativamente en la disposición

de estas mujeres para ejercitarse. Estudios previos sugieren que muchas mujeres perciben el ejercicio

durante el embarazo como riesgoso, a pesar de que la evidencia científica señala lo contrario, siempre

que sea supervisado por profesionales (Mottola & Artal, 2016).

Otro aspecto destacado es el malestar físico que puede ocasionar el ejercicio durante el embarazo y la

lactancia, especialmente por el aumento del volumen mamario y el cansancio generalizado. Estas

dificultades físicas añaden una capa adicional de resistencia a la práctica regular de actividad física.

Investigaciones han demostrado que el embarazo aumenta la fatiga y los malestares físicos, lo que puede

desmotivar a las mujeres a realizar ejercicio (Nascimento et al., 2012). Además, el estrés y las

preocupaciones sobre la salud del bebé contribuyen a la falta de interés en el ejercicio, lo que se ve

agravado por la falta de motivación y apoyo familiar. Esta falta de incentivo y soporte puede generar

una percepción negativa sobre la actividad física, a pesar de los beneficios ampliamente documentados

para la madre y el bebé (Evenson et al., 2014).

El programa de ejercicios físicos diseñado para las mujeres gestantes se ajusta a sus necesidades y estado

físico, incluyendo ejercicios específicos como los de Kegel, que ayudan a fortalecer los músculos del

suelo pélvico, reduciendo la incontinencia urinaria, un problema común durante el embarazo (Bø et al.,

2017). Además, el plan de ejercicios se estructura de manera gradual, comenzando con sesiones cortas

de cinco minutos y extendiéndose hasta 30 minutos, permitiendo que las embarazadas se adapten de

manera segura y progresiva a la actividad física.

Se observa también que, tras la implementación de este programa, las embarazadas adquirieron la

capacidad de realizar ejercicios de relajación y estiramiento, controlar su pulso y mantener una adecuada

hidratación durante la actividad física. Estos hábitos son fundamentales para garantizar que el ejercicio

pág. 2539

físico sea beneficioso y no perjudique su salud. El control de la frecuencia cardiaca y los periodos de

descanso adecuados refuerzan la importancia de realizar actividad física de manera segura y controlada

durante el embarazo (Barakat et al., 2015).

CONCLUSIÓN

Las mujeres embarazadas encuestadas demostraron una percepción incorrecta sobre los riesgos del

ejercicio físico, lo que subraya la necesidad de mayor educación y sensibilización respecto a los

beneficios de la actividad física moderada durante el embarazo (Mottola & Artal, 2016). Además,

factores físicos como el cansancio y el aumento del volumen mamario, sumados a preocupaciones por

la salud del bebé, representan barreras significativas que limitan su disposición para realizar ejercicio,

desmotivadas también por la incomodidad que estas condiciones generan (Nascimento et al., 2012). La

falta de apoyo familiar refuerza la resistencia a la práctica de actividad física, perpetuando la creencia

de que esta es perjudicial, cuando en realidad un entorno familiar motivador puede ser clave para adoptar

hábitos saludables (Evenson et al., 2014). Por otro lado, la implementación de un programa de ejercicios

físicos para embarazadas ha mostrado resultados positivos, permitiendo que las participantes

incrementen su conocimiento sobre los beneficios del ejercicio y adquieran habilidades para realizarlo

de manera segura, como el control del pulso, la hidratación adecuada y los descansos necesarios (Barakat

et al., 2015). En este sentido, se concluye que programas específicos, como los ejercicios de Kegel, son

fundamentales para mejorar la calidad de vida de las gestantes, tanto a nivel físico como emocional,

ayudando a prepararlas para el parto y facilitando su recuperación posparto (Bø et al., 2017).

Este estudio resalta la importancia de un enfoque integral que combine educación, motivación y soporte

para que las mujeres embarazadas puedan adoptar hábitos saludables y seguros durante el embarazo.

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