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comestibles, por otra parte, se tienen las medicinas tradicionales pero esos procesos químicos en algún
momento se toman algunas composiciones de las plantas. Algunas de las prácticas y creencias en el uso
de las plantas proceden de las abuelas maternas que transmiten diversidad de conocimientos a sus hijas,
quienes muchas veces hacen uso de estas debido a diferentes problemáticas con el acceso a los servicios
de salud (Stephens & Ruíz, 2023). Son muchas que se siembran o se encuentran en el bosque y sirven
para curar en ocasiones afecciones. Actualmente se hablan de huertas que ya se tienen en las viviendas
para su uso personal, además han servido para alimentar a familias de bajo recurso. Ahora estas huertas
se han querido llevar a las escuelas, con el objetivo de adquirir y profundizar en el conocimiento de las
plantas, además de llevarlo a la práctica al manipular, sembrar y ser consciente de su uso, beneficios y
porque no, sus contradicciones al conocer sus características, como todo alimento o medicina en exceso
de uso puede causar problema.
Las huertas escolares abren una nueva forma de enseñanza aprendizaje con la cual se rescatan saberes
ancestrales, se comparten estos conocimientos con otros quienes desconocían, así de esta manera se
contribuye a la conservación dando continuidad en el empleo de las huertas no solo en las escuelas sino
en los hogares. Estas aportan beneficios a los estudiantes ya que aquellos que no la tenían, pueden
implementarlas en sus viviendas para la sostenibilidad de la familia, al hacerla pueden sembrar plantas
de su gusto y máxima necesidad aportando así a su canasta familiar. Por otro lado, pueden consumir
sus productos frescos usando abonos naturales libres de químicos, así contribuyen también a su salud,
no solo en la alimentación, el uso medicinal sino en la purificación del aire en su entorno al tener plantas
en su vivienda. Al tener como estrategia la huerta se promueve el respeto por la biodiversidad,
impulsando la riqueza por cultivar la tierra, lo que nos guía hacia prácticas sostenibles y soberanía
alimentaria. El suelo, el agua y energía contribuyen a la preservación de los ecosistemas,
reconocimiento del ambiente como sujeto de derecho, generando en los estudiantes oportunidades
activas y relevantes sobre lo que están aprendiendo (Chacón et al., 2024).
Los estudiantes tienen un papel muy relevante que de acuerdo a su actuar, uso y conservación de las
plantas, pueden continuar con un legado hacia las nuevas generaciones, no solo por conservación del
planeta sino del ser, pues las huertas son una manera práctica y fácil de conservarlas.