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capaces dentro de la sociedad. El tartar de establecer estrategias que regulen y vigilen la integridad
académica dentro de una institución de educación superior es sinónimo de calidad educativa y no debe
ser visto como una persecución estudiantil, por el contrario, es en beneficio del estudiante, pues con
ello, normará su propio respeto, confianza, responsabilidad y propiciará un ambiente de justicia lo cual
le traerá tranquilidad sin duda alguna (Carvajal, 2020, pp. 1-2).
La integridad académica debe verse como un desafío primordial en el rubro educativo, ya que tiene
suma importancia en el avance de la ciencia y la tecnología, además de ser una necesidad impulsar la
“cultura ética” dentro de las instituciones de educación superior, a partir de numerosos esfuerzos, la
objetividad del comportamiento ético, el impulso del mismo y las prácticas que promuevan valores en
los alumnos, así como la justicia en los métodos de evaluación deben considerarse pilares fundamentales
de cualquier institución de educación superior (Franco, 2017, p. 3).
La orientación en los estudiantes es fundamental para incentivarlos a contar con una responsabilidad
relevante la cual puede incidir en suscitar y resguardar los estándares deseados de integridad académica.
Los estudiantes deben trabajar dentro de una comunidad estudiantil justa en donde se respete la
integridad y el fraude tenga sus repercusiones respectivas. También hay que considerar que hay que
hacer consiente al alumnado que la deshonestidad académica es un factor de riesgo permanente el cual
puede ser encontrado y difundido en su totalidad (McCabe & Pavela, 1997, s/p).
La importancia que trata de revelar el actual estudio debe considerarse como un esfuerzo y a la vez reto
para la mejora de la enseñanza, la investigación, el aprendizaje y con esto ofrecer una mejor calidad
educativa dentro de la Escuela de Nutrición, experiencia que puede ser compartida o explorada en otras
Escuelas de la Universidad, esto con el fin de establecer un código de honor homogéneo dentro de toda
la institución y, con esta acción, mejorar el proceso de formación profesional de los estudiantes. Esto
último descrito, podrá ser ejercido mediante políticas que promuevan valores en los alumnos a través
del diálogo permanente emanado de talleres, congresos y foros de participación abierta para todos los
involucrados.
La problemática identificada en los estudiantes puede resumirse en tres grandes acciones de la vida
escolar de la educación superior. La primera de ellas la constituye el ámbito de los exámenes, en
segundo término, tenemos las de producción de textos académicos y finalmente, en tercer término, las