HABILIDADES SOCIOEMOCIONALES EN LA
ADOLESCENCIA, ¿SON NECESARIAS EN EL
CONTEXTO EDUCATIVO COLOMBIANO?
SOCIOEMOTIONAL SKILLS IN ADOLESCENCE, ARE THEY
NECESSARY IN THE COLOMBIAN EDUCATIONAL CONTEXT?
Johny Fernando Andrade Castañeda
Universidad Metropolitana de Educación Ciencia y Tecnología, Panamá
Alexander Giraldo Blandón
Universidad Metropolitana de Educación Ciencia y Tecnología, Panamá
pág. 5758
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.14000
Habilidades Socioemocionales en la Adolescencia, ¿Son Necesarias en el
Contexto Educativo Colombiano?
Johny Fernando Andrade Castañeda
1
johnyernandoandrade@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-4497-3613
Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación
Universidad Metropolitana de Educación
Ciencia y Tecnología, UMECIT
Panamá
Alexander Giraldo Blandón
mjalex629@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-5603-6034
Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación
Universidad Metropolitana de Educación
Ciencia y Tecnología, UMECIT
Panamá
RESUMEN
El presente artículo de reflexión explora la importancia de las habilidades socioemocionales (HSE) en
el contexto educativo colombiano, destacando su relevancia en la formación integral de los
adolescentes. El artículo señala que la enseñanza de HSE requiere un enfoque educativo integral y de
largo tiempo para su aprendizaje. Además, investigaciones recientes han mostrado la importancia de
implementar metodologías activas, como el aprendizaje basado en proyectos y el trabajo colaborativo,
junto con actividades extracurriculares como el arte y la música, para fomentar el autoconocimiento y
la gestión emocional. En Colombia, se destaca la disparidad en el desarrollo de estas habilidades entre
estudiantes de diferentes estratos socioeconómicos, subrayando la importancia de adaptar los programas
educativos para reducir estas brechas. Asimismo, el artículo resalta que el aprendizaje socioemocional
es un proceso continuo que debe integrarse en todas las áreas del currículo escolar, siendo los docentes
figuras clave en la modelación de comportamientos emocionales saludables.
Palabras clave: habilidades socioemocionales, adolescentes, entornos educativos, enseñanza,
aprendizaje
1
Autor principal
Correspondencia: johnyfernandoandrade@hotmail.com
pág. 5759
Socioemotional Skills in Adolescence, Are They Necessary in the Colombian
Educational Context?
ABSTRACT
This reflection article explores the importance of social-emotional skills (SES) in the Colombian
educational context, highlighting their relevance in the comprehensive education of adolescents. The
article points out that teaching SES requires a comprehensive and long-term educational approach to
learning. In addition, recent research has shown the importance of implementing active methodologies,
such as project-based learning and collaborative work, along with extracurricular activities such as art
and music, to foster self-knowledge and emotional management. In Colombia, the disparity in the
development of these skills between students from different socioeconomic strata is highlighted,
underlining the importance of adapting educational programs to reduce these gaps. Likewise, the article
highlights that social-emotional learning is a continuous process that must be integrated into all areas
of the school curriculum, with teachers being key figures in modeling healthy emotional behaviors.
Keywords: social-emotional skills, adolescents, educational environments, teaching, learning
Artículo recibido 10 agosto 2024
Aceptado para publicación: 15 septiembre 2024
pág. 5760
INTRODUCCIÓN
Las habilidades socioemocionales han cobrado relevancia en el ámbito educativo global, especialmente
debido a lo experimentado durante la emergencia de salud pública que obligó a la desterritorialización
de la educación hacia la virtualidad en confinamiento y la aceptación sobre la importancia de la salud
mental (Hamilton y Gross, 2021). Pero, no se trata de tomar en cuenta solo ese ángulo adverso, también
es una alternativa ante las problemáticas psicosociales más sentidas en los entornos educativos como
son las manifestaciones de violencia, la deserción, las ideaciones auto eliminatorias y la autolisis, por
citar algunas (Colomeischi, et. al., 2022).
Para Danner, et. al. (2021) son capacidades funcionales que permiten a las personas trabajar de manera
eficiente y persistente, construir relaciones de confianza con los demás, afrontar el estrés y los reveses,
liderar y motivar a otros, y ser creativos y explorar ideas novedosas. Mientras que para Portela-Pino, et.
al. (2021) las habilidades socioemocionales, se consideran áreas amplias en función del desarrollo de
destrezas y aprendizajes que pueden organizar el proceso formativo y favorecer la adaptación social
más armónica, así como la administración regulada de las vivencias emocionales, en este caso por parte
de los estudiantes.
La trascendencia de las habilidades socioemocionales en el desarrollo integral del ser humano es una
preocupación vigente y liderada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
OCDE, desde ese organismo no solo se insta a los sistemas educativos a ocuparse de este aspecto en la
vida de los estudiantes, sino que realiza mediciones al respecto para tener información objetiva de la
realidad correspondiente al aprendizaje en mención y de relevancia para la población juvenil
especialmente enmarcados entre los 10 y los 15 años (OCDE, 2024).
Los resultados de la última métrica internacional corresponden al año 2023, con la participación de 6
naciones y 10 entidades subnacionales, pero el informe también considera a siete naciones partícipes
únicamente en la misma valoración durante 2019. Lo que se da a conocer como puntos sensible a
subsanar tienen que ver con las disparidad de habilidades socioemocionales entre los estudiantes
socioeconómicamente vulnerables en quienes se encontró una baja capacidad en comparación con
estudiantes provenientes de hogares favorecidos; las brechas se ubican en; “mentalidad abierta
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(creatividad, tolerancia y curiosidad) y aquellas relacionadas con la interacción con otros (asertividad,
sociabilidad y empatía)” (OCDE, 2024a, p. 17).
Los datos previos ratifican la necesidad de fortalecer las habilidades socioemocionales en los sistemas
educativos de los países partícipes como Colombia, especialmente en las organizaciones educativas que
atienden a población estudiantil del sector oficial y cuyos núcleos familiares son socioeconómicamente
desfavorecidos. Esta exposición de inequidad en las habilidades socioemocionales que poseen los
grupos de niños y jóvenes también se refiere en la investigación de Attanasio, et. al. (2020), donde no
solo se observó una desigualdad de habilidades desde la variable económica, sino generacional, con
detrimento de estas destrezas en las generaciones actuales con repercusiones adversas para las
prospecciones de los individuos.
La temática de secuelas derivadas de unas habilidades socioemocionales deficitarias, al tiempo
considera que, si bien se ha establecido el poder predictivo de las habilidades socioemocionales, existe
un debate en curso sobre cuán maleables son estas habilidades. Si estas habilidades son realmente
maleables, las intervenciones dirigidas a las habilidades socioemocionales de los niños pueden cambiar
la trayectoria de una vida y conducir a cambios duraderos en el logro educativo y los resultados en la
ubicación laboral y con ello la capacidad de una vida digna en sociedad (Sorrenti, et. al., 2024).
Precisamente, la posibilidad de convertir las habilidades socioemocionales en un proceso de enseñanza
aprendizaje con un impacto positivo en los educandos y de atransferidas a la sociedad misma, resulta
un tema de interés en una nación como Colombia donde el sistema educativo lidia con problemáticas
de alta tazas de deserción, acorde con datos en los cuales de cada 100 colombianos que empiezan el
proceso educativo solo 54 de ellos logran la culminación (Ministerio de Educación Nacional MEN,
2022), mientras que en el 2023 se reportó un incremento de la taza de deserción que alcanzó un 7.2%,
junto a repitencia con 6.7% y reprobación en 4.4% (MEN, 2024).
Igualmente, en los entornos escolares se registran altas cifras de violencia escolar, toda vez que en el
año 2021 se totalizaron 60.020 reportes de violencias cuyas víctimas tanto niñas como niños y
adolescentes fueron motivo de agresiones junto a acciones discriminatorias de toda índole (Ministerio
de salud, 2023). A este panorama se le suma que en ejercicio desde el Estado a través de su ente de
control en fallas disciplinarias por parte de los servidores públicos se practicaron más de 300 visitas a
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los centros educativos y se halló como: 47% de las instituciones educativas públicas o privadas,
reportaron que algún miembro de la comunidad educativa ha estado involucrado en casos de violencias,
siendo la victima una femenina” (Procuraduría General de la Nación, 2023, p. 2).
Adicionalmente, en Colombia se tienen otros problemas psicosociales asociados a las habilidades
socioemocionales entre ellos el suicidio que en cifras oficiales correspondientes al periodo de enero a
julio del 2023 se elevó en un 15,73% en comparación a ese mismo periodo, pero en el año
inmediatamente anterior -2022-, lo cual numéricamente se traduce en el paso de 1.564 suicidios a 1.810
(Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, INMLCF2023), sin considerar las
ideaciones suicidas que a veces pasan por el sistema de salud nacional en atención de salud mental sin
generar estadísticas al respecto, más el estimado de intentos de suicidio consolidado en 30.021
(INMLCF2023).
Por tales razones, desde el criterio analítico y educativo de un profesional en este campo se plantea una
narrativa de reflexión sobre el papel de las habilidades socioemocionales, así el objetivo es reconocer
el rol de las habilidades socioemocionales en los educandos a partir de un recorrido investigativo en
cuanto a su apropiación y manejo producto de procesos de enseñanza aprendizaje, aunado a lo que ellas
representan para la vida y las capacidades cognitivas.
DESARROLLO
Las habilidades socioemocionales como campo de estudio representan un cuerpo teórico reciente, y que
en la actualidad ocupa la tarea investigativa en la academia, dado que hacia ellas emergen varias
inquietudes que aún deben ser documentadas y teorizadas, esa dinámica convoca a estar en constante
consulta del material científico para ahondar en este conocimiento. La finalidad reflexiva del artículo
lleva a explorar datos actualizados en tres ámbitos relevantes para los entornos educativos, así se
presentan resultados notorios que ubican el papel de las habilidades socioemocionales como contenido
de enseñanza, lo que aportan para la vida y para la cognición en el grupo poblacional estudiantil.
Las habilidades socioemocionales se pueden aprender y enseñar
El desarrollo de las habilidades socioemocionales en la etapa de la adolescencia es un elemento
fundamental para la prospección de vida del futuro ciudadano, en donde una mediación educativa
adecuada y consciente de esto, aunque complejo, es necesario. Shoma y Oecotrophologie (2021)
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sostienen que esta complejidad parte del hecho que la enseñanza de estas habilidades requiere un plan
educativo que contemple la promoción del desarrollo emocional y social de los estudiantes en el aula,
a la vez que le permite tener un desarrollo eficaz en sus entornos personales y académicos.
Y es que resulta imperiosa la necesidad de inculcar habilidades socioemocionales en vista de su impacto
en el ámbito tanto académico, como el de la vida en general, ya sea en el ámbito personal o profesional,
ya que las habilidades sociales como sostiene Portela-Pino et al. (2021), estas habilidades permiten a
los adolescentes gestionar emociones, establecer relaciones interpersonales saludables, además de
ayudarlos a tomas decisiones responsables, lo cual es crucial en momentos como la adolescencia en
donde se experimentan cambios emocionales. Es por ello por lo que es importante reconocer en el
ámbito educativo los beneficios de las competencias socioemocionales e incluirlas en el currículo.
El desarrollo de estas habilidades en los adolescentes requiere la implementación de programas
educativos que fomenten tanto la reflexión como la práctica activa de competencias como la empatía,
la autorregulación y la resolución de conflictos. En donde la educación formal juega un papel crucial
para llevar a buen término este proceso, especialmente cuando se emplean metodologías activas, como
el trabajo colaborativo y el aprendizaje basado en proyectos (Napolitano et al., 2021). Además,
actividades extracurriculares como el arte y la música ofrecen contextos idóneos para el fortalecimiento
de estas habilidades, dado que brindan oportunidades para el autoconocimiento y la gestión de las
relaciones interpersonales sugieren Portela-Pino et al. (2021). Actividades como juegos de role-play en
donde los estudiantes deben mediar para resolver el problema de manera pacífica y respetuosa, trabajos
cooperativos como proyectos grupales en los que cada estudiante tenga un rol específico, como líder de
equipo, secretario o facilitador, y deban tomar decisiones consensuadas para cumplir con un objetivo
común.
A lo anterior se le suman los resultados de numerosas investigaciones que han identificado variaciones
en el desarrollo de las habilidades socioemocionales según el género. En donde las niñas tienden a
sobresalir en competencias relacionadas con la gestión de relaciones interpersonales, mientras que los
niños suelen mostrar niveles más elevados de autogestión (Portela-Pino et al., 2021). Sin embargo, otros
estudios no revelan diferencias significativas en términos generales, lo que sugiere la necesidad de
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adaptar los programas educativos para responder a las características específicas de cada grupo según
Napolitano et al. (2021).
Por otro lado, según Cedeño Sandoya et al. (2023) la participación en actividades extracurriculares
desempeña un papel clave en el desarrollo socioemocional ya sea que se trate de actividades artísticas
o musicales, estas permiten la expresión emocional y el autoconocimiento, siendo así que estas
actividades ayudan a los estudiantes a explorar sus emociones, desarrollar su creatividad y mejorar su
capacidad de autorregulación. Ya que aquellos adolescentes que se involucran en actividades artísticas
o musicales tienden a mejorar sus niveles de conciencia social además de sus habilidades
interpersonales. Empero, es de tener en cuenta que la participación en deportes competitivos puede, en
algunos casos, estar asociada con niveles más bajos en ciertas dimensiones socioemocionales,
posiblemente debido a la presión competitiva y las emociones negativas vinculadas con la frustración.
Para fomentar el desarrollo de las habilidades socioemocionales en los adolescentes de nuestro país que
en ocasiones parecen indolentes al sufrimiento ajeno, se podrían implementar programas educativos los
cuales incluyan actividades participativas y experienciales. Según Das y Ghosh (2021), estos programas
deben estar integrados dentro del currículo escolar, desde los primeros años de la educación primaria
hasta la secundaria, permitiendo así que los futuros ciudadanos practiquen habilidades clave como la
toma de decisiones responsables, aprendan sobre la gestión emocional y la empatía. Participar en
proyectos de servicio comunitario, como ayudar en un comedor social o en la limpieza de espacios
públicos, donde puedan reflexionar sobre el impacto de sus acciones en los demás.
Debido a que el aprendizaje emocional no debe ser entendido como un proceso aislado de la vida
escolar, debido a que como expone Kim et al. (2022), este debe ser un proceso continuo el cual debe
estar presente a lo largo del día en el entorno escolar. Ya que modelar y enseñar estas habilidades dentro
del contexto de las materias académicas, ya sea matemáticas o ciencias sociales, como cualquier otra,
permite a los estudiantes integrar las competencias emocionales y sociales con su aprendizaje cognitivo
. Fortaleciendo de esta manera su capacidad para aplicar las habilidades socioemocionales en
situaciones de la vida cotidiana, más allá de los límites del aula.
Debido a que el ejemplo de los mayores prevalece en el comportamiento que puedan adquirir los más
pequeños dentro de las escuelas, y habilidades como las competencias socioemocionales son esenciales
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para el éxito tanto personal como académico de los adolescentes. Al ser integradas de manera
sistemática en el currículo escolar, estas habilidades proporcionan a los jóvenes las herramientas
necesarias para enfrentar los retos emocionales y sociales de la vida cotidiana. El papel que desempeñan
los docentes, junto con la implementación de actividades extracurriculares bien diseñadas, es
fundamental para fomentar un desarrollo socioemocional equilibrado, contribuyendo a la formación de
adultos más resilientes y empáticos.
Siendo de esta manera, Kim et al. (2022) sugiere que los docentes al ser las representaciones
ejemplificantes de los estudiantes juegan un rol importante ya que no solo transmiten conocimientos
académicos, sino que también representan un modelo de comportamientos emocionales saludables para
sus estudiantes. Los educadores pueden fomentar un ambiente emocionalmente seguro en el aula, donde
los estudiantes se sientan apoyados para practicar estas habilidades diariamente. Además, el
entrenamiento de los maestros en estrategias de enseñanza socioemocional es crucial para maximizar
el impacto positivo en los estudiantes.
En vista que el desarrollo de habilidades socioemocionales en los adolescentes influye en su éxito
académico y tiene un impacto duradero en su bienestar personal y profesional. Al proporcionar a los
jóvenes las herramientas necesarias para gestionar sus emociones y relaciones, las instituciones
educativas juegan un papel crucial en la construcción de adultos resilientes y emocionalmente
inteligentes, capaces de enfrentar los desafíos de la vida con confianza y empatía.
Las habilidades socioemocionales y las destrezas para la vida
El desarrollo de habilidades socioemocionales se erige como un pilar fundamental en la formación
integral de los individuos, especialmente durante la adolescencia, etapa crítica en la configuración de la
identidad personal y social. Estas competencias trascienden el bienestar emocional individual,
influyendo significativamente en el éxito académico, profesional y en la capacidad de establecer
relaciones interpersonales saludables. Además, contribuyen a formar ciudadanos que participan
activamente en la sociedad, promoviendo el bienestar colectivo, la resolución adecuada de conflictos y
la cohesión social.
Brown et al. (2021) enfatizan que la promoción del aprendizaje socioemocional en el entorno escolar
es esencial para desarrollar las capacidades emocionales y sociales que permitan a los estudiantes
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gestionar eficazmente sus emociones, establecer relaciones positivas y tomar decisiones responsables.
Este enfoque educativo integral propicia ambientes de aprendizaje inclusivos y efectivos, donde los
estudiantes pueden prosperar tanto emocional como académicamente. Al desarrollar estas habilidades,
se fomenta el pensamiento crítico, la empatía y la resiliencia, cualidades indispensables en un mundo
cada vez más complejo y desafiante.
El informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2021) destaca
que estas habilidades socioemocionales son determinantes para el bienestar y el éxito futuro de los
jóvenes en sus vidas. De igual manera, la evidencia empírica sugiere que los estudiantes con altas
competencias en este ámbito tienden a obtener mejores resultados académicos y a experimentar mayor
satisfacción en sus relaciones interpersonales. Debido a que estas habilidades les permiten adaptarse a
entornos cambiantes y enfrentar desafíos con optimismo y perseverancia, aspectos cruciales en la era
contemporánea marcada por la incertidumbre y la rápida evolución tecnológica.
En un meta-análisis realizado por Taylor et al. (2021), se evidencian los efectos positivos a largo plazo
de las intervenciones escolares centradas en el aprendizaje socioemocional. En donde estos programas
potencian las habilidades sociales y emocionales de los estudiantes, al tiempo que reducen
comportamientos de violencia y problemas emocionales, contribuyendo al desarrollo de jóvenes más
equilibrados y resilientes. La reducción de comportamientos de riesgo o violentos es particularmente
relevante en contextos donde los índices de violencia juvenil son elevados.
Es en este sentido que el desarrollo de habilidades socioemocionales puede desempeñar un papel crucial
en la prevención de la violencia. Al mejorar la capacidad de los adolescentes para controlar sus
emociones e impulsos, se disminuye la probabilidad de involucrarse en conductas agresivas o violentas.
Por ejemplo, en Colombia, un país que ha enfrentado desafíos significativos relacionados con la
violencia y el conflicto armado, la promoción de competencias socioemocionales entre los jóvenes es
una estrategia vital para fomentar la paz, la cohesión social y la solución de conflictos.
Programas educativos en Colombia que incorporan el aprendizaje socioemocional han mostrado
resultados positivos en comunidades afectadas por la violencia. Estos programas ayudan a los jóvenes
a desarrollar empatía, manejar la ira y resolver conflictos de manera pacífica, habilidades esenciales
para la construcción de una sociedad más armoniosa. Al proporcionar a los adolescentes herramientas
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para manejar sus emociones y relacionarse constructivamente con los demás, se promueve una cultura
de no violencia y respeto mutuo. Por ejemplo, iniciativas como "Escuelas de Perdón y Reconciliación"
han contribuido a reducir la agresividad y mejorar la convivencia en áreas urbanas y rurales del país.
Osher et al. (2022) argumentan que la integración sistemática del aprendizaje socioemocional en el
currículo escolar es crucial para maximizar sus beneficios. Un enfoque cohesivo y continuo facilita que
los estudiantes apliquen estas habilidades en diversos contextos, fortaleciendo su capacidad para
enfrentar desafíos y adaptarse a situaciones cambiantes. En el contexto colombiano, esto podría
traducirse en la posibilidad de creer en la utopía de contar con una generación de jóvenes más
preparados para contribuir al desarrollo social y económico del país, disminuyendo las brechas sociales
y reduciendo la violencia estructural.
Por otro lado, Guo et al. (2021) sostienen que existe influencia directa de las habilidades
socioemocionales en el rendimiento académico. Sus hallazgos revelan que los estudiantes que
participan en programas de desarrollo socioemocional exhiben mejoras significativas en su desempeño
escolar, lo que subraya la interconexión entre el bienestar emocional y el aprendizaje cognitivo. Y
teniendo en cuenta los resultados en las pruebas PISA es menester mejorar el rendimiento académico
de los estudiantes es clave para reducir la desigualdad y promover el desarrollo sostenible.
A ello, Immordino-Yang et al. (2022) aportan que las bases neurológicas del desarrollo socioemocional,
enfatizando cómo las emociones y las relaciones sociales son motores del aprendizaje. y comprender
esta interconexión permite diseñar prácticas educativas que fomenten no solo el conocimiento
académico, sino también el crecimiento personal y social de los estudiantes. En contextos donde los
jóvenes pueden haber experimentado traumas o situaciones de violencia, como en algunas regiones de
Colombia afectadas por el conflicto, es especialmente importante abordar el aprendizaje desde una
perspectiva que integre lo socioemocional. Esto facilita la recuperación emocional y el desarrollo de
mecanismos de afrontamiento saludables para los futuros ciudadanos de este país.
Finalmente, Oberle y Schonert-Reichl (2017) proporcionan estrategias prácticas para promover las
habilidades socioemocionales en entornos escolares, destacando su impacto positivo en el desarrollo
infantil. Los autores señalan que fomentar estas competencias desde edades tempranas sienta las bases
para una vida adulta s satisfactoria y exitosa. En Colombia, iniciativas que incorporan estas
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estrategias podrían contribuir a formar ciudadanos capaces de construir una sociedad más justa y
pacífica. Programas comunitarios que integran a familias y escuelas en el desarrollo socioemocional
han mostrado ser efectivos en fortalecer el tejido social y prevenir la violencia.
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto, el aprendizaje de habilidades socioemocionales
resulta indispensable en la preparación de los jóvenes para los desafíos a enfrentar en la vida. De igual
manera la evidencia científica respalda la incorporación de programas de aprendizaje socioemocional
en los sistemas educativos, ya que promueven el bienestar general de los estudiantes y les brindan
herramientas esenciales para su desarrollo personal y profesional. Al integrar estas habilidades en el
currículo y en las prácticas pedagógicas, se contribuye a la formación de individuos emocionalmente
inteligentes, capaces de afrontar la vida con confianza, empatía y resiliencia. Y en donde a partir de
estas habilidades de manera consciente, se puede vislumbrar un horizonte más esperanzador para la
sociedad colombiana, falta de empatía, responsabilidad social individual y casta de buenas prácticas de
resolución de conflictos.
Las habilidades socioemocionales y las capacidades cognitivas
Las habilidades socioemocionales predicen resultados importantes en la vida, como el logro educativo
(Sorrenti, et. al., 2024). Schunk et al. (2022) en un estudio de campo controlado aleatorio que integra
una unidad breve de enseñanza de autorregulación basada en el concepto de contraste mental con
intenciones de implementación en el currículo escolar de estudiantes de primer grado, entregan
resultados sobre el entrenamiento en autorregulación mejora las habilidades cognitivas y no cognitivas
y afirman efecto positivo en los estudiantes, ya que tienen más probabilidades de asistir a la escuela
secundaria académica tres años después de la intervención.
Hart et al. (2020) realizan un metaanálisis de intervenciones educativas dirigidas a habilidades
cognitivas o socioemocionales y concluyen que la mayoría de los efectos de la intervención parecen
desvanecerse en unos pocos años. A diferencia de dos documentos existentes sobre intervenciones que
tienen inicio en la escuela primaria, acompañado de un registros con un período de seguimiento mucho
más largo e incluso se extienden a considerar la matriculación universitaria como un resultado. Sin
embargo, por el tiempo de realización es importante hacer observancia sobre los instrumentos usados.
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Brown et al. (2022) muestran que el entrenamiento en resistencia cognitiva mejora el rendimiento de
los estudiantes en 0,09 desviaciones estándar. Mientras que, Cipriano et al. (2023) realizan un
metaanálisis de programas SEL basados en la escuela fuera de la literatura económica y concluyen que
los programas SEL son generalmente efectivos. Además, encuentran que la mayoría de las
intervenciones conducen a mejores climas escolares y comportamiento de los estudiantes, la evidencia
sobre los efectos a largo plazo sigue siendo extremadamente escasa.
Berger y Ángulo (2024) indican una falta de claridad en los modelos conceptuales subyacentes que
guían los esfuerzos educativos para las habilidades socioemocionales y evidencia empírica insuficiente;
cuestiones que en otros estudios ya se han empezado a implementar con seguimiento a la población
participante originalmente en el estudio, con mediciones tipo re-test en estudios cuyos resultados
muestran como una intervención dirigida a la memoria de trabajo de los estudiantes mejora las
habilidades cognitivas y socioemocionales genera efectos significativos medidos hasta cuatro años
después de la intervención (Berger, et. al., 2020).
El aporte más reciente con seguimiento y el uso de instrumentos estandarizados con reactivos ajustados
a los cambios propios del proceso de validación, lo presentan Sorrenti, et. al. (2024) en Suiza con un
estudio experimental para el programa de habilidades socioemocionales PATHS, dirigido por
profesores para niños de escuela primaria que fue desarrollado por Mark T. Greenberg y Carol A.
Kusché en la Universidad de Washington para el contexto estadounidense. El programa enseña
estrategias sistemáticas de afrontamiento y toma de decisiones con el objetivo de fomentar el
autocontrol de los niños, la comprensión emocional y las habilidades de resolución de problemas
sociales.
El estudio realiza selección de escuelas (28), aleatorización y definición del grupo de tratamiento, e
implementa la intervención entre el 2005-2006, la instrucción fue de 45 minutos dos veces a la semana
para los educandos de grado durante todo el periodo lectivo del primer año, de ellos el 70% se
matricularon al y el proceso culminó al terminar este último grado en mención. El nivel de
cumplimiento encontrado fue alto por los estudiantes en ambos años. Luego se extendió un seguimiento
para estos participantes con edades de 13, 15 y 17 años durante la secundaria, y posteriormente se
verificó su inscripción en la universidad.
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Los resultados develan un 16% de los participantes en asistencia al nivel de secundaria a los 13 años,
cifra que se incrementa posteriormente con el ingreso de estudiantes con 14 años (20%) y 17 años
(27%), así un 27% terminan secundaria y el 17% se inscriben en la universidad a los 20 años; aunque
posteriormente hay otros ingresos, de tal modo que a los 24 años el 22% ya se han graduado o estaban
aún cursando estudios superiores (Sorrenti, et. al., 2024).
En ntesis, las habilidades socioemocionales en el aspecto cognitivo, especialmente asociado a la
formación de los estudiantes ejerce resultados positivos que pueden cuantificarse como en un cuarta
parte de los educandos que inician de forma temprana este aprendizaje. Lo que implica que las
innovaciones educativa en este sentido deben marchar en paralelo con las programaciones curriculares
y sostenerse para su afianzamiento efectivo.
CONCLUSIÓN
Las habilidades socioemocionales tienen un papel clave a lo largo de la vida del ser humano que le
facilitan una adaptación armónica a la coexistencia social y le concede favorabilidad frente a su
recorrido académico y posteriormente en el ingreso y sostenimiento en la vida laboral. No obstante, es
un campo relativamente nuevo como estudio teórico e investigativo, lo que lleva a reconocer que es
necesario proseguir las investigaciones para allanar el camino de su firme conocimiento sobre
evidencias objetivas y rigurosas que sean precisas en el nivel de impacto que registran, el tiempo que
deben ser implementadas como procesos de enseñanza aprendizaje, y cuáles serían los aspectos a
subsanar o fortalecer para incrementar el potencia de esta habilidades.
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