DENGUE: PRESENTACIÓN DE UN CASO CLÍNICO Y
SUS IMPLICACIONES CLÍNICAS
DENGUE: PRESENTATION OF A CLINICAL CASE
AND ITS CLINICAL IMPLICATIONS
Francisco Javier Córdova Loor
Hospital IESS Babahoyo, Ecuador
Elizabeth María Urdaneta Rivero
Hospital del Norte de Guayaquil IESS los Ceibos, Ecuador
Marjorie Nicolle Villalva Cortez
Hospital IESS Babahoyo, Ecuador
Frank Reinaldo Vinces Pacheco
Hospital IESS Manta, Ecuador
Héctor Andree Briones Cevallos
Hospital IESS Manta, Ecuador
Jordy Enrique Contreras Sornoza
Centro médico EMED, Ecuador
pág. 7325
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.14149
Dengue: Presentación de un Caso Clínico y sus Implicaciones Clínicas
Francisco Javier Córdova Loor1
francisco.cordova@iess.gob.ec
https://orcid.org/0000-0002-3821-5694
Médico Intensivista
Hospital IESS Babahoyo
Ecuador
Elizabeth María Urdaneta Rivero
Elikapeka_86@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-3668-5232
Médico Internista
Hospital del Norte de Guayaquil
IESS los Ceibos
Ecuador
Marjorie Nicolle Villalva Cortez
nicollevillalvac96@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-5403-9383
Médico Residente
Unidad de Cuidados Intensivos
Hospital IESS Babahoyo
Ecuador
Frank Reinaldo Vinces Pacheco
frankvp10@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0004-1940-2592
Médico Residente
Hospital IESS Manta
Ecuador
Héctor Andree Briones Cevallos
hectorandreebrionesc@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-8159-4586
hector.briones@iess.gob.ec
Médico Residente
Hospital IESS Manta
Ecuador
Jordy Enrique Contreras Sornoza
jordy_contreras@outlook.com
https://orcid.org/0009-0004-4431-1756
Médico Residente
Centro médico EMED
Ecuador
RESUMEN
El dengue, conocido popularmente como fiebre rompehuesos, es una infección viral transmitida
principalmente por el mosquito Aedes aegypti. En los últimos años, su incidencia ha aumentado
considerablemente, posicionándose como una de las principales preocupaciones de salud pública a nivel
internacional. Una manifestación particularmente grave del dengue es la fiebre hemorrágica del dengue
(FHD), identificada por primera vez en la década de 1950, que actualmente representa una de las
principales causas de mortalidad infantil en varios países afectados. El dengue es causado por cuatro
serotipos del virus (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4), los cuales se diseminan a través de la picadura
de mosquitos infectados. La expansión geográfica de estos virus y de sus vectores se ha visto favorecida
por el crecimiento urbano acelerado, que incrementa el contacto entre humanos y mosquitos, así como
por deficiencias en el saneamiento y la gestión de recursos, creando ambientes propicios para la
proliferación de Aedes aegypti. Este estudio analiza los factores que facilitan la propagación del dengue
y destaca la necesidad de implementar estrategias integrales que incluyan el control vectorial, mejoras
en las condiciones sanitarias y el fortalecimiento de los sistemas de atención médica para mitigar el
impacto de esta enfermedad.
Palabras clave: dengue, aedes aegypti, fiebre hemorrágica del dengue, salud pública, control vectorial
1
Autor principal
Correspondencia: francisco.cordova@iess.gob.ec
pág. 7326
Dengue: Presentation of a Clinical Case and its Clinical Implications
ABSTRACT
Dengue, commonly known as breakbone fever, is a viral infection primarily transmitted by the Aedes
aegypti mosquito. In recent years, its incidence has increased significantly, establishing itself as one of
the foremost public health concerns internationally. A particularly severe manifestation of dengue is
dengue hemorrhagic fever (DHF), first identified in the 1950s, which currently accounts for a leading
cause of child mortality in several affected countries. Dengue is caused by four serotypes of the virus
(DEN-1, DEN-2, DEN-3, and DEN-4), which spread through the bites of infected mosquitoes. The
geographical expansion of these viruses and their vectors has been facilitated by accelerated urban
growth, increasing human-mosquito interactions, as well as deficiencies in sanitation and resource
management, creating favorable environments for the proliferation of Aedes aegypti. This study
analyzes the factors that facilitate the spread of dengue and highlights the necessity of implementing
comprehensive strategies that include vector control, improvements in sanitary conditions, and the
strengthening of healthcare systems to mitigate the impact of this disease.
Keywords: dengue, aedes aegypti, dengue hemorrhagic fever, public health, vector control
Artículo recibido 05 septiembre 2024
Aceptado para publicación: 10 octubre 2024
pág. 7327
INTRODUCCIÓN
El origen del término dengue no está completamente claro. Una teoría sugiere que deriva de la frase en
swahili "Ka-dinga pepo", que describe la enfermedad como causada por un espectro. Sin embargo, es
posible que la palabra swahili "dinga" provenga del término castellano "dengue", que significa
fastidioso o cuidadoso, reflejando el sufrimiento de los pacientes debido al característico dolor óseo
asociado con la enfermedad. El primer registro potencial de un caso de dengue se encuentra en una
enciclopedia médica china de la Dinastía Jin (265–420 d.C.), que asocia "agua venenosa" con el vuelo
de insectos. El primer reporte definitivo de un caso de dengue data de 1789 y es atribuido a Benjamin
Rush, quien acuñó el término "fiebre rompehuesos" debido a los síntomas de mialgias y artralgias. La
etiología viral y su transmisión por mosquitos fueron descifradas únicamente en el siglo XX. Además,
los movimientos poblacionales durante la Segunda Guerra Mundial contribuyeron a la expansión global
de la enfermedad, alcanzando un nivel pandémico (Gubler, 1998).
Las primeras epidemias de dengue ocurrieron casi simultáneamente en Asia, África y América del Norte
en 1781, y la enfermedad fue identificada y nombrada en 1779. Entre 1950 y 1975, se desencadenó una
pandemia mundial de dengue hemorrágico en el sudeste asiático, convirtiéndose en una de las
principales causas de muerte infantil en varios países de la región. Desde la década de 1980, el dengue
ha incrementado su presencia epidémica de manera significativa. A principios de los años 2000, el
dengue se consolidó como la segunda enfermedad transmitida por mosquitos más común que afecta a
los seres humanos, solo superada por la malaria. Actualmente, se registran aproximadamente 40
millones de casos de dengue y varios cientos de miles de casos de dengue hemorrágico cada año a nivel
global. En febrero de 2002, Río de Janeiro experimentó un brote severo que afectó a alrededor de un
millón de personas y resultó en 16 muertes (World Health Organization [WHO], 2021; Gubler, 2023).
Distribución mundial del dengue y dinámica de brotes
Hasta 2007, la distribución mundial del dengue ha experimentado pocas modificaciones significativas.
En países centroamericanos, el dengue es conocido como «fiebre rompehuesos», «fiebre
quebrantahuesos» y «la quebradora». Importantes brotes de dengue tienden a ocurrir cada 5 o 6 años,
lo cual se atribuye a la ciclicidad en el número de casos.
pág. 7328
Se considera que esta ciclicidad es resultado de la interacción entre los ciclos estacionales y la corta
duración de la inmunidad cruzada proporcionada por los cuatro serotipos del virus en individuos
previamente infectados. Cuando la inmunidad cruzada disminuye, la población se vuelve más
susceptible a la transmisión, especialmente durante la siguiente temporada de transmisión. A largo
plazo, esto conduce a un gran número de personas susceptibles dentro de la misma población, a pesar
de los brotes anteriores, debido a la existencia de cuatro serotipos diferentes del virus del dengue y a la
incorporación de nuevos individuos susceptibles a través de la inmigración o el nacimiento (González
et al., 2023; Pérez & López, 2022).
La enfermedad presenta una extensión geográfica comparable a la de la malaria; sin embargo, a
diferencia de esta última, el dengue se localiza predominantemente en zonas urbanas de países
tropicales. Cada uno de los cuatro serotipos del virus del dengue es significativamente diferente, lo que
impide la existencia de una protección cruzada y propicia la ocurrencia de epidemias causadas por
múltiples serotipos. El dengue se transmite a los humanos principalmente por el mosquito Aedes
aegypti, el principal vector en el hemisferio occidental, aunque también puede ser transmitido por Aedes
albopictus. No existe contagio directo de persona a persona.
Se considera que los casos notificados subestiman el número real de infecciones de dengue, ya que se
ignoran tanto los casos subclínicos como aquellos en los que los pacientes no buscan atención médica.
Con un tratamiento médico adecuado, la tasa de mortalidad por dengue puede reducirse a menos de 1
por cada 1,000 casos (World Health Organization, 2023; Martínez et al., 2022).
Durante la última década, Sudamérica ha experimentado un incremento dramático en la incidencia del
dengue, especialmente en países como Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela y Brasil.
Actualmente, Brasil reporta aproximadamente el 70% de todos los casos en América, mientras que
Colombia ha registrado el mayor número de casos de dengue hemorrágico y de muertes asociadas en
los últimos años (García et al., 2023; López & Hernández, 2021).
Existen evidencias significativas, inicialmente propuestas por S. B. Halstead en la década de 1970, que
indican que el dengue hemorrágico es más probable en pacientes que han sufrido infecciones
secundarias por serotipos diferentes al serotipo de la infección primaria.
pág. 7329
Un modelo que explica este fenómeno, conocido como mejora dependiente de anticuerpos (ADE, por
sus siglas en inglés), facilita el aumento de la captación y reproducción viral durante una infección
secundaria con una cepa distinta. Mediante un fenómeno inmunitario denominado pecado original
antigénico, el sistema inmunitario no logra responder adecuadamente a la infección intensa,
convirtiendo la infección secundaria en una condición mucho más grave. Este proceso también se
denomina superinfección.
Ciclo de Transmisión del Dengue
1. Infección del Mosquito Vector: El ciclo de transmisión del dengue comienza cuando una hembra
de Aedes aegypti ingiere sangre que contiene el virus del dengue durante una picadura a un huésped
infectado. Una vez dentro del mosquito, el virus se replica en el epitelio intestinal, ganglios
nerviosos, tejido adiposo y glándulas salivales del insecto (Smith et al., 2022).
2. Entrada y Replicación Viral: El virus entra en la célula del mosquito mediante endocitosis
mediada por receptores específicos. La replicación del virus ocurre en el citoplasma celular y está
acompañada por la proliferación del retículo endoplásmico liso y rugoso, lo que facilita la
producción de componentes virales necesarios para el ensamblaje del virión (Chen et al., 2021).
3. Síntesis y Ensamblaje del Virión: El ARN genómico del dengue actúa directamente como
mensajero, conteniendo un fragmento de lectura grande de más de 10 Kb. Este ARN se transcribe
completamente desde su extremo 5´ para producir una poliproteína precursora que luego se divide
en proteínas virales individuales. El ensamblaje del virión ocurre en las células vertebradas sobre
la membrana del retículo endoplásmico y en las células del mosquito en la membrana plasmática.
A diferencia de otros virus, no se observa la conformación de una cápside ni el proceso de gemación.
Una vez formado, el virión es liberado por lisis celular dentro de la cisterna del retículo
endoplásmico (Lopez et al., 2023).
4. Duración del Ciclo y Persistencia del Vector: El ciclo de transmisión en el mosquito dura entre
ocho y doce días, dependiendo de las condiciones ambientales como la temperatura y la humedad.
Una vez que el mosquito está infectado, permanece portador del virus durante el resto de su vida,
sirviendo como vector perpetuo de la enfermedad (World Health Organization, 2023).
pág. 7330
Presentación del caso
Se presenta el caso de una paciente femenina de 22 años, sin antecedentes de enfermedades crónicas
no transmisibles, que acude a la consulta de emergencia del Hospital de Segundo Nivel de Atención
ubicado en el cantón Guayas, Ecuador. La paciente refiere fiebre de 40°C, confirmada
termométricamente, habiendo presentado episodios similares en tres ocasiones durante el día actual.
Además, manifiesta cefalea intensa acompañada de dolor ocular al movimiento, mialgias y artralgias
severas, náuseas sin vómitos y la aparición de pápulas eritematosas en las piernas y el tórax.
Al ingreso, se verifica una temperatura de 40°C y se administra antipiréticos para normalizar la
temperatura corporal. Una vez controlada la fiebre, se procede al examen físico completo y a la
realización de exámenes de laboratorio complementarios, incluyendo hemograma, pruebas de función
hepática y renal, y serologías específicas para dengue. Los resultados de laboratorio muestran
trombocitopenia leve, elevación de enzimas hepáticas y signos de inflamación sistémica.
El diagnóstico diferencial incluyó dengue, fiebre chikungunya y zika, considerando la presentación
clínica y el contexto epidemiológico de la región. Se confirma el diagnóstico de dengue mediante
pruebas serológicas específicas. La paciente fue manejada con medidas de soporte, incluyendo
hidratación intravenosa y monitoreo constante de signos vitales, logrando una evolución favorable sin
complicaciones mayores.
Este caso resalta la importancia de una evaluación clínica detallada y el uso adecuado de pruebas
diagnósticas para el manejo efectivo del dengue, especialmente en áreas endémicas como Guayas,
Ecuador.
Datos Positivos al Examen Físico
En el examen físico, la paciente presentaba una temperatura corporal de 40°C, frecuencia cardíaca de
110 latidos por minuto, presión arterial de 100/60 mmHg, frecuencia respiratoria de 22 respiraciones
por minuto y saturación de oxígeno del 98% en aire ambiente. La piel mostraba lesiones hemorrágicas
caracterizadas por petequias diseminadas, predominantemente en las extremidades inferiores y la región
torácica, acompañadas de eritema conjuntival sin exudado. La orofaringe se encontraba enrojecida, sin
signos de faringitis exudativa.
pág. 7331
En cabeza y cuello, los ganglios linfáticos inguinales eran palpables, pero no dolorosos. El examen
torácico reveló murmullo vesicular presente en ambos campos pulmonares, sin ruidos agregados ni
signos de derrame pleural. El abdomen estaba blando, depresible y no doloroso a la palpación, sin masas
palpables, aunque se apreció ligera hepatomegalia. Las extremidades mostraban pulsos periféricos
palpables y simétricos, sin edemas ni signos de deshidratación. El sistema neurológico indicaba que la
paciente estaba alerta y orientada en tiempo, espacio y persona, sin signos de meningitis ni déficit
neurológico focal.
Exámenes Complementarios
Los exámenes de laboratorio complementarios revelaron un leucograma con un total de 4,500
leucocitos/µL, de los cuales el 40% eran neutrófilos, el 50% linfocitos, el 8% monocitos, el 2%
eosinófilos y el 0% basófilos. El conteo de plaquetas fue de 150,000 plaquetas/µL. La prueba del
torniquete resultó positiva, evidenciando petequias en zonas de presión. El hematocrito se encontraba
en 45%, lo que sugiere una ligera hemoconcentración. Las pruebas de función hepática mostraron
elevación de AST (80 U/L) y ALT (75 U/L), además de una bilirrubina total de 1.8 mg/dL. Los
electrolitos séricos se encontraban dentro de rangos normales: sodio 138 mmol/L, potasio 4.2 mmol/L
y cloro 102 mmol/L. La proteína C reactiva (PCR) estaba elevada, indicando inflamación sistémica. El
ultrasonido abdominal no evidenció derrame pleural ni ascitis, descartando complicaciones
hemorrágicas avanzadas. Adicionalmente, se realizó la prueba de antígeno NS1, la cual resultó positiva,
confirmando la presencia del virus del dengue en la paciente.
DISCUSIÓN
El cuadro clínico de la paciente, caracterizado por fiebre alta persistente (40°C), cefalea intensa, dolor
ocular al movimiento, mialgias y artralgias severas, acompañado de náuseas sin vómitos y la aparición
de pápulas eritematosas en extremidades inferiores y tórax, sugiere fuertemente una infección viral,
siendo el dengue una de las principales consideraciones diagnósticas en el contexto epidemiológico de
Cantos, Guayas, Ecuador.
Los hallazgos del examen físico, como las petequias diseminadas y la orofaringe enrojecida, junto con
los resultados de laboratorio que muestran leucocitosis con predominio linfocítico, trombocitopenia
leve, y elevación de enzimas hepáticas, refuerzan la sospecha clínica de dengue.
pág. 7332
La prueba del torniquete positiva, un indicador de fragilidad capilar es un criterio diagnóstico relevante
para dengue hemorrágico según las directrices de la Organización Mundial de la Salud. Además, la
detección positiva del antígeno NS1 proporciona una confirmación rápida y específica de la infección
por el virus del dengue, permitiendo una intervención oportuna.
Adicionalmente, la ligera hemoconcentración observada en el hematocrito sugiere posible
hemoconcentración plasmática, un signo de alerta para complicaciones hemorrágicas y choque en el
dengue. La ausencia de derrame pleural o ascitis en el ultrasonido abdominal indica que, en este
momento, no hay evidencia de fuga plasmática significativa.
Tras la confirmación diagnóstica mediante pruebas serológicas específicas para el dengue y la prueba
de antígeno NS1, se procedió al ingreso hospitalario de la paciente. El manejo terapéutico incluyó
hidratación intravenosa y monitoreo continuo de los signos vitales, siguiendo los protocolos
establecidos para prevenir complicaciones hemorrágicas y asegurar una evolución favorable. La
paciente respondió adecuadamente al tratamiento, sin desarrollar complicaciones mayores durante su
estancia hospitalaria.
Este caso subraya la importancia de una evaluación clínica exhaustiva y el uso oportuno de exámenes
diagnósticos complementarios, como la prueba de antígeno NS1, en el manejo del dengue,
especialmente en áreas endémicas como Cantos, Guayas, Ecuador. Además, resalta la necesidad de
fortalecer los sistemas de vigilancia y respuesta rápida para controlar brotes y minimizar la morbilidad
y mortalidad asociadas a esta enfermedad.
Tratamiento
Actualmente, no existe un medicamento específico para tratar la infección por el virus del dengue. El
manejo terapéutico se basa principalmente en la terapia de apoyo para aliviar los ntomas y prevenir
complicaciones. Es fundamental aumentar la ingesta de líquidos orales para prevenir la deshidratación,
una complicación común en pacientes con dengue. Para el alivio del dolor y la fiebre, es crucial evitar
el uso de aspirina y antiinflamatorios no esteroides (AINE), ya que estos fármacos pueden agravar la
hemorragia asociada con el dengue debido a sus efectos anticoagulantes. En su lugar, se recomienda la
administración de paracetamol (acetaminofén), que actúa como un paliativo eficaz sin incrementar el
riesgo de hemorragias. (Tabla 1.)
pág. 7333
Adicionalmente, existe evidencia que sugiere que los pacientes con síntomas febriles presuntamente
por dengue no deben ser expuestos a cambios bruscos de temperatura, como el contacto con agua fría
u otros medios físicos, ya que estos factores pueden exacerbar los signos de la enfermedad. Por lo tanto,
se desaconseja la aplicación de medidas físicas de enfriamiento en estos casos.
Tabla 1.- Fase, Duración y tratamiento del Dengue
Realizado por el autor
Posteriormente, se realizaron pruebas diagnósticas adicionales para confirmar el diagnóstico:
a) Aislamiento y Tipificación del Virus del Dengue: Se realizó cultivo viral, permitiendo la
detección del ARN viral en muestras de plasma, lo cual facilita la confirmación del serotipo del
virus.
b) Serología: Se empleó la prueba de fijación de complemento para IgM (inmunoglobulinas M), cuyos
resultados positivos pueden persistir entre 60 y 90 días, proporcionando una confirmación
diagnóstica adicional.
El manejo terapéutico incluyó la administración de líquidos por a intravenosa y el monitoreo constante
de los signos vitales, siguiendo los protocolos establecidos para prevenir complicaciones hemorrágicas
y asegurar una evolución favorable. La paciente evolucionó satisfactoriamente y fue dada de alta sin
complicaciones mayores.
Medidas Preventivas
Las medidas preventivas para el dengue deben abarcar múltiples áreas estratégicas para ser efectivas:
pág. 7334
Realización de Encuestas Epidemiológicas y Control Larvario: Es fundamental llevar a cabo
encuestas en la localidad para determinar la densidad poblacional de mosquitos vectores y localizar sus
criaderos. Los criaderos más comunes del Aedes aegypti incluyen recipientes naturales o artificiales que
contienen agua estancada, como neumáticos viejos, tanques, floreros de cementerio y macetas. La
eliminación de estos criaderos es esencial para reducir la población de mosquitos.
Promoción de Conductas Preventivas por Parte de la Población:
Educación sobre el Dengue y su Prevención: Es vital educar a la población sobre los riesgos, la
susceptibilidad y la severidad del dengue, incluyendo su forma grave. Se debe proporcionar
información detallada sobre el vector, sus horarios de actividad y radio de acción, así como sobre
las medidas preventivas que deben adoptar.
Eliminación de Criaderos de Larvas: Se debe incentivar a la comunidad a limpiar patios y techos
de cualquier potencial criadero de larvas. Para tanques de agua, se recomienda agregar pequeñas
cantidades de cloro sobre el nivel del agua. En el caso de neumáticos, vaciarlos completamente y
cubrirlos con arena o introducir peces guppy (Poecilia reticulata) que se alimentan de las larvas.
(Tabla 2)
Utilización de Barreras Físicas: La implementación de mosquiteros en ventanas y telas en áreas
de descanso es una medida efectiva para prevenir la picadura de mosquitos.
Uso de Repelentes de Insectos: Se debe especificar el tipo de repelentes y la forma adecuada de
su aplicación para maximizar su efectividad.
Tabla 2.- Medidas Preventivas e implementación en casos de Dengue
Realizada por el autor
pág. 7335
Eliminación de Criaderos de Larvas por el Sector Público: Ante la falta de adopción de conductas
preventivas por parte de la población, el sector público debe asumir la responsabilidad de eliminar
criaderos de mosquitos. Esto incluye la limpieza de áreas públicas y la eliminación sistemática de
recipientes que acumulen agua.
Comunicación de Riesgos a Través de Medios Masivos: Es imprescindible utilizar medios de
comunicación masivos para aumentar la percepción del riesgo, la susceptibilidad y el valor de las
medidas precautorias entre la población. Esto facilita la adopción de conductas preventivas necesarias
para controlar la propagación del dengue.
La implementación de estas medidas preventivas es crucial para controlar la incidencia del dengue y
minimizar la morbilidad y mortalidad asociadas a esta enfermedad en áreas endémicas.
CONCLUSIÓN
El presente caso clínico ilustra de manera contundente la complejidad y los desafíos que representa el
manejo del dengue en entornos endémicos como Cantón, Guayas, Ecuador. La paciente, una joven de
22 años, presentó un cuadro clínico típico de dengue grave, caracterizado por fiebre alta persistente,
cefalea intensa, dolor ocular, mialgias, artralgias severas, náuseas y lesiones hemorrágicas cutáneas.
Los hallazgos clínicos y los resultados de los exámenes complementarios, incluyendo trombocitopenia
leve, leucocitosis con predominio linfocítico, una prueba del torniquete positiva y la detección del
antígeno NS1, permitieron una confirmación diagnóstica oportuna y precisa.
El manejo terapéutico basado en la terapia de apoyo, con hidratación intravenosa y monitoreo constante,
demostró ser eficaz, resultando en una evolución favorable sin complicaciones mayores para la
paciente. Este caso subraya la importancia de una evaluación clínica exhaustiva y el uso adecuado de
pruebas diagnósticas rápidas, como el antígeno NS1, para optimizar el tratamiento y prevenir el
desarrollo de complicaciones graves asociadas al dengue.
Asimismo, las medidas preventivas detalladas enfatizan la necesidad de un enfoque multifacético que
combine el control vectorial, la educación comunitaria y la intervención pública para reducir la
incidencia del dengue. La responsabilidad individual y comunitaria es fundamental para la eliminación
de criaderos de mosquitos y la adopción de conductas preventivas efectivas.
pág. 7336
Este caso destaca la relevancia de fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica, mejorar las
estrategias de control vectorial y promover la educación sanitaria como pilares esenciales para combatir
el dengue. La colaboración entre profesionales de la salud, autoridades y la comunidad es indispensable
para reducir la morbilidad y mortalidad asociadas a esta enfermedad, contribuyendo así a mejorar la
salud pública en regiones afectadas por el dengue.
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