ENSEÑAR EN LA ERA DIGITAL:
VIRTUALIDAD Y REDES SOCIALES EN EL
AULA
TEACHING IN THE DIGITAL AGE: VIRTUALITY AND
SOCIAL NETWORKS IN THE CLASSROOM
Diana Erica Alape Sánchez
Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología UMECIT Panamá
Jaider Manuel Peña Cerpa
Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología UMECIT- Panamá
pág. 7435
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.14157
Enseñar en la era digital: virtualidad y redes sociales en el aula
Diana Erica Alape Sánchez 1
dianaalape.est@umecit.edu.pa
https://orcid.org/0009-0004-9882-1831
Universidad Metropolitana de Educación,
Ciencia y Tecnología UMECIT
Panamá, Ciudad de Panamá
Jaider Manuel Peña Cerpa
jaiderpena.est@umecit.edu.pa
https://orcid.org/0009-0001-0276-3138
Universidad Metropolitana de Educación,
Ciencia y Tecnología UMECIT
Panamá, Ciudad de Panamá
RESUMEN
Este documento es parte de un ejercicio de investigación llevado a cabo dentro de las actividades
académicas del Doctorado en Educación de la universidad UMECIT. Se realizó una revisión documental
bajo un enfoque descriptivo, con el objetivo de obtener un acercamiento al estado del arte del uso de las
redes sociales en el aula y explorar las ventajas y los desafíos didácticos para su implementación en el
proceso de enseñanza y aprendizaje. Una vez establecidos los criterios de inclusión/exclusión, se
seleccionaron 18 documentos de bases de datos y buscadores académicos como Scielo, Redalyc,
Dialnet, Mendeley y Google académico, aplicando palabras clave como TIC en educación, redes
sociales en el aula, virtualidad y didáctica. Se encontró que dentro de las ventajas documentadas de
usar redes sociales en el aula está: la promoción del aprendizaje autorregulado, el trabajo colaborativo
y el desarrollo de competencias más alde lo cognitivo, entre otras. Por otro lado, los desafíos incluyen:
la dificultad en el uso de plataformas, la abundancia de distractores y la resistencia al cambio. Partiendo
de esta base se realizan unas recomendaciones de estrategias para la integración didáctica de las redes
sociales en el aula, esperando proporcionar una visión equilibrada y comprensiva de acerca de su uso y
así aprovechar al máximo sus posibilidades transformadoras en espacios de aprendizaje formal.
Palabras clave: redes sociales, educación, didáctica, virtualidad, revisión documental
1
Autor Principal
Correspondencia: dianaalape.est@umecit.edu.pa
pág. 7436
Teaching in the digital age: virtuality and social networks in the classroom
ABSTRACT
This document is part of a research and reflection exercise carried out within the academic activities of
the Doctorate in Education at the UMECIT university. A documentary review was carried out under a
descriptive approach, with the objective of obtaining an advance towards to the state of the art of the
use of social networks in the classroom and exploring the advantages and didactic challenges for its
implementation in the teaching and learning process. Once the inclusion/exclusion criteria were
established, 18 documents were selected from databases and academic search engines such as Scielo,
Redalyc, Dialnet, Mendeley and Google academic, applying keywords such as “ICT in education, social
networks in the classroom, virtuality and didactics”. It was found that among of the documented
advantages are: the promotion of self-regulated learning, collaborative work and the development of
skills beyond the cognitive, among others. On the other hand, challenges include: difficulty in using
platforms, the abundance of distractors, and resistance to change. Based on this basis, some
recommendations are made on strategies for the didactic integration of social networks in the classroom,
hoping to provide a balanced and comprehensive vision of their use to take advantage of their
transformative possibilities in formal learning spaces.
Keywords: social networks, education, didactics, virtuality, document review
Artículo recibido 08 septiembre 2024
Aceptado para publicación: 10 octubre 2024
pág. 7437
INTRODUCCIÓN
Vivimos en una era en la que la convergencia tecnológica, impulsada por la globalización y la revolución
digital de los últimos 50 años (Morales A., 2011), ha ampliado significativamente las posibilidades de
comunicación e interacción, afectando todos los ámbitos de la sociedad, incluida la educación. Como
señala Jódar Marín (2010), la era tecnológica no solo ha mejorado la calidad de los servicios, sino que
también ha diversificado su oferta, manifestándose en la llamada sociedad industrial posteriormente
conocida como sociedad del conocimiento.
Esta transformación tecnológica, que ya había comenzado a redefinir los servicios y la sociedad del
conocimiento, se aceleaún más con la aparición del COVID-19. La pandemia marcó un antes y un
después a nivel global, forzando a los estados a detenerse y modificar drásticamente la vida cotidiana.
Sectores como la industria, la economía, la comunicación y la educación se vieron obligados a replantear
sus métodos, y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) se convirtieron en herramientas
fundamentales para adaptarse a la nueva realidad.
En el sector educativo, la pandemia llegó a presionar el desarrollo de un ya existente sistema de
aprendizaje en línea conocido como e-learning, revelando su importancia en la educación a distancia.
Esta modalidad de aprendizaje surge durante el auge del internet en la década de los 90, y puede
considerarse como un método de enseñanza favorecido por el uso de las TIC (Gutiérrez Galera, 2023).
Aunque la tecnología para su desarrollo ya existía desde hace más de 40 años, no fue sino hasta el
confinamiento, que la necesidad de su implementación se hizo evidente en todas las instituciones
educativas, quienes debieron adaptar rápidamente sus metodologías utilizando plataformas digitales y
herramientas tecnológicas para continuar el proceso de enseñanza, redefiniendo así la manera en que se
concibe el aprendizaje en la era digital.
Este contexto presentó un gran reto para el sistema educativo, particularmente en América Latina, donde
hay una marcada brecha digital (Loor Rodríguez, et al., 2022) que dificultó la continuidad de los
procesos de enseñanza-aprendizaje debido a la necesidad del uso de internet y dispositivos tecnológicos.
No obstante, en los lugares donde se contaba con la existencia de tales herramientas, los docentes
tuvieron que adaptarse rápidamente, diseñando estrategias para el aprendizaje en casa y aprendiendo a
utilizar la web 2.0 sobre la marcha, en espacios académicos (Gutiérrez Galera, 2023). Lo anterior,
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sumado a las limitaciones tecnológicas de la región afecprofundamente la educación pública primaria
y secundaria en tiempos de pandemia (Banco Mundial, 2020).
A pesar de los desafíos para su acceso en latinoamérica, la tecnología ha demostrado ser una
herramienta transformadora que ha llegado para quedarse y generar nuevas formas de hacer las cosas,
particularmente en el entorno educativo (Lagos Reinoso, et al., 2020). Es una realidad que el uso de
aparatos portables de comunicación ha sido un fenómeno creciente y, en los últimos años su versatilidad
y rápida evolución ha permitido superar las barreras de la comunicación y el entretenimiento permeando
todos los aspectos de la vida cotidiana. Por tanto, con la omnipresencia de la tecnología, la web 2.0 y la
llegada de las redes sociales, surge la necesidad de debatir sobre cómo integrarlas efectivamente en
espacios académicos y en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Al respecto, se ha realizado investigaciones que mencionan tanto las ventajas como los desafíos del uso
de las redes sociales en el aula (Ayala-Carrillo & Peña, 2010; Jaimes-Barrera et al., 2021; Limas Suárez
& Vargas Soracá, 2021; Marín-Díaz & Cabero-Almenara, 2019; Merchán Carreño et al., 2019; Vera
Falcones & Toala, 2023). Por un lado, se argumenta que estas herramientas ofrecen oportunidades
únicas para mejorar la participación de los estudiantes, fomentar la colaboración entre pares y
personalizar el aprendizaje. Sin embargo, también existen desafíos significativos que deben abordarse;
la preocupación por la privacidad y la seguridad de los datos, la distracción de los estudiantes y la brecha
digital son solo algunos de los temas planteados respecto al uso de las redes sociales en entornos
educativos.
Por todo lo anterior, este artículo busca explorar las ventajas y desafíos didácticos del uso de las redes
sociales en la escuela, para lo cual, haciendo uso de la técnica de análisis documental bajo un enfoque
descriptivo, se revisaron investigaciones sobre el tema planteado. A través de este análisis, se espera
proporcionar una visión equilibrada y comprensiva sobre el papel de las redes sociales en la educación
contemporánea, destacando tanto sus posibilidades transformadoras, así como las desventajas o desafíos
didácticos para su implementación en el aula.
METODOLOGÍA
El presente artículo académico es el resultado de un acercamiento al estado del arte del uso de las redes
sociales en el aula, mediante el rastreo de información documentada en artículos científicos encontrados
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en bases de datos y buscadores académicos como Scielo, Redalyc, Dialnet, Scopus, Mendeley y Google
académico. Para esto se realizaron filtros usando palabras clave como: TIC en educación, redes sociales
en el aula, virtualidad, educación, didáctica y redes sociales.
Etapas del proceso
1. Criterios de selección. Los criterios de inclusión/exclusión establecidos para la selección de los
documentos fueron:
- La fecha de publicación dejando como ventana de observación 5 años comprendidos entre el
año 2019 y el año 2024.
- La región limitándose a documentos resultantes de investigaciones realizadas en latinoamérica.
2. Clasificación y sistematización de la información. Una vez seleccionados los artículos, se proced
a su lectura, clasificación y sistematización apoyándose en una base de datos elaborada en Excel (Tabla
1).
Tabla 1. Modelo de base de datos usada para la organización de los documentos y análisis de
información.
No.
Año
Autor
Objetivo
Metodología
Resultados
Conclusión
Url
Categoría
La primera casilla (No.) corresponde al número asignado al artículo el cual consistió en un número
natural consecutivo desde el uno (1) hasta el dieciocho (18). Las siguientes casillas corresponden al año,
autor, título, objetivos, metodología, resultados y conclusión del artículo desde el punto de vista de su
autor y la última casilla llamada hace referencia a una de las siguientes categorías establecidas para el
análisis descriptivo de la información:
- Ventajas del uso de redes sociales en el aula: esta categoría incluye las menciones a los
beneficios señalados en el artículo. A medida que se leía el documento, se identificaron y
describieron para su posterior análisis.
- Desventajas del uso de redes sociales en el aula: en esta categoría se agruparon las menciones
sobre las desventajas de integrar redes sociales en el aula, las cuales fueron listadas y explicadas
según el autor.
- Desafíos del uso de redes sociales en el aula: Se incluyeron los retos relacionados con el uso de
redes sociales, identificados y descritos a partir del documento.
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RESULTADOS
Se examinaron en total 9 documentos los cuales se relacionan en la tabla 2.
Tabla 1. Lista de artículos seleccionados para el análisis del uso de redes sociales en el aula
Título del artículo
Autor (es)
Año de
publicación
URL
Uso didáctico de las redes sociales
en la educación superior
Merchán Carreño, E. J.,
Mero Suárez, K. V., &
Mero Suárez, C. R.
2019
https://doi.org/10.37117
/s.v2i13.158
Las redes sociales en educación:
desde la innovación a la
investigación educativa
Marín-Díaz, V., &
Cabero-Almenara, J.
2019
https://doi.org/10.5944/
ried.22.2.24248
Plataformas y herramientas
digitales enfocadas a la educación
Lagos Reinoso, G.,
Espinosa Izquierdo. J.,
Nivela Cornejo, M.,
Lagos Reinoso, B. y
Alonzo Ganchozo, J.
2020
http://142.93.18.15:808
0/jspui/bitstream/12345
6789/443/1/Listo%202.
pdf
Las redes sociales en la educación
Jaimes-Barrera, S. A.,
Ramírez-Aguilar, P. V.,
Quijano-Luna, B. M., De
León-Vazquez, I. I.,
Flores-Jiménez, I., &
Tapia-Castillo, D. I.
2021
https://doi.org/10.29057
/xikua.v9i18.7259
Redes sociales como estrategia
académica en la educación
superior: ventajas y desventajas
Limas Suárez, S. J., &
Vargas Soracá, G
2021
https://doi.org/10.5294/
edu.2020.23.4.1
Estrategias didácticas y la
virtualidad en estudiantes de
educación primaria
Sanchez, E.
2022
https://doi.org/10.51252
/rceyt.v1i1.288
Pensar la virtualidad desde la
didáctica
Flórez Arias, N. A.
2022
https://doi.org/10.19052
/ap.vol1.iss77.6
Estrategia didáctica en el uso de
las redes sociales para fomentar el
aprendizaje de la informática
Vera Falcones, M. M., &
Toala, P.
2023
https://doi.org/10.56048
/mqr20225.7.1.2023.19
54-1970
Promoción del aprendizaje
autorregulado mediado por
Ruiz Alzate, L., &
Roncancio Moreno, M.
2023
https://doi.org/10.21500
/22563202.5856
pág. 7441
la virtualidad en la
educación superior
A continuación, se presentan los hallazgos más destacados de las categorías y su análisis. Para una mejor
comprensión y análisis, los resultados se organizaron en dos secciones principales. La primera, titulada
"Redes sociales: desafíos y oportunidades didácticas", proporciona un contexto general sobre el uso de
redes sociales en el aula, destacando sus ventajas y desafíos. La segunda sección, "Integración de la
didáctica y las redes sociales", presenta estrategias didácticas extraídas de las fuentes consultadas para
aprovechar las oportunidades transformadoras que ofrecen las redes sociales en el entorno educativo.
Redes Sociales, Desafíos Y Oportunidades Didácticas
El aprendizaje en línea o virtual, también conocido como e-learning es una modalidad de aprendizaje
que ha venido evolucionando desde la década de los 90, pero no fue sino hasta años recientes durante el
aislamiento social por COVID-19, que tuvo su máxima expresión en todos los ámbitos educativos
(Gutiérrez Galera, 2023). Al definir este concepto, es necesario comprender que en él convergen
múltiples aspectos técnicos, pedagógicos y humanos que hacen posible su desarrollo en la academia; es
decir, para que haya un servicio educativo virtual de calidad, los partícipes de la educación deben contar
con acceso a productos tecnológicos sin dificultad, servicio fluido de internet, organización de cursos y
temáticas para ofertar acciones formativas en ambientes propicios (Sánchez, 2022). Dado lo anterior,
Gutiérrez Galera (2023) destaca la definición de e-learning propuesta por Izmazi (2005) quien lo
describe como “el uso de las nuevas tecnologías multimedia y de internet para mejorar la calidad del
aprendizaje facilitando el acceso a los recursos y a los servicios, así como intercambios y la colaboración
remota” (p. 28).
Respecto a esta modalidad de estudio, algunas experiencias documentadas a nivel latinoamericano en
años recientes, destacan que el e-learning es fundamental para el desarrollo de habilidades del siglo XXI
como la comunicación, la colaboración y la creatividad (Sánchez et al., 2021; Loor Rodríguez, et al.,
2022, Gutiérrez Galera, 2023), por lo tanto, requiere de un proceso de innovación educativa que debe
ser abordado con el máximo compromiso por parte de docentes y educandos, para optimizar el alcance
de los aprendizajes propuestos.
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De acuerdo con Loor Rodríguez, et al., (2022) la educación virtual surgió como una evolución
metodológica de la educación a distancia, la cual se originó por la necesidad de ofrecer alternativas a
los estudiantes, particularmente mayores de edad, para que pudieran combinar sus estudios con trabajo.
El aprendizaje en línea cobra relevancia en este contexto, cuando se integran herramientas tecnológicas
que facilitan el acceso a la educación a quienes difícilmente pueden hacer presencia en un centro
educativo. En su investigación, los autores establecen que bajo esta modalidad de aprendizaje nacieron
cambios en la metodología de enseñanza para generar nuevas habilidades y competencias en los
estudiantes, ya que con la evolución de las TIC se está produciendo en la sociedad una realidad llena de
desafíos y oportunidades que derivan grandes cambios en las interacciones sociales, productivas y
comerciales. Es así, que los profesionales de la educación han de contextualizarse con las nuevas
realidades y adaptar sus didácticas para satisfacer las necesidades educativas de las generaciones
presentes.
Sobre este tema, Sánchez et al., (2021) mencionan que los principales desafíos a considerar en la
educación virtual comprenden: 1. Competencias digitales docentes, pues estas repercuten directamente
en la aplicación de estrategias durante las clases; 2. Estrategias virtuales a usar, las cuales deben ser
eficaces y motivadoras para que el aprendizaje fluya entre los estudiantes; 3. Riesgo informático, como
la pérdida de datos y la suplantación de identidades; 4. El estado emocional de estudiantes y docentes,
que puede verse afectado al estar frente a una pantalla por tiempos prolongados, y 5. La habilidad
docente para evaluar los aprendizajes. Con todo esto, se podría decir que el mayor desafío para los
docentes en la educación virtual es enfrentar los cambios en los modelos educativos alineados con las
nuevas estrategias tecnológicas, para alcanzar los aprendizajes esperados.
De igual manera, Sánchez et al. (2021) destacan que, a pesar de estos desafíos, los centros
educativos han comenzado a vivir un proceso de migración a los entornos virtuales apoyados en el uso
de herramientas tecnológicas, particularmente en tiempos de pandemia, pues este ha demostrado que la
enseñanza y el aprendizaje ya no se limitan a las aulas tradicionales, lo que resulta un desafío tanto para
estudiantes como para docentes. A manera de reflexión, también advierten que es innegable un cambio
en los modelos educativos en donde el docente debe alinearse a todas las herramientas tecnológicas
disponibles y a las estrategias educativas online” (p. 44), para responder a las necesidades
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contemporáneas. Por lo tanto, es fundamental que el docente cuente con competencias digitales que le
permitan el uso adecuado y la selección de contenidos pertinentes para la promoción de aprendizajes.
En este último aspecto, otro gran desafío para el educador sería la aplicación de actividades evaluativas
que midan el alcance de las metas propuestas, dadas las limitaciones que se pueden presentar en las
relaciones humanas derivadas del uso de la tecnología, como sustituto de los encuentros presenciales
entre el docente y el estudiante, así como en la dificultad para garantizar una conectividad en tiempo
real por temas de acceso a internet.
Sobre este aspecto, un factor clave que podría marcar el éxito de los ambientes virtuales de educación,
radica en las características del profesor y en su capacidad para adaptarse a las condiciones estableciendo
relaciones con los educandos, en donde las formas de intercambio deben acercarse más a la colaboración
(Ramos y Cuestas-Caza, 2022). En este terreno, la integración de las redes sociales jugaría un rol
fundamental.
Jaimes-Barrera et al., (2021) definen conceptualmente a las redes sociales como “una estructura social
compuesta de personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones tales como
amistad, parentesco, intereses comunes, intercambios económicos o que comparten creencias y
conocimientos” (p. 1). Por su lado, Lima Suárez y Vargas Soracá (2021) reúnen diversas definiciones
de redes sociales, describiéndolas como sistemas que facilitan el establecimiento de relaciones entre
usuarios y que les permite intercambiar información, señalando además que una red social no solo
involucra a las personas que la componen, sino también a la plataforma que proporciona el servicio. A
su vez añaden que las redes sociales son espacios donde se crean vínculos entre usuarios, sin la necesidad
de compartir un interés común.
Seguidamente, Limas Suárez y Vargas Soracá, (2021) consideran que las redes sociales se han
convertido en un medio de interacción entre los docentes y los estudiantes, creando entornos de trabajo
colaborativo a través de Facebook, Whatsapp y YouTube, para el caso particular de México, Argentina
y Colombia. Esta situación se ha visto potenciada en los últimos años, por la creciente presencia de
dispositivos telefónicos móviles entre los estudiantes y su prácticamente inevitable necesidad de uso por
parte de los mismos (Merchán Carreño et al., 2019). Ahora bien, aunque las redes no se originaron con
la intención de ser un recurso educativo, es innegable su presencia en las aulas, introduciendo no solo
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una nueva forma de entender la práctica educativa, sino también cambiando las concepciones del rol del
profesor y el estudiante y las formas como se establecen las relaciones entre los estudiantes y entre estos
y sus profesores (Marín-Díaz y Cabero-Almenara, 2019).
Las redes sociales son consideradas herramientas clave que son bien acogidas por los educandos y que
propician la creatividad y la gestión del conocimiento (Merchán Carreño et al., 2019), adicionalmente,
aportan al escenario educativo un conjunto de factores positivos y desafiantes, los cuales se consideran
a continuación para su comprensión y análisis.
Ventajas y/o Oportunidades
1. Promoción del aprendizaje autorregulado. De acuerdo con Ruiz Alzate y Roncancio Moreno
(2023) el aprendizaje autorregulado es un “proceso social por la interacción entre el maestro y los
aprendices” (p. 449), en el que el estudiante es el núcleo del proceso, y el docente desde su rol promueve
y facilita el uso de estrategias de autorregulación. Para Zimmerman (2005), citado por Ruiz Alzate y
Roncancio Moreno (2023), la autorregulación “es una actividad desarrollada proactivamente por el
educando a través de pensamientos, emociones y comportamientos, que se orientan y adaptan de manera
cíclica para el logro de objetivos” (p. 450). Esta puede ser potenciada a través de la interacción en redes
sociales con el profesor, quien, haciendo uso de recursos digitales, se convertiría en alguien cercano al
educando para identificar sus necesidades y falencias particulares y promover la motivación y el interés
por el aprendizaje, más allá de lo cognitivo.
Sobre este particular, es posible considerar la promoción del aprendizaje autorregulado como una
oportunidad para acercar las relaciones que se puedan establecer entre el docente y el estudiante en el
contexto de la actividad educativa, para lo cual el primero en su función, debe ofrecer un influjo en las
creencias de autoeficacia de los educandos y contar con prácticas que fomenten la autorregulación, que
se ve impactada no solo por las estrategias de planeación y alcance de objetivos, sino particularmente
por factores afectivos y emocionales, los cuales se pueden fortalecer haciendo uso de las redes para
rastrear el progreso del estudiante, instruir particularmente cada caso y presentar material de apoyo
cognitivo y emocional, entre otros, fomentando así la percepción de acompañamiento significativo y
constante durante la actividad académica y fuera de ella.
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2. Potencia el trabajo colaborativo. La utilización de las redes sociales favorece la interacción y
participación activa entre los estudiantes, abriendo un abanico de posibilidades para el trabajo (Limas
Suárez y Vargas Soracá, 2021; Marín-Díaz & Cabero-Almenara, 2019), pues a través del uso compartido
de distintas fuentes de información disponibles en la web, los estudiantes discuten temas y trabajan
colaborativamente (Sánchez, 2022). Además, les permite trabajar en forma conjunta al estar en contacto
continuo y coordinando acciones académicas entre ellos mismos y con el profesor. De igual manera,
algunas redes ofrecen la integración de herramientas como chats, blogs, foros o videoconferencias, las
cuales resultan eficientes para el aprendizaje en equipo.
3. Desarrollo de competencias más allá de lo cognitivo. Jaimes-Barrera et al., (2021) comenta que a
través de las redes sociales los estudiantes no solo adquieren conocimientos académicos, sino que
también adquieren competencias tecnológicas necesarias para la época actual, como la mejora en la
comunicación, el buen uso del idioma, la capacidad de trabajo en equipo, las relaciones con sus pares,
la participación, el razonamiento, la capacidad de análisis y la toma de decisiones, lo que conllevaría al
desarrollo de una sociedad avanzada y democrática, dado que los estudiantes adquieren herramientas
para valerse por mismos, desenvolverse en el campo laboral y hacer frente al acelerado proceso de
transformación social causado por la revolución de la tecnología. Este hecho también favorece a los
educadores, pues ellos también tendrían la oportunidad de adiestrarse en el mundo de las redes sociales,
adquiriendo nuevos conocimientos y habilidades.
4. Favorecen la democratización del conocimiento. A través de la comunicación por redes sociales,
aquellos a cargo de acompañar el proceso de aprendizaje, estarían en la facultad de compartir
información científica y material de estudio para los alumnos. No obstante, este rol no se limitaría
exclusivamente al educador, pues los estudiantes, al tener acceso a múltiples fuentes de información en
la red, podrían compartirla a sus grupos de trabajo e incluso al profesor. Así como lo menciona Limas
Suárez y Vargas Soracá, (2021), “las redes sociales derriban fronteras y dan acceso a una comunidad
global” (p. 562), incluidas redes de conocimiento que estarían al alcance de cualquier usuario de la web
y por supuesto, de los estudiantes. De esta manera, el proveer conocimientos no sería una función
particular del profesor, sino que sería una actividad compartida con los estudiantes, siendo en este caso,
el profesor un orientador del proceso de enseñanza.
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5. Mejora las relaciones docente-estudiante. El establecimiento de buenas relaciones entre el profesor
y sus alumnos en el contexto académico, es fundamental para la experiencia de aprendizaje, pues en el
acto educativo es inevitable el surgimiento de relaciones de afecto más allá de la figura de ser profesor,
siendo este responsable también de la formación humana del estudiante (Sanchez, 2022). En este
sentido, a través de las redes sociales el docente puede acercarse a sus estudiantes y llegar a conocer de
primera mano sus inquietudes, necesidades y requerimientos, así como sus gustos y hábitos de estudio
fuera del aula, lo cual le permite apoyar y potenciar sus fortalezas. (Jaimes-Barrera et al., 2021). La
incorporación de las redes sociales es una forma de tender puentes en la continuidad de la comunicación
entre profesores y estudiantes, mejorando la disposición de este último en el acto educativo (Marín-Díaz
& Cabero-Almenara, 2019), y favoreciendo la comunicación y familiarización en el uso de herramientas
digitales por los integrantes de una comunidad de aprendizaje (Sanchez, 2022).
6. Favorece el desarrollo de otras metodologías y ambientes de aprendizaje. Incorporar plataformas
de interacción social entre estudiantes y profesor como parte del proceso de aprendizaje, lleva a la
búsqueda de estrategias, prácticas pedagógicas e instrumentos de evaluación novedosos, que respondan
a los requerimientos de la nueva esfera educativa; es necesario seleccionar contenidos haciendo énfasis
en las actividades de interacción que se quiere que los estudiantes realicen durante el proceso (Flórez
Arias, 2022). Este hecho podría abrir el espacio para adecuar un ambiente de aprendizaje que se ajuste
a los estudiantes, permitiendo que se motiven y dinamicen su participación en la adquisición de
conocimientos y habilidades. El uso de las redes sociales podría facilitar al docente la aplicación de
estrategias innovadoras, creando contenido e impactando de tal manera que se podría llegar a minimizar
el fracaso escolar. Tal y como lo mencionan Limas Suárez y Vargas Soracá (2021), las redes sociales
acarrean nuevas formas de aprendizaje que conllevan a la innovación y mejora del proceso de
enseñanza-aprendizaje y por ende a la calidad de la educación, su integración es considerada por los
estudiantes como un aporte valioso, significativo e innovador en su proceso educativo.
Desafíos de las redes sociales en el aula
1. Dificultad en el uso de plataformas. Pese a que las plataformas de redes sociales se diseñan de tal
manera que su uso sea muy orgánico e intuitivo, se han documentado casos en los que los estudiantes
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refieren dificultadas en su uso y más aún cuando no se ha hecho un proceso de socialización y enseñanza
del mismo (Jaimes-Barrera et al., 2021; Ruiz Alzate y Roncancio Moreno, 2023).
2. No se pueden controlar los distractores. A pesar de que las redes sociales se han convertido un
potencial aliado de actividades académicas, no se debe desconocer que estas se conciben como un
espacio para la interacción entre grupos de personas, la mayoría de ellas con intereses comunes,
particularmente de entretenimiento. En este sentido, las redes sociales son una fuente de información
audiovisual infinita, que cuando no se usa de manera consciente, se convierte en una fuente de
distracción y ocio, afectando cualquier proceso de aprendizaje (Jaimes-Barrera et al., 2021). De igual
manera, el uso sin control de redes sociales podría conllevar a una dependencia que desbordaría tiempo
y límites, afectando la disposición del estudiante para el estudio (Limas Suárez & Vargas Soracá, 2021),
debido a que como lo reportan Marín-Díaz y Cabero-Almenara, (2019) los preadolescentes no tienen
nociones para “moverse” en las redes sociales, pues no reciben una formación que les ayude a realizar
un uso y navegación segura por las mismas” (p. 28).
3. Resistencia al cambio. Investigaciones como la de Jaimes-Barrera et al., (2021), refieren que los
docentes podrían tener resistencia a transitar sus prácticas de enseñanza hacia el uso de las nuevas
tecnologías de comunicación e información. Esta resistencia también podría encontrarse entre los
estudiantes, e incluso entre padres de familia, lo cual podría significar una pérdida de oportunidades
para el desarrollo de nuevas habilidades y competencias del siglo XXI. En este contexto, es importante
reconocer que el progreso tecnológico no se puede detener y por lo tanto se deben buscar estrategias
para incorporarse a este nuevo ambiente de educación, de lo contrario se correrá el riesgo de quedarse
en una era que no responde a las necesidades educativas de las nuevas generaciones.
4. Riesgos informáticos. Al ser plataformas tecnológicas, las redes sociales no están exentas de
amenazas informáticas como la suplantación de identidad, robo de información o datos personales,
fraude, entre otros. También, y aunque no hace parte de un riesgo informático como tal, pero si una
consecuencia del mismo, la pérdida de la privacidad y espacios personales es una posibilidad (Vera
Falcones y Toala, 2023), ya que la información personal puede ser expuesta. Además, el uso de las redes
permite la construcción de una identidad digital que aporta patrones de comportamiento y hábitos de
vida, los cuales podrían verse afectados por el manejo inadecuado de esta información.
pág. 7448
5. Exceso y calidad de la información. Los estudiantes podrían encontrarse con un sin número de
fuentes de información propia de las temáticas de estudio, lo que podría desbordar sus capacidades,
generando confusión y pérdida de tiempo. De igual manera, al permitir la participación de todos los
integrantes de un grupo en una red social, se podrían generar opiniones, comentarios, participaciones y
demás situaciones particulares que conllevarían a la pérdida del foco de interés académico. Otro aspecto
estaría relacionado con la calidad de la información, pues, así como lo reporta Limas Suárez y Vargas
Soracá, (2021) existen problemas de veracidad y confiabilidad de la información consultada en
determinados sitios de la web. Marín-Díaz y Cabero-Almenara, (2019) reportan en su trabajo de
investigación, que aspectos como la mala interpretación de los mensajes y la difusión de información
ajena al tema en grupos de WhatsApp creados con fines pedagógicos, es otra de las dificultades del uso
de esta plataforma, y a pesar de los esfuerzos para minimizar este hecho, no parece que vaya a reducirse
dadas las deficientes competencias digitales de la población en general. Esto abre la posibilidad para
una línea de investigación enfocada a promover el buen uso de las redes sociales en ámbitos educativos,
más allá de establecer reglas de uso y enseñar habilidades para la búsqueda y filtro de información de
interés, a los partícipes de la red social de aprendizaje.
6. Dificultades de acceso y conectividad. Algunos estudiantes podrían ver obstaculizado su acceso las
redes sociales, por temas de conectividad y otras limitantes, entre las que se pueden encontrar
dificultades económicas (Limas Suárez & Vargas Soracá, 2021). A pesar de estar viviendo la era digital,
no es un secreto que en los países latinoamericanos existen factores que no permiten el acceso y
conectividad a internet, sobre todo en aquellas regiones alejadas de la urbe. Por su parte, en los centros
urbanos, existen condiciones familiares y económicas que también podrían limitar el acceso a equipos
y por ende a las plataformas sociales de comunicación, por lo tanto, el proceso educativo apoyado en
redes sociales, podría considerarse como desigual e inequitativo sino se superaran las barreras de
conectividad.
Integración De La Didáctica Y Las Redes Sociales
Teniendo en cuenta las oportunidades que ofrecen las redes sociales en el ámbito académico y sus
desafíos, a continuación, se presentan algunas estrategias didácticas basadas en las fuentes de
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información consultadas y que se pueden tener en cuenta para potenciar sus posibilidades
transformadoras en los modelos de enseñanza.
1. Crear comunidades de aprendizaje. Establecer grupos o comunidades de trabajo en las redes
sociales, donde los estudiantes puedan interactuar, compartir recursos y hacer trabajo colaborativo y
participativo apoyándose mutuamente.
2. Aplicar el Microlearning. Es un enfoque de aprendizaje basado en el desarrollo de habilidades
adquiridas a partir de contenidos cortos, actividades y módulos pequeños desarrollados a corto plazo
(Betancur Chicué y García-Valcárcel Muñoz-Repiso, 2022). Este modelo de enseñanza-aprendizaje es
pertinente para aplicación a través de las redes sociales, ya que por medio de estas se puede compartir
contenido corto, audiovisual y llamativo que capte la atención de los estudiantes, que sea compatible
con dispositivos móviles y que esté disponible cada que el estudiante lo requiera.
3. Debates y discusiones. Motivar la participación activa de los estudiantes, desarrollando foros y
debates que pueden ser integrados en plataformas de algunas redes sociales, permitiendo el intercambio
de opiniones y el desarrollo de pensamiento crítico y respetuoso.
4. Desarrollo de actividades creativas y uso de herramientas online específicas. Mediante el uso de
las etiquetas y/o hashtags promover la búsqueda organizada de contenido específico, crear contenido
original e interactivo, motivar a los estudiantes a crear sus propios contenidos y compartirlos en redes
para amplificar su alcance, divulgar y promover el intercambio con otros estudiantes.
CONCLUSIONES
Las redes sociales en el aula son un espacio de interacción entre individuos con intereses comunes, que
favorecen la interculturalidad y enriquecen el aprendizaje colaborativo. Estas llegaron a la esfera
educativa, transformando no solo la forma como se concibe la enseñanza- aprendizaje, sino las formas
como se establecen las relaciones y el rol del educador y los educandos, configurándose no solo como
recursos que ayudan en el proceso, sino que podrían llegar a convertirse en protagonistas de la formación
estudiantil en la actualidad.
El acto de educar va más allá de transmitir información, ya que se pretende también la formación integra
de la persona, mediante el establecimiento de relaciones que forjen un conjunto de valores, para que el
estudiante se enfrente a los desafíos de la vida. En este contexto, y dado que la mayoría de los estudiantes
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incluyen las redes sociales como parte de sus vidas, estas se convierten en una oportunidad para realizar
un ejercicio de educación holístico, íntegro y contextualizado con las condiciones de la sociedad actual.
Es una responsabilidad docente actualizarse y estar en línea con los requerimientos que impone la
inevitable transformación social, adaptando las didácticas para favorecer el aprendizaje. La educación
no puede ignorar los cambios sociales en torno a las maneras de establecer relaciones de comunicación,
en donde el envío y recepción de información se realiza de forma instantánea y masiva, lo que ha de
obligar a los profesores a replantear sus estrategias y herramientas didácticas, para formar ciudadanos
competentes en la era digital, dado que desde los planteamientos tradicionales difícilmente se
desarrollarán las competencias necesarias.
El uso de las redes en el aula fomenta un nuevo modelo de aprendizaje interactivo, creativo y
participativo en beneficio de docentes y estudiantes, favoreciendo la creación de mejores ambientes de
aprendizaje que se podrían adecuar a las necesidades del estudiantado.
Finalmente, para un adecuado uso e implementación de las redes sociales en el contexto educativo, se
deben fortalecer competencias y habilidades digitales tanto en los estudiantes como en los profesores,
encaminadas a seleccionar y hacer un uso correcto de las plataformas y de la información que allí se
comparte.
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