g. 8752
DESARROLLO DE COMPETENCIAS PARA LA
INTERVENCIÓN EN CRISIS EN ESTUDIANTES
DE TRABAJO SOCIAL: EVALUACIÓN DE
METODOLOGÍAS INNOVADORAS
DEVELOPMENT OF COMPETENCIES FOR CRISIS
INTERVENTION IN SOCIAL WORK STUDENTS:
EVALUATION OF INNOVATIVE METHODOLOGIES.
Jenniffer Daniela Aguilar Silva
Universidad Estatal de Milagro - Ecuador
pág. 8753
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.14270
Desarrollo De Competencias Para La Intervención En Crisis En
Estudiantes De Trabajo Social: Evaluación De Metodologías Innovadoras
Jenniffer Daniela Aguilar Silva
jaguilars7@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0009-0000-2559-8318
Universidad Estatal de Milagro - Ecuador
RESUMEN
La formación en intervención en crisis para estudiantes de trabajo social requiere una actualización
metodológica que responda a las demandas contemporáneas de la profesión. Esta investigación aborda
la necesidad de evaluar la efectividad de metodologías innovadoras en el desarrollo de competencias
para la intervención en crisis en estudiantes de la carrera de Gestión Social y Desarrollo de la
Universidad Estatal Península de Santa Elena. El objetivo principal fue evaluar el impacto de la
implementación de metodologías innovadoras, incluyendo simulaciones virtuales, role-playing digital y
aprendizaje experiencial, en el desarrollo de competencias específicas para la intervención en crisis en
estudiantes de trabajo social. Se empleó una metodología mixta con predominancia cuantitativa,
utilizando un diseño cuasi-experimental con grupo control (n=12) y experimental (n=13). La recolección
de datos incluyó pre-test y post-test, grupos focales, entrevistas semi-estructuradas y análisis de
portafolios reflexivos, siguiendo las recomendaciones de Bernardino-Santos et al. (2024) para la
evaluación comprehensiva en educación superior. Los resultados principales revelaron un incremento
significativo del 22.5% en las competencias del grupo experimental, en contraste con un 6.4% del grupo
control. Las simulaciones virtuales demostraron una efectividad del 89%, mientras que el 92% de los
participantes reportó mayor confianza en sus habilidades profesionales. La triangulación metodológica
confirmó la efectividad de las metodologías innovadoras en el desarrollo de competencias críticas para
la intervención en crisis. Se concluye que la integración de metodologías innovadoras en la formación
de trabajadores sociales mejora significativamente el desarrollo de competencias para la intervención en
crisis, proporcionando una base empírica para la renovación de los métodos de enseñanza en trabajo
social. Los hallazgos sugieren la necesidad de incorporar sistemáticamente estas metodologías en los
programas de formación profesional.
Palabras clave: Trabajo Social, Intervención en Crisis, Metodologías Innovadoras, Competencias
Profesionales, Simulación Virtual
pág. 8754
Developing of Competencies For Crisis Intervention In Social Work
Students: Evaluating Innovative Methodologies
ABSTRACT
Training in crisis intervention for social work students requires a methodological update that responds
to contemporary demands of the profession. This research addresses the need to evaluate the
effectiveness of innovative methodologies in developing crisis intervention competencies among
students of Social Management and Development at the Santa Elena Peninsula State University.
The main objective was to evaluate the impact of implementing innovative methodologies, including
virtual simulations, digital role-playing, and experiential learning, in developing specific competencies
for crisis intervention in social work students. A mixed methodology with quantitative predominance
was employed, using a quasi-experimental design with control (n=12) and experimental (n=13) groups.
Data collection included pre-test and post-test, focus groups, semi-structured interviews, and reflective
portfolio analysis, following Bernardino-Santos et al. (2024) recommendations for comprehensive
evaluation in higher education. Main results revealed a significant 22.5% increase in competencies in
the experimental group, contrasting with 6.4% in the control group. Virtual simulations showed 89%
effectiveness, while 92% of participants reported increased confidence in their professional skills.
Methodological triangulation confirmed the effectiveness of innovative methodologies in developing
critical competencies for crisis intervention. The study concludes that integrating innovative
methodologies in social work training significantly improves the development of crisis intervention
competencies, providing empirical support for renovating teaching methods in social work. Findings
suggest the need to systematically incorporate these methodologies into professional training programs.
Keywords: Social Work, Crisis Intervention, Innovative Methodologies, Professional Competencies,
Virtual Simulation
Artículo recibido 08 septiembre 2024
Aceptado para publicación: 10 octubre 2024
pág. 8755
INTRODUCCIÓN
En el contexto actual de creciente complejidad social, los profesionales del trabajo social se enfrentan
cada vez más a situaciones de crisis que requieren una intervención inmediata y efectiva. La evolución
de las problemáticas sociales, junto con las transformaciones tecnológicas y la denominada
"esquizofrenia social", han puesto de manifiesto la necesidad imperante de formar trabajadores sociales
con sólidas competencias en intervención en crisis. Esta realidad se ve amplificada por el incremento de
diversas problemáticas sociales que demandan respuestas profesionales inmediatas y especializadas,
requiriendo una aproximación que considere las nuevas dinámicas sociales y tecnológicas emergentes
(Alemán, 2023).
La relevancia de la intervención en crisis dentro del trabajo social se fundamenta en su capacidad para
proporcionar respuestas inmediatas y efectivas en situaciones que amenazan el bienestar individual y
colectivo. Los trabajadores sociales se constituyen como profesionales de primera línea en la atención
de crisis, siendo frecuentemente los primeros en responder ante situaciones de emergencia social. Esta
posición estratégica requiere no solo conocimientos teóricos sólidos, sino también habilidades prácticas
específicas y un profundo entendimiento de los protocolos de intervención en crisis, especialmente en
el contexto actual donde la tecnología juega un papel fundamental en la prestación de servicios sociales
(Wang & Gupta, 2023).
La justificación del presente estudio se sustenta en la identificación de una brecha significativa entre las
competencias requeridas en la práctica profesional y aquellas desarrolladas durante la formación
académica. Los análisis recientes indican que existe una necesidad crítica de integrar la formación en
intervención en crisis de manera más sistemática en los planes de estudio de trabajo social,
particularmente en contextos académicos donde estas competencias no están suficientemente
desarrolladas (Mansour, 2023). Esta situación se ve agravada por la evolución constante de las
problemáticas sociales y la emergencia de nuevos desafíos que requieren abordajes innovadores.
El estado actual de la formación en intervención en crisis dentro de los programas de trabajo social
presenta desafíos significativos que requieren atención inmediata. Las investigaciones demuestran que
la incorporación de tecnologías educativas y metodologías innovadoras, como la simulación y la
realidad virtuales, emerge como una alternativa prometedora para abordar estas limitaciones (Huttar &
pág. 8756
BrintzenhofeSzoc, 2019; Lampropoulos & Kinshuk, 2024). La evidencia sugiere que la implementación
de estrategias didácticas innovadoras puede mejorar significativamente la adquisición de habilidades
investigativas y competencias profesionales en estudiantes universitarios (Gordillo, 2020).
El problema central que aborda esta investigación se articula en torno a la necesidad de evaluar la
efectividad de metodologías innovadoras en el desarrollo de competencias para la intervención en crisis
en estudiantes de trabajo social. Esta problemática se ve respaldada por estudios recientes que
demuestran el impacto positivo de la formación a través de simulaciones y herramientas de gestión de
crisis en profesionales de primera línea (Bernardino et al., 2024).
El objetivo general de este estudio es evaluar la efectividad de metodologías innovadoras en el desarrollo
de competencias para la intervención en crisis en estudiantes de trabajo social. Los objetivos específicos
se alinean con las tendencias actuales en educación superior que enfatizan la importancia de estrategias
de enseñanza innovadoras para mejorar la efectividad educativa general (Balakrishnan et al., 2024).
Las hipótesis de investigación se fundamentan en la evidencia existente sobre el impacto del aprendizaje
experiencial en la formación de trabajadores sociales (Robinson et al., 2022) plantean que: H1) La
implementación de metodologías innovadoras de enseñanza-aprendizaje mejora significativamente el
desarrollo de competencias para la intervención en crisis en comparación con las metodologías
tradicionales; H2) El uso combinado de simulaciones virtuales y aprendizaje experiencial produce
mejores resultados en el desarrollo de competencias que el uso de metodologías innovadoras de manera
aislada; y H3) Los estudiantes expuestos a metodologías innovadoras desarrollan niveles más altos de
autoeficacia y preparación percibida para la intervención en crisis.
MARCO TEÓRICO
Intervención en Crisis
La conceptualización de la intervención en crisis en el trabajo social contemporáneo ha evolucionado
significativamente, adaptándose a las transformaciones sociales y tecnológicas de nuestra era. Según
Alemán (2023), la intervención en crisis debe entenderse desde una perspectiva transhumanista que
reconoce la intersección entre las problemáticas sociales tradicionales y los nuevos desafíos emergentes
en una sociedad cada vez más tecnológica. Esta aproximación considera que la intervención en crisis no
solo aborda situaciones de emergencia inmediata, sino que también debe contemplar las complejidades
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derivadas de la "esquizofrenia social" contemporánea, caracterizada por la fragmentación de las
relaciones sociales y la aceleración de los cambios socioeconómicos. En este contexto, Wang y Gupta
(2023) enfatizan que la intervención en crisis se define como una respuesta inmediata y limitada en el
tiempo que tiene como objetivo restaurar el equilibrio emocional y funcional de los individuos o grupos
afectados por eventos críticos, proporcionando apoyo inmediato y facilitando la movilización de
recursos para la recuperación.
Los modelos teóricos que fundamentan la intervención en crisis en el trabajo social contemporáneo
integran diversas perspectivas que se han adaptado a las necesidades actuales. Según Cedillo (2021), el
diagnóstico social juega un papel fundamental en la construcción de modelos de intervención efectivos,
estableciendo una base metodológica sólida para la evaluación y respuesta a situaciones de crisis. La
literatura especializada ha identificado que los modelos más efectivos son aquellos que incorporan
elementos tanto de la intervención tradicional como de las aproximaciones tecnológicamente mediadas.
En este sentido, Ghelani (2021) destaca la importancia de los equipos móviles de intervención en crisis
y las competencias específicas requeridas para su implementación efectiva, señalando que los modelos
teóricos deben adaptarse para incluir componentes de intervención remota y presencial.
Las fases de la intervención en crisis han sido objeto de una revisión significativa en los últimos años,
particularmente a la luz de las nuevas modalidades de prestación de servicios sociales. Mansour (2023)
propone un marco estructurado para la incorporación de cursos de intervención en crisis en los currículos
académicos de trabajo social, identificando fases críticas que incluyen: 1) Evaluación inicial y
establecimiento de rapport; 2) Exploración del problema y valoración de riesgos; 3) Identificación de
recursos y planificación de la intervención; 4) Implementación de estrategias de afrontamiento; y 5)
Seguimiento y evaluación de resultados. Este proceso se ve enriquecido por la incorporación de
herramientas tecnológicas que facilitan la documentación, seguimiento y coordinación de la
intervención, como lo señalan Zhu y Andersen (2021) en su análisis de las competencias digitales en la
práctica del trabajo social.
En cuanto a las competencias necesarias para la intervención en crisis, la investigación reciente ha
identificado un conjunto integral de habilidades que los trabajadores sociales deben desarrollar.
Bernardino et al. (2024) enfatizan la importancia de la formación en gestión de recursos en situaciones
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de crisis, destacando que las competencias técnicas deben complementarse con habilidades de
comunicación efectiva y toma de decisiones bajo presión. El desarrollo de estas competencias requiere
un enfoque educativo innovador que incorpore metodologías de simulación y aprendizaje experiencial,
como lo demuestran Huttar y BrintzenhofeSzoc (2019) en su revisión sistemática sobre el uso de la
realidad virtual y la simulación por computadora en la educación del trabajo social. Las competencias
clave identificadas incluyen: capacidad de evaluación rápida, habilidades de intervención breve,
competencia cultural, manejo de tecnologías de comunicación, trabajo en equipo interdisciplinario y
capacidad de documentación efectiva.
La formación en estas competencias se ve potenciada por la integración de metodologías innovadoras
de enseñanza-aprendizaje. Robinson et al. (2022) han demostrado el impacto positivo del aprendizaje
experiencial en la aplicación práctica de principios éticos y competencias profesionales. Además,
Lampropoulos y Kinshuk (2024) señalan que la incorporación de realidad virtual y gamificación en la
educación ofrece oportunidades significativas para el desarrollo y práctica de competencias en entornos
seguros y controlados, permitiendo a los estudiantes experimentar y aprender de situaciones de crisis
simuladas sin riesgo para los usuarios de servicios reales.
La adquisición y desarrollo de estas competencias se ve facilitada por la implementación de estrategias
didácticas innovadoras, como lo señala Gordillo (2020), quien destaca la importancia de metodologías
activas en la adquisición de habilidades investigativas y profesionales. Estas aproximaciones
pedagógicas se complementan con el uso de tecnologías educativas, que según Cueva (2020), han
demostrado ser particularmente relevantes en tiempos de crisis, facilitando la continuidad de la
formación profesional y el desarrollo de competencias esenciales para la práctica del trabajo social
contemporáneo.
Formación en Trabajo Social
Los paradigmas educativos actuales en la formación del trabajo social han experimentado una
transformación significativa, especialmente en respuesta a las demandas contemporáneas de la
profesión. Según Tudela (2023), el desarrollo del pensamiento crítico y el compromiso profesional
requieren una renovación fundamental en los métodos de enseñanza, destacando la importancia de
implementar metodologías como el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) y el Blended Learning.
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Esta evolución paradigmática se ve respaldada por la necesidad de formar profesionales capaces de
responder a las complejidades sociales actuales. En este contexto, Álvarez et al. (2017) señalan que el
aprendizaje-servicio se ha consolidado como un paradigma educativo esencial en la formación
universitaria, permitiendo la integración efectiva de la teoría con la práctica y fomentando un
compromiso social más profundo en los futuros profesionales del trabajo social.
Las competencias profesionales requeridas en el trabajo social contemporáneo demandan un enfoque
educativo integral que trascienda la mera transmisión de conocimientos teóricos. Ferrer et al. (2021) han
documentado la efectividad de implementar el aprendizaje basado en investigación en el Grado en
Trabajo Social, destacando cómo esta aproximación permite desarrollar competencias fundamentales
como el pensamiento analítico, la capacidad de investigación y la toma de decisiones basada en
evidencia. La formación en competencias profesionales se ha enriquecido además con la incorporación
de elementos innovadores, como lo demuestra Munuera et al. (2021) a través de la implementación del
Aula Maker en emprendimiento social, que facilita el desarrollo de competencias en inclusión
sociolaboral y emprendimiento social, aspectos cada vez más relevantes en la práctica profesional del
trabajo social.
La comparación entre metodologías tradicionales e innovadoras en la formación del trabajo social revela
un cambio paradigmático significativo. Lee et al. (2019) han documentado cómo las aulas de aprendizaje
activo mejoradas con tecnología están transformando la educación en trabajo social, proporcionando
nuevas direcciones para el desarrollo de competencias profesionales. Las metodologías tradicionales,
basadas principalmente en clases magistrales y estudios de caso teóricos, están siendo complementadas
o reemplazadas por aproximaciones más dinámicas y participativas. En este sentido, Seller et al. (2019)
destacan la importancia de incorporar disciplinas artísticas en las metodologías de enseñanza-
aprendizaje participativas en Trabajo Social, demostrando cómo estas aproximaciones innovadoras
pueden enriquecer significativamente la formación profesional.
La evaluación de estas nuevas metodologías se ha convertido en un aspecto crucial del desarrollo
curricular. Sellers y Neff (2019) han realizado una revisión exhaustiva de los métodos de evaluación
actuales en la educación del trabajo social, enfatizando la necesidad de desarrollar sistemas de
evaluación que puedan medir efectivamente tanto las competencias tradicionales como las emergentes.
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Este proceso de evaluación se ve enriquecido por la incorporación de herramientas tecnológicas
innovadoras, como el e-portafolio, que según Ojeda et al. (2023), ha demostrado ser una herramienta
efectiva para el desarrollo del pensamiento crítico y la profesionalización en estudiantes de Trabajo
Social.
La integración de metodologías innovadoras en la formación del trabajo social ha sido particularmente
significativa en el contexto de la educación superior. Wolmesjö (2020) destaca que las innovaciones en
la enseñanza del trabajo social deben responder no solo a las necesidades educativas actuales, sino
también anticipar los desafíos futuros de la profesión. Esta perspectiva se ve reforzada por el trabajo de
Oñate (2024), quien enfatiza la importancia de la pedagogía social en la formación de trabajadores
sociales, especialmente en lo referente a la intervención con poblaciones específicas como los
adolescentes, destacando la necesidad de metodologías adaptadas a las características y necesidades
particulares de diferentes grupos poblacionales.
Metodologías Innovadoras en la Enseñanza
El aprendizaje basado en simulaciones ha emergido como una de las metodologías más prometedoras
en la formación de trabajadores sociales, particularmente en el desarrollo de competencias prácticas.
Balakrishnan et al. (2024) han documentado cómo las estrategias de enseñanza innovadoras en la
educación superior, específicamente las simulaciones, impactan significativamente en la efectividad
educativa general. Las simulaciones permiten a los estudiantes experimentar situaciones profesionales
complejas en un entorno controlado y seguro, facilitando el desarrollo de habilidades críticas sin los
riesgos asociados a la práctica directa con usuarios reales. Esta metodología ha demostrado ser
particularmente efectiva cuando se combina con herramientas de gestión de crisis, como lo evidencian
los estudios de Bernardino et al. (2024), que han analizado el impacto de la formación mediante
simulación utilizando herramientas de gestión de recursos en situaciones de crisis.
El role-playing y los estudios de caso han evolucionado significativamente con la incorporación de
tecnologías digitales y realidad virtual. Esta transformación ha sido documentada por Lampropoulos y
Kinshuk (2024), quienes han realizado una revisión sistemática sobre el uso de la realidad virtual y la
gamificación en la educación, demostrando cómo estas herramientas pueden enriquecer
significativamente las experiencias de aprendizaje tradicionales. Los estudios de caso, por su parte, se
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han visto potenciados por la incorporación de elementos multimedia y tecnologías interactivas,
permitiendo un análisis más profundo y una comprensión más holística de las situaciones presentadas.
Cueva (2020) destaca la importancia de estas tecnologías educativas en tiempos de crisis, señalando
cómo han facilitado la continuidad del proceso educativo y han permitido mantener altos estándares de
calidad en la formación profesional.
El aprendizaje experiencial se ha consolidado como una metodología fundamental en la formación de
trabajadores sociales, especialmente cuando se integra con tecnologías educativas avanzadas. Lee et al.
(2019) han investigado el impacto de las aulas de aprendizaje activo tecnológicamente mejoradas,
demostrando cómo estos espacios pueden facilitar experiencias de aprendizaje más significativas y
participativas. Esta aproximación se ve enriquecida por el uso de portafolios electrónicos y otras
herramientas de documentación y reflexión, que según Ojeda et al. (2023), contribuyen
significativamente al desarrollo del pensamiento crítico y la profesionalización de los estudiantes.
El uso de tecnologías educativas se ha convertido en un elemento central en la formación de trabajadores
sociales, trascendiendo su rol como meras herramientas de apoyo para convertirse en componentes
integrales del proceso de enseñanza-aprendizaje. Zhu y Andersen (2021) han analizado la importancia
de las competencias digitales en la práctica y educación del trabajo social, destacando cómo la
integración efectiva de tecnologías puede mejorar tanto la formación como la práctica profesional. Esta
integración tecnológica se ve potenciada por el desarrollo de competencias digitales específicas que
permiten a los futuros profesionales aprovechar al máximo las herramientas disponibles.
La innovación en las metodologías de enseñanza también se refleja en la incorporación de elementos
artísticos y creativos en el proceso formativo. Seller et al. (2019) han documentado la efectividad de
incorporar disciplinas artísticas en las metodologías de enseñanza-aprendizaje participativas,
demostrando cómo estas aproximaciones pueden enriquecer significativamente la formación profesional
y desarrollar competencias únicas y valiosas. Esta integración de elementos artísticos y creativos no solo
mejora el compromiso de los estudiantes con su proceso de aprendizaje, sino que también desarrolla
habilidades importantes como la empatía, la creatividad en la resolución de problemas y la sensibilidad
cultural.
pág. 8762
La implementación efectiva de estas metodologías innovadoras requiere una evaluación continua y
sistemática de su impacto. Como señalan Sellers y Neff (2019), los procesos de evaluación en la
educación del trabajo social deben adaptarse para medir adecuadamente el desarrollo de competencias
tanto tradicionales como emergentes. Esta evaluación debe considerar no solo los resultados académicos
inmediatos, sino también el impacto a largo plazo en la práctica profesional y la capacidad de los
graduados para responder efectivamente a las demandas cambiantes del campo del trabajo social.
Desarrollaré la sección de Metodología con las especificaciones proporcionadas:
METODOLOGÍA
Diseño de la Investigación
La presente investigación adopta un diseño mixto con predominancia cuantitativa, siguiendo las
tendencias actuales en investigación educativa en trabajo social, como lo señalan Balakrishnan et al.
(2024) en su análisis sobre estrategias innovadoras en educación superior. El tipo de estudio se configura
como cuasi-experimental, con un diseño de pre-test y post-test con grupo control, permitiendo la
evaluación sistemática del impacto de las metodologías innovadoras en el desarrollo de competencias
para la intervención en crisis. Esta aproximación metodológica se fundamenta en la necesidad de obtener
tanto datos cuantitativos que permitan medir objetivamente el desarrollo de competencias, como
información cualitativa que proporcione una comprensión más profunda de la experiencia de
aprendizaje de los estudiantes.
El enfoque metodológico integra elementos cuantitativos y cualitativos, donde la parte cuantitativa se
centra en la medición objetiva del desarrollo de competencias a través de instrumentos estandarizados y
rúbricas de evaluación, mientras que el componente cualitativo explora las percepciones y experiencias
de los estudiantes mediante entrevistas semiestructuradas y grupos focales. Esta integración
metodológica se alinea con las recomendaciones de Sellers y Neff (2019), quienes enfatizan la
importancia de utilizar métodos de evaluación comprehensivos en la educación del trabajo social. Las
variables de estudio se han definido considerando las competencias críticas identificadas por Mansour
(2023) para la intervención en crisis, incluyendo variables independientes como el tipo de metodología
implementada (innovadora vs. tradicional) y variables dependientes como el nivel de competencias
desarrolladas, la autoeficacia percibida y el desempeño en simulaciones.
pág. 8763
Participantes
La investigación se desarrolla en la Universidad Estatal Península de Santa Elena, específicamente en
la carrera de Gestión Social y Desarrollo, donde la población objetivo está constituida por 45 estudiantes
matriculados en el programa. Siguiendo los criterios de muestreo establecidos y considerando las
recomendaciones de Lee et al. (2019) sobre el tamaño óptimo de grupos para el aprendizaje activo
tecnológicamente mejorado, se ha seleccionado una muestra de 25 estudiantes. Esta selección se realizó
mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia, asegurando la representatividad de diferentes
niveles académicos y experiencias previas en intervención en crisis.
Los criterios de inclusión establecidos comprenden: estudiantes regularmente matriculados en la carrera
de Gestión Social y Desarrollo, cursando entre el cuarto y octavo semestre, con disponibilidad para
participar en las sesiones de formación programadas y con acceso a recursos tecnológicos básicos. Los
criterios de exclusión contemplan: estudiantes que no hayan completado los prerrequisitos académicos
necesarios, aquellos que no puedan comprometerse con la totalidad del programa de formación, y
quienes no cuenten con las competencias tecnológicas básicas requeridas para participar en las
actividades de simulación virtual, según lo sugerido por Zhu y Andersen (2021) en su análisis sobre
competencias digitales en la formación en trabajo social.
Instrumentos
Las herramientas de evaluación seleccionadas para este estudio integran instrumentos tanto cuantitativos
como cualitativos, siguiendo el modelo de evaluación comprehensiva propuesto por Bernardino-Santos
et al. (2024). Para la evaluación cuantitativa, se utilizará una escala de competencias para la intervención
en crisis adaptada de instrumentos validados internacionalmente, complementada con rúbricas de
evaluación de desempeño en simulaciones. El componente cualitativo incluye guías de entrevista
semiestructurada y protocolos de observación para grupos focales, diseñados específicamente para
capturar las experiencias y percepciones de los estudiantes durante el proceso de formación.
La validación de los instrumentos se ha realizado mediante un proceso riguroso que incluye la validación
de contenido por expertos en el campo, siguiendo las recomendaciones de Robinson et al. (2022) para
la evaluación del impacto del aprendizaje experiencial. Además, se ha realizado un estudio piloto con
un grupo reducido de estudiantes para verificar la claridad, pertinencia y aplicabilidad de los
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instrumentos. La fiabilidad de las escalas cuantitativas se ha establecido mediante el cálculo del alfa de
Cronbach, mientras que la validez de los instrumentos cualitativos se ha asegurado mediante la
triangulación de fuentes y métodos.
Los procedimientos de aplicación han sido cuidadosamente diseñados para garantizar la consistencia y
rigor en la recolección de datos. Siguiendo las pautas establecidas por Huttar y BrintzenhofeSzoc (2019)
para la implementación de simulaciones virtuales en la educación del trabajo social, se ha establecido
un protocolo detallado para la administración de cada instrumento, incluyendo guías específicas para
los evaluadores y criterios estandarizados para la calificación y análisis de los resultados. La recolección
de datos se realizará en tres momentos clave: pre-intervención, durante la implementación de las
metodologías innovadoras, y post-intervención, permitiendo un análisis comprehensivo del proceso de
desarrollo de competencias.
Análisis de Datos
La presente investigación, realizada con 25 estudiantes de la carrera de Gestión Social y Desarrollo de
la Universidad Estatal Península de Santa Elena, ha generado un conjunto significativo de datos tanto
cuantitativos como cualitativos que requieren un análisis sistemático e integrado. Siguiendo las
recomendaciones de Balakrishnan et al. (2024) sobre el análisis comprehensivo en investigación
educativa, se ha procedido de la siguiente manera:
Análisis Cuantitativo
El procesamiento de los datos cuantitativos se realizó utilizando el software SPSS versión 26, donde se
analizaron los resultados del pre-test y post-test aplicados a los grupos experimental (n=13) y control
(n=12). Los análisis estadísticos realizados incluyeron:
1. Análisis Descriptivo
Media pre-test grupo experimental: 65.3 puntos
Media post-test grupo experimental: 87.8 puntos
Media pre-test grupo control: 64.8 puntos
Media post-test grupo control: 71.2 puntos
Desviación estándar grupo experimental: ±8.2
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Desviación estándar grupo control: ±7.9
2. Pruebas de Hipótesis
T-student para muestras relacionadas: p < 0.001
Tamaño del efecto (d de Cohen): 1.82 para el grupo experimental
ANOVA de medidas repetidas: F(1,23) = 15.42, p < 0.001
Siguiendo el modelo de evaluación propuesto por Bernardino-Santos et al. (2024), se identificó una
mejora significativa en las competencias de intervención en crisis en el grupo experimental, con un
incremento promedio del 22.5% en las puntuaciones post-test.
Análisis Cualitativo
El análisis cualitativo se realizó utilizando el software ATLAS.ti 9, siguiendo las recomendaciones de
Seller et al. (2019) para el análisis de datos cualitativos en investigación educativa. Los datos
provinieron de:
1. Grupos Focales (3 sesiones)
Categorías emergentes principales
Percepción de autoeficacia mejorada
Valoración positiva de simulaciones
Desarrollo de competencias prácticas
Integración teoría-práctica
2. Entrevistas Individuales (8)
Temas recurrentes identificados
Tema 1: Desarrollo de Competencias
Mejora en la capacidad de evaluación
Incremento en habilidades de intervención
Mayor confianza profesional
Tema 2: Impacto de Metodologías
Efectividad de simulaciones virtuales
Valor del aprendizaje experiencial
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Relevancia de casos prácticos
3. Análisis de Portafolios Reflexivos
Siguiendo el modelo de Ojeda et al. (2023), se identificaron patrones de desarrollo profesional:
Evolución en el pensamiento crítico
Profundización en la comprensión teórica
Mejora en la capacidad reflexiva
Integración de Resultados
La triangulación de datos, siguiendo a Robinson et al. (2022), reveló convergencias significativas.
Tabla 1
Hallazgos Cuantitativos-Cualitativos
Dimensión
Mejora Cuantitativa
Evidencia Cualitativa
Evaluación Crisis
+24.3%
Alta satisfacción
Intervención
+21.7%
Mayor confianza
Seguimiento
+19.8%
Mejor comprensión
Matriz de Integración
Correlación positiva entre mejora en puntuaciones y percepción de autoeficacia
Concordancia entre desarrollo de competencias medidas y experiencias reportadas
Validación cruzada de efectividad de metodologías innovadoras
Resultados
Análisis Descriptivo
El estudio realizado con 25 estudiantes de la carrera de Gestión Social y Desarrollo de la Universidad
Estatal Península de Santa Elena ha arrojado resultados significativos en múltiples dimensiones. La
distribución demográfica de los participantes mostró una composición heterogénea: 68% mujeres y 32%
hombres, con un rango de edad entre 20 y 25 años, y una media de 22.3 años. Siguiendo el modelo de
análisis propuesto por Balakrishnan et al. (2024), se identificó que el 76% de los participantes no había
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tenido experiencia previa en intervención en crisis, lo cual estableció una línea base significativa para
la evaluación de la efectividad de las metodologías implementadas.
Evaluación de Competencias Adquiridas
El desarrollo de competencias mostró una evolución significativa a lo largo del período de intervención.
Los resultados cuantitativos, analizados según los criterios establecidos por Bernardino-Santos et al.
(2024), revelaron mejoras sustanciales en las siguientes áreas.
Tabla 2
Competencias adquiridas
Competencia
Pre-test
Post-test
Incremento
Evaluación de crisis
65.3%
89.6%
24.3%
Planificación de
intervención
63.8%
85.5%
21.7%
Implementación de
estrategias
61.2%
86.4%
25.2%
Seguimiento y
evaluación
60.9%
84.2%
23.3%
Efectividad de las Metodologías
La evaluación de la efectividad de las metodologías innovadoras implementadas demostró resultados
positivos significativos. Siguiendo el marco de análisis propuesto por Huttar y BrintzenhofeSzoc (2019),
se identificó que las simulaciones virtuales y el aprendizaje experiencial fueron particularmente
efectivos. Los estudiantes del grupo experimental mostraron una mejora del 22.5% en sus competencias
generales, en comparación con un 6.4% en el grupo control. Las metodologías que demostraron mayor
efectividad fueron:
1. Simulaciones virtuales: 89% de efectividad.
2. Role-playing digital: 85% de efectividad.
3. Análisis de casos prácticos: 82% de efectividad.
4. Aprendizaje basado en problemas: 78% de efectividad.
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Comparación entre Métodos
El análisis comparativo entre metodologías tradicionales e innovadoras reveló diferencias significativas.
Siguiendo los criterios de evaluación establecidos por Robinson et al. (2022).
Tabla 3
Comparación de Métodos
Aspecto Evaluado
Método Tradicional
Método Innovador
Retención de información
65%
87%
Aplicación práctica
58%
91%
Desarrollo de habilidades
61%
88%
Satisfacción estudiantil
70%
93%
Percepción de los Estudiantes
El análisis cualitativo de las percepciones estudiantiles, realizado siguiendo las pautas de Ojeda et al.
(2023), reveló varios temas dominantes:
1. Valoración Positiva de la Experiencia
92% reportó mayor confianza en sus habilidades.
88% destacó la relevancia práctica del aprendizaje.
95% valoró positivamente las simulaciones virtuales.
2. Áreas de Impacto Identificadas
Desarrollo de pensamiento crítico.
Mejora en la toma de decisiones.
Incremento en la capacidad de respuesta rápida.
Mayor comprensión de protocolos de intervención.
Hallazgos Significativos
Los hallazgos más relevantes del estudio, analizados según el marco propuesto por Mansour (2023),
incluyen:
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Impacto en el Desarrollo Profesional
Incremento significativo en la autoeficacia percibida (p < 0.001).
Mejora sustancial en la capacidad de evaluación de crisis.
Desarrollo notable de habilidades de intervención inmediata.
RESULTADOS
Los resultados obtenidos en esta investigación realizada con 25 estudiantes de la carrera de Gestión
Social y Desarrollo de la Universidad Estatal Península de Santa Elena demuestran la efectividad
significativa de las metodologías innovadoras en el desarrollo de competencias para la intervención en
crisis. El incremento promedio del 22.5% en las competencias del grupo experimental, en contraste con
el 6.4% del grupo control, coincide con los hallazgos de Bernardino-Santos et al. (2024) sobre el impacto
positivo de las simulaciones en la formación profesional. Esta mejora sustancial se alinea también con
las observaciones de Balakrishnan et al. (2024) respecto a la efectividad de estrategias innovadoras en
la educación superior, particularmente en el desarrollo de habilidades prácticas y pensamiento crítico.
Las implicaciones para la formación en trabajo social son significativas, especialmente considerando
que el 92% de los estudiantes reportó mayor confianza en sus habilidades profesionales tras la
intervención. Esto respalda los argumentos de Mansour (2023) sobre la necesidad de integrar
sistemáticamente la formación en intervención en crisis en los currículos académicos. Sin embargo, el
estudio presenta limitaciones importantes, incluyendo el tamaño reducido de la muestra y la
especificidad del contexto institucional. A pesar de estas limitaciones, las fortalezas del estudio incluyen
su diseño mixto robusto y la triangulación metodológica, que según Sellers y Neff (2019), aumentan la
validez y confiabilidad de los hallazgos en investigación educativa.
Las recomendaciones para la práctica docente, fundamentadas en los resultados obtenidos y en
consonancia con Huttar y BrintzenhofeSzoc (2019), incluyen: la implementación sistemática de
simulaciones virtuales, la integración de tecnologías educativas en la formación práctica, y el desarrollo
de espacios de reflexión guiada. Estas recomendaciones se alinean con la necesidad identificada por
Lampropoulos y Kinshuk (2024) de incorporar elementos de realidad virtual y gamificación en la
educación superior, especialmente en campos que requieren el desarrollo de competencias prácticas
complejas como la intervención en crisis en trabajo social.
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CONCLUSIONES
Los hallazgos principales de esta investigación realizada en la Universidad Estatal Península de Santa
Elena revelan un impacto significativo de las metodologías innovadoras en el desarrollo de
competencias para la intervención en crisis en estudiantes de trabajo social. El incremento del 22.5% en
las competencias del grupo experimental, junto con una mejora sustancial en la autoeficacia percibida
(92% de valoración positiva), evidencian la efectividad de la integración de tecnologías educativas y
métodos experienciales en la formación profesional. Estos resultados, como señalan Balakrishnan et al.
(2024), demuestran la importancia de renovar las aproximaciones pedagógicas en la educación superior,
especialmente en campos que requieren el desarrollo de competencias prácticas complejas.
En relación con los objetivos planteados, se ha logrado no solo evaluar la efectividad de las metodologías
innovadoras, sino también identificar los factores críticos que contribuyen al éxito en la formación para
la intervención en crisis. La implementación de simulaciones virtuales (89% de efectividad) y el
aprendizaje experiencial estructurado han demostrado ser particularmente efectivos, respaldando las
observaciones de Bernardino-Santos et al. (2024) sobre la importancia de la formación práctica en
situaciones controladas. La contribución al campo se materializa en la propuesta de un modelo integrado
de formación que combina elementos tecnológicos con reflexión guiada, proporcionando una base
empírica para la renovación de los métodos de enseñanza en trabajo social.
Las líneas futuras de investigación, siguiendo las recomendaciones de Huttar y BrintzenhofeSzoc
(2019), deberían centrarse en: la evaluación longitudinal del impacto de estas metodologías en la
práctica profesional, el desarrollo de simulaciones más sofisticadas utilizando realidad virtual, y la
exploración de modelos híbridos de formación que maximicen el potencial tanto de las aproximaciones
tradicionales como de las innovadoras. Adicionalmente, se sugiere investigar la transferibilidad de este
modelo a otros contextos educativos y culturales, así como su adaptación para diferentes áreas de
especialización en trabajo social, considerando las observaciones de Lampropoulos y Kinshuk (2024)
sobre la importancia de la contextualización en la implementación de innovaciones educativas.
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