pág. 8944
primera etapa al juego vacío, es cuando el niño en sí no está efectuando un juego, se encuentra solo
tratando de gesticular diferentes movimientos. Luego, se produce la etapa del juego solitario; en esta
etapa el niño realiza juegos de forma individual sin la compañía de otros niños. En una tercera etapa el
niño participa como un espectador más, aprendiendo las rutinas y dinámicas de la actividad lúdica. En
la cuarta etapa, la psicóloga la ha llamado juego paralelo, donde los niños están cerca del juego que
realizan otros, pero sin participar de manera directa. La quinta etapa se ha denominado el juego
asociativo, en esta etapa el niño participa en las diferentes dinámicas del juego con otros niños, pero sin
mayores interacciones. Para una sexta y última fase, se la ha llamado juego cooperativo, donde la
integración al juego es completa y su pertenencia al mismo es total (Sánchez, 2019). Esta organización
del juego o fases de este permiten que los educadores tengan una idea de cómo generar un acercamiento
emocional a los estudiantes de educación inicial para integrarlos en las diferentes actividades lúdicas
que se van a desarrollar durante las actividades de aprendizaje (Córdoba, 2017).
Dentro de los juegos didácticos que ayudan a fortalecer las emociones de los estudiantes se tiene el juego
dramático, el cual enfatiza la actuación como una forma para que los estudiantes puedan representar
situaciones cotidianas en la escuela, el hogar, al final, su propósito no dejará de ser lúdico (González,
2015). Otro juego, se encuentra el simbólico, sirve para enfrentar con éxito la etapa preoperacional
mencionada por Piaget en su teoría cognitiva, desde los dos años de vida, permite al estudiante a través
del juego enfrentar la realidad y lograr enfrentar las etapas cognitivas. También, se encuentran los juegos
de reglas, son aquellos que introducen determinadas reglas concretas, las mismas que permiten a los
estudiantes enfrentar la realidad de la vida (Vilaró, 2014). El juego libre, es otra actividad lúdica que
ayuda a fortalecer las emociones de los estudiantes, sirve para que los niños enfrenten de forma adecuada
la vida social y cultural. Además, se encuentra el juego colectivo- cooperativo, los mismos que permiten
el involucramiento de varios niños en el mismo juego, a fin de que por medio del trabajo en equipo se
puedan lograr los objetivos generales. Finalmente, tenemos los juegos individuales a fin de profundizar
en las habilidades emocionales de manera personal, dentro de estos juegos se encuentran los juegos de
roles, dramas de monólogos, etc. (González, et. al., 2021). Existen algunos juegos que ayudan a los
infantes a controlar sus emociones y calmarse, como inflando globos, estatuas, el monstruo de colores,
los colores de mis emociones, mándalas, mensaje de pelota, entre otros (Almache, 2024).