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EFECTO DE LAS BURBUJAS FINANCIERAS DE
JAPÓN EN SU TASA DE DESEMPLEO
THE IMPACT OF JAPAN'S FINANCIAL BUBBLES ON ITS
UNEMPLOYMENT RATE
Ricardo Ramos Montes
Universidad Autónoma de Queretaro
Humberto Banda Ortiz
Universidad Autónoma de Queretaro
pág. 10218
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.14406
Efecto de las Burbujas Financieras de Japón en su Tasa de Desempleo
Ricardo Ramos Montes
1
ricardo.ramoss@uaq.mx
Universidad Autónoma de Queretaro
Humberto Banda Ortiz
humberto.banda@gmail.com
http://orcid.org/0000-0002-9101-4090
Universidad Autónoma de Queretaro
RESUMEN
El objetivo de la presente investigación es determinar si la burbuja financieras e inmobiliaria que se
presentaron en Japón a finales de la década de los ochentas y principio de la década de los noventas del
siglo pasado causaron un cambio estructural en la tasa de desempleo de Japón. Para cumplir con el
objetivo se utilizaron pruebas de análisis estructural de Chow y pruebas con variables dicótomas en tres
momentos en la tasa desempleo. De manera adicional, y con el fin de robustecer los resultados también
se analizó la tasa de empleo usando la misma metodología. Para realizar el estudio, se utilizarán las
bases de datos extraídas del Statistics Buereau of Japan. Las bases de datos que se analizaron fueron la
tasa de desempleo del periodo de julio de 1972 a agosto de 2020 y la tasa de empleo de julio de 1972 a
julio de 2020. Los resultados de la prueba de Chow señalan que el estallido de la burbuja financiera
provocó un cambio estructural en el periodo analizado, tanto en la tasa de desempleo como en el empleo.
Por lo que respecta a la burbuja inmobiliaria, los resultados muestran que tanto el desempleo como el
empleo fueron afectadas por el estallido de esta burbuja. No obstante, la burbuja inmobiliaria efecto
más al mercado laboral de Japón que la burbuja financiera.
Palabras clave: burbujas especulativas, crisis financieras, empleo, desempleo
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Autor principal.
Correspondencia: ricardo.ramoss@uaq.mx
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The Impact of Japan's Financial Bubbles on its Unemployment Rate
ABSTRACT
The objective of this research is to determine whether the financial and real estate bubbles that occurred
in Japan in the late 1980s and early 1990s caused a structural change in the unemployment rate in Japan.
To achieve this objective, Chow structural analysis tests and tests with dichotomous variables at three
points in time were used in the unemployment rate. Additionally, and in order to strengthen the results,
the employment rate was also analyzed using the same methodology. To carry out the study, databases
extracted from the Statistics Bureau of Japan will be used. The databases analyzed were the
unemployment rate for the period from July 1972 to August 2020 and the employment rate from July
1972 to July 2020. The results of the Chow test indicate that the bursting of the financial bubble caused
a structural change in the period analyzed, both in the unemployment rate and in employment. As for
the real estate bubble, the results show that both unemployment and employment were affected by the
bursting of this bubble. However, the real estate bubble had a greater impact on the Japanese labour
market than the financial bubble.
Keywods: speculative bubbles, financial crises, employment, unemployment
Artículo recibido 10 septiembre 2024
Aceptado para publicación: 16 octubre 2024
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INTRODUCCN
La economía de Japón se distingue de otras economías por varios motivos, entre ellos: que su gobierno
tiene una fuerte presencia en su economía; las reglas de conducta que tienen los empresarios y una
estabilidad laboral (una persona que entra a laborar a una empresa trata de quedarse y la empresa hace
lo posible por retener a su personal) (Aranzadi y Lucena, 2003; Brooks, 2011).
Cabe mencionar que Japón experimentó un crecimiento económico posterior a la segunda guerra
mundial. Esto provocó que Japón fuera reconocido internacionalmente y se elaboraran estudios acerca
de los motivos de este logro. Este crecimiento económico fue persistente hasta principios de la década
de los noventa (Aranzadi y Lucena, 2003; Durán, 2012; Fabián, 2016; Brooks, 2011).
El crecimiento económico de Japón se vio interrumpido porque en la década de los ochenta se
presentaron varios eventos que afectaron a su economía, como por ejemplo la apreciación del Yen frente
al dólar y la caída bursátil de 1987. Ante este escenario, el gobierno de Japón decidieron implementar
políticas económicas expansivas, siendo una de las más importantes mantener el tipo de interés bajo
(Durán, 2012; Torrero, 2001; Solís, 2010; Fabián, 2016; Brooks, 2011).
Estas políticas expansivas cumplieron con su objetivo, sin embargo, condujeron a la creación de
burbujas: una financiera y una inmobiliaria. Es importante señalar que estas fueron identificadas por las
instituciones del gobierno de Japón y al tratar de desinflarlas, provocaron primero el estallido de la
burbuja financiera en 1989 y la inmobiliaria en 1991 (Durán, 2012; Torrero, 2001; Aranzadi y Lucena,
2003; Solís, 2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001).
El estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria tuvo efectos muy profundos en los mercados
financieros y en la economía de Japón. Esta situación llevó a este país a la llamada década perdida,
caracterizada por: un nulo crecimiento económico; el colapso de varias instituciones financieras; y, el
incremento de la deuda gubernamental debido a la implementación de estrategias buscando reactivar la
economía (Durán, 2012; Aranzadi y Lucena, 2003; Solís, 2010; Fabián, 2016; Nakaso, 2001; Garcí y
Martín, 2003; Gygi, 2018; Baker, 2008; Torrero, 2011).
En este sentido, se ha discutido la relación entre los mercados financieros y la economía de un país
capitalistas, en los que se han identificado ciclos económicos, compuestos por épocas de auge y de
contracción económica. En donde, las burbujas financieras han sido señaladas como las causantes de
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algunas de las contracciones económicas de algunos países o de la economía global. Un ejemplo de esto
último es el estallido de la burbuja financiera del sistema hipotecario estadounidense de 2008 que causó
una crisis económica mundial (Huerta, 2019; Cervera, 2014; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Rodríguez
y López, 2011; Taborga, 2005; Hierro, 2012*; Ortega, 2011; Vargas y Díaz, 2016).
Es así que, el estallido de las burbujas financieras puede causar un importante daño a la economía de
un país. Uno de los motivos es que cuando estas estallan dañan al sistema financiero del país. Lo que
causa que las inversiones se interrumpan y, que el crecimiento y desarrollo económico se detenga.
Aunque, se ha dicho que hay una desconexión entre los mercados financieros y la economía real. Debido
a que los recursos que se manejan en los mercados financieros no se canalizan a inversiones productivas.
Aun así, se ha afirmado que el estallido de las burbujas financieras si afecta a la economía real de un
país de diversas maneras como por medio de la reducción del precio de los activos de las personas
(Cervera, 2014; Hierro, 2012*; Vargas y Díaz, 2016; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Rodríguez y López,
2011; Ortega, 2011).
Asimismo, se ha estudiado el efecto que tienen las crisis económicas originadas por el estallido de las
burbujas, sobre la tasa desempleo y empleo. Donde, por ejemplo, se ha encontrado que las crisis
económicas causadas por las burbujas financieras también afectan a la tasa de desempleo. Un caso de
esto es España, donde se ha encontrado que la crisis económica causada por el estallido de la burbuja
inmobiliaria afecto de manera importante a la tasa de desempleo, pero este afecto no fue de la misma
manera en todas las regiones de ese país (Gutiérrez, 2013; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Rodríguez y
López, 2011; Hierro, 2012*; Ortega, 2011).
La relevancia de la tasa de desempleo se debe a que es una variable proxi para medir la calidad de la
vida de las personas y del estado de la economía de un país. Esta al ser el origen de los recursos de los
individuos, influye de manera directa en la calidad de vida de las personas, al afectar su riqueza y su
poder adquisitivo (Gutiérrez, 2013; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Ortega, 2011).
Cabe señalar que, no todas las burbujas afectan de la misma forma a los pses o regiones, debido a sus
diferentes características, las cuales influyen en el efecto que tienen las crisis económicas provocadas
por el estallido de burbujas financieras. En esta línea, destaca Japón por ser una economía con varias
características únicas, siendo una de ellas la estabilidad laboral y la conducta de sus empresarios. De
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esta manera, al estudiar el efecto del estallido de las dos burbujas en la tasa de desempleo de Japón, se
determinará que, en las circunstancias de un país con una importante estabilidad laboral, el estallido de
las burbujas, pueden causar un impacto importante en la tendencia de la tasa de desempleo. Cabe resaltar
que el desempleo es una variable que permite conocer el estado de la economía de una región y muestra
la calidad de vida de las personas, ya que, al no tener ingresos, la persona rápidamente ven afectada su
calidad de vida (Gutiérrez, 2013; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Rodríguez y López, 2011; Hierro,
2012*; Ortega, 2011).
Cabe señalar que no todas las crisis económicas se derivan de algún tipo de burbuja. Las crisis pueden
surgir por motivos macroeconómicos, microeconómicos, por alguna decisión gubernamental o por
decisiones de los empresarios que impacten en la economía de un país. Se ha identificado que el
estallido de las burbujas financieras, provocan, regularmente, crisis económicas, las cuales tienen
distintas repercusiones para la economía. (Huerta, 2019; Cervera, 2014; Méndez y Prada-Trigo, 2014;
Rodríguez y López, 2011; Taborga, 2005; Hierro, 2012*; Ortega, 2011; Vargas y Díaz, 2016).
Lo anterior, permite determinar que si bien, el estallido de una burbuja financiera puede causar o no
una crisis económica (de distinta magnitud), esta es probable que si afecte la tasa de desempleo en cierta
medida. También, establecerá que si hay una conexión entre los mercados financieros y la economía de
un país. Por lo anterior, se plantea como objetivo principal de la investigación, determinar si las burbujas
financieras e inmobiliaria causaron un cambio estructural en la tasa de desempleo de Japón. Para ello,
esta investigación se estructura de la siguiente forma: en la parte dos se presenta el marco teórico de la
investigación, en la cual, se abordan los temas más relevantes; en la tercera parte, se muestra la
metodología que se lleve a cabo; en la cuarta sección se exhiben los resultados a los cuales se llegaron
y se discuten. Por último, en la sección quinta se muestran las conclusiones a las que se llegaron.
MARCO TEÓRICO
La economía de Japón tiene ciertas particularidades, entre las que destacan que el gobierno de Japón
normalmente interviene en la asignación de los recursos financieros a las empresas; que los empresarios
tienen ciertas reglas de conducta y una estabilidad laboral para los empleados. En este sentido, se ha
sugerido que estas emergen por los valores que tiene la sociedad japonesa (Aranzadi y Lucena, 2003;
Brooks, 2011).
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Otra característica es que las empresas en Japón estaban organizadas en grupos que recibían el nombre
de Keiretsu, los cuales, estaban unidos por bancos o bancos intervencionistas. Estos bancos servían
como fuentes de financiamiento a largo plazo, los cuales, a su vez estaban dirigidos por el Ministerio
de Comercio Internacional e Industria. Esta forma de organizarse tendrá un importante papel en la
conformación de las burbujas (Aranzadi y Lucena, 2003; Brooks, 2011).
Asimismo, es relevante destacar que la economía de Japón tuvo un fuerte crecimiento económico a
partir de su reconstrucción al finalizar la segunda guerra mundial, lo que le valió ser reconocido
internacionalmente. Cabe señalar que, en esta época fue cuando se formaron varios grupos
empresariales. Un elemento a destacar, y que contribuyó al éxito de Japón, es que este mantuvo un tipo
de cambio fijo, lo cual, hacía que sus exportaciones fueran competitivas. Esto último se mantuvo hasta
el fin del tratado Bretton Woods, que fue cuando Japón adopto un tipo de cambio flotante. Este
crecimiento económico se mantuvo hasta comienzos de la década de los noventa (Aranzadi y Lucena,
2003; Durán, 2012; Fabián, 2016; Brooks, 2011).
Japón experimentó un crecimiento y desarrollo económico hasta principios de los noventa. Sin
embargo, durante la década de los ochenta, se presentaron eventos económicos adversos, estos son: la
apreciación del Yen frente al dólar; y, la caída bursátil de 1987. Estos llevaron al gobierno de Japón a
instrumentar una desregularización (liberalización) financiera e implementar una política monetaria
expansionista, con el fin de mantener el crecimiento económico. La política monetaria incluía mantener
los tipos de interés en mínimos históricos y facilitar el crédito. El gobierno de Japón eligió estas vías
para estimular el crecimiento debido a que el gobierno y los municipios tenían un limitado espacio fiscal
(Durán, 2012; Torrero, 2001, 2011; Aranzadi y Lucena, 2003; Solís, 2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001;
Garcí y Martín, 2003; Oizumi, 1994).
Además, la apreciación del Yen provocó que el 22 de septiembre de 1985, se juntaran los representantes
de EUA, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido y se comprometieran a apreciar sus monedas con el
objetivo de EUA redujera su déficit de cuenta corriente, lo que implico para Japón el fin de la política
de cambio subvaluado, el cual, había sido uno de los elementos que contribuyó a que alcanzara el
liderazgo del comercio internacional. Uno de los efectos que causó esta situación fue una reducción del
crecimiento de las exportaciones de Japón, la reducción de su superávit comercial y la reducción de su
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crecimiento económico. Ante esto el Banco Central de Japón que aumentó la oferta monetaria (Solís,
2010; Fabián, 2016; Brooks, 2011; Torrero, 2011; Oizumi, 1994).
Ante la apreciación del yen y la caída bursátil de 1987, el gobierno de Japón instrumento varios
mecanismos, uno de ellos fue la desregulación financiera, la cual, es considerada como una de las causas
de las burbujas financieras e inmobiliarias. Ante la crisis inminente, el Ministerio de Finanzas japones
realizo una emisión masiva de bonos públicos. En este sentido, lo anterior dio paso a la desregulación,
motivada en parte por distintos riesgos como la ya mencionada apreciación del yen frente al dólar (Solís,
2010; Nakaso, 200; Garcí y Martín, 2003; Torrero, 2011; Oizumi, 1994).
En una segunda etapa de la desregulación, en 1987, se quitaron requisitos para la emisión y colocación
de bonos por parte de las grandes empresas, lo que permitió que las empresas ya no necesitaran los
recursos de los bancos y pudieran obtener recursos monetarios por medio de los mercados financieros.
Dichos recursos los usarían las empresas para realizar inversiones en los mercados y conseguir
utilidades. Se debe añadir, que la desregulación se dio paso a paso, con el fin de evitar impactos
negativos para la economía y para el sistema bancario (Solís, 2010; Nakaso, 200; Garcí y Martín, 2003;
Torrero, 2011; Oizumi, 1994).
La desregulación, propició que los bancos perdieran negocios, sin embargo, obtuvieron espacio para
maniobrar, debido a que tenían recursos disponibles, y abrieran nuevos mercados, lo que propicio que
financiaran a sectores que anteriormente no podían, ya que antes de la desregulación, el Ministerio de
Finanzas japones los presionaba para financiar a las empresas manufactureras con tasas de interés bajas.
Uno de los sectores que se vio beneficiado con la desregularización fue el inmobiliario, debido a que se
otorgaron préstamos para viviendas, impulsados por las bajas tasas de interés existentes en la década de
los ochenta implementadas por el Banco de Japón (Solís, 2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001; Garcí y
Martín, 2003; Torrero, 2011; Oizumi, 1994).
La desregularización provocó que, de 1983 a 1990, el crédito bancario creciera anualmente un10 % en
promedio, siendo especialmente beneficiadas las empresas de la construcción y la compra y venta de
bienes raíces. Lo anterior es señalado como las causas de la creación de la burbuja inmobiliaria y
provocó que el sistema bancario de Japón estuviera expuesto a esta burbuja. Se debe señalar que los
bancos incurrieron en varios riesgos al momento de diversificar su cartera, como por ejemplo: el riesgo
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de crédito, ya que, sobrevaloraban las garantías otorgadas por los deudores; y el riesgo de tasas de
interés con créditos de largo plazo, que eran financiados con pasivos de corto plazo. Estos no pudieron
corregirse de manera oportuna debido a que la nueva regulación tenía huecos y había una débil
regulación por parte del Ministerio de Finanzas (Solís, 2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001; Garcí y
Martín, 2003; Torrero, 2011; Oizumi, 1994).
Cabe resaltar que, Japón no había experimentado alguna quiebra bancaria en la época de la postguerra.
Asimismo, se entendía que el sistema bancario de Japón era sólido, ya que estaba supervisado por el
Ministerio de Finanzas y el Banco de Japón y se pensaba que en caso de que se presentaran problemas,
el Ministerio de Finanzas saldría a actuar de manera oportuna para solucionar cualquier inconveniente.
Adicionalmente, se esperaba que los bancos canalizaran los recursos financieros que tenían al sector
industrial. Además de que las tasas de interés que cobraban eran reguladas (Nakaso, 2001; Torrero,
2011; Oizumi, 1994).
Otro factor que contribuyó a la creación de las burbujas inmobiliarias y financieras fue la política
monetaria expansiva implementada por el Banco de Japón. Dicha política consistió en mantener tasas
de interés bajas, especialmente entre 1986 y 1989 y aumentar la oferta monetaria. Lo anterior, ocasionó
un exceso de fondos, los cuales, fueron usados en el mercado de valores y a la especulación de la tierra
(Solís, 2010; Brooks, 2011; Garcí y Martín, 2003; Oizumi, 1994).
El Banco de Japón mantuvo una tasa de 5% a partir de diciembre de 1983, la redujo en enero de 1986
al 4.75%, en noviembre del mismo año bajo al 3.25 % y en febrero de 1987 la redujo a 2.75%. Estas
reducciones tenían como finalidad afrontar la devaluación del dólar frente al Yen y fomentar el
crecimiento económico. Las bajas tasas de interés propiciaron que existiera una gran disponibilidad de
recursos financieros y, por ende, un exceso de liquidez, lo que provocó una gran cantidad de créditos
disponibles. Esta situación causó el incremento del precio de los activos, los precios de las acciones y
de los bienes raíces (formando una burbuja) (Durán, 2012; Torrero, 2001, 2011; Aranzadi y Lucena,
2003; Solís, 2010; Brooks, 2011; Garcí y Martín, 2003; Oizumi, 1994).
Cabe mencionar que, la política monetaria implementada por el gobierno japones logro el objetivo de
estimular el crecimiento económico y evitar que la depreciación de dólar afectara la economía. Sin
embargo, tanto el Ministerio de finanzas como el Banco de Japón, identificaron que las medidas
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aplicadas a la economía habían creado dos burbujas: la financiera y la inmobiliaria. Con el fin de
desinflar las burbujas, en mayo de 1989 el Banco de Japón comenzó a aumentar la tasa de interés, la
tasa subió a 3.5%, en octubre aumento al 4.25 % y en diciembre al 4.5%. El Banco de Japón siguió
incrementando la tasa de interés y en 1991 llegó a estar en un 6 %. Este aumento acelerado fue una de
las causas del estallido de la burbuja financiera y la caída del precio de las acciones (Solís, 2010; Brooks,
2011; Garcí y Martín, 2003; Torrero, 2011; Oizumi, 1994; Garcí y Martín, 2003).
Como ya se comentó, la burbuja inmobiliaria estaba ligada al aumento de los créditos a empresas e
individuos vinculados a este sector y la política monetaria instrumentada por el Banco de Japón, la cual
se mantuvo con la expectativa del aumento del precio de los bienes raíces; y con el aumento de créditos,
impulsados con bajas tasas de interés. Se deben resaltar dos elementos que alimentaron la burbuja
inmobiliaria: el aumento de la demanda de bienes raíces por la creencia de que Tokio se desarrollaría
como una plaza financiera y la continuación de la aplicación de una política monetaria expansiva (Solís,
2010; Brooks, 2011; Garcí y Martín, 2003; Torrero, 2011; Oizumi, 1994).
A lo anterior se debe añadir, que debido a que el gobierno Japón tenía un espacio fiscal limitado, se
incentivó que el sector privado realizara inversiones en infraestructura. El Ministerio de la Construcción
a partir de 1983 instrumento un conjunto de políticas que desregulaban políticas urbanísticas y
edificatoria que tenían el objetivo de promover el desarrollo urbano, lo que se ha señalado como otra
causa de la creación de la burbuja inmobiliaria (Oizumi, 1994).
Las burbujas inmobiliaria y financiera, estallaron con la decisión del Banco de Japón de terminar con
la política monetaria expansiva. Sin embargo, a pesar que la financiera estalló en 1989, la inmobiliaria
fue en 1991 (Solís, 2010; Brooks, 2011; Garcí y Martín, 2003; Torrero, 2011).
En la conformación de las burbujas financieras e inmobiliarias en Japón participaron varios actores. Los
bancos otorgaron préstamos con garantía hipotecaria y los precios de los inmuebles subían, lo que no
se percibía era que esto creaba un bucle en el que el crédito e incrementaba el valor de los bienes
inmuebles, lo que llevaba a que se dieran más créditos, debido a que este activo se ponía como garantía
para un nuevo préstamo (Durán, 2012; Brooks, 2011; Oizumi, 1994).
Otros actores fueron las grandes empresas, quienes también se involucraron en este bucle. Ante los
bajos tipos de interés, las empresas aprovecharon y pidieron prestamos que utilizaron para realizar
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inversiones inmobiliarias, propiciando que los precios de los inmuebles aumentaran. Esta situación
favorecía a las empresas, ya que el aumento del precio de los bienes que tenían las empresas provocaba
que el valor patrimonial de éstas se incrementara, lo que, a su vez, causaba un aumento en el precio de
sus acciones. De esta manera, la capitalización bursátil de las empresas estaba en función del patrimonio
de estas y desplazó a sus actividades industriales. Es importante señalar que la burbuja financiera
encubrió, en algunos casos, que había empresas poco productivas. Esta situación causó una importante
separación entre el precio de las acciones y el valor fundamental de las empresas (Durán, 2012; Torrero,
2001, 2011; Brooks, 2011; Oizumi, 1994).
Adicionalmente, el hecho de que el sistema bancario de Japón obtuviera una concesión en los Acuerdos
de Basilea permitió que los bancos nipones contabilizaran como capital, las acciones que estas tenían
en otras sociedades, lo que ocasionó que su capacidad de prestar estuviera unida a los movimientos del
indice Nikkei. De esta manera, si aumentaba el precio de las acciones de las empresas, los bancos tenían
mayor poder para dar préstamos. Es decir, los bancos no solo se limitaban a canalizar los recursos de
los ahorradores en forma de préstamos, sino, también eran importantes accionistas, lo que los llevaba a
estar expuestos a mayores riesgos (Durán, 2012; Torrero, 2011).
De esta forma el bucle se cerraba, formando las burbuja financiera e inmobiliaria. El crédito bancario
permitía financiar a las empresas, las cuales, compraban inmuebles que aumentaban de valor, lo que
llevaba a poder pedir más préstamos. Esto contribuía a incrementar la capitalización bursátil de las
empresas y causaba que los bancos tuvieran la posibilidad de dar más préstamos. Es así que, surgen dos
cuestiones que los analistas no observaron en ese momento: la diferencia entre el valor fundamental de
las empresas con respecto a su valor de mercado y la sobrevaloración de los activos (Durán, 2012;
Torrero, 2001; Brooks, 2011).
Las burbuja financiera e inmobiliaria tuvieron otras consecuencias para las empresas. Las transacciones
inmobiliarias dejaron grandes ganancias para las empresas, lo que propicio que relajaran su
productividad habitual. Se debe destacar que algunos inversionistas notaron señales negativas, sin
embargo, no actuaron. Además, se presentaron informes advirtiendo de que los precios eran muy
irreales, siendo uno de los más relevantes el informe del Banco de Japón de 1990 (Durán, 2012; Torrero,
2001, 2011; Oizumi, 1994).
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El Banco Central de Japón fue renovada en 1989 y el nuevo gobernador buscó desinflar las burbujas.
Para hacerlo se comenzó a instrumentar una política monetaria restrictiva subiendo las tasas de interés
paulatinamente, lo que provocó el estallido de las burbujas siendo la primera en estallar la burbuja
financiera. A finales de 1989 se produjo el colapso de las bolsas de Japón. El colapso fue tan grave que
para 1991, las bolsas habían perdido casi un 40% respecto al máximo alcanzado en 1989. De esta
manera la especulación financiera llego a su fin (Durán, 2012; Torrero, 2001; Solís, 2010; Garcí y
Martín, 2003; Oizumi, 1994).
El estallido de la burbuja financiera también causó el colapso de la burbuja inmobiliaria, debido a la
relación que había entre el espiral de precios de la tierra, los créditos otorgados con bajas tasas y el
precio de las acciones. Es así que la caída de los precios de las acciones afectó negativamente los precios
de los inmuebles. La crisis inmobiliaria se aceleró porque en abril de 1990 el Ministerio de Finanzas
empezó a regular los préstamos de las instituciones financieras a las inmobiliarias (Durán, 2012;
Torrero, 2001; Solís, 2010; Brooks, 2011; Garcí y Martín, 2003; Gygi, 2018; Oizumi, 1994).
La burbuja inmobiliaria estalló entre finales de 1990 y principios de 1991. Dos años después de 1991
los precios de los inmuebles tenían una reducción cercan al 30%. Asimismo, se presentó una fuerte
corrección de los precios de la vivienda, lo que incremento la morosidad de los créditos y una
contracción de los colaterales, afectando, aun más, al sector bancario del país, el cual, tenía una débil
supervisión a causa de la desregulación financiera (Aranzadi y Lucena, 2003; Solís, 2010; Garcí y
Martín, 2003; Oizumi, 1994).
El estallido de la burbuja inmobiliaria también afecto a la Bolsa de Tokio bajo entre el primero de enero
de 1990 y agosto de 1992 un 63%. Este colapso tuvo múltiples impactos a la economía de Japón, como
la caída del sistema bancario nipón que llevo a congelar el crédito y llevo a Japón a la llamada década
pérdida (Durán, 2012; Torrero, 2001; Solís, 2010; Brooks, 2011; Garcí y Martín, 2003; Gygi, 2018;
Oizumi, 1994).
El estallido de las dos burbujas, tuvieron implicaciones para la economía de Japón, entre ellas están la
disminución de los precios de los activos en los mercados renta variable e inmobiliario, la disminución
del crecimiento económico y la disminución de la inversión y el (Aranzadi y Lucena, 2003; Aranzadi y
Lucena, 2003; Solís, 2010; Oizumi, 1994).
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El estallido de las burbujas financieras e inmobiliaria fue un factor relevante en el declive de la
economía de Japón. Entre los principales afectados por dichas burbujas están los bancos de Japón, los
cuales, tuvieron enormes pérdidas en sus carteras de créditos y valores, además de que se incrementó
la morosidad en los préstamos. Esta situación provocó la disminución de los activos de los bancos con
respecto a sus pasivos, debido en parte a que los bancos tenían entre sus activos varias acciones de
distintas empresas y propiedades inmobiliarias. A lo anterior se le debe añadir que gran parte de los
préstamos que habían otorgado los bancos estaban respaldados por bienes raíces. De esta forma, cuando
estallaron las burbujas financieras e inmobiliarias, los bancos optaron por ya no conceder más préstamos
con el fin de evitar mayores riesgos (Torrero, 2001, 2011; Solís, 2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001;
Garcí y Martín, 2003; Gygi, 2018; Oizumi, 1994).
Adicionalmente, los bancos, a pesar de que seguían manteniendo el dinero de sus ahorradores y del
respaldo del Banco Japón, no tenían a quienes prestarle de manera segura, lo que ocasionó una
disminución de sus ingresos e incremento del costo operativo, debido a que tenían que crear provisiones
para los créditos que ya no podían cobrar (Solís, 2010).
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, se tomaron medidas para reducir el impacto negativo de
esta. El banco de Japón opto por reducir su tasa de interés y dejarla en 5%. Sin embargo, esto llevo a
una trampa de liquidez. También, el ministerio de Finanzas buscó frenar la caída del Nikkei (Durán,
2012; Torrero, 2001; Solís, 2010; Garcí y Martín, 2003; Oizumi, 1994).
Se ha mencionado que el gobierno de Japón no se realizó de manera oportuna un rescate financiero y
que las instituciones gubernamentales actuaron con mucha precaución. La ausencia de mecanismos para
aliviar la crisis causó una mayor contracción del crédito y que algunos bancos quebraran o se fusionaran.
La quiebra de los bancos comenzó posterior a 1991. Una de las causas por las cuales no se realizó un
rescate al sistema bancario es que el gobierno de Japón subestimó el tamaño de las carteras vencidas y
su impacto en el sector. También se ha señalado que las autoridades no tenían experiencia para enfrentar
la crisis y carecían de las herramientas políticas requeridas para actuar. Al comienzo fueron bancos
pequeños loa que quebraron y se consideraban hechos aislados, pero en 1997 y 1998, los grandes bancos
comenzaron a quebrar (Nakaso, 2001; Torrero, 2001; Solís, 2010; Brooks, 2011; Garcí y Martín, 2003).
pág. 10230
Cabe señalar que las autoridades tuvieron que actuar al mismo tiempo que trabajaban en ampliar y
mejorar la red de seguridad. Lo anterior, fue uno de los motivos que condujo a Japón a una década de
estancamiento económico, la tasa de crecimiento anual promedio del PIB de Japón fue de 0.8 % en el
periodo de 1992 a 2002; lo que contrasta con el 4% de la década anterior fue del 4 %. Esto última
muestra que las burbujas causaron un estancamiento económico importante (Torrero, 2001, 2011; Solís,
2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001).
Cabe resaltare que la crisis ocasionada por el estallido de las burbujas financiera e inmobiliaria no causó
un deterioro importante en el nivel de vida de los ciudadanos japoneses, no obstante del incremento en
el desempleo, la disminución del valor de los activos de las personas y la disminución de los ingresos
reales de las personas (Solís, 2010).
METODOLOGÍA
La metodología empleada en la investigación tiene como finalidad alcanzar el objetivo de la
investigación, que es determinar si las burbujas financieras e inmobiliaria causaron un cambio
estructural en la tasa de desempleo de Japón. Para lo cual, se realizó una prueba de análisis estructural
de Chow y una prueba con variables dicótomas sobre la tasa desempleo de Japón. Además, para
sustentar más los resultados, también se analizó la tasa de empleo usando la misma metodología.
Los datos fueron extraídos del Statistics Buereau of Japan (2020 a b). Las bases de datos que se
analizaron son: la tasa de desempleo y la tasa de empleo de manera mensual de julio de 1972 a agosto
de 2020. El motivo de que la serie inicie en julio de 1972 obedece a que, a partir de esa fecha ambas
tasas ya contienen a Okinawa. En ambas tasas se analizarán en total de ambos sexos. De esta forma, la
base de datos de la tasa de desempleo tiene 578 datos y la tasa empleo tiene 577 datos.
En la Figura 1, que aparece a continuación, se presentan el comportamiento de la tasa de desempleo y
la tasa de empleo. Recordando que la tasa de empleo, es para sustentar y ampliar los resultados del
análisis hecho a la tasa de desempleo.
Como se aprecia en la Figura 1 las tasas de desempleo y empleo de Japón presentaron varios picos
durante el periodo analizado. Para el caso de la tasa de desempleo. En el año donde estalló la burbuja
financiera que es 1989, no se aprecia un cambio importante, situación que se repite con la burbuja
pág. 10231
inmobiliaria. Sin embargo, se aprecia un cambio en la pendiente a partir de principios de 1992, que es
cuando la burbuja inmobiliaria estalló.
Por otra parte, en la tasa de empleo se encuentra que en el año de 1989 (año en el que colapso la burbuja
financiera), no hay un cambio drástico en la tendencia. Sin embargo, se aprecia que hay un cambio en
la tendencia entre el año 1991 y 1992 (burbuja inmobiliaria). A continuación, se presentan los resultados
las pruebas de análisis estructural de Chow.
Figura 1 Tasa de desempleo y empleo de Japón
Tasa de desempleo de Japón
Tasa de empleo de Japón
Fuente: Elaboración propia con base en Statistics Buereau of Japan (2020 a b).
Para determinar las fechas en que estallaron las burbujas (las cuales servirán para establecer las fechas
donde se aplicaran el cambio estructural), se usaron como base de datos: para la burbuja financiera se
usó el índice Nikkei 225, con el precio de cierre (extraído de Yahoo Finance) y para la burbuja
inmobiliaria, se empleó la base de datos New construction starts of dwellings (Number of dwelling units)
0,0
1,0
2,0
3,0
4,0
5,0
6,0
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
50,0
52,0
54,0
56,0
58,0
60,0
62,0
64,0
66,0
68,0
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
pág. 10232
(Total), extraída de Statistics Buereau of Japan (2020 c). Con la información disponible se establecieron
los meses en donde se analizará si hubo un cambio estructural o no.
Asimismo, para comprobar si la burbuja financiera causó un cambio estructural en la tasa de desempleo
y empleo de Japón, se analizarán los meses de mayo, junio y julio de 1989, ya que, como se mencionó
anteriormente en mayo de 1989 el Banco Central de Japón decide subir su tasa de interés, Respecto al
índice Nikkei 225 se encontró una caída en mayo que se prolongó algunos meses.
Para analizar si al estallar la burbuja inmobiliaria impacto en la tasa de desempleo y empleo de Japón,
provocando un cambio estructural, se estudiaran los meses de enero, febrero y marzo de 1991, ya que,
como se ha señalado, esta burbuja estallo a finales de 1990 y principios de 1991, además de que en la
base de datos de New construction starts of dwellings, también se encontró una caída.
Adicionalmente, para determinar si la burbuja financiera e inmobiliaria causaron un cambio estructural
en el nivel de empleo y desempleo de Japón, se realizó una prueba de análisis estructural de Chow y,
una prueba con variables dicótomas. Con esto, se tratade determinar si ambas burbujas o una de ellas
causaron un cambio estructural en la tasa de desempleo y empleo.
Prueba de Chow
Con el fin de determinar si la burbuja financiera e inmobiliaria provocaron un cambio estructural en la
tasa de empleo y desempleo de Japón, se realizó una prueba de análisis de cambio estructural de Chow.
Para aplicar la prueba de Chow, se seguirá la metodología mostrada por Gujarati y Porter (2010). Dichos
autores señalan que el primer paso es determinar la presencia de un evento o fenómeno que haya
afectado la variable analizada, lo que provocaría que la tendencia de la variable a lo largo del tiempo
no haya permanecido constante.
Gujarati y Porter (2010) indican que posteriormente deben de realizarse tres regresiones lineales. La
primera es la regresión completa (que para el caso de la tasa de desempleo sería de julio de 1972 a
agosto de 2020 y para la tasa de empleo de julio de 1972 a julio de 2020). La segunda y tercera
regresiones se realizan con las bases de datos divididas, ya que el fenómeno que se cree pudo haberlas
afectado provocando un cambio estructural. Dicho de otra forma, una de las dos regresiones es antes
del fenómeno (la burbuja financiera y la burbuja inmobiliaria) y las otras, serian posterior al evento que
se presupone pudo haber cambiado la tendencia de la variable.
pág. 10233
Para el caso de la burbuja financiera se analizaron los meses de mayo, junio y julio de 1989 en la tasa
de desempleo y empleo, para comprobar si esta causó un cambio estructural en cada uno de esos meses
o en los tres. De esta forma, para las regresiones cortadas del análisis de la prueba de Chow de mayo,
la primera es de julio de 1972 a abril de 1989; la segunda sería de mayo de 1989 a agosto de 2020. Para
el caso de la prueba de Chow de junio, la primera regresión cortada llega hasta mayo de 1989; y, en el
caso del análisis de julio, esta llega hasta junio.
Por lo que respecta a la burbuja inmobiliaria, también se realizarán tres pruebas de Chow de análisis
estructural para el empleo y desempleo, pero en los meses de enero, febrero y marzo de 1991, para
determinar si el cambio estructural se presentó en cualquiera de esos tres meses o en los tres. En estas
pruebas, para el caso de la prueba del mes de enero, el corte se realizó en diciembre, es decir, la primera
regresión cortada llega hasta diciembre; en la prueba de Chow de febrero, la primera regresión cortada
toma los datos hasta enero; y, por último, en el caso de la prueba del mes de marzo, la primera regresión
abarca hasta febrero.
Las tres regresiones lineales que se realizarán (esto en cada una de las pruebas para cada una de las
tasas) se presentan en la Ecuación 1.
(1)
Donde:




Una vez realizadas las tres regresiones se estiman las sumas de cuadrados residuales (SCR) de cada una
de las regresiones. Cabe señalar que en las regresiones que están separadas (las cortadas) sus SCR se
suman para crear la SCR no restringida 󰇛󰇜, como se muestra Ecuación 2.
(2)
Donde:

pág. 10234

Las SCR y , se sustituyen en la Ecuación 3, con el fin de conseguir el valor calculado.
(3)
Donde:

 
 
A continuación, se busca el valor crítico en las tablas de la distribución , con en el numerador (
es el número de variables de la regresión, que en cada una de las pruebas de Chow es dos); y, 
󰇛󰇜 en el denominador. Posteriormente, se compara la crítica y la calculada en cada una de
las pruebas de Chow usando el criterio de decisión que se muestra en la Ecuación 4.
 
(4)
En la Ecuación 4 se aprecia que en los casos que la calculada sea mayor a la crítica, la hipótesis de
estabilidad estructural se rechaza, dicho de otra manera, se comprueba que hay un cambio estructural.
Este criterio se utiliza en las pruebas de Chow que se van a realizar, es decir, las seis pruebas que se
harán para la tasa de desempleo y empleo.
Prueba con variables dicótomas
Para robustecer los resultados obtenidos en la prueba de Chow, se empl la prueba de análisis
estructural con variables dicótomas a las mismas bases de datos utilizadas en la prueba de Chow. Cabe
mencionar que la prueba de análisis estructural con variables dicótomas permite señalar, en caso de
presentarse un cambio estructural, si dicho cambio fue en la ordenada al origen, en la pendiente o en
ambas (Gujarati y Porter, 2010). Las bases de datos analizadas serán las mismas que en la prueba de
Chow,
El primer paso de la prueba de análisis estructural con variables dicótomas es realizar regresiones
múltiples con variables dicótomas, por lo que para cada prueba de análisis estructural se deben realizar
regresiones como la mostrada en la Ecuación 5.
pág. 10235
󰇛󰇜
(5)
Donde:










Se debe señalar que, por cada una de las dos bases de datos, se realizaran seis regresiones, es decir, se
realizaran en total doce pruebas que significan doce regresiones con la forma mostrada en la Ecuación
5, debido a que porque por cada burbuja se analizarán tres meses en la tasa de desempleo y tres meses
en la de empleo e los meses señalados anteriormente. El corte para determinar el cambio estructural fue
el mismo que se empleó en la prueba de Chow, lo que implica que en mayo la variable dicótoma tendrá
el valor de cero hasta abril y adoptará el valor de uno a partir de mayo; para junio la variable dicótoma
tendrá valor de cero hasta julio y a partir de junio es uno y la variable dicótoma tendrá un valor de cero
hasta junio y en julio de uno. Estos cortes se usarán para ambas tasas.
En el caso de la prueba de variables dicótomas para analizar si la burbuja inmobiliaria ocasionó un
cambio estructural tanto en la tasa de empleo como desempleo, se analizarán los meses de enero, febrero
y marzo de 1991. En el caso de enero, el corte se realizó en diciembre, es decir, la variable dicótoma
adoptará el valor de cero hasta diciembre; en la prueba de febrero, hasta enero la variable dicótomo
toma valor de cero; y, por último, en el caso de la prueba del mes de marzo, hasta febrero la variable
dicótoma toma valor de cero. Estos cortes se usarán para ambas tasas.
pág. 10236
Una vez realizadas las regresiones empleando variables dicótomas se analizó el coeficiente de
determinación para determinar la valides de cada uno de los modelos. Para esto último, se buscó que,
en cada caso, el coeficiente de determinación fuera mayor a 0.7, es decir, mayor a 70%.
Una vez verificada la validez del modelo, se proced a corroborar si hubo un cambio estructural y, en
caso de haberlo, si fue en la pendiente, en el intercepto o en ambos. Para ello se analizaron dos valores
en específicos de la regresión: el intercepto diferencial y la pendiente diferencial. Para determinar si
hubo un cambio en la pendiente, el valor de la pendiente diferencial debe ser menor a 0.05. Además,
para establecer si hubo un cambio en el intercepto, el valor del intercepto diferencial debe ser inferior
a 0.05. Cabe mencionar que, en el caso de que ambas variables (pendiente e intercepto diferencial), sus
valores sean menores a 0.05, entonces, el evento causó un cambio estructural tanto en la pendiente
como en la ordenada al origen.
RESULTADOS
Los resultados conseguidos en las prueba de variables dicótomas, los cuales sustentan y amplían los
resultados 0btenidos en la prueba de Chow, se analizan y se comparan a continuación.
Resultados de la prueba de análisis estructural de Chow
A continuación, en la Tabla 1, se presentan los resultados de aplicar la prueba de análisis estructural de
Chow para determinar si la burbuja financiera o la burbuja inmobiliaria o ambas, causaron un cambio
estructural en las tasas de desempleo y empleo de Japón. Cabe mencionar que los cálculos se realizaron
de acuerdo a lo que se mencionó en el apartado de la metodología que se presentó en la sección anterior.
Tabla 1. Resultado de la prueba de Chow para determinar si la burbuja financiera afectó a la tasa de
desempleo y empleo (meses de mayo, junio y julio en ambas tasas).
1989
F calculado
F critico
Hay un cambio
estructural
Mayo (Tasa de desempleo)
33.8882
3.01142
si
Junio (Tasa de desempleo)
34.5662
3.01142
julio (Tasa de desempleo)
35.3603
3.01142
Mayo (Tasa de empleo)
8.4438
3.01145
Junio (Tasa de empleo)
8.0276
3.01145
Julio (Tasa de empleo)
7.5297
3.01145
Fuente: Elaboración propia.
pág. 10237
La Tabla 1, muestra que la burbuja financiera afecto a la tasa de desempleo y la tasa de empleo. Por lo
que la hipótesis de estabilidad estructural se rechaza, dicho de otra manera, se comprueba que hay un
cambio estructural. Este efecto se mantuvo durante los meses de mayo, junio y julio de 1989 en ambas
tasas.
La Tabla 2, que aparece a continuación, muestra los resultados obtenidos de aplicar la prueba de Chow
para establecer si la burbuja inmobiliaria provocó un cambio estructural en la tasa de empleo y en la de
desempleo en Japón. Cabe mencionar que los cálculos se realizaron de acuerdo a lo que se mencionó
en el apartado de la metodología que se presentó en la sección anterior.
La Tabla 2, muestra que la burbuja inmobiliaria provocó un cambio estructural en la tasa de desempleo
y empleo. Por lo que la hipótesis de estabilidad estructural se rechaza, dicho de otra manera, se
comprueba que hay un cambio estructural. Los resultados señalan que en los meses de enero, febrero y
marzo de 1991 la burbuja inmobiliaria afectó a la tasa de desempleo y el empleo.
Tabla 2. Resultados de la prueba de Chow para determinar si la burbuja inmobiliaria afectó a la tasa de
desempleo y empleo (meses de enero, febrero y marzo en ambas tasas).
1991
F calculado
F critico
Hay un cambio
estructural
Enero (Tasa de desempleo)
60.3772
3.01142
Si
Febrero (Tasa de desempleo)
62.6833
3.01142
Marzo (Tasa de desempleo)
64.9057
3.01142
Enero (Tasa de empleo)
4.6566
3.01145
Febrero (Tasa de empleo)
4.6879
3.01145
Marzo (Tasa de empleo)
4.7189
3.01145
Fuente: Elaboración propia.
Resultados de la prueba de análisis estructural con variables dicótomas
Como se indicó en la metodología, los resultados obtenidos en la prueba de análisis estructural de Chow,
se rob con la prueba de análisis estructural con variables dicótomas. En la Tabla 3, que se presenta a
continuación, se muestran los resultados de la prueba de análisis estructural con variables dicótomas,
con los cuales, se establecerá si esta causó un cambio estructural en las tasas de desempleo y empleo.
Es importante señalar que, tanto en la tasa de empleo como desempleo, se analizaron los meses de
mayo, junio y julio, como ya se señaló en la metodología.
pág. 10238
Tabla 3. Resultados de la prueba de análisis estructural con variables dicótomas para determinar si la
burbuja financiera afecta a la tasa de desempleo y empleo en el periodo analizado.
1989
Valor p del
intercepto
diferencial
Valor p de la
pendiente
diferencial
Coeficiente de
determinación
Cambio
estructural
en el
intercepto
Cambio
estructural
en la
pendiente
Mayo (Tasa de
desempleo)
0.000
0.000
0.459
X
X
Junio (Tasa de
desempleo)
0.000
0.000
0.460
X
X
Julio (Tasa de
desempleo)
0.000
0.000
0.461
X
X
Mayo (Tasa de
empleo)
0.001
0.336
0.589
X
Junio (Tasa de
empleo)
0.001
0.286
0.589
X
Julio (Tasa de
empleo)
0.001
0.236
0.588
X
Fuente: Elaboración propia.
En la Tabla 3 se aprecia que el estallido de la burbuja financiera provocó un cambio estructural, tanto
en la pendiente como en él intercepto de la tasa de desempleo. Por otra parte, el colapso de la burbuja
financiera causó un cambio estructural en la tasa de empleo, pero, solo en el intercepto en los tres meses
analizados. Se debe recalcar que los coeficientes de determinación son inferiores a 0.7 en las seis
pruebas, sin embargo, debido a que son superiores a .45 y que los valores de las variables muestran
significancia en todas las pruebas, se consideran válidos los modelos y que sirven para robustecer los
resultados obtenidos en la prueba de Chow.
En la Tabla 4, que aparece a continuación, se muestran los resultados de aplicar la prueba de análisis
estructural con variables dicótomas, para determinar si el estallido de la burbuja inmobiliaria provocó
un cambio estructural en la tasa de desempleo y empleo de Japón en los periodos señalados en la sección
anterior.
pág. 10239
Tabla 4. Resultados de la prueba de análisis estructural con variables dicótomas para determinar si la
burbuja inmobiliaria afectó a la tasa de desempleo y empleo.
1992
Valor p
del
intercepto
diferencial
Valor p de
la
pendiente
diferencial
Coeficiente de
determinación
Cambio
estructural
en el
intercepto
Cambio
estructural
en la
pendiente
Enero (Tasa de
desempleo)
0.000
0.000
0.500
X
X
Febrero (Tasa de
desempleo)
0.000
0.000
0.503
X
X
Marzo (Tasa de
desempleo)
0.000
0.000
0.507
X
X
Enero (Tasa de
empleo)
0.004
0.002
0.581
X
X
Febrero (Tasa de
empleo)
0.020
0.015
0.584
X
X
Marzo (Tasa de
empleo)
0.002
0.015
0.584
X
X
Fuente: Elaboración propia.
Los resultados de la Tabla 4 muestran que el estallido de la burbuja inmobiliaria afectó tanto en la
pendiente como en él intercepto en la tasa de desempleo y empleo de los tres meses analizados. Esto
para los tres meses analizados. Por lo que respecta al coeficiente de determinación de las seis pruebas
mostradas en la Tabla 4, estos son inferiores al 0.7, pero superiores al 0.5, lo que aunado a que los
valores de las variables de todas las pruebas muestran significancia, se consideran válidos los modelos
y que sirven para ampliar los resultados obtenidos en la prueba de Chow.
DISCUSIÓN
Los mercados financieros impactan en la economía real. Lo anterior, a pesar de que se ha señalado que
hay una desconexión entre los mercados financieros y la economía real. Esto porque los mercados
financieros no siempre canalizan los recursos monetarios a actividades productivas. De esta manera,
cuando los mercados financieros sufren afectaciones por lo regular impactan negativamente a la
economía; pero, cuando están saludables y en crecimiento, estos no siempre benefician a la economía
de un país (Cervera, 2014; Hierro, 2012*; Vargas y Díaz, 2016).
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Una de las perturbaciones que afectan de manera negativa a los mercados financieros, y que
normalmente producen crisis económicas, son los estallidos de las burbujas financieras. Ejemplo de
esto, es la burbuja financiera del sistema hipotecario estadounidense, que ocasionó una crisis económica
en varios países (Huerta, 2019; Cervera, 2014; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Rodríguez y López, 2011;
Taborga, 2005; Hierro, 2012*; Ortega, 2011; Vargas y Díaz, 2016).
El estallido de las burbujas financieras tiene repercusiones para la economía de un país o una región en
diferente magnitud. Entre los daños que ocasionan están: la reducción del PIB, el desempleo, la
inflación y el incremento de problemas políticos y sociales. El estallido de las burbujas financieras
afecta principalmente a los mercados financieros, lo que ocasiona escases de recursos para financiar
actividades productivas y limita el crédito también se contrae el consumo (Hierro, 2012*; Ortega, 2011;
Vargas y Díaz, 2016; Vargas y Díaz, 2016).
Ante las crisis económicas provocadas por el estallido de las burbujas financieras, las instituciones de
los diferentes países han utilizado distintos instrumentos para contrarrestar sus efectos. Entre los que
destacan la política monetaria y la política fiscal. Un ejemplo de la utilización de la política monetaria
es el Quantitative Easing aplicado por la Reserva Federal de los Estados Unidos, para salir de la crisis
económica originada por la burbuja inmobiliaria. Un ejemplo de la utilización de la política fiscal es el
aumento del gasto público, por ejemplo, en obras de construcción (Cervera, 2014; Rodríguez y López,
2011; Hierro, 2012*; Ortega, 2011; Vargas y Díaz, 2016).
Japón tuvo que afrontar el estallido de dos burbujas. Este país se ha caracterizado por tener una
economía con particularidades únicas, entre ellas destacan: la fuerte presencia del gobierno en la
economía; las reglas de conducta que tienen los empresarios y la estabilidad laboral Aranzadi y Lucena,
2003; Brooks, 2011).
Cabe señalar que, Japón tuvo un importante crecimiento económico que abarcó desde su reconstrucción
con el fin de la segunda guerra mundial, hasta principios de la década de los noventa. Sin embargo, en
la década de los ochenta este crecimiento disminuyo por eventos que obligaron al gobierno de Japón a
implementar políticas monetarias expansivas y desregularizar su sistema financiero, lo que provocó la
formación de dos burbujas: una financiera y una inmobiliaria (Durán Muñoz, 2012; Torrero, 2001;
Aranzadi y Lucena, 2003; Solís, 2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001).
pág. 10241
Si bien, estas burbujas fueron detectadas por las autoridades de Japón, fue hasta que se renovó la
administración del Banco de Japón en 1989 que esta institución decidió actuar para desinflarlas. A
finales de mayo de 1989 se decidió dar fin a la política monetaria expansiva, provocando el estallido de
la burbuja financiera y la caída en el índice Nikkei, además de repercutir en el sector inmobiliario,
ocasionando que para finales de 1990 y principios de 1991, estallara la burbuja inmobiliaria que, entre
otras cosas, ocasiono otra caída del índice Nikkei y la pérdida de valor de los activos (Durán, 2012;
Torrero, 2001; Aranzadi y Lucena, 2003; Solís, 2010; Solís, 2010; Brooks, 2011; Gary Martín, 2003;
Torrero, 2011; Oizumi, 1994).
El estallido de las dos burbujas, ocasionó que Japón entrara en lo que se le conoce como la década
perdida y propicio la pérdida de valor de los activos, bajo crecimiento económico, contracción en el
consumo, disminución en la inversión, caída en el precio de las acciones de las empresas, aumentó en
el déficit público, disminución en la cantidad de los créditos y la quiebra de bancos y empresas
(Aranzadi y Lucena, 2003; Solís, 2010; Oizumi, 1994; Garcí y Martín, 2003).
Autores como Solís, (2010) señalan que esta crisis no ocasionó un importante deterioro en el nivel de
vida de los ciudadanos de Japón. Aunque, el mismo autor añade que una de las variables más afectadas
fue el empleo, el cual disminuyo. Es importante señalar que una de las caractesticas del mercado
laboral es su estabilidad, la cual, es promovida tanto por el empleador como el empleado. Es decir, que
el empleador busca mantener a sus trabajadores y el empleado busca quedarse laborando en la misma
empresa (Cervera, 2014; Hierro, 2012*; Vargas y Díaz, 2016).
En ese sentido, se ha señalado la importancia de medir y estudiar la tasa de desempleo y empleo de un
país, ya que es un indicador relevante al ser una variable proxi para medir la calidad de vida y la
economía de un país. Asimismo, esta afecta directamente el nivel de riqueza y el poder adquisitivo de
las personas (Gutiérrez, 2013; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Ortega, 2011).
Por la importancia del desempleo y empleo se realizó la investigación con el fin de determinar si el
estallido de las burbujas ocasionó un cambio estructural en las tasas desempleo y empleo de Japón. De
esta manera, los resultados de la prueba de Chow señalan que el estallido de la burbuja financiera si
provocó un cambio estructural en todos los meses estudiados, tanto en la tasa de desempleo como en el
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empleo. Dichos resultados se repitieron en la burbuja inmobiliaria, lo que implica que al estallar la
burbuja inmobiliaria, esta también provocó un cambio estructural en la tasa de desempleo y empleo.
Los resultados de la prueba de Chow, muestran que el estallido de las burbujas ocasionaron un cambio
estructural en la tasa de desempleo y en la de empleo. Lo que permite determinar que, en el caso de
Japón, que tiene como característica la estabilidad laboral (Gutiérrez, 2013; Méndez y Prada-Trigo,
2014; Ortega, 2011), el estallido de las burbujas, ocasionaron una crisis económica que terminó por
afectar su mercado laboral.
Para robustecer los resultados obtenidos por la prueba de Chow, se realizaron pruebas de análisis
estructural con variables dicótomas. En estas se encontró que, en el caso de la burbuja financiera, la tasa
de desempleo sufrió un cambio estructural, tanto en la pendiente como en él intercepto en el periodo
analizado, lo que confirman los resultados obtenidos en la prueba de Chow.
Así mismo, en la tasa de empleo se halló que hubo un cambio estructural, lo que sustenta lo encontrado
en la prueba de Chow, pero este fue solo en él intercepto en todo el periodo de estudio, lo que muestra
que de la crisis ocasionada por la burbuja financiera afecto más al desempleo, lo que concuerda con lo
dicho por Gutiérrez, (2013), Méndez y Prada-Trigo, (2014) y Ortega, 2011, acerca de la estabilidad
laboral. Ya que los empleadores trataron de mantener a sus trabajadores en sus puestos. Sin embargo,
aquellos que no tenían trabajo o que apenas se estaban incorporando al mercado laboral fueron
afectados, lo que se refleja en que la tasa de desempleo fue más afectada.
Por lo que respecta a la burbuja inmobiliaria, los resultados muestran que tanto el desempleo como el
empleo fueron afectadas por el estallido de esta burbuja. En ambos casos, se encontró que en el periodo
analizado se presentó un cambio estructural, lo que robustece los resultados de la prueba de Chow.
Dicho cambio se presentó tanto en la pendiente como en la ordenada al origen. Lo que sustenta que los
efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria fueron tan fuertes que se sintieron en los tres meses
analizados en las dos tasas, este cambio la tendencia de ambas tasas y su intercepto.
Los resultados muestran que ambas burbujas afectaron a la tasa de desempleo en la misma manera. No
obstante, la burbuja inmobiliaria efecto más al mercado laboral de Japón que la burbuja financiera, ya
que mientras la burbuja financiera afectó la tasa de empleo solo en su intercepto; la burbuja inmobiliaria
cambio tanto en él intercepto como la pendiente de la tasa de empleo.
pág. 10243
Al ser la tasa de desempleo una variable proxi para medir la calidad de vida y la economía de un país,
debido a que afecta directamente el nivel de riqueza y el poder adquisitivo de las personas (Gutiérrez,
2013; Méndez y Prada-Trigo, 2014; Ortega, 2011), se puede decir que la burbuja inmobiliaria y
financiera afectaron a la economía de Japón y a la calidad de vida de los japoneses.
Estos resultados también muestran la importancia de los gobiernos para contrarrestar el efecto de las
crisis ocasionados por las burbujas financieras y con ello evitar un deterioro en el nivel de vida de las
personas. Esto usando sus instrumentos que son las políticas monetarias y fiscales (Cervera, 2014;
Rodríguez y López, 2011; Hierro, 2012*; Ortega, 2011; Vargas y Díaz, 2016). En este sentido, el
gobierno de Japón si actuó, aunque, no pudieron evitar la crisis económica provocada por las burbujas
(Torrero, 2001; Solís, 2010; Brooks, 2011; Nakaso, 2001; Torrero, 2011).
CONCLUSIONES
El objetivo de este trabajo fue determinar si las burbujas financieras e inmobiliaria causaron un cambio
estructural en la tasa de desempleo de Japón. Para lo cual, se realizaron pruebas de análisis estructural
de Chow y pruebas con variables dicótomas, sobre la tasa desempleo de Japón. De manera adicional,
para robustecer los resultados, se analizó la tasa de empleo usando la misma metodología.
Los resultados de la prueba de Chow mostraron que el estallido de la burbuja financiera causó un cambio
estructural, en todos los meses examinados que son: mayo, junio y julio de 1989, tanto en la tasa de
desempleo como en el empleo.
Asimismo, para el caso de la burbuja inmobiliaria, también señalaron que se presentó un cambio
estructural tanto en la tasa de desempleo como del empleo durante todo el periodo que fue objeto de
estudio.
Por otra parte, en la prueba con variables dicótomas se halló que, para la burbuja financiera, esta, si
ocasionó un cambio estructural en la tasa de desempleo tanto en la pendiente como en la ordenada al
origen en el periodo analizado. Pero, en la tasa de empleo, se encontró que la burbuja financiera si
ocasionó un cambio estructural, pero solo fue en él intercepto y no en la pendiente.
La misma prueba de análisis estructural con variables dicótomas se aplicó para la burbuja inmobiliaria
(para los tres meses señalados). Los resultados indican que, tanto en la tasa de desempleo como de
pág. 10244
empleo, el estallido de esta burbuja ocasioun cambio estructural tanto en la pendiente como en la
ordenada al origen.
Estos resultados permiten concluir que las dos burbujas si afectaran la tasa de desempleo de Japón.
Asimismo, que la burbuja inmobiliaria tuvo un mayor efecto en el mercado laboral de Japón que la
financiera, ya que mientras la burbuja financiera afecto a la tasa de empleo, pero solo en su intercepto;
la burbuja inmobiliaria causó un cabio tanto en el intercepto como en la pendiente de la tasa de empleo.
Lo que señala que, para el mercado laboral, la burbuja inmobiliaria tuvo mayores repercusiones que la
financiera.
Por otra parte, este trabajo demuestra la importancia de estudiar las burbujas financieras, ya que tienen
graves implicaciones para las economías y para las personas. Cómo futuras líneas de investigación,
sería conveniente realizar un estudio comparativo entre varios países con el objeto de comparar el efecto
de distintas burbujas en los mercados laborales de estos países. Esto permitiría determinar qué tipos de
mercados laborales son más susceptibles a las crisis económicas ocasionadas por burbujas financieras
y que tipo de burbujas afectan más a los mercados laborales.
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