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RELACIÓN ENTRE EL FUNCIONAMIENTO
FAMILIAR Y NIVELES DE DEPRESIÓN EN
ESTUDIANTES DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL
RELATIONSHIP BETWEEN FAMILY FUNCTIONING AND
LEVELS OF DEPRESSION IN STUDENTS FROM THE CITY
OF GUAYAQUIL
Lorena Fabiola Guale Alcivar
Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador
Rosario Elizabeth Anchala Caiza
Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil, Ecuador
Enrique Augusto Solis Jimenez
Universidad de Guayaquil, Ecuador
Jennifer Alexandra Tamayo León
Universidad Estatal Península de Santa Elena, Ecuador
Vanessa Patricia Rodríguez Marín
Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil, Ecuador
pág. 11899
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i5.14613
Relación entre el Funcionamiento Familiar y Niveles de Depresión en
Estudiantes de la Ciudad de Guayaquil
Lorena Fabiola Guale Alcivar
1
Lorena.guale@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0004-7482-945X
Universidad Estatal Península de Santa Elena
Ecuador
Rosario Elizabeth Anchala Caiza
elizabeth.anchala@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-9070-0443
Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil
Ecuador
Enrique Augusto Solis Jimenez
enriquito.1980@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-1622-0286
Universidad de Guayaquil
Ecuador
Jennifer Alexandra Tamayo León
jennifertamayoleon@gmail.com
https://orcid.org/0003-1815-967X
Universidad Estatal Península de Santa Elena
Ecuador
Vanessa Patricia Rodríguez Marín
Vanessap.rodriguez@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0007-0447-7489
Universidad Tecnológica Empresarial de
Guayaquil, Ecuador
RESUMEN
El presente estudio tuvo como objetivo determinar la relación entre el funcionamiento familiar y los
niveles de depresión en estudiantes de la ciudad de Guayaquil Ecuador. Por lo cual, la hipótesis del
estudio plantea que los estudiantes que experimentan un bajo funcionamiento familiar presenten
mayores niveles de depresión. Para tales efectos, se desarrolló una investigación de tipo cuantitativa,
con propósito correlacional y de corte transversal, en el que se implementaron el Cuestionario de
Funcionamiento Familiar (FF-SIL) y el Inventario de Depresión de Beck (BDI-II) a una muestra
conformada por 261 estudiantes residentes en la ciudad de Guayaquil; de los cuales, 160 son de sexo
femenino y 101 de sexo masculino, entre edades de 12 a 17 años. Los principales resultados
comprobaron que existe evidencia estadística de correlación entre el funcionamiento familiar y
depresión, además de identificar que un 17,08% de los estudiantes tienen familias severamente
disfuncionales y un 6,90% depresión grave. Como conclusión del estudio, se subraya la importancia de
abordar tanto los factores emocionales como familiares en el manejo y la intervención de estudiantes
depresivos.
Palabras claves: adolescentes, funcionalidad, familia, depresión
1
Autor principal
Correspondencia: Lorena.guale@educacion.gob.ec
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Relationship Between Family Functioning and Levels of Depression in
Students from the City of Guayaquil
ABSTRACT
The objective of this study was to determine the relationship between family functioning and levels of
depression in adolescents from the city of Guayaquil, Ecuador. Therefore, the hypothesis of the study
states that adolescents who experience low family functioning present higher levels of depression. For
these purposes, a quantitative research was developed, with a correlational and cross-sectional purpose,
in which the Family Functioning Questionnaire (FF-SIL) and the Beck Depression Inventory (BDI-II)
were implemented to a sample made up of 261 adolescents residing in the city of Guayaquil; of which,
160 are female and 101 are male, between the ages of 12 and 17 years. The main results confirmed that
there is statistical evidence of correlation between family functioning and depression, in addition to
identifying that 17.08% of adolescents have severely dysfunctional families and 6.90% have severe
depression. In conclusion of the study, this finding highlights the importance of addressing both
emotional and family factors in the management and intervention of depressed adolescents.
Keywords: adolescents, functionality, family, depression
Artículo recibido 10 septiembre 2024
Aceptado para publicación: 12 octubre 2024
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INTRODUCCION
El contexto de esta investigación se sitúa en el ámbito de la psicología clínica y la salud mental en
adolescentes. La depresión es uno de los trastornos más frecuentes en esta etapa de la vida, y su impacto
puede ser significativo en el bienestar y desarrollo de los jóvenes, por otro lado, el funcionamiento
familiar ha sido identificado como un factor importante en la salud mental de los adolescentes (Paredes
y Vargas, 2022).
De tal manera, la familia viene siendo un grupo social visto como un sistema organizado donde sus
miembros se integran, y en la mayoría de los casos, conviven en el mismo lugar, se vinculan por
consanguineidad, legal y/o afinidad (Bezanilla y Miranda, 2013). Más profundamente, una familia es
un grupo de personas que se distinguen de otras por sangre o adopción, lo que las coloca en una situación
única respecto a otros grupos, donde un determinado número de personas se reúnen en un espacio.
Acercando a la familia como un grupo social, se supone que se rige por los mismos principios y
fundamentos que otros grupos, es decir, tiene el mismo sistema de interacción que determina una
determinada estructura de relaciones; orientación de cohesión, alianzas y comunicación que diferencia
a sus miembros en función de sus roles y responsabilidades específicas y permite reconocer diferentes
características y estilos de liderazgo (Aguilar, 2023).
Según Méndez (2023) una familia disfuncional se define como aquella en la que los padres no cumplen
con sus deberes legales hacia sus hijos, como educarlos, cuidar su salud, cuidar su crecimiento físico,
mental, espiritual y moral, y proteger sus derechos e intereses.
El funcionamiento familiar depende de varios factores, incluidos los estructurales, culturales,
relacionales y hasta geográficos. Dentro de esta funcionalidad ejerce el control los padres como rol
principal, estableciendo autoridad, supervisión, control, afecto, conducta disruptiva, afecto negativo,
comunicación, apoyo y recursos; cuando no se rompe esta estructura familiar trae consigo diversos
problemas conductuales, principalmente en la adolescencia (Mera y López, 2019).
Unida a la familia está el término adolescencia el cual es un período de la vida en el que se experimentan
importantes cambios a nivel psicosocial.
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Para la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021) la adolescencia es el período comprendido entre
los 10 y los 19 años, es una etapa compleja de la vida, marcada por la transición de la niñez a la edad
adulta y se acompaña de cambios físicos, psicológicos, biológicos y espirituales. En la ciencia
psicológica se estudian trastornos como la depresión, ansiedad, intento suicida, autoestima, fobia social,
emociones, consumo de alcohol y/o drogas, mientras que en la sociedad se buscan aspectos relacionados
con el estilo de vida saludable (Figueroa et al., 2018).
La depresión es un trastorno mental común que afecta a más de 322 millones de personas a nivel
mundial, 48.16 millones de las cuales viven en las Américas, es una variable que está relacionada con
la funcionalidad familiar. En el grupo de 15 a 29 años, este trastorno es la segunda causa de muerte y
causa alrededor de 800 mil suicidios al año. Se prevé que esta cantidad aumente cada año, ya que es la
segunda razón por la cual las personas pierden más años de una vida saludable (Ferreira y Da Silva,
2023). Las causas de la depresión en adolescentes debido a familias disfuncionales pueden ser múltiples
y complejas. Los adolescentes pueden experimentar un ambiente familiar inestable, falta de apoyo
emocional, comunicación deficiente, conflictos constantes, entre otros factores, que contribuyen al
desarrollo de la depresión (Moscoso et al., 2021). Además, la falta de estructura familiar, relaciones
conflictivas, y la ausencia de un entorno emocionalmente seguro pueden aumentar el riesgo de
depresión en los jóvenes. Es importante destacar que la depresión en adolescentes puede ser agravada
por situaciones externas, como la pandemia de COVID-19, que ha generado estrés adicional y cambios
en la rutina diaria, afectando aún más la salud mental de los jóvenes (Silva, 2022). La adolescencia es
un momento crucial para el desarrollo de hábitos sociales y emocionales que son importantes para el
bienestar mental. La complejidad de las relaciones familiares y los contextos socioculturales hacen
crucial estudiar completamente la relación que existe entre el funcionamiento familiar y la depresión en
adolescentes dentro de un mismo contexto social.
MARCO TEÓRICO
Depresión
Según la OMS (2021) la depresión o trastorno depresivo es un estado de ánimo caracterizado por la
pérdida de interés en diferentes actividades, cambiando el estado y los sentimientos de la persona,
afectando todos los aspectos del diario vivir, ya sean familiares, laborales, sociales o en el entorno donde
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habita la persona. Se considera que las mujeres son más propensas que los varones a experimentar esta
condición que los varones (Gaviria, 2009).
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) define la depresión como un
estado prolongado de tristeza, desesperación y pérdida de interés o satisfacción en actividades que antes
eran gratificantes (American Psychological Association [APA], 2014).
Para Freud en su obra Duelo y Melancolía, considera a la depresión como un duelo, falta de interés en
el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de toda productividad y una
disminución en la autoestima se manifiestan en autorreproches y autodenigraciones, llegando a una
extrema expectativa delirante de castigo (Freud, 1917).
La depresión es un trastorno mental muy común que tiene varios grados de severidad, como leve,
moderada, moderada-grave y severa. Es un problema que afecta la salud mental a largo plazo y presenta
síntomas como tristeza, culpa y ansiedad, entre otros. Los factores de riesgo para la depresión incluyen
factores familiares, personales, sociales, cognitivos y genéticos. Si el riesgo aumenta y se requiere un
tratamiento farmacológico para aliviar los síntomas (Cuesta et al., 2022).
Tipos la depresión
Los trastornos depresivos tienen muchas formas diferentes. Uno de ellos es el trastorno depresivo
mayor, este es uno de los tipos más comunes y se caracteriza por episodios prolongados de tristeza
profunda y una falta de interés en las actividades diarias; mientras que el trastorno distímico es una
variante que presenta síntomas depresivos menos graves pero que persisten durante un período
prolongado de tiempo (Cholifah et al., 2022). Además, están el trastorno bipolar, que combina
episodios de depresión con episodios de manía o hipomanía; y los trastornos depresivos estacionales,
que suelen ocurrir en ciertas estaciones del año, usualmente en invierno, con síntomas como tristeza,
pérdida de interés, aumento del sueño y del apetito, aumento de peso. Los tratamientos para cada tipo
de depresión son diferentes porque varían en duración, gravedad y síntomas (Garay et al., 2010).
De acuerdo a Cuesta et al. (2022) cada tipo de depresión puede requerir un enfoque de tratamiento
diferente, que puede incluir terapia, medicación, cambios en el estilo de vida y otras intervenciones
específicas. Es importante consultar a un profesional de la salud mental para un diagnóstico y
tratamiento adecuados.
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Síntomas de la depresión
A continuación, se presenta una tabla de los diferentes ntomas de la depresión clasificados como
afectivos, cognitivos, somáticos y conductuales.
Tabla 1 Síntomas de la depresión
Síntomas
Clasificación
Descripción
Afectivos
Tristeza
Tiene una cualidad negativa que se manifiesta en sentimientos
patológica o
como tristeza, vacío y desesperación, y en casos extremos,
humor depresivo
como falta de sentimientos.
Anhedonia
Es la dificultad de recibir una recompensa grata por algo que
resultó satisfactorio. El resultado es el aislamiento y la
pasividad.
Ansiedad
secundaria a
depresión
Representa un intenso e injustificado miedo a que ocurra algo
malo y temible, lo que obliga a permanecer en alerta,
desasosiego y desesperación, lo que lleva a pedir ayuda.
Irritabilidad
Reacciona a comportamientos violentos, injustificados y
desproporcionados. La consecuencia es el aislamiento social.
Disforia
Es una sensación difusa de malestar general, una mezcla de
sentimientos negativos como: malhumor, angustia, ansiedad,
irritabilidad.
Apatía
Indiferencia total.
Cognitivos
Alteraciones del
pensamiento
El contenido del pensamiento está lleno de conceptos
negativos como la ruina, la inutilidad, el pesimismo o la culpa
que causan desesperación.
Alteraciones
cognoscitivas
Se manifiestan como desorientación, cambios en la memoria,
capacidad de aprendizaje y atención.
Somáticos
Trastornos
vegetativos
Astenia, cefaleas atípicas, algias musculoesqueléticas, pérdida
de peso, trastornos digestivos, trastornos cardíacos (dolor
precordial, taquicardia), de la libido, del equilibrio, o
alteraciones del sueño con distintos tipos de insomnio o
Hipersomnia.
Trastornos de
Alteraciones del ritmo sueño/vigilia
Ritmos vitales.
Conductuales
Alteraciones en
la actividad
psicomotora
La apariencia facial, los movimientos aislados o combinados,
la apariencia general, la postura, la alteración en la marcha, el
lenguaje (lento, de baja iniciativa, mutismo) o la disminución
del rendimiento u otras conductas de inhibición, como la
inclinación hacia el aislamiento, el llanto, los intentos de
Suicidio y el suicidio.
Nota: obtenido de López (2006)
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Los síntomas de la depresión pueden manifestarse de diversas maneras y afectar significativamente la
vida de las personas. Algunos de los síntomas comunes incluyen sentimientos persistentes de tristeza,
pérdida de interés en actividades que solían disfrutar, cambios en el apetito o peso, dificultades para
conciliar el sueño o dormir en exceso, fatiga, sentimientos de inutilidad o culpa, dificultad para
concentrarse o tomar decisiones, pensamientos de muerte o suicidio, entre otros. Es fundamental
reconocer estos síntomas y buscar ayuda profesional si se experimentan, ya que la depresión es una
condición médica seria que puede tratarse eficazmente (Hernández, 2007).
Depresión y adolescencia
La depresión en la adolescencia es un tema relevante y complejo que puede tener graves consecuencias
en el bienestar de los jóvenes. Diversos estudios han destacado la importancia de comprender y abordar
la depresión en este grupo de edad. Algunos de los hallazgos relevantes incluyen la presencia de
síntomas depresivos y ansiosos en la adolescencia puede estar relacionada con diversos factores como
la migración, disfunción familiar, embarazos prematuros, desórdenes alimenticios, conflictos
familiares, falta de habilidades sociales, entre otros (Basantes et al., 2021).
Existen modelos teóricos cognitivos que ayudan a explicar los trastornos depresivos en la adolescencia,
como el modelo transaccional de vulnerabilidad al estrés y el modelo de generación de estrés, los cuales
resaltan la importancia de la vulnerabilidad cognitiva, la depresión y los estresores en esta etapa vital
(Espina, 2015)
La depresión en la adolescencia puede estar influenciada por factores como la victimización entre
iguales y los estilos inferenciales de desesperanza, mostrando relaciones bidireccionales entre la
sintomatología depresiva, los estilos inferenciales y la victimización La regulación emocional y los
síntomas emocionales tienen un impacto significativo en el bienestar subjetivo de los adolescentes,
destacando la importancia de abordar los síntomas depresivos para promover la salud y el bienestar en
esta etapa de la vida (Antón et al., 2016).
La relación entre depresión en adolescentes es un tema de interés, donde se ha encontrado una alta
correlación entre depresión y ansiedad, pero no correlaciones significativas con variables de salud
mental e índice de masa corporal (IMC).
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La depresión en la adolescencia es un fenómeno complejo que puede estar influenciado por ltiples
factores y que requiere una atención especializada para prevenir y tratar eficazmente sus efectos en la
salud mental y el bienestar de los jóvenes (Cholifah et al., 2022).
Los factores de riesgo para la depresión en la adolescencia incluyen eventos negativos, la pubertad, la
afectividad negativa, la vulnerabilidad emocional y cognitiva, la depresión de los padres, la crianza
caracterizada por la frialdad, el rechazo y la disciplina severa, así como la presencia de factores
patogénicos en el ámbito familiar como la transgresión o el abandono. Además, la depresión en la
adolescencia puede estar asociada a la presencia de síntomas como la desesperanza, la distimia y la baja
autoestima, así como a factores psicosociales y culturales que pueden influir en la conducta suicida en
esta etapa de la vida (Resurrección et al., 2016)
Teorías psicológicas de la depresión
De acuerdo a los estudios previos realizados, las principales teorías psicológicas de la depresión
incluyen:
Modelo Cognitivo-Conductual, este modelo analiza cómo la sintomatología depresiva, la impulsividad
y otros factores como la preferencia por las relaciones sociales online y la regulación del estado de
ánimo a través de Internet interactúan en la depresión. En esta categoría se tiene la teoría de Ferster.
Donde la depresión está reducida a las frecuencias de conductas reforzadas positivamente que sirven
para controlar el medio mientras que, por el contrario, se produce un exceso de conductas de evitación
escape ante estímulos adversos (Ortiz, 1987)
La teoría conductual de Lewinsohn es una teoría psicológica que se centra en la depresión y su relación
con la conducta, según esta teoría, la depresión se desarrolla como resultado de la disminución de las
actividades placenteras en la vida de una persona, lo que conduce a un círculo vicioso de inactividad y
aislamiento social. Lewinsohn propuso que la depresión puede ser tratada mediante la modificación de
la conducta, aumentando las actividades placenteras y reforzantes en la vida diaria de la persona
deprimida (Resurrección, et al., 2016)
La teoría de Beck, desarrollada por Aaron Beck, es fundamental en el campo de la psicología,
especialmente en el tratamiento de la depresión. Esta teoría se centra en la terapia cognitiva y en cómo
los pensamientos negativos y distorsionados pueden influir en las emociones y el comportamiento de
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una persona. Beck propuso que identificar y cambiar estos pensamientos disfuncionales puede ayudar
a aliviar la depresión (Neufeld et al., 2023).
Enfoque Sociológico, este enfoque plantea que las variables psicológicas son solo una parte del
problema de la depresión, y aboga por una aproximación sociológica que preste mayor atención a los
orígenes sociales de la depresión (Antón et al., 2016)
Teoría Biosocial y Áreas de Inestabilidad se utilizan para explicar la psicopatología y los síntomas de
trastornos como el trastorno límite de la personalidad, que a menudo se asocia con la depresión. Estas
teorías ofrecen diferentes perspectivas sobre la depresión, considerando factores cognitivos,
conductuales, sociales y biológicos en su comprensión (Neufeld et al., 2023).
Familia
La familia es una institución social y cultural dinámica y en constante evolución. El concepto de familia
ha cambiado significativamente a lo largo de la historia, desde las antiguas sociedades griega y romana
hasta la actualidad (O’Callaghan et al., 2019).
El concepto de "familia multiproblemática" se refiere a familias con múltiples dificultades y desafíos,
que deben ser abordadas desde una perspectiva sistémica y compleja, considerando los cambios sociales
propios de la sociedad postindustria (Wainstein y Wittner, 2017). El concepto de familia es dinámico y
ha experimentado cambios significativos, especialmente en las últimas décadas, reflejando la diversidad
de estructuras y tipologías familiares existentes en la actualidad.
En épocas remotas, la familia estaba formada como un clan, compuesto por personas con los mismos
lazos familiares, y los padres eran considerados como jefes, encargados de enseñar a sus hijos todo lo
que tenían que hacer (Herrera y Espinoza, 2020). Desde el punto de vista histórico, la estructura, los
tipos y los roles de la familia han cambiado, según una perspectiva moderna la familia es un grupo de
personas unidas por lazos de amor y sangre, en los que los padres están casados y los hijos son criados
en el hogar (Díaz et al., 2020).
Existen diferentes tipos de familias, el cambio más significativo es la transformación de las familias
nucleares en familias pos-nucleares. En las primeras categorías se incluyen las familias formadas por
una pareja casada y sus descendientes, mientras que en las segundas categorías se presentan diversas
estructuras conocidas como nuevas configuraciones familiares.
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Este grupo incluye parejas sin descendencia, uniones no matrimoniales, familias combinadas o
reconstituidas, monoparentales u homoparentales, familias que utilizan la reproducción asistida y la
adopción (Guatrochi, 2020).
En comparación con la familia tradicional, la modificación se produce en el vínculo de consanguinidad
padres-hijos, pero no en la configuración familiar en sí, ya que puede darse el fenómeno de la adopción
en familias bi o monoparentales, hetero u homosexuales, con hijos biológicos previos o sin ellos, etc.
(Guatrochi, 2020).
Funcionalidad Familiar
La funcionalidad familiar se refiere a la capacidad de una familia para satisfacer las necesidades básicas
de sus miembros, promover su bienestar y mantener relaciones saludables y armoniosas, la
funcionalidad familiar ha sido evaluada en diferentes contextos, como en pacientes con enfermedad
renal crónica, adultos mayores, estudiantes de educación básica regular y adolescentes deprimidos
(Krug, 2016).
La funcionalidad familiar está relacionada con diversos aspectos de la vida de las personas, como la
adherencia al tratamiento médico, los estilos de vida, la violencia escolar y la conducta delictiva-
violenta, y puede influir en la calidad de vida y en el desarrollo de habilidades sociales de los individuos.
La funcionalidad familiar juega un papel crucial en el bienestar y la salud de las personas, impactando
en diferentes aspectos de sus vidas y en su capacidad para afrontar los desafíos cotidianos (Medina,
2019).
La definición de la familia tiene un sentido sistémico, ya que se compone de un conjunto de relaciones
que se establecen dentro de la familia, lo que agrega dinamismo a las interacciones de un sistema
complejo como la familia. Por lo tanto, al hablar de funcionamiento familiar, es importante considerar
la dinámica relacional de la familia, ya que afecta la atmósfera del hogar y el nivel de satisfacción de
sus miembros (Aguilar, 2023).
Una familia funcional se puede clasificar según los niveles de flexibilidad que desarrolla para adaptarse
y responder a las dificultades cotidianas. En contraste, los sistemas que no funcionan con frecuencia
tienen opciones de conducta bloqueadas y no tienen soluciones.
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El entorno donde se establece e interactúa todo sistema está íntimamente relacionado con el equilibrio
u homeostasis de todo sistema, por lo que se pueden encontrar familias disfuncionales o con grandes
desequilibrios dentro del entorno en el que se encuentran, en ocasiones también disfuncionales. Por
ejemplo, existen familias en las que imperan la violencia y los abusos pero que, a pesar del sufrimiento,
mantienen la misma estructura interna durante décadas (Fuentes y Merino, 2016).
Modelos de la funcionalidad familiar
Las principales teorías sobre la funcionalidad familiar incluyen el Modelo Sistémico, que considera a
la familia como un sistema complejo, donde la dinámica e interacciones entre sus miembros determinan
la funcionalidad o disfuncionalidad familiar. Se enfatiza la importancia de abordar a la familia de
manera integral, considerando los procesos multidimensionales y los cambios sociales propios de la
sociedad postindustrial (Wainstein y Wittner, 2017).
Modelo Ecológico: este modelo propone evaluar la funcionalidad familiar considerando tanto la
estructura interna de la familia como su inserción y adaptación al entorno, plantea que la funcionalidad
familiar está influenciada por factores individuales, familiares y socioculturales (Medina, 2019).
Modelo de la Adaptación Familiar: sostiene que las familias deben adaptarse a los cambios y desafíos
a lo largo del ciclo vital, lo que determina su nivel de funcionalidad. Factores como la ausencia física y
emocional de un miembro, la priorización del trabajo militar y la adaptación de la mujer al contexto
militar pueden afectar la funcionalidad familiar (Medina, 2019). Estas teorías ofrecen diferentes
perspectivas para comprender y evaluar la funcionalidad familiar, considerando aspectos sistémicos,
ecológicos y de adaptación a lo largo del tiempo.
Relación entre Funcionalidad Familiar y Depresión
Los estudios revisados sobre la relación entre funcionalidad familiar y depresión en adolescentes en
atención primaria y estudiantes universitarios de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la UAEMéx,
muestran consistentemente que existe una asociación significativa entre la funcionalidad familiar y la
depresión. En este estudio, se observa que una funcionalidad familiar adecuada puede actuar como un
factor protector contra la depresión, mientras que la disfuncionalidad familiar puede aumentar la
vulnerabilidad a la depresión en jóvenes de diferentes edades y contextos (Ortega et al., 2022).
En el estudio de Serna et al. (2020) se ha mencionado que la depresión en los adolescentes puede ser
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causada por familias disfuncionales. Esto se aplica a varios grupos de adolescentes en Latinoamérica
que enfrentan problemas en los lazos familiares y carecen de apoyo familiar, lo que aumenta los factores
de riesgo para la depresión.
Asimismo, las asociaciones recíprocas entre depresión adolescente y parental están influenciadas
principalmente por la genética compartida estable y las fluctuaciones a nivel interno en la familia. Los
adolescentes en familias disfuncionales exhiben comportamientos más desviados y fuerte depresión,
con el monitoreo parental y la conectividad escolar jugando papeles mediadores cruciales en esta
relación. Comprender la intrincada interacción entre el funcionamiento familiar y la depresión
adolescente es esencial para desarrollar intervenciones efectivas que promuevan la salud mental de los
adolescentes (Ferreira et al., 2018)
Las investigaciones muestran consistentemente una relación significativa entre el funcionamiento
familiar y los niveles de depresión en los adolescentes. Liu (2007) descubrió que el funcionamiento
familiar anormal, incluidos problemas de intimidad, poder y atmósfera emocional, estaba presente antes
del inicio de la depresión en los adolescentes. Asimismo, un estudio realizado en Tumbes encontró una
correlación notable entre el funcionamiento familiar y los niveles de depresión en adolescentes,
enfatizando el papel crucial de la familia en la configuración de los resultados de salud mental (Torrel
y Delgado, 2016).
Esto fue respaldado además por Huang (2022) quien identificó un efecto predictivo negativo del
funcionamiento familiar sobre la depresión adolescente, con la autoestima mediando esta relación. Esto
incluye una correlación negativa significativa entre el funcionamiento familiar y la depresión
adolescente, el papel mediador de la autoestima en esta relación y el papel moderador de las relaciones
con los pares sobre la correspondencia entre la autoestima y la depresión adolescente.
El funcionamiento familiar positivo, caracterizado por fuertes vínculos emocionales, adaptabilidad y
buena comunicación, puede reducir la probabilidad de que los adolescentes desarrollen depresión u
otros problemas emocionales. Por el contrario, un mal funcionamiento familiar puede aumentar el riesgo
de depresión en los adolescentes. (Urbańska et al., 2024; Huang, et al., 2022). Por su parte, Huapaya y
Romero (2022) mostró resultados mostraron que el 45% de los adolescentes tenían disfunción familiar
moderada, seguido del 21% que tenía disfunción familiar severa. Por su parte, Olivera et al. (2019)
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presentó en su estudio un 65,9% de funcionalidad intermedia y un 34% de funcionalidad baja o severa.
Los estudios han demostrado que la cohesión familiar se correlaciona negativamente con la depresión,
mientras que la baja adaptabilidad familiar y la mala comunicación familiar se asocian con la depresión
adolescente (Paredes y Vargas, 2022)
El funcionamiento familiar se ha identificado como un predictor de depresión en adolescentes, lo que
enfatiza la importancia de un sistema familiar que funcione bien para promover la salud mental de los
adolescentes y reducir el riesgo de depresión (Reyes et al., 2023). Igualmente, se han explorado los
mecanismos mediadores y moderadores del funcionamiento familiar en la depresión adolescente,
destacando el efecto protector del buen funcionamiento familiar sobre la salud mental de los
adolescentes (Gavilanes, 2023).
Los efectos de la depresión en adolescentes debido a familias disfuncionales pueden ser significativos
y variados, desencadenando tristeza, baja autoestima, síntomas alarmantes que pueden llevar al fracaso
escolar, problemas emocionales, discriminación, maltrato, y falta de habilidades sociales, lo que influye
en sus relaciones personales (Rodríguez et al., 2017). En el estudio de Olivera et al. (2019) se determinó
que, de los sujetos estudiados, el 51.6% presentó depresión mínima, un 28.5% leve, un 10.9% moderado
y un 8.7 % de depresión severa, y los cuales se relacionaron a la funcionalidad familiar. Por lo tanto, el
estudio se justifica en que permite tomar medidas en el futuro para prevenir y tratar el problema de la
depresión en los adolescentes y actuar en los ámbitos de la atención psicológica y la educación en las
familias. La depresión es un problema de salud mental importante que requiere atención integral, para
crear métodos de prevención y tratamiento efectivos, es necesario comprender los factores que influyen
en su desarrollo. Debido a que la familia juega un papel importante en la vida de los adolescentes, su
impacto en el surgimiento de la depresión se ha convertido en un tema importante para la comunidad
académica y profesional. Con la investigación se beneficia la población de adolescentes inmersos en el
estudio y sus familias, ya que tiene el potencial de generar un impacto positivo en la vida de los jóvenes,
al ayudar a mitigar los efectos perjudiciales de la depresión en su vida.
Asimismo, es necesaria esta investigación porque servirá de base para diseñar los planes y programas
de intervención específicos que permiten mejorar las relaciones de funcionalidad familiar, ya que en
ocasiones la falta de conocimiento trae repercusiones de síntomas depresivos. El proyecto investigativo
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es factible en lo social, porque está implicado las investigadoras, los adolescentes, familia y comunidad;
económico porque tiene solvencia por parte de las investigadoras; e institucional porque los datos
investigados servirán como apoyo a la sociedad para resolver problemas prioritarios.
Con lo ante expuesto, la presente investigación tiene como objetivo determinar la relación entre el
funcionamiento familiar y los niveles de depresión en adolescentes de la ciudad de Guayaquil. Para
tales efectos, los objetivos específicos del estudio consistieron en identificar la funcionalidad familiar
y el nivel depresión de los adolescentes; para posteriormente analizar la relación entre ambas variables
de estudio.
Por lo cual, la hipótesis del estudio plantea que los adolescentes que experimentan un bajo
funcionamiento familiar presenten mayores niveles de depresión.
METODOLOGÍA
Tipo y diseño de investigación
La investigación se realizó desde el enfoque cuantitativo; al respecto, Hurtado (2010) señala que este
tipo de investigación se fundamenta en la recopilación y análisis de datos numéricos y estadísticos para
responder a preguntas y probar hipótesis. En este enfoque, la información se obtiene mediante métodos
estructurados y se emplean técnicas estadísticas para analizar los datos y extraer conclusiones.
En consonancia con la idea anterior, la investigación corresponde a una de tipo no experimental
transversal, Según Hernández y Mendoza (2018) en este tipo de investigación no se pueden manipular
ni controlar variables. Por lo tanto, el investigador se centra en examinar el fenómeno de estudio
observando situaciones preexistentes en un único momento.
Por otra parte, la investigación correlacional tiene como objetivo comprender y evaluar la relación
estadística entre dos variables sin la interferencia de variables externas (Hurtado, 2010). Así, se llevó a
cabo un estudio correlacional para identificar la relación entre las dos variables en cuestión: el
funcionamiento familiar y los niveles de depresión en adolescentes. Además, de acuerdo con el diseño
de investigación, se empleó el método de recolección de datos en campo. Esto se debe a que, en diseños
de esta índole, la información relevante se obtiene directamente de la realidad a través del trabajo
adecuado del investigador.
Muestra
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Para efectos de la investigación, la población corresponde a los adolescentes de la ciudad de Guayaquil.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC, 2020) los resultados del último censo
reflejan que existen 471.780 adolescentes en la ciudad de Guayaquil. Debido a la masiva población de
adolescentes en la ciudad de estudio, se implementa un muestreo no probabilístico por conveniencia,
del cual Hernández y Mendoza (2018) exponen que es un método de selección de muestras en el cual
los sujetos se eligen por su accesibilidad y proximidad al investigador, más que por un proceso aleatorio
o sistemático.
Por lo tanto, la muestra intencional estuvo conformada por 261 adolescentes residentes en la ciudad de
Guayaquil, Ecuador; de los cuales, 160 son de sexo femenino y 101 de sexo masculino, entre edades de
12 a 17 años.
La tabla 3 corresponde a la edad y sexo, se aprecia que el sexo femenino predomina con el 61.6% siendo
su mayor índice la edad de 12 años (15.7%); seguida la de 16 años (11.7%); para la edad de 14 años
(10.0%); 15 años (9.3%) y 17 años (8.5%). En el sexo masculino representa un valor total del 38.4%,
los valores fluctúan menor frente a los resultados del sexo femenino siendo su porcentaje mayor el de
la edad de 12 años (8.5%) y en menor resultado la de 17 años (3.9%).
Tabla 2 Edad y sexo de los adolescentes encuestados en la ciudad de Guayaquil
Sexo
Masculino
Femenino
Total
F
%
F
%
17
8,5
34
15,7
51
13
4,6
18
6,4
31
23
8,2
28
10,0
51
21
7,5
26
9,3
47
16
5,7
33
11,7
49
11
3,9
24
8,5
35
101
38,4
160
61,6
261
Nota: Obtenido de la encuesta online a adolescentes
pág. 11914
Los criterios de inclusión para la selección de los sujetos comprenden seleccionar a adolescentes de
edades comprendidas de 12 a 17 años y adolescentes de la ciudad de Guayaquil; mientras que los
criterios de exclusión conllevan omitir a personas mayores de edad y adolescentes de diferentes
provincias del país.
Variables de estudio
Funcionamiento familiar: medido mediante el Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL).
Depresión: medida a través del Inventario de Depresión de Beck BDI-II.
Instrumentos de recolección de información
Para el análisis del funcionamiento familiar se implementó el Cuestionario de Funcionamiento Familiar
(FF-SIL), el cual es un instrumento validado en la década de los 90 para evaluar cualitativamente la
función familiar, consta de 14 ítems que miden 7 categorías que definen el funcionamiento familiar
(Pérez et al., 2017).
De acuerdo a Cordero y Nuñez (2024) estas categorías abarcadas comprenden la cohesión, armonía,
comunicación, permeabilidad, afectividad, roles y adaptabilidad; asimismo, el cuestionario permite
identificar el factor relacionado causante de problemas familiares y así intervenir de manera más eficaz
y efectiva.
Las categorías se miden de acuerdo con el número de situaciones comprendidas con cada ítem de la
siguiente manera: 1 y 8 cohesión; 2 y 13 armonía; 5 y 11 comunicación; 7 y 12 permeabilidad; 4 y 14
afectividad; 3 y 9 roles; 6 y 10 adaptabilidad.
El cuestionario de Funcionamiento Familiar es una herramienta para evaluar cómo los miembros de una
familia ven el funcionamiento de su familia en varios aspectos (Gallego et al., 2016), además, los
miembros de la familia califican su acuerdo o desacuerdo con cada afirmación utilizada por FF-SIL en
relación con las categorías y en la que se señala en cada casillero una serie de situaciones que pueden
ocurrir o no en su familia.
Cada ítem se responde en una escala del 1 al 5, donde 1 es casi siempre; 2 es muchas veces; 3 es a veces,
4 es pocas veces y 5 es casi nunca, (a menor puntaje peor funcionamiento familiar).
pág. 11915
Al final se realiza la sumatoria de los puntos, la cual corresponderá con una escala de niveles para
describir el funcionamiento familiar de la siguiente manera:
De 70 a 57 puntos familia funcional. De 56 a 43 puntos familia moderadamente funcional. De 42 a 28
puntos familia disfuncional. De 27 a 14 puntos familias severamente disfuncional.
Por otra parte, para la evaluación del nivel de depresión en los adolescentes se aplicó el Inventario de
Depresión de Beck (BDI-II), creada por el psicólogo Aaron T. Beck, es una herramienta popular para
evaluar la intensidad de los síntomas depresivos en las personas. Este cuestionario de tipo auto informe
consta de 21 preguntas y está destinado a evaluar una variedad de ntomas, como la desesperanza e
irritabilidad, las cogniciones, como la culpa o los sentimientos de castigo, los síntomas físicos, como la
fatiga, la pérdida de peso y cambios en los patrones de sueño y alimentación (Beck et al., 2006).
Cada pregunta se evalúa en una escala de 0 a 3 y los puntajes más altos indican que los síntomas son
más graves; una vez completado el cuestionario, se calcula el total sumando los puntos correspondientes
a cada una de las 21 preguntas, debido a que cada una de las preguntas puede obtener un puntaje máximo
de 3 puntos, el puntaje máximo posible de todo el cuestionario será de 63. El BDI-II es particularmente
útil para evaluar la depresión porque proporciona una medida numérica de la severidad de los síntomas
y es útil tanto para la evaluación inicial como para el seguimiento del progreso del tratamiento
(Leentjens et al., 2000; Mikulic et al., 2009).
La sumatoria de los puntos, se interpretará con una escala de niveles para describir el nivel de depresión
de la siguiente manera: 0-13, mínima depresión; 14-19, depresión leve; 20-28, depresión moderada; y
29-63, depresión grave.
Análisis del comportamiento psicométrico del Cuestionario de Funcionamiento Familiar FF-SIL
Para determinar la confiabilidad del Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL) como una
herramienta de evaluación de la funcionalidad familiar, se utilizó el estadístico Alpha de Cronbach. El
resultado del valor obtenido fue de 0.975 y demuestra una confiabilidad “Excelente” de los reactivos
que componen el instrumento utilizado para la recolección de la información, además, con base en los
parámetros estadísticos, los resultados e interpretaciones derivados de este son consistentes.
pág. 11916
En otro sentido, desde el punto de vista teórico, la estructura factorial del Cuestionario de
Funcionamiento Familiar (FF-SIL) ha sido confirmada en múltiples investigaciones, demostrando que
el FF-SIL es un instrumento válido y confiable para medir la funcionalidad familiar en diversas
poblaciones.
En un estudio realizado con adolescentes ecuatorianos, se encontró que el FF-SIL presenta niveles
adecuados de consistencia interna y una estructura factorial que respalda su utilidad en esta población
(Cordero y Núñez, 2024). Asimismo, otro estudio llevado a cabo en Morelia, México, desarrolló y
validó un instrumento de evaluación del funcionamiento familiar basado en el FF-SIL, por lo que la
evidencia empírica disponible respalda la validez del Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-
SIL) como un instrumento confiable y válido para evaluar la dinámica y el funcionamiento de las
familias (Barreras et al., 2022).
Con relación a la validez del instrumento, con base a los datos obtenidos en la presente investigación,
se evidencia de acuerdo en la Tabla 3 que la prueba KMO obtuvo un valor de ajuste “Excelente” del
modelo; por su parte, la prueba de esfericidad de Bartlett mostró significancia estadística, por lo que se
cumple el supuesto y puede realizarse el análisis factorial exploratorio.
Tabla 3 Prueba KMO y Bartlett
Funcionalidad
Familiar
Medida Kaiser-Meyer-Olkin de adecuación de muestreo
0.967
Prueba de esfericidad de Bartlett
Aprox. Chi-cuadrado
4505,883
Sig.
0,000
El análisis factorial exploratorio del Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL) arrouna
estructura con 7 factores, la cual corresponde a las categorías planteadas en la teoría, factor 1 cohesión
(ítems 1 y 8); factor 2 armonía (ítems 2 y 13); factor 3 comunicación (ítems 5 y 11); factor 4
permeabilidad (ítems 7 y 12); factor 5 afectividad (ítems 4 y 14); factor 6 roles (ítems 3 y 9); y factor 7
adaptabilidad (ítems 6 y 10). En la Tabla 4 se muestra su matriz factorial.
pág. 11917
Tabla 4 Matriz de carga factorial del Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL)
Ítems
Factores
1
2
3
4
5
6
7
1. Se toman decisiones entre todos para cosas
importantes de la familia
0,742
2. En mi casa predomina la armonía
0,696
3. En mi familia cada uno cumple sus
responsabilidades
0,703
4. Las manifestaciones de cariño forman parte
de nuestra vida cotidiana
0,758
5. Nos expresamos sin insinuaciones, de
forma clara y directa
0,882
6. Podemos aceptar los defectos de los demás
y sobrellevarlos
0,791
7. Tomamos en consideración las experiencias
de otras familias ante situaciones diferentes.
0,787
8. Cuando alguien de la familia tiene un
problema los demás ayudan
0,726
9. Se distribuyen las tareas de forma que nadie
esté sobrecargado
0,699
10. Las costumbres familiares pueden
modificarse ante determinadas situaciones
0,746
11. Podemos conversar diversos temas sin
temor
0,841
12. Ante una situación familiar difícil somos
capaces de buscar ayuda en otras personas
0,818
13. Los intereses y necesidades de cada cual
son respetados por el núcleo familiar
0,707
14. Nos demostramos el cariño que nos
tenemos
0,759
Nota: Método de extracción: análisis de componentes principales. Método de rotación: Varimax con normalización Kaiser.
Análisis del comportamiento psicométrico del Inventario de Depresión de Beck (BDI)
La confiabilidad del Inventario de Depresión de Beck (BDI-II) se determinó a través del estadístico
Alpha de Cronbach. El resultado del valor obtenido fue de 0.944 y demuestra una confiabilidad
“Excelente” de los ítems que componen el instrumento utilizado para la recolección de la información,
además, con base en los parámetros estadísticos, los resultados e interpretaciones derivados de este son
consistentes.
pág. 11918
En otro sentido, desde el punto de vista teórico, la validez del Inventario de Depresión de Beck BDI-II
ha sido ampliamente respaldada por diversos estudios. Estos estudios han demostrado que el BDI-II es
un instrumento válido y fiable para evaluar la depresión en diferentes poblaciones, incluyendo
drogodependientes, adolescentes, pacientes con trastornos psicológicos, estudiantes universitarios
mostrando diferencias significativas en los niveles de depresión entre grupos y una eficacia diagnóstica
adecuada (García et al., 2019).
En adolescentes ecuatorianos, se adaptó y validó el BDI-II para identificar síntomas depresivos,
demostrando una estructura unifactorial consistente con versiones anteriores del instrumento en otros
países de habla hispana (Castro y Ortega, 2021). En estudiantes, se observó que el BDI-II es un mejor
instrumento que su predecesor, con una estructura de un factor (Sanz et al., 2003).
Finalmente, en adolescentes mexicanos, se confirmó la validez del modelo de un factor del BDI-II, lo
que respalda la teoría de la depresión de Beck y la validez de construcción del instrumento en esta
población (Contreras et al., 2015). La evidencia de estos estudios respalda la validez y eficacia del
Inventario de Depresión de Beck BDI-II en la evaluación de la depresión en diversas poblaciones.
Con relación a la validez del instrumento, con base a los datos obtenidos en la presente investigación,
se evidencia de acuerdo en la Tabla 5 que la prueba KMO obtuvo un valor de ajuste “Excelente” del
modelo; por su parte, la prueba de esfericidad de Bartlett mostró significancia estadística, por lo que se
cumple el supuesto y puede realizarse el análisis factorial exploratorio.
Tabla 5 Prueba KMO y Bartlett
Funcionalidad
Familiar
Medida Kaiser-Meyer-Olkin de adecuación de muestreo
0.940
Prueba de esfericidad de Bartlett
Aprox. Chi-cuadrado
3175,029
Sig.
0,000
El análisis factorial exploratorio del Inventario de Depresión de Beck BDI-II arrojó una estructura
unifactorial, la cual corresponde a la categoría “Funcionalidad Familiar” de la prueba. Debido a que
solo se extrajo un factor, la solución no se puede rota; no obstante, se muestra en la Tabla 6 su matriz
factorial.
pág. 11919
Tabla 6 Matriz de carga factorial del Inventario de Depresión de Beck BDI-II
Ítems
Factor
1
1. Fracaso
0,643
2. Pesimismo
0,675
3. Fracaso
0,755
4. Pérdida de Placer
0,684
5. Sentimientos de Culpa
0,782
6. Sentimientos de Castigo
0,745
7. Disconformidad con uno mismo
0,763
8. Autocrítica
0,641
9. Pensamientos o Deseos Suicidas
0,614
10. Llanto
0,581
11. Agitación
0,665
12. Pérdida de Interés
0,705
13. Indecisión
0,725
14. Desvalorización
0,765
15. Pérdida de Energía
0,744
16. Cambios en los Hábitos de Sueño
0,640
17. Irritabilidad
0,786
18. Cambios en el Apetito
0,670
19. Dificultad de Concentración
0,732
20. Cansancio o Fatiga
0,762
Nota: Método de extracción: análisis de componentes principales
Análisis de datos
Previo al análisis de los datos, se calificó las pruebas utilizadas para determinar el funcionamiento
familiar y el nivel de depresión en los estudiantes. Una vez determinado los puntajes de ambas pruebas,
se utilizó el software SPSS para el análisis de los estadísticos descriptivos y de normalidad. Además,
en base al alcance de la investigación, fue necesario definir la relación entre las variables
“Funcionamiento Familiar” y “Depresión”, el cual se obtuvo a partir de los indicadores del Test de
Sperman.
pág. 11920
RESULTADOS
Análisis descriptivo de las variables medidas
En el análisis de la distribución porcentual referente al nivel de funcionalidad familiar se puedo
evidenciar que existe un porcentaje considerable de familias severamente disfuncionales y
disfuncionales, predominando el sexo femenino; no obstante, la mayoría de los sujetos evaluados
presenta familias funcionales (Tabla 7).
Tabla 7 Distribución porcentual de frecuencias y porcentajes del nivel de funcionalidad familiar de
acuerdo al sexo en adolescentes de la ciudad de Guayaquil.
Funcional
Moderadamente
funcional
Disfuncional
Severamente
disfuncional
Total
Hombres
47(16,81%)
23(8,88%)
17(6,15%)
18(6,56%)
108(38,40%)
Mujeres
76(26,96%)
40(14,25%)
28(9,86%)
30(10,52%)
173 (61,60%)
Total
123(43,77%)
65(23,13%)
45(16,01%)
48 (17,08%)
281(100%)
En cuanto al estudio del nivel de depresión en adolescentes, se determinó que, de acuerdo a las
estadísticas, más de la mitad no presentan estados depresivos; sin embargo, se presenta un porcentaje
notable de adolescentes que presenta depresión grave y moderada. Se comprueba de igual manera que
si existen diferencias significativas en la presencia de depresión referente al sexo como indicador
demográfico en adolescentes de la ciudad de Guayaquil, considerando a las mujeres sin depresión como
el indicador más alto (Tabla 8).
Tabla 8 Distribución porcentual de frecuencias y porcentajes del nivel de depresión de acuerdo al sexo
en adolescentes de la ciudad de Guayaquil
Mínima
depresión
Leve
Moderada
Grave
Total
Hombres
62(23,69%)
23(8,68%)
9(3,38%)
7(2,65%)
100(38,40%)
Mujeres
99(38,00%)
36(13,92%)
14(5,43%)
11(4,25%)
161(61,60%)
Total
161(61,69%)
59(22,61%)
23(8,81%)
18(6,90%)
261(100%)
Por lo cual, la puntuación promedio de la funcionalidad familiar en términos cualitativos es Familia
moderadamente funcional”; mientras que el nivel de depresión en los adolescentes es en promedio
Depresión mínima”. Por otra parte, la variabilidad de los datos demuestra que, las puntuaciones de la
depresión son más variables que las puntuaciones de la funcionalidad familiar (Tabla 9).
pág. 11921
Tabla 9 Estadísticos descriptivos del estudio
Estadísticos
Funcionalidad
Familiar
Depresión
Media
50.40
10.96
Mediana
54
8
Desviación estándar
15.609
11.332
Varianza
243.626
128.417
Coeficiente de variación
0.297
1.03
Asimetría
-0.697
1.565
Curtosis
-0.742
3.066
En tabla 9 también se evidencia que la variable funcionalidad familiar tienen un valor de asimetría
menor a 0.50, por lo que los datos se distribuyen de forma simétrica; mientras que la variable depresión
se distribuye de forma asimétrica. En cuanto al grado de apuntamiento de la distribución de la
funcionalidad familiar es de tipo platicúrtico o ligeramente achatado, y el de la variable depresión es de
tipo leptocúrtica.
Además, en las figuras 1 se evidencia desviaciones de la diagonal, lo que sugieren desviaciones en la
normalidad, mientras que en la figura 2, se observa que los puntos muestran alguna tendencia o forma
más o menos estructurada, por lo que los datos no se ajustan a la normal.
Figura 1 Q Q Plot con tendencia de los datos funcionalidad familiar y depresión
Nota: Imágenes obtenidas del SPSS.
pág. 11922
Figura 2 Q Q Plot son tendencia de los datos funcionalidad familiar y depresión
Nota: Imágenes obtenidas del SPSS.
En relación a la prueba de normalidad, la significancia resulta ser menor a 0.05 tanto en el
funcionamiento familiar como para la variable depresión; por lo cual y de acuerdo a los parámetros de
los estadísticos, los datos del estudio no se encuentran normalmente distribuidos.
Tabla 10 Test de normalidad
Kolmogorov-Smirnov
a
Shapiro-Wilk
Estadístico
gl
Sig.
Estadístico
gl
Sig.
Funcionamiento
Familiar
0,156
261
0,000
0,900
261
0,000
Depresión
0,167
261
0,000
0,845
261
0,000
Nota: a= Corrección de significación de Lilliefors
Estos análisis sugieren una distribución no normal en los puntajes de funcionamiento familiar y
depresión, lo que respalda el uso de métodos estadísticos no paramétricos.
Prueba de hipótesis
De acuerdo con los datos de la Tabla 11, la significancia resulta ser menor a 0.05, por lo que
estadísticamente existe evidencia de relación entre las variables Funcionamiento Familiar y
“Depresión”. En este sentido, de acuerdo a los parámetros del test se rechaza la hipótesis nula y se
acepta la hipótesis del estudio: los adolescentes que experimentan un bajo funcionamiento familiar
presenten mayores niveles de depresión. Además, el coeficiente de Spearman es de -0.947, lo que indica
que la relación entre las variables es indirecta y su grado es alto.
pág. 11923
Tabla 11 Resultados del test de Spearman
Rho de Spearman
Depresión
Funcionamiento Familiar
Coeficiente de correlación
-0,947**
Sig. (bilateral)
0,000
Nota: **La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral). Obtenido de SPSS.
DISCUSIÓN
La funcionalidad familiar de los sujetos del presente estudio, evidenció que existe un 17,08% presenta
familias severamente disfuncionales, el 16,01% familias disfuncionales y el 23,13% familias
moderadamente disfuncionales. Estos datos se acercan un poco a la información presentada por
Huapaya y Romero (2022) donde los resultados mostraron que el 45% de los adolescentes tenían
disfunción familiar moderada, seguido del 21% que tenía disfunción familiar severa. Por su parte,
Olivera et al. (2019) presentó en su estudio un 65,9% de funcionalidad intermedia y un 34% de
funcionalidad baja o severa.
Además, los datos de la presente investigación sostienen que más de la mitad de los adolescentes
experimentan depresión mínima (61,69%); el 22,61% experimentan depresión leve; el 8,81% depresión
moderada; y el 6,90% depresión grave. Estos datos son algo parecidos con los presentados en el estudio
de Olivera et al. (2019) donde un 51.6% presenta depresión mínima, un 28.5% leve, un 10.9% moderado
y un 8.7 % de depresión severa.
En el presente estudio, se medió el efecto de las variables del funcionamiento familiar sobre la depresión
entre los jóvenes de la ciudad de Guayaquil. A la hora de estudiar el funcionamiento de la familia, en
el caso de la depresión juvenil, se debe tener en cuenta que el funcionamiento de la familia depende no
sólo de cómo reaccionan los hijos, sino también de cómo los padres o tutores del menor ven,
comprenden y acercamiento a la vida de esta fase.
El resultado de este estudio muestra que el funcionamiento familiar tiene un efecto significativo sobre
la depresión juvenil. Aquello concuerda con el estudio realizado por Torrel y Delgado (2016) quienes
encontraron una relación significativa entre variables funcionales familiares y depresión. Por su parte,
Buitrago et al. (2017) mostraron una correlación negativa moderada entre depresión y cohesión
familiar.; al igual que Huang (2022) quien identificó un efecto predictivo negativo del funcionamiento
pág. 11924
familiar sobre la depresión adolescente, esto incluye una correlación negativa significativa entre el
funcionamiento familiar y la depresión adolescente. Lo que confirma la hipótesis de trabajo, debido a
que los jóvenes con bajo funcionamiento familiar presentan mayores niveles de depresión.
Además, el estudio de Ortega et al. (2022) corroboran estos datos al identificar que una funcionalidad
familiar adecuada puede actuar como un factor protector contra la depresión, mientras que la
disfuncionalidad familiar puede aumentar la vulnerabilidad a la depresión en jóvenes de diferentes
edades y contextos. De la misma forma, Serna et al. (2020) demostró que la depresión en los
adolescentes puede ser causada por familias disfuncionales.
Sin embargo, los resultados de Salinas et al. (2013) mostraron que no había diferencias estadísticamente
significativas al comparar los niveles de depresión y el funcionamiento familia. De lo que se puede
inferir de las variables de estudio, el funcionamiento familiar adolescente y la depresión tienden a
responder de manera diferente dependiendo de cada realidad o cultura a la que se pertenece. Con base
en lo anterior, se puede concluir que el contexto familiar influye significativamente en las personas
durante su adolescencia porque les impide responder a situaciones cotidianas.
La familia, como grupo dinámico y flexible, está en constante cambio, lo que requiere el desarrollo de
la capacidad de adaptación a diferentes situaciones influenciadas por el contexto externo y los cambios
en la propia familia. Por lo tanto, los resultados muestran que la falta de redes de apoyo en la dinámica
familiar de los jóvenes afecta su desarrollo en torno a procesos psicosociales, lo cual es peligroso porque
es un factor de riesgo para la depresión u otras conductas suicidas, la forma en que un adolescente
expresa y recibe afecto incide en la manifestación de la depresión en contexto del presente estudio. En
este sentido, Urbańska et al. (2024) y Huang, et al. (2022) demostraron que el funcionamiento familiar
positivo, caracterizado por fuertes vínculos emocionales, adaptabilidad y buena comunicación, puede
reducir la probabilidad de que los adolescentes desarrollen depresión u otros problemas emocionales,
por el contrario, un mal funcionamiento familiar puede aumentar el riesgo de depresión en los
adolescentes.
La familia es el factor protector que tiene una persona y puede convertirse en un factor de riesgo si en
ella surgen problemas. Hoy en día, muchas familias están poniendo en peligro su capacidad de funcionar
y sobrevivir, lo que supone un factor de riesgo para el normal desarrollo de una persona joven. Los
pág. 11925
hallazgos presentados en este estudio y la literatura sugieren que el funcionamiento familiar, las
relaciones entre padres e hijos y los recursos emocionales del sistema familiar están estrechamente
relacionados con los síntomas depresivos de los adolescentes. Según Paredes y Vargas (2022) los
estudios han demostrado que la cohesión familiar se correlaciona negativamente con la depresión,
mientras que la baja adaptabilidad familiar y la mala comunicación familiar se asocian con la depresión
adolescente.
CONCLUSIONES
La investigación demostró que el funcionamiento familiar tiene un efecto significativo en la depresión
de los adolescentes, por lo cual, para reducir la depresión en adolescentes, es necesario aplicar
estrategias basadas en la literatura y experiencia, tales como brindar psicoeducación y apoyo a los
adolescentes con depresión. Esto incluye educarlos sobre su condición, ofrecerles apoyo emocional,
realizar intervenciones terapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia
interpersonal, la terapia sistémica familiar y la terapia de activación conductual.
Además, es de suma importancia la participación de los padres, en algunos casos, involucrar a los padres
en las sesiones de terapia puede ser beneficioso para los adolescentes con depresión. La participación
familiar puede mejorar la eficacia de los programas de tratamiento, por lo que estas estrategias deben
abarcar un enfoque holístico para abordar la depresión adolescente, centrándose en la terapia, el apoyo
social, modificaciones del estilo de vida y técnicas de autoayuda para mejorar los resultados de salud
mental.
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