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Asimismo, en el año 2023 Martins y colaboradores exponen el caso de un jugador de balonmano de 34
años con dolor crónico en la pierna izquierda tras un esguince de tobillo. Inicialmente, el paciente había
sufrido fracturas en la tibia y el peroné en 2011 y una reconstrucción del ligamento cruzado anterior en
2017, pero logró retornar a su actividad deportiva sin problemas después de una adecuada rehabilitación.
En enero de 2021, empezó a experimentar un dolor persistente en el tercio inferior de la pierna izquierda
que irradiaba al dorso del pie, empeorando con el ejercicio, especialmente en movimientos laterales. El
tratamiento inicial con analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), relajantes musculares,
pregabalina y parches de lidocaína no fue efectivo, afectando su capacidad de entrenamiento y juego. El
paciente fue evaluado con ultrasonido y se identificó un área engrosada del nervio peroneo superficial
(SPN), compatible con un neuroma o atrapamiento nervioso. Se realizó un primer bloqueo nervioso
guiado por ultrasonido, inyectando anestésicos locales, lo que redujo temporalmente el dolor en un 70-
80%. Tras tres días, el dolor reapareció parcialmente, por lo que se realizó un segundo bloqueo guiado,
añadiendo 0.5 ml de metilprednisolona y una hidrodisección del nervio con 10 ml de solución salina.
Este procedimiento de hidrodisección permitió separar el nervio de los tejidos circundantes, reduciendo
la presión sobre él y logrando un alivio completo del dolor, lo que permitió al atleta retomar sus
entrenamientos y competiciones sin molestias. Tres semanas después, presentó leves molestias por lo
que se decidió complementar el tratamiento con radiofrecuencia pulsada. En el seguimiento a los 3, 6,
12 y 24 meses, el paciente continuó libre de dolor y sin efectos secundarios ni complicaciones,
manteniendo su actividad deportiva sin restricciones (13).
De igual manera, las lesiones labrales superiores anterior-posterior (SLAP) son comunes en los atletas
que realizan movimientos repetitivos con el hombro, como los gimnastas que usan los anillos o los
lanzadores de béisbol. Los síntomas típicos incluyen dolor al elevar el hombro (14) (15), por ello la
hidrodisección puede ser un tratamiento favorecedor en este tipo de casos. En el año 2024, Omodami
presenta el caso de una gimnasta de 20 años que experimentó dolor crónico en el hombro izquierdo,
especialmente durante el "colmillo gigante" en los anillos, sin haber sufrido un traumatismo evidente.
La resonancia magnética inicial no mostró anomalías, y la rehabilitación no alivió sus síntomas, por lo
que tres meses después acudió a la clínica en busca de una evaluación más detallada. Durante el examen
físico, se detectó dolor en la parte anterosuperior del hombro al realizar una elevación máxima, y las