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Las competencias cognitivas comenzaron a desarrollarse de manera más sencilla, ya que los estudiantes
podían interactuar con contenidos dinámicos, participar en discusiones en línea y resolver problemas
con el apoyo de las herramientas digitales. No obstante, la brecha digital continuaba siendo un desafío
importante, específicamente en la zona rural y las comunidades con menos recursos, es decir, donde el
acceso a internet y los dispositivos móviles seguía siendo limitado.
En Ecuador, la adopción de plataformas educativas ha sido impulsada en parte por la pandemia de
COVID-19, que aceleró la transición hacia la educación a distancia. La situación puso de manifiesto la
necesidad de que los estudiantes adquirieran competencias digitales que les permitieran navegar en un
entorno educativo en línea con la capacidad de adaptarse a nuevas tecnologías se ha convertido en un
indicador clave del éxito académico y profesional en el siglo XXI.
Con la llegada de la pandemia del COVID-19 marcó un punto de inflexión en el uso de las plataformas
digitales en las instituciones educativas, ya que al suspenderse las clases presenciales, las instituciones
se vieron en la obligación de adoptar rápidamente las plataformas de enseñanza en línea para continuar
con el proceso educativo, es decir, la emergencia de salud acelero la digitalización del sistema educativo
a través de las oportunidades como los desafíos de las plataformas educativas.
Durante este periodo, plataformas como Zoom, Google Classroom, Microsoft Teams y otras
herramientas de gestión de aprendizaje se convirtieron en herramientas esenciales para la enseñanza a
distancia, donde los docentes tuvieron que adaptarse rápidamente a la tecnología, dando lugar a una
curva de aprendizaje brusca tanto para docentes como estudiantes. Por tal razón, el aprendizaje
cognitivo se transformó, ya que los estudiantes comenzaron a interactuar con más frecuencia con
contenidos digitales, lo que les permitió desarrollar nuevas competencias como la autonomía, el
aprendizaje, la resolución de problemas en entornos virtuales y la colaboración remota.
La flexibilidad de los recursos educativos digitales permite adaptar el aprendizaje a las necesidades
individuales de los estudiantes (Morrillo, C., Palacios, G, 2024), lo que permite avanzar a su propio
ritmo y explorar la calidad educativa.
Sin embargo, la pandemia también dejo desigualdades en el acceso a la tecnología, ya que muchos
estudiantes de áreas rurales no tenían acceso a internet o al menos un dispositivo electrónico adecuados