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análisis detallado de los datos revela que aún persisten desafíos que deben ser abordados para alcanzar
una interconexión totalmente efectiva y resiliente.
En primer lugar, la disponibilidad de los enlaces de internet muestra variaciones entre las diferentes
sedes. Mientras que El Pangui y Lago Agrio presentan niveles de disponibilidad superiores al 99% en
la mayoría de los meses, la sede de CEIPA experimenta fluctuaciones notables, con periodos donde la
disponibilidad desciende hasta el 76.92%. Este comportamiento sugiere que, aunque la implementación
de VPN y enlaces redundantes ha sido efectiva en general, existen factores adicionales que afectan la
operatividad en ciertas sedes.
La alta frecuencia de caídas y tiempos de inactividad en CEIPA indica que, además de las soluciones
tecnológicas implementadas, la estabilidad del suministro eléctrico y la infraestructura local
desempeñan un papel crucial en la continuidad de los servicios. Las interrupciones en el suministro
eléctrico pueden ocasionar caídas en los sistemas de red y afectar negativamente la disponibilidad de
los servicios críticos. Por lo tanto, es evidente que la infraestructura energética es un componente
esencial que debe ser considerado en el diseño y mantenimiento de la red institucional.
Además, el número de alertas generadas por Zabbix en CEIPA es significativamente mayor en
comparación con las otras sedes, lo que refuerza la necesidad de fortalecer el monitoreo y el
mantenimiento preventivo en esta ubicación. La alta incidencia de alertas podría estar relacionada con
problemas recurrentes en la infraestructura de red o con la falta de redundancia en componentes críticos.
Otro aspecto relevante es que, si bien la implementación de VPN ha mejorado la seguridad y ha
permitido una gestión centralizada, la interconexión no ha alcanzado aún su máximo potencial. La
variabilidad en el desempeño entre sedes indica que la efectividad de la interconexión depende de un
conjunto de factores más amplio que incluye no solo las tecnologías de red utilizadas sino también la
infraestructura física, el mantenimiento continuo y la gestión de riesgos asociados a factores externos.
La presencia de riesgos como la inestabilidad del suministro eléctrico y la necesidad de energía
redundante sugiere que, para garantizar un ecosistema de red robusto y confiable, es necesario adoptar
un enfoque integral que incluya soluciones como sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS),
generadores de respaldo o incluso fuentes de energía alternativas como paneles solares.