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Cabe mencionar que para Fray Domingo era importante la codificación de normas a partir del uso de
las lenguas, y reconoce que no puede haber una equivalencia exacta entre las construcciones de las
lenguas latina, castellana y quechua, por lo que en su gramática encontraremos reglas que no hay en la
lengua castellana y/o en la latina. Añade a ello que no puede acudir al criterio de las autorías al no existir
tradición literaria en quechua, por lo que está desprovista de la información y opinión que podrían
proporcionar ilustres plumas de esa cultura, constata Martino Alba, P., (2015), en su artículo sobre las
aportaciones lingüísticas y literarias de Fray Domingo de Santo Tomás, O.P. de la traducción sin
original textualizado a las fuentes documentales.
Así como Fray Domingo de Santo Tomás aportó eventos importantes que forman parte del origen de la
traducción en otros países; sabemos que cada país tiene su propia historia acerca de cómo surgió esta
área; la historia de la traducción en México, tuvo sus orígenes desde la conquista de los españoles,
desde la llegada de Hernán Cortés, en donde se dio por primera vez la traducción-interpretación, por
Malitzin quien era India Azteca, mejor conocida como "La Malinche", es un símbolo del mestizaje de
las culturas y fue la primera intérprete americana, éste personaje tuvo una gran influencia en dicho
periodo. "El español de México acuñó el término' malinchismo', aquel personaje asumió una buena
actitud ante el extraño. La frase lapidaria traduttore, traditore se rige en este caso como una verdad
incuestionable". Señala Serrano Coronado, T., (2013) p. 114. Malinalli, Malitzin, la Malinche o doña
Marina nació en 1502 en un pueblo cerca de Coatzacoalcos, de niña, fue vendida a mercaderes de
esclavos como propiedad de los tabasqueños, pasó a formar parte de un grupo de veinte mujeres que le
fueron regaladas a Cortés en 1519, en el reparto acostumbrado le tocó como amo a don Alonso
Hernández de Portocarrero; en un encuentro con los mexicas, Malinalli sirvió de traductora.
Bernal Díaz del Castillo (1986) citado en Bastin, G., (2003), cuenta que Cortés llegó a utilizar
simultáneamente los servicios de tres intérpretes: le hablaba castellano a Aguilar, quien traducía al maya
para los yucatecas; la Malinche se encargaba de interpretar del maya al náhuatl para los mexicas,
Orteguita y un muchachito mexica, era quienes verificaban que lo que se decía era lo que quería decir
Cortés; de esta manera tuvo sus primeros inicios la traducción en México, tras estos hechos relevantes,
esta área fue tomando mayor interés en la vida cotidiana, ya que fueron surgiendo más personas que
hacían el papel de traductor-intérprete, cabe mencionar que su conocimiento era adquirido; sin embargo,