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Al integrar un enfoque sociocultural con estrategias metacognitivas, el programa de intervención
permite que los estudiantes asuman una posición activa en el proceso de comprensión lectora,
estableciendo relaciones significativas entre sus conocimientos previos y el contenido de los textos que
leen (Cassany, 2013). Este tipo de intervención en el aula de clase resulta especialmente pertinente en
contextos como el colombiano, donde la mejora en el desempeño en lectura crítica se convierte en una
prioridad educativa a nivel nacional. La implementación de estrategias metacognitivas no solo responde
a la necesidad de elevar los resultados en pruebas estandarizadas, sino que también cumple una función
formativa en la educación de los estudiantes como individuos críticos y reflexivos, capaces de abordar
los textos de forma autónoma y evaluativa. En suma, este programa busca ofrecer una solución
pedagógica a la necesidad apremiante de fomentar una educación crítica, que no solo abarque la
comprensión literal, sino que prepare a los estudiantes para interactuar con el texto de una manera
analítica y reflexiva, contribuyendo al desarrollo integral de su pensamiento crítico.
Para sustentar este estudio, es fundamental comprender las teorías que abordan la lectura crítica y las
estrategias metacognitivas desde diferentes perspectivas. En primer lugar, el enfoque cognitivo se centra
en los procesos mentales implicados en la comprensión lectora, tales como la percepción, la memoria,
el razonamiento y la resolución de problemas (Hernández, 1999). Este enfoque considera que el lector
no solo descifra las palabras, sino que también integra la nueva información con sus conocimientos
previos, lo cual facilita la construcción de un aprendizaje significativo. Según Sánchez y Maldonado
(2008), el enfoque cognitivo propone que la comprensión lectora es un proceso activo, donde el lector
construye significados a partir de la información explícita e implícita en el texto. Este proceso es esencial
para el desarrollo de la lectura crítica, ya que permite al lector identificar relaciones, inferir intenciones
y elaborar juicios sobre el contenido. En este sentido, las estrategias metacognitivas que se plantean en
el estudio permiten al lector gestionar y optimizar su propio proceso de comprensión, mediante
actividades de monitoreo y ajuste constante de sus habilidades lectoras, contribuyendo a un aprendizaje
autónomo y autorregulado (Flavell, 1979).
Además del enfoque cognitivo, la metacognición constituye otro pilar teórico relevante para este estudio.
El concepto de metacognición, introducido por John Flavell en 1979, se refiere al conocimiento y control
consciente que una persona tiene sobre sus propios procesos de pensamiento y aprendizaje. En el