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INTRODUCCIÓN
La prevalencia de obesidad y sobrepeso aumentó un 300% en las últimas cuatro décadas, en México en
la encuesta ENSANUT 2018 el 35.5% de niños presentó algún grado de obesidad (Ramos-Sánchez , y
otros, 2022). De no realizar alguna intervención se calcula que los niños con obesidad mantendrán su
condición en la adolescencia y en la edad adulta provocando enfermedades crónico-degenerativas y
mayor costo social y sanitario (Nazar-Carter, y otros, 2022).
La obesidad puede ser generada por la presencia de enfermedad endocrina o la combinación de factores
ambientales (desproporción de la ingesta calórica, estilo de vida sedentaria); genéticos (genes
involucrados en la regulación del apetito y el gasto de energía); psicológicos (consumo de alimentos en
forma de recompensa, desvió de problemas, carencias, tristezas, frustraciones, inseguridades, estrés o
aburrimiento) y familiares (entorno social, adquisición de hábitos nutricionales, gustos y forma de
consumo de alimentos) (Ramos-Sánchez , y otros, 2022) (Muñoz-Muñoz & Arango-Álzate, 2017)
(Ayala, Monge-Rojas, King, Hunter, & Berge, 2021).
Los padres de familia impactan de forma positiva o negativa en las actitudes, creencias y
comportamientos de sus hijos, creando buenos o malos hábitos alimentarios, mediante las prácticas de
alimentación que llevan a cabo. Se define a las prácticas de alimentación como los comportamientos
específicos que se tienen con los hijos a la hora de comer, utilizando técnicas de negociación, persuasión,
restricción, recompensa o presiones a través de premios no alimentarios; éstas cambian según la cultura
y tradición de cada familia, tipo y características del lugar donde viven, distribución de los alimentos y
creencias sobre cada alimento disponible, dichas prácticas se relacionan con el estado nutricional de los
menores (Beckers, Karssen, Vink, Burk, & Larsen, 2021) (Wang, y otros, 2023).
El Cuestionario Integral de Prácticas maternas de Alimentación (CIPA) con 49 preguntas, dividido en
12 practicas: control del hijo, regulación emocional, fomentar balance y variabilidad, medio ambiente
saludable, alimento como recompensa, involucramiento, modelaje, monitoreo, presión para comer,
restricción por salud, restricción por control de peso, enseñanza con respecto a la nutrición, validado
en población mexicana con un alfa de Cronbach mayor a 0.6 (Ángel-García, Flores-Peña, Trujillo-
Hernández, Áviila-Alpirez, & Gutiérrez-Valverde, 2021) (Saltman, y otros, 2018).