TENDENCIAS Y NUEVOS MANEJOS
FARMACOLÓGICOS DE LA PANCREATITIS
AGUDA. REVISIÓN DE LA LITERATURA
TRENDS AND NEW PHARMACOLOGICAL TREATMENTS
OF ACUTE PANCREATITIS. LITERATURE REVIEW
Md. Dayana Paola Vasquez Armijos
Médico Rural de Centro de Salud Rio Balao
Md. Angie Nicole Pineda Ramírez
Investigadora Independiente
Md. Maite Salomé Pineda Ramírez
Investigadora Independiente
Md. Joel Alexander Parra Ullauri
Investigador Independiente
Md. Jorge David Robalino Pailiacho
Investigador Independiente
Md. Karen Michelle Núñez Llagua
Investigadora Independiente
pág. 765
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.14801
Tendencias y nuevos manejos farmacológicos de la pancreatitis aguda.
Revisión de la literatura
Md. Dayana Paola Vasquez Armijos
pao9816@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-0302-215X
Médico Rural de Centro de Salud Rio Balao
Guayaquil, Ecuador
Md. Angie Nicole Pineda Ramírez
a.nicole147@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-2962-7883
Investigadora Independiente
Imbabura, Ecuador
Md. Maite Salomé Pineda Ramírez
m.salome98@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-1413-0939
Investigadora Independiente
Imbabura, Ecuador
Md. Joel Alexander Parra Ullauri
joeltau132@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-4544-8122
Investigador Independiente
Machala, Ecuador
Md. Jorge David Robalino Pailiacho
jorger5377@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-6326-0515
Investigador Independiente
Riobamba, Ecuador
Md. Karen Michelle Núñez Llagua
michelle3065069@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-8510-3119
Investigadora Independiente
Riobamba, Ecuador
RESUMEN
La pancreatitis aguda es un trastorno intracelular que lleva a la inflación y necrosis del órgano, afectando
a la salud integral del ser humano. Con múltiples causas y afectando a una cantidad considerable de
personas al año, el diagnóstico usa la clínica, exámenes de laboratorio y de imagenología considerando
la clasificación de Atlanta de 1992 y posterior los escores de severidad. El tratamiento se basa en
reposición hídrica, reposo gástrico, analgesia y resolución de la causa. El conocer las nuevas tendencias
y manejos farmacológicos para la pancreatitis aguda es de mucha ayuda ya que continúa siendo un
desafío debido a la ausencia de terapias farmacológicas específicas aprobadas, a pesar de que siempre
se debe individualizar la atención del paciente.
Palabras clave: pancreatitis aguda, antioxidantes, tratamiento farmacológico
pág. 766
Trends and new pharmacological treatments of acute pancreatitis.
Literature review
ABSTRACT
Acute pancreatitis is an intracellular disorder that leads to inflammation and necrosis of the organ,
affecting the overall health of the human being. With multiple causes and affecting a considerable
number of people per year, the diagnosis uses clinical, laboratory and imaging tests considering the
Atlanta classification of 1992 and subsequent severity scores. The treatment is based on fluid
replacement, gastric rest, analgesia and resolution of the cause. Knowing the new trends and
pharmacological management for acute pancreatitis is very helpful since it continues to be a challenge
due to the absence of specific approved pharmacological therapies, although patient care must always
be individualized.
Keywords: acute pancreatitis, antioxidants, drug treatment
Artículo recibido 09 noviembre 2024
Aceptado para publicación: 13 diciembre 2024
pág. 767
INTRODUCCIÓN
La pancreatitis aguda es un trastorno intracelular de las células pancreáticas mediado por el calcio que
puede llevar a la inflación y posterior necrosis del órgano, afectando a la salud integral del ser humano.
Dentro de las causas encontradas están la presencia de cálculos, traumatismos, asociada a la ingesta de
algunos medicamentos, abuso de alcohol, presencia de niveles elevados de triglicéridos, parásitos, entre
otras (Álvarez-Aguilar & Dobles-Ramírez, 2019).
Esta patología presenta una incidencia de aproximadamente 13-45 casos/100.000 habitantes/año,
llevando a la hospitalización en la mayor de los casos y a la mortalidad en un porcentaje de 5-10%
cuando su evolución se torna grave (Guidi et al., 2019). Afecta principalmente a adultos a partir de la
sexta década de la vida (Muñoz et al., 2023)
El diagnóstico precoz utilizando la clínica, exámenes de laboratorio y de imagenología puede ayudar a
disminuir las complicaciones de la patología al igual que realizar los escores de severidad, los más
conocidos son APACHE y RANSON (Boadasa et al., 2015). Para posterior realizar la clasificación de
Atlanta de 1992, que hasta el momento sigue en videncia (Nieto & Rodriguez, 2010).
El tratamiento se basa en monitorización del paciente mediante la hospitalización y en algunas ocasiones
la colocación en la unidad de cuidados intensivos, reposo gástrico, apoyo analgésico, y la resolución de
la causa que provoca la patología, esto puede llevar al uso de cirugia, antibióticos, fármacos y enzimas
pancreáticas (Alarcón, Loreto, & Tajmuch, 2008).
El conocer las nuevas tendencias y manejos farmacológicos para la pancreatitis aguda es nuestro
objetivo al realizar esta investigación, ya que al momento la mayor parte del plan terapéutico es el ya
señalado, sin embargo, existen nuevos acercamientos farmacológicos que pueden llevarnos a resultados
más eficientes, que ya comienzan a usarse en algunas guías alrededor del mundo (Nieto & Rodriguez,
2010).
METODOLOGÍA
Se realizó búsqueda en Pubmed, Web Of Science, Cochrane con los términos indexados en español:
“tendencias”, “tratamiento farmacológico” y “pancreatitis aguda”, junto a sus términos indexados en
inglés: “trends”, “drug treatment” and “acute pancreatitits”. Se seleccionan los artículos relacionados a
las tendencias y nuevos manejos farmacológicos de la pancreatitis aguda.
pág. 768
RESULADOS
Dado que no hay terapias farmacológicas aprobadas, el manejo de la PA es principalmente de apoyo. A
pesar de los intentos de mejorar los componentes del tratamiento de apoyo, hasta el momento no existen
medicamentos que puedan suprimir la potente cascada inflamatoria asociada a esta patología. Por lo
tanto, la mayoría de las guías clínicas enfatizan la importancia de predecir y evaluar la gravedad de la
PA, para asignar a los pacientes al nivel adecuado de atención (Tenner et al., 2013). Esto incluye la
administración de cuidados de soporte, como la reanimación con líquidos intravenosos (IV) y nutrición
enteral, así como el tratamiento de la causa subyacente y las complicaciones, utilizando
colangiopancreatografía retrógrada endoscópica urgente, colecistectomía temprana, uso selectivo de
antibióticos e intervenciones para colecciones líquidas pancreáticas en fases avanzadas de la enfermedad
(generalmente después de las primeras cuatro semanas) (Working Group IAP/APA Acute Pancreatitis
Guidelines, 2013).
Reanimación con líquidos
Se recomienda Ringer lactato para la reanimación inicial en pacientes con PA. La terapia intravenosa
dirigida a objetivos se realiza con una dosis inicial de 5 a 10 ml/kg/h hasta alcanzar las metas de
reanimación (Crockett et al., 2018). La respuesta a la reanimación puede evaluarse a través de: 1)
objetivos clínicos no invasivos como frecuencia cardíaca <120/min, presión arterial media entre 65 y 85
mmHg y diuresis >0,5 a 1 mL/kg/h; 2) objetivos clínicos invasivos, como la variación del volumen
sistólico y la medición del volumen sanguíneo intratorácico; y 3) parámetros bioquímicos, como un
hematocrito entre el 35% y 44%. Es fundamental proporcionar una rehidratación intravenosa temprana
y agresiva a todos los pacientes, excepto a aquellos con comorbilidades cardíacas o renales (Tenner,
Baillie, DeWitt, & Vege, 2013).
Manejo del dolor
El dolor abdominal es un síntoma predominante en pacientes con PA y se maneja con antiinflamatorios
no esteroides (AINE) y opioides, como buprenorfina, petidina, pentazocina, fentanilo y morfina. El
control del dolor sigue la escalera analgésica de la OMS, que consta de cuatro pasos: Paso 1, AINE;
Paso 2, opioides de baja potencia ± AINE ± coadyuvantes; Paso 3, opioides de alta potencia ± AINE ±
coadyuvantes; y Paso 4, tratamientos intervencionistas ± opioides de alta potencia ± AINE ±
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coadyuvantes (Basurto, Rigau, & Urrútia, 2013).
Nutrición
Los pacientes con PA presentan un riesgo significativo de desnutrición, por lo que requieren soporte
nutricional. Según las guías de la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN), en
casos leves de PA se recomienda una dieta oral baja en grasas, ya que la alimentación temprana reduce
la duración de la estancia hospitalaria comparado con la alimentación convencional (después de la
resolución de los síntomas). En pacientes intolerantes a la alimentación oral, se prefiere la nutrición
enteral (NE) sobre la nutrición parenteral (NP), ya que la NE está asociado a menores complicaciones,
insuficiencia multiorgánica y mortalidad. La NE debe iniciarse dentro de las primeras 24 a 72 horas tras
el ingreso y se administra generalmente a través de una sonda nasogástrica. Si hay intolerancia digestiva,
se opta por la administración nasoyeyunal (Arvanitakis et al., 2020).
Uso de antibióticos
Las complicaciones infecciosas, como bacteriemias, infecciones urinarias y neumonía, aumentan el
riesgo de mortalidad en pacientes con PA. Estas infecciones suelen aparecer en los primeros días de
hospitalización, por lo que requieren tratamiento inmediato. Además, las infecciones extrapancreáticas
se asocian con mayor mortalidad. Los antibióticos deben administrarse cuando se sospeche una
infección mientras se determina su origen; sin embargo, deben suspenderse si no se confirma una fuente
infecciosa en los cultivos (Besselink et al., 2009; Jiang et al., 2020; Lankisch, Apte, & Banks, 2015).
Nuevas tendencias y enfoques farmacológicos
Antioxidantes
El estrés oxidativo juega un papel crucial en diversas afecciones inflamatorias, como la pancreatitis
aguda (PA). Por ello, se ha explorado la suplementación con antioxidantes como posible terapia para el
tratamiento de la PA (Johnson, 2007).
Apigenina
La apigenina (4,5,7-trihidroxiflavona), derivada de plantas, posee propiedades antiinflamatorias,
antioxidantes, antialérgicas, antiosteoporóticas y anticancerígenas (García-Lafuente et al., 2009). En un
estudio con ratas Wistar, la administración oral de apigenina mejoró varios parámetros de inflamación
y redujo la actividad de la mieloperoxidasa (Lampropoulos et al., 2013). Otro estudio mostró que la
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apigenina disminuyó significativamente los niveles de TNF-α y previno la necrosis pancreática en
modelos de PA, lo que respalda su potencial como terapia complementaria. Se requieren estudios
clínicos adicionales para evaluar su uso en la práctica clínica (Charalabopoulos et al., 2019).
Glicirrizina
El ácido glicirretínico, también conocido como glicirrizina (GL), es un edulcorante natural con
propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. En estudios experimentales con ratas con PA inducida,
el tratamiento con GL redujo de manera significativa la actividad de mieloperoxidasa y los niveles de
malondialdehído en los tejidos pancreáticos, mejorando notablemente la necrosis acinar, hemorragia y
edema (Yildirim et al,, 2013). Asimismo, otros estudios preclínicos han reportado la disminución de
TNF-α e IL-6 séricos, junto con una modulación positiva de la proteína HMGB1, lo que sugiere que GL
puede mejorar las lesiones pancreáticas (Pan, 2014).
Vitamina C
La vitamina C, un antioxidante esencial en el plasma humano, ha sido estudiada en pacientes con PA,
quienes mostraron niveles significativamente bajos de vitamina C y ácido ascórbico, sugiriendo su
administración como una posible intervención (Scott et al., 1993). Sin embargo, un ensayo clínico con
antioxidantes intravenosos, incluyendo vitamina C, no mostró una mejora significativa en la disfunción
orgánica, e incluso sugirió un mayor riesgo de complicaciones en el grupo de antioxidantes. Por lo tanto,
la evidencia actual sobre su uso en la PA es inconclusa, y se necesitan estudios más sólidos para validar
su efectividad.
Glutamina
La glutamina, el aminoácido libre más abundante en el cuerpo, juega un papel vital en varias funciones
biológicas. En pacientes críticamente enfermos, se ha observado una disminución en los niveles de
glutamina plasmática, asociada con una mayor mortalidad en la UCI. Un ensayo clínico con
suplementación enteral de glutamina en pacientes con PA grave no mostró una mejora significativa en
la mortalidad ni en la infección de necrosis (Arutla et al., 2019). Sin embargo, se observó una mejora en
la permeabilidad intestinal y el estrés oxidativo, lo que indica un posible beneficio. Un metaanálisis
reciente señaló que la suplementación con glutamina reduce las complicaciones infecciosas y la estancia
hospitalaria, aunque no mostró un efecto significativo en la mortalidad. Según las recomendaciones de
pág. 771
ESPEN, la glutamina parenteral no está indicada en pacientes con PA grave, pero puede considerarse
cuando la nutrición enteral no es viable (Jeurnink et al., 2015).
Anticoagulantes
La coagulación y la inflamación están interrelacionadas y pueden contribuir a la patogénesis temprana
de la PA (Dumnicka et al., 2017).
Heparina
La heparina de bajo peso molecular (HBPM) no solo posee actividad antitrombótica, sino también
antiinflamatoria. Su administración mejora la microcirculación pancreática y reduce la formación de
microtrombos. Además, la HBPM disminuye el rodamiento leucocitario y bloquea la adhesión
leucocitaria inhibiendo las moléculas de adhesión celular (Tozlu et al., 2019; Salas et al., 2000). Estudios
clínicos han demostrado que la HBPM reduce significativamente las complicaciones locales y
sistémicas en pacientes con PA grave, aunque no se observó una diferencia en la mortalidad (Xu & Dai,
2010; Evangelista et al., 1992). Un metaanálisis de 16 ensayos aleatorizados destacó una reducción
significativa en la mortalidad, estancia hospitalaria, insuficiencia orgánica y tasa de cirugía en pacientes
tratados con HBPM (Qiu et al., 2019).
Proteína C activada
La proteína C activada (PCA), un anticoagulante endógeno con propiedades antiinflamatorias no mostró
beneficios significativos en pacientes con PA en estudios controlados, y de hecho, retrasó la
recuperación de la coagulopatía (Kyhälä et al., 2016).
Dabigatrán
El dabigatrán, un inhibidor eficaz de la tripsina está siendo investigado como una opción terapéutica
para la PA. Actualmente, se está llevando a cabo un ensayo clínico para evaluar su seguridad y eficacia
(Mayo Clinic, 2022).
Inhibidores de proteasa
Los inhibidores de proteasa bloquean la activación prematura de la tripsina, un evento crucial en la
patogénesis temprana de la pancreatitis aguda (PA), lo que los convierte en una opción terapéutica
prometedora.
pág. 772
Ulinastatina
La ulinastatina, un inhibidor natural de la tripsina derivado de la orina de adultos sanos ha sido estudiada
principalmente en Japón, India y China para tratar la pancreatitis aguda grave (PAG). Aunque la
evidencia clínica es limitada, especialmente en pacientes con disfunción orgánica, estudios
retrospectivos han mostrado resultados positivos (Lagoo et al., 2018). Un análisis en pacientes con
pancreatitis grave moderada o grave reveló que el tratamiento con ulinastatina redujo la mortalidad
hospitalaria, la disfunción orgánica de nueva aparición y aceleró la resolución de disfunciones existentes
en comparación con el grupo de control (He & Zhang, 2020). Otro estudio encontró que dosis más altas
de ulinastatina (400,000 y 600,000 UI) redujeron significativamente el recuento de leucocitos y la
mortalidad, con una mejoría más rápida del dolor abdominal en comparación con dosis más bajas (Pan
et al., 2017).
Además, la combinación de ulinastatina con somatostatina ha demostrado ser eficaz para mejorar la
función intestinal, la inmunidad y reducir las complicaciones en pacientes con pancreatitis grave. Los
niveles de citocinas inflamatorias y factores relacionados con la función endotelial fueron más bajos en
el grupo tratado con ambos fármacos, y se observó una recuperación más rápida de la función
gastrointestinal y una estancia hospitalaria más corta (Xu et al., 2019).
Gabexato
El gabexato es un inhibidor sintético de serina proteasa que mejora la microcirculación en modelos
experimentales de pancreatitis aguda (Chen, Hwang, & Chen, 1996). En un estudio clínico, la
combinación de somatostatina con ulinastatina y gabexato redujo significativamente las citocinas
inflamatorias, pero el gabexato no mostró beneficios adicionales significativos en comparación con otros
tratamientos combinados (Wang et al., 2016).
Agentes antisecretores
La pancreatitis aguda se caracteriza por una autodigestión pancreática mediada por enzimas, lo que hace
que los agentes antisecretores sean una opción terapéutica plausible, ya que la sobreestimulación del
páncreas exocrino exacerba los síntomas (Kambhampati, Park, & Habtezion, 2014).
Somatostatina y octreotida
La somatostatina, una hormona peptídica con efectos inhibitorios sobre la motilidad gastrointestinal y
pág. 773
las secreciones pancreáticas, tiene una vida media corta, por lo que se desarrolló la octreotida, una
versión sintética de mayor duración. Sin embargo, la evidencia clínica ha mostrado que ni la
somatostatina ni la octreotida son eficaces en el tratamiento de la pancreatitis aguda (Rai et al., 2015;
Bang et al., 2008).
Antiinflamatorios e inmunomoduladores
El desequilibrio en la respuesta inflamatoria durante la pancreatitis aguda puede conducir a
complicaciones graves. Por ello, los antiinflamatorios e inmunomoduladores juegan un papel crucial en
el tratamiento de pacientes con pancreatitis aguda grave (PAG) (Munir et al., 2020).
Lexipafant
Lexipafant, un antagonista del receptor del factor activador de plaquetas (PAF), fue probado en un
ensayo clínico de fase 3, sin lograr reducir significativamente la insuficiencia orgánica en pacientes con
pancreatitis aguda (Johnson et al., 2001).
Pentoxifilina
La pentoxifilina, un inhibidor no selectivo de la fosfodiesterasa, reduce la inflamación mediante la
inhibición del TNF-α (Vege et al., 2015). Un estudio clínico sugirió que disminuye la estancia
hospitalaria en pacientes con pancreatitis aguda grave pronosticada (PAGp), sin efectos adversos
significativos, aunque un ensayo posterior no mostró una superioridad clara sobre el placebo (Vege et
al., 2020).
Infliximab
El infliximab, un anticuerpo monoclonal dirigido contra el TNF-α, está siendo evaluado en ensayos
clínicos en curso para determinar su eficacia en el tratamiento de la pancreatitis aguda (Mukherjee et
al., 2019).
Células madre
Las células madre mesenquimales (MSC) están siendo investigadas como un enfoque terapéutico
novedoso debido a su capacidad inmunomoduladora y regenerativa. Ensayos clínicos evalúan su eficacia
en pacientes con pancreatitis aguda moderada a grave (Ahmed et al., 2018; Nishita et al., 2017).
pág. 774
Otras terapias
Nanomedicina
La nanomedicina, que utiliza nanopartículas para la administración dirigida de fármacos, ha mostrado
resultados prometedores en modelos experimentales de pancreatitis aguda, reduciendo la inflamación y
el daño oxidativo (Yao et al., 2020).
Inhibidores de canales de calcio
El inhibidor de canales de calcio Orai1, CM4620, ha demostrado reducir la inflamación y la lesión
pancreática en estudios preclínicos. Ensayos clínicos están evaluando su seguridad y eficacia en
pacientes con pancreatitis aguda y síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS) (Waldron et al.,
2019; Khurana et al., 2019).
Inhibidores de la autofagia
La inhibición de la autofagia, proceso clave en la pancreatitis aguda, ha mostrado resultados positivos
en estudios preclínicos con espautina-1 y su derivado espautina-A41, que mejoran la severidad de la
enfermedad en modelos experimentales (Dong et al., 2019).
Corticosteroides
Los corticosteroides han sido evaluados como tratamiento para la pancreatitis aguda grave. Un
metaanálisis mostró que reducen la mortalidad y la estancia hospitalaria. Sin embargo, informes de casos
sugieren la necesidad de reevaluar su uso debido a posibles riesgos (Li et al., 2021; Nango et al., 2018).
Inhibidores de la bomba de protones
Aunque los inhibidores de la bomba de protones (IBP) se usan comúnmente en pacientes con pancreatitis
aguda, la evidencia clínica sobre su eficacia es contradictoria. Algunos estudios sugieren beneficios
limitados, mientras que otros reportan una posible asociación con el desarrollo de complicaciones como
pseudoquistes pancreáticos (Demcsák et al., 2020; Zhang et al., 2021).
DISCUSIÓN
En el manejo de la pancreatitis aguda (PA), la falta de terapias farmacológicas aprobadas ha hecho que
el tratamiento se enfoque principalmente en el soporte clínico y la resolución de complicaciones. Este
abordaje destaca la importancia de predecir y evaluar la severidad de la enfermedad para guiar el
tratamiento (Tenner et al., 2013). A pesar de los esfuerzos, no existen medicamentos efectivos que
pág. 775
puedan detener la cascada inflamatoria característica de la PA, lo que refuerza la relevancia de
intervenciones de soporte temprano, como la reanimación con líquidos intravenosos, la nutrición enteral,
y el manejo oportuno de las complicaciones, como la colecistectomía temprana y el uso selectivo de
antibióticos. Este enfoque integral se ha mantenido como el estándar de cuidado a falta de tratamientos
más específicos (Working Group IAP/APA Acute Pancreatitis Guidelines, 2013).
La reanimación con líquidos es fundamental en el manejo inicial de la PA, y la solución de Ringer
lactato es la recomendada por las guías clínicas debido a sus beneficios sobre otros tipos de soluciones.
La dosis debe ajustarse para evitar la hipovolemia o sobrecarga de fluidos, ya que ambas situaciones
pueden empeorar el pronóstico del paciente (Crockett et al., 2018). La evaluación de la respuesta al
tratamiento se realiza mediante parámetros clínicos y bioquímicos, lo que permite adaptar la terapia en
función de las necesidades individuales del paciente. No obstante, es crucial evitar una rehidratación
excesiva en pacientes con comorbilidades, como enfermedades cardíacas o renales, lo que añade
complejidad al manejo (Tenner et al., 2013).
El control del dolor es otro pilar en el tratamiento de la PA, ya que el dolor abdominal es uno de los
síntomas más debilitantes. La estrategia analgésica sigue un enfoque escalonado, comenzando con
antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y avanzando a opioides de mayor potencia según la gravedad
del dolor. Sin embargo, el uso prolongado de opioides plantea preocupaciones debido al riesgo de
efectos secundarios y dependencia, lo que ha motivado la búsqueda de alternativas, incluyendo técnicas
intervencionistas y coadyuvantes para mejorar el manejo del dolor sin aumentar el riesgo de
complicaciones (Basurto, Rigau, & Urrútia, 2013).
En cuanto a la nutrición, la PA impone un riesgo significativo de desnutrición debido al estado
hipermetabólico asociado a la inflamación y el estrés orgánico. Las guías actuales favorecen la nutrición
enteral temprana en comparación con la nutrición parenteral, ya que la primera reduce las
complicaciones y mejora los resultados clínicos. La alimentación enteral se debe iniciar en las primeras
24 a 72 horas en pacientes que no toleren la vía oral, prefiriéndose el uso de sondas nasogástricas o
nasoyeyunales. A pesar de los beneficios de este enfoque, aún se discute la dosis óptima y la forma más
efectiva de administrar la nutrición en pacientes con pancreatitis severa (Arvanitakis et al., 2020).
El uso de antibióticos en la PA sigue siendo un tema controvertido, ya que su administración profiláctica
pág. 776
no ha demostrado ser beneficiosa. Sin embargo, en los casos donde se sospechan infecciones
pancreáticas o extrapancreáticas, los antibióticos se utilizan de manera empírica mientras se confirma el
diagnóstico con estudios microbiológicos. Las infecciones secundarias, como neumonía o bacteriemia,
son una causa importante de mortalidad en pacientes con PA, por lo que el manejo agresivo de estas
complicaciones es esencial para mejorar el pronóstico (Besselink et al., 2009; Jiang et al., 2020).
En los últimos años, se han investigado diversas terapias farmacológicas como potenciales tratamientos
para la PA, incluyendo antioxidantes como la apigenina, glicirrizina y vitamina C (Johnson, 2007).
Aunque los estudios preclínicos en modelos animales han mostrado resultados prometedores, la
evidencia en humanos sigue siendo limitada o inconclusa (Lampropoulos et al., 2013). Por ejemplo, el
uso de antioxidantes no ha demostrado mejorar significativamente la función orgánica, y algunos
estudios han sugerido posibles riesgos asociados con su uso. Esto resalta la necesidad de ensayos clínicos
más sólidos para validar estas intervenciones (Yildirim et al., 2013).
Finalmente, el papel de los anticoagulantes y los inhibidores de proteasa ha generado interés debido a
su capacidad para interferir con procesos inflamatorios y de coagulación, ambos relevantes en la
patogénesis de la PA (Salas et al., 2000; Pan et al., 2017). Medicamentos como la heparina de bajo peso
molecular y la ulinastatina han mostrado beneficios en reducir las complicaciones sistémicas y mejorar
la microcirculación pancreática en modelos experimentales. Aun así, la evidencia clínica disponible es
insuficiente para recomendar su uso rutinario, y se requieren más investigaciones para definir su papel
en el tratamiento de la PA (Kambhampati, Park, & Habtezion, 2014). De igual forma los agentes
antisecretores, inhibores de los canales de calcio, corticoides e inhibidores de la bomba de protones son
terapias novedosas que requieren estudios más profundos (Zhang et al., 2021; Demcsák et al., 2020; Li
et al., 2021; Nango et al., 2018; Mukherjee et al., 2019).
CONCLUSIONES
El manejo de la pancreatitis aguda continúa siendo un desafío debido a la ausencia de terapias
farmacológicas específicas aprobadas, lo que obliga a centrar los esfuerzos en un tratamiento de soporte
adecuado y el control de complicaciones. La reanimación con líquidos, el manejo del dolor, la nutrición
enteral y el uso prudente de antibióticos siguen siendo los pilares terapéuticos actuales. Aunque existen
enfoques prometedores en investigación, como el uso de antioxidantes, anticoagulantes e inhibidores de
pág. 777
proteasa, la evidencia clínica aún es insuficiente para su implementación rutinaria. El avance en la
comprensión de la fisiopatología de la PA y la realización de ensayos clínicos sólidos serán cruciales
para el desarrollo de tratamientos más específicos que puedan mejorar los resultados en esta patología.
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