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El juego es una parte crucial del desarrollo infantil, ya que permite a los niños explorar y aprender de
forma creativa. Pensadores como Stern, Vygotsky, Steiner y Spencer han respaldado esta idea,
destacando cómo el juego ayuda a expandir la capacidad de aprendizaje de los niños, como explica Kritt
(2013), a través del juego, los niños amplían continuamente lo que se conoce como la zona de desarrollo
próximo. Además, el juego va más allá de un simple logro simbólico, ya que se origina a partir de las
ideas. Al inventar e imaginar situaciones, los niños se preparan para alinear adecuadamente los
significados que se les presentarán en la escuela.
Aunque el juego es vital en la infancia, también debe ser parte de la educación de los adolescentes para
seguir fortaleciendo sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales. La falta de actividades lúdicas
puede llevar a la desilusión y, a veces, al fracaso escolar. La presente investigación propone usar la
gamificación como una estrategia para abordar estos problemas y mejorar el rendimiento académico en
química. Según Quintanal-Pérez (2016), esta metodología facilita el aprendizaje de habilidades y
competencias de manera más efectiva.
La gamificación promueve un aprendizaje significativo, incrementa el interés en la materia, y fomenta
habilidades como el pensamiento crítico y el manejo de emociones. Al incorporar la gamificación, se
puede reducir la inactividad, mejorar la atención y hacer que los problemas sean más manejables.
Esta investigación tiene el objetivo de mejorar la enseñanza de química en la institución, especialmente
considerando que los resultados del INEVAL muestran un puntaje nacional de seiscientos noventa y
nueve sobre mil, inferior al necesario para alcanzar los aprendizajes requeridos. Más del 50% de los
estudiantes necesitan refuerzo adicional (INEVAL, 2024).
Implementar la gamificación puede no sólo mejorar el proceso educativo, sino también motivar a los
estudiantes y reducir la deserción, como indican Area y González (2015) y García-Martínez et al.
(2020). Las plataformas educativas y los juegos diseñados por los docentes pueden resultar efectivos y
motivadores, haciendo de esta investigación una propuesta valiosa para elevar la calidad educativa.
Se conoce que el juego tiene un papel crucial dentro del desarrollo integral de los niños, mediante el
juego, los jóvenes adquieren la capacidad de desconectarse de su realidad inmediata y transportarse a
otros mundos, en donde su imaginación les va a permitir alcanzar metas que, en su vida cotidiana,
podrían ser inalcanzables.