TENDENCIAS CURRICULARES
CONTEMPORÁNEAS
CONTEMPORARY CURRICULUM TRENDS
Anderson Mauricio Márquez Moreira
Universidad Estatal de Milagro, Ecuador
Rosa Angela Martínez Moncayo
Universidad Santander, México
pág. 1903
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.14949
Tendencias Curriculares Contemporáneas
Anderson Mauricio Márquez Moreira
1
amarquezm4@unemi.edu.ec
https://orcid.org/0009-0006-1790-3638
Universidad Estatal de Milagro
Ecuador
Rosa Angela Martínez Moncayo
rmartinez_rectorado@uemariauxiliadora.com
https://orcid.org/0009-0004-9379-4782
Universidad Santander
México
RESUMEN
Este documento aborda las tendencias curriculares contemporáneas, fundamentales para la adaptación
de los currículos escolares en los desafíos actuales. Estas tendencias, surgidas a finales del siglo XX,
responden a las necesidades educativas del siglo XXI y buscan mejorar la calidad de la educación
mediante enfoques innovadores y relevantes. Estas tendencias se basan en investigaciones y teorías
pedagógicas, permitiendo una visión multifacética del currículo que se adapta a las diversas necesidades
de los estudiantes. Entre las tendencias más relevantes se encuentran la descolonización del currículo,
que promueve la inclusión de perspectivas de grupos históricamente marginados; la flexibilidad
curricular, que permite modalidades de aprendizaje diversas; y el enfoque por competencias, centrado
en el desarrollo de habilidades prácticas. Además, se enfatiza la importancia de la educación
socioemocional y el aprovechamiento de las tecnologías digitales para enriquecer el aprendizaje. Como
conclusión se puede manifestar que, aunque estas tendencias ofrecen oportunidades significativas para
transformar la educación, su implementación efectiva requiere un esfuerzo colaborativo de todos los
actores educativos y una consideración cuidadosa de los contextos específicos de cada institución,
entendiendo que, las tendencias curriculares contemporáneas representan un camino hacia una
educación más inclusiva y pertinente, preparando a los estudiantes para enfrentar los retos de la
educación actual..
Palabras clave: tendencias curriculares, currículo escolar, enfoques pedagógicos, adaptación curricular,
competencias siglo XXI
1
Autor principal
Correspondencia: amarquezm4@unemi.edu.ec
pág. 1904
Contemporary Curriculum Trends
ABSTRACT
This document addresses contemporary curricular trends, fundamental for the adaptation of school
curricula to current challenges. These trends, emerging at the end of the 20th century, respond to the
educational needs of the 21st century and seek to improve the quality of education through innovative
and relevant approaches. These trends are based on research and pedagogical theories, allowing for a
multifaceted view of the curriculum that adapts to the diverse needs of students. Among the most
relevant trends are the decolonization of the curriculum, which promotes the inclusion of perspectives
from historically marginalized groups; curricular flexibility, which allows for diverse learning
modalities; and the competency-based approach, focused on the development of practical skills. In
addition, the importance of socio-emotional education and the use of digital technologies to enrich
learning is emphasized. In conclusion, it can be stated that, although these trends offer significant
opportunities to transform education, their effective implementation requires a collaborative effort from
all educational actors and careful consideration of the specific contexts of each institution,
understanding that contemporary curricular trends represent a path towards a more inclusive and
relevant education, preparing students to face the challenges of current education.
Keywords: curricular trends, school curriculum, pedagogical approaches, curricular adaptation, 21st
century competencies
Artículo recibido 02 octubre 2024
Aceptado para publicación: 18 noviembre 2024
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INTRODUCCIÓN
Las tendencias curriculares contemporáneas desempeñan un papel crucial en el ámbito educativo, ya
que buscan mejorar y adaptar los currículos escolares a los cambios y desafíos actuales (Beane, 1997).
Estas tendencias se basan en investigaciones, teorías y prácticas pedagógicas que permiten ver el
currículo desde diferentes enfoques y ayudan a construir concepciones que nos brindan diversas
posibilidades para crear un currículo que responda a las necesidades de los estudiantes (Hattie, 2009).
A lo largo de la historia han surgido variadas tendencias curriculares que han servido para atender los
problemas sociales y educativos de cada época. Sin embargo, la temática curricular es tan compleja,
debido a las múltiples variables que intervienen en la concreción curricular, de llevar la teoría a la
práctica, que se hace necesario reevaluar el alcance e impacto de las tendencias, o sí, debido a nuevos
cambios sociales, se deben plantear unas nuevas (Fullan, 2007).
El contexto globalizado y las rápidas transformaciones tecnológicas también han influido de manera
significativa en la forma en que los currículos se diseñan y se implementan hoy en día. Según la
UNESCO (2015), es fundamental que los sistemas educativos evolucionen para incorporar
competencias digitales y habilidades para la vida que permitan a los estudiantes navegar con éxito en
un mundo interconectado. Esta necesidad de adaptación constante refleja la dinámica del mundo actual,
donde la información y el conocimiento están en constante cambio.
Además, las tendencias curriculares actuales no solo responden a las demandas del mercado laboral,
sino que también abogan por un enfoque más holístico de la educación, que incluye el desarrollo de
competencias emocionales, sociales y éticas. Según Goleman (1995), la inteligencia emocional se ha
vuelto una habilidad crucial para el éxito en la vida personal y profesional, lo que ha llevado a la
inclusión de programas y contenidos que buscan fortalecer estas áreas dentro del currículo formal.
Otra dimensión relevante en las tendencias curriculares contemporáneas es la atención a la diversidad
y la inclusión educativa. Ainscow (2000) destaca que un currículo inclusivo es esencial para garantizar
que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades, antecedentes culturales o
socioeconómicos, tengan acceso a una educación de calidad.
Este enfoque ha sido promovido como una manera de reducir las brechas de equidad en la educación y
de fomentar una cultura de respeto y reconocimiento de las diferencias.
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Finalmente, la preocupación por el desarrollo sostenible ha comenzado a ser un factor determinante en
la configuración de los currículos modernos. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las
Naciones Unidas (2015) subraya la importancia de integrar la educación para el desarrollo sostenible
(EDS) en todos los niveles educativos, con el objetivo de preparar a los estudiantes para enfrentar los
retos ambientales y sociales del futuro. Este enfoque interdisciplinario busca no solo impartir
conocimientos, sino también promover valores y actitudes que fomenten un compromiso activo con la
sostenibilidad.
Estas tendencias surgen como respuesta a las necesidades educativas del siglo XXI, buscando
transformar la enseñanza y el aprendizaje (Villera Coronado, 2024). Su objetivo es exponer tendencias
como la personalización del aprendizaje, el enfoque interdisciplinario, la tecnología educativa y la
educación global y culturalmente relevante (Villera Coronado, 2024).
Diversos autores han identificado tendencias como la descolonización del currículo, la flexibilidad
curricular multimodal e inclusiva, y el enfoque por competencias (Barreto, 2010; Villera Coronado,
2024). Estas tendencias ofrecen oportunidades significativas para mejorar la educación, pero también
presentan desafíos como la preparación docente y la equidad digital que deben ser abordados.
METODOLOGÍA
La presente revisión se centra en examinar tendencias curriculares contemporáneas en la educación,
con el fin de identificar y analizar las, características, beneficios y desafíos, para esto, se detallan a
continuación los aspectos metodológicos que guiaron esta investigación.
El objetivo principal de esta revisión es responder a preguntas específicas sobre las tendencias
curriculares actuales, se buscó determinar ¿qué son estas tendencias? ¿cuáles son sus impactos en la
educación? y ¿qué áreas de investigación futura se sugieren?, esto implicó una profunda comprensión
de la literatura existente y la identificación de patrones y tendencias significativas.
La búsqueda de la literatura se realizó en bases de datos académicos reconocidos, incluyendo JSTOR,
ERIC, Scopus y Web of Science, adicional se utilizaron descriptores relevantes como "tendencias
curriculares, educación contemporánea, reforma curricular, y se consideraron publicaciones hasta la
fecha actual, además, la búsqueda se llevó a cabo en inglés y español para asegurar una cobertura amplia
y diversa de la literatura.
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La selección de artículos y estudios se basa en criterios estrictos, se incluyeron aquellos que abordaban
directamente las tendencias curriculares contemporáneas, demostraban una calidad metodológica
adecuada y habían sido publicados en los últimos años, por otro lado, se excluyeron estudios que no
cumplían con estos criterios, especialmente aquellos que presentaban deficiencias metodológicas
significativas o no eran relevantes para el tema en cuestión.
Para analizar y sintetizar la información, se creó una tabla de análisis y síntesis, esta tabla incluyo
columnas para autor, año, título, objetivo, muestra, intervención, método, resultados y hallazgos de
análisis, este enfoque permitió comparar y contrastar los resultados de los estudios seleccionados de
manera sistemática y coherente, dado el carácter descriptivo y analítico de esta revisión, no se aplican
métodos estadísticos avanzados.
Para asegurar una estructura lógica y coherente, se redactó un guion que ejecuto el artículo en secciones
bien definidas, estas secciones incluyen introducción, metodología, y conclusiones, este guion ayudó a
definir el alcance y la estructura del texto, garantizando que cada parte encajará siguiendo un orden
lógico y facilitando la comprensión del lector.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Tendencias curriculares contemporáneas
Las tendencias curriculares contemporáneas surgieron a finales del siglo XX como respuesta a las
corrientes y proyecciones en relación a la educación, las cuales eran necesarias para afrontar los retos
del siglo XXI (OECD, 2018). Han sido útiles para direccionar las propuestas curriculares coherentes
con los cambios y necesidades de los contextos en donde se enmarcan los proyectos educativos y,
también, para contribuir con el progreso de la sociedad en general (Robinson, 2015).
Según Barreto (2010), las tendencias curriculares provienen de orientaciones sobre el trabajo educativo
temporal encaminado a abordar los graves problemas que existen en la educación, dadas en
declaraciones, acuerdos, informes de los congresos mundiales y conferencias de organismos
internacionales. Por lo tanto, se podría decir que son similares a factores de cambio prospectivos de alta
importancia que deben ser atendidos con urgencia para contribuir con la construcción de una sociedad
que progrese y logre ser pacífica, libre y justa (Freire, 1970). algunas de las tendencias curriculares
contemporáneas más destacadas son:
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Descolonización del currículo
La descolonización del currículo es un proceso crítico que busca reestructurar los contenidos educativos
para reflejar una diversidad de voces y experiencias, especialmente de aquellos grupos que han sido
históricamente marginados. Este enfoque no solo cuestiona la predominancia de un currículo
eurocéntrico, sino que también promueve una pedagogía inclusiva que reconoce la pluralidad cultural
y epistemológica (Amorim et al., 2021).
Un aspecto fundamental de esta transformación es la integración de las Epistemologías del Sur, que
propone un diseño curricular que valore y respete los conocimientos y experiencias de comunidades no
hegemónicas. Esta perspectiva implica un cambio radical en la forma en que se concibe el conocimiento,
desafiando la idea de que existe una única forma válida de entender el mundo. Al adoptar esta visión,
se busca no solo incluir contenidos diversos, sino también fomentar un diálogo crítico entre diferentes
saberes, permitiendo que las voces subalternas sean escuchadas y valoradas en el ámbito educativo
(Santos, 2017).
Además, la descolonización del currículo también se relaciona con la necesidad de abordar las
estructuras de poder que han moldeado la educación. Esto implica reconocer cómo el currículo oficial
ha sido construido por una élite que define lo que se considera conocimiento legítimo. Por lo tanto,
descolonizar el currículo es un acto de resistencia que busca democratizar el acceso al conocimiento y
promover una educación que empodere a los estudiantes a cuestionar y transformar su realidad
(Maldonado-Torres, 2007).
Otro elemento clave en este proceso es la inclusión de narrativas diversas que reflejen las experiencias
de estudiantes y docentes.
Al recopilar y analizar estas historias, se puede identificar cómo las dinámicas de inclusión y exclusión
operan en el entorno educativo. Este enfoque no solo enriquece el currículo, sino que también permite
a los educadores comprender mejor las realidades de sus estudiantes, fomentando un ambiente de
aprendizaje más equitativo y justo (Dewey, 1938).
Finalmente, la descolonización del currículo también implica un cuestionamiento de las metodologías
pedagógicas utilizadas en las aulas.
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Se busca romper con la linealidad del aprendizaje y reconocer que cada estudiante tiene un ritmo y un
estilo de aprendizaje únicos. Este enfoque promueve la flexibilidad en la enseñanza y la adaptación del
currículo a las realidades de los estudiantes, lo que puede resultar en un aprendizaje más significativo y
relevante (SciELO, 2015)
Flexibilidad curricular para una formación educativa multimodal, inclusiva y tecnológica
La flexibilidad curricular hace referencia a la capacidad del currículo para adaptarse a las necesidades
diversas de los estudiantes, incorporando modalidades de aprendizaje presenciales, virtuales y mixtas,
así como el uso efectivo de las tecnologías digitales (Garrison & Anderson, 2003).
Po lo tanto se puede mencionar que, La flexibilidad curricular es una tendencia que busca adaptar los
planes de estudio a las necesidades diversas de los estudiantes, ofreciendo múltiples modalidades de
aprendizaje y aprovechando el potencial de las tecnologías digitales, esta perspectiva permite a los
estudiantes combinar diferentes opciones educativas en función de sus capacidades, condiciones y
disponibilidad de recursos (UAEM, 2010).
Hay que considerar que la multimodalidad en la educación implica una oferta de cursos en modalidades
no convencionales, como la educación virtual, el b-learning y la formación híbrida, estas modalidades
combinan elementos presenciales y a distancia, brindando a los estudiantes la oportunidad de elegir las
opciones que mejor se adapten a su estilo de vida y preferencias de aprendizaje (Castillo, 2014).
Además de la flexibilidad en la modalidad, también promueve la inclusión de diversos enfoques
pedagógicos y el uso efectivo de las tecnologías digitales, esto permite a los docentes adaptar sus
estrategias de enseñanza y centrar el proceso en el estudiante, comprometiéndolo con su propio
aprendizaje y la generación de nuevo conocimiento (Garrison & Anderson, 2003).
La flexibilidad curricular multimodal, inclusiva y tecnológica también responde a las necesidades de
una sociedad en constante cambio, donde la educación debe adaptarse para formar profesionales
capaces de enfrentar los desafíos actuales, esta tendencia se enmarca en políticas educativas
internacionales que promueven la innovación, la interdisciplinariedad y el aprovechamiento de las TIC
en la educación superior (Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI).
Este enfoque busca lograr una educación pertinente y de calidad, capaz de formar profesionales
comprometidos con su propio aprendizaje y con el desarrollo de su comunidad.
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Enfoque por competencias
El currículo se centra en el desarrollo de competencias, entendidas como la combinación de
conocimientos, habilidades y actitudes que permiten a los estudiantes enfrentar exitosamente diversas
situaciones (P21, 2015).
Este enfoque busca empoderar a los estudiantes, preparándolos para afrontar desafíos tanto individuales
como colectivos, además se basa en la premisa de que la educación debe ser relevante y aplicable a la
vida real, promoviendo un aprendizaje significativo que trascienda la mera memorización de contenidos
(Ministerio de Educación, 2023).
Así mismo, fomenta la participación activa de los estudiantes en su proceso educativo, permitiéndoles
desarrollar habilidades críticas y creativas, considerando que la educación basada en competencias no
solo se centra en la adquisición de conocimientos, sino también en la capacidad de aplicar esos
conocimientos en contextos prácticos, lo que resulta en una formación más integral (López, 2022).
El diseño curricular por competencias también implica una metodología que integra la teoría con la
práctica, promoviendo un aprendizaje colaborativo y reflexivo, este modelo educativo se adapta a las
necesidades de cada estudiante, reconociendo que el aprendizaje es un proceso individual y que cada
alumno tiene su propio ritmo y estilo de aprendizaje (SciELO, 2020).
En este sentido, podemos manifestar que el currículo por competencias se caracteriza por su flexibilidad
y su enfoque en el desarrollo de competencias clave, que son esenciales para el éxito en el mundo laboral
y en la vida cotidiana, prepara a los estudiantes no solo para resolver problemas específicos, sino
también para desarrollar habilidades transferibles que les permitan adaptarse a diferentes situaciones
Un currículo basado en competencias es fundamental en el contexto educativo actual, especialmente en
un mundo post-pandémico donde se requieren nuevas formas de aprendizaje y adaptación. Este enfoque
no solo mejora la calidad de la educación, sino que también contribuye al desarrollo de una ciudadanía
activa y comprometida.
Aprendizaje para la vida
Esta tendencia enfatiza la importancia de que el currículo prepare a los estudiantes para la vida,
desarrollando competencias relevantes para su desarrollo personal, social y profesional (Kuhlthau,
Maniotes, & Caspari, 2015).
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El aprendizaje para la vida se basa en la idea de que la educación debe ir más allá de la simple
adquisición de conocimientos, fomentando habilidades que permitan a los estudiantes adaptarse a un
mundo en constante cambio, este enfoque promueve la autoeficacia, donde los estudiantes se sienten
capaces de enfrentar desafíos y tomar decisiones informadas en diversas situaciones cotidianas (Dewey,
1916).
Además, el currículo orientado hacia la vida busca integrar experiencias de aprendizaje que sean
significativas y relevantes para los estudiantes, esto implica un aprendizaje activo, donde los alumnos
participan en la construcción de su conocimiento a través de la indagación y la reflexión, lo que les
permite conectar lo aprendido con su realidad
La implementación de un currículo que prepare a los estudiantes para la vida también requiere un
enfoque colaborativo, donde se fomente el trabajo en equipo y la comunicación efectiva. Así estas
competencias interpersonales serán esenciales en un entorno laboral cada vez más globalizado y
diverso, donde la capacidad de colaborar con otros es fundamental para el éxito (Goleman, 1998).
Asimismo, el aprendizaje para la vida promueve el desarrollo de competencias emocionales, que son
cruciales para el bienestar personal y social, además, la inteligencia emocional, que incluye habilidades
como la empatía y la gestión de las propias emociones, permite a los estudiantes manejar mejor las
relaciones interpersonales y afrontar situaciones de estrés
Un currículo que se enfoque en el aprendizaje para la vida debe ser flexible y adaptativo, permitiendo
a los estudiantes explorar sus intereses y pasiones, esto no solo aumenta la motivación y el compromiso
con el aprendizaje, sino que también prepara a los estudiantes para ser ciudadanos activos y
responsables en sus comunidades (UNESCO, 2021).
Inclusión de la educación socioemocional
Se busca incorporar en el currículo el desarrollo de habilidades socioemocionales, como la
autoconciencia, autorregulación, empatía y habilidades sociales, que contribuyen al bienestar integral
de los estudiantes (Biesta, 2010).
El desarrollo de estas competencias es crucial para que los estudiantes logren un éxito personal y
profesional en el siglo XXI.
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En América Latina y el Caribe, se han implementado políticas educativas que buscan fomentar estas
habilidades en los jóvenes, reconociendo que su adquisición es esencial para enfrentar los retos actuales,
tanto en el ámbito académico como en el social (IDB, 2020).
Además, las competencias socioemocionales no solo abarcan aspectos cognitivos, sino que también
incluyen la gestión emocional y la capacidad de relacionarse con los demás, esto permite a los
estudiantes no solo aprender mejor, sino también desarrollar una salud mental positiva, lo cual es
fundamental para su bienestar general
La educación en valores y habilidades socioemocionales se vuelve especialmente relevante en la
infancia, ya que durante esta etapa los niños comienzan a formar su identidad y a establecer vínculos
afectivos. Estas habilidades les permiten enfrentarse a conflictos de manera constructiva y mejorar sus
relaciones interpersonales (Gallardo Basile et al., 2021).
Por último, el contexto educativo formal es un espacio privilegiado para el desarrollo de estas
habilidades, la formación docente es esencial, ya que los educadores deben estar capacitados para
modelar y enseñar estas competencias, lo que a su vez impacta positivamente en el aprendizaje y
desarrollo integral de sus estudiantes (Aristulle & Paoloni-Stente, 2019)
Aprovechamiento del potencial de las tecnologías digitales en la educación
El currículo debe aprovechar las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales para enriquecer los
procesos de enseñanza-aprendizaje, fomentar la colaboración y la innovación (UNESCO, 2015).
Además, el uso efectivo de la tecnología educativa requiere que los docentes se conviertan en expertos
en su aplicación, dominen el aprendizaje constructivo, el desarrollo curricular y la integración de
software y sitios web (MBTU, 2023). Esto implica que la formación docente debe incluir el desarrollo
de competencias digitales para aprovechar al máximo las tecnologías actuales en sus prácticas
pedagógicas.
Por otro lado, las tecnologías digitales pueden contribuir a la transformación pedagógica al servicio del
aprendizaje y la evaluación, la formación en problemas y profesiones del futuro, la simplificación de
las relaciones con los usuarios y el manejo de la renovación con sistemas informáticos rediseñados
(Castañeda & Selwyn, 2018).
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Este proceso de transformación digital debe combinar la pedagogía, el contexto social, la estructura
institucional y un enfoque integral que involucre a diversos actores y campos.
En América Latina y el Caribe, se han implementado políticas educativas que buscan fomentar el uso
de tecnologías digitales en los sistemas educativos, reconociendo que su inclusión es esencial para
garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad (SITEAL, 2022). Estas políticas abordan
cuestiones vinculadas al currículo, la didáctica, el desarrollo profesional docente, la producción de
materiales didácticos y de contenidos digitales, y la evaluación de los aprendizajes.
Se debe considerar que el aprovechamiento del potencial de las tecnologías digitales en la educación
requiere un enfoque integral que considere no solo la disponibilidad de recursos tecnológicos, sino
también el desarrollo de competencias digitales en todos los actores del sistema educativo, la adaptación
de los modelos pedagógicos y la transformación de las prácticas docentes
Enfoque curricular ecológico para un planeta dañado
Ante los desafíos ambientales globales, el currículo debe promover una conciencia ecológica, el
desarrollo sostenible y la responsabilidad de cuidar el planeta (Gardner, 2006).
Este enfoque curricular ecológico no solo busca informar a los estudiantes sobre los problemas
ambientales, sino que también se enfoca en desarrollar habilidades críticas que les permitan actuar de
manera responsable y sostenible en sus comunidades (Cobo & Moravec, 2011). La educación ambiental
debe ser un proceso continuo que fomente la reflexión y la acción, integrando conocimientos teóricos
con experiencias prácticas en el entorno natural.
Además, es fundamental que el currículo ecológico se base en la interdisciplinariedad, donde las
ciencias naturales, sociales y humanidades se entrelazan para ofrecer una visión holística de los
problemas ambientales. Este enfoque permite a los estudiantes entender cómo sus decisiones diarias
impactan el medio ambiente y cómo pueden contribuir a soluciones sostenibles (Aber, 2001). La
integración de diferentes disciplinas en el currículo no solo enriquece el aprendizaje, sino que también
prepara a los estudiantes para abordar los complejos desafíos ecológicos que enfrentan nuestras
sociedades. El currículo ecológico también debe incluir un componente de aprendizaje experiencial,
donde los estudiantes participen en proyectos comunitarios y actividades al aire libre que les permitan
aplicar sus conocimientos en contextos reales.
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Este tipo de aprendizaje no solo aumenta la motivación y el compromiso de los estudiantes, sino que
también les ayuda a desarrollar un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia su entorno (Zabalza,
2012). La educación basada en la experiencia es clave para cultivar una conexión emocional con la
naturaleza, lo que puede influir en comportamientos proambientales a largo plazo.
Finalmente, es esencial que el enfoque curricular ecológico promueva la colaboración entre diferentes
actores, incluyendo escuelas, comunidades y organizaciones no gubernamentales. Esta colaboración
puede facilitar el intercambio de recursos, conocimientos y experiencias, creando un entorno educativo
más rico y diverso (Pérez Gómez, 1998). Al trabajar juntos, estos actores pueden desarrollar iniciativas
educativas que no solo informen, sino que también empoderen a los estudiantes para que se conviertan
en agentes de cambio en la lucha por un planeta más saludable y sostenible.
CONCLUSIONES
Las tendencias curriculares contemporáneas ofrecen un marco de referencia para repensar y transformar
los currículos escolares, con el fin de adaptarlos a las necesidades y desafíos de la sociedad actual
(Hattie, 2009). Estas tendencias se basan en investigaciones, teorías y prácticas pedagógicas que
permiten ver el currículo desde diferentes enfoques y ayudan a construir concepciones que nos brindan
diversas posibilidades para crear un currículo que responda a las necesidades de los estudiantes (Barreto,
2010).
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la implementación efectiva de estas tendencias requiere
de un esfuerzo conjunto de todos los actores educativos, incluyendo docentes, directivos, estudiantes y
familias (Freire, 1970). Además, es necesario considerar los contextos específicos y las particularidades
de cada institución educativa para adaptar estas tendencias de manera pertinente y significativa (Fullan,
2007).
En definitiva, las tendencias curriculares contemporáneas representan una oportunidad para mejorar la
calidad de la educación y contribuir al desarrollo integral de los estudiantes, preparándolos para
enfrentar los desafíos del siglo XXI (OECD, 2018). Su implementación requiere de un proceso
reflexivo, colaborativo y adaptado a las necesidades de cada contexto educativo (Robinson, 2015).
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