TECNOLOGÍAS Y EDUCACIÓN EMOCIONAL:
INNOVACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-
APRENDIZAJE DURANTE CRISIS SANITARIAS
TECHNOLOGIES AND EMOTIONAL EDUCATION:
INNOVATION IN TEACHING-LEARNING PROCESSES
DURING HEALTH CRISES
María de los Ángeles Salgado Laureano
Universidad Autónoma de Guerrero - México
Leopoldo Rodríguez Matías
Universidad Autónoma de Guerrero - México
Arturo de León Chapa
Universidad Autónoma de Guerrero - México
Juana Inés Zambrano Dávila
Universidad Autónoma de Guerrero - México
Iván Gallardo Bernal
Universidad Autónoma de Guerrero - México
pág. 2182
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.14987
Tecnologías y Educación Emocional: Innovación en el Proceso de
Enseñanza-Aprendizaje Durante Crisis Sanitarias
María de los Ángeles Salgado Laureano1
angeles.lausal92@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-3816-0558
Facultad de Ciencias y Tecnologías de la
Información
Universidad Autónoma de Guerrero
Acapulco, Guerrero, México
Leopoldo Rodríguez Matías
18398@uagro.mx
https://orcid.org/0000-0002-5176-5025
Facultad de Ciencias y Tecnologías de la
Información
Universidad Autónoma de Guerrero
Acapulco, Guerrero, México
Arturo de León Chapa
arturo.leon@uagro.mx
https://orcid.org/0000-0002-8781-4650
Facultad de Ciencias y Tecnologías de la
Información
Universidad Autónoma de Guerrero
Acapulco, Guerrero, México
Juana Inés Zambrano Dávila
jizambrano@uagro.mx
https://orcid.org/0000-0002-4526-4400
Facultad de Ciencias y Tecnologías de la
Información
Universidad Autónoma de Guerrero
Acapulco, Guerrero, México
Iván Gallardo Bernal
igallardo@uagro.mx
https://orcid.org/0000-0002-1596-6786
Facultad de Ciencias y Tecnologías de la
Información
Universidad Autónoma de Guerrero
Acapulco, Guerrero, México
RESUMEN
Este estudio analiza la intersección entre la tecnología y la educación emocional durante la pandemia
de COVID-19, abordando cómo las plataformas digitales impactaron el aprendizaje y las emociones de
los estudiantes. Se identificaron retos significativos, como el estrés y la desigualdad tecnológica, que
limitaron la efectividad de las clases virtuales, mientras que el regreso a la presencialidad fomen
emociones positivas y fortaleció las relaciones interpersonales. A través de un diseño descriptivo y no
experimental, se evaluaron emociones y aprendizajes en estudiantes de primaria, destacando la
necesidad de integrar programas de educación emocional con herramientas tecnológicas adaptativas.
Este artículo propone estrategias para reducir la brecha digital, fortalecer la capacitación docente y
desarrollar entornos híbridos que combinen el aprendizaje académico y el bienestar emocional de los
estudiantes.
Palabras clave: educación emocional, tecnologías educativas, pandemia, brecha digital, entornos
híbridos
1
Autor principal
Correspondencia: angeles.lausal92@gmail.com
pág. 2183
Technologies and Emotional Education: Innovation in Teaching-Learning
Processes During Health Crises
ABSTRACT
This study examines the intersection between technology and emotional education during the COVID-
19 pandemic, focusing on how digital platforms impacted students' learning and emotions. Significant
challenges, such as stress and technological inequality, limited the effectiveness of virtual classes, while
the return to in-person learning fostered positive emotions and strengthened interpersonal relationships.
Using a descriptive and non-experimental design, emotions and learning in primary school students
were evaluated, highlighting the need to integrate emotional education programs with adaptive
technological tools. The article proposes strategies to reduce the digital divide, strengthen teacher
training, and develop hybrid environments that combine academic learning and students' emotional
well-being.
Keywords: emotional education, educational technologies, pandemic, digital divide, hybrid
environments
Artículo recibido 02 octubre 2024
Aceptado para publicación: 10 noviembre 2024
pág. 2184
INTRODUCCIÓN
La pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión en la manera en cómo se concibe la educación,
afectando significativamente los procesos de enseñanza-aprendizaje en todos los niveles educativos,
este fenómeno no solo expuso las desigualdades estructurales del sistema educativo, sino que también
evidenció la relevancia de las emociones en los contextos escolares, particularmente en un periodo
donde el aislamiento social y el aprendizaje remoto redefinieron las dinámicas entre estudiantes,
docentes y familias. Según la UNESCO (2020), el cierre de los centros educativos y la implementación
de clases a distancia desencadenaron altos niveles de estrés, ansiedad e incertidumbre en las
comunidades educativas, afectando tanto el bienestar emocional como el desempeño académico de los
estudiantes.
Las emociones, como señala Bisquerra (2003), son elementos fundamentales en la vida humana, ya que
influyen en los procesos cognitivos y sociales, sin embargo, antes de la pandemia, estas no marcaban
un aspecto significativo en los entornos educativos, priorizándose más los aspectos técnicos o
disciplinarios, dejando al aprendizaje emocional en un segundo plano; y los niños enfrentaban las
dinámicas escolares sin herramientas efectivas para trabajar en el control de sus emociones. Esto cambió
drásticamente con la llegada de la pandemia, ya que el aislamiento y la transición a la educación virtual
intensificaron la necesidad de trabajar en competencias emocionales dentro de los entornos educativos
(Fernanda, 2020).
En este contexto, la tecnología fue un factor clave como una solución para dar paso a la continuidad
educativa, sin olvidar que su integración no estuvo exenta de desafíos; según Torre (2021), el 26.6% de
los estudiantes en México consideraron que las clases a distancia eran poco funcionales para el
aprendizaje, mientras que el 21.9% señaló la falta de acceso a dispositivos o internet como un obstáculo
crítico. El aprendizaje remoto privó a los estudiantes de la interacción social directa, un componente
esencial para el desarrollo emocional y social (Orbeta, 2019), este nuevo paradigma planteó
interrogantes sobre cómo la tecnología puede no solo apoyar los procesos de enseñanza, sino también
contribuir al desarrollo emocional de los estudiantes.
El concepto de educación emocional, definido por Bisquerra (2001) como un proceso educativo
continuo y permanente que busca potenciar el desarrollo integral de la persona, se posiciona como un
pág. 2185
pilar esencial en este contexto; la inteligencia emocional, que incluye competencias como la
autorregulación, la empatía y las habilidades sociales, ha demostrado ser un predictor clave del éxito
académico y personal (Goleman, 1996); sin embargo, la implementación de estrategias que integren la
educación emocional con las tecnologías educativas sigue siendo un desafío pendiente en los sistemas
escolares de la actualidad.
Este artículo tiene como objetivo explorar la intersección entre tecnología y educación emocional en el
contexto de la pandemia de COVID-19 (Figura 1), ya que se analizarán las oportunidades y limitaciones
que presenta el uso de plataformas tecnológicas para fomentar el bienestar emocional y mejorar los
procesos de enseñanza-aprendizaje. A través de esta reflexión, se busca aportar estrategias innovadoras
que integren el desarrollo emocional en el marco de un modelo educativo digital e inclusivo; la
educación emocional no debe ser vista como un complemento, sino como un componente esencial para
transformar la manera en que los estudiantes enfrentan los desafíos académicos y personales en un
mundo cada vez más digitalizado.
Figura 1. Intersección entre tecnología y educación emocional
Fuente: Elaboración propia
Revisión de literatura
Educación emocional en contextos educativos
La educación emocional actualmente juega un papel importante en los sistemas educativos, ya que no
solo impacta en el desarrollo integral de los estudiantes, sino que también influye en su capacidad de
aprendizaje, (Bisquerra y Mateo, 2019), hacen mención que las competencias emocionales favorecen
las habilidades sociales, la mejora de la actitud hacia el aprendizaje y la disminución de problemas
pág. 2186
como el estrés y la ansiedad. Además, estas competencias son pieza clave para el éxito académico, ya
que las emociones positivas, como la alegría y la motivación, fortalecen los procesos de aprendizaje,
mientras que las emociones negativas pueden obstaculizarlos (Casassus, 2006).
Desde una perspectiva teórica, autores como Vygotsky (2014) enfatizan que las emociones están
profundamente entrelazadas con las funciones psicológicas, como el pensamiento y la cognición,
demostrando que las emociones no actúan de manera aislada, sino en relación con los procesos sociales
y culturales que moldean el desarrollo humano; este enfoque sociohistórico destaca la importancia de
abordar la educación emocional desde un marco integral, que incluya tanto los aspectos cognitivos
como afectivos en la formación de los estudiantes.
En el ámbito práctico, la implementación de programas de educación emocional en escuelas ha
demostrado ser eficaz; por ejemplo, proyectos como "Leyendo sueños, tejiendo sentimientos"
(Mahecha, 2016) utilizan estrategias pedagógicas y didácticas para promover la autorregulación
emocional, la empatía y la comunicación efectiva en los niños, destacando el papel central de las
familias y los docentes en este proceso.
Impacto de la pandemia en la educación emocional
La pandemia de COVID-19 generó una crisis sin precedentes en los sistemas educativos, afectando
profundamente la estabilidad emocional de los estudiantes; las emociones son determinantes para
facilitar u obstaculizar el aprendizaje, y durante el confinamiento estas se vieron perjudicadas por
factores como el aislamiento, la incertidumbre y el duelo (Casassus, 2006). En este sentido, Morales-
Rodríguez et al. (2021) identificaron un aumento significativo en la ansiedad y el estrés en las
comunidades educativas, lo que repercutió en el rendimiento académico y las relaciones interpersonales.
En México, el cierre de escuelas y la transición a la educación virtual incrementaron las desigualdades
preexistentes; de acuerdo con datos de la SEP (Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas
Educativas, s.f.), muchos estudiantes carecieron de los recursos tecnológicos necesarios para participar
en las clases en línea, lo que no solo afectó su aprendizaje, sino también su bienestar emocional; aunado
a esto, el distanciamiento físico limitó las oportunidades para desarrollar habilidades socioemocionales,
fundamentales en la interacción diaria entre compañeros y docentes.
Por otra parte, las reacciones emocionales de los estudiantes variaron ampliamente según sus contextos
pág. 2187
individuales, algunos manifestaron miedo al contagio del virus, tristeza por la pérdida de algún ser
querido o frustración por la falta de interacción social (Torre, 2021). Estas emociones, aunque negativas,
también ofrecen oportunidades para trabajar en la resiliencia y el desarrollo de estrategias de
afrontamiento en los entornos educativos.
Tecnologías educativas en la pandemia
La tecnología fue muy relevante en su implementación durante la pandemia, permitiendo la continuidad
educativa en medio de restricciones sanitarias, sin dejar de considerar que su uso no tuvo algunas
dificultades. Según un informe de la OCDE (2020), la brecha digital fue uno de los principales
obstáculos, ya que muchos estudiantes no contaban con acceso a dispositivos electrónicos o conexión
a internet, esta situación limitó el alcance de las estrategias pedagógicas y profundizó las desigualdades
educativas.
No obstante, las tecnologías educativas también abrieron nuevas posibilidades para lograr integrar la
educación emocional en los entornos de aprendizaje; herramientas como Moodle y Google Classroom
facilitaron la creación de actividades interactivas que promovieron la autorregulación emocional y el
trabajo colaborativo; como por ejemplo, ejercicios de mindfulness guiados por video, dinámicas
grupales en línea y foros de discusión que se implementaron para fomentar un ambiente de apoyo
emocional entre estudiantes y docentes (Fernanda, 2020).
Otro tipo de tecnología emergente que se utilizó fue el uso de inteligencia artificial (IA) en plataformas
educativas, ofreciendo un potencial significativo para personalizar el aprendizaje y el seguimiento
emocional de los estudiantes. Salovey y Mayer (1990), afirman que el desarrollo de la inteligencia
emocional puede ser potenciado mediante herramientas tecnológicas que evalúen y monitoreen el
progreso emocional y cognitivo, mejorando el rendimiento académico, y ayudando a los estudiantes a
gestionar mejor sus emociones en entornos desafiantes.
METODOLOGÍA
La metodología utilizada en esta investigación permitió evaluar el impacto de la pandemia en las
emociones y el aprendizaje de los alumnos de y de primaria del Centro de Desarrollo Infantil
Gandhi, tomando en cuenta tanto las experiencias vividas durante el confinamiento como el regreso a
las aulas. Se aplicó un diseño descriptivo y no experimental, centrado en identificar y analizar las
pág. 2188
emociones y percepciones de los alumnos durante y después de la pandemia; esto permitió interpretar
las respuestas obtenidas a través de un cuestionario cerrado analizando los datos para comprender el
impacto emocional y educativo que experimentaron los estudiantes.
La muestra incluye estudiantes de y de primaria del Centro de Desarrollo Infantil Gandhi, se
seleccionaron como muestra 40 alumnos, asegurando representatividad de ambos grados incluyendo
tanto niños como niñas, permitiendo analizar las variaciones en emociones y aprendizajes según el
contexto individual. El principal instrumento utilizado fue un cuestionario compuesto por 10 preguntas
cerradas; las preguntas abordaron emociones, aprendizajes y percepciones sobre el uso de tecnología
durante la pandemia y el retorno a clases presenciales; el cuestionario se diseñó en un formato accesible
para los estudiantes, facilitando respuestas rápidas y sinceras.
Imagen 1. Cuestionario aplicado
Fuente: Elaboración propia
La aplicación del cuestionario se realizó en un ambiente escolar controlado, garantizando la
confidencialidad de las respuestas, se utilizaron tablas y gráficos para sistematizar las respuestas,
empleando porcentajes para analizar las respuestas y categorías para agrupar las emociones más
pág. 2189
comunes, tanto positivas como negativas; encontrando algunas limitaciones en el tratamiento de los
datos, ya que se dependió de la interpretación subjetiva de los estudiantes, y algunos resultados pudieron
haber estado influenciados por factores externos, como la intervención de los padres o su estado
emocional.
RESULTADOS
A continuación, se muestra la interpretación y descripción de los resultados obtenidos del cuestionario
que se aplicó en el Centro de Desarrollo Infantil Gandhi.
Figura 1. ¿Cómo te sentías tomando clases en línea durante la cuarentena?
Fuente: elaboración propia.
En la figura 1 se observa que el 45% de los alumnos encuestados se encontraban estresados tomando
clases durante la pandemia, mientras que el 40% se sentía relajado porque aún no sabían la magnitud
con la que se iban a enfrentar, el 15% dice estar feliz por la situación en la que se encontraban.
Figura 2. ¿Cuál consideras que es tu sentir dentro del salón de clases?
Fuente: elaboración propia.
15%
0%
45%
40%
a) feliz
b) enojado
c) estresado
d) relajado
95%
0%
5%
0%
a) alegria
b) triste
c) enojado
d) frustrado
pág. 2190
En la figura 2 se observa que el 95% de los alumnos encuestados se encontraban alegres tomando clases
en su salón de clases, mientras que el 5% se sentían enojados porque regresar a la escuela.
Figura 3. ¿Crees que la pandemia influyo en tu aprendizaje mientras estabas en casa?
Fuente: elaboración propia.
En la figura 2 se observa que el 95% de los alumnos encuestados se encontraban alegres tomando clases
en su salón de clases, mientras que el 5% se sentían enojados porque regresar a la escuela.
Figura 4. ¿Cuál de las siguientes emociones recuerdas haber sentido desde que llego el coronavirus?
Fuente: elaboración propia.
En la figura 4 se observa que el 50% de los alumnos encuestados se encontraban con miedo al saber de
una nueva palabra para ellos que era pandemia, mientras que el 25% lo tomaba de una manera diferente
65%
35%
a) si
b) no
pág. 2191
y con tristeza, el 20% restante estaba molesto, mientras que el 5% se sentían alegres de que llego el
coronavirus.
Figura 5. ¿Cuáles fueron tus emociones al regresar a clases presenciales después de la pandemia?
Fuente: elaboración propia.
En la figura 5 se observa que el 90% de los alumnos encuestados se encontraban alegres al regresar el
primer día al salón de clases después del confinamiento, mientras que el 5% se sentía indiferente y el
otro 5% restante tenía miedo por la situación.
Figura 6. ¿Cómo fue tu aprendizaje durante la pandemia tomando clases desde casa?
Fuente: elaboración propia
5%
0%
90%
5%
a) miedo
b) enojo
c) alegria
d) indiferencia
25%
15%
60%
a) bueno
b) malo
c) regular
pág. 2192
En la figura 6 se observa que el 60% de los alumnos encuestados expresan que tomar clases durante la
pandemia desde casa fue regular, mientras que el 25% dijo que fue bueno, y el 15% restante exhorto
que fue malo tomar clases desde casa.
Figura 7. ¿Cómo sentiste el cambio entre lo presencial y virtual?
Fuente: elaboración propia.
En la figura 7 se observa que el 50% de los alumnos encuestados se encontraban alegres al regresar el
primer día al salón de clases después del confinamiento, mientras que el 5% se sentía indiferente y el
otro 5% restante tenía miedo por la situación.
Figura 8. ¿Consideras que aprendiste lo suficiente tomando clases desde casa?
Fuente: elaboración propia.
30%
20%
50%
a) bueno
b) malo
c) regular
20%
80%
a) Si
b) No
pág. 2193
En la figura 8 se observa que el 80% de los alumnos encuestados considero que no aprendieron desde
casa, y el 20% decidió que si aprendieron desde casa.
Figura 9. ¿Qué emociones percibiste en tus clases presenciales?
Fuente: elaboración propia.
En la figura 9 se observa que el 45% de los alumnos encuestados sintieron calma al tomar sus clases
presenciales, mientras el 35% se siente alegre por asistir al colegio, el 15% se sentía con miedo, mientras
el 5% restante estaba enojado al regresar a clases presenciales.
Figura 10. ¿Qué emoción te provoco ver a tus compañeros?
Fuente: elaboración propia.
35%
5%45%
15% 0%
a) alegre
b) ira
c) Calma
d) miedo
c) tristeza
95%
0%
5%
0%
0%
0%
a) alegre
b) ira
c) Calma
d) miedo
c) tristeza
e) desagrado
pág. 2194
En la figura 10 se observa que el 95% de los alumnos encuestados se sintieron alegres al ver a sus demás
compañeros después de 2 años de pandemia, mientras que el 5% sintió calma al verlos a toda una vez
más.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos reflejan el impacto multidimensional que tuvo la pandemia de COVID-19 en
las emociones y aprendizajes de los alumnos del Centro de Desarrollo Infantil Gandhi, proporcionando
insights valiosos para interpretar la intersección entre tecnología y educación emocional en contextos
de crisis, el estudio refleja un mayor impacto de emociones negativas como el estrés (45%) y el miedo
(50%) durante el confinamiento, resaltando la vulnerabilidad emocional de los estudiantes frente a
cambios drásticos en el entorno educativo. Estas emociones, como sugiere Bisquerra (2001), son
determinantes en la calidad del aprendizaje y requieren de atención prioritaria en cualquier estrategia
educativa, la transición abrupta a la virtualidad agravó estas emociones debido a la falta de interacción
social, el estrés en el hogar y la brecha tecnológica, confirmando hallazgos previos sobre el rol limitante
de las desigualdades digitales en la educación (OCDE, 2020).
El hecho de que el 60% de los estudiantes calificaran su aprendizaje en línea como "regular" y el 80%
sintieran que no aprendieron lo suficiente desde casa enfatiza la necesidad de mejorar las herramientas
tecnológicas y las metodologías pedagógicas en entornos virtuales; la tecnología, aunque indispensable,
no logró suplir las dinámicas emocionales y sociales del aula presencial, un aspecto que podría
abordarse mediante estrategias más personalizadas y emocionalmente sensibles, como el uso de
inteligencia artificial y ejercicios interactivos (Salovey y Mayer, 1990). El regreso a las aulas
presenciales trajo consigo una mejora notable en el bienestar emocional de los alumnos, con el 90%
expresando alegría y el 95% sintiéndose felices al reunirse nuevamente con sus compañeros, esto
refuerza la idea de que las interacciones sociales son fundamentales para el desarrollo emocional y
académico (Vygotsky, 2014); no obstante, un pequeño porcentaje de estudiantes (5%) aún experimentó
miedo o indiferencia, lo que sugiere la necesidad de intervenciones personalizadas para apoyar a
aquellos que enfrentan dificultades emocionales prolongadas.
Las dinámicas grupales y los talleres de autorregulación emocional implementados en el regreso a clases
demostraron ser efectivos para mitigar estas emociones negativas, como también lo destaca Mahecha
pág. 2195
(2016) en sus estudios sobre estrategias pedagógicas; estas actividades deben ser consideradas como
componentes permanentes del currículo, especialmente en contextos de recuperación postcrisis. Aunque
las herramientas tecnológicas como Moodle y Google Classroom fueron esenciales para garantizar la
continuidad del aprendizaje, la falta de acceso adecuado a dispositivos y conectividad afectó a una
proporción significativa de los alumnos; esto no solo limitó su aprendizaje académico, sino que también
incrementó el estrés y la frustración, tanto en los estudiantes como en sus familias. Los datos reflejan
que estas carencias exacerbaron las desigualdades educativas existentes, un problema que, según Torre
(2021), debe abordarse mediante políticas públicas que promuevan la equidad digital, a partir de estos
hallazgos, se identifican varias oportunidades para la mejora continua de la educación emocional y
tecnológica:
Integración tecnológica emocionalmente sensible: Desarrollar herramientas que no solo
faciliten el aprendizaje académico, sino que también monitoreen y apoyen el bienestar emocional
de los estudiantes, como sistemas adaptativos basados en inteligencia artificial.
Formación docente: Capacitar a los maestros en estrategias que combinen el uso de tecnologías
digitales con prácticas de educación emocional, promoviendo un enfoque holístico del
aprendizaje.
Políticas inclusivas: Reducir la brecha digital mediante la inversión en infraestructura
tecnológica y programas de apoyo económico para las familias más vulnerables.
CONCLUSIONES
La pandemia de COVID-19 demostró la fragilidad y las oportunidades del sistema educativo frente a
cambios drásticos en los entornos de aprendizaje. Los hallazgos obtenidos en este estudio evidencian
lo siguiente:
Impacto emocional significativo: La transición al aprendizaje en línea gene emociones
predominantemente negativas, como estrés (45%) y miedo (50%), que limitaron la capacidad de
los estudiantes para asimilar conocimientos. Sin embargo, el regreso a clases presenciales se
asoció con emociones positivas, como la alegría (90%), lo que subraya la importancia del
ambiente social en el bienestar emocional y académico.
pág. 2196
Desigualdad tecnológica y barreras en el aprendizaje: La brecha digital fue un obstáculo
crítico durante la pandemia, afectando al 80% de los estudiantes, quienes percibieron que no
aprendieron lo suficiente desde casa, evidenciando que las herramientas tecnológicas deben ir
acompañadas de estrategias inclusivas para ser efectivas en contextos educativos desiguales.
Relevancia de la educación emocional: Las actividades emocionales implementadas en el
regreso a las aulas permitieron a los estudiantes manejar sus emociones, fortalecer sus relaciones
interpersonales y restablecer la confianza en el aprendizaje presencial, resaltando la necesidad de
integrar la educación emocional como un componente permanente en el currículo escolar.
Limitaciones del aprendizaje en línea: Aunque las plataformas tecnológicas facilitaron la
continuidad educativa, no lograron replicar las dinámicas sociales y emocionales de la educación
presencial, destacando la importancia de diseñar herramientas más interactivas y emocionalmente
adaptativas.
Con base en las conclusiones, se proponen las siguientes acciones para fortalecer el sistema educativo
en contextos de crisis:
Fortalecimiento de la infraestructura digital: Implementar políticas públicas para reducir la
brecha digital, proporcionando acceso a dispositivos y conectividad para estudiantes de todos los
niveles educativos, este esfuerzo debe incluir la capacitación de docentes y familias para el uso
efectivo de las tecnologías (Valdés, L., 2021).
Integración de programas de educación emocional: Incorporar talleres y actividades que
promuevan la autorregulación emocional, la empatía y el manejo del estrés en el currículo escolar,
estas prácticas deben ser integradas tanto en entornos presenciales como virtuales, utilizando
herramientas digitales adaptativas (Pérez-González, Yáñez, Ortega-Navas, & Piqueras, 2020).
Capacitación docente en tecnologías y emociones: Desarrollar programas de formación
continua para maestros, enfocándose en el uso de herramientas tecnológicas para enseñar
habilidades socioemocionales, incluyendo el manejo de plataformas digitales que monitoreen y
apoyen el bienestar emocional de los estudiantes (Zambrano-Vacacela, 2020).
Diseño de plataformas tecnológicas adaptativas: Promover el desarrollo de herramientas
pág. 2197
educativas que combinen aprendizaje académico y emocional, estas plataformas deben utilizar
inteligencia artificial para personalizar la experiencia educativa y proporcionar retroalimentación
en tiempo real (Díaz Mendoza, 2024).
Uso de tecnologías emergentes dentro del aula: Capacitación a estudiantes sobre nuevas
tecnologías emergentes como herramientas de inteligencia artificial generativa para la agilización
de procesos, creación de complementos educativos entre otras (Rodríguez Matías et al., 2024).
Evaluación permanente de los estudiantes: Implementar sistemas de evaluación que
consideren tanto los aspectos emocionales como académicos de los alumnos, permitiendo
identificar áreas de mejora y diseñar intervenciones oportunas en contextos de crisis.
Desarrollo de entornos híbridos resilientes: Crear modelos educativosbridos que combinen
lo mejor de las experiencias presenciales y virtuales, asegurando que ambos entornos fomenten
el bienestar emocional y el aprendizaje efectivo (Llopis Orrego, Volakh Sokolova, & Pérez
Llopis, 2022).
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