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comunicativo de interés y cuyo valor muchas veces pasa inadvertido”(p.13). La anterior afirmación es
muestra de que, a pesar de tener presente la importancia de la expresión oral, no se le da la trascendencia
necesaria, a la vez es sinónimo de preocupación para las entidades encargadas de la educación.
De este modo, se afianza el interés y la pertinencia para llevar a cabo la idea, seleccionar la alternativa
o estrategia didáctica como forma de aumentar la capacidad de expresión en público en los educandos
de tal forma que sea un insumo indispensable en el quehacer estudiantil y en el diario vivir, a la vez el
sentido sea proyectar al ciudadano hacia una vida en comunidad, visionando una mejor forma de vida,
de tal forma que el egresado de las instituciones educativas, tenga capacidad de liderazgo, enfocado en
la capacidad de interactuar con sus similares, en cualquier contexto, nacional e internacional y se tenga
como resultado la interpretación de los nuevos paradigmas que emana la actual globalización, que se
convierte en una necesidad de conocer, descifrar y transmitir a las comunidades, para tener la capacidad
de enfrentarlos de forma exitosa y no quedar rezagados, ante los nuevos cambios y propuestas en
diferentes ramas del saber humano.
En este orden, Soriano E. (2012) quien concibe “La educación, como acción social dirigida no sólo a
formar ciudadanos que sean capaces de incorporarse a la vida activa, que puedan participar y adquirir
compromisos, sino también, como una acción ética y política que incide en la sociedad futura (p.51).
De este modo el liderazgo encuentra el complemento ideal para intervenir de forma comunitaria por
medios de ideas expresadas al conglomerado, con el fin de persuadir acerca de ciertas acciones de
mejora en la comunidad o bien en beneficio individual, en cuanto al crecimiento profesional. De hecho,
todo el proceso debe ser orientado inicialmente por el docente así lo concibe (Vilá, 2010). Por tanto, el
educando al percibir que toda la responsabilidad hace parte de él, puede disminuir su ritmo de
aprendizaje, lo que deja claro que el acompañamiento docente debe ser permanente en el proceso.
Por otra parte, es fundamental el aporte que demuestra lo inadvertida que se tiene esta habilidad del
lenguaje enfatizada en los seres humanos, la reafirma M. Vilà (2011): cuando expresa que “Las
prácticas orales son metodológicamente complejas, tal vez más que otros contenidos de aprendizaje,
por tanto, requieren del estudiante, atención, distensión, participación y espera paciente, reflexión e
improvisación de un modo controlado, entre otros factores”. De hecho, hablar en público, frente a los
compañeros de aula, no es un asunto muy fácil, en múltiples ocasiones se tiene pánico a exponer,