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educativos dentro de las instituciones, favoreciendo así la creación de intervenciones educativas
asertivas y correspondientes a la realidad de nuestro país.
Antecedentes
Antiguamente, en las escuelas de educación básica, los alumnos que presentaban discapacidad,
dificultades severas de aprendizaje, conducta o comunicación, así como aptitudes sobresalientes, eran
atendidos, además de sus maestros regulares, por profesionales y/o especialistas que pertenecen a
educación especial en sus aulas de recursos, considerándose esto, en la actualidad, como enfoques y
modelos educativos segregadores, al tener que retirarlos por momentos de sus aulas. Hoy en día, se
promueve el modelo inclusivo como resultado de hechos históricos en la educación en México.
En el año 2013, se reforma el art. 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
cual expone de forma general, “calidad en la educación y evaluación obligatoria”. Para cumplir con esto,
se realizaron foros y consultas con diversos sectores sociales, obteniendo un nuevo modelo educativo
en el año 2017, con un planteamiento pedagógico al que denominaron “Aprendizajes Clave para la
Educación Integral” estructurado en los nuevos planes y programas de estudio de la Secretaría de
Educación Pública (en adelante SEP). Es en ese momento donde comienza a verse la educación inclusiva
como una necesidad ante la búsqueda de la calidad educativa. Sin embargo, el objetivo fue a largo plazo,
buscando que las diferencias se perciban como un recurso valioso para potenciar y desarrollar las
habilidades de los estudiantes.
En los planes y programas de estudio de Aprendizajes Clave para la Educación Integral, se menciona
que el objetivo de esta nueva reforma educativa es que la educación que ahora el gobierno indica como
obligatoria (desde el preescolar hasta la media superior) sea de calidad, equitativa e incluyente;
aclarando que con eso se refiere a que el Estado tiene que garantizar que todos los niños y jóvenes
puedan acceder a la escuela y que la educación que se les imparte, les esté proporcionando aprendizajes
que les sean significativos y que les sirvan para toda la vida, sin que el contexto, su situación económica,
su origen o su género, sean impedimentos. Reflejando así, un currículo con esencia inclusiva.
En el año 2018, la SEP presenta el libro “Estrategia de Equidad e Inclusión en la Educación Básica”, el
cual sirvió de guía para los docentes de aula regular y de educación especial, pues contenía acciones
puntuales para implementar en las escuelas, buscando eliminar las BAP, ofreciendo así una educación