COMPLICACIONES DE LA
YEYUNOSTOMÍA TERMINAL EN PACIENTE CON
SÍNDROME DE INTESTINO CORTO SECUNDARIO A
NECROSIS INTESTINAL POS RESECCION DE TUMOR
MESENTÉRICO; REPORTE DE CASO Y
REVISIÓN DE LITERATURA
COMPLICATIONS OF TERMINAL JEJUNOSTOMY IN A
PATIENT WITH SHORT BOWEL SYNDROME SECONDARY TO
INTESTINAL NECROSIS AFTER MESENTERIC TUMOR RESECTION:
CASE REPORT AND LITERATURE REVIEW
José Vicente Fonseca Barragán
Ministerio De Salud Pública, Ecuador
Walter Javier Echeverria Ordoñez
Hospital IESS Machala, Ecuador
Wilson Ricardo Alban Loayza
Hospital IESS Machala, Ecuador
Thalia Michelle Yaguana Ojeda
Hospital IESS Machala, Ecuador
Juan Carlos Sotomayor Espinoza
Clínica Trauma Hospital, Ecuador
Mirtha Marisol Bautista Arana
Ministerio De Salud Pública, Ecuador
pág. 4338
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.15164
Complicaciones de la Yeyunostomía Terminal en Paciente con Síndrome de
Intestino Corto Secundario a necrosis Intestinal Pos Reseccion de Tumor
Mesentérico; Reporte de Caso y Revisión de Literatura
José Vicente Fonseca Barragán 1
jofonsecab@gmail.com
https://orcid.org/0009-0003-9489-6185
Ministerio De Salud Pública
Ecuador
Walter Javier Echeverria Ordoñez
walterete_javier@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-6816-8597
Hospital IESS Machala
Ecuador
Wilson Ricardo Alban Loayza
wilrik96@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-4502-5853
Hospital IESS Machala
Ecuador
Thalia Michelle Yaguana Ojeda
tyaguana1997@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-9303-785X
Hospital IESS Machala
Ecuador
Juan Carlos Sotomayor Espinoza
jcsequirurgico@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-8648-7097
Clínica Trauma Hospital
Ecuador
Mirtha Marisol Bautista Arana
mirtha.bautista@hdtc.gob.ec
https://orcid.org/0009-0005-6123-5617
Ministerio De Salud Pública
Ecuador
RESUMEN
El síndrome de intestino corto (SIC) se define anatómicamente como la presencia de menos de 200 cm
de intestino delgado residual o menos, aunque algunos sugieren que 150 cm o menos puede ser más
apropiado, medido a partir del ángulo duodeno-yeyunal, independientemente de la presencia o ausencia
de colon, existiendo tres tipos dentro de los cuales el de mayor morbimortalidad es el SIC tipo I. El
presente trabajo tiene como objetivo describir el manejo integral de un paciente con síndrome de
intestino corto y yeyunostomía de alto débito, enfocado en la corrección del desequilibrio
hidroelectrolítico, el manejo de la dermatitis periostomal, y la optimización de la absorción intestinal a
través de intervenciones nutricionales y farmacológicas, así como evaluar los resultados clínicos
obtenidos tras un tratamiento hospitalario. El paciente era una masculino de 50 años, con antecedente
de un tumor mesentérico diagnosticado hace dos meses, el cual fue manejado quirúrgicamente mediante
una resección tumoral que presento como complicacion una necrosis intestinal que termino con una
yeyunostomía terminal y complicaciones relacionadas debido a su alto débito. El manejo SIC presenta
múltiples desafíos debido a las complicaciones relacionadas con la reducción de la superficie de
absorción intestinal, el tránsito acelerado de nutrientes, y la alteración en el equilibrio de líquidos y
electrolitos. La gravedad del cuadro clínico depende de la longitud del intestino remanente, la ubicación
de la resección y la integridad del intestino restante. Factores como la hipersecreción gástrica, las
deficiencias nutricionales y las alteraciones en la microbiota intestinal contribuyen a la complejidad del
tratamiento.
Palabras clave: yeyunostomía complicada, intestino corto, terapia farmacológica, tratamiento
quirúrgico
1
Autor principal.
Correspondencia: jofonsecab@gmail.com
pág. 4339
Complications of Terminal Jejunostomy in a Patient With Short Bowel
Syndrome Secondary to Intestinal Necrosis After Mesenteric Tumor
Resection: Case Report and Literature Review
ABSTRACT
Short bowel syndrome (SBS) is defined anatomically as the presence of less than 200 cm of residual
small intestine or less, although some suggest that 150 cm or less may be more appropriate, measured
from the duodenal-jejunal angle, regardless of the presence or absence of colon, there being three types
within which the one with the highest morbidity and mortality is SBS type I. The objective of this work
is to describe the comprehensive management of a patient with short bowel syndrome and high output
jejunostomy, focused on the correction of hydroelectrolyte imbalance, the management of periostomal
dermatitis, and the optimization of intestinal absorption through nutritional and pharmacological
interventions, as well as evaluating the clinical results obtained after hospital treatment. The patient was
a 50-year-old male, with a history of a mesenteric tumor diagnosed two months ago, which was
managed surgically through a tumor resection that presented as a complication intestinal necrosis that
ended with a terminal jejunostomy and related complications due to its high discharge. SIC management
presents multiple challenges due to complications related to reduced intestinal absorptive surface area,
accelerated transit of nutrients, and alterations in fluid and electrolyte balance. The severity of the
clinical picture depends on the length of the remaining intestine, the location of the resection, and the
integrity of the remaining intestine. Factors such as gastric hypersecretion, nutritional deficiencies and
alterations in the intestinal microbiota contribute to the complexity of treatment.
Keywords: complicated jejunostomy, short intestine, drug therapy, surgical treatment
Artículo recibido 02 noviembre 2024
Aceptado para publicación: 28 noviembre 2024
pág. 4340
INTRODUCCIÓN
El síndrome del intestino corto (SIC) es una condición de malabsorción que surge, en la mayoría de los
casos, como consecuencia de una resección extensa del intestino delgado. La manifestación clínica de
esta enfermedad no siempre se correlaciona de manera directa con la cantidad de intestino que se ha
extirpado, debido a la gran variabilidad en la longitud del intestino delgado entre individuos y a la
extraordinaria capacidad del intestino para adaptarse y compensar la pérdida de tejido. En adultos, se
define anatómicamente como la presencia de menos de 200 cm de intestino delgado residual, medido a
partir del ángulo duodeno-yeyunal, independientemente de la presencia o ausencia de colon. (1)
En el caso de los niños menores de 18 años, se considera que hay un síndrome de intestino corto cuando
la longitud residual del intestino delgado es inferior al 25% de la longitud normal esperada para la edad
del niño. La cantidad de intestino delgado que permanece después de la resección quirúrgica es un factor
clave para determinar la función intestinal y las posibilidades de reducir la dependencia de la nutrición
parenteral (NP) o del soporte de líquidos intravenosos. (2)
La frecuencia del ndrome de intestino corto (SIC) es poco conocida, aunque se estima que afecta a
aproximadamente entre 5 y 10 pacientes por millón de habitantes al año. En el caso de los adultos, se
calcula que la incidencia de SIC que requiere nutricn parenteral domiciliaria (NPD) es de
aproximadamente dos pacientes adultos por año por cada millón de habitantes. Las principales causas
del SIC incluyen el infarto mesentérico, que representa cerca del 45 % de los casos; la isquemia arterial
o venosa mesentérica secundaria y las enteropatías crónicas (como la post-radiación o el esprúe
refractario), que constituyen alrededor del 25% de los casos; las complicaciones quirúrgicas, que
corresponden al 10% de los casos; la enfermedad de Crohn, que afecta entre el 5 % y el 10 % de los
casos; y el vólvulo o traumatismos, que representan el 5 % de los casos, además de otras causas menos
comunes. (3)
No obstante, medir la longitud exacta del intestino residual puede resultar complicado. La fuente más
fiable de información es el reporte operatorio, por lo que es crucial que los cirujanos registren no solo
la longitud del intestino extirpado, sino también la del segmento que queda, así como su aspecto (rosado,
isquémico o necrótico), ya que esto tiene implicaciones significativas para el pronóstico a corto plazo.
Alternativamente, la longitud del intestino delgado se puede estimar mediante estudios de imagen como
pág. 4341
la radiografía con contraste de bario o la tomografía computarizada (TC), que también permiten evaluar
otras características estructurales relevantes para la función intestinal y el pronóstico, como la presencia
de estenosis o dilatación del intestino. (4)
En definitiva, el SIC se puede clasificar en particular por la presencia o ausencia del colon y la válvula
ileocecal en el circuito digestivo. De hecho, la presencia del colon en continuidad con el intestino
delgado mejora la función intestinal general y el pronóstico del paciente. Así, podemos distinguir tres
tipos anatómicos de SIC: El paciente con una enterostomía terminal (tipo I); el paciente con una
anastomosis yeyuno-colónica (tipo II); y el paciente con una anastomosis yeyuno-ileal (con todo el
colon y la válvula ileocecal en continuidad) (tipo III). [Imagen1] Esta clasificación tiene la ventaja de
una correlación satisfactoria con el riesgo de dependencia de NP. (4)
Imagen 1: Descripción: Tipos de síndrome de intestino corto
Fuente: American College Of Gastroenterology
Entre las complicaciones más habituales del síndrome de intestino corto, destacan aquellas
relacionadas con la yeyunostomía y los tejidos adyacentes. Estas complicaciones incluyen isquemia,
necrosis, elevados volúmenes de salida, dermatitis periostomal, abscesos en la zona periostomal, así
como retracción o prolapso del estoma. Para manejar estas complicaciones de manera efectiva, es
fundamental una vigilancia continua tanto de la apariencia como del funcionamiento de la ostomía.
pág. 4342
La observación regular permite detectar cambios tempranos en la condición del estoma, lo que
facilita una intervención rápida y oportuna.
Esto no solo ayuda a prevenir el agravamiento de las complicaciones, sino que también contribuye
a mejorar la calidad de vida de los paciente y a reducir la morbilidad asociada a esta condición.
Además, la implementación de un cuidado integral del estoma, que incluya el uso adecuado de
dispositivos de ostomía y el apoyo educativo para el paciente y su familia, puede minimizar el
impacto de estas complicaciones y favorecer una mejor adaptación a largo plazo.
METODOLOGÍA
Este informe describe el caso de un paciente masculino de 50 años con síndrome de intestino corto y
yeyunostomía de alto débito, manejado en un hospital de segundo nivel de la ciudad de Esmeraldas,
Ecuador, el cual presento deshidratación severa, fracaso renal agudo, desnutrición proteico-calórica y
dermatitis periostomal a su ingreso. Para proporcionar un análisis completo de su evolución y manejo,
se realizó una revisión exhaustiva de su expediente clínico, abarcando antecedentes médicos, exámenes
diagnósticos realizados, intervenciones terapéuticas aplicadas y el seguimiento postoperatorio. Dada la
complejidad del caso, un equipo multidisciplinario implementó protocolos específicos para controlar la
deshidratación y el déficit nutricional, lo cual resultó fundamental para manejar las pérdidas continuas
de líquidos y electrolitos propias de este tipo de pacientes. El fracaso renal agudo fue abordado mediante
hidratación intensiva y una cuidadosa suplementación de electrolitos, mientras que la intervención
nutricional incluyó un plan de alimentación diseñado para maximizar la absorción de nutrientes y
reducir las pérdidas fecales, con el objetivo de apoyar la recuperación inmunológica y prevenir
infecciones. Para la dermatitis periostomal, se aplicaron cuidados específicos de la piel, incluyendo el
uso de cremas barrera y cambios frecuentes de dispositivos de ostomía, con el fin de minimizar la
irritación y mejorar el confort del paciente. El seguimiento constante y los ajustes oportunos de las
intervenciones según la evolución clínica permitieron estabilizar su condición. Este caso destaca la
importancia de un enfoque integral y personalizado en unidades de segundo nivel, demostrando que,
pese a limitaciones logísticas, se puede brindar atención de alta calidad en el manejo de patologías
complejas, mejorando así la calidad de vida del paciente.
pág. 4343
Presentación del caso
Se trató de un paciente masculino de 50 años, con antecedente de un tumor mesentérico diagnosticado
hace dos meses previo a su ingreso, el cual fue manejado quirúrgicamente mediante una resección
tumoral. Durante el procedimiento, se presentó como complicación una extensa necrosis intestinal
debido a un compromiso significativo de la vascularización mesentérica [figura 1], lo que obligó a
realizar una resección intestinal extensa. Como resultado, se dejó al paciente con una yeyunostomía
terminal (1 metro de intestino delgado residual y preservación de un pequeño segmento de íleon y colon
en su totalidad). Posteriormente, tuvo una recuperación inicial favorable, con adecuada adaptación al
manejo de la ostomía y seguimiento regular en consulta externa para controlar su evolución y ajustar el
tratamiento nutricional y de líquidos.
En las últimas dos semanas previas a su nuevo ingreso, el paciente ha experimentado un deterioro
progresivo en su estado general, manifestando astenia, anorexia, y dolor en el área periostomal. Además,
ha notado un aumento significativo en el gasto de la yeyunostomía, acompañado de eritema y
sensibilidad en la piel circundante, lo cual indicó una complicación inflamatoria o infecciosa
periostomal, así como un posible desequilibrio de líquidos y electrolitos. Ante estos síntomas, decid
acudir nuevamente al hospital por la emergencia para valoración.
Examen físico al ingreso
Signos vitales
Tensión arterial de 90/70 mmHg
Frecuencia cardiaca de 105 latidos por minuto
Frecuencia respiratoria de 22 respiraciones por minuto
Saturación de oxígeno del 93% en aire ambiente
Temperatura corporal de 36,8 °C
Estos parámetros sugieren una posible hipovolemia y estado catabólico secundario al alto gasto
intestinal.
Examen regional
Consciente y orientado en tiempo, espacio y persona
Glasgow de 15/15.
pág. 4344
Mucosa oral: Se observa notablemente seca
Tórax: Presenta una configuración torácica simétrica, sin hallazgos patológicos en la auscultación
cardiopulmonar.
Abdomen: Se aprecia una cicatriz quirúrgica a nivel de la línea media sin signos de infección activa. La
yeyunostomía se encuentra levemente retraída, con producción abundante de contenido, posiblemente
relacionado con un aumento del tránsito intestinal o una absorción ineficaz.
El área periostomal muestra un eritema significativo [figura 2], indicativo de dermatitis periostomal o
de una infección subyacente. Se realizó un cultivo de la región periostomal para descartar una infección
y ajustar el manejo antibiótico. Por lo que se consideró pertinente su ingreso a hospitalizacion para
evaluar el estado nutricional y metabólico del paciente, optimización de su soporte nutricional y manejo
de líquidos para prevenir complicaciones adicionales.
Figura 1. Descripcion: Antecedente patológico-quirúrgico de Necrosis intestinal secundaria a tumor de
raíz de mesenterio
pág. 4345
Figura 2. Descripcion: Yeyunostomía complicada con dermatitis periostomal debido a alto débito, y a
que se encuentra con leve retracción de la misma, en el contexto de un paciente con síndrome de
intestino corto
Exámenes Paraclínicos
Laboratorios reportan
Tabla 1
Biometría Hemática
Química Sanguínea
Leucocitos: 12.78
Glucosa: 75
Neutrófilos: 92 %
Urea: 46
Hemoglobina: 11
Creatinina: 3
Hematocrito: 35
LDH: 285 u/l
Plaquetas: 430
Electrolitos: NA: 128 K: 2.8 CL: 95
Tiempos: TP: 11.5 TPT: 15 INR: 1.3
pág. 4346
Paciente con diagnóstico de síndrome de intestino corto, portador de yeyunostomía de alto débito,
reportando pérdidas diarias de entre 3 a 4 litros de secreción intestinal. Este cuadro se asoció a
desequilibrio hidroelectrolítico manifestado por hiponatremia e hipocalemia moderada, lo que llevó a
la implementación de un plan de tratamiento integral, incluyendo la reposición de líquidos y electrolitos,
corrección de los trastornos hidroelectrolíticos y administración de antibioticoterapia con cefalosporinas
de tercera generación por evidencia de leucocitosis y de la dermatitis periostomal.
Fue evaluado por el servicio de nutrición clínica, que recomendó una dieta astringente para reducir la
carga intestinal y mejorar la absorción. Además, se instauró tratamiento farmacológico dirigido a
disminuir la secreción gastrointestinal, consistente en omeprazol 40 mg vía oral dos veces al día para
reducir la producción ácida gástrica, racecadotrilo 100 mg vía oral cada 8 horas para disminuir la
secreción de agua y electrolitos en el intestino, y loperamida 4 mg vía oral cada 8 horas para ralentizar
el tránsito intestinal y mejorar la consistencia de las heces, para el manejo de la dermatitis periostomal
ademas de disminuir la secreción irritante intestinal se aplicó una crema protectora alternando con
presentación en polvo de Stomahesive previo a cada colocación de la bolsa recolectora.
Durante su hospitalización de 15 días, el paciente mostró una respuesta favorable al tratamiento. Logró
tolerar adecuadamente la dieta astringente prescrita, presentando una mejoría significativa en el estado
de la piel periostomal, con una notable reducción de la inflamación y resolución casi completa de la
dermatitis que previamente le afectaba. Además, el volumen de secreción por la yeyunostomía
disminuyó considerablemente y la consistencia se tornó semi pastosa, lo que facilitó el manejo de el
estoma y redujo la incidencia de desprendimiento de la bolsa de ostomía. Con estos avances, se decidió
dar de alta al paciente con indicaciones de seguimiento en consulta externa y programación futura para
una posible restitución del tránsito intestinal.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Después de una resección intestinal extensa, un fenómeno común que se presenta es la hipersecreción
posoperatoria, la cual provoca, en una etapa inicial, pérdidas intestinales considerablemente
significativas. Estas rdidas se traducen en flujos elevados del estoma, lo que a su vez conduce a un
desequilibrio en los niveles de líquidos y electrolitos en el cuerpo del paciente.
pág. 4347
Esta situación es particularmente preocupante, ya que un adecuado equilibrio de líquidos y electrolitos
es esencial para el funcionamiento normal de múltiples sistemas corporales. La principal consecuencia
del síndrome de intestino corto (SIC) es la reducción drástica en la superficie de absorción intestinal, lo
que limita la capacidad del intestino para absorber adecuadamente los nutrientes esenciales. (5)
Además, para que la absorción de nutrientes sea óptima, es crucial que haya un tiempo adecuado de
contacto entre los nutrientes y las vellosidades intestinales, que son estructuras especializadas en el
intestino delgado responsables de la absorción. Sin embargo, en el caso del SIC, se observa que el
tránsito intestinal se acelera, lo que impide que los nutrientes permanezcan el tiempo suficiente en el
intestino para ser absorbidos eficazmente. La severidad del síndrome de malabsorción que se presenta
después de una resección intestinal depende de varios factores, entre ellos la extensión de la resección
realizada, el sitio específico donde se llevó a cabo la intervención quirúrgica, la integridad del intestino
restante, ya sea este sano o patológico, y la continuidad del colon, que juega un papel fundamental en
la absorción y la adaptación intestinal. (5)
Los factores específicos que afectan la gravedad del síndrome de malabsorción son variados e incluyen
la alteración en la capacidad de absorción de líquidos, así como el acortamiento del tiempo de tránsito
intestinal, que es un componente motor crucial para la digestión. También se observa la hipersecreción
de ácido gástrico, lo que puede contribuir a una mayor irritación y afectar la digestión adecuada.
Además, la pérdida de funciones específicas, como la absorción ileal de vitamina B12 y de sales biliares,
juega un papel fundamental en el desarrollo de deficiencias nutricionales. Entre los factores no
específicos que afectan a este síndrome de malabsorción se encuentran diversas deficiencias de
minerales y micronutrientes, como el potasio, magnesio, calcio, zinc, así como de las vitaminas K, B1
y B12. Estas deficiencias pueden limitar severamente la capacidad del intestino delgado para llevar a
cabo una absorción óptima, lo que resulta en un deterioro de la salud general del paciente. (5)
En cuanto a las complicaciones del SIC, específicamente los que están asociadas a la yeyunostomía y a
la piel periostomal son las más comunes, y se describen a continuación:
pág. 4348
Tabla 2
Fuente: tomado y traducido de Atlas of Intestinal Stomas
Otras complicaciones que se suelen reportar en la literatura son:
Insuficiencia intestinal: El riesgo en pacientes con síndrome de intestino corto (SIC) está principalmente
vinculado a la longitud del intestino delgado remanente y al tipo de cirugía realizada. Este riesgo se
considera alto cuando la longitud restante del intestino delgado es inferior a 115 cm en pacientes con
enterostomía terminal, menos de 60 cm en aquellos con anastomosis yeyuno-colónica y menos de 35
cm en pacientes con anastomosis yeyuno-ileal. Un análisis multivariado reveló que la dependencia de
nutrición parenteral (NP) disminuyó notablemente si la longitud del intestino delgado superaba los 75
cm para enterostomías, 65 cm para anastomosis yeyuno-colónicas y 30 cm para anastomosis yeyuno-
ileales. Mantener el colon en continuidad favorece la adaptación fisiológica y mejora la absorción de
Condición
Dermatitis por contacto
Absceso periostomal
Isquemia / Necrosis
Separación mucocutánea
Prolapso
Retracción
Estenosis
Hernia periostomal
Pioderma gangrenoso
Trauma mecánico
pág. 4349
nutrientes, líquidos y electrolitos, lo que reduce la necesidad de NP. La preservación del íleon terminal
y de la válvula ileocecal es esencial, ya que actúa como un “freno ileal” que ralentiza el paso intestinal.(6)
Adaptación intestinal: La adaptación fisiológica se desarrolla durante los dos años siguientes a la
resección, especialmente en pacientes cuyo colon permanece conectado al intestino delgado. Este
proceso ayuda a optimizar el equilibrio hidroelectrolítico y energético del paciente, lo que puede reducir
la necesidad de NP o permitir un destete total. En el SIC, se observa un cambio en los hábitos
alimenticios, incluyendo hiperfagia, así como alteraciones en la microbiota. La actividad fermentativa
de esta microbiota contribuye a recuperar unas 1000 kcal/día a partir de nutrientes no absorbidos
mediante la producción de ácidos grasos de cadena corta. Además, tras una resección extensa del
intestino delgado, ocurren cambios funcionales en el epitelio intestinal, como un aumento en la
profundidad de las criptas colónicas y una hiperplasia de estas, que potencialmente incrementan el área
de superficie para la absorción. (6)
Estas complicaciones pueden causar morbilidad y elevar el riesgo de mortalidad, con una tasa de
supervivencia del 52 % a diez años para las causas relacionadas con el SIC. Además de la insuficiencia
intestinal, los pacientes con SIC enfrentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedades pépticas,
úlceras, colelitiasis, litiasis renal y encefalopatía. En aquellos cuyo intestino delgado está conectado al
colon, la prevalencia de cálculos renales de oxalato varía entre el 15 % y el 60 % según diferentes
estudios. Finalmente, la hepatopatía asociada con la insuficiencia intestinal representa una causa
persistente de enfermedad y mortalidad en pacientes que reciben NP a largo plazo. (7,8)
Manejo médico
Dietético: Se recomienda que los pacientes con síndrome de intestino corto (SIC) consuman comidas
pequeñas y frecuentes, evitando bebidas hipotónicas que aumenten la pérdida de electrolitos. La
hidratación debe hacerse preferentemente con soluciones de glucosa y electrolitos. La dieta debe ser
hipercalórica e hiperproteica para compensar la malabsorción, permitiendo productos lácteos como
quesos, pero evitando la leche.
La nutrición enteral continua puede mejorar la absorción, especialmente en pacientes con ostomía de
alto gasto. En pacientes con colon conservado, se debe limitar la ingesta de oxalatos.
pág. 4350
Suplementos de minerales y micronutrientes: Los pacientes con SIC a menudo experimentan
desequilibrios de líquidos y electrolitos, incluyendo hipopotasemia e hipocalcemia. Se requieren
suplementos de magnesio, zinc, y vitaminas liposolubles (A, D, E, K), así como vitamina B12 tras la
resección ileal. (9)
Nutrición parenteral (NP): La NP es esencial para la insuficiencia intestinal grave y se administra por
vía venosa central, cubriendo necesidades no satisfechas por la nutrición oral. Las cantidades dependen
de los requerimientos energéticos y de la absorción intestinal. (10)
Tratamiento farmacológico: Se pueden emplear diferentes tratamientos para controlar la diarrea en
pacientes con SIC, dependiendo de sus causas fisiopatológicas. Los opioides como la loperamida o la
codeína pueden ayudar a reducir la diarrea y el flujo de la ostomía al ralentizar el tránsito intestinal,
aunque pueden empeorar la esteatorrea. En casos donde la loperamida no es eficaz, se puede considerar
el uso de codeína. (11)
Para aquellos con colon preservado, se recomiendan suplementos de calcio para evitar la hiperoxaluria
relacionada con la malabsorción de lípidos. Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) ayudan a
reducir la secreción de ácido gástrico, aunque pueden favorecer la proliferación bacteriana en el
intestino delgado. Estos deben ser prescritos en dosis altas al inicio y luego reducidos a una vez al día.
El uso de octreotida puede ser beneficioso para reducir el flujo de enterostomías, aunque no se
recomienda para el tratamiento prolongado debido a sus efectos secundarios. (12)
En pacientes con insuficiencia intestinal crónica y dependencia de NP, se pueden considerar otras
opciones actuales para disminuir dicha dependencia. Se han investigado diversos factores hormonales,
entre ellos el GLP-1 y GLP-2, la hormona del crecimiento y octreotida, mostrando prometedores
resultados en ensayos clínicos. Un estudio reciente con un agonista de GLP-1 en cinco pacientes
evidenció una disminución en la necesidad de NP y una desaceleración en el tránsito intestinal. Otro
estudio demostró que el GLP-2 en pacientes con SIC y enterostomía fue más efectivo en la reducción
de pérdidas de líquidos y electrolitos que en la mejora de la absorción. Un ensayo de fase III comparando
teduglutida con placebo mostró que el 63 % de los pacientes tratados respondieron positivamente, con
una significativa reducción en la dependencia de NP y una mejora en la calidad de vida. Sin embargo,
los efectos beneficiosos son reversibles al finalizar el tratamiento.
pág. 4351
Determinando que el GLP-2 permite una reducción estadísticamente significativa de la dependencia de
NP y mejora la calidad de vida. Sin embargo, estos efectos son reversibles al final del tratamiento y por
tanto requieren un tratamiento a largo plazo. (13)
Tabla 3 Tratamiento farmacológico enterológico
Medicamento
Efecto
Dosis
Contraindicación
Loperamida
Codeína
Disminución de la frecuencia de las
deposiciones. Aumento de la absorción
(por ralentización del tiempo de
tránsito). Puede agravar la esteatorrea
Loperamida 8—16
mg/día
Codeína 10 mg; 6-10 por
día
Íleo prolongado
Inibidores de
bomba de
protones
Disminución del ácido gástrico.
Aumentar la absorción. Puede
fomentar crecimiento de bacterias
excesivo/fermentación.
Dosis dos veces al día
Administración VO o IV
si < 60 cm del intestino.
Octreotide
30% de reducción de flujo para
ostomías de alto gasto No mejora la
absorción. Anti adaptativo teórico
efecto y tendencia hacia recaída a largo
plazo
100—300 mcg/día. Fase
aguda o uso intermitente
No disminuir el
flujo
Colestiramina
Si el paciente no tiene esteatorrea > 20
g/día
2 horas antes de las
comidas o al acostarse)
Esteatorrea
Ácido
Ursodesoxicolico
Disminución de la colestasis asociado
con NP y Emulsificación de lípidos
800 mg/día
En reseccion ileal
extensa
Terapia con
antibióticos
Disminución de bacterias crónicas.
Modificación de la flora colónica y
asociado diarrea/malabsorción
Tratamiento con
esquemas cortos
SBS tipo II/III:
puede aumentar el
volumen de las
heces
Racecadotrilo
Inhibidor de la encefalinasa
intestinales, regulan la reabsorción de
agua y electrolitos. Antisecretor
intestinal puro. Disminuye la
hipersecreción intestinal de agua y
electrolitos a la luz intestinal.
100 mg Via oral cada 8
horas
Hipersensibilidad al
principio activo
Teduglutida
Péptido semisintético de GLP-2, sirve
para reducir más del 20% del volumen
basal de la NP, con una media de 4,4
litros/semana. Indicado en falla
intestinal tipo III, secundario a SIC.
0,05 mg/l/día subcutáneo.
Hipersensibilidad al
principio activo.
Cáncer activo o
sospecha de
neoplasia maligna.
Fuente: Tomado y traducido de Medical and surgical management of short bowel syndrome.
pág. 4352
Manejo quirúrgico
El restablecimiento de la continuidad digestiva en pacientes con síndrome de intestino corto (SIC) y
enterostomía mejora significativamente el pronóstico, ya que al eliminar la estoma se reduce el riesgo
de deshidratación y desequilibrios electrolíticos. Reconectar el intestino y el colon disminuye la
necesidad de nutrición parenteral (NP) y favorece la supervivencia a largo plazo. Se sugiere hacer esta
reconexión entre los 3 y 6 meses posteriores a la última cirugía para optimizar la recuperación y reducir
la morbilidad postoperatoria. Esta intervención es efectiva para la mayoría de los pacientes con SIC tipo
II (con al menos 65 cm de intestino delgado y parte del colon, sin válvula ileocecal) o SIC tipo III (con
todo el colon, incluyendo la válvula ileocecal, y al menos 35 cm de intestino delgado). Si no es posible
eliminar la NP debido a la insuficiente longitud intestinal, es necesario plantear tratamientos
adicionales. (14)
Existen dos enfoques complementarios: aumentar la superficie intestinal o ralentizar el tránsito
intestinal. En el primer enfoque, se pueden realizar procedimientos quirúrgicos para alargar el intestino
delgado, como la técnica de Bianchi (que duplica la longitud intestinal) o la enteroplastia transversal en
serie (STEP), que también alarga el intestino y ha demostrado ser eficaz para reducir la dependencia de
la NP con una aceptable tasa de complicaciones. La técnica de Bianchi, por ejemplo, ha permitido retirar
la NP en algunos pacientes, según datos de 2003. El segundo enfoque busca ralentizar el tránsito
intestinal mediante la técnica de "bucle intestinal invertido", que consiste en invertir un segmento del
intestino delgado para frenar el paso de los alimentos y mejorar la absorción de nutrientes. Este
procedimiento, realizado durante la reconexión digestiva, incluye dos anastomosis intestinales y mejora
significativamente la absorción, reduciendo la dependencia de la NP. Los buenos resultados de esta
cnica se asocian con una tasa de supervivencia a cinco años del 84 %. (15,16)
Trasplante intestinal: En casos de enterectomia total o cuando no es posible reconectar el intestino, el
trasplante intestinal es la única alternativa a la NP de por vida. Esta opción se reserva para pacientes
con complicaciones graves relacionadas con la NP, como insuficiencia hepática o infecciones
recurrentes, o cuando la patología primaria supone un alto riesgo de muerte, aunque también puede
considerarse en situaciones de baja calidad de vida. (17)
pág. 4353
CONCLUSIONES
En conclusión, el manejo del ndrome de intestino corto (SIC) implica diversos retos debido a las
múltiples complicaciones derivadas de la reducción de la superficie intestinal disponible para la
absorción de nutrientes, el tránsito acelerado de los mismos y las alteraciones en el equilibrio de líquidos
y electrolitos. La gravedad de la afección está determinada por la longitud del intestino remanente, la
ubicación de la resección y la funcionalidad del segmento intestinal restante. Además, factores como la
hipersecreción gástrica, las deficiencias de nutrientes clave y las alteraciones en la microbiota intestinal
agravan la complejidad del tratamiento. El enfoque médico incluye una dieta específica adaptada a las
necesidades del paciente y la suplementación de micronutrientes esenciales, mientras que muchos
pacientes dependen de la nutrición parenteral (NP) para satisfacer sus requerimientos. El uso de
fármacos como los opioides y los inhibidores de la bomba de protones es frecuente para controlar la
diarrea y optimizar la absorción intestinal. En los últimos años, tratamientos innovadores, como los
agonistas de GLP-2, han demostrado eficacia en reducir la dependencia de la NP, aunque los beneficios
son reversibles una vez suspendido el tratamiento. La intervención quirúrgica, como la reconexión del
intestino con el colon, ha mostrado mejoras significativas en el pronóstico del paciente, reduciendo la
necesidad de nutrición parenteral. Procedimientos como la técnica de Bianchi y la cirugía STEP pueden
incrementar la superficie de absorción intestinal. En casos extremos, el trasplante intestinal puede ser
considerado cuando se presenta una enterectomía total o complicaciones graves asociadas a la NP. Un
tratamiento integral y un enfoque multidisciplinario son clave para mejorar la calidad de vida y la
supervivencia a largo plazo de los pacientes afectados por el SIC.
Recomendaciones
Implementación de un enfoque multidisciplinario: Es fundamental que el manejo se realice a través
de un equipo que incluya cirujanos, gastroenterólogos, nutricionistas.
Monitoreo constante de la nutrición y la hidratación: La evaluación continua del estado nutricional
y de los fluidos es crucial para evitar desnutrición y deshidratación en los pacientes con SIC.
Evaluación temprana para intervenciones quirúrgicas: Puede mejorar significativamente el
pronóstico de los pacientes con SIC.
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Conflicto de interés
Los autores declaran no tener conflicto de interés.
Agradecimientos
A todos los autores que hicieron posible la publicación de este manuscrito.
Financiamiento
Los autores declaran que se financió el presente trabajo con recursos propios.
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