LA IDEALIZACIÓN Y LA DESILUSIÓN COMO
PROCESOS QUE INCIDEN EN LA ELECCIÓN
DE OBJETO DE AMOR EN EL ADOLESCENTE
IDEALIZATION AND DISILLUSIONMENT AS
PROCESSES THAT AFFECT THE CHOICE OF LOVE OBJECT
IN ADOLESCENTS
Carlota Carolina Álvarez Chaca
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
Johan Andrés Gonzabay Ortíz
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
Marcia Ivette Colmont Martínez
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
Álvaro Andrés Rendón Chasi
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
pág. 5278
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.15246
La Idealización y la Desilusión como Procesos que Inciden en la Elección de
Objeto de Amor en el Adolescente
Carlota Carolina Álvarez Chaca1
carlota.alvarez.chaca@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0271-0089
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil - Ecuador
Johan Andrés Gonzabay Ortíz
johan_gnz7@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0005-1731-510X
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil - Ecuador
Marcia Ivette Colmont Martínez
mgs.marciacolmont@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0775-7839
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil - Ecuador
Rendón Chasi Álvaro Andrés
alvaro.rendon@cu.ucsg.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-4154-4915
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Ecuador
RESUMEN
La idealización y la desilusión como procesos que inciden en la elección de objeto de amor en el
adolescente, es un tema central en esta etapa. El crear una imagen idealizada de la persona amada, puede
llevarlo a enfocarse en la visión enaltecida de las cualidades, tomando en cuenta lo positivo y pasando
por alto los defectos. En el momento que aparece un desajuste de ese ideal y se presente lo inadmisible
de la pareja, puede causar desilusión en el adolescente al enfrentarse con la alteridad presente en el
objeto de amor. El objetivo fue analizar la incidencia de los procesos de idealización y desilusión en la
elección de objeto de amor en el adolescente. La investigación se realizó a partir del enfoque cualitativo
por medio del método descriptivo y las técnicas elegidas fueron la revisión bibliográfica y las entrevistas
semiestructuradas a profesionales en psicología clínica. Los resultados obtenidos responden a que la
idealización influye en el adolescente al momento de elegir el objeto de amor, en la medida en que se
sostiene alrededor de la fantasía que se ha creado del otro, apartándose por completo de la carencia
existente en el otro que al igual que él, le permite desear. Y que la desilusión es lo que aparece en cada
desencuentro con la pareja.
Palabras clave: objeto de amor, idealización, desilusión, enamoramiento, adolescencia
1
Autor principal
Correspondencia: mgs.marciacolmont@gmail.com
pág. 5279
Idealization and Disillusionment as Processes that Affect the Choice of
Love Object in Adolescents
ABSTRACT
Idealization and disillusionment as processes that affect the choice of love object in adolescents is a
central theme at this stage. Creating an idealized image of the loved one can lead you to focus on the
exalted vision of the qualities, taking into account the positive and overlooking the defects. The moment
a mismatch of this ideal appears and the inadmissibility of the couple occurs, it can cause
disappointment in the adolescent when faced with the otherness present in the love object. The objective
was to analyze the influence of the processes of idealization and disillusionment on the choice of love
object in adolescents. The methodology was the qualitative approach, descriptive method and the
techniques chosen were the bibliographic review and semi-structured interviews with clinical
psychologists. The results obtained were that idealization influences the adolescent when choosing the
object of love, to the extent that it is sustained around the fantasy that has been created of the other,
completely distancing itself from the lack that exists in the other that at the same time. Like him, it
allows him to desire. And that disappointment is what appears in every disagreement with the couple.
Keywords: love object, idealization, disappointment, infatuation, adolescence
Artículo recibido 10 octubre 2024
Aceptado para publicación: 15 noviembre 2024
pág. 5280
INTRODUCCIÓN
Esta investigación se enfoca en comprender cómo llega a influir la idealización al momento de la
elección de parejas románticas en los adolescentes, teniendo en cuenta la otra cara de la ilusión, la
desilusión como un pasaje de la etapa del enamoramiento al amor, y no como una decepción, la cual
lleva al adolescente a fijarse en la imposibilidad de un saber hacer con el otro del amor, sino más bien
de comprender al amor en un baile de encuentros y desencuentros. La decepción por otro lado,
conllevaría a otros sufrimientos contemporáneos que presentan los adolescentes en la clínica.
En la época actual, es necesario investigar sobre esta temática para lograr un adecuado abordaje clínico
en el trabajo con adolescentes, en la medida en que despiertan a lo novedoso del encuentro amoroso y
sexual con los otros del ámbito social. El tema central del artículo se desarrolla en torno a tres conceptos
principales, la idealización, la elección de objeto de amor y el adolescente como el protagonista de esta
elección.
La idealización se presenta como el mecanismo que tiene el yo de libidinizar, ubicar una cuota de interés
amor- en el otro, ese otro que, de forma inconsciente, ha cautivado. En este proceso, el objeto de deseo
se verá cargado libidinalmente, otorgándole cualidades magnificadas, exacerbando las virtudes del otro,
ignorando sus carencias. Por otro lado, le permite al joven examinar acerca de sus deseos y aspiraciones
al momento de la elección de pareja. Freud (1914) en Introducción al narcisismo la define como: “Un
proceso que envuelve al objeto; sin variar de naturaleza, éste es engrandecido y realzado psíquicamente”
(p. 91). Es lo que posibilita la entrada al amor.
El concepto del amor ha estado siempre presente a lo largo de nuestra historia. Diversos autores han
escrito en torno al amor buscando explicar qué es y cómo funciona. En Tres ensayos para una teoría
sexual, Freud (1905) postula: “El encuentro con un objeto, es en realidad un reencuentro” (p. 203). Así,
Freud plantea que ese reencuentro es con un objeto con el que se ha experimentado la sensación de
completud. Al momento de realizar la búsqueda del objeto se deposita no solamente el deseo de
encontrar a alguien, sino también de la completud: la formulación de la media naranja.
El proceso de la elección del objeto de amor y de la idealización da inicio en la adolescencia,
propiamente en el despertar de la pubertad, que es conocido como un estadio crucial, en el que el púber
experimenta toda clase de cambios: físicos, psicológicos, sexuales, sociales y emocionales.
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En este punto el adolescente va a replantear su identidad y, por consiguiente, sus relaciones con el otro;
poniendo interés en la elección por una pareja, en términos psicoanalíticos, en la elección del objeto de
amor. Esta elección es la que supondría una posible elaboración de la sexualidad e identidad que lleva
al sujeto hacia una adolescencia menos turbulenta. Lacadée (2023) “La adolescencia aparece primero,
frente a ese agujero, como un momento de fragilidad, pero también de invenciones y creaciones” (p.13).
La sistematización teórica de la investigación se da a partir del análisis de las premisas y postulados de
varios textos y artículos con una mirada psicoanalítica de autores clásicos como Sigmund Freud y
Jacques Lacan, así como también, de otros contemporáneos como Juan David Nasio y Philippe Lacadée,
entre otros, que serán expuestos en el desarrollo del presente artículo. Por lo que es preciso iniciar con
la primera variable de la investigación acerca de la elección del objeto de amor en sus dos tiempos, para
luego continuar con la idealización y finalizar con el concepto de desilusión.
Primer tiempo en la elección de objeto de amor
Freud (1905) en “Tres ensayos de una teoría sexual” describe que: A lo largo de todo el período de
latencia, el niño aprende a amar a otras personas que remedian su desvalimiento y satisfacen sus
necesidades” (p. 203). En esta instancia se desarrolla una relación especial con la persona que cuida del
niño, quien lo alimenta, le proporciona afecto, que en gran parte de los casos la madre ocupa este papel,
convirtiéndose en el primer objeto pulsional (de amor) del bebé. El vínculo afectivo que logra crear, es
fundamental debido a que aportará en el futuro a las diversas relaciones tanto sexuales como amorosas
que irá forjando con el paso del tiempo.
La sexualidad infantil se caracteriza por ser autoerótica, es decir, pasa por el cuerpo y por la piel, descrita
por Freud (1095) como zona erógena: “un sector de piel o de mucosa en el que estimulaciones de cierta
clase provocan una sensación placentera de determinada cualidad(p. 166). Hay una repetición por
colmar la satisfacción sexual que va más allá de proveer las necesidades básicas de hambre, sed o sueño.
Se trata de la segunda satisfacción, como indica Freud, la satisfacción pulsional. El niño explorará otras
formas, otros objetos para mamar, pero que provengan de su propio cuerpo, puesto como lo expresa
Freud (1905):
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El niño no se sirve de un objeto ajeno para mamar; prefiere una parte de su propia piel
porque le resulta más cómodo, porque así se independiza del mundo exterior al que no
puede aún dominar, y porque de esa manera se procura, por así decir, una segunda zona
erógena, si bien de menor valor. (p.165)
La estimulación de estas zonas tiene cualidades rítmicas, llegando a compartir similitudes con la
sensación que se experimenta cuando siente un cosquilleo, unas partes del cuerpo cuentan con una
mayor capacidad erógena que otras, cualquier parte de la piel puede ser un área erógena, dependiendo
del estímulo se observará una mayor o menor producción de una sensación placentera, por ende el niño
al chupetear indaga en alguna parte de su cuerpo una zona erógena para poner en ejercicio su
autoerotismo. Así también, Freud (1905) menciona acerca de otras zonas erógenas como la anal y la
fálica, por medio de las cuales ubica la organización de la sexualidad infantil.
Luego de este primer momento de la construcción psicosexual del individuo en el transcurso de la
infancia, aparece un punto intermedio llamado periodo de latencia que es antecesor a la pubertad, es en
este momento donde se empezará a evidenciar una inhibición dentro de la pulsión sexual y también
cambia sus relaciones objetales junto con los sentimientos que refleja hacia sus padres. Freud (1905)
explica que en esta etapa existen:
Poderes anímicos que más tarde se presentarán como inhibiciones en el camino de la
pulsión sexual y angostarán su curso a la manera de unos diques (el asco, el sentimiento
de vergüenza, los reclamos ideales en lo estético y en lo moral) (p. 161).
El momento de la temprana infancia sería lo que corresponde al primer tiempo de la elección. Freud
(1905) explica a profundidad en Tres ensayos de una teoría sexual:
La elección de objeto se realiza en dos tiempos, en dos oleadas. La primera se inicia entre
los dos y los cinco años, y el período de latencia la detiene o la hace retroceder; se
caracteriza por la naturaleza infantil de sus metas sexuales (p. 181).
A lo largo de la infancia se construye el objeto de deseo y en la adolescencia se da la elección del objeto
de amor o también conocido como el objeto sexual. Esta elección corresponde al segundo tiempo.
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Segundo tiempo de la elección de objeto de amor
El segundo tiempo se presenta en la etapa psicosexual llamada pubertad. Esta se presenta de forma
abrupta en el sujeto, es una etapa que trae consigo una serie de cambios repentinos con los cuales deberá
ir lidiando con el paso del tiempo. La sexualidad pasa de ser autoerótica a encontrar el objeto sexual en
el campo del otro. Todas las zonas erógenas se subordinan a la zona genital.
Lerner (2019) en Más allá de la neurosis describe: “Repentinamente el sujeto se encuentra con un yo
convulsionando, sus ideales se tambalean y tiene que salir imperiosamente al encuentro de otros que
los reemplacen” (p. 52).
El púber se encuentra atravesado por diversas dudas en torno a los cambios corporales, sensaciones y
emociones nuevas que experimenta, su identidad frente a los otros, y lo novedoso que se trata de que el
objeto que causa satisfacción ya no lo encuentra en su propio cuerpo, sino en el cuerpo del otro. Es
decir, que se necesita dirigirse al otro para lograr la satisfacción sexual en otro nivel que ya no es como
en el infantil.
El problema se le plantea en tanto no hay un manual para dirigirse al otro. Esto es lo que se vivencia
como lo más complejo de construir, armar respuestas posibles para la vinculación con el otro, sobre
todo cuando siempre se pensó que habría una complementaridad entre ambos sexos, que el uno cubre
la necesidad del otro. En este segundo tiempo de la elección es en el que ocurre este gran cambio
evolutivo, el hecho de lo necesario que se vuelve el armado de un lazo afectivo con el otro del amor.
Aquí se inscribe la elección del objeto de amor que no es al azar, sino que tiene determinantes
inconscientes que vienen dados desde el primer tiempo, la infancia.
Hablar de la elección de objeto de amor inherentemente convoca a precisar una definición sobre el
amor.
Concepción del amor
Durante mucho tiempo se ha intentado buscar las claves del amor, el poder describir a manera simple y
precisa cómo funciona; comprenderlo para así poder atravesarlo y salir con éxito, sin daños, sin malos
ratos. Así el psicoanalista Luis Hornstein (2023) define al amor como: “El investimento de vínculos
creador de vínculos. Permite existir y ser, permite no diluirse. Construye un nido, un refugio, aunque
contenga diversas angustias. Pone barreras a la soledad devastadora” (p. 85).
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Con estos vínculos que se van creando, se buscará el reconocimiento y el afecto de la otra persona, el
ser correspondido con aquello que siente el sujeto, el llegar a un estado de plenitud. En nombre del amor
se intenta llegar a un estado de felicidad permanente, pero en realidad no se limita únicamente a esa
emoción, ya que engloba muchas otras como lo son la dependencia, el sacrificio, los celos, así como
también, la tristeza y depresión.
Lacan (1961) en su seminario 5 Las formaciones del inconsciente menciona que: “amar es dar lo que
no se tiene a quien no es” (p. 24). Se trata de un atravesamiento de la ilusión al dar cuenta de la falta
propia y la del otro, y a la vez, de encontrar ese lugar de reconocimiento y de amor en el otro. En base
a lo dicho por ambos autores, para hacer existir el amor, el sujeto debe aceptar que esincompleto, que
tiene una falta, solo así puede surgir el deseo, solo así puede encontrar en el otro algo de lo que carece.
Abandonando la ilusión de un amor imaginario que únicamente busca una completud y perfección, ya
que está lejos de conseguirse tal complementariedad. Es darse cuenta que no hay la relación entre los
sexos de forma perfecta, del hecho de son sujetos distintos con distintos modos de gozar y que otorgan
su incompletud.
Sin rastro de imperfección, la idealización del objeto
Freud (1914) específicamente a su texto Introducción al narcicismo en él logra definir a la idealización
como “Un proceso que envuelve al objeto; sin variar de naturaleza, este es engrandecido y realzado
psíquicamente” (p. 91). Y por ello, por medio de la idealización es que el sujeto cree que puede llenar
su falta. Busca ser quien sacie la falta del otro, ser ese que pueda completarlo, poniéndose en el mismo
plano de objeto de deseo para la otra persona. En primera instancia si el objeto logra ponerse en posición
de aquello que le llene, el sujeto hará lo mismo, se pondrá en la misma postura con tal de satisfacerlo.
En el registro de lo imaginario buscarán ser uno solo, completándose de una u otra forma. A esta ilusión
inconsciente Lacan, en 1976, lo denominó fantasma en el seminario XIV indica que no hay una relación
directa con el objeto sino a través del artificio o maquinaria del fantasma que permite que el sujeto se
encuentre con el objeto que le hace falta y le crea la ilusión de completud.
Es así que el fantasma pone en acción el deseo y la falta. La falta del sujeto y de su ser amado, en favor
de conseguir soportar las diferencias que puedan existir entre ambos, que no son iguales por mucho que
compartan cierta afinidad, y así mismo ser quienes puedan mantener la relación a pesar de los diferentes
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malentendidos que puedan existir entre uno y otro. El fantasma pone en la palestra dos lugares: el de
deseante y el que causa el deseo, dos lugares dinámicos desde donde el sujeto puede ser el deseante, y
a la a vez, el que causa el deseo en el otro.
Desde la perspectiva fantasmática, el objeto de amor es visto como un ideal, esta visión es la que irá
marcando los pasos, estando revestido por la ilusión y la pasión, se lo considerará como perfecto a causa
de las cualidades magnificadoras que se le decida depositar en él. Glocer (2023) busca diferenciar los
términos amor y pasión expresando lo siguiente “la pasión tiene una faceta que promueve la posesión
absoluta del otro y el desconocimiento de su alteridad. En el amor, aun con un componente pasional,
hay un reconocimiento del otro” (p. 81).
El amor cuenta con pizcas de la pasión, pero logra la aceptación, no busca saciar, colmar en exceso
todas las faltas del otro, en cambio es capaz de darle la posibilidad de que pueda desear, comprendiendo
y respetando la autonomía que tiene la pareja, valorando la identidad que trae consigo, esto debido a
que hay consciencia de la realidad, que no se limita en reconocer la alteridad, siendo capaz de darle al
otro la condición de sujeto, y no amordazarlo cumpliendo en todo para no perderlo. Esta es la elección
de objeto de amor que el adolescente debe construir y hacerse cargo del mismo. Sotafuentes (2022) en
Desencanto de la sexualidad, describe que “lo que separa al niño del adulto no es ni la edad ni la
pubertad, sino la posición ética de responsabilizarse por su goce” (p. 162).
La desilusión como descenso de la idealización
El amor conlleva también a tener que lidiar con el sufrimiento, parte de amar es tener que confrontar
discusiones y diferencias que pueden llegar a lastimar, en principio el púber pasa por la elección de
objeto de amor por medio de la fantasía, imagina cómo se dará el encuentro con el objeto. Y, por otro
lado, ocurre la desilusión que va de la mano del pasaje del enamoramiento ilusorio al amor verdadero
que es a partir de la falta o castración. Llegará un momento en que debe enfrentarse a la alteridad, el
desencuentro que tarde o temprano llega, apareciendo la angustia y de darse cuenta que su fantasía falló
y no forma parte de la fantasía que fue inventando para su relación, esto le producirá un dolor, es una
desilusión, al ver que algo que creó con tanto anhelo, resulta que no es como parecía, que el amor que
siente no es correspondido de la forma que le gustaría.
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El adolescente se ve enamorado, teniendo que hacer una diferenciación entre la fantasía imaginaria que
hace que se prepare para el momento en que deba hacerle frente al objeto de amor, para abrirse paso a
la capacidad de amar, que no es otra que poder abrazar la diferencia que existe en el otro, el transitar
esa angustia, poder darle cara a la herida narcisista que no quiere abrir los ojos para poder darse cuenta
del deseo del otro. El enamoramiento se queda ahí en el momento que no puede abrirse a la posibilidad
de reconocer al otro como sujeto, y no podrá entrañarse en el amor, que es el instante final, a donde se
llega luego de atravesar la herida narcisista, en la adolescencia poder caminar por esta dirección es
compleja puesto que no tiene únicamente al otro, también debe reconocerse a mismo y por ende
contemplar la otredad no solo desde su ser, sino que así mismo en el campo de la diferencia sexual.
La desilusión y sus efectos: tristeza, odio y despecho
La tristeza dentro de la depresión se presenta como un síntoma claro, un sentimiento que se impregna
en el sujeto y que puede agravarse sino es tratado con anticipación. Nasio (2022) en su texto La
depresión es la pérdida de una ilusión expone que la tristeza “es la idea de pérdida, la sensación
indefinible de haber perdido. ¿De haber perdido qué? De haber perdido aquello que amaba, aquello a
lo que me aferraba. No hay tristeza que no nazca de un amor perdido” (p. 39). En el sujeto deprimido,
la tristeza se ve empeorada encaminado también por una pérdida aferrada. Nasio (2022) hace una
distinción entre tristeza normal y depresiva, explicando que “en la tristeza normal perdemos lo que
tenemos: un objeto amado; en la tristeza depresiva perdemos lo que somos: un yo adorado que se cree
omnipotente” (p. 40). En la tristeza normal hubo un amor ferviente hacia el objeto que ahora ha perdido,
mientras que en la tristeza depresiva hay un amor
incondicional y pasional que, al perderlo, se lleva el sentido, la pertenencia y el sujeto comienza a sentir
que no es nada, pierde valor e identidad. Lo que da apertura al sentimiento de odio.
En cuanto al odio, Nasio (2022) indica:
La tristeza es el sentimiento de una pérdida, mientras que el odio es el sentimiento de una
traición. En la tristeza me encierro en mismo y me disuelvo; en el odio, loco de rabia,
salgo de mí para atacar al otro y me consolido (p.42)
El odio se esconde detrás de la máscara de una profunda tristeza, en donde existe resentimiento hacia
el otro, aquel que lo traicionó, que doblegó su confianza, que abusó de él, de aquella persona que no
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fue condescendiente y leal, puede ser una pareja o un amigo, pero que en principio fue amado con
seguridad y ahora se presenta como aquel villano que irrumpió con su tranquilidad y sus ideales.
De la tristeza y el odio, es posible que el sujeto tome una posición en el despecho, Nasio (2022) precisa
una estrecha relación entre estos tres conceptos: ¿Qué es el despecho? Es una pena mezclada con rabia;
es un sentimiento ácido debido a una decepción dolorosa, a una injusticia insoportable o a una herida
de amor propio (p. 43).
El despecho sería esa posición subjetiva que se toma frente a la tristeza y el odio, sentimientos que se
experimentan ante una pérdida que va del lado de una disminución en la libido del yo, una pérdida en
la que el yo ha sido lacerado.
METODOLOGÍA
El enfoque metodológico que se aplicó durante la investigación fue de carácter cualitativo, el cual se
centra en la comprensión de la experiencia subjetiva, los significados y las interacciones sociales. El
paradigma o modelo escogido fue el interpretativo, que guarda una relación firme con el enfoque
cualitativo, centrándose en el estudio de la subjetividad y los significados que atribuyen los individuos
a sus experiencias en determinados contextos sociales específicos. Este paradigma es útil para llevar a
cabo una interpretación fundamentada en la perspectiva de especialistas en cuanto a cómo se desarrolla
la idealización en los adolescentes.
Se utilizó el método descriptivo, centrándose en brindar una imagen clara y completa de las
características principales del objeto de estudio de la investigación. Las técnicas utilizadas fueron la
revisión bibliográfica y las entrevistas semiestructuradas. La revisión bibliográfica vista como el
análisis de documentos físicos y digitales, es la técnica que permitió comprender el fenómeno, siendo
esencial para fundamentar y enriquecer el conocimiento sobre el tema de la idealización y su incidencia
en la elección del objeto. Y la entrevista semiestructurada, la cual permitió una gran flexibilidad y dio
la oportunidad de explorar variedad de perspectivas individuales, tocando temas emocionales o
sensibles, adaptándose a los contextos y culturas, generando así una riqueza de información de los
fenómenos estudiados.
Para fines de la investigación, las entrevistas fueron realizadas a seis profesionales en psicología clínica
con experiencia en el trabajo clínico con adolescentes de la ciudad de Guayaquil.
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Los profesionales, al momento de la investigación, se encontraban laborando en el ámbito de educación
y en su consulta privada, por lo que su experiencia, conocimientos teóricos y clínicos aportaron en la
elaboración de este trabajo. Las entrevistas fueron presenciales y se realizaron en el mes de enero 2024
en la ciudad de Guayaquil.
Las implicaciones éticas determinan una investigación sin riesgo, previa autorización de los
profesionales entrevistados mediante un formato de consentimiento informado con el que acceden a
participar en la investigación.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Como parte del desarrollo se elaboró una tabla de categorías que se expone a continuación, en la misma
se encontrará la definición de cada aspecto relevante dentro de la investigación.
Tabla 1 Categorías de la investigación
Categoría
Definición Operacional
Elección de objeto de amor
Freud (1905) explica a profundidad que:
La elección de objeto se realiza en dos tiempos, en dos oleadas. La
primera se inicia entre los dos y los cinco años, y el período de
latencia la detiene o la hace retroceder; se caracteriza por la
naturaleza infantil de sus metas sexuales (p. 181).
Idealización
Freud (1914) logra definir a la idealización como “Un proceso que
envuelve al objeto; sin variar de naturaleza, este es engrandecido y
realzado psíquicamente” (p. 91).
Desilusión
Nasio (2022) describe que: “Retengan palabra desilusión porque
designa lo esencial: el movimiento de una caída. En efecto, cuanto
más alta haya estado la ilusión narcisista, más dura será la caída en
la desilusión” (p. 18).
Categoría 1: Elección de objeto de amor
En base a esta categoría se realizaron dos preguntas: 1. ¿Cómo se da la elección de objeto de amor en
el sujeto? Y 2. ¿Cree usted que para amar a la otra persona es necesario reconocer su alteridad? Los
profesionales en psicología clínica indicaron que la elección de objeto de amor se logra precisar que se
da en dos instancias, la primera se trata de la construcción de objeto de deseo en los primeros años de
la infancia y el segundo tiempo cuando el sujeto inicia la pubertad hará la elección del objeto sexual
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(amor). La elección se da de manera inconsciente a partir de rasgos que identificamos en personas,
rasgos que se adaptan a nuestras fantasías o lo que se conoce como fantasma. Elegir el objeto de amor
es elegir aquello que se considera que falta, reconocer la alteridad sería reconocer lo diferente, pero que
causa el deseo. El amor es aquello ilusorio que une a dos personas con sus propias faltas y modos
singulares de ver la vida. Por otro lado, el concepto de fantasma visto como el modo de relación que el
sujeto tiene con el objeto, va precisando la relación que tiene con el otro, por lo tanto, el fantasma toma
protagonismo en la pubertad, a la hora de realizar la elección de objeto, la pareja que se escoge responde
al fantasma, es decir a la posición subjetiva, que se ha construido. Desde la infancia en donde se hace
la elección de objeto de deseo hasta la pubertad en donde se da la elección de objeto sexual (amor).
Categoría 2: Idealización
Con respecto a esta categoría se realizaron las siguientes preguntas: 1. ¿De qué manera la idealización
del objeto de amor afecta al ideal del yo del sujeto? 2. ¿Por qué cuando el adolescente idealiza y se
ilusiona es capaz de soportar todo con tal de no desprenderse del objeto? En base a la pregunta 1 los
participantes coinciden que el ideal del yo es una instancia imaginaria y simbólica que se construye a
través de identificaciones y elecciones acerca del ser. Una observación que realizaron es que en la época
actual la idealización es posible que no se sostenga del todo, ya que los adolescentes viven sus
emociones y pulsiones a flor de piel, lo que podría provocar que no tengan espacio para la idealización,
para la fantasía e imaginación, pretendiendo obtener el placer de manera inmediata. Lo que queda en el
imaginario como el tiempo perfecto: la inmediatez. De esta manera es que afectaría al ideal del yo, en
tanto el adolescente no logra un armado desde lo simbólico sino desde lo imaginario, y al ser un yo
frágil, se fusiona con el otro. De aquí que es muy posible que, al haber una ruptura amorosa, haya una
ruptura yoica. Para la pregunta 2 los participantes retomaron la idea expuesta anteriormente sobre que,
cuando el adolescente se enamora, es capaz de fusionar su yo con el del otro, ya que ha encontrado en
el otro un lugar de aprobación y de amor. Esto responde justamente a la construcción de su yo, por lo
que, no puede dejar que esa ilusión decaiga, ya que, al momento de desilusionarse, la libido puesta en
ese otro, también es la libido de su yo, entonces si al otro se lo tacha y cae, el adolescente también cae
como si se tratara de que ha perdido su propio yo.
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Como han mencionado los especialistas, la idealización se relaciona con un enaltecimiento del objeto
en el que no logra presenciar la falta que existe en el otro, por ende, no es capaz de visualizar los defectos
o aspectos negativos que tenga su pareja, no habrá espacio para la crítica debido a que no existe algo
que pueda ser mejorado, ya que es una relación perfecta, sin falencias, sin lugar para las deficiencias,
negando la castración. Sostenido, fuertemente desde lo imaginario de la completud, el adolescente en
su redescubrimiento y su relación con el otro va a encontrar formas para enfrentarse con el amor. Por
otro lado, existe la idea de que aquel que se enamora puede llegar a perder, esta frase indica justamente
que para enamorarse hay que estar en falta, algo se pierde. Por ello es posible comprender que, en la
actualidad, el adolescente en el momento en que llega a encontrarse con aquel objeto de amor se marea
y lo evita, para no tener que enfrentarse a la falta. Buscan sostener un amor idealizado, desde la ilusión
sin tachaduras.
Categoría 3: Desilusión
A partir de la categoría de desilusión se plantearon las siguientes preguntas: 1. ¿Qué secuelas o
manifestaciones sintomáticas puede dejar en el adolescente las rupturas amorosas sea por desilusión,
infidelidad o engaño? 2. ¿El adolescente se encuentra más propenso a la idealización del otro y a la
desilusión? Con respecto a las entrevistas, los participantes respondieron a la primera pregunta que,
para cualquier sujeto a cualquier edad, una desilusión se presenta como una pérdida, pero que depende
de cada sujeto cómo lo sintomatiza. Cada ruptura requiere de un momento de resignificación y de
replanteamiento de las situaciones vividas y de los significantes con los que se bordea la pérdida. Por
ello, de forma general se podría pensar en desilusiones, tristeza, depresión, angustia, acting out o pasaje
al acto. Son las formas en que generalmente se responde ante cualquier situación que se presente como
dolorosa o como una pérdida, de ahí, habría que escuchar en cada caso cómo el sujeto, en este caso
adolescente, ha subjetivado o sintomatizado la desilusión.
El sujeto puede caer en el despecho, lugar en donde se encontracon sentimientos como la tristeza y
el odio que nacen por medio de una decepción, de una injusticia que lo marcó. Pasará por la
desesperanza en donde sentirá que nadie lo llama, que nadie lo espera, que no tiene una razón de ser,
también por el abatimiento en donde encontraun descontento hacia su persona, aburrido de las
actividades que antes le causaban felicidad, perdiendo la energía, las ganas para seguir, la motivación.
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Por último, puede sentir menosprecio hacia su yo, en donde será fuertemente autocritico consigo mismo,
siente una culpa que lo irá consumiendo, reprochándose constantemente por sus faltas, por aquello en
lo que se equivocó y no puede remediar. Vivir el abandono, la desilusión y esta ruptura como aquello
que logra definirlo como sujeto, ya no es simplemente una desgracia, es suya, la unifica y la forma parte
de su identidad por lo que al adolescente le costará soltar esta identificación.
Sin embargo, para hacer el pasaje de la idealización (enamoramiento) al amor verdadero (castrado), es
necesario pasar por un monto de desilusión, es decir, de poder ver los defectos, las limitantes que tiene
el otro y acceder a revisar las propias, ya que solo a partir de la falta, del vacío, es que puede surgir el
deseo de amar. De lo contrario, se estaría en el eterno enamoramiento sosteniendo desde lo imaginario,
sin tachaduras. Pero, ¿Cómo lo logra? Es a través del fantasma que el sujeto logra articular el goce
(malestar) con el deseo (la posibilidad de amar) hacia ese otro que es igual de incompleto e imperfecto
como él mismo. Este es un proceso en el que el adolescente podrá experimentar imposibilidades,
encuentros y desencuentros en su relación de pareja.
Con respecto a la segunda pregunta, mencionaron que el adolescente es más vulnerable a sentir las
pérdidas y duelos debido a la fragilidad de su yo y a que se encuentra en el proceso constitutivo de su
identidad. Afirmaron que la desilusión es como un duelo por el que el sujeto debe atravesar ese dolor,
vivir la pérdida para lograr articular el sentido a todo el sufrimiento. De esta forma es necesario darle
un lugar al dolor que deja la desilusión, precisarle un espacio para poder ser expresado y no silenciado.
La desilusión puede direccionarse al yo del sujeto en donde no se concentre tanto en el otro sino se
quede muy del lado propio de tal manera que el adolescente se cuestione sobre su yo, identidad y deseo:
¿Qué hice? ¿Por qué? ¿Algo hice mal? ¿Por qué me engañó?, cuestionamientos con los que se traza una
apertura al inconsciente con la oportunidad a resignificar lo vivido. Pero lo ilusorio no dura por mucho
tiempo, es frágil y se rompe, lo que da paso a la desilusión. En el momento en que se desvincule del
objeto, sentirá una fuerte tristeza, debido a que entre mayor sea la carga depositada en el ideal, con más
intensidad se sentirá el golpe hacia la desilusión. Pasando de sentirse pleno con la construcción de este
ideal entorno a su objeto de amor, en el momento en que lo pierde, también se va consigo su felicidad,
el hecho de sentirse protegido, deseado e incluso poderoso.
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CONCLUSIONES
A través de esta investigación se logra evidenciar que la idealización y la desilusión inciden en la
elección del objeto de amor, por lo que se llega a concluir que la idealización puede tener dos caminos,
uno a lo imaginario, idealizado y otro, vía al amor, al encuentro con la castración propia y del
partenaire.
El amor conlleva a tener que lidiar con el sufrimiento, parte de amar es tener que confrontar discusiones
y diferencias que pueden llegar a lastimar. La idealización llega a ser un obstáculo para el amor en el
momento que se sostiene en base a la fantasía que se ha creado alrededor del otro, en el momento que
el sujeto decide quedarse viviendo la etapa de la ilusión y no quiere aceptar la castración,
imposibilitando el paso a un amor verdadero, debido a que se encuentra posicionado dentro de su
narcicismo en donde hay una exaltación del yo, en un adolescente que no cuenta aún con las
herramientas suficientes para tener su posición de goce establecida, las relaciones que se establezcan
desde el narcicismo van a desquebrajarse en el momento que empiecen a salir las diferencias, cuando
la relación no es tan perfecta como ellos creían, dándose cuenta que el sujeto adorado también tiene
tanto virtudes como defectos, aun cuando se rehusé a aceptarlas.
En una segunda instancia llegará un momento en que debe enfrentarse a la alteridad, el desencuentro
que tarde o temprano llega, apareciendo la angustia, cuando el ideal tambalea cuando la fantasía falló y
no forma parte de lo esperado. Esto le producirá dolor al ver que algo que creó con tanto anhelo, resulta
que no es como parecía, que el amor que siente no es correspondido de la forma en que le gustaría, que
no recibe los actos y el lenguaje afectuoso que en principio le gustaría por parte de la otra persona. Sino
que se enfrenta en ocasiones con lo opuesto. Pero si es posible que haya una articulación entre fantasía
y realidad en la que ubican un punto de encuentro, esto puede dar paso al nacimiento de la pasión.
El adolescente se ve enamorado, teniendo que hacer una diferenciación entre la fantasía imaginaria que
hace que se prepare para el momento en que deba hacerle frente al objeto de amor, para abrirse paso a
la capacidad de amar, que no es otra que poder abrazar la diferencia que existe en el otro, el transitar
esa angustia, poder darle cara a la herida narcisista que no quiere abrir los ojos para poder darse cuenta
del deseo del otro.
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El enamoramiento que no atraviesa la castración, es el que no puede abrirse a la posibilidad de reconocer
al otro como sujeto, y no podrá entrañarse en el amor, que es el instante final, a donde se llega luego de
atravesar la herida narcisista, en la
adolescencia. Poder caminar por esta dirección es complejo puesto que no hay una promesa o garantía
de una relación sexual completa, se trata de reconocer al otro como singular y también de reconocerse
a sí mismo.
Una de las problemáticas actuales en la adolescencia es que no apuestan por el amor, debido a que
temen tener que pasar por la pérdida, evitando hacer la elección del objeto de amor y, por consiguiente,
no han logrado tener una posición con respecto a su goce. Esto trae como consecuencia un sujeto que
aún no ha logrado salir de la pubertad. Centrándose en su narcicismo, ubicando esa libido en su yo,
apostando a soluciones más apresuradas e inmediatas que lo alejan cada vez más de hacer lazo social
con los otros.
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Obtenido de https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.12477/ev.12477.pdf
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