LA DINÁMICA FAMILIAR Y SU INCIDENCIA
EN LAS CONDUCTAS DE AGRESIÓN SEXUAL
EN EL ADOLESCENTE
FAMILY DYNAMICS AND THEIR IMPACT ON SEXUAL
ASSAULT BEHAVIORS IN ADOLESCENTS
Marcia Ivette Colmont Martínez
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
Odalis Kattya Holguín Ramírez
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
Carlota Carolina Álvarez Chaca
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
Tatiana Aracely Torres Gallardo
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador
pág. 5295
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.15247
La Dinámica Familiar y su Incidencia en las Conductas de Agresión Sexual
en el Adolescente
Marcia Ivette Colmont Martínez
1
mgs.marciacolmont@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0775-7839
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil - Ecuador
Odalis Kattya Holguín Ramírez
odaliskattyahr@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-7957-9150
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil - Ecuador
Carlota Carolina Álvarez Chaca
carlota.alvarez.chaca@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-0271-0089
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil – Ecuador
Tatiana Aracely Torres Gallardo
tatianatorresgallardo@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6289-1038
Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
Guayaquil - Ecuador
RESUMEN
El presente trabajo tuvo como objetivo principal analizar la dinámica familiar y su incidencia en las
conductas de agresión sexual en el adolescente mediante el enfoque sistémico, para describir la
constitución de la dinámica familiar, las conductas de agresión sexual y el vínculo existente entre ambas
variables en el adolescente. La importancia de la investigación se encuentra en la esencialidad de la
familia como parte fundamental para el proceso de desarrollo y construcción de la identidad del menor,
a través del enfoque cualitativo, se caracterilas agresiones sexuales cometidas por el adolescente
como procesos relacionales vinculados estrechamente a diversas experiencias vivenciadas en el interior
del sistema familiar. Cabe mencionar que, para nutrir el trabajo, se realizaron entrevistas semi
estructuradas a profesionales en psicología clínica con experiencia en el ámbito de intervención de
menores infractores para identificar desde sus respectivas perspectivas y experiencias la incidencia de
la dinámica familiar en la predisposición para cometer dichos actos.
Palabras claves: adolescentes, familia, dinámica familiar, agresión sexual, sexualidad
1
Autor principal
Correspondencia: carlota.alvarez.chaca@gmail.com
pág. 5296
Family Dynamics and Their Impact on Sexual Assault Behaviors in
Adolescents
ABSTRACT
The main objective of this work was to analyze family dynamics and their impact on sexual aggression
behaviors in adolescents using the systemic approach, to describe the constitution of family dynamics,
sexual aggression behaviors and the link between both variables in the teenager. The importance of the
research is found in the essentiality of the family as a fundamental part of the process of development
and construction of the identity of the minor. Through the qualitative approach, the sexual assaults
committed by the adolescent were characterized as relational processes closely linked to diverse
experiences experienced within the family system. It is worth mentioning that, to nourish the work,
semi-structured interviews were carried out with professionals in clinical psychology with experience
in the field of intervention of juvenile offenders to identify from their respective perspectives and
experiences the impact of family dynamics on the predisposition to commit such acts.
Keywords: adolescents, family, family dynamics, sexual assault, sexuality
Artículo recibido 10 octubre 2024
Aceptado para publicación: 15 noviembre 2024
pág. 5297
INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud (2021): “La adolescencia es un período crucial para el
desarrollo de hábitos sociales y emocionales importantes para el bienestar mental” (párr. 4). Esto
implica que los adolescentes experimentan diversos cambios que no se limitan a los caracteres sexuales
corporales, sino que en el ámbito social y psicológico también se suscitan configuraciones sujetas a un
contexto, que en caso de ser adverso produce afectaciones en el adolescente.
Mardones & Escalona (2020) en su investigación Adolescentes En Terapia. Intervención Desde El
Enfoque Sistémico identificaron que: “la experiencia de relaciones que estableceel adolescente con
los demás, va a estar determinada por la calidad de relación como infante con su grupo primario” (p.
288). En otras palabras, el modo de relacionamiento de un individuo se constituye con base a un primer
grupo con el que atraviesa las etapas de la infancia y posteriormente la adolescencia, inclusive su propia
identidad se verá comprometida en la red de vínculos con el grupo primario.
Cabe destacar, la familia como grupo primario social tiene varias funciones, entre ellas se encuentra la
enseñanza de las normas, valores, códigos, entre otros. El conocimiento que se transmite puede ser
intergeneracional, es decir que para comprender el funcionamiento de la familia es necesario considerar
la influencia de las anteriores generaciones desde un contexto social que perdura en el sistema familiar.
Con esto aclarado, la dinámica familiar juega un papel fundamental en la constitución personal del
individuo, más aún cuando se trata de una persona en vías de formación como un adolescente, por lo
tanto, es importante comprender aquellas problemáticas intrafamiliares que pueden predisponer la
ejecución de conductas de agresión sexual hacía los demás.
En la investigación sobre la dinámica familiar y su incidencia en las conductas de agresión sexual en el
adolescente se plantea conocer la constitución de la dinámica familiar y su influencia en el nexo que se
establece entre la inclinación para cometer conductas de agresión sexual en el adolescente y las
diferentes situaciones que se pueden presentar en el funcionamiento del sistema familiar. La familia
representa un grupo de gran importancia en la formación de los individuos, puesto que en ella se
desarrollan las primeras interacciones que posteriormente incidirán en el modo de relacionamiento con
los demás en la sociedad, por lo que las variaciones suscitadas en los vínculos sociales dentro de la
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misma pueden incidir en la individualidad los individuos y predisponer una tendencia para ejecutar
conductas de agresión sexual.
El término familia implica una definición no especificada que se encuentra sujeta a la percepción propia
de cada individuo, asimismo es un concepto que ha experimentado diversas modificaciones debido al
paso del tiempo y los cambios en la sociedad. Según la ONU, la familia es un: “Grupo de personas del
hogar que tienen cierto grado de parentesco por sangre, adopción o matrimonio, limitado por lo general
al jefe de familia, su esposa y los hijos solteros que conviven con ellos” (Sinche y Bustamente, 2006,
p. 3). No obstante, la anterior acepción hace referencia a la familia a través de una estructura que
involucra únicamente a las figuras parentales acompañadas de los hijos, por ende se omiten las demás
tipologías que presentan una conformación diferente.
El autor Garibay (2013) señala que: “El primer contexto del ser humano es la familia y el contexto de
la familia es su cultura. La cultura se transmite al individuo, por lo menos en sus primeras etapas, a
través de su familia” (p. 2), esto posiciona a la familia como un grupo primario en el que se suscita el
desarrollo de los integrantes que la conforman, para luego evidenciar la incidencia de esta formación
inicial en la individualidad, autonomía y formas de interacción de cada uno de estos, no solo con su
propio entorno familiar, sino también con el medio social.
Es así como el grupo familiar se encarga de cumplir con varias funciones relacionadas con la
configuración de sus miembros, tal como especifica Garibay (2013) citando a Minuchin: “Las funciones
de la familia sirven a dos objetivos: uno interno, la protección psicosocial a sus miembros; otro externo,
la acomodación a una cultura, para garantizar alguna continuidad con ella” (p. 38). La segunda función
determina que la familia cumple con “enseñar las formas necesarias y básicas para que cada individuo
se inserte en la sociedad y conozca, entre otros aspectos, sus normas, sus valores y su organización”
(Bermudez & Brik, 2013, p. 35 - 36). Por ende, independientemente de la diversidad cultural presente
en el mundo, la familia se encarga de trazar un vértice por el cual es posible la enseñanza de aprendizajes
que le serán útiles a sus miembros principalmente para su adaptación en una comunidad posibilitando
el funcionamiento y permanencia de la misma.
No obstante, en el 2010 Bermudez y Brik plantean que: “Aunque la familia constituye el punto de
referencia para sus integrantes, éstos tienden a buscar autonomía, individualización y nuevas
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identificaciones diferentes al marco original, en el entorno más próximo o lejano, como parte de su
desarrollo y crecimiento” (p. 30). A pesar de que la familia de origen se erige como la primera
institución en la que un individuo se encuentra inmerso, cabe destacar que sus enseñanzas no serán las
única presentes en la individualidad de este mismo, ya que una vez se empiecen a producir nuevas
interacciones con otros entornos no familiares, se introducirán aprendizajes distintos que pueden influir
en su idiosincrasia y de manera simultánea causar conflictos familiares por el encuentro con estas
influencias receptadas del exterior.
Ahora bien, cuando los individuos empiezan a relacionarse con otros agentes externos que no
pertenecen a su grupo familiar de origen, la familia también puede funcionar como una red de apoyo
sobre todo cuando la adaptación de un individuo presenta dificultades, puesto que “se vuelve a ella en
búsqueda del amor, de los valores compartidos y también se acude ante la necesidad de apoyo en los
buenos y malos momentos” (Bermudez & Brik, 2010, p. 27). En consecuencia, la familia como célula
básica de la sociedad, acompaña a sus integrantes a lo largo de su ciclo vital a través de sus cuidados y
educación, por lo que difícilmente sus efectos pueden ser equiparados por la labor de otras entidades
sociales no familiares.
Para comprender a la familia como un sistema, es necesario revisar con brevedad que es un sistema.
Los autores Bermúdez y Brik (2010) utilizaron la conceptualización de Hall y Fagen, donde especifican
que un sistema es “el conjunto de objetos así como de relaciones entre los objetos y entre sus atributos.
Los objetos son las partes del sistema, los atributos son las propiedades de los objetos y las relaciones
mantienen unido el sistema” (p. 71).
Al hacer referencia a la familia como un sistema compuesto por subsistemas, es adecuado hacer uso del
término “holón” para entablar una denominación lógica y descriptiva de la tarea que desempeñan estos.
Es así que, Minuchin y Fishman (2004) empleando el término propuesto por Koestler describen que:
“Cada holón, en competencia con los demás, despliega su energía en favor de su autonomía y de su
autoconservación como un todo (…) Pero también es vehículo de energía integradora, en su condición
de parte” (p. 27), esto implica que un holón posee la característica de ser un todo y una parte de manera
simultánea, es un todo dado que se diferencia de los demás holones o subsistemas por la singularidad
de su integración, organización e interacción.
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Es una parte debido a que su interacción permite dar continuidad al funcionamiento del sistema y por
ende del suprasistema, contribuyendo así en su auto conservación y la homeostasis interna y externa.
La dinámica familiar se trata del resultado de las relaciones ocurridas en los subsistemas u holones de
un sistema familiar. De acuerdo con Sánchez et al. (2015), la dinámica familiar: “son interacciones que
se presentan al interior de la vida doméstica a partir de relaciones de parentesco y afinidad. Estas
interacciones están caracterizadas por relaciones que van desde la colaboración hasta el conflicto entre
sus miembros” (p. 126). En ese sentido, la naturaleza resultante de los vínculos entablados por los
integrantes de una familia, son un producto de una compleja estructuración familiar, por lo que cada
dinámica puede presentar sus propias variables formando así una suerte de sello familiar.
Al hacer referencia sobre la dinámica familiar como un resultado directo de las interacciones generadas
a su vez por la estructura familiar, se debe también considerar una de las características de la familia
como sistema, donde se especifica la incidencia de las acciones de un miembro sobre los demás
produciendo cambios en la totalidad del grupo familiar. Desde esta perspectiva, para ejemplificar la
dinámica como un resultado, se puede tomar en consideración las características que le otorga el autor
Ackerman a un grupo familiar saludable, el cual se encuentra “integrado internamente, debe ser
autoestabilizador y rebosar capacidad de crecimiento. Debe preservar una capacidad fluida y elástica
de cambio” (Amarís et al., 2005, p. 5). A partir de esta idea, se puede concluir que una dinámica familiar
saludable se produce cuando la estructuración familiar se funda en límites, normas o roles que
promuevan adaptabilidad, flexibilidad, autonomía y aprendizajes a la totalidad del sistema.
En varios planteamientos anteriores se ha resaltado el papel de la familia para el desarrollo de sus
individuos, aunque se especificó que el grupo familiar no será el único contexto de interacción en el
que un ser humano se verá inmerso, la familia permanece como esa agrupación que no solo se encargará
de proteger y brindar aprendizajes a sus miembros, sino que también se encarga de contribuir
emocionalmente el proceso de diferenciación para cada individuo en el sistema familiar. Para Bowen
citado por Vargas et al., (2016) identifica que “el tipo de relaciones que el individuo establece en su
familia y el papel que él interpreta dentro de la misma, determinan su diferenciación de ella y esto
influye a su vez en la autonomía emocional” (p. 134).
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En 2023, la OMS describió que la adolescencia es la etapa de la vida de un individuo que “va de la
niñez a la edad adulta, o sea desde los 10 hasta los 19 años. Representa una etapa singular del desarrollo
humano y un momento importante para sentar las bases de la buena salud” (párr. 1). En cambio, para el
organismo de la UNICEF (2020), la adolescencia se trata de “una etapa necesaria e importante para
hacernos adultos. Pero esencialmente es una etapa con valor y riqueza en sí misma, que brinda infinitas
posibilidades para el aprendizaje y el desarrollo de fortalezas” (párr. 1). No obstante, dentro de esta
última definición también se señala que se trata de una fase desafiante no solo para los adolescentes que
la atraviesan, sino también para los padres y las demás personas que conforman el círculo social en el
que se encuentra integrado.
La adolescencia se caracteriza por ser una compleja fase, en la que no solo se experimentan diversos
cambios biopsicosociales destinados al crecimiento y desarrollo del adolescente, sino que también se
encarga de las dimensiones vinculadas a la construccn, nutrición y formación de la identidad que
podrá asumir en la edad adulta. Por ende, durante esta etapa “se despliegan un conjunto de cambios
corporales que incluye (…) el crecimiento físico (…) que ponen en marcha unas modificaciones
corporales que culminarán en la consolidación de un cuerpo adulto… y facilitarán la aparición de los
caracteres sexuales secundarios” (Espinoza, 2002, p. 3).
La adolescencia trae consigo el duelo referente al cuerpo y las conductas infantiles, aunque el mismo
puede extenderse a las figuras parentales, sobre todo cuando se considera la transición en la perspectiva
infante - adolescente. La autora Krauskopof (1999) indica que con la llegada de la adolescencia “Existen
duelos por la pérdida del cuerpo y el status infantil así como de la imagen de los padres seguros y
protectores de la niñez” (párr. 10). Por lo tanto, esto puede producir efectos en el entorno familiar del
adolescente, debido a que “las fortalezas y debilidades del sistema familiar contribuyen a la
interpretación de los hechos y a la perspectiva que orienta las reacciones y actitudes ante el renacer
puberal” (Krauskopof, 1999, párr. 10).
Cabe mencionar, el duelo o la pérdida de la adolescencia no solo involucra directamente al púber, puesto
que este puede involucrar también a las figuras parentales del mismo, específicamente en lo que refiere
a “el duelo por la pérdida de su hijo-niño, el duelo por el adolescente que fantasearon, el duelo por su
rol de padres incuestionados” (Krauskopof, 1999, párr. 16).
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Desde la perspectiva de la autora Krauskopof (1999) señala sobre el adolescente y su entorno familiar:
La familia ha dejado de ser el espacio privilegiado para confirmar las habilidades y
autoestima adolescente, lo que genera para las figuras parentales el difícil desafío de lograr
la capacidad de mantener y expresar, en estas nuevas condiciones, la aceptación de sus
hijos adolescentes, lo que es siempre fundamental para su desarrollo. (párr. 17)
Los efectos de la transición de la infancia hacia la adolescencia sobre el sistema familiar producen un
cambio en general sobre la totalidad de relaciones existentes en su interior. La familia del púber no
representa el mismo espacio que solía ser cuando el individuo era un niño, esto se puede observar en el
vínculo de los padres con sus hijos, puesto que “durante la infancia de los hijos los padres son quienes
toman las decisiones sobre las reglas familiares, así como lo que sus hijos pueden o no pueden hacer.
A medida que los hijos entran en la adolescencia, las relaciones familiares se transforman (…)” (Pérez
y Alvarado, 2015, p. 2).
El desarrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios produce configuraciones que abarcan
los aspectos corporales, sociales y psicológicos relacionados a la sexualidad del adolescente. Pérez et
al. (2010) describe sobre la relación entre los cambios de la pubertad y su influencia en la sexualidad
del adolescente:
Los cambios biológicos de la pubertad (la adquisición de la capacidad reproductiva y el
crecimiento físico) determinan un elevado aumento del deseo sexual. Esto genera, a su
vez, una actitud negativa o positiva con respecto al propio cuerpo y a las normas morales
de la sociedad que los [adolescentes] culpabilizan, produciéndose sentimientos
contradictorios. (p. 6)
Las manifestaciones del desarrollo de la sexualidad en el adolescente pueden girar en torno a varias
dimensiones tales como su propio cuerpo, sus preferencias y su relacionamiento con otros (el cuerpo
ajeno y los sentimientos amorosos). En la vivencia de estas manifestaciones “algunos [adolescentes]
reprimen totalmente sus emociones; otros manifiestan sus sentimientos sólo a través de fantasías; otros
buscan el contacto con el otro sexo. Las actividades sexuales que desarrollan pueden ser autoeróticas,
juegos sexuales o acto sexual coital” (Pérez et al., 2010, p. 6).
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La sexualidad es una dimensión universal y fundamental, por lo tanto, cada ser vivo goza de esta, en la
humanidad existen determinadas reglas sociales y legales que pautan las interacciones de esta, y siendo
universal todos gozan de ella y es un derecho elegir cómo vivirla. Sin embargo, este derecho se pierde
cuando se trata de acceder a esta sexualidad por la vía del forzamiento, haciendo que otros pierdan su
derecho a elegir como experimentarla y vivenciarla.
La agresión sexual es un tipo de violencia o contacto forzado, un acto que vulnera la sexualidad e
integridad de otra persona (sin consentimiento), la misma tiene como particularidad el transgredir el
límite a la intimidad y sexualidad de las otras personas. La comprensión de la agresión sexual permite
reconocer cuando un límite no es respetado, se puede observar como la decisión de consentir de las
personas vulneradas queda anulada ante tal acto, en cuyo caso permite tener una comprensión además
de que actos también son agresiones de carácter sexual, más allá de pensar en el acto coital, puesto que
en la sociedad existen conductas transgresoras normalizadas que entorpecen ver que es el inicio de una
agresión.
Cuando se abarca la agresión sexual cometida por los adolescentes, se encuentra comprometida
directamente su sexualidad, por lo que se debe considerar que la misma va más allá de la genitalidad e
involucra también las influencias de la cultura, el contexto, las ideas, etc. El autor Bonilla (2016)
describe sobre las posibles causas que llevan a un adolescente a agredir sexualmente, puesto que
“algunos [estudios] piensan que son enfermos y otros por el contrario, piensan que son totalmente
conscientes de lo que hacen; las características que predisponen a un adolescente son variadas (…)” (p.
10).
Las motivaciones que se esconden detrás de las agresiones sexuales llevadas a cabo por adolescentes
pueden ser varias. la autora Rivera (2021) describió algunos aspectos (individuales, familiares y
ambientales) involucrados, entre los cuales, en primer lugar se puede abordar la individualidad del
menor, su formación y las interpretaciones que construya con respecto a su alrededor o entorno, dado
que “el desarrollo inapropiado de estas interpretaciones da lugar a factores de riesgo, propicios a crear
una problemática conductual, disminuyendo el grado de autocontrol y autoconcepto personal, que pueda
conducir a una tendencia a ejecutar actos criminaleS” (p. 5).
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Cuando se habla de dinámica familiar y su incidencia en la conducta de agresión sexual en el
adolescente, se debe considerar que la dinámica es un resultado directo de las pautas de interacción que
se forjan en la estructura del sistema familiar, por lo tanto se pueden abordar diversos escenarios, entre
los cuales se puede observar la influencia del entorno familiar sobre la tendencia de un adolescente a
llevar a cabo dichas conductas. De acuerdo con Astorga (2022) sobre la violencia:
puede ser comprendida como un proceso vinculado a nuestras bases evolutivas, un proceso
que no está dentro de las personas, un proceso relacional del cual en cierta medida todos
participamos, y que por ende está presente en mayor o menor medida en todos nosotros y
en diversos contextos. (p. 39)
Cuando se habla de agresiones sexuales cometidas por el adolescente, se puede comprender estos
conductas como una suerte de indicador o señal que permita profundizar específicamente en el ambiente
familiar o de cuidado en el que el menor se encuentra inmerso, de tal forma que se pueda conocer y
analizar no sólo los aspectos de estructuración familiar, sino también las pautas de transacción
(interacción) que han configurado los límites, las reglas, los roles, entre otros elementos que dan como
resultado una dinámica o funcionamiento específico.
En el caso específico de los menores que agreden sexualmente y sus entornos familiares, las situaciones
conflictivas ocurridas en los mismos pueden mantener un vínculo con el incumplimiento de las
funciones familiares (protección y aprendizaje), estilos de crianza ausentes o sobreprotectores, pautas
de transacción que han entablado vínculos inapropiados (triangulación), límites desdibujados que
afectan o distorsionan la noción de autoridad dificultando el establecimiento de normas y reglas que
encaucen las tareas y los roles de cada miembro.
Entre los varios conflictos que pueden manifestarse en el entorno familiar de los adolescentes que
agreden sexualmente, también pueden encontrarse presentes los abusos sexuales intrafamiliares, los
mismos que influyen directamente sobre la generalidad del sistema. Para Astorga (2022), las temáticas
de abuso sexual en las familias de los adolescentes que cometen conductas de agresión son
acontecimientos que no son nuevos (abusos intergeneracionales) o que no fueron abordados (silencio
familiar), por ello,
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La conducta abusiva puede entenderse como la expresión de temas no abordados y/o no
resueltos en torno a la sexualidad al interior del sistema relacional multigeneracional
(estrechamente relacionadas con experiencias abusivas previas) y que involucran
considerar cómo se entiende y cómo se vive cotidianamente la sexualidad al interior de
éste. (p. 42).
La problemática en torno a los abusos sexuales intrafamiliares e intergeneracionales, desde las
perspectivas del agresor (adolescente) y de la víctima representan conflictos asociados con las vivencias
al interior del sistema familiar. Otras problemáticas que pueden relacionarse a estos conflictos pueden
ser el “desconocimiento en temas referentes a la sexualidad por parte de las figuras adultas (algunas de
ellas asociadas a sus propias experiencias abusivas) dificultándoles abordar estos temas con sus hijos e
hijas” (Astorga, 2022, p. 46).
Al abarcar las dinámicas familiares como un factor que influye en los adolescentes que agreden
sexualmente, no solo se debe atribuir la conducta al ciclo de abuso sexual intergeneracional del sistema
familiar en el que se encuentran, puesto que como se puede evidenciar existen otras situaciones de
vulneración que pueden ir desde los maltratos hasta la total ausencia de supervisión parental (sistema
de cuidado).
METODOLOGÍA
El enfoque utilizado en para recabar información para este artículo fue el cualitativo ya que con este se
busca indagar en varios aspectos que se pueden manifestar, específicamente en el entorno familiar de
la población (adolescentes) de intereses de la investigación. Además, en los procesos de investigación
cualitativa se pueden “desarrollar preguntas e hipótesis antes, durante o después de la recolección y el
análisis de los datos” (Sampieri et al., 2010, p. 7), esto implica que las interrogantes del estudio pueden
ser configuradas o replanteadas en torno a los datos recolectados.
Para Sampieri et al. (2010), los estudios cualitativos “se basan más en una lógica y proceso inductivo
(explorar y describir, y luego generar perspectivas teóricas). Van de lo particular a lo general” (p. 9).
Por ende, bajo este enfoque, las preguntas e hipótesis de la investigación se vinculan con la recolección
de datos, en este caso de las entrevistas semi estructuradas y de las respuestas que los profesionales
otorguen desde su experiencia y perspectivas, de tal forma que no solo se vayan contrastando con los
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aspectos (dinámicas familiares) que giran en torno a la población de estudio, sino que también puedan
ir agregando y construyendo conclusiones generales.
En cuanto al paradigma o modelo, se hizo uso del interpretativo, puesto que “intenta comprender la
realidad, considera que el conocimiento no es neutral. Es relativo a los significados de los sujetos en
interacción mutua (…)” (Lorenzo, 2006, p. 17). Por lo tanto, a través de este paradigma se pueden
analizar y describir los aspectos relacionados al sistema familiar en el que se desarrolla un adolescente
que comete conductas de agresión sexual, de tal forma que se realiza “una rigurosa descripción
contextual de estas situaciones (…)”(Lorenzo, 2006, p. 17).
Desde la autora Lorenzo (2006), en el paradigma interpretativo “el sujeto es un individuo comunicativo
que comparte significados. Entre ellos/as (incluido el investigador/a) se establece una comunicación
bidireccional. Los propios individuos construyen la acción interpretando y valorando la realidad en su
conjunto” (p. 16). Dentro del trabajo, se debe considerar que las entrevistas semi estructuradas
realizadas entablan un diálogo entre el investigador y los profesionales para debatir e ir concibiendo
desde sus perspectivas aquellos factores que pueden motivar la realidad que investiga, en este caso, la
dinámica familiar y su incidencia en adolescentes agresores sexuales. Cabe mencionar, que en el
proceso, el diálogo bidireccional permite que se pueda agregar información hacía los motivos o causas
de los hechos nutriendo aún más la investigación.
El método o alcance del estudio es descriptivo, dado que busca “especificar las propiedades, las
características y los perfiles de personas, grupos, comunidades, procesos, objetos o cualquier otro
fenómeno que se someta a un análisis” (Sampieri et al., 2010, p. 80). Esto implica que, durante la
investigación se recabó información a través de bibliografía para poder caracterizar las familias, su
concepción como sistemas y las dinámicas resultantes del funcionamiento. Posteriormente, se indagó
en los aspectos más específicos de los entornos familiares de los adolescentes que agreden sexualmente,
describiendo las funciones, la estructuración y dinámica de dichos entornos.
De acuerdo con Galarza (2020) “En este alcance de la investigación, ya se conocen las características
del fenómeno y lo que se busca, es exponer su presencia en un determinado grupo humano” (p. 2). En
la investigación, además de realizar una recolección de información (bibliografía) en torno a los
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aspectos de las dinámicas familiares, justamente se buscó abordar la importancia de estas sobre los
adolescentes que cometen agresiones sexuales.
Las técnicas a utilizarse, en primer lugar, se encuentra la revisión bibliográfica, debido a que la misma
“se puede reconocer como un estudio en mismo, en el cual el revisor tiene un interrogante, recoge
datos (en la forma de artículos previos), los analiza y extrae una conclusión” (Guirao et al., 2008, p. 4).
Dentro de la bibliografía consultada se pueden encontrar textos que abarcan la familia, la estructura
familiar, la formación de la dinámica familiar, situaciones conflictivas a partir de dinámicas especificas
(límites desdibujados, estilos de crianzas ausentes o sobreprotectores, ausencia de normas y reglas, roles
indefinidos, entre otros). Además, para ahondar en la temática de los adolescentes que agreden
sexualmente se consultaron libros en específicos que abordan los abusos sexuales y los ciclos de
violencia en la familia, tales como: “Violencia y abusos sexuales en la familia: Un abordaje sistémico
y comunicacional” y “Del abuso y otros desmanes”. Cabe destacar, que la bibliografía consultada
aborda sus respectivos contenidos bajo el enfoque sistémico familiar.
En segundo lugar, la siguiente técnica corresponde a las entrevistas semi estructuradas, debido a que
“pueden ajustarse a los entrevistados. Su ventaja es la posibilidad de adaptarse a los sujetos con enormes
posibilidades para motivar al interlocutor, aclarar términos, identificar ambigüedades y reducir
formalismos” (parr. 9). El uso de la entrevista permitirá entablar una suerte de “conversación” que
permita conocer la perspectiva del profesional entrevistado sobre su experiencia y criterios teóricos
propios en torno a las dinámicas familiares y su incidencia en los adolescentes que cometen agresiones
sexuales. También, las respuestas pueden abrir nuevas ideas que puedan diversificar las conclusiones
generales de la investigación.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En base a los resultados obtenidos de las entrevistas semi estructuradas a profesionales en psicología
clínica con experiencia en el trabajo con adolescentes, dieron cuenta de su experiencia tanto práctica
como teórica, pero sobre todo permitió obtener la perspectiva del profesional entrevistado sobre su
experiencia y criterios teóricos propios en torno a las dinámicas familiares y su incidencia en los
adolescentes que cometen agresiones sexuales.
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Se procede a presentar los resultados obtenidos a partir de la percepción de los profesionales en
psicología clínica en relación con las preguntas realizadas que apuntaron a abordar el objetivo que rige
la presente investigación
Pregunta: ¿Cómo definiría usted la agresión sexual en el adolescente?
En la primera pregunta, la mayoría coincide en que las agresiones sexuales cometidas en la adolescencia
son actos en los que se fuerza el acceso sexual hacia otra persona (no hay un consentimiento) como lo
expresaron los profesionales (P): “cuando esto se da en el ámbito sexual se centra en vulnerar la decisión
de las personas de no acceder a actos sexuales” (P1) Son actos de abuso que vulneran de manera
significativa no sólo la integridad física, sino también a nivel psicológico y emocional (P2), “Las
agresiones sexuales son cualquier acto de índole sexual cometido hacía otros sin su consentimiento,
incluyendo la penetración (violación)” (P3), “Son todos los actos que vulneran la integridad física
(sexual) y psicológica, se caracterizan por ocurrir en una instancia donde no hay un claro consentimiento
o donde la ctima no se encuentra en un estado capaz de consentir” (P5), “Considero que la agresión
sexual en general se trata de acciones violentas de carácter sexual que se realizan hacia otra persona sin
su consentimiento” (P6), “Es todo acto en el que se accede sexualmente a otra persona sin su
consentimiento, desde la ley se considera consentimiento viciado también cuando una persona no se
encuentra en una edad en la que pueda consentir dichos actos (no es en posibilidad de dar
consentimiento)” (P7)
Sin embargo, al ocurrir en un periodo como la adolescencia, se trata más bien de una manifestación en
la que se debe observar más allá del acto, sobre todo porque dichos actos conforman conflictos en torno
a la sexualidad del adolescente: “La adolescencia presenta características específicas, dado que es una
etapa de cambios que se presentan muy rápidamente, lo cual puede convertirse en un factor de
vulnerabilidad mayor” (P2), “La agresividad sexual de un adolescente puede ser considerada como la
energía que se encuentra en el revolú hormonal (pubertad) en conjunto de las costumbres, la cultura,
los límites, roles de su sistema familiar, etc”(P4), “Ahora bien, lo especifico en las adolescencias en
crisis es que es posible que el adolescente se vea empujado a realizar ciertos actos que van en contra
del orden ya que el adolescente se encuentra en un momento de mucha precipitación, angustia y
desenfreno, me refiero al adolescente en crisis” (P6)
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Desde su perspectiva, ¿Cuáles son los comportamientos considerados como agresiones sexuales?
En la segunda pregunta, se consideran agresiones sexuales son todos los actos con índole sexual en los
que se accede sexualmente hacia otra persona sin su consentimiento, produciendo afectaciones no solo
físicas, sino también psicológicas. Dentro de esta pregunta, se pueden analizar las agresiones sexuales
desde otras modalidades que no implican un tocamiento o penetración. Por ejemplo: el acoso callejero:
“centraría las agresiones sexuales como aquellas que no tienen consenso, es decir hay forzamiento en
actitudes, palabras o acciones de índole sexual; y aún con consentimiento, queda un daño físico” (P1),
Son todo tipo de actividades o contactos de índole sexual que no se expresan bajo el marco del
consentimiento. Hay formas muy sutiles que pueden pasar desapercibidas por la manipulación ejercida
hacia la persona” (P2), un beso así como un piropo pueden constituirse como formas de agredir o
degradar a otra persona (debido a su intencionalidad)” (P3), en el caso de los niños y adolescentes, se
debe tener en consideración que muchos comportamientos que repiten son aprendidos, ellos pueden
tener una reacción de rechazo total o pueden normalizarlos predisponiendo el acometimiento de estas
conductas, justamente por esta normalización ” (P4), “Todos los actos que atentan contra el cuerpo de
la otra persona que son de carácter sexual” (P6),
Desde su punto de vista, ¿Cuáles son los aspectos que predominan en una dinámica familiar
disfuncional?
En la tercera pregunta, es posible realizar una distinción entre disfuncionalidad asociada a la
estructuración y el cumplimiento de las funciones en el sistema familiar. Debido a las nuevas tipologías
de familias, existen modificaciones que no siguen el modelo tradicional de familia conformada por
padre, madre e hijos. No obstante, cuando se habla de disfuncionalidad en torno a funciones, se abarca
el cumplimiento de las funciones asociadas al cuidado y la enseñanza que pueden producir efectos en
los miembros en etapas de formación: Los factores que predominan en una dinámica familiar
disfuncional están alrededor de un no tener elementos como el amor, la comprensión y el respeto, para
poder lidiar con este elemento en torno a no saber hacer con la sexualidad”(P1), “Las dinámicas
disfuncionales en la familia se establecen por patrones de comportamiento, comunicación y de relación
conflictivos, ambiguos, disarmónicos, negligentes, evasivos, e inseguros”(P2) La familia donde la
autoridad se encuentra entorpecida, puede haber un déficit en los recursos que los padres puedan
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otorgarle a sus hijos para funcionar como un soporte a través de esta etapa (P3), “Es necesario
comprender que hay vivencias que los adolescentes experimentan a solas, donde los padres no tienen
el alcance para cubrir, proteger, vigilar, por ello lo importante es hacer un espacio para la palabra de
ellos, y a veces hacer ese espacio, tratar de entender a su hijo requiere de la intervención de otros, ya
sea familiares, amigos, profesores o psicólogo (P6), En una época donde existen crisis económicas
que obligan a los padres a salir a trabajar y en este caso, ¿Quién escucha a estos adolescentes?” (P7).
La adolescencia es una etapa en la que los adolescentes experimentan diversos cambios
biopsicosociales, ¿Cuál sería el papel de la dinámica familiar dentro de este proceso?
La mayoría de los profesionales coinciden en que la familia y su dinámica ocupan un lugar muy
importante en el proceso de desarrollo del adolescente, principalmente se relaciona este lugar como uno
que puede funcionar como soporte o sostén debido a la multiplicidad de cambios que surgen con la
pubertad. Dentro de esta pregunta, también se destaca la función de acompañamiento de la familia, en
torno a sus dudas:” Es vital en este punto que la familia se arme de mucha paciencia porque se trata de
acompañar este proceso, no es no hablar o huir a las conversaciones o argumentaciones” (P1), “el papel
de la familia en esta etapa es acompañar gradualmente los nuevos retos que se presenten, y favorecer el
desarrollo de nuevas habilidades, la construcción y reafirmación de la propia identidad, brindar
seguridad y estructura para el descubrimiento del sujeto dentro y más allá de su núcleo familiar” (P2),
, la dinámica familiar juega un papel fundamental no solo en lo que respecta a la regulación y los
límites del adolescente, sino también en el lugar de acompañamiento del mismo” (P4), “La afectividad
es un mecanismo de prevención que permite que el adolescente se sienta aceptado y amado por su
familia”(P5), “Es necesario que los padres acompañen en ese despertar de la sexualidad de sus hijos en
tanto se permitan escuchar con qué “soluciones” sus hijos están experimentando el encuentro con sus
pares” (P6),
¿En qué medida la dinámica familiar puede ser un factor influyente en el cometimiento de
conductas de agresión sexual en los adolescentes?
De acuerdo a las respuestas obtenidas de los profesionales surgen dos posiciones en las que se establece
que la familia puede ser influyente, pero no en la generalidad de los casos. Se atribuye la incidencia de
la familia específicamente en el caso de que las conductas de agresión hayan sido normalizadas al
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interior del sistema familiar, de tal forma que esto luego puede influir en la identidad del adolescente:
“Puede ser muy influyente, aunque no es una regla, se sabe que lo que se encuentre o se viva influye”
(P1), “la dinámica familiar puede incidir en la constitución del sujeto, en su construcción y formas de
elección”(P2), “la familia juega un papel importante, al igual que la construcción que tenga el individuo
en torno a su identidad y los recursos que decida tomar para constituirse”(P3), Si. La familia puede ser
influyente en la manifestación de conductas de agresión sexual en el adolescente, sobre todo si en el
sistema familiar las mismas se encuentran normalizadas” (P4), “La acción de la familia refiere a la
celebración de conductas agresivas sexuales o que afecten la integridad de otras personas por parte de
las figuras adultas del sistema”(P5), “La familia puede influir de diversas maneras aunque no es posible
concebir una formula exacta en la que si un adolescente crece en un ambiente disfuncional,
automáticamente eso propicie el cometimiento de conductas sexuales agresivas (P6), “La familia como
el primer referente en la vida de un adolescente (en construcción respecto a su identidad) puede influir
en el desarrollo de su personalidad reconduciendo (estableciendo limites) o pueden hacer como si nada
(secreto familiar)” (P7).
¿Cuáles serían los factores de riesgo para que un adolescente desarrolle conductas de agresión
sexual?
Los factores de riesgo, aunque la psiquis no es determinista, para que un adolescente lleve a cabo
conductas de agresión sexual se encuentran en el entramado familiar, puesto que si este crece en un
hogar en el que las interacciones son violentas y no existe un referente adulto que pueda reconducir al
menor, este podría replicar dichos comportamientos (agresividad en diversas dimensiones). Existen
factores que se asocian a los pares, la institución educativa y el entorno social, esto permite generar
interrogantes más allá de la dinámica familiar y que se relacionan con la falta de límites, roles no
establecidos, ausencia de autoridad, déficit en la comunicación, nula supervisión parental, afectividad
afectada (dificultad en los vínculos): “Dinámica familiar disfuncional, límites/roles/funciones difusos,
desorganización y clima violento” (P2), Existe un abanico enorme de posibilidades dentro de las
familias de adolescentes que agreden sexualmente, por lo que es complejo abarcar indicadores
específicos” (P4), “En los indicadores de disfuncionalidad familiar pueden encontrarse una ausencia de
límites, roles no establecidos, no hay reglas claras, los nculos afectivos distorsionados, entre otros”
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(P5), “puede relacionarse a la ausencia de una figura que permita la regulación y el sociabilizar con los
demás (sin tener comportamientos agresivos)” (P6), “Pueden ser familias donde no se han transmitido
funciones asociadas a los cuidados y el establecimiento de los límites” (P7)
Los resultados obtenidos a partir de las respuestas de los profesionales en psicología clínica permitieron
identificar lo que se conoce comúnmente como una agresión sexual, abarcando otras modalidades que
también implican una vulneración de la integridad física y psicológica de las víctimas. Al caracterizar
dichos actos, en el caso de los adolescentes, se observan desde otra perspectiva que sostiene que estas
agresiones pueden vincularse a aspectos individuales, sociales o familiares. Los autores Pedreira y
Álvarez citados por Mardones y Escalona (2020) refieren en relación a la adolescencia que “cuando se
intenta definir este momento de la vida vemos que posee un hito de inicio marcado por la biología y
otra serie de cambios psicológicos, sociales e interaccionales” (p. 282). Así también Coleman y Hendry
(1920) refieren la adolescencia como un comienzo de transición bajo los términos de “pubertad” o
desarrollo físico (p. 32). A pesar de que la adolescencia, sea una etapa en la que se incorporan nuevas
características e influencias para nutrir su identidad, la dinámica familiar es una constante en la que el
adolescente puede encontrar un espacio de estabilidad (dependiendo de las interacciones) que le sirvan
de soporte frente a los varios cambios que experimenta y las dudas que surgen en torno a su sexualidad.
Es importante resaltar que para que la dinámica familiar apunte a un resultado saludable, debe referir
un espacio “integrado internamente, debe ser auto estabilizador y rebosar capacidad de crecimiento.
Debe preservar una capacidad fluida y elástica de cambio” (Amarís et al., 2005, p. 5).
La familia puede también ocupar un lugar en el que la sexualidad pueda abordarse como un tabú en el
que la transmisión de información sea nula o se encuentre relacionada a ideologías. La dinámica familiar
disfuncional, influye en el adolescente al presenciar las interacciones entre sus padres o al recibir un
determinado trato por parte de estos. Dentro de estas situaciones conflictivas, la temática de los abusos
juega un papel importante con la forma en como cada sistema puede abordarlos.
En el caso de los adolescentes que agreden sexualmente, estos procesos son un indicador clave en tanto,
el adolescente posee conflictos no resueltos que han causado afectaciones. Se pudo identificar también,
que existen otros escenarios de gran influencia que pueden influir en la presencia de estas conductas
como es lo social y lo educativo. De acuerdo con Astorga (2022) sobre la violencia:
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puede ser comprendida como un proceso vinculado a nuestras bases evolutivas, un proceso
que no está dentro de las personas, un proceso relacional del cual en cierta medida todos
participamos, y que por ende está presente en mayor o menor medida en todos nosotros y
en diversos contextos. (p. 39)
Por ende, si se concibe a la violencia como un proceso relacional, la emergencia o predisposición de
esta para manifestarse a través de diferentes situaciones estaría sujeta a los contextos o al entorno, por
lo que sería comprendida más allá de una instancia que surge o proviene desde lo interno de los
individuos.
Cabe destacar, la dinámica familiar disfuncional se relaciona mayormente a los casos de adolescentes
que agreden sexualmente, se asocian al resultado de una estructuración y una dinámica que han
entablado pautas de interacción en torno a una falta de límites, ausencia de autoridad, déficit en la
comunicación y dificultades en la afectividad. Aguilar y Hamui (2014) refieren lo siguiente:
Los límites flexibles permiten la interacción por estar claramente delimitados y por
mantener las prioridades y autonomía de cada miembro. Los límites rígidos se presentan
cuando algún miembro impide y bloquea la relación con los demás. En los límites difusos,
el sistema familiar se presenta descoordinado y no hay claridad con las normas. (p. 85)
La dinámica familiar juega un papel clave en el adolescente, dependiendo del entramado familiar, puede
producir secuelas en el proceso de construcción del menor, las mismas que pueden manifestarse a través
de agresiones sexuales, así como en otras situaciones que involucren actos delictivos.
CONCLUSIONES
La dinámica familiar juega un papel fundamental en la vida de un ser humano, puesto que la familia se
constituye como el grupo primario convocado a cumplir con dos funciones específicas, la primera
relacionada a los cuidados y la segunda se vincula a las enseñanzas. Además de dichas funciones, la
familia también cumple con el deber de preparar a sus miembros más jóvenes en la construcción de su
identidad otorgándoles autonomía y pautas de interacción que les permitan adherirse a la sociedad de
forma adecuada.
De acuerdo al objetivo general, en los adolescentes el cometimiento de conductas de agresión sexual
corresponde a una clara manifestación de conflictos no resueltos en torno a su sexualidad. La familia al
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ocupar un lugar esencial se encuentra involucrada en las transiciones que un adolescente atraviesa
debido a los efectos de la pubertad, por lo que las agresiones sexuales llevadas a cabo por menores
pueden ser concebidas como procesos relacionales que permiten realizar preguntas en torno a su sistema
familiar, su estructuración y su respectiva dinámica.
Cuando se abarca la dinámica familiar como una incidencia, se puede abrir varias posibilidades en torno
a los conflictos que pueden surgir en los entornos familiares de los adolescentes que agreden. La
violencia física, la disminución de límites, la falta de autoridad, estilos de crianza ausente o
sobreprotectores, los abuso sexuales intrafamiliares, los roles no establecidos; comprenden algunas de
las problemáticas asociadas a las dinámicas familiares presentes de los menores que cometen agresiones
sexuales.
Sobre el primer objetivo, para caracterizar la dinámica familiar y comprender de donde surgen las
disfuncionalidades en la misma, es necesario conocer que se trata de un resultado directo de las
estructuraciones familiares. En la estructura familiar, existen elementos que describen el
funcionamiento de un sistema familiar mediante los roles, los limites, entre otros. A partir de estos
elementos es que se puede identificar como la dinámica familiar de constituye.
En cuanto al segundo objetivo, las agresiones sexuales se caracterizaron en torno a los códigos penales
del Ecuador, para otorgar especificidad al estudio, agregando que bajo las regulaciones ecuatorianas,
los adolescentes que cometen infracciones son juzgados bajo una lógica distinta a la que se puede aplicar
a un adulto. Asimismo, las agresiones sexuales bajo la legislación ecuatoriana reciben varias
denominaciones entre violación, extorsión, estupro, entre otras (todas comparten la condición de ser
actos donde hay un acceso sexual en donde el consentimiento fue vulnerado).
Ahora bien, de acuerdo al tercer objetivo, para vincular la dinámica familiar a los adolescentes que
agreden sexualmente, se debe tener en consideración que estos delitos ocurren en una calidad relacional,
por lo que al indagar en los antecedentes o las vivencias del adolescente que las comete, se encuentra
que estos delitos se pueden conectar a experiencias conflictivas experimentadas en el interior de sus
sistemas familiares. La importancia de vincular la dinámica familiar a estas agresiones sexuales permite
que la familia del menor se pueda involucrar en el proceso, sin desligarse completamente del
adolescente, caso contrario cuando ocurre esto puede ser un indicador de la desintegración familiar que
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acontece dentro del entorno. La dinámica funcional no gira únicamente en la problemática de los abusos,
puesto que dentro de las múltiples posibilidades de disfuncionalidad se pueden hallar dificultades que
pueden ir ligadas a los maltratos, la ausencia de los padres, la desinformación, etc.
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