pág. 5375
El resultado de esta revisión permitirá generar un análisis crítico de las estrategias actuales en
neurorehabilitación post-ictus, identificando tendencias, limitaciones en la investigación y posibles
áreas para futuros estudios.
DESARROLLO
Concepto y fundamentos de la neuroplasticidad
Se define a la neuroplasticidad como la habilidad del SNC para reorganizar la estructura, conexiones y
sus funciones en respuesta a estímulos internos o externos. Este proceso favorece a la adaptación del
cerebro en el entorno, a la adquisición de nuevas habilidades, y a lesiones que afectan su funcionamiento
normal. La neuroplasticidad no es un fenómeno limitado a una etapa específica de la vida, por lo que
ocurre en todo el ciclo vital. Sin embargo, se ha evidenciado que la neuroplasticidad es particularmente
robusta en la infancia y va disminuyendo con la edad, aunque sigue presente y funcional en etapas
adultas y en la senescencia
4
.
Existen varios tipos de neuroplasticidad, entre los que destacan la neuroplasticidad sináptica, la
neuroplasticidad estructural y la neurogénesis. La neuroplasticidad sináptica, la más común, implica
cambios en el fortalecimiento de las conexiones neuronales, a partir procesos la depresión a largo plazo
(LTD) o como la potenciación a largo plazo (LTP), que facilitan o inhiben la transmisión de señales
nerviosas según el aprendizaje y experiencia. La neuroplasticidad estructural, por su parte, se refiere a
cambios en la morfología neuronal, tales como la creación de nuevas conexiones o la eliminación de
conexiones sinápticas innecesarias. Este tipo de plasticidad es fundamental en la recuperación post-
ictus, ya que permite la reorganización de áreas cerebrales y la generación de redes funcionales
compensatorias en las zonas adyacentes o contralaterales a la lesión. La neurogénesis, aunque limitada
en el cerebro adulto, también juega un papel importante, especialmente en regiones como el hipocampo,
que es clave para el aprendizaje y la memoria
6
.
En el contexto de la recuperación post-ictus, la neuroplasticidad es el fundamento sobre el cual se basa
gran parte de la rehabilitación funcional. Tras un ictus, las áreas dañadas del cerebro pierden la
capacidad de realizar sus funciones habituales, lo que causa diversas secuelas motoras, cognitivas y
emocionales. Sin embargo, gracias a la neuroplasticidad, el cerebro puede adaptarse a la pérdida de
tejido y establecer nuevas vías neuronales para compensar las funciones perdidas.