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El concepto de afectación psicológica, según el psicólogo Edgardo de Soto comprende tanto aspectos
cognitivos como conductuales (Espinoza, 2022, p. 75). En ese sentido, la afectación psicológica que
experimentaba una persona ante situaciones de violencia, sea de forma directa o indirecta, se daba
cuando estas superaban sus capacidades de adaptación y afrontamiento, afectando su funcionamiento
en distintas áreas de su vida.
En el caso específico de los NNA, Juárez y Alvarez (2018) destacaron que, si bien el daño físico es el
más visible, no es necesariamente el más grave o común, dado que los efectos pueden manifestarse
mediante estrés postraumático y alteraciones psicopatológicas, tanto externalizantes como
internalizantes. Estos menores expuestos a diferentes tipos de violencia presentaron conductas como
agresividad, irritabilidad, hostilidad, inconformidad, desobediencia y as y desafiantes, inconformidad,
desobediencia y comportamientos desafiantes (p. 18).
La afectación psicológica se manifestó en tres tipos de componentes: En el componente cognitivo, la
afectación se relacionó con la disminución o alteración de los procesos superiores, tales como la
percepción, el pensamiento, la memoria, la atención y el aprendizaje. En el componente conductual,
dicha afectación se evidenció mediante la reducción de conductas de interacción social, dificultades
para comunicarse, en la toma de decisiones, asi como el aislamiento social y problemas en la resolución
de problemas. Finalmente, en el componente emocional, las alteraciones se vincularon con la
autoestima, las emociones, los sentimientos y la motivación.
Por lo tanto, al usar el término “afectación psicológica”, se hacía referencia a las repercusiones
psicológicas que los NNA percibían frente a hechos de violencia. Además, se destacó que, al momento
de establecer la existencia de una afectación psicológica, el psicólogo forense debía considerar que las
repercusiones en las víctimas de violencia no se presentaban de forma homogénea, sino que mostraban
una gran heterogeneidad en su sintomatología, la cual dependía de la frecuencia, intensidad, duración y
grado de humillación experimentado por la víctima.
La afectación psicológica fue un aspecto crucial abordar en los niños, niñas y adolescentes que, en
calidad de víctimas indirectas, sufrieron consecuencias de la violencia familiar cotidiana en sus hogares,
la búsqueda de apoyo profesional, cuando fue necesario, tuvo el potencial de generar un impacto
significativo en su calidad de vida y en el bienestar de terceras personas.