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Las dificultades que ahora se muestran, se observan en las acciones de: escribir en compañía, preguntar
al profesor cuando la escritura se complica, escribir en distintas plataformas de aprendizaje en un
semestre, leer y escribir en la escuela en estos sitios, entregar el escrito en el tiempo establecido, revisar
los textos frente a todos, ajustar los textos a normas de redacción, usar marcadores discursivos y,
argumentar y discutir con los expertos. Algo visto por Molina-Natera es que “Algunos estudiantes
sostienen que las normas se han convertido en algo tedioso, y con que los estudiantes citen el sitio de
donde obtuvieron la informacin es suficiente, lo importante realmente está en que haya una buena
escritura” (2012, p. 135).
Sin embargo, de acuerdo con Salazar y Verástica (2019), ahora los estudiantes, por lo regular procuran:
Escribir en compañía, para intercambiar referentes y dudas, en lugar de preguntar en lo individual al
docente; Escribir en un café con internet, en el celular, cuando en la escuela el acceso está denegado, a
pesar de las campañas institucionales que anuncian este servicio gratuito; Escribir las tareas discursivas
en una misma plataforma, porque una es suficiente al empezar; Escribir siempre en estos programas y
rutinas para adquirir fluidez; Escribir y mostrar los textos aprovechando la revisión grupal, a fin de
aprender de los aciertos y errores de los otros; Escribir sobre la base del mismo sistema de redacción;
Escribir con marcadores discursivos, tomados de lecturas especializadas y; Escribir, contextualizando
las citas textuales para discutir con los expertos.
En el caso del tiempo que se destina a la escritura de textos en plataformas de aprendizaje, en LEM,
LyLH y C, destaca cómo un 34.37% de los jóvenes universitarios, suele pasar 10 horas en tareas que
implican lectura y escritura, principalmente en NEO LMS, Classroom y Moodle, con ello, se está
arribando a la “modalidad entrelazada de incluir la lectura y la escritura” (Carlino, 2016). En sus
respuestas, encontramos que es a partir de la pandemia, en el 2020, cuando se masifica el uso de los
software en los grupos estudiados, primero como una necesidad de asignar y reportar textos y como una
herramienta obligada para el retorno en la educación. Hecho, que es bien visto en este contexto, donde
se requiere entregar una segunda versión de las tareas escritas, después de la revisión docente.
En esta situación, se observa un cambio al examinar el primer y el último texto reportado en plataforma,
ya que la cantidad de líneas escritas son más, de uno a otro escrito, ya que se observan registros del uso
de la voz, la argumentación y el citado, de una variedad de marcadores discursivos y un sistema de