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En la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), institución en la cual se lleva a cabo la presente
investigación, en su Modelo Académico de Licenciatura, manifiesta que el enfoque del trabajo docente
debe ahora privilegiar el aprendizaje de los estudiantes sobre la enseñanza e insiste que el estudiante
debe contar con las condiciones adecuadas para adquirir la competencia de aprender a aprender
(habilidad metacognitiva) y el profesor debe enseñar a los estudiantes a aprender y a pensar (UANL,
2022). En la meta de aprender a aprender está implícita la idea de que los alumnos se vuelvan
estratégicos, autorregulados y reflexivos, capaces de hacer frente a numerosas situaciones de
aprendizaje que se promueven actualmente en la sociedad de la información y del conocimiento.
En este sentido, el profesor deberá favorecer en el estudiante la conciencia y la reflexión sobre las
decisiones que ejecuta, de manera que se promueva el desarrollo de los procesos metacognitivos,
autorreguladores y reflexivos que le permitan al alumno convertirse en un aprendiz autónomo y
autorregulado. (Méndez, L. M. & Torres, G. 2014).
Revisión del Estado del Arte
Como respuesta al requerimiento de la educación actual de formar estudiantes que no solamente repitan
de memoria los conocimientos dados por un profesor o un libro de texto, sino que de manera crítica
asuman las riendas de sus procesos de aprendizaje y además, desarrollen pensamiento crítico en el aula
de clase, surge la metacognición; esta, según Tamayo, incide en la adquisición, comprensión,
conservación y aplicación de lo que se aprende y su influencia sobre la eficacia del aprendizaje, el
pensamiento crítico y la resolución de problemas. (Tamayo, 2006, p. 22). La metacognición ha sido
definida, de manera general, como el conocimiento que se tiene acerca del conocimiento o la habilidad
para monitorear, evaluar y planificar nuestro propio aprendizaje (Flavell, 1979). Etimológicamente el
vocablo metacognición proviene de “meta”: más allá, y “cognoscere” que significa conocer, del verbo
latino cognoscere; es decir, ir más allá del conocimiento.
El término metacognición, según Pozo (2003, p.65) es: “un neologismo producto de la ciencia
psicológica contemporánea, particularmente la de orientación cognoscitivista, y cuyo origen podría
ubicarse a finales de los años 60 en los estudios que Tulving y Madigan realizaron sobre la memoria”.
Este término tuvo su reactivación por Flavell y los trabajos interesados en los problemas de la
generalización y la transferencia de lo aprendido, así como en el estudio de la capacidad del ser humano