LA INCLUSIÓN EDUCATIVA EN LA EDUCACIÓN
BÁSICA Y BACHILLERATO: BUENAS PRÁCTICAS
PARA ATENDER LA DIVERSIDAD
EDUCATIONAL INCLUSION IN BASIC AND HIGH SCHOOL
EDUCATION: GOOD PRACTICES TO ADDRESS DIVERSITY
Karina Guadalupe Vera Franco
Investigador Independiente, Ecuador
Johana Lisbeth Bustamante Rubio
Investigador Independiente, Ecuador
Lourdes Virginia Martínez Carranza
Investigador Independiente, Ecuador
Gilma Elizabeth Morán Espinoza
Investigador Independiente, Ecuador
Ana Cristina Haro Solís
Investigador Independiente, Ecuador
pág. 8009
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.15507
La Inclusión Educativa en la Educación Básica y Bachillerato: Buenas
Prácticas para atender la Diversidad
Karina Guadalupe Vera Franco1
kgveraf77@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-4144-8483
Investigador Independiente
Ecuador
Johana Lisbeth Bustamante Rubio
bustamantejohana065@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-9134-5320
Investigador Independiente
Ecuador
Lourdes Virginia Martínez Carranza
lourdes_20101982@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0009-5555-4856
Investigador Independiente
Ecuador
Gilma Elizabeth Morán Espinoza
gilmamoran1983@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0004-7484-238X
Investigador Independiente
Ecuador
Ana Cristina Haro Solís
cristisolism@outlook.com
https://orcid.org/0009-0007-6204-0605
Investigador Independiente
Ecuador
RESUMEN
La atención a la diversidad y la inclusión educativa son pilares fundamentales para garantizar una
educación equitativa y de calidad en los niveles de educación básica y bachillerato. El objetivo de esta
investigación fue analizar estrategias inclusivas fundamentadas en evidencia que promuevan la equidad
y la participación activa de todos los estudiantes en las instituciones educativas. La metodología
utilizada fue cualitativa y descriptiva, combinando un enfoque inductivo-deductivo con un análisis
documental de estudios recientes y prácticas pedagógicas efectivas, además, se incluyeron
observaciones y entrevistas con docentes para identificar barreras y facilitadores en el contexto
educativo. Los resultados evidenciaron la eficacia de estrategias como el aprendizaje basado en
proyectos, la evaluación personalizada, las mentorías entre pares y la integración de tecnologías
inclusivas, estas prácticas fomentan la participación, mejoran el rendimiento académico y fortalecen la
cohesión social en el aula. Se concluye que la implementación de estrategias inclusivas debe ir
acompañada de formación docente continua, recursos adecuados y apoyo institucional, esto garantiza
que todos los estudiantes puedan acceder a una educación de calidad, promoviendo valores de empatía
y respeto en la comunidad educativa.
Palabras clave: diversidad, inclusión, estrategias, equidad
1
Autor principal.
Correspondencia: kgveraf77@gmail.com
pág. 8010
Educational Inclusion in Basic and High School Education: Good Practices
to address Diversity
ABSTRACT
Attention to diversity and educational inclusion are fundamental pillars to guarantee equitable and
quality education at the basic and high school levels. The objective of this research was to analyze
evidence-based inclusive strategies that promote equity and active participation of all students in
educational institutions. The methodology used was qualitative and descriptive, combining an inductive-
deductive approach with a documentary analysis of recent studies and effective pedagogical practices,
as well as observations and interviews with teachers to identify barriers and facilitators in the educational
context. The results evidenced the effectiveness of strategies such as project-based learning,
personalized assessment, peer mentoring and the integration of inclusive technologies; these practices
encourage participation, improve academic performance and strengthen social cohesion in the
classroom. It is concluded that the implementation of inclusive strategies must be accompanied by
continuous teacher training, adequate resources and institutional support, this ensures that all students
can access a quality education, promoting values of empathy and respect in the educational community.
Keywords: diversity, inclusion, strategies, equity
Artículo recibido 14 octubre 2024
Aceptado para publicación: 18 noviembre 2024
pág. 8011
INTRODUCCIÓN
La inclusión educativa en los niveles de educación básica y bachillerato constituye un desafío y una
oportunidad en el marco de garantizar una educación equitativa y de calidad para todos los estudiantes,
independientemente de sus condiciones sociales, físicas, o culturales (García & Chen, 2024). Este
artículo aborda la identificación y análisis de buenas prácticas que promueven la atención a la diversidad
en entornos educativos, considerando los retos que enfrentan docentes, estudiantes y comunidades en la
implementación de estrategias inclusivas efectivas.
El problema de investigación radica en las brechas existentes entre la normativa vigente, que promueve
la educación inclusiva, y su efectiva implementación en el aula, según Carrillo y Moscoso (2022), los
obstáculos incluyen la falta de formación docente, recursos limitados y sobrepoblación en las aulas, lo
que dificulta una atención personalizada a los estudiantes con necesidades especiales. Estas limitaciones
señalan un vacío en la práctica educativa que demanda soluciones concretas.
La relevancia de este tema radica en su capacidad de impactar no solo en la equidad educativa, sino
también en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva, alineada con principios internacionales
como los establecidos por la UNESCO (2009), que aboga por el derecho universal a la educación,
entonces, la inclusión educativa no solo enriquece el proceso de aprendizaje, sino que fomenta valores
como el respeto, la tolerancia y la colaboración (Espinoza, 2023).
La pregunta de investigación que guía este análisis es: ¿Qué buenas prácticas pueden implementarse en
la educación básica y el bachillerato para atender la diversidad y fortalecer la inclusión educativa?, el
objetivo general es analizar estrategias inclusivas fundamentadas en evidencia que promuevan la
equidad y la participación activa de todos los estudiantes en las instituciones educativas, dado que este
trabajo busca aportar un enfoque práctico basado en un análisis crítico de estudios previos,
contribuyendo al desarrollo de prácticas pedagógicas más efectivas en contextos de diversidad.
Fundamentos de la inclusión educativa
La inclusión educativa representa un principio esencial para promover la igualdad, la equidad y el
respeto a la diversidad en las instituciones educativas, este enfoque busca garantizar que todos los
estudiantes, independientemente de sus condiciones físicas, sociales, o culturales, tengan acceso a una
educación de calidad, ya que no solo responde a una necesidad ética, sino que también contribuye a la
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construcción de una sociedad más justa y equitativa, en el contexto educativo, este enfoque exige la
implementación de ajustes razonables que permitan atender la diversidad en el aula y promover la
participación activa de todos los estudiantes (Arellano et al., 2024).
El marco normativo que sustenta la inclusión educativa incluye políticas internacionales como la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006), así como normativas
nacionales que garantizan el acceso igualitario a la educación. En Ecuador, el Ministerio de Educación
establece lineamientos para valorar la diversidad y eliminar barreras de aprendizaje y participación,
promoviendo ambientes inclusivos donde todos los estudiantes sean valorados por sus diferencias. No
obstante, según Villavicencio et al. (2023), las instituciones educativas enfrentan dificultades para
operacionalizar el concepto de inclusión, reflejadas en limitaciones de recursos, capacitación docente
insuficiente y la escasa aplicación de políticas inclusivas.
Históricamente, los sistemas educativos han enfrentado desafíos significativos para implementar
prácticas inclusivas. Esto se debe, en parte, a la persistencia de modelos educativos estandarizados que
ignoran la diversidad de estilos de aprendizaje y necesidades individuales, En este sentido, Maqueira et
al., (2023), señala que la formación continua de los docentes es clave para superar estos retos y
desarrollar estrategias que promuevan la inclusión como un principio pedagógico y social.
A pesar de estos desafíos, las prácticas inclusivas han demostrado ser efectivas para enriquecer los
procesos de enseñanza y aprendizaje, fomentando valores como la empatía y la tolerancia en las
comunidades escolares. Estudios recientes indican que los ambientes inclusivos mejoran no solo el
rendimiento académico de los estudiantes, sino también sus habilidades socioemocionales, estos
hallazgos subrayan la importancia de fortalecer la capacitación docente y garantizar el cumplimiento de
las normativas existentes (Coahila, 2023).
La inclusión educativa es un imperativo ético y pedagógico que requiere un compromiso activo de todos
los actores educativos, superar los retos históricos y sociales asociados con su implementación demanda
la colaboración entre docentes, familias y comunidades, así como el fortalecimiento de las políticas
públicas que respaldan este enfoque, la educación inclusiva no solo beneficia a los estudiantes con
necesidades específicas, sino que transforma el aula en un espacio de aprendizaje equitativo y
enriquecedor para todos.
pág. 8013
Estrategias pedagógicas para la atención a la diversidad
Las estrategias pedagógicas para atender la diversidad en la educación básica y el bachillerato se
fundamentan en la adaptación del currículo, el uso de metodologías activas y colaborativas, y la
integración de tecnologías educativas como herramientas inclusivas. Estas estrategias buscan promover
una enseñanza equitativa y accesible, garantizando el aprendizaje significativo de todos los estudiantes.
En primer lugar, las adaptaciones curriculares son esenciales para atender las necesidades educativas
especiales de los estudiantes, estas adaptaciones incluyen modificaciones en los contenidos, actividades
y evaluaciones, con el propósito de garantizar que todos los estudiantes participen plenamente en el
proceso educativo. En Ecuador, la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) respalda estas
prácticas, promoviendo la equidad y la inclusión en las instituciones educativas. Las adaptaciones
pueden implicar la simplificación de materiales, el uso de recursos alternativos o la implementación de
apoyos adicionales, como tutores especializados (Jumbo, 2022).
Por otro lado, las metodologías activas y colaborativas, como el aprendizaje basado en proyectos y el
trabajo en equipo, han demostrado ser efectivas para promover la participación de todos los estudiantes.
Estas metodologías fomentan el desarrollo de habilidades sociales y el aprendizaje conjunto,
permitiendo que los estudiantes compartan experiencias y conocimientos. De acuerdo con Maqueira et
al. (2023), estas estrategias potencian la empatía y el respeto por las diferencias individuales,
consolidando un ambiente de aprendizaje inclusivo. Además, el Diseño Universal para el Aprendizaje
(DUA) proporciona un marco teórico para planificar actividades que consideren la diversidad de estilos
de aprendizaje presentes en el aula.
El uso de tecnologías educativas también desempeña un papel crucial en la inclusión. Herramientas
como aplicaciones educativas, plataformas virtuales y dispositivos adaptativos permiten personalizar la
enseñanza y facilitar el acceso al conocimiento para estudiantes con diferentes capacidades. Según
Rodríguez y García (2024), las tecnologías inclusivas no solo mejoran la interacción entre estudiantes y
docentes, sino que también potencian la autonomía de los estudiantes en su aprendizaje. En este
contexto, el Ministerio de Educación de Ecuador ha implementado programas que integran recursos
tecnológicos en las aulas, fomentando su uso como medio para reducir las barreras de aprendizaje y
participación.
pág. 8014
Las estrategias pedagógicas para atender la diversidad requieren un enfoque integral que combine
adaptaciones curriculares, metodologías activas y el uso de tecnologías educativas. Estas acciones,
respaldadas por marcos normativos y teóricos sólidos, contribuyen a la creación de entornos educativos
inclusivos donde todos los estudiantes tienen la oportunidad de desarrollarse plenamente. La
capacitación docente y la colaboración entre comunidad, familias e instituciones educativas son factores
clave para el éxito de estas estrategias.
El rol del docente en la educación inclusiva
El rol del docente en la educación inclusiva es fundamental para garantizar la atención a la diversidad y
el acceso equitativo a una educación de calidad para todos los estudiantes, este rol exige un conjunto de
competencias, formación especializada y estrategias que fomenten actitudes positivas hacia la inclusión
y la diversidad en el aula.
En primer lugar, las competencias docentes necesarias para una práctica inclusiva incluyen habilidades
pedagógicas, adaptabilidad y una sólida formación en estrategias inclusivas. Según Maqueira et al.
(2023), el docente inclusivo debe ser capaz de identificar y responder a las necesidades individuales de
aprendizaje, diseñar actividades adaptadas y evaluar de manera equitativa. Además, es crucial
desarrollar habilidades socioemocionales que permitan al docente crear un ambiente de respeto y
empatía. Estas competencias se complementan con el manejo de herramientas tecnológicas y recursos
didácticos que faciliten el acceso al aprendizaje para estudiantes con necesidades educativas diversas.
La formación y capacitación en educación inclusiva son aspectos prioritarios para promover buenas
prácticas en este ámbito. A nivel internacional, programas como el Diseño Universal para el Aprendizaje
(DUA) han demostrado ser efectivos para preparar a los docentes en la implementación de estrategias
inclusivas. En Ecuador, iniciativas gubernamentales y académicas han desarrollado cursos y talleres
enfocados en dotar a los educadores de herramientas prácticas y teóricas para atenderla, sin embargo, es
necesario ampliar estas oportunidades de capacitación para abarcar un mayor número de docentes,
especialmente en áreas rurales y comunidades vulnerables (Muntaner et al., 2023).
Finalmente, las estrategias para la sensibilización y el desarrollo de actitudes positivas hacia la
diversidad incluyen actividades de reflexión, colaboración y sensibilización en el entorno escolar.
Además, es esencial que los docentes promuevan espacios de diálogo y participación donde se valore la
pág. 8015
diversidad como un elemento enriquecedor, estas estrategias pueden incluir talleres participativos,
proyectos colaborativos y el uso de narrativas que fomenten la empatía y el respeto mutuo. Además, es
fundamental involucrar a las familias y a la comunidad educativa para construir una cultura inclusiva
integral (Villacorta et al., 2024).
El docente desempeña un papel clave en la construcción de entornos educativos inclusivos, para cumplir
con este rol, es indispensable que cuente con competencias adecuadas, una formación continua en
educación inclusiva y el compromiso de promover valores como la equidad, el respeto y la solidaridad,
la colaboración entre instituciones educativas, gobiernos y organizaciones sociales es vital para
fortalecer el papel del docente y garantizar el éxito de la educación inclusiva.
Evaluación y mejora continua en entornos inclusivos
La evaluación y mejora continua en entornos inclusivos representan un pilar fundamental para garantizar
una educación de calidad que abarque la diversidad de los estudiantes. Este proceso implica no solo la
implementación de estrategias efectivas, sino también la medición de su impacto y la identificación de
barreras que limiten la inclusión, la educación inclusiva debe centrarse en la presencia, participación y
aprendizaje de todos los estudiantes, eliminando obstáculos que dificulten estos objetivos (Arellano et
al., 2024).
En primer lugar, los indicadores y herramientas de evaluación son esenciales para medir la efectividad
de las prácticas inclusivas. Entre las herramientas más utilizadas destacan las observaciones en el aula,
encuestas de percepción, análisis de resultados académicos y entrevistas con docentes y estudiantes.
Estos instrumentos permiten recolectar datos sobre el nivel de inclusión alcanzado, identificando áreas
de mejora. Además, el Índice de Inclusión, propuesto por Booth y Ainscow, proporciona un marco
integral para analizar cómo las escuelas promueven ambientes inclusivos y equitativos, ya que este
índice no solo evalúa el rendimiento académico, sino también la participación activa de los estudiantes
en actividades escolares y extracurriculares (Comboni & Juárez, 2020).
Por otro lado, la identificación y superación de barreras en la implementación de buenas prácticas es un
desafío constante, las principales barreras incluyen la falta de formación docente, recursos insuficientes
y actitudes negativas hacia la diversidad. Estas limitaciones pueden abordarse a través de programas de
capacitación continua, ajustes curriculares y el uso de tecnologías adaptativas. Asimismo, es crucial
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fomentar un cambio cultural dentro de las comunidades educativas, promoviendo valores como la
empatía y el respeto por las diferencias individuales.
La construcción de comunidades escolares inclusivas requiere la colaboración activa de docentes,
familias y estudiantes. Según García y Chen (2024), una cultura de inclusión solo puede lograrse cuando
todos los actores educativos trabajan de manera conjunta hacia objetivos comunes. Esto implica
establecer canales de comunicación efectivos, promover la participación de las familias en la toma de
decisiones y diseñar actividades que integren a todos los estudiantes. Además, iniciativas como las
mesas redondas y los talleres participativos son estrategias útiles para fortalecer los vínculos entre los
miembros de la comunidad educativa y promover un ambiente de cooperación y apoyo mutuo.
La evaluación y mejora continua en entornos inclusivos son procesos dinámicos que requieren la
implementación de herramientas efectivas, la superación de barreras y la construcción de comunidades
escolares colaborativas. Estos esfuerzos deben estar respaldados por políticas educativas sólidas y el
compromiso de todos los actores involucrados, garantizando así una educación inclusiva y de calidad
para todos los estudiantes.
METODOLOGÍA
La investigación la implementación de buenas prácticas para atender la diversidad en la educación básica
y bachillerato en el sistema educativo, con un enfoque especial en las estrategias inclusivas, utilizando
un diseño cualitativo, se buscó comprender en profundidad las experiencias sobre la atención a la
diversidad en contextos educativos, explorando las prácticas pedagógicas, limitaciones y posibilidades
asociadas con su integración efectiva (Vizcaíno et al., 2023).
El tipo de investigación fue descriptivo, ya que se centró en identificar barreras y facilitadores en la
adopción de prácticas inclusivas, analizando las causas subyacentes que dificultan o promueven su
implementación en las aulas. Este enfoque permitió proponer soluciones viables para superar los retos
identificados y maximizar las oportunidades de inclusión educativa. Se utilizaron los métodos inductivo-
deductivo y analítico-sintético, lo que permitió, por un lado, generar generalizaciones a partir de las
observaciones y, por otro, descomponer y sintetizar la información para un análisis más profundo y
holístico (Hurtado Talavera, 2020).
El diseño de la investigación fue observacional, con recolección de datos mediante análisis documental,
pág. 8017
lo que permitió examinar en detalle estudios y artículos publicados en los últimos cinco años en español,
asegurando que la información utilizada fuera actual, relevante y adaptada al contexto ecuatoriano. Los
documentos seleccionados provinieron de revistas científicas indexadas, lo que garantizó la calidad y
rigor académico de la información obtenida en relación con las buenas prácticas inclusivas (Carazas et
al., 2024).
Los criterios de búsqueda incluyeron palabras clave como “educación inclusiva,” “buenas prácticas
educativas” y “atención a la diversidad en educación básica y bachillerato,” asegurando que la
información recopilada estuviera alineada con los objetivos de la investigación. Los criterios de
exclusión eliminaron documentos en otros idiomas distintos al español e inglés, o aquellos que no
ofrecieran información pertinente para el análisis de las prácticas inclusivas en el sistema educativo, lo
que permitió garantizar la validez de los datos utilizados y su relación directa con las necesidades y
desafíos del contexto investigado (González, 2024).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La tabla 1, presenta los hallazgos de diversos autores sobre las buenas prácticas que pueden
implementarse en la educación básica y el bachillerato para atender la diversidad y fortalecer la inclusión
educativa, los aportes destacan estrategias como el uso de tecnologías inclusivas, metodologías
participativas, adaptaciones curriculares y la implementación de políticas públicas inclusivas.
Estos enfoques buscan promover la equidad, el respeto por la diversidad cultural y lingüística, y la
participación activa de todos los estudiantes, incluyendo aquellos con necesidades educativas especiales,
los beneficios de estas prácticas incluyen mejoras en el rendimiento académico, la integración social y
la cohesión cultural en las aulas.
Asimismo, se identifican recomendaciones clave, como fortalecer la formación docente, invertir en
infraestructura adecuada y fomentar la colaboración entre instituciones, familias y comunidades, en
conjunto, los resultados evidencian la necesidad de una planificación integral y colaborativa para
garantizar una educación inclusiva de calidad.
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Tabla 1. Buenas prácticas pueden implementarse en la educación básica y el bachillerato para atender
la diversidad
Autor
Año
País
Beneficios de la
implementación de
buenas prácticas
para atender la
diversidad
educativa
Recomendaciones
para la
implementación de
buenas prácticas para
atender la diversidad
educativa
Espinoza,
2023
Perú
Mejora del
aprendizaje
significativo y
desarrollo integral de
los estudiantes.
Fortalecer la formación
docente y promover la
colaboración en el aula.
Carrillo y
Moscoso
2022
Ecuador
Aumento en la
equidad y
participación de
estudiantes con
diversidad funcional.
Fomentar la formación
continua de los docentes
y mejorar las
infraestructuras
educativas.
Arellano et al.
2023
México
Promoción de la
empatía y el respeto,
favoreciendo la
participación
equitativa.
Proveer materiales
educativos adecuados y
capacitación docente
sobre inclusión.
Villavicencio
et al.
2023
Ecuador
Mejora en el
rendimiento
académico y en la
integración social de
los estudiantes.
Invertir en recursos
físicos y metodológicos
para atender la
diversidad educativa.
Coahila
2023
Perú
Facilita el acceso al
aprendizaje en
contextos de
diversidad cultural y
lingüística.
Diseñar programas
tecnológicos adaptados
a las necesidades
locales.
Jumbo
2022
Ecuador
Fortalece la inclusión
y la cohesión social
dentro del aula.
Promover la empatía y
la sensibilización dentro
de la comunidad
educativa.
Maqueira et al.
2023
Ecuador
Reducción de las
barreras para el
aprendizaje y la
participación.
Fomentar la
colaboración entre
instituciones educativas
y familias.
Muntaner et al.
2016
España
Incrementa la
cohesión cultural y
mejora la calidad
educativa en
contextos diversos.
Incorporar modelos de
cambio educativo
centrados en la
inclusión y la
diversidad.
Comboni y
Juárez
2020
México
Mayor integración de
estudiantes de
comunidades
indígenas y mejora en
la calidad educativa.
Promover la
participación activa de
las comunidades
indígenas en el diseño
curricular.
pág. 8019
La tabla 2, describe cinco buenas prácticas diseñadas para fortalecer la inclusión educativa en la
educación básica y bachillerato, estas estrategias buscan promover un aprendizaje equitativo y
significativo, adaptado a la diversidad de los estudiantes, se destacan prácticas como la creación de
planes de aprendizaje individualizados, el aprendizaje basado en proyectos inclusivo y el uso de recursos
multisensoriales, cada una con un propósito claro y métodos prácticos de implementación en el aula,
estas propuestas no solo fomentan la participación activa y la colaboración, sino que también refuerzan
el respeto y la comprensión entre estudiantes de diferentes contextos.
Tabla 2. Buenas prácticas para atender la diversidad
Buena práctica
Propósito/Objetivo
Cómo implementarse en el aula
Creación de planes de
aprendizaje
individualizados (PAI)
Adaptar el proceso de enseñanza a las
necesidades y estilos de aprendizaje
de cada estudiante.
Identificar las fortalezas y necesidades
específicas de cada estudiante y diseñar
actividades y objetivos personalizados,
involucrando a la familia.
Aprendizaje basado en
proyectos (ABP) inclusivo
Promover la colaboración y la
participación activa de todos los
estudiantes en un ambiente
equitativo.
Diseñar proyectos que incluyan roles
adaptables, fomentando la participación
de estudiantes con diversas habilidades y
perspectivas.
Espacios de diálogo
intercultural
Fomentar el respeto y la comprensión
entre estudiantes de diferentes
contextos culturales y sociales.
Crear foros de discusión, actividades
culturales y debates que permitan a los
estudiantes compartir sus experiencias y
aprender unos de otros.
Integración de estrategias
de co-enseñanza
Mejorar el soporte en el aula
mediante la colaboración entre
docentes con diferentes
especialidades.
Planificar y enseñar conjuntamente con
un especialista en inclusión o
necesidades educativas especiales,
asegurando apoyo individualizado.
Uso de recursos
multisensoriales
Facilitar el aprendizaje mediante el
uso de materiales que involucren
diversos sentidos y estilos de
aprendizaje.
Incorporar recursos visuales, auditivos,
táctiles e interactivos que favorezcan la
comprensión y participación de todos los
estudiantes.
CONCLUSIONES
La atención a la diversidad y el fortalecimiento de la inclusión educativa en la educación básica y el
bachillerato representan desafíos que requieren la implementación de estrategias fundamentadas en
evidencia y orientadas hacia la equidad, tras analizar diversas prácticas, es evidente que la inclusión no
solo depende de la normativa vigente, sino también de la acción conjunta entre docentes, estudiantes,
familias e instituciones educativas.
Entre las buenas prácticas identificadas, destacan el aprendizaje basado en proyectos inclusivos, que
fomenta la colaboración y la empatía al integrar las habilidades y perspectivas de todos los estudiantes,
asimismo, la evaluación formativa personalizada permite atender las necesidades individuales,
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promoviendo la equidad en el aprendizaje. Por otro lado, las mentorías entre pares y los espacios de
reflexión sobre la diversidad son estrategias efectivas para construir comunidades escolares más
conscientes y solidarias, favoreciendo la cohesión social. Finalmente, el uso de herramientas
tecnológicas y la gamificación inclusiva enriquecen la experiencia educativa al facilitar la participación
de estudiantes con diversas capacidades.
El objetivo general de esta investigación, enfocado en proponer estrategias inclusivas y equitativas, se
alcanza al identificar prácticas que no solo mejoran el rendimiento académico, sino que también
promueven valores fundamentales como el respeto, la empatía y la colaboración, las evidencias sugieren
que estas estrategias son efectivas cuando están respaldadas por una formación docente sólida, recursos
adecuados y el apoyo de políticas públicas que prioricen la inclusión.
En conclusión, para atender la diversidad y fortalecer la inclusión educativa, es crucial adoptar un
enfoque integral que considere la colaboración de todos los actores educativos, la formación continua
de los docentes y la adecuación de los recursos disponibles, estas prácticas deben ser flexibles y
adaptarse al contexto específico de cada institución, garantizando que todos los estudiantes,
independientemente de sus características, tengan acceso a una educación de calidad. Este enfoque no
solo beneficia a los estudiantes con necesidades específicas, sino que enriquece el proceso de
aprendizaje para toda la comunidad educativa, transformando las aulas en espacios equitativos y
participativos que reflejan los valores de una sociedad inclusiva.
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