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La violencia sociocultural abarca una amplia gama de comportamientos y actitudes, desde la
discriminación por edad y género hasta la marginación social. En la parroquia de Santa Rosa, los adultos
mayores se encuentran expuestos a actitudes y prácticas que perpetúan la exclusión social, limitando su
participación activa y afectando negativamente su calidad de vida.
Conceptualizar y acotar correctamente un término como el de violencia es una tarea imprescindible a
la hora de definir la violencia que se ejerce sobre la persona mayor, primero se determina los aspectos
distintivos del acto violento: la intencionalidad, la autoría (institucional o particular) y el daño que se
produce a la víctima ya sea de privación, psíquico o físico. Entonces, la violencia es todo tipo de
actuación llevada a cabo por individuos, grupos o cualquier tipo de institución o grupo de poder, que
provoque un daño físico, moral o de privación y conlleve lesiones, muerte o atente contra la dignidad
personal o produzca la separación no querida del entorno personal más cercano. (Paniza Prados, 2015).
Según Pabón y otros existen factores de riesgo que enfrentan los adultos mayores en estos entornos y
que están asociados al adulto mayor como víctima, al cuidador o cuidadores como posibles agresores y
al entorno y la cultura que igual es violenta. Los factores de riesgo definidos para los adultos mayores
son el ser mujer, tener discapacidad y existencia de deterioro, dependencia emocional, dependencia
económica, la pobreza, presencia de depresión, ansiedad, baja autoestima o demencia, aislamiento
social y antecedentes de maltrato doméstico. Respecto al o los cuidadores se debe tomar en cuenta la
sobrecarga física y emocional, consumo o abuso de drogas y alcohol, la escasa preparación, estados
emocionales difíciles, malas relaciones existentes, cambios inesperados de estilos de vida entre otros.
Respecto al entorno y la cultura están la pobreza, el desempleo, el abandono, negación de oportunidades
y sus derechos a tener una vida digna y satisfactoria. (Pabón Poches, 2017)
La calidad de vida es un concepto multidimensional que se vuelve particularmente relevante cuando se
aplica a los adultos mayores. La Organización Mundial de la Salud define la calidad de vida como "la
percepción que un individuo tiene de su posición en la vida, en el contexto de la cultura y el sistema de
valores en el que vive y en relación con sus objetivos, expectativas, normas y preocupaciones" (OMS,
2020)
La satisfacción de las necesidades del ser humano es lo que condiciona la llamada “calidad de vida” y
ésta es a su vez, el fundamento concreto de bienestar social y estado de salud. La calidad de vida es un