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El tratamiento 3 y el tratamiento 2 mostraron una diferencia de 4,13 y 3,52 huevos, respectivamente, en
comparación con el tratamiento 4. Por otro lado, el tratamiento 1 registró la menor producción, con una
media de 3,33 huevos diarios como se aprecia en la figura 1. El p-valor menor a 0,0001 indica una
diferencia altamente significativa entre los tratamientos, lo que sugiere que una mayor inclusión de
probióticos en la dieta está directamente relacionada con un incremento en la producción de huevos.
Peso del huevo: de manera similar, los huevos del tratamiento 4 exhibieron el mayor peso, con un
promedio de 11,82 g, seguidos por los tratamientos 2 y 3, que presentaron pesos de 11,20 g y 11,19 g,
respectivamente. En contraste, el tratamiento 1 produjo los huevos más ligeros, con un peso promedio
de 10,51 g como se detalla en la figura 2. Esta diferencia es también altamente significativa (p < 0,0001),
lo que indica que la inclusión de probióticos en la dieta tiene un efecto positivo en el peso de los huevos.
Índice de forma: El índice de forma, que mide la relación entre la longitud y el ancho del huevo, fue
mayor en el tratamiento 4 (81,69%), seguido por el tratamiento 3 (80,26%) y el tratamiento 2 (80,19%).
El tratamiento 1 presentó el índice más bajo (79,70%), como se detalla en la figura 3. El p-valor de
0,0001 sugiere que los tratamientos influyen significativamente en esta característica, lo que puede estar
relacionado con la calidad del cascarón y la resistencia del huevo.
Los resultados obtenidos concuerdan con otros estudios que demuestran los efectos positivos de los
probióticos en la producción y calidad de los huevos. Mohammed, Al-Hayani y Mustafa (2021)
encontraron que el uso de probióticos mejoró significativamente la producción de huevos y el peso en
codornices, observando que las aves suplementadas con probióticos tuvieron una mayor eficiencia
alimentaria, lo que se tradujo en una mayor producción y peso del huevo. En este estudio, los
tratamientos con dosis más altas de probióticos también mostraron un aumento significativo en la
producción de huevos, tal como se observó en los tratamiento 4, 3 y 2.
Ademas, Gao et al. (2017) investigaron el efecto de los probióticos en gallinas ponedoras y encontraron
que estos mejoraron no solo la producción, sino también el peso y la calidad del cascarón, lo cual
coincide con los resultados obtenidos para el índice de forma. Esto sugiere que los probióticos no solo
mejoran la cantidad de huevos producidos, sino también su calidad estructural.