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INTRODUCCIÓN
Hoy en día, la asertividad es, una habilidad socioemocional esencial que permite a las personas expresar
sus pensamientos, sentimientos y necesidades de forma clara y respetuosa, promoviendo así relaciones
humanas sanos (Bernal Álava, Cañarte Vélez, Macías Parrales, & Ponce Castillo, 2022). En el ámbito
académico, el cual es conocido por presentar desafíos de todo tipo para los estudiantes, la asertividad
juega un papel importante en el desarrollo de relaciones interpersonales positivas. A este respecto, el
contexto académico no solo enseña sus connotaciones profesionales, sino que, además, forma redes
sociales que influyen en el bienestar emocional y social de una persona e incluso en el desempeño
académico (Ames, 2019). Ser asertivo en este ámbito impide conflictos y fomenta una comunicación
eficaz, lo que, a su vez, aumenta la cohesión grupal y la experiencia general de la educación (Oana &
Ona, 2019).
Para (Gaeta González & Galvanovskis Kasparane, 2009), la asertividad, tal como la capacidad de
comunicar los propios pensamientos, sentimientos y necesidades de una forma sincera, directa y
respetuosa, ha emergido como un factor esencial en la dinámica de las interacciones interpersonales en
un ambiente universitario. Investigaciones empíricas demuestran que los estudiantes que exhiben
comportamiento asertivo tienden a arraigar asociaciones más fuertes y gratificantes con sus coetáneos y
profesores (Barraza & Tello, 2021). Bajo estos términos, los logros y satisfacción con la experiencia
universitaria y crecimiento personal y psicológico son factores mejorados.
Por otra parte, según (Gómez, 2018), la asertividad es otro indicador que ha sido revelado por los
estudios como un predictor importante en el bienestar de los estudiantes universitarios y su rendimiento
académico en general. De acuerdo con (Barraza & Tello, 2021), la asertividad también afecta
positivamente el ajuste académico de los estudiantes y su bienestar general. Los estudiantes asertivos
experimentan menores niveles de estrés y ansiedad, son más felices con sus vidas y establecen relaciones
más estrechas y solidas con sus profesores. Para (Riggio, 2009), estos resultados no son sorprendentes,
ya que como otros estudios han encontrado, la asertividad también está positivamente correlacionada
con varias medidas de bienestar psicológico, felicidad y satisfacción con la vida, por ejemplo.
En su artículo, (Oana & Ona, 2019), analizan el papel de la asertividad en el comportamiento de los
docentes con sus propios alumnos. Según ellos, si conformar una comunicación asertiva, el docente crea