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cuando han adquirido habilidades para el desarrollo del conocimiento (Alcántara Mego y Holguin
Alvarez, 2019). Montessori (2014) también desarrolló un enfoque pedagógico centrado en el
aprendizaje autónomo y activo de los niños, promoviendo un ambiente preparado, materiales educativos
adecuados y una guía respetuosa para fomentar el desarrollo integral de los estudiantes.
En el ámbito de la educación, diversos pensadores han aportado visiones que enfatizan la libertad, la
inclusión y el desarrollo integral del ser humano. José Martí resaltó la importancia de una educación
que promueva el pensamiento crítico y la solidaridad social (Martí, 1894), una visión compartida con
Darcy Ribeiro, quien abogó por una educación inclusiva que valore la diversidad cultural (Ribeiro,
1997). En esta sintonía, Boal (1974), a través del Teatro del Oprimido, exploró cómo el arte puede ser
una herramienta para la transformación social, un concepto que encuentra eco en la pedagogía basada
en la experiencia estética propuesta por Acaso (2013). Por su parte, Piaget (1952) y Maturana y Varela
(1980) enfocaron sus trabajos en el constructivismo y la autopoiesis, resaltando la interacción del
individuo con su entorno como eje central del aprendizaje. Esta interacción es también fundamental en
la teoría de la enacción (Varela, Thompson, y Rosch, 1991), que subraya la construcción colectiva del
conocimiento.
Meirieu (1996) y Gardner (1983), con sus contribuciones en la didáctica y las inteligencias múltiples,
respectivamente, promueven métodos de enseñanza adaptativos que reconocen las necesidades
individuales y potencian las habilidades diversas de los estudiantes en el contexto de la era digital.
Finalmente, Bandura (1977), con su teoría del aprendizaje social-cognitivo, enfatiza el rol de la
observación y la autorregulación en el aprendizaje. Estos educadores y pensadores, a través de sus
distintas disciplinas y enfoques, convergen en la necesidad de una educación que sea liberadora,
inclusiva y adaptativa, capaz de preparar a los individuos para un mundo en constante cambio (Mejía
Bricaire y Gutiérrez Ojeda , 2024).
En el mismo sentido, Aranda Parra, Bravo Palma y Rey Figueroa (2021) establecen que es esencial
abordar las necesidades y características del presente, especialmente aquellas que han surgido de la
juventud. Sin embargo, es toda la sociedad civil la que demanda una mayor afinidad con sus
requerimientos, y la educación, en particular, se ve desafiada por estos reclamos con mayor fuerza
debido a lo que ha sucedido hasta la actualidad.