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INTRODUCCIÓN
La lumbalgia se identifica como un síntoma de diferentes etiologías (1). Definida como: dolor, tensión
muscular o rigidez localizada por debajo de la última costilla hasta el pliegue glúteo inferior (2). Se
clasifica según su cronología como: aguda (<4 semanas), subaguda (4-12 semanas), crónica (>12
semanas) y crónica recidivante (episodios repetitivos <3 meses) (3-4).
Prevalencia global en 2015 de lumbalgia del 7.3%, por lo que se considera la causa número uno de
discapacidad a nivel mundial (5). En México la prevalencia es de 15-36% (6), 30% de los pacientes
requerirán de incapacidad, los cuales son doce en promedio (7). El origen de la lumbalgia es
multifactorial; la obesidad y la edad, son los principales factores de riesgo (9).
Para el tratamiento de dolor lumbar agudo, las guías de práctica clínica recomiendan: educación al
paciente, evitar reposo en cama, uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) u opioides menores,
prescripción de ejercicio e intervenciones psicosociales (10-11). Existen diversas técnicas para la
disminución de dolor muscular; el calor genera aumento del suministro de oxígeno, incremento de
nutrientes en el sitio de lesión y disminución de metabolitos inflamatorios (12-13). La corriente
interferencial genera un aumento del flujo sanguíneo a los tejidos y disminución del dolor, es capaz de
penetrar profundamente y causa mínima incomodidad al usuario (14).
En LC está contraindicado el reposo absoluto, Cada día de reposo en cama representa una pérdida del
2% de fuerza muscular. Los ejercicios de Williams han demostrado ser eficaces en el manejo de la LC
(15). La higiene postural de columna, son aquellas formas correctas al realizar cualquier movimiento,
posición o trabajo; su objetivo es generar un aprendizaje y habito de adecuadas actitudes posturales
tanto dinámicas como estáticas (16).
Existen diferentes escalas que nos ayudan a identificar la intensidad del dolor (17). La más utilizada es
la Escala Numérica Análoga del dolor que consiste en una escala que va del 1-10 siendo 0 la ausencia
de dolor y 10 el peor dolor imaginable (18). El Índice de Discapacidad de Oswestry (ODI) es el
instrumento de medición de funcionalidad más utilizado en pacientes con LC (19).
Dentro de la bibliografía de 2018 -2019 los estudios más recientes han demostrado efectos significativos
con el uso de Ejercicios de Estabilización Vertebral (EEV) y la Terapia Manual (TM). Encontrando una
reducción significativa del dolor, recuperación funcional e incremento significativo en la calidad de