OSTEOPOROSIS Y RIESGO DE FRACTURAS
EN MUJERES POSMENOPÁUSICAS. REVISIÓN
BIBLIOGRÁFICA
OSTEOPOROSIS AND RISK OF FRACTURES IN
POSTMENOPAUSAL WOMEN. LITERATURE REVIEW
Odalys Mishelle Franco Diaz
Universidad Tecnica de Machala
Michelle Carolina Sánchez Ortega
Universidad Tecnica de Machala
Brigida Maritza Agudo Gonzabay
Universidad Tecnica de Machala
pág. 9830
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.15647
Osteoporosis y riesgo de fracturas en mujeres posmenopáusicas. Revisión
bibliográfica
Odalys Mishelle Franco Diaz
1
ofranco1@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0009-0003-8557-3667
Universidad Tecnica de Machala
Ecuador
Michelle Carolina Sánchez Ortega
msanchez10@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0009-0008-3499-2390
Universidad Tecnica de Machala
Ecuador
Brigida Maritza Agudo Gonzabay
bagudo@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-7187-8983
Universidad Tecnica de Machala
Ecuador
RESUMEN
En el presente estudio se estudia la Osteoporosis y riesgo de fracturas en mujeres posmenopáusicas. La
prevalencia de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas es preocupante, ya que se asocia con una
significativa morbilidad y mortalidad; siendo las fracturas de cadera las que presentan mayor impacto
en la calidad de vida. El Objetivo general es describir a la osteoporosis y su relación con el riesgo de
fracturas en mujeres posmenopáusicas mediante una revisión bibliográfica para mejorar su calidad de
vida en la Atención Primaria de Salud. El proyecto se encuentra elaborado bajo un modelo de
investigación positivista con un enfoque cualitativo de tipo básico bajo un diseño no experimental, de
modalidad documental y metodología interpretativa. De los artículos analizados en este estudio se
destacan una relación significativa entre la osteoporosis y la posmenopausia, atribuyendo este vínculo
principalmente a los cambios hormonales asociados con esta etapa de la vida.
Palabras clave: osteoporosis, posmenopáusicas, factores de riesgo
1
Autor principal
Correspondencia: ofranco1@utmachala.edu.ec
pág. 9831
Osteoporosis and risk of fractures in postmenopausal women. Literature
review
ABSTRACT
In this study, osteoporosis and fracture risk in postmenopausal women are studied. The prevalence of
osteoporosis in postmenopausal women is worrying, as it is associated with significant morbidity and
mortality; hip fractures are those that have the greatest impact on quality of life. The general objective
is to describe osteoporosis and its relationship with fracture risk in postmenopausal women through a
bibliographic review to improve their quality of life in Primary Health Care. The project is developed
under a positivist research model with a basic qualitative approach under a non-experimental design,
documentary modality and interpretive methodology. From the articles analyzed in this study, a
significant relationship between osteoporosis and postmenopause stands out, attributing this link mainly
to the hormonal changes associated with this stage of life.
Keywords: osteoporosis, postmenopausal, risk factors
Artículo recibido 10 noviembre 2024
Aceptado para publicación: 20 diciembre 2024
pág. 9832
INTRODUCCIÓN
La osteoporosis posmenopáusica (OP) es una enfermedad metabólica que afecta al tejido óseo,
caracterizada por una disminución significativa de la densidad mineral y alteraciones en la
microarquitectura de los huesos, lo que conduce a una mayor fragilidad y un elevado riesgo de fracturas.
Esta patología afecta principalmente a mujeres después de la menopausia debido a la caída de los niveles
de estrógenos, lo que acelera la reabsorción de calcio y dificulta la formación de tejido nuevo (Fischer
& Haffner-Luntzer, 2022)Como resultado, los huesos se vuelven más frágiles, y las fracturas ocurren
con mayor facilidad, especialmente en áreas como la cadera, la columna vertebral y la muñeca;
estimándose que entre el 30% y el 50% de las mujeres mayores de 70 años sufren de osteoporosis, lo
que convierte a esta enfermedad en un problema de salud pública de gran magnitud a nivel mundial
(Franken Morales et al., 2021)
La prevalencia de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas es preocupante, ya que se asocia con una
significativa morbilidad y mortalidad; siendo las fracturas de cadera las que presentan mayor impacto
en la calidad de vida, ya que pueden generar dependencia funcional, requerir cuidados a largo plazo y
aumentar la mortalidad, estimándose que un 20% de las personas que sufren una fractura de cadera
mueren dentro del primer año debido a complicaciones relacionadas al sedentarismo, mientras que
muchas otras quedan con secuelas que limitan su capacidad para realizar actividades cotidianas, además,
el costo económico asociado con el tratamiento de estas fracturas es considerable, lo que representa una
carga adicional para los sistemas de salud pública, a pesar de que la osteoporosis es prevenible y tratable,
la enfermedad sigue siendo subdiagnosticada y subtratada, lo que complica su control y manejo (Wu
et al., 2021)
Uno de los principales retos en el manejo de la osteoporosis es la dificultad para detectar la enfermedad
en sus primeras etapas, ya que suele ser asintomática hasta que ocurre una fractura; por esta razón,
muchas mujeres no reciben diagnóstico hasta que presentan una fractura osteoporótica, lo que retrasa el
inicio de tratamientos que podrían prevenir más fracturas por la falta de conciencia pública sobre los
factores de riesgo y los beneficios de la prevención temprana contribuye a que muchas mujeres no
reciban el tratamiento adecuado (Amin et al., 2023). Entre los factores de riesgo más comunes para
desarrollar osteoporosis se encuentran el envejecimiento, el sedentarismo, la deficiencia de calcio y
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vitamina D, el tabaquismo, el bajo peso corporal y antecedentes familiares de fracturas. Estos factores,
en combinación con la disminución de la producción de estrógenos durante la menopausia, aumentan la
susceptibilidad a la pérdida ósea (Valenzuela-Martínez et al., 2023)
Es fundamental que las estrategias de prevención se enfoquen en la identificación temprana de estos
factores de riesgo, especialmente en mujeres que han superado la menopausia, ya que esta es la etapa
en la que la pérdida ósea se acelera, en este sentido, la atención primaria de salud juega un papel crucial,
ya que es el primer nivel de contacto entre los individuos y el sistema sanitario (Händel et al., 2023).
Los profesionales de la salud en atención primaria tienen la oportunidad de educar a las pacientes sobre
la importancia de mantener una dieta rica en calcio y vitamina D, así como fomentar la práctica regular
de ejercicio físico, la detección temprana de la osteoporosis, mediante la medición de la densidad
mineral ósea, puede ayudar a identificar a aquellas mujeres en mayor riesgo de fracturas, permitiendo
el inicio temprano de tratamientos farmacológicos y no farmacológicos (Arceo-Mendoza & Camacho,
2021a)
Las mujeres con un índice de masa corporal (IMC) inferior a 19 kg m
2
presentan una disminución en la
densidad mineral ósea, atribuida a una actividad osteoblástica deficiente debido a una menor carga
mecánica en los huesos y a una inhibición de la actividad osteoclástica causada por la falta de producción
de estrona, relacionándose con un mayor riesgo de fractura de cadera según el estudio MEDOS (Chiu
et al., 2024)
El calcio desempeña un papel esencial en la formación de la estructura ósea, y en la etapa adulta, se
recomienda un consumo de 1000 mg diarios al consumir alimentos ricos en calcio, como verduras de
hojas verdes, pescado y productos lácteos, contribuye a alcanzar la máxima densidad ósea en la edad
adulta (Shkembi & Huppertz, 2022), reduciendo así el riesgo de osteoporosis es atribuible que una
ingesta baja de calcio durante el período de crecimiento óseo pueda limitar el pico de densidad mineral
ósea y aumentar la vulnerabilidad a fracturas a lo largo de la vida (Słupski et al., 2021)
Según estos parámetros, se estima que un 30% de las mujeres y un 8% de los hombres mayores de 50
años presentan esta prevalencia, pudiendo llegar hasta un 50% en mujeres mayores de 70 años. Aunque
la edad en la que se produce la pérdida de masa ósea no está claramente definida, se presume que ocurre
alrededor de los 40 años, tanto en mujeres como en hombres (Hernández et al., 2023)
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La osteoporosis posmenopáusica, aunque es una enfermedad común, es tratable y prevenible si se
identifican a tiempo los factores de riesgo y se implementan intervenciones adecuadas, pero a pesar de
los avances en el conocimiento sobre la enfermedad, sigue existiendo una gran brecha en términos de
diagnóstico temprano, tratamiento oportuno y prevención (Arceo-Mendoza & Camacho, 2021b).
No hay pruebas concluyentes que sugieran que el ejercicio físico sea efectivo para evitar la pérdida de
masa ósea durante la menopausia; no obstante, se destaca su impacto significativo en la prevención de
las caídas, consideradas como el factor de riesgo más destacado debido a que las caídas tienen una gran
relevancia en la patogénesis de las fracturas osteoporóticas, la práctica regular de ejercicio físico en la
población mayor se presenta como una medida fundamental para contrarrestar la osteoporosis (Ríos aij
et al., s. f.).
Indudablemente, la osteoporosis se presenta como un desafío de salud pública a nivel global. Afectando
a más de 200 millones de individuos en la actualidad, se prevé que entre el 30% y el 50% de las mujeres
que han pasado la menopausia sufrirán los efectos de esta enfermedad.
El manejo de la osteoporosis implica no solo el uso de medicamentos, como los bifosfonatos y los
moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (SERM), sino también la implementación de
cambios en el estilo de vida que favorezcan la salud ósea, la actividad física, especialmente los ejercicios
de carga y de resistencia (Patel & Saxena, 2024), es esencial para estimular la formación de hueso y
mejorar el equilibrio, lo que a su vez reduce el riesgo de caídas y fracturas; asimismo, la modificación
de hábitos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, así como el control del peso corporal,
son fundamentales para el manejo efectivo de la enfermedad (Aibar-Almazán et al., 2022).
A medida que la población envejece, la prevalencia de la osteoporosis posmenopáusica aumenta, lo que
subraya la importancia de comprender y abordar este problema de manera efectiva. La menopausia
desencadena cambios hormonales, especialmente la disminución de los niveles de estrógeno, que están
directamente relacionados con la pérdida de masa ósea por lo que aumenta el riesgo de fracturas,
especialmente en áreas como la columna vertebral, cadera y muñeca («World Congress on Osteoporosis,
Osteoarthritis and Musculoskeletal Diseases (WCO-IOF-ESCEO 2024)», 2024)
A medida que las mujeres posmenopáusicas son más propensas a experimentar fracturas osteoporóticas,
el impacto económico y social de la osteoporosis se vuelve más significativo. A pesar de los avances en
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la investigación médica, la osteoporosis posmenopáusica sigue siendo un problema de salud importante
y su impacto en la calidad de vida de las mujeres adultas es un aspecto que necesita una exploración
más profunda. Se hace evidente la necesidad de abordar las siguientes cuestiones: Falta de Conciencia
y Diagnóstico Temprano, Impacto Psicosocial, Enfoque Multidisciplinario, Factores de Riesgo y
Diagnóstico Precoz, Precisión en el Diagnóstico.
En tal sentido surge como pregunta de investigación ¿Cuál es la relación existente entre osteoporosis y
el riesgo de fracturas en mujeres posmenopáusicas? La investigación sobre factores de riesgo de
osteoporosis en mujeres posmenopáusicas en atención primaria de salud es justificable debido a su
relevancia clínica, oportunidades de intervención, impacto económico y la necesidad de abordar desafíos
de salud en una población en crecimiento; por lo que nos planteamos como objetivo general: Describir
a la osteoporosis y su relación con el riesgo de fracturas en mujeres posmenopáusicas mediante una
revisión bibliográfica para mejorar su calidad de vida en la Atención Primaria de Salud.
METODOLOGÍA
El proyecto se encuentra elaborado bajo un modelo de investigación positivista con un enfoque
cualitativo de tipo básico bajo un diseño no experimental, de modalidad documental y metodología
interpretativa.
Al desarrollar el título del presente estudio investigativo se utilizó el método DPQ/CEA; para la
definición del mismo se utilizó la metodología EDREPA (Exploratorio, Descriptivo, Relacional,
Explicativo, Predictivo y Aplicativo); sobre la elaboración de las palabras claves se empleó los
descriptores bibliográficos DeCS/MeSH de la OPS, para la realización de la búsqueda de la información
se emplearon operadores booleanos mediante la siguiente fórmula: “osteoporosis”and”fractures”and”
postmenopause”.
Para recabar información se utilizó la metodología PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic
reviews and Meta-Analyses), cuya metodología permite la realización de una búsqueda sistemática,
eficiente y eficaz sobre el objeto de estudio qué facilite a los autores poder presentar las referenciaciones
utilizadas en esta revisión.
El universo en que se haya situado la revisión consta de tres bases de datos Pubmed, Scielo y Elsevier,
Las bibliografías utilizadas para presentar los resultados se obtuvieron de la base de datos de PubMed
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con la siguiente fórmula búsqueda “Osteoporosis¨ AND ¨Fractura¨ AND/OR ¨Postmenopause”; luego
de obtenida la información se realizó los siguientes filtros: idioma en inglés y español, estudio en
humanos y periodo comprendido del 2019 al 2024, acceso abierto.
La ejecución de este proceso investigativo se realizó durante el periodo 2023 – 2024 bajo el instrumento
de recolección de datos: Excel 2019 y la elaboración de una tabla donde se refleja los principales
hallazgos según el tema expuesto.
Está revisión bibliográfica sobre la osteoporosis y riesgo de fracturas en mujeres posmenopáusicas no
tiene dilemas éticos que afrontar debido a que es netamente una revisión de datos, además no se cuenta
con la participación de terceras personas que afecten a la investigación.
Resultados
Una vez realizada la búsqueda se obtuvieron un total de 1331 resultados de los cuales al aplicar los
criterios de búsqueda y filtros se han escogido 20 artículos que pueden responder de la mejor manera
nuestros objetivos planteados.
Mediante una revisión de enfoque en Scielo, PubMed y Elsevier se recopilaron inicialmente 1331
artículos identificados y registrados a partir de la base de datos en la cual se eliminaron un total de 455
datas de los cuales 335 artículos estuvieron duplicados y 120 fueron no elegibles a través de
Screening
Identification
Identification of new studies via databases and registers
Registros de cribado (n = 576)
Reportes no recuperados (n = 230)
Reportes evaluados para elegibilidad (n =
220)
Reportes excluidos: Total (n= 200)
PubMed (n = 132) Scielo (n = 23) Elsevier
(n = 45)
Registros eliminados antes de la evaluación:
Total (n= 455)
Registros duplicados (n = 335)
Registros marcados como inelegibles de
forma automática (n = 120)
Registros identificados de: Base de datos (n
= 3) Registros (n = 1,331)
Registros excluidos (n = 126)
Informes buscados para su recuperación (n
= 450)
Estudios Incluidos para la revisión (n = 20)
Included
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herramientas de automatización, resultando un total de 576 artículos, de los cuales se excluyeron 126 al
no ser de alto impacto, resultando 450 artículos a ser recuperados para la investigación, de los cuales no
se pudieron recuperar 230 artículos por no guardar relación con el tema de estudio; resultando 220
artículos para ser evaluados como elegibles, de los cuales se excluyeron 200 artículos por no cumplir
con los criterios de inclusión, obteniéndose como estudios a ser incluidos en esta revisión 20 artículos.
De los 20 artículos analizados en este estudio bibliográfico, 7 destacan una relación significativa entre
la osteoporosis y la posmenopausia, atribuyendo este vínculo principalmente a los cambios hormonales
asociados con esta etapa de la vida, destacando que la disminución de los niveles de estrógeno tras la
menopausia juega un papel crucial en la aceleración de la pérdida de masa ósea, lo que lleva a un mayor
riesgo para desarrollar osteoporosis. En este sentido, algunos de estos estudios subrayan que hasta un
70% de las mujeres posmenopáusicas experimentan una reducción significativa en la densidad mineral
ósea, especialmente en regiones como la columna vertebral, la cadera y el radio, en los cuales e enfatiza
que el inicio de la menopausia a una edad temprana y la ausencia de medidas preventivas pueden agravar
aún más esta condición.
En relación con las complicaciones más frecuentes, 6 artículos se centran en el impacto clínico de la
osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, identificando a las fracturas vertebrales y de cadera como
una de las consecuencias más prevalentes y preocupantes; con tasas de incidencia significativamente
elevadas en esta población. Además, varios estudios señalan que las fracturas de cadera tienen una tasa
alarmantemente alta de mortalidad dentro del primer año posterior al evento, en gran parte debido a
complicaciones como infecciones, tromboembolismos y el deterioro general del estado de salud;
documentándose que estas fracturas no solo están asociadas con dolor crónico, deformidades y pérdida
de estatura, sino también con una disminución notable en la movilidad y en la calidad de vida de los
pacientes.
Por último, 7 artículos analizan las estrategias de intervención más efectivas para reducir el riesgo de
fracturas en mujeres posmenopáusicas con osteoporosis; entre las más destacadas, el uso de tratamientos
farmacológicos como bisfosfonatos, denosumab y terapias de reemplazo hormonal se menciona como
medidas altamente efectivas para frenar la pérdida ósea y aumentar la densidad mineral ósea. También
se discute la importancia de la suplementación con calcio y vitamina D como una medida preventiva
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crucial, especialmente en mujeres con insuficiencia o deficiencia comprobada de estos nutrientes.
Además, se resalta el impacto positivo de los programas de ejercicio físico diseñados específicamente
para fortalecer los huesos, mejorar la musculatura y optimizar el equilibrio, lo que contribuye a reducir
significativamente el riesgo de caídas.
Otros enfoques, como las intervenciones educativas dirigidas a aumentar la adherencia al tratamiento y
las evaluaciones periódicas de la salud ósea mediante densitometría, también son mencionados como
elementos clave en el manejo integral de esta condición. En conjunto, este análisis subraya la
importancia de abordar la osteoporosis posmenopáusica de manera temprana y proactiva, integrando
estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento que permitan minimizar las complicaciones que
esta condición puede provocar.
Discusión
(Barron et al., 2020)es su estudio con 2261 pacientes con osteoporosis nos indica que hay tres factores
primordiales a tomar en cuenta en la relación de la osteoporosis y las fracturas, los antecedentes
personales como los de una fractura previa, puntuaciones T disminuidas (probabilidad desarrollar una
fractura) y al ejercicio físico que ante su falta condiciones a un escaso desarrollo óseo, con una tendencia
al 19,4% a sufrir una fractura no vertebral.
(Perez et al., 2023) en su investigación dentro del estudio FRAX abarca temas más cruciales como lo
son las comorbilidades: diabetes mellitus que vuelven a las pacientes a ser más propensas a desarrollar
fracturas, el hábito tabáquico se encuentra íntimamente ligado, así como el consumo indiscriminado de
glucocorticoides es propicio para desencadenar una fractura en el paciente afectado.
(Lee et al., 2023)en sus investigaciones con un total de 41671 y 2897 participantes respectivamente,
establecen que una paciente con osteoporosis dentro de su etapa posmenopáusica supone un riesgo y
una afección directa a su estilo y calidad de vida, este mal pronóstico aumenta en aquellas pacientes han
sufrido una fractura previa, la densidad ósea juega un papel importante ya que resulta determinante para
favorecer a la probabilidad de sufrir una fractura, ambos estudios tuvieron un índice de confianza del
95%.
(Shoback et al., 2020) en sus estudios nos indica que la mejor opción terapéutica es la Abaloparatida
con una reducción del 48% las fracturas vertebrales y un 38% las fracturas de cadera, Miller en sus
pág. 9839
estudios coincide en que la abaloparatida supone una mejor opción terapéutica para la osteoporosis
siendo esta determinante para estudios posteriores, estudios similares se ven respaldados en las
investigaciones de Barrionuevo y Amin destacando el uso del Romosozumab reduciendo la probabilidad
de fracturas hasta en un 48%.
Sin embargo, (Leder et al., 2020) realiza una comparativa entre el uso de ambos medicamentos y su
respuesta-eficacia terapéutica de un placebo en una población de condiciones similares, obtenido poca
diferencia entre el uso del placebo y el medicamente estudiado, a pesar de que su estudio no fue
concluyente deja en tela de duda la eficacia de un medicamento en relación a otro para tratar la
enfermedad.
CONCLUSIONES
Establecer una relación clara entre la osteoporosis y el riesgo de fracturas en las mujeres
posmenopáusicas sigue siendo un gran reto debido a que muchos estudios centran sus directrices en un
único argumento y no resultan en estudios multidisciplinarios e integrales que abarquen las diferentes
variables que puede acarrear un paciente, estudios revisados sugieren que fracturas previas, índice de T
bajo y poca actividad física resultan determinantes para sufrir fracturas.
De la misma manera otros estudios resaltan la importancia de incluir otras enfermedades tales como la
diabetes mellitus, consumo de tabaco y el uso de corticoides influyen en el riesgo de desarrollar una
fractura a largo plazo.
La prevalencia y el impacto de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas está muy bien evidenciada,
la calidad de vida de una mujer con osteoporosis en su etapa posmenopáusica es más desfavorable de la
que no la posee, y esta se exacerba si ya posee una fractura previa.
A esto se suman otros factores tales como calidad de vida previa, el peso actual de la paciente, hábitos
alimenticios y funcionales que tienden a marcar un impacto clave en la vida diaria de una mujer
posmenopáusica con osteoporosis.
Las intervenciones para tratar y prevenir las fracturas en la población estudiada son variadas, las
primarias van encaminadas a prevenirla, las cuales conllevan cambios en el estilo de vida, peso adecuado
para la talla, comorbilidades y hábitos saludables.
pág. 9840
Los fármacos más efectivos según la bibliografía estudiada son el Romosozumab y la Abaloparatida,
dos fármacos con mecanismos de acción diferente pero que han dado buenas respuestas al tratamiento
y a evitar fracturas en mujeres posmenopáusicas con osteoporosis, no se ha evidenciado un fármaco que
sea superior a otro por lo tanto hay que recordar que cada tratamiento es individualizado y se debe
ajustar a las necesidades de cada paciente.
Recomendaciones
Se recomienda enfocar los futuros estudios a contextos sociales y económicos de la población objetivo
debido a que estas variables no fueron tomadas en la mayoría de estudios revisados.
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