Universitarios trabajadores y rendimiento académico,

 un análisis de su relación

 

Laura Isabel Ozuna

[email protected]

Universidad Nacional de Pilar

Pilar – Paraguay

 

 

 

RESUMEN

En los últimos tiempos se observa con frecuencia la existencia de estudiantes universitarios que trabajan y a la vez estudian. Este documento pretende realizar una aproximación teórica para determinar si esta dualidad genera impacto negativo o positivo en el rendimiento académico que obtienen en la universidad. La metodología utilizada es la de revisión teórica cuyo acceso se dio por medio de la plataforma de Google Académico y Cicco. Los resultados refieren que el hecho de trabajar y estudiar a la vez no genera impacto negativo en el rendimiento del estudiante, por el contrario, aporta al desarrollo de las competencias profesionales y le permite abrirse paso en el mercado laboral.

 

Palabras clave: rendimiento académico; estudiantes universitarios; trabajo


Worker university and academic performance,

an analisys of ther relation

 

 

ABSTRACT

In the last times, is frequently observed university students who work and study at the same time. This document has a theoretical approach to determine if this duality generates a negative or positive impact on the academic performance they obtain at the university. The methodology used is that of theoretical review whose access was given through the Google Scholar and Cicco platform. The results show that the fact of working and studying at the same time does not generate a negative impact on the student's performance, on the contrary, it contributes to the development of professional skills and allows him to break through in the labor market.

 

Keywords: academic achievement; university student; work
 
 
 
 

Artículo recibido:  30 noviembre. 2021

Aceptado para publicación: 29 diciembre 2021

Correspondencia: i[email protected]

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INTRODUCCION

En el ámbito de la educación superior, especialmente en las disciplinas de las ciencias sociales, es común encontrar estudiantes universitarios que combinan trabajo y estudio (Caballero, 2006; Garza y Nicolín, 2013; Simón, Casado, Castejón, 2017). Esta dualidad está dada por los retos impuestos por el mundo laboral y la globalización, y por las condiciones socioeconómicas, pues en su mayoría los estudiantes trabajadores provienen de familias con escasos recursos económicos e ingresos (Barreto, Celis, y Pinzón, 2019).

El factor tiempo, se convierte en un recurso escaso a medida que la persona asume responsabilidades y compromisos en sus diferentes roles. En este caso, encontramos el de la persona como estudiante universitaria y a la vez, trabajadora, por tanto, se parte de la premisa que se establecen prioridades para cumplir con ls responsabilidades, y que la actividad laboral se desarrolla, para costearse sus estudios universitarios, lograr independencia económica o abrirse camino en el competitivo mercado laboral.

Este estudio fue motivado por el hecho de observar en universidades públicas de Pilar – Paraguay, que sus estudiantes de carreras de grado estudian y a la vez trabajan, lo que hace presumir que esto les dificulta cumplir cabalmente con las actividades académicas, y tiene incidencia negativa en sus promedios académicos.

El rendimiento académico es definido por Tejedor, citado por Tomás Miquel, Expósito Langa, Sempere Castelló (2014) como la nota o calificación media obtenida durante el período universitario que cada alumno haya cursado. Escudero (2000) señala que es un indicador directo de la calidad de la enseñanza, hecho plenamente asumido por los responsables universitarios y la sociedad en general.

Por su parte, Medina, Ferreira y Marzol (2018), refieren que el rendimiento académico se obtiene como producto de un conjunto de cuestiones que rodean al estudiante y se constituye en un indicador para medir la eficiencia de un sistema educativo, por medio de la información que proporciona para la evaluación del mismo.

Para definir el trabajo, se toma a Blanch quien refiere que éste es “la inversión consciente e intencional de un esfuerzo generalmente individual en orden a la producción de bienes, elaboración de productos o realización de servicios, los cuales satisfacen algún tipo de necesidades humanas” (Salinas Quiroga y González Salazar, 2019).

El Código Laboral Paraguayo (Ley 213/93) establece que la jornada ordinaria de trabajo efectivo es el tiempo durante el cual el trabajador permanece a disposición del empleador, no podrá exceder de 8 horas por día o 48 semanales, cuando el trabajo fuere diurno, ni 1de 7 horas por día o 42 horas en la semana, cuando el trabajo fuere nocturno. La ley 6339/2019 regula el empleo a tiempo parcial, y lo define como aquel que se realiza cuando se haya acordado una prestación subordinada de actividad  laboral de una duración de entre 16 (dieciseis) a 32 (treinta y dos) horas semanales.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para la investigación se partió de la hipótesis que los estudiantes universitarios trabajadores presentan un rendimiento académico bajo o bueno, más no excelente, debido a que su actividad laboral les insume tiempo y requieren de una dedicación mayor para lograr buen rendimiento en sus estudios universitarios, lo que en ocasiones no es posible, y se conforman con alcanzar notas que les permiten ser promovidos al curso superior, y de esa forma, avanzar con sus estudios hasta culminar su carrera universitaria.

El objetivo fue contrastar las corrientes bibliográficas relacionadas a los beneficios o desventajas que representan para el estudiante universitario, el hecho de trabajar durante el cursado de su carrera universitaria, es decir, la relación existente entre el hecho de realizar actividad laboral remunerada y su rendimiento académico.

La metodología utilizada para la investigación fue la de la revisión bibliográfica para lo cual se accedió a artículos en la plataforma Google Académico y el portal Cicco del CONACYT Paraguay, donde las palabras clave revisadas fueron rendimiento académico y estudiante universitario trabajador. Se revisó inicialmente bibliografía desde el año 2004, posteriormente se enfatizó la búsqueda de información en artículos más recientes, a partir del año 2016. Se elaboraron fichas bibliográficas de cada artículo consultado, de entre los cuales algunos fueron desechados ya que si bien se estudiaba en específico el rendimiento académico, varios no contemplaban las variables relacionadas. Se contrastaron las principales ideas de los diferentes autores, agrupándose las coincidentes según las conclusiones de los mismos.

DISCUSIÓN

Los estudiantes que trabajan representan un alto porcentaje que crece, a medida que avanzan en sus estudios. Se observa que en los primeros años de las carreras universitarias existe mayor disponibilidad de tiempo de los estudiantes para involucrarse en actividades extracurriculares de su carrera, tales como talleres de investigación, actividades deportivas y otras, disminuyendo esta proporción en estudiantes que se encuentran en cursos superiores. (Nessier, Pagura, Pacífico, & Zandomeni, 2018).

Fedriani Martel y Romano Paguillo (2017) hablan sobre las variables que afectan al rendimiento académico del estudiante universitario, citando algunas tales como: el sexo, la edad, el municipio de residencia al origen y durante el cursado de su carrera, las notas obtenidas en el nivel educativo anterior, distancia de su domicilio con el centro de estudios, resultados obtenidos en la prueba de selección, entre otros, concluyendo que es inmensa la variabilidad en las relaciones entre las variables implicadas. Lucas, citado por Torres, Duart, Gómez, Marín y Faggioni (2016) señala factores intelectuales y ambientales, como hábitos asimilados a edades tempranas, el interés por la lectura o la falta de medios para alcanzar capacidades elementales como la comprensión y producción lingüística

Se suma a la multiplicidad de variables que afectan al rendimiento académico del estudiante universitario, el factor tecnológico, al decir de Duart (2008) que corresponde al entorno tecnológico institucional, las posibilidades de acceso y los usos de internet (Torres Díaz, Josep, Gómez Alvarado, Marín Gutiérrez y Faggioni Segarra, 2016).

Tomás Miquel, Expósito Langa, y Sempere Castelló (2014) señalan que el rendimiento académico de los estudiantes se ve influenciado por diversos factores, pero excluyen variables personales como el nivel de ingresos, el nivel de inteligencia y la existencia en el ambiente familiar de más o menos miembros con formación universitaria que no guardan relación con el mismo. Al decir de Barreto Osma, Pinzón Arteaga, Celis Estupiñan (2019) gran parte de la población que cursa el nivel universitario tiene la necesidad de alternar sus estudios con la actividad laboral, lo cual se aprecia en mayor medida en países que tienen un contexto de crisis económica y transformación laboral.

Otro factor que se relaciona a las notas obtenidas por el estudiante es la gestión del tiempo, donde se notan mayores niveles de habilidad entre los estudiantes que trabajan (Garzón Umerenkova, Gil Flores, 2018).

Porto y Di Gresia (2004) afirman que la situación laboral puede influir, también, en la duración de los estudios y en otras dimensiones del rendimiento estudiantil, como el promedio. Otros señalan que la procastinación presenta una clara relación inversa con el rendimiento académico del alumnado universitario (Garzón & Gil Flores, 2016). No obstante, señala Guzmán que la confluencia de la práctica de estudiar y trabajar al mismo tiempo presenta diferencias asociadas a particularidades, tanto de los estudiantes, como de las instituciones de educación superior y de las condiciones del contexto socioeconómico (Nessier, Pagura, Pacífico y Zandomeni, 2018). Se comprobó además que crece la cantidad de estudiantes que desempeñan o han desempeñado ambas prácticas en simultáneo, a medida que avanzan en sus carreras y alcanzan sus máximos valores entre los que se encuentran cursando asignaturas del último año. Además encontraron que difieren datos entre carreras, lo cual abre nuevos interrograntes con relación a las posibilidades de inserción laboral temprana de los estudiantes de distintas carreras (Nessier et. al, 2018).

La perseverancia en el trabajo y en el logro de metas personales son factores que intervienen en las acciones de los individuos. Estudiar a pesar de los desafíos y las adversidades, es una realidad de muchos estudiantes, lo cual hace probable lograr un conjunto de metas mediante el trabajo denodado y perseverante. En este conjunto de factores también interviene la actitud del docente, para el logro del adecuado rendimiento académico (Huéscar Hernández, Moreno Murcia, Cid, Monteiro, & Rodrigues, 2020).

Okano et al (2019) realizaron un estudio sobre las conexiones entre el sueño y la función cognitiva y el rendimiento académico de estudiantes universitarios, concluyendo que mejor calidad y mayor consistencia del sueño se correlacionan con mejores calificaciones y por ende un mejor rendimiento académico en la universidad. Si bien no se analizó el rendimiento académico en el referido, se consideró importante incluirlo, atendiendo a que se observa que estudiantes universitarios trabajadores, tienden a descuidar el descanso suficiente, lo cual podría afectar negativamente su rendimiento académico.  

En general se observa el aumento del interés por el bienestar general de los estudiantes universitarios, en comparación al tiempo pasado. El logro del éxito académico se relaciona con varios aspectos de la salud, de entre los que se encuentra el sueño, relacionado con el rendimiento académico. Existen resultados que indican que el promedio de las calificaciones se relaciona con el sueño, las horas dedicadas al trabajo y los ingresos de las familias; se pudo comprobar que los empleados que laboran en el área de servicios presentan puntuacion de sueño, ligeramente más bajo que los que lo hacen en otros lugares (Chiang, Arendt, & Sapp, 2020).

Sánchez y Elías (2017) establecen una clasificación de estudiantes, en Tradicionales y No Tradicionales, definiendo a estos últimos como colectivos atípicos o con poca participación en la universidad en tiempos pasados, lo cual creció en relación directa al aumento relativo de las oportunidades para acceder a la educación superior ocurrida en los últimos años: esto ha generado una heterogeneidad creciente del perfil de estudiantes, es decir, que las características de los estudiantes universitarios se han multiplicado. Las conclusiones del estudio son que las variables edad y combinación de estudios y trabajo permiten diferenciar ciertos perfiles de estudiantes con características específicas.

En el Paraguay, se presenta una situación similar a la descrita previamente, en cuanto a la dualidad de roles de los estudiantes universitarios y la agrupación que realiza el autor citado, lo cual se puede reseñar en base a los orígenes de las universidades en el Paraguay y la expansión que tuvo con posterioridad.

La primera universidad fundada en el país fue la Universidad Nacional de Asunción, en el año 1889 seguida de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción en el año 1960, de gestión privada. Posteriormente en el año en el año 1991 se crea la Universidad Columbia del Paraguay, de gestión privada, en el año 1993 se aprueba por ley la Universidad Nacional del Este, y en 1994 la Universidad Nacional de Pilar, ambas de gestión oficial. Desde ese período y hasta la fecha suman 54 universidades en el país (Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior, 2020). Es importante señalar que la Universidad Nacional de Pilar inició sus actividades académicas en el año 1991 con apoyo del sector privado (Universidad Nacional de Pilar, 2020). Esta circunstancia permite que ciudadanos que anteriormente no tenían acceso a la educación superior universitaria, accedan a la misma en su localidad de residencia, cercano a sus domicilios, mejorando de esta manera su calidad de vida; pero ello implica también la existencia de la dualidad descrita, de estudiar y trabajar a la vez.

Aspectos positivos de trabajar y estudiar

Simón, et al (2017), confirman que una proporción significativa de estudiantes universitarios españoles simultanea los estudios con un trabajo remunerado, siendo muy frecuente que trabajen durante periodos prolongados, que lo hacen por necesidad y no siempre en tareas relacionadas a su área de estudios. De igual modo concluyen, que el hecho de trabajar, no presenta aparentemente un impacto significativo en sus estudios.

Otros estudios que afirman que el estudiante que trabaja tiene mejor rendimiento en sus estudios (Caballero, 2006; Cuevas de la Garza y de Ibarrola Nicolín, 2013; Tomás Miquel, Expósito Langa, y Sempere Castelló, 2014)

Okogbaa, Allen y Sarpong (2020) estudiaron el impacto de la carga del tiempo de trabajo en el rendimiento académico de estudiantes de la carrera de farmacia, en períodos semestrales de otoño y primavera; concluyendo que cuando éste no está relacionado con la carrera, es significativo y se asocia positivamente con el rendimiento académico, al que denominan GPA. Aunque la asociación negativa de la carga de trabajo con el GPA fue significativa en el otoño, fue marginalmente significativo en el semestre de primavera después de tener en cuenta otras posibles covariables.

Las experiencias laborales de los estudiantes les generan experiencias alienantes y gratificantes, según señala Pusser, citado por Núñez y Sansone (2016). Expresan también que existen cinco dimensiones de trabajo, de entre las cuales menciona que los estudiantes parecían estar aumentando sus oportunidades económicas y sociales y agudizar sus habilidades intelectuales. Poco menos de la mitad de los estudiantes se comprometen con la tutoría, la enseñanza y el trabajo comunitario, lo cual sugiere que desarrollan sus habilidades sociales y construyendo al bien público. Si bien esta investigación se centró en estudiantes que iniciaban sus carreras, examinaron también la etapa posterior, es decir, cuando los mismos avanzaban en sus estudios con cursos superiores, notándose que presentaban habilidades de pensamiento crítico y orientaciones para promover la igualdad social.

Pereira, Reis, de Sousa, Nagai, Aparecida da Luz, Lemos y Fischer (2015) realizaron un estudio con el objetivo de identificar las características laborales asociadas al desempeño académico de trabajadores universitarios, tomando como muestra estudiantes de grado de una universidad pública. Presentaron una asociación positiva con bajo rendimiento académico: masculino; más horas de trabajo y demanda; y bajo control y apoyo social en el trabajo. Mediante el modelo de regresión logística múltiple se estimó la asociación entre variables explicativas y rendimiento académico. Utilizando el modelo estadístico de regresión logística múltiple, el resultado fue una asociación positiva con bajo rendimiento académico: masculino; más horas de trabajo y demanda; y bajo control y apoyo social en el trabajo.

Trabajar y su impacto negativo en los estudios

Empíricamente se señala que cuando un estudiante universitario presenta bajas calificaciones en sus asignaturas, es debido a que gran parte de su tiempo diario lo dedica a trabajar, a fin de solventarse sus estudios y a su familia, principalmente, motivo por el que en cierto modo, las notas obtenidas por el estudiante, no representan precisamente las competencias obtenidas en su proceso de su aprendizaje.

Estudios señalan aspectos negativos del trabajo del estudiante en su rendimiento académico, pero no resultan concluyentes, ya que existen circunstancias en que el mismo resulta positivo.

El realizado por Di Gresia y Porto (2004) sobre determinantes del rendimiento educativo, encuentra la relación negativa entre las horas trabajadas y el rendimiento académico, medido también por la cantidad de materias por año, citado por Fazio (2004).

Fazzio (2004)  por su parte afirma:

En general, en los trabajos que encuentran una relación trabajo-rendimiento                positiva, los datos sugieren que los efectos positivos del trabajo del estudiante en           sus rendimientos se maximizan en niveles bajos o intermedios de horas trabajadas y que dependen del tipo de trabajo y su vinculación con la carrera. Mientras que en           niveles altos de horas trabajadas el efecto de trabajar es negativo sobre los           rendimientos académicos.

Sánchez Gelabert y Elías Andreu (2017) constatan diferencias significativas en el abandono universitario según el perfil de estudiantes, siendo los tradicionales los que lo experimentan en menor grado (30%) y los mayores de 22 años los que más, combinen estudios y trabajo (58%) o no (53.4%). Al introducir la variable de rendimiento académico, concluyen que a mejor rendimiento el abandono es menor, aunque el impacto es diferente según el perfil de los estudiantes, ya que los no tradicionales son los que abandonan más, aún teniendo buen rendimiento, pues cohexisten dos factores, como la edad y la combinación de estudios y trabajo.

Bartolj y Polanec (2017) en su estudio denominado Does Work Harm Academic Performance of Students? Evidence Using Propensity Score Matching (¿El trabajo perjudica el rendimiento académico de los estudiantes? Evidencia mediante la coincidencia de puntajes de propensión) encontraron efectos predominantemente negativos del trabajo de los estudiantes para todas las medidas de rendimiento académico, aunque muchos de estos son económica y estadísticamente insignificantes. Complementan los estudios existentes que no estiman los efectos del tratamiento por separado para diferentes años de estudio al mostrar que el trabajo en la universidad perjudica los resultados del estudio principalmente en el primer año de estudio, al aprobar un número menor de exámenes y, por lo tanto, aumenta la probabilidad de reprobar un año. Los resultados obtenidos por estos investigadores son consistentes con la evidencia sobre la dificultad para adaptarse a los estudios universitarios de los estudiantes de primer año, que enfrentan muchas incertidumbres que afectan a encontrar la asignación óptima de tiempo entre estudios, trabajo y ocio.

RESULTADOS

El rendimiento académico es representativo, no solamente del proceso de aprendizaje logrado por el estudiante, sino que también incluye diversos factores, tales como su condición socioeconómica, sus aspiraciones futuras y otros, que ya se encontraban presentes, antes de iniciar su vida como estudiante universitario, muchos de los cuales escapan a su control, tales como el género, la ciudad de residencia, cultura social, acceso a tecnología entre otros. Se constató además que en este tiempo actual, el acceso a la educación superior universitaria se ha ampliado, por lo que varios colectivos que en tiempos pasados no podían acceder a este nivel de educación, hoy día se encuentran cursando las carreras universitarias, e incluso ya la han culminado. Esto también ha disminuido la brecha social y muchos ciudadanos han mejorado su calidad de vida, insertándose al mercado laboral en mejores condiciones, situación que se enmarca a lo señalado por la UNESCO que considera a la educación como derecho humano para todos, a lo largo de toda la vida, y que el acceso a la instrucción debe ir acompañado de la calidad, corriente a la cual se han allanado los estados, en la búsqueda de su respectivo desarrollo económico, en congruencia con lo señalado por UNESCO, la sociedad exigió a las universidades una mayor apertura social para dar respuesta a la creciente demanda por movilidad social vía estudios.

El hecho que el estudiante trabaje durante su vida universitaria puede tener consecuencias positivas, como una mejor adaptación al mercado laboral, racionalización y uso adecuado del tiempo, mejor expertiz y relacionamiento social.

“Trabajar y estudiar como parte del proceso de formación universitaria es un fenómeno creciente en las nuevas generaciones, por tanto, significa un reto que implica mayor comprensión de las interacciones entre la universidad y el mundo laboral” (Barreto Osma, Celis Estupiña, & Pinzón Arteaga, 2019). Con estos resultados se evidencia la necesidad de establecer una relación entre los entornos de trabajo potencialmente más favorables y las prácticas académicas favorables para un mejor desempeño académico. (Pereira Niquini, y otros, 2015)

Esto refuerza lo señalado por la UNESCO que la educación superior tiene que adaptar sus estructuras y métodos de enseñanza a las nuevas necesidades; se trata de pasar de un paradigma centrado en la enseñanza y la transmisión de conocimientos, a otro centrado en el aprenzaje y el desarrollo de competencias transferibles a contextos diferentes en el tiempo y en el espacio. Siguiendo la línea de la UNESCO (2020) entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados en 2015, la educación superior está mencionada en la meta 4.3 del ODS 4:

 “Para 2030, asegurar el acceso en condiciones de igualdad para todos los hombres y           las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la           enseñanza universitaria”.

Así también, la educación superior es un elemento fundamental para alcanzar otros objetivos como el fin de la pobreza (ODS 1); salud y bienestar (ODS 3); igualdad de género (ODS 5); trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8); producción y consumo responsables (ODS 12); acción por el clima (ODS 13); y paz, justicia e instituciones sólidas (ODS 16).

CONSIDERACIONES FINALES

Varios son los elementos que confluyen en el rendimiento académico de los mismos, tales como la edad, el sexo, la ascendencia familiar, el acceso a la tecnología, la situación socioeconómica familiar, la institución de nivel medio de la que provenga, entre otras. Se puede concluir que el hecho de realizar un trabajo remunerado, afecta mayormente de forma positiva, en cuanto éste se desarrolla a tiempo parcial y guarda relación con la carrera que cursa el estudiante. Por el contrario, los aspectos negativos se relacionan a la dedicación laboral a tiempo completo y cuanto el trabajo desarrollado no tenga relación con su carrera. No obstante, cuando el mismo no guarda relación directa con la carrera cursada, éste adquiere otras destrezas que posteriormente le serán útiles para su desempeño laboral, pues mejora su relacionamiento con las personas, desarrolla la responsabilidad y empatía, e incluso se involucra en actividades filatrópicas que benefician a la sociedad.

La educación constituye un derecho humano, por tanto, los actores de la sociedad deben garantizar el acceso, allanando las barreras que pudieren existir para que los ciudadanos paraguayos accedan a la educación superior de calidad, buscando entrelazar adecuadamente el medio externo, con sus necesidades y ofrecimientos, y los planes de estudios de las carreras universitarias.

Las variables que afectan el rendimiento académico del estudiante universitario son varias y variadas, por ende, éste no es reflejo, precisamente, de sus capacidades cognitivas, procedimentales y actitudinales, esperadas durante su carrera y al término de la misma, sino de varios los aspectos que confluyen. Por tal motivo, las universidades y demás instituciones de educación superior, deben considerar estas situaciones que afectan a los estudiantes, al momento de elaborar o actualizar sus planes de estudio. Si bien no todas las carreras afrontan esta situación de dualidad, pero aquellas que permiten observar en su plantel estudiantil una cantidad importante de estudiantes trabajadores, requieren de un estudio minucioso de las necesidades del medio y el análisis de las condiciones socioeconómicas y demográficas de los potenciales estudiantes.

La universidad forma profesionales con conocimientos científicos que atribuyen las competencias requeridas para dar solución a los problemas sociales y mejorar la calidad de vida de la población (López Jara, 2018). Es por ello que deben ocuparse de conocer e identificar las necesidades del medio externo, a fin de que exista una consonancia entre su plan de estudios y las competencias que la sociedad espera y necesita de los profesionales que egresan, y así también en responder, en el marco del conocimiento científico, a las expectativas de los estudiantes. Deben asumir el reto y el compromiso de implementar diversas formas de evaluar el aprendizaje a fin de que éste sea representantivo de las competencias de estudiante para lograr su promoción y lograr una vinculación más activa con el mercado laboral, que es al cual en definitiva, aspira el estudiante.

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