DINÁMICAS ADAPTATIVAS Y RESILIENCIA
SOCIOECOLÓGICA EN LOS
AGROECOSISTEMAS CHINAMPEROS DE
XOCHIMILCO: ENFOQUE MIXTO A TRAVÉS
DE UNA EVALUACIÓN DEL MARCO MESMIS
ADAPTIVE DYNAMICS AND SOCIOECOLOGICAL
RESILIENCE IN THE CHINAMPA AGROECOSYSTEMS OF
XOCHIMILCO: A MIXED APPROACH THROUGH AN
EVALUATION OF THE MESMIS FRAMEWORK
Magdiel Barrios Rodriguez
Universidad Rosario Castellanos
Juan Pablo Hernández
Universidad Rosario Castellanos
pág. 220
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.15700
Dinámicas adaptativas y resiliencia socioecológica en los agroecosistemas
chinamperos de Xochimilco: enfoque mixto a través de una evaluación del
marco MESMIS
Magdiel Barrios Rodriguez1
magdiel.barrios.rodriguez@gmail.com
Universidad Rosario Castellanos
México
Juan Pablo Hernández
juanpablo.hernandez8@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-1175-0109
Universidad Rosario Castellanos
México
RESUMEN
El objetivo de esta investigación fue el de evaluar la resiliencia socioecológica de las chinampas en
Xochimilco, México, mediante el uso del marco MESMIS, con el fin de identificar factores clave que
contribuyen a su sostenibilidad. Se analizaron 51 indicadores agrupados en tres dimensiones: socio-
política, económica y agroambiental. Los datos se recolectaron en dos temporadas (septiembre de 2022
y febrero de 2023) en tres zonas: Olintlalli, Granja Apampilco y Chinampas en Movimiento. Los
resultados mostraron variaciones estacionales importantes. Indicadores como el desarrollo turístico
agroecológico alcanzaron valores altos en septiembre y muy bajos en febrero, mientras que el uso de
energías renovables mostró la tendencia opuesta. También se evidenció una persistente desigualdad en
roles de género, con valores bajos en todas las zonas. En contraste, indicadores como la autosuficiencia
en insumos y el acceso a programas comunitarios obtuvieron valores altos, reflejando la importancia del
apoyo institucional en la resiliencia de estos sistemas. El análisis de componentes principales (PCA)
reveló que la variabilidad estuvo explicada principalmente por el primer componente en ambas
temporadas, reflejando las características únicas de cada zona. Esto demustra la necesidad de fortalecer
prácticas sostenibles y el apoyo comunitario para preservar la integridad de las chinampas frente a
desafíos contemporáneos.
Palabras clave: resiliencia socioecológica, sustentabilidad, paisaje chinampero, sistema socioecológico
1
Autor principal.
Correspondencia: juanpablo.hernandez8@gmail.com
pág. 221
Adaptive dynamics and socioecological resilience in the chinampa
agroecosystems of xochimilco: a mixed approach through an evaluation of
the MESMIS framework
ABSTRACT
The objective of this research was to assess the socio-ecological resilience of chinampas in Xochimilco,
Mexico, using the MESMIS framework, in order to identify key factors that contribute to their
sustainability. 51 indicators grouped into three dimensions were analyzed: socio-political, economic,
and agro-environmental. The data were collected in two seasons (September 2022 and February 2023)
in three areas: Olintlalli, Granja Apampilco, and Chinampas en Movimiento. The results showed
significant seasonal variations. Indicators such as agroecological tourism development reached high
values in September and very low in February, while the use of renewable energy showed the opposite
trend. A persistent inequality in gender roles was also evident, with low values in all areas. In contrast,
indicators such as self-sufficiency in inputs and access to community programs obtained high values,
reflecting the importance of institutional support in the resilience of these systems. Principal component
analysis (PCA) revealed that variability was mainly explained by the first component in both seasons,
reflecting the unique characteristics of each zone. This demonstrates the need to strengthen sustainable
practices and community support to preserve the integrity of chinampas in the face of contemporary
challenges.
Keywords: socio-ecological resilience, sustainability, chinampa landscape, socio-ecological system
Artículo recibido 02 diciembre 2024
Aceptado para publicación: 10 enero 2025
pág. 222
INTRODUCCIÓN
Los sistemas chinamperos datan su origen en el dominio de la civilización mexica precolonial, en el
siglo IX de nuestra era, hace más de un milenio en la Subcuenca Xochimilco-Chalco. La historia señala,
la expansión del lago de Xochimilco, localizado al sur del Gran Lago de Tenochtitlán, conformado por
cinco lagos: Xaltocan, Zumpango, Texcoco, Chalco y Xochimilco. Durante el siglo XVI, el paisaje
conformado por chinampas alcanzó su gran desarrollo en las civilizaciones del Valle de México, en el
lago de Texcoco y en las áreas lacustres (Rodríguez De Leija, 2021). Alrededor del 80% del territorio
de la Cuenca Xochimilco-Chalco estaba ocupado por los sistemas chinamperos; islotes agrícolas
identificados por cultivos, hortalizas y flores (Pozo et al., 2016; Quiñonez Amézquita, 2005).
En Mesoamérica el chinamitl aporta significativamente al concepto de la chinampa: En náhuatl “cerca
de cañas”, concepto que alude a islotes flotantes artificiales, formados con vegetación acuática, a partir
de los fondos lacustres, separados por caminos de agua por donde circulan canoas y otras embarcaciones
(Hernández, 2024; Ramos Bello et al., 2011; Robles et al., 2019; Salgado Vázquez, 2021; Zlotnik
Espinosa, 2009). El desarrollo intenso del modo de trabajo chinampero estuvo ligado con la construcción
de las grandes obras hidráulicas de la Cuenca (como la calzada-dique de Tláhuac y otros) (Pozo et al.,
2016). El avance de la Ciudad de México fue gradual en el periodo de la colonia y la independencia,
agregando terreno firme en las antiguas zonas pantanosas de la antigua Tenochtitlan y relegando las
tierras chinamperas a la zona sur del lago, en Chalco y en especial en los pueblos de Xochimilco y
cercanos a él, de donde transportaban sus productos para comercializarlos en la ciudad de México vía
la calzada de la viga, un antiguo camino de agua que conectaba a Xochimilco con la capital del país
(Salgado Vázquez, 2021; Salles, 1992).
En ese contexto, los registros históricos mencionan la construcción de las chinampas a partir de cinco a
diez metros de ancho y hasta cien metros de largo. El terreno se preparaba a partir del suelo de otra
chinampa mucho más vieja, encima se colocaba una capa de vegetación acuática (tule y lirio), se cubría
la superficie con cieno (lodo) extraído del cuerpo lacustre, finalmente el suelo se dejaba desarrollar por
cinco o seis años (González Carmona & Torres Valladares, 2014a; Silva-Santamaría & Ramírez-
Hernández, 2017a). El paisaje chinampero ha sido caracterizado, desde la época prehispánica, como un
sistema agrícola, ancestralmente los productos obtenidos fueron maíz, frijol, chiles, calabazas, chayotes,
pág. 223
amaranto, chía entre una extensa variedad de flores y legumbres (Gobierno de la Ciudad de Mexico,
2017; Saltijrtal Ilber, 2019).
En ese sentido, las chinampas, han enmarcado un reconocimiento a las tradiciones de los pueblos
originarios, a la estrecha relación entre el espacio habitado y a la heterogeneidad sociocultural entorno
a la dinámica que se genera entorno al paisaje chinampero (González Pozo, 2011). Las chinampas que
se desarrollaron en un espacio de tiempo y ubicación geográfica en el sistema lacustre del antiguo lago
de México, fueron desapareciendo gradualmente por el empuje de la modernidad quedando para la
primera mitad del siglo XX relegados a la zona sur este del más pequeño lago donde el nivel del agua
aún era suficiente para sostener el sistema chinampero en Xochimilco y zonas aledañas, extinguiéndose
con el paso del tiempo la forma de vida chinampera afuera de esta zona geográfica (Pozo et al., 2016;
Villamar & Aguilar, 2020)(Pozo et al., 2016; Villamar & Aguilar, 2020). Por otro lado, el deterioro
paulatino del sistema lacustre de Xochimilca produjo también cambios en el sistema de producción
chinampero, las condiciones ideales para la reproducción de este sistema se perdieron completamente
en la segunda mitad del siglo XX debido a la mala planeación, falta de conciencia y cultura ambiental y
el desorganizado crecimiento de la mancha urbana de la que es ahora la Ciudad de México, muchas
comunidades chinamperas desaparecieron en el transcurso del tiempo, partiendo una gran masa de ellos
a buscar mejores oportunidades en la Ciudad de México haciendo crecer la periferia, engrosada por
campesinos y masas de trabajadores de todo el país y rodeando la cuenca de canales y lagunas de
Xochimilco y de las cada vez más disminuidas chinampas (Guevara Olivar et al., 2015; Salgado
Vázquez, 2021).
Este deteriorioro alcanzó cotas alarmantes en la década de los ochenta del siglo pasado, víctima de un
abandono y desinterés gubernamental por preservar el ecosistema chinampero aunado a una fuerte
contaminación producto del excesivo crecimiento urbano de la Ciudad de México, y del abandono de
las chinampas por sus productores, así como cambios en el uso del suelo para construir casas,
implementación invernaderos, atracción turística y hasta venta de islotes supuso una crisis de
sostenibilidad de las chinampas, llegando incluso a formularse su segura extinción (Hernández, 2024;
Torres Lima & Cruz-Castillo, 2019; Villamar & Aguilar, 2020).
La falta de análisis entre los discursos que abordan el concepto de la resiliencia socioecológica, desde
pág. 224
la escala de las chinampas agroecológicas y su interrelación con el análisis del paisaje chinampero es
una de las problemáticas que se observa en esta zona . De manera que, su impacto identifica diversas
narrativas vinculadas hacia problemáticas ambientales, socioeconómicas, políticos-económicos y
culturales. Por ejemplo, la FAO (2017), declaró al sistema agrícola chinampero como Sitio Importante
del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM): “sistemas extraordinarios de uso de la tierra y paisajes ricos
en diversidad biológica, que evolucionan a partir de la coadaptación de una comunidad rural y/o
población con su medio ambiente, sus necesidades y aspiraciones al desarrollo sostenible” (Ensástiga &
Ruz, 2018). Además, la inclusión de la Zona Chinampera como Patrimonio Cultural de la Humanidad
en 1987 y como Sitio Ramsar en el 2004 (Pozo et al., 2016; Robles et al., 2019; Salles, 1992), no ha
impedido el aumento de los problemas ecológicos ni la transformación del paisaje que, paradójicamente,
conduce a un deterioro del patrimonio biocultural, producto de una herencia colonial que provocó gran
parte de la destrucción del sistema hidráulico prehispánico, la transformación hidrológica del humedal
y el deterioro en el sistema de producción ancestral (Figueroa et al., 2022).
Las chinampas enfrentan diversos problemas que afectan su resiliencia socioecológica y el paisaje
chinampero(Calderón-Contreras, 2017). A pesar de su reconocimiento como Patrimonio Agrícola
Mundial por la FAO, persisten los desafíos ecológicos, socioeconómicos y políticos que deterioran este
patrimonio biocultural. Los cambios en el uso de suelo, la sobreexplotación de recursos, las técnicas
agrícolas no sostenibles y las políticas gubernamentales que favorecen tecnologías exógenas
contribuyen al abandono de las chinampas (González Carmona & Torres Valladares, 2014; Torres Lima
& Cruz-Castillo, 2019). El rápido crecimiento urbano y la mala gestión del agua han transformado el
paisaje, afectando tanto la identidad cultural como la producción agrícola en la zona.
La resiliencia en el entorno ambiental se refirió a la capacidad de los sistemas socioecológicos para
adaptarse a perturbaciones, manteniendo sus funciones y estructura esenciales, o transformándose
cuando fue necesario (Escalera Reyes & Ruiz Ballesteros, 2011; Henao Salazar, 2013; Holling, 1996).
Las prácticas agrícolas actuales, que incluyeron el uso de pesticidas, fertilizantes sintéticos, pastoreo
excesivo, deforestación y riego a gran escala, condujeron a la degradación de los socioecosistemas
naturales (Mendoza, 2018). Promover la sostenibilidad agrícola, es una practica importanate que permite
mejorar la resiliencia y aumenta la capacidad de adaptación de las comunidades ante el cambio climático
pág. 225
requier cambiar estas prácticas nocivas por practicas más amigables con el ambiente y que lleven a los
sistemas chinamperos agroecologicos hacia un desarrollo más sostenible.
El concepto de sistemas socioecológicos (SSE) surgió en los años 90, inicialmente en estudios de gestión
de recursos naturales (Mcginnis & Ostrom, 2014; Ostrom, 1990). Como caracteristicas se destaca la
importancia de los vínculos ecosistémicos en las relaciones entre humanos y sistemas naturales,
considerando tanto los componentes sociales como biofísicos (Salas-Zapata et al., 2011). Los SSE se
posicionaron como unidades adaptativas complejas, capaces de responder a perturbaciones
reorganizándose internamente. Estos sistemas mostraron atributos de no linealidad, incertidumbre y
autoorganización, pudiendo mantener múltiples estados de equilibrio afectados por el cambio, con un
enfoque en la resiliencia y la adaptabilidad.
La resiliencia socioecológica se entendió como la capacidad de un sistema para autoorganizarse y
amortiguar perturbaciones sin comprometer sus atributos esenciales (Calderón-Contreras, 2017;
Escalera Reyes & Ruiz Ballesteros, 2011). El análisis de los SSE requirió una evaluación integral que
considerara las interacciones dinámicas entre componentes sociales y ecológicos. Esto facilitó la
comprensión de cómo estos sistemas podían mantener su sostenibilidad frente al cambio, destacando la
resiliencia comunitaria y la necesidad de diálogo entre comunidades locales y actores diversos para
enfrentar desafíos ambientales y sociales.
La degradación del paisaje chinampero de Xochimilco afecta la relación dinámica entre naturaleza y
sociedad, destacando la necesidad de desarrollar discusiones teórico-metodológicas sobre la capacidad
de regeneración de los sistemas socioecológicos (SSE) (García-Frapolli & Toledo, 2008; Hernández
Gómez & Ramos, 2023; Salas-Zapata et al., 2012). Este trabajo determino cómo las chinampas
agroecológicas contribuyen a la resiliencia socioecológica, proponiendo dimensiones e indicadores para
evaluarla. En el contexto de un aumento proyectado del 50% en la demanda de alimentos para 2050,
mejorar la productividad agroecológica se vuelve esencial, alineando estos esfuerzos con los objetivos
ambientales para evitar impactos negativos.
Adicionalmente, se resalta la importancia del diálogo entre las comunidades locales y diversos actores
para construir soluciones colectivas a los problemas locales. Para el desarrollo de este trabjo se
proposieron cuatro dimensiones representativas (sociopolítica, sociocultural, económica y
pág. 226
agroambiental) y 51 indicadores para realizar el diagnostico de la resiliencia en los sistemas
chinamperos. Estas dimensiones y componentes facilitaro la comprensión integral de la capacidad de
los sistemas para mantener su funcionalidad y estabilidad en el tiempo, adaptándose a las perturbaciones
y cambios en el entorno.
METODOLOGÍA
Área de estudio
El área de estudio se localiza al sureste de la Ciudad de México, en el sistema lacustre “Ejidos de
Xochimilco y San Gregorio Atlapulco” dentro del Área Natural Protegida, que abarca un área de
2,522.43 ha en la alcaldía Xochimilco, posee una altitud de 2,250 msnm (SEDEMA, 2024).
Figura 1. Área de estudio. Delimitación de la Alcaldia de Xochimilco, Poligono del área de estudio. En
el cuadro amarillo se presentean las tres chinampas del estudio (A). Alcaldias de la Ciudad de México
(B), limites del Estado de México (C). Elaboración: Magdiel Barrios Rodríguez.
Esta zona geomorfológicamente se originó por los escurrimientos de la Sierra de Chichinautzin, cuyas
características sobresalientes son la gran permeabilidad de las formaciones basálticas, integrando una
A
B
C
pág. 227
red de ríos como San Gregorio, Santiago y San Buenaventura. Fisiográficamente, se localiza en la
provincia del Eje Neo volcánico, Subprovincia de Lagos y Volcanes de Anáhuac, en el extremo sur de
la Cuenca de México. Se depositaron materiales de origen volcánico, aluvial y orgánico, éstos últimos
predominan en el área, y son los que dan origen a la planicie de la cuenca y la llanura lacustre.
El uso de suelo predominante es la zona chinampera, zona ganadera y áreas de uso público (Deportivo
de Cuemanco, Parque Ecológico de Xochimilco, viveros, Centro de Educación Ambiental Acuexcomatl,
instalaciones de la Secretaría de Marina, Instalaciones de Sistema de Aguas de la Ciudad de México,
Ciénega Chica y Ciénega Grande). La Zonificación corresponde a la zona de protección, zona
chinampera y agrícola de temporal, subzona de restauración ecológica y zona de uso público. La
tenencia de la tierra es Ejidal, Propiedad de la Ciudad de México, Copropiedad y particulares. La zona
chinampera ocupa una zona de 1,723.11 ha (SEDEMA, 2024).
El área de estudio entra en la Zona Sujeta a Conservación Ecológica, en ese sentido el humedal ocupa
una superficie 221.72 km, la zona lacustre 2,404 ha y la zona chinampera 1,723 ha. Las tres
organizaciones agroecológicas (Tabla 1) se concentran en la porción SE del polígono de la ANP-Zona
Sujeta a Conservación Ecológica.
Tabla 1: Coordenadas geográficas de las chinampas de estudio
Organización agroecológica
Coordenadas
Olintlalli
19°16´44´´ N
99°05´26´´ O
Granja Apampilco
19°16´28´´ N
99°05´27´ O
Chinampas en Movimiento
19°16´31´´ N
99°05´14´´ O
Diseño de la investigación del marco MESMIS
El Marco de Evaluación de Indicadores de Gestión y Sostenibilidad de los Recursos Naturales (en
adelante MESMIS) es uno de los marcos más utilizados para evaluar la sostenibilidad, consiste en un
proceso sistémico, sistémico, multiescalar y participativo basado en la identificación de procesos clave
pág. 228
y puntos críticos para varios indicadores (Arnés & Astier, 2018; Silva-Santamaría & Ramírez-
Hernández, 2017).
Consiste en un proceso sistémico, multiescalar y participativo basado en la identificación de procesos
clave y puntos críticos para varios indicadores. la mayoría de los estudios con enfoques similares no
profundizan en cómo integrar los cambios en los sistemas socioecológicos, ni las diversas perspectivas
y conocimientos de las partes interesadas locales. La mayoría de los métodos de evaluación de la
resiliencia socioecológica que incorporan el conocimiento local requieren estudios longitudinales para
identificar las propiedades dinámicas de los agroecosistemas, donde toda la evaluación debe repetirse
en diferentes periodos de tiempo. Se trata de un método costoso y que requiere mucho tiempo, lo que
representa un principal inconveniente. Por lo tanto, la principal aportación del estudio es que se propone
un método que incorpora los cambios dentro del agroecosistema utilizando dos únicos ciclos mediante
un marco MESMIS modificado. El marco MESMIS es una propuesta metodológica para evaluar la
sostenibilidad de un sistema a partir de indicadores de siete atributos relacionados con las dimensiones
social, medioambiental y económica. De acuerdo con Masera et al. (1999), consta de seis pasos (Figura
1). En la etapa 1, se definen tanto el objetivo como la escala de estudio. En la etapa 2 corresponde a la
identificación de los puntos fuertes y débiles del sistema estudiado mediante la identificación de puntos
críticos y atributos sistémicos. En la etapa 3, se seleccionan o construyen los indicadores utilizados para
medir los atributos sistémicos. En la etapa 4, se calculan o muestrean estos indicadores. La información
resultante se integra en un informe y se presenta a las partes interesadas en etapa 5, y en la etapa 6 se
incorporan los comentarios en forma de conclusiones.
pág. 229
Figura 1. Diagrama del marco MESMIS usado en este estudio para evaluar la sustentabilidad de los
sistemas de manejo de recursos naturales, con énfasis en los contextos locales de los agrocultivos
(Tomado de (Masera et al., 1999).
Tonolli y Ferrer (2018), han señalado limitaciones al aplicar el marco MESMIS, considerando dos
debilidades principales. La primera es que tiene un poder de generalización limitado debido a su
naturaleza semicuantitativa. La segunda se refiere al proceso cíclico de las evaluaciones, ya que esta
característica puede dar lugar a modificaciones basadas en situaciones circunstanciales, lo que puede
generar conclusiones imprecisas sobre los puntos críticos del sistema estudiado. No obstante, a pesar de
estos inconvenientes, el marco MESMIS forma parte de los esfuerzos por disponer de evaluaciones
sobre resiliencia socioecológica más holísticas.
La presente investigación se enfocó en sistemas chinamperos agroecológicos locales enmarcados en el
polígono del Área Natural Protegida del Ejido de San Gregorio Atlapulco, específicamente en
organizaciones que permitieron evaluar de manera holística las prácticas agroecológicas. Dichas
organizaciones se caracterizan por presentar chinampas productivas con hortalizas perennes y de ciclo
corto. Estos sistemas chinamperos son de gran importancia para la seguridad alimentaria de la CDMX
tanto a escala local para mercados y pequeños productores como para sistemas alimentarios y en cadena
tipo “redes macro agroecológicas”.
¿Cuál es el vacío de conocimiento? Las propuestas metodológicas para la evaluación de la resiliencia
socioecológica a escala de sistemas agroecológicos locales en sistemas chinamperos. En ese sentido,
ETAPA 1
Descripción de los
sistemas.
ETAPA 2
Idencación de las
unidades agroecológicas
en chinampas de
Xochimilco.
.
ETAPA 4
Medición de
indicadores.
.
ETAPA 3
Selección de indicadores de
resiliencia agroecológica.
ETAPA 5
Integración
de
resultados.
ETAPA 6
Conclusiones
.
pág. 230
utilizaron 51 indicadores, 7 componentes y 4 dimensiones para evaluar la resiliencia socioecológica
empleando y adaptando el Marco de Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales e
integrando Indicadores de Sostenibilidad (MESMIS). Se realizaron muestreos, utilizando el marco, en
los meses de septiembre 2022 y febrero 2023. Los datos obtenidos a partir de encuestas y visitas en
campo se analizaron mediante estadística descriptiva e interpretaron los resultados preliminares.
Algunas investigaciones realizadas bajo principios agroecológicos, tanto en los centros experimentales
como en escenarios campesinos, privados y cooperativos, han incentivado el desarrollo de
investigaciones orientadas a la elaboración de metodologías de estudio para un mayor acercamiento al
desarrollo sostenible (Leyva Galan & Pohlan, 2005).
Esto ha permitido establecer propuestas integrales de desarrollo, dirigidas al enriquecimiento de la
agrodiversidad y la introducción de alternativas agroecológicas. No obstante, gran parte de estos
estudios han desconocido la participación de los principales actores del proceso productivo y su
capacitación actualizada en los nuevos adelantos de la ciencia y la técnica (Leyva Galan & Pohlan,
2005). De esta forma, se evidencia que existe aún carencia de investigaciones que analicen los
agroecosistemas, desde una visión holística del desarrollo agrario sostenible, a partir de la visión in situ
de los actores involucrados.
Se definieron los indicadores estratégicos de sustentabilidad, para lo cual se siguieron tres fases (Astier
et al., 2008): la selección de los atributos de sustentabilidad (características que sirven de guía del
análisis y cubren los aspectos más relevantes del sistema); Identificación de los criterios de diagnóstico
(describen los atributos mediante reglas que gobiernan los juicios de sustentabilidad); y la definición de
los indicadores de sustentabilidad (variables que aportan información relevante para un criterio de
diagnóstico).
Respecto a los porcentajes de los indicadores, se estableció una escala ponderada en porcentajes (valor
de juicio), que establece una relación 1-100 (Tabla 2). Se implantaron rangos de valor de los indicadores
asignando una valoración que representa una percepción de la siguiente forma: 0-20 muy mal estado,
20-40 mal estado, 40-60 regular estado, 60-80 buen estado y 80-100 Muy buen estado.
pág. 231
Tabla: 2 Rangos de valor del indicador. (Elaboración: Magdiel Barrios Rodríguez, modificado de
Masera et al. (1999).
Rango
Valoración
0-20
Muy mal estado del indicador
20-40
Mal estado del indicador
40-60
Regular estado del indicador
60-80
Buen estado del indicador
80-100
Muy buen estado del indicador
La propuesta de los indicadores de corte ambiental y socioeconómico tiene como finalidad identificar
los aspectos críticos para desarrollar una conciencia en la práctica agroecológica para alcanzar la
sustentabilidad en los sistemas chinamperos. De igual forma, caracterizar las variables continuas que
oscilan con pesos relativos, lo que permite considerar la adaptabilidad del sistema para retornar a un
estado de equilibrio y mantener el potencial productivo desde la percepción del agrochinampero y los
participantes de las organizaciones agroecológicas que trabajan en los sistemas chinamperos (Masera et
al., 1999).
En cuanto a las dimensiones de la resiliencia se considera desde las percepciones locales de las
valoraciones del sistema de indicadores en los agroecosistemas, aplicadas en las tres organizaciones
sociales involucradas en el estudio.
Se presentaron, las dimensiones, que permiten avanzar en la reestructuración de los flujos ambientales,
socioeconómicos y de información que soportan los sistemas chinamperos. Inicialmente se adecuaron
los indicadores del muestreo por componentes mediante las pruebas de esfericidad de Bartlett (p<0.05)
y de Kaiser-Meyer-Olki,, con un único criterio de selección (p>0.50) para establecer la homogeneidad
de los indicadores. Posteriormente, seleccionaron los componentes principales que más aportaron a la
variabilidad mediante el criterio de raíz latente (valores propios >1.0). Se destacaron aquellos
indicadores con una correlación determinada (>0.4) respecto a los otros componentes. Finalmente, se
obtuvo el porcentaje final de variabilidad observado por cada dimensión y componente, de este modo
resultaron porcentajes totales por indicares. Por otro lado se realizaron análisis de comparasión de los
pág. 232
indicadores que resultaban más representativos y un análisis de componentes principales para
determinar los factores que afectan la resilencia y su relación con la zonas. Por otro lado, se realizo un
Análisis de Componentes Principales (PCA), para determinar cuales son los factores que afectan las
variables, además, se realizaron correlaciones de los componentes, para ver cómo influyen de manera
diferenciada en la resiliencia socioecológica de cada zona. Esta correlación ayuda a identificar qué
factores tienen mayor impacto en las diferencias observadas entre las zonas y temporadas,
proporcionando una base cuantitativa para interpretar las fortalezas y desafíos específicos en la
sostenibilidad de las chinampas.
El análisis mediante indicadores permitio visualizar el nivel de resiliencia socioecológica del sistema
agrícola, ya que desarrolla su potencial productivo utilizando al máximo sus recursos internos. De esta
forma, se analiza lo que se percibe en los monitoreos: estabilidad, diversificación, productividad y
eficiencia, amplia diversidad biológica y manejo ecológico del suelo, entre otros.
Tabla 3. Evaluación de la resiliencia socioecológica, (Elaboración: Magdiel Barrios Rodríguez,
modificado de Salazar Centeno et al., 2017).
Componentes
Indicadores
1. Sociopolítico
1.1 bienestar (salud y
educación)
Oportunidades de educación
Acceso a los servicios
Autoconsumo
Percepción de la seguridad
Violencia dentro y fuera de la
chinampa
Acceso a programas sociales y
beneficios comunitarios
1.2. Relaciones internas
Jóvenes involucrados
Papel de los jóvenes
Adultos mayores involucrados
Democracia de los procesos internos
pág. 233
Roles de genero
Mujeres en la agroecología
chinampera
1.3. Relaciones
externas
Relaciones con instituciones
públicas y privadas
Relaciones con realidades colectivas
locales
Mercados foráneos
Medios de comunicación, redes
sociales
Relaciones con los consumidores
Participación en eventos
1. Sociopolítico-cultural
1.4. Cultural y territorio
Historia y territorio
Propiedad de la tierra
Transmisión horizontal de
conocimientos
Transmisión de conocimientos entre
generaciones
Apropiación del espacio
Transmisión de saberes a
instituciones, centros educativos u
otros
2. Económica
2.1 desarrollo
Diversificación chinampera
Mejoramiento de las técnicas de
cultivo
pág. 234
Empleo entorno a la chinampa
Desarrollo turístico agroecológico
Propiedad de la chinampa
Canales comerciales y poder de
negociación
Autosuficiencia en insumos
3. Agroambiental
3.1 biodiversidad, territorio,
suelo y agua
Variedad de cultivos
Semillas
Ambientes de regeneración natural
Acciones de recuperación
Rotaciones
Uso eficiente del agua
Cosecha de agua
No fertilización química de síntesis
Fertilización orgánica
Abono verde
Reciclaje de desechos orgánicos de
la chinampa
3.2 defensa de los cultivos
Productos químicos sintéticos
Técnicas de defensa natural
No uso de herbicidas sintéticos
Control de malezas alternativo
No tratamientos post cosecha con
químico sintético
Técnicas de post cosecha
alternativas
Agroforestería
pág. 235
Energías renovables
Microbiología edáfica
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La evaluación de la resiliencia socioecológica sirve de base conceptual, metodológica y práctica para la
transición agroecológica con estrategias contextualizadas (Bizzozero, 2021; Casimiro-Rodríguez et al.,
2020). Para determinar la resiliencia socioecológica, se asume que cada indicador tiene una importancia
relativa de igual peso, por tanto, los indicadores se ponderan en cada chinampa agroecológica. Los datos
obtenidos se organizaron usando una gráfica radial en donde cada uno de sus ejes, representan los valores
obtenidos a partir de los indicadores en cada evaluación. Para obtener esto, los indicadores se
propusieron considerando las variables que describen las características de los sistemas chinamperos,
no obstante, se propuso una metodología que identifica los atributos de sustentabilidad y las necesidades
de criterios diagnósticos.
Se observaron cambios en las dos temporadas de muestreo (Grafica 1 A y B). Por un lado, febrero de
2023, mostro una disminución en los rangos de valoración de varios indicadores comparado con
septiembre de 2022, entre ellos: Oportunidades de educación, Percepción de la seguridad, Integración
de la familia en la chinampa, Democracia de los procesos internos, Transmisión de saberes a
instituciones, centros educativos u otros, Variedad de cultivos, Semillas, Control de malezas alternativo,
Técnicas de post cosecha alternativas y Energías renovables. Mientras que, para los indicadores como:
Acceso a los servicios, Relaciones colectivos locales, Apropiación del espacio, Diversificación
chinampera, Canales comerciales y poder de negociación, No fertilización química de síntesis,
Productos químicos sintéticos, No tratamientos post cosecha con químico sintético, mostraron valores
similares en las dos temporadas. Finalmente, los indicadores que presentaron los valores más altos en la
evaluación de la resiliencia fueron: Acceso a programas sociales y beneficios comunitarios, Violencia
dentro de la chinampa, Jóvenes involucrados, Adultos mayores involucrados, Roles de género, Mujeres
en la agroecología chinampera, Relaciones con instituciones públicas y privadas, Mercados foráneos,
Medios de comunicación, redes sociales, Relaciones con los consumidores, Participación en eventos,
Historia y territorio, Propiedad de la tierra, Transmisión horizontal de conocimientos, Transmisión de
pág. 236
conocimientos entre generaciones, Mejoramiento de las técnicas de cultivo, Empleo entorno a la
chinampa, Desarrollo turístico agroecológico, Propiedad de la chinampa, Autosuficiencia en insumos,
Propiedad de la chinampa, Ambientes de regeneración natural, Acciones de recuperación, Rotaciones,
Uso eficiente del agua, Cosecha de agua, Autosuficiencia en insumos, Fertilización orgánica, Abono
verde, Reciclaje de desechos orgánicos de la chinampa, Técnicas de defensa natural, Agroforestería,
Microbiología edáfica.
La resiliencia socioecológica es la capacidad del sistema chinampero para absorber perturbaciones,
adaptarse y seguir proporcionando beneficios ecológicos y sociales a la comunidad (Aguilar & Santos
Cerquero, 2011; Ainuddin & Routray, 2012; Salas-Zapata et al., 2011). Los resultados de los muestreos
indican que 44 indicadores de los 51, alcanzaron un "Muy buen estado" (80-100), lo que sugiere que
ciertos elementos del sistema son altamente resilientes. Los indicadores como Acceso a programas y
beneficios comunitarios, agroforestería, autosuficiencia en insumos, democracia de los procesos
internos y fertilización orgánica, son los indicadores que se destacan. Estos factores contribuyen
significativamente a la estabilidad del sistema, ya que promueven la afinidad social, la equidad de género
y la autosuficiencia, fortaleciendo tanto la sostenibilidad como la capacidad de adaptación del sistema
(Burguera, 2002; Moreno-Calles et al., 2014).
Por otro lado, la Democracia de los procesos internos y la integración de la familia chinampera son
ejemplos de componentes sociales robustos, que permiten una gobernanza inclusiva y adaptable en el
sistema chinampero (Galindo Marquina, 2020; González Carmona & Torres Valladares, 2014b;
Landázuri Benítez, 2010). La participación de mujeres, jóvenes y adultos mayores, junto con roles de
género equitativos, refuerzan la resiliencia social, permitiendo una transmisión efectiva de
conocimientos y la integración de perspectivas diversas en la toma de decisiones (Neira Orjuela, 2005;
Valladares et al., 2023). Estos aspectos fortalecen la conexión social y la identidad cultural, componentes
clave en la resiliencia comunitaria que, según el marco MESMIS, son indicadores críticos para la
sostenibilidad de largo plazo (Masera et al., 1999; Silva-Santamaría & Ramírez-Hernández, 2017).
En términos ecológicos, la fertilización orgánica, microbiología edáfica y las técnicas de defensa natural
muestran una orientación hacia prácticas agroecológicas que minimizan la dependencia de insumos
externos y promueven la salud del suelo. Esto reduce la vulnerabilidad del sistema frente a fluctuaciones
pág. 237
en la disponibilidad de agroquímicos o fertilizantes sintéticos, promoviendo prácticas que incrementan
la biodiversidad y la capacidad del suelo para retener nutrientes y agua (Landázuri Benítez, 2014). La
autosuficiencia en insumos y la agroforestería también contribuyen a una mayor resiliencia ecológica,
pues incrementan la diversificación productiva y reducen la exposición a riesgos ambientales, como el
cambio climático.
Sin embargo, el análisis a través del marco MESMIS también permite identificar áreas críticas que
limitan la resiliencia general del sistema, como se puede observar en los indicadores que mostraron
"Muy mal estado" (0-20) o "Mal estado" (20-40) Los cuales son Productos químicos sintéticos (valor
de 0), Violencia dentro de la chinampa (con valor de 10 en septiembre de 2022), Percepción de la
seguridad (con valor de 10 en febrero de 2023) y Oportunidades de educación (con valor de 20 en Granja
Apampilco). Esto refleja presiones externas y limitaciones estructurales que pueden debilitar la
capacidad de adaptación del sistema chinampero (de Gortaria Rabiela, 2012; Jiménez et al., 2018;
Salgado Castañeda & Torres Mejía, 2015), tales como la inseguridad, la deficiencia en la provisión de
servicios públicos y la contaminación ambiental, y que se encuentran relacionados con el aumento de
los asentamientos irregulares. Esta situación ha generado una degradación significativa del sistema
chinampero, poniendo en riesgo su viabilidad a largo plazo (Del Roble et al., 2011; Reid, 1985).
Por su parte, los indicadores de presencia de Violencia dentro de la chinampa y una baja Percepción de
la seguridad representan amenazas sociales que afectan el bienestar de la comunidad y pueden reducir
la unión y la participación en las acciones de la chinampa. Esto es especialmente relevante desde una
perspectiva de resiliencia socioecológica, ya que las amenazas a la seguridad personal pueden
desincentivar el trabajo en las chinampas y debilitar los lazos comunitarios necesarios para la
transmisión intergeneracional de conocimientos y la participación en redes colectivas locales, que son
pilares de la resiliencia social (Jiménez et al., 2018; Salgado Castañeda & Torres Mejía, 2015). Según
el enfoque MESMIS, estos factores limitan la capacidad del sistema para funcionar en condiciones de
estabilidad y adaptación (Astier et al., 2008; Masera et al., 1999).
Además, el indicador "Oportunidades de educación" presenta "Muy mal estado" en algunas áreas, con
lo que se evidencia una barrera estructural que impacta negativamente el desarrollo de habilidades y
conocimientos técnicos en la comunidad. La falta de acceso a una educación formal de calidad, con
pág. 238
infraestructura adecuada y docentes capacitados, sigue siendo una barrera significativa para muchos
jóvenes chinamperos. Esta situación limita sus oportunidades de desarrollo y dificulta la preservación
de los conocimientos tradicionales asociados a este sistema agroecológico ancestral (Valladares et al.,
2023). Esto restringe la posibilidad de mejorar prácticas de manejo sostenible e innovación en las
chinampas. En el contexto del marco MESMIS, este tipo de limitaciones reduce la capacidad adaptativa
del sistema, ya que una educación limitada afecta el acceso de los chinamperos a tecnologías,
conocimientos agroecológicos y redes de colaboración (Astier et al., 2008).
Por lo tanto, el análisis bajo el marco MESMIS revela que, aunque el sistema chinampero muestra una
notable resiliencia en ciertas áreas, existen indicadores en "Muy mal estado" que representan cuellos de
botella críticos para la sostenibilidad y la resiliencia socioecológica a largo plazo. Para mejorar la
resiliencia global del sistema chinampero, es necesario implementar estrategias que fortalezcan los
aspectos con baja calificación, como la seguridad, la educación y la estructura social, abordando así las
limitaciones estructurales y fortaleciendo los elementos que ya están en "Muy buen estado”.
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
12345
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
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24
25
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28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48 49 50 51
pág. 239
Indicador
Indicador
Indicador
1
Oportunidades de educación
18
Participación en
eventos
34
Ambientes de
regeneración
natural
2
Acceso a los servicios
19
Historia y
territorio
35
Acciones de
recuperación
3
Autoconsumo
20
Propiedad de la
tierra
36
Rotaciones
4
Percepción de la seguridad
21
Transmisión
horizontal de
conocimientos
37
Uso eficiente
del agua
5
Violencia dentro de la chinampa
22
Transmisión de
conocimientos
38
Cosecha de
agua
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
12345
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
2627
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48 49 50 51
Olintlalli Granja Apampilco Chinampas en movimiento
A
B
pág. 240
entre
generaciones
6
Acceso a programas sociales y beneficios comunitarios
23
Apropiación del
espacio
39
No
fertilización
química de
síntesis
7
Jóvenes involucrados
24
Transmisión de
saberes a
instituciones,
centros
educativos u
otros
40
Fertilización
orgánica
8
Integración de la familia en la chinampa
25
Diversificación
chinampera
43
Productos
químicos
sintéticos
9
Adultos mayores involucrados
26
Mejoramiento
de las técnicas
de cultivo
44
Técnicas de
defensa
natural
10
Democracia de los procesos internos
27
Empleo entorno
a la chinampa
45
No uso de
herbicidas
sintéticos
11
Roles de genero
28
Desarrollo
turístico
agroecológico
46
Control de
malezas
alternativo
12
Mujeres en la agroecología chinampera
29
Propiedad de la
chinampa
47
No
tratamientos
post cosecha
pág. 241
con químico
sintético
13
Relaciones con Instituciones públicas y privadas
30
Canales
comerciales y
poder de
negociación
48
Técnicas de
post cosecha
alternativas
14
Relaciones con realidades colectivas locales
31
Autosuficiencia
en insumos
49
Agroforesteria
15
Mercados foráneos
32
Variedad de
cultivos
50
Energías
renovables
16
Medios de comunicación, redes sociales
33
Semillas
51
Microbiología
edáfica
17
Relaciones con los consumidores
Grafica 1. Representación de los 51 indicadores y su estado de valoración. Septiembre de 2022 (A) y
febrero de 2023 (B).
Por otro lado, el análisis de componentes principales (PCA), para el mes de septiembre, nos muestra que
el primer componente explica el 85.8% de la varianza, lo que nos indica que la mayoría de la variabilidad
en los datos puede ser representada por este componente. Este alto porcentaje de varianza explicada
sugiere que el componente 1 alcanza factores claves que diferencian las tres zonas evaluadas (Granja
Apampilco, Chinampas en Movimiento y Olintlalli).
En este sentido, la Granja Apampilco y Chinampas en Movimiento (Grafica 2), presentan características
similares en los aspectos principales, ambas zonas presentan 4 indicadores como “Muy mal estado” de
los cuales “Productos químicos” y “Violencia dentro de la chinampa” se caracterizan por tener los
valores más bajos en las dos zonas. Por otro lado, en estas dos zonas 5 indicadores presentan valores de
“Mal estado” siendo la “Cosecha de agua” el indicador que comparten las dos zonas. El indicador
“transmision de saberes” se clasifica como “regular estado” para las dos zonas, lo cual podría reflejar
prácticas o condiciones compartidas en términos de gestión, sostenibilidad o resiliencia socioecológica.
pág. 242
La contribución de 32.5 de estas zonas determina una influencia significativa pero no dominante en la
variabilidad total explicada por este componente.
Grafica 2. Análisis de PCA para las tres zonas en el mes de septiembre.
Por otro lado, Olintlalli tine una contribución de 34.5, lo que indica una fuerte influencia distintiva en
la varianza explicada por el primer componente. Esto se puede explicar porque solo dos indicadores se
encuentran en “Muy mal estado”, tres en “Mal estado” y 45 de los indicadores entre “Regular estado” y
“Muy buen Estados”, lo cual podría reflejar condiciones particulares, como un alto desempeño en ciertos
indicadores de sostenibilidad, manejo agroecológico o factores sociales específicos que la diferencian
de las otras zonas.
La agrupación de Granja Apampilco y Chinampas en Movimiento refleja prácticas y desafíos comunes
en las dos zonas. Lo que sugiere que ambas podrían compartir limitaciones estructurales o ambientales,
pág. 243
como baja percepción de seguridad o falta de acceso a oportunidades educativas, elementos que en
estudios previos se han identificado como limitantes para la resiliencia. Esta cercanía en el espacio de
componentes indica que, aunque ambas zonas tienen ciertos logros en la implementación de prácticas
agroecológicas, podrían beneficiarse de intervenciones orientadas a fortalecer áreas específicas que aún
muestran un "Muy mal estado."
Por otro lado, Olintlalli ha adoptado prácticas o tiene condiciones más distintivas, que la hacen sobresalir
en los indicadores capturados por el componente 1. La mayor contribución de Olintlalli a la varianza
total (34.5) nos podria estar mostrando un avance en términos de prácticas agroecológicas o cohesión
social, como reflejan indicadores de alto rendimiento (por ejemplo, democracia interna, autosuficiencia
en insumos o fertilización orgánica). Estos factores podrían estar contribuyendo positivamente a la
resiliencia general de Olintlalli, permitiéndole destacarse frente a las otras dos zonas.
El hecho de que el componente 1 explique un 85.8% de la varianza también sugiere que existen factores
fundamentales en el sistema chinampero que determinan la mayoría de las diferencias entre las zonas.
Esto refuerza el enfoque del marco MESMIS, ya que ha permitido identificar aspectos con mayor
impacto en la sostenibilidad del sistema y en su capacidad de adaptación. Todo esto sugiere que Olintlalli
podría actuar como un modelo a seguir para Granja Apampilco y Chinampas en Movimiento, en
términos de prácticas que fortalecen la resiliencia socioecológica. Se podrían explorar intercambios de
conocimiento y colaboración entre estas zonas para que todas puedan mejorar en los indicadores clave
y acercarse a un estado óptimo de sostenibilidad y resiliencia.
La diferenciación entre las zonas indica que es fundamental considerar las características particulares
de cada zona en las intervenciones de manejo y restauración del sistema chinampero. Si bien existen
factores comunes que afectan la resiliencia general de las chinampas, las necesidades específicas de cada
zona deben guiar la implementación de prácticas de sostenibilidad para maximizar los beneficios y
asegurar la viabilidad a largo plazo de este sistema ancestral en Xochimilco.
pág. 244
Grafica 3. Análisis de PCA para las tres zonas en el mes de febrero.
Para el análisis de febrero, vemos que el primer componente explica el 86.4% de la variabilidad de los
datos, un valor muy alto al ser comparado con el de septiembre (85.8%). Lo que nos indica que los
factores subyacentes que determinan las diferencias entre las zonas chinamperas evaluadas se mantienen
estables en ambos meses. Sin embargo, las posiciones y contribuciones de las zonas han variado,
reflejando cambios en sus condiciones o en el desempeño de ciertos indicadores.
En este sentido Chinampas en Movimiento presenta una contribución del 34.5 (Grafica 3) lo que muestra
una influencia importante en el primer componente. La diferente con respecto a la tempora de
septiembre, sugiere una mejora en los indicadores o características que diferencian positivamente esta
zona en comparación con las otras. Esto puede estar relacionado con avances en prácticas de resiliencia
socioecológica, posiblemente en indicadores como el acceso a beneficios comunitarios, el uso de
técnicas agroecológicas o una mayor cohesión social.
pág. 245
Por otro lado, Granja Apampilco presnta una contribución de 32 muestra una situación similar a la de
septiembre, lo que sugiere que Granja Apampilco mantiene un desempeño moderado en los indicadores
principales, sin extremos en ninguno de ellos. Esta estabilidad podría reflejar que, aunque la zona cuenta
con fortalezas, también presenta limitaciones estructurales que no han mejorado de manera significativa
entre ambos meses. Granja Apampilco podría estar beneficiándose de ciertas prácticas sostenibles, pero
aún tiene margen de mejora en aspectos críticos para alcanzar una mayor resiliencia.
La zona de Olintlalli presenta una contribución de 33 con una ubicación diferente a la de septiembre, lo
que sugiere una disminución en el desempeño de algunos indicadores o un cambio en las condiciones
que afectan su sostenibilidad. A pesar de su contribución alta Olintlalli experimenta ciertos extremos en
algunos indicadores de sostenibilidad o socioecológicos que podrían requerir atención para mejorar su
resiliencia.
Al comparar los meses de septiembre y febrero podemos observar que los factores de resiliencia y
sostenibilidad varían temporalmente en las zonas chinamperas evaluadas, esta variación en las
posiciones y contribuciones sugiere que ciertos indicadores responden a dinámicas estacionales o a
intervenciones específicas que se realizaron en el sistema durante este período.
El cambio positivo en la posición de Chinampas en Movimiento en febrero, muestran algunos avances
en prácticas que refuerzan su resiliencia socioecológica. Esto puede deberse a una mejora en el manejo
de recursos o en la cohesión social, factores que son cruciales para enfrentar perturbaciones ambientales
y sociales. La consistencia en su contribución al componente 1 muestra que esta zona se ha mantenido
y, posiblemente, ha mejorado sus prácticas sostenibles, por lo que podría servir como modelo para las
otras dos zonas.
Granja Apampilco mantiene una situación de estabilidad, sin mejoras o deterioros notables en los
principales indicadores. Lo que sugiere que, aunque la zona tiene prácticas sostenibles, podría requerir
de intervenciones para abordar ciertas limitaciones estructurales, como la falta de acceso a servicios o
inseguridad, que podrían estar obstaculizando un progreso hacia una mayor resiliencia.
El cambio en la situación de Olintlalli, puede reflejar una transición o una variación en los indicadores
de sostenibilidad de esta zona, posiblemente relacionada con cambios en factores externos o internos
que afectan su resiliencia. Esta zona podria estar enfrentado desafíos específicos en febrero, tales como
pág. 246
disminución en la cohesión social, limitaciones en el acceso a insumos, o problemas en la
implementación de prácticas agroecológicas. Estos cambios destacan la importancia de un monitoreo
constante para identificar y abordar los problemas emergentes en tiempo real.
Al realizar la evaluación mediante la intregación de las zonas, temporadass e indicadores y su relación
con el marco MESMIS, ayuda a comprender cuales son las fortalezas e identificar las limitaciones de
cada zona en términos de resiliencia socioecológica. Las variaciones entre las zonas y entre los meses
sugieren que el sistema chinampero en Xochimilco tiene una capacidad de adaptación que depende de
prácticas y factores específicos que son medibles y monitoreables. En particular, el enfoque MESMIS
permitio identificar áreas prioritarias de intervención para mejorar el estado de los indicadores en "Muy
mal estado," como la percepción de seguridad y el acceso a la educación, que son críticos para mejorar
la resiliencia global del sistema.
La variación en la posición de las zonas implica que las prácticas específicas implementadas en
Chinampas en Movimiento podrían contribuir a mejorar las condiciones en Olintlalli y Granja
Apampilco. Estas observaciones refuerzan la importancia de promover intercambios de conocimientos
y la colaboración entre las zonas, permitiendo que todas ellas fortalezcan su capacidad adaptativa y se
acerquen a un estado óptimo de resiliencia socioecológica.
pág. 247
Grafica 4. Comparación de los 5 indicadores mas relevantes en las tres zonas y las dos temporadas.
Desarrollo turistico agroecológico
0
20
40
60
80
100
Energias renovables
Integración de la familia en la chinampa
Valores de los Indicadores
0
20
40
60
80
100
120
Medios de comunicación, redes sociales
Olintlalli
Granja Apampilco
Chinampas en movimiento
Roles de genero
Olintlalli
Granja Apampilco
Chinampas en movimiento
0
20
40
60
80
100
120
Septiembre
Febrero
Al realizar un análisis de los cinco factores más relevantes se observaron patrones específicos, que
ayudan a explicar la resiliencia y sostenibilidad de las zonas chinamperas de Olintlalli, Granja
Apampilco y Chinampas en Movimiento, resaltando la influencia de factores socioculturales y de
manejo ambiental en la dinámica de estos sistemas socioecológicos. La varaición en estos indicadores
pág. 248
entre septiembre y febrero revela tanto fortalezas como áreas críticas que podrían beneficiarse de
intervenciones específicas.
Para el indicador “Desarrollo turístico agroecológico” se observan valores altos en las tres zonas en
septiembre, mientras que en febrero los valores cayeron significativamente hasta alcanzar el nivel de
"Muy mal estado" (Grafica 4). Puede estar relacionado con factores estacionales o con variaciones en la
demanda turística, ya que septiembre podría coincidir con una temporada de mayor afluencia de
visitantes en la región, mientras que en febrero esta actividad disminuye considerablemente. Puede estar
relacionado con la contaminación del agua y vertederos irregulares que generan malos olores, la
urbanización, el cambio de uso de suelo y el aumento del uso de barcas que hacen menos atractiva la
zona (Vázquez-Medina et al., 2023). La disminución en el desarrollo turístico agroecológico afecta la
sostenibilidad económica de las chinampas y puede estar limitando los ingresos y el interés de la
comunidad en mantener prácticas de conservación agroecológica, lo cual también incide en la resiliencia
del sistema (Delgadillo Polanco, 2009). Sin embargo esto no siempre es así, el turismo puede tener
efectos negativos en las chinampas debido a la afleuncia de turistas debido a la contaminación visual,
auditiva y ambiental, el aumento en basuras y el impacto a la población loca (Delgadillo Polanco, 2009;
Pérez Pérez, 2022). Para mejorar esta situación, se podría considerar implementar estrategias de
promoción turística más efectivas que diversifiquen la oferta y mantengan el flujo de visitantes en
distintas temporadas.
El indicador de “energías renovables” mostro los valores más altos en febrero, mejorando
significativamente desde los niveles bajos observados en septiembre. Este aumento sugiere que en
febrero se realizó una mayor adopción de prácticas relacionadas con energías renovables, posiblemente
en respuesta a políticas, programas de subsidio o iniciativas locales implementadas en ese período. Esta
tendencia es favorable para la sostenibilidad ambiental de las chinampas, ya que reduce la dependencia
de fuentes de energía convencionales y promueve prácticas que disminuyen la huella ecológica
(Pieńkowski & Zbaraszewski, 2019; Torres-Lima et al., 1994). La variación entre las temporadas destaca
la importancia de mantener un enfoque constante en la capacitación y el apoyo para la implementación
de energías renovables, asegurando así que este aspecto se mantenga en "Buen" o "Muy buen estado"
durante todo el año.
pág. 249
Por otro lado, el indicador de “integración de la familia en la chinampa”, es un factor esencial para la
cohesión social y la transmisión de conocimientos tradicionales, que son claves para la resiliencia
socioecológica (Luna Hernández et al., 2023). En Olintlalli, este indicador mantuvo valores altos en
ambas temporadas (entre 80 y 100), lo que sugiere un fuerte vínculo familiar y un compromiso de la
comunidad hacia las actividades en la chinampa (Cox et al., 2020; Figueroa et al., 2022). En contraste,
Chinampas en Movimiento mostró los valores más bajos para este indicador en ambas temporadas (entre
20 y 40), lo cual puede reflejar un menor nivel de unión familiar o de inclusión de los miembros en las
actividades de la chinampa, y esta diferencia puede estar determinada por factores socioeconómicos o
culturales que afectan el compromiso comunitario (Eakin et al., 2019; Ebel, 2020; Rivas-Aceves &
Schmidt, 2022). Fomentar la integración familiar en todas las zonas es importante para fortalecer la
resiliencia de estos sistemas, lo que podría lograrse a través de actividades comunitarias o programas de
capacitación familiar.
Con respecto a los “Medios de Comunicación y Redes Sociales”, este indicador mostró los valores más
altos en septiembre para las tres zonas, mientras que en febrero solo Olintlalli mantuvo estos valores,
mientras que Granja Apampilco y Chinampas en Movimiento presentaron valores bajos, siendo Granja
Apampilco la más baja. Esto podría deberse a una disminución en la participación o en el uso de medios
de comunicación y redes sociales durante la temporada de febrero, posiblemente por falta de recursos,
cambios en el personal o en las prioridades de las comunidades. Integrar las redes sociales en este
contexto permite la difusión de conocimientos, el fortalecimiento de los lazos comunitarios y la
promoción de productos locales, además, la implementación de estrategias de comunicación más
sostenibles y continuas, con formación en el uso de redes sociales, podría ayudar a que estos valores se
mantengan elevados durante todo el año (Brynielsson et al., 2018; Gu, 2024; Khafida Silmi et al., 2020;
Lopez & Cuarteros, 2020; Orben et al., 2020).
Por otro lado el indicador “Roles de Género” presente los valores mas bajos en las tres zonas y en ambas
temporadas, siendo especialmente bajos en Granja Apampilco en septiembre; esto puede deberse a que
se presenta desigualdad de género en las actividades y responsabilidades de las chinampas. La baja
valoración en este indicador sugiere que aún existen barreras para la inclusión y equidad de género en
la toma de decisiones y en la participación en las actividades productivas de las chinampas, a pesar que
pág. 250
las mujeres contribuyen significativamente a la fuerza laboral agrícola sus contribuciones son
frecuentemente subvaloradas y poco reconocidas, por ejemplo, las mujeres en Xochimilco pueden ser
responsables de la gestión diaria de las parcelas de chinampas, mientras que los hombres suelen asumir
funciones que implican interacciones con el mercado y la toma de decisiones (Doss, 2018; Rahman et
al., 2020). Los roles de género tradicionales a menudo dictan que los hombres son los principales
tomadores de decisiones y tienen más probabilidades de participar en reuniones comunitarias y sesiones
de capacitación relacionadas con las prácticas agrícolas (Huyer, 2016; Mudege et al., 2017). Esta
exclusión de las mujeres de la capacitación formal y los procesos de toma de decisiones puede
obstaculizar su posibilidad para participar plenamente en la innovación agrícola y las mejoras de la
productividad (Huyer, 2016; Peralta, 2022). La mejora en este aspecto es decisiva para fortalecer el
tejido social y la resiliencia del sistema, ya que una distribución equitativa de roles puede promover un
ambiente de trabajo más inclusivo y colaborativo. Iniciativas de sensibilización, capacitación en
liderazgo para mujeres y promoción de la equidad de género en el trabajo de la chinampa podrían ser
acciones efectivas para elevar este indicador en el futuro (Malapit, 2019).
La variabilidad estacional que presentan estos indicadores sugiere, tanto oportunidades como desafíos
en la resiliencia de las chinampas de Xochimilco. Aunque algunos indicadores, como el desarrollo
turístico agroecológico y el uso de energías renovables, presentan variaciones entre temporadas, otros,
como la integración familiar y los roles de género, muestran diferencias más estructurales entre las
zonas. Para fortalecer la resiliencia socioecológica de estas zonas, es importante adoptar estrategias
integrales que no solo respondan a las variaciones estacionales, sino que también aborden factores
estructurales que puedan llegar a limitar la sostenibilidad a largo plazo, entre ellos la cohesión familiar
y la equidad de género.
CONCLUSIONES
Los datos obtenidos en estos muestreos proporcionan una visión integral del estado de los sistemas
chinamperos en términos sociopolíticos, económicos y ambientales. Los bajos valores en indicadores
clave subrayan la necesidad de implementar políticas públicas y programas de intervención que aborden
las limitaciones observadas y fortalezcan los aspectos socioambientales del sistema chinampero,
garantizando su sostenibilidad y resiliencia a largo plazo.
pág. 251
Por otro lado, el sistema chinampero de Xochimilco presenta fortalezas significativas en términos de
resiliencia socioecológica, particularmente en áreas que promueven la autosuficiencia, la cohesión
social, y la sostenibilidad ambiental. Los indicadores con "Muy buen estado," como la "democracia de
los procesos internos," "autosuficiencia en insumos," "fertilización orgánica," y la "integración de la
familia chinampera," reflejan prácticas y estructuras que permiten al sistema adaptarse y mantenerse
resiliente ante posibles perturbaciones externas.
Disminuir el uso de productos químicos sintéticos y el uso de prácticas agroecológicas, como la
fertilización orgánica y las técnicas de defensa natural, contribuyen positivamente a la salud del suelo y
a la biodiversidad, elementos clave para la resiliencia ecológica. Estas prácticas no solo mejoran la
sostenibilidad del sistema, sino que también aumentan su capacidad de adaptación frente a desafíos
ambientales, como el cambio climático.
Los indicadores de "Violencia dentro de la chinampa" y "Percepción de la seguridad" obtuvieron valores
bajos, lo cual representa una limitación para el bienestar de la comunidad chinampera. La inseguridad
puede reducir la estructura social y la participación comunitaria, afectando así la resiliencia social y la
capacidad de transmisión de conocimientos, elementos críticos en la sostenibilidad del sistema.
Mientras que, la falta de oportunidades educativas, especialmente en la zona de Granja Apampilco, es
un desafío estructural que restringe el acceso a conocimientos técnicos y agroecológicos. Esta barrera
limita la capacidad de la comunidad para innovar y adaptarse a los cambios en el contexto
socioecológico. En términos de resiliencia, una educación limitada reduce la capacidad adaptativa del
sistema chinampero, al restringir el desarrollo de habilidades necesarias para el manejo sostenible.
Se observa que la resiliencia socioecológica de las chinampas en Xochimilco varía significativamente
según el contexto específico de cada zona, así como entre diferentes temporadas. Factores claves como
la integración de la familia, el acceso a energías renovables, y la percepción de seguridad son esenciales
para la sostenibilidad y la capacidad que tienen estas comunidades de adaptarse a cambios ambientales
y sociales. Los resultados subrayan la importancia de promover prácticas que refuercen la unión social
y la sostenibilidad ambiental para fortalecer la resiliencia de estos sistemas tradicionales.
Por otro lado, los indicadores de desarrollo turístico agroecológico y uso de energías renovables
mostraron variaciones estacionales marcadas, con valores altos en una temporada y bajos en otra. Lo
pág. 252
que nos indica que la estacionalidad influye en la actividad económica y la adopción de prácticas
sostenibles en las chinampas. Debido a esto es necesario diseñar estrategias que mantengan la
continuidad de actividades sustentables a lo largo del año, independientemente de las fluctuaciones
estacionales, para asegurar la estabilidad económica y social de estas comunidades.
El indicador de roles de género presentó consistentemente valores bajos en todas las zonas, evidenciando
una persistente desigualdad en la distribución de responsabilidades y participación en las actividades de
las chinampas. Este resultado resalta la necesidad de implementar políticas de equidad de género que
promuevan una mayor inclusión y empoderamiento de las mujeres en el ámbito agroecológico. La
equidad de género es un componente fundamental para la resiliencia y cohesión social, y su
fortalecimiento contribuiría a un desarrollo más equitativo y sostenible.
La percepción alta del indicador de integración de la familia en Olintlalli, comparado con los valores
bajos presentados en Chinampas en Movimiento, sugiere que la unión familiar y el compromiso de la
comunidad influyen fuertemente en la sostenibilidad de estas prácticas. Fomentar una mayor integración
familiar en todas las zonas podría mejorar la transferencia de conocimientos tradicionales, fortalecer el
sentido de pertenencia y mejorar la capacidad de adaptación a los desafíos ambientales.
La variabilidad en el uso de medios de comunicación y redes sociales entre las temporadas y zonas,
indica una oportunidad para mejorar la visibilidad y promoción de las actividades chinamperas. Los
medios de comunicación y las redes sociales pueden ser herramientas valiosas para atraer apoyo externo,
difundir prácticas sostenibles y aumentar las ventas de productos agroecológicos. Invertir en
capacitación en estas áreas podría generar beneficios significativos para la economía local y la
preservación de las chinampas.
La implementación de prácticas sostenibles y el mantenimiento de indicadores en "Muy buen estado"
se observó en gran medida en aquellos indicadores que están vinculados con programas y beneficios
comunitarios, como el acceso a programas sociales, autosuficiencia en insumos y fertilización orgánica.
Esto resalta la importancia del apoyo institucional y la colaboración con organizaciones públicas y
privadas para impulsar prácticas agroecológicas, conservar el patrimonio cultural y promover la
economía local de las chinampas.
El uso del marco MESMIS permitió identificar tanto fortalezas como debilidades en el sistema
pág. 253
chinampero. La evaluación integral de los indicadores de sostenibilidad y resiliencia subraya la
importancia de abordar las limitaciones detectadas en las áreas de seguridad y educación, así como de
seguir reforzando las prácticas que están en buen estado para incrementar la resiliencia global del
sistema.
Una forma de lograr un mejoramiento en la resiliencia socioecológica de las chinampas, es la de
desarrollar estrategias que fortalezcan los aspectos con baja calificación, como la seguridad y las
oportunidades educativas, sin dejar de consolidar las prácticas agroecológicas exitosas. Intervenciones
que aborden estos aspectos contribuirán a una mayor estabilidad y sostenibilidad del sistema chinampero
a largo plazo.
En este estudio se resalta la complejidad de la resiliencia socioecológica de las chinampas en
Xochimilco, donde tanto factores ambientales como sociales y culturales interactúan para influir en la
sostenibilidad de estos sistemas únicos. Para fortalecer la resiliencia y garantizar la continuidad de este
patrimonio cultural, es necesario implementar estrategias integrales que aborden tanto las necesidades
estacionales como los desafíos estructurales, promoviendo la equidad, la cohesión social y la adopción
de prácticas sostenibles en todas las comunidades chinamperas.
AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo se desarrolló en el marco de los estudios del posgrado del Doctorado en Ciencias de
la Sustentabilidad de la Universidad Rosario Castellanos para la obtención del grado de Doctor en
Ciencias de la Sustentabilidad. Además, por la colaboración fraterna e intercambio de sinergias a
Chinampas en Movimiento, Granja Apampilco y Olintlalli, en especial, al Maestro Chinampero Renato
Flores de Chinampas en Movimiento por todas las facilidades otorgadas y por la transmisión de la
narrativa agroecológica y a la Dra. María Luisa Ballinas Aquino por sus aportaciones significativas.
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