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aprendizaje creativas y significativas que faciliten el proceso de aprendizaje del alumno. En ese sentido,
Rigo et al. (2010, citado en Mato Vázquez et al., 2017) enfatizan que los maestros deben centrarse en
promover el desarrollo de capacidades y destrezas en los estudiantes, estimulando su pensamiento,
razonamiento y capacidad de deducción. En este sentido, el objetivo es brindar conocimientos que, desde
un enfoque funcional, utilitario y práctico, les permitan desenvolverse en la vida cotidiana, mientras
desarrollan habilidades que no solo fortalezcan su cultura matemática, sino que también fomenten su
autonomía en el aprendizaje. Además, todo esto debe tener un impacto positivo en sus actitudes y
emociones, contribuyendo de manera integral a su desarrollo. Esta perspectiva subraya la importancia
de un enfoque integral y metacognitivo en la enseñanza de las matemáticas, promoviendo un aprendizaje
autónomo y significativo (Mato Vázquez et al., 2017).
La metacognición, a menudo descrita como "aprender a aprender", puede entenderse de manera más
profunda como un proceso de pensamiento de orden superior que facilita la comprensión, el análisis y
el control de los propios procesos cognitivos, especialmente durante el aprendizaje (Buitrago, 2023).
Esta concepción amplia de la metacognición subraya que no solo se trata de adquirir conocimientos,
sino de ser consciente de cómo los adquirimos, cómo analizamos la información y cómo gestionamos
nuestro propio proceso de aprendizaje. Además, esta capacidad se fortalece cuando el estudiante toma
conciencia de sí mismo, planifica de manera reflexiva cómo aprender, y monitorea activamente sus
avances según Demir y Doğanay (2019, citado en Ricardo-Fuentes et al., 2023).
Esta habilidad va más allá del simple conocimiento de las estrategias de aprendizaje; implica también
la regulación de este proceso. Esto significa que los estudiantes no solo aprenden, sino que se convierten
en agentes activos en su propio aprendizaje, eligiendo, ajustando y evaluando las estrategias más
eficaces según sus necesidades y metas. De este modo, la metacognición se presenta como una habilidad
crucial no solo para el éxito académico, sino también para el desarrollo de competencias autónomas que
favorecen el aprendizaje continuo y la resolución de problemas (Ricardo-Fuentes et al., 2023).
Relacionándolo con el tema de la enseñanza de las matemáticas, la metacognición se convierte en una
herramienta fundamental. Los estudiantes no solo deben resolver problemas matemáticos, sino también
reflexionar sobre el proceso de resolución, identificar qué estrategias utilizaron y cómo podrían mejorar
su enfoque para problemas futuros. Este tipo de reflexión, que va más allá de la resolución mecánica,