CATÁLOGO CANÓNICO DE LAS PCTICAS
RESTAURATIVAS EN LAS AULAS
CANONICAL CATALOG OF RESTORATIVE PRACTICES IN THE
CLASSROOM
Eugenia Williams, MA, MS
Universidad Internacional Iberoamericana (UNINI)
Franahid Josefina DaSilva, PhD
Universidad Internacional Iberoamericana (UNINI)
pág. 10882
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v8i6.15815
Catálogo Canónico de las Prácticas Restaurativas en las Aulas
Eugenia Williams, MA, MS 1
eugeniafcaro@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0005-1656-4040
FUNDACIÓN FUNIBER. Universidad
Internacional Iberoamericana (UNINI),
Secretaría Académica, Calle 15, Nº 36, entre 10
y 12. San Francisco de Campeche. Campeche,
México.
Franahid Josefina DaSilva, PhD
https://orcid.org/0000-0001-7069-902X
FUNDACIÓN FUNIBER. Universidad
Internacional Iberoamericana (UNINI) México,
España y Puerto Rico.
RESUMEN
Este artículo ofrece las estrategias y el proceso a seguir para la implementación de una Cultura de Paz,
basada en las Prácticas Restaurativas y sus Círculos Restaurativos, con el propósito de aportar una
aproximación a la conceptualización de los conflictos y su desarrollo en el entorno escolar, así como
diversas pautas para la comprensión y análisis de situaciones no deseadas. Se aportan ideas y claves que
ayuden a los docentes a implementar en sus aulas una cultura pacífica que lleve a una fácil solución a los
conflictos que cotidianamente surgen en ellas, bien sean ocasionados por causas ajenas a lo puramente
académico, o a conflictos de convivencia. En cualquiera de los casos amerita ayudar a establecer un sentido
de connivencia positiva con el entorno en el que estos estudiantes conviven. Se enfatiza en definiciones y
conceptos sicos que ayudan al análisis de cómo escalan los conflictos, cuáles son sus etapas, los
protocolos de actuación en ciertos casos, así como información a los facilitadores de los círculos, sin olvidar
los conflictos que se pueden o no se pueden abordar en el contexto escolar por ser competencia de otros
diversos estamentos sociales.
Palabras clave: círculos restaurativos, resolución, conflictos, etapas, protocolo
1
Autor principal
Correspondencia: eugeniafcaro@hotmail.com
pág. 10883
Canonical Catalog of Restorative Practices in the Classroom
ABSTRACT
This article provides strategies and the process to follow for implementing a Culture of Peace based on
Restorative Practices and its Restorative Circles. Its purpose is to contribute to the understanding and
conceptualization of conflicts and their development in the school environment, as well as provide various
guidelines for the comprehension and analysis of unwanted situations. It offers ideas and key insights to
help teachers implement a peaceful culture in their classrooms, leading to easier resolution of conflicts that
arise on a daily basis, whether they are caused by factors unrelated to academics or conflicts in coexistence.
In either case, it is important to establish a sense of positive collaboration within the students' environment.
The article emphasizes definitions and basic concepts that aid in the analysis of how conflicts escalate, their
stages, protocols for specific cases, as well as providing information to circle facilitators, while also
addressing conflicts that can or cannot be addressed within the school context due to being the responsibility
of other social entities.
Key words: restorative circles, resolution, conflicts, stages, protocol
Artículo recibido 02 diciembre 2024
Aceptado para publicación: 28 diciembre 2024
pág. 10884
INTRODUCCIÓN
El presente artículo de divulgación del proceso reconstructivo de paz por medio de círculos restaurativos
en las escuelas, ha tomado cuerpo después del estudio y análisis de diferentes artículos de investigación
sobre el proceso, de principio a fin, hasta la implementación de estas prácticas de resolución de conflictos
y el exitoso resultado obtenido. Dicho análisis ha llevado al autor de este artículo a adquirir una experiencia
práctica poniendo en valor lo aprendido de los académicos estudiados.
Antes de comenzar un círculo restaurativo en el entorno escolar debería tenerse en cuenta que tanto en
adolescentes tempranos como en adultos jóvenes, sería necesario considerar que los estudiantes son seres
humanos que han olvidado en algunos momentos el proceso de humanización, el cual, según explica
(Gervilla, 2008, en López y Sanelecuterio, 2019) “El ser humano, indefenso, inmaduro e indeterminado en
su nacimiento, necesita humanizarse, pues nacemos humanos, pero no humanizados; iniciamos nuestra
existencia siendo personas, pero hemos de aprender a ser humanos”. (p.41)
Teniendo lo anterior en deferencia, cuando un individuo se ve obligado a reaccionar ante un conflicto con
un método neutralizante hasta llevarlo a un contexto pacífico alcanzando la muy deseada connivencia entre
los actantes del mismo, la práctica resolutiva ha demostrado que la paz puede ser conseguida por medio de
círculos conversacionales. El International Institute for Restorative Practices (IIRP, por sus siglas en inglés)
como referente mundial y catecismo para quienes seguimos en el entrenamiento de la didáctica restaurativa
y sus parámetros sobre los círculos y sus prácticas, puntualiza que éstos, se presentan como símbolos
potentes, los cuales con esa sencilla forma geométrica dejan implícitos los sentidos de comunidad,
conexión, inclusión, justicia, igualdad y unidad. Cualquier otro asentamiento en el aula limita la conexión
y la comunicación.
En la actualidad y en estos tiempos en que la paz se presenta difícil de alcanzar, no existe otra manera de
abordar los conflictos en las escuelas si no es por medio del tándem daño-reparación pacífica. Bajo esta
premisa, el restablecimiento de la razón y el orden pasa por la restauración en los círculos que se proponen
y se especifican en este artículo.
El desorden no cualifica para una cultura pacífica, puesto que la falta de previsibilidad y seguridad en el
entorno, no permite al estudiante obtener el conocimiento que necesita para solventar los problemas de
relación que surgen en el día a día y que suelen surgir inesperadamente.
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Una estrategia que se debe fomentar en el entorno educativo es la complicidad participativa de las partes
involucradas. Ésta no se limita a la víctima y el victimario cuando surge un conflicto sino a todos los
implicados en la resolución del mismo. Sean profesores, administradores y personal de la institución escolar
quienes se prevé incluyan y modelen las rutinas creando un referente positivo en los alumnos.
Resultaría necesario para conseguir un ambiente de relajación y proclive a la comunicación el recabar la
opinión de los alumnos sobre ciertas normas para la propia clase o institución, lo que daría una idea de si
las que están en vigor o se piensa lo estén serán o no acatadas, dado que, si no son populares, cabe la
posibilidad de que cueste mucho desvincular al estudiante de su práctica.
MARCO TEÓRICO
Dada la escalada de conflictos que en la actualidad se presentan de una forma amenazadora en el ámbito
escolar a todos los niveles y desde edades muy tempranas, se ha notado un resurgimiento de las primitivas
prácticas restaurativas usadas en los ambientes tribales y en los diferentes puntos del planeta en busca de
una solución pacífica y estructurada a cuantos problemas puedan perturbar una pacífica existencia de
aprendizaje.
Se pone en valor las prácticas restaurativas, las cuales se proyectan como diametralmente opuestas a las
tradicionales utilizadas en las instituciones escolares, en las cuales el castigo físico y/o psicológico se
presenta como la panacea resolutiva a cualquier conflicto del nivel que sea. Se ha demostrado que el modelo
de la comunicación y el diálogo como práctica didáctica innovadora llega al objetivo planeado de enseñanza
de una manera más dócil y efectiva que la del palo en mano o la expulsión.
Las herramientas utilizadas para la resolución de conflictos no precisan de la tecnología, sino de la
capacidad de expresar los sentimientos en un proceso que amerita práctica y conocimiento del
comportamiento del individuo, así como de las posibilidades de razonamiento y análisis que acompaña a la
idiosincrasia humana con el aprendizaje vital.
Utilizando la experiencia en la implementación de las teorías de los diferentes autores e investigadores se
ha conseguido alcanzar un nivel de pericia en la resolución de conflictos escolares, así como un conjunto
de tácticas de entrenamiento para docentes y personal de las instituciones educativas que aportan un vasto
bagaje en la secuenciación y habilitación de profesionales instructores de círculos restaurativos con el
objetivo de conseguir una cultura de paz en lugares donde no existían.
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PROPUESTA: LA PAZ A TRAVÉS DE VALORES Y ESTRUCTURA.
Según las Naciones Unidas (1998, Resolución A/52/13), la cultura de paz es:
Una serie de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos
tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las
personas, los grupos y las naciones.
Las sociedades modernas adoptan la palabra valores de forma errónea, a veces, incluso con frívolidad, sin
entender la profundidad que tiene y la confusión que puede producir en el individuo, quien está aprendiendo
y referenciándose en sus mayores. En múltiples autores se ha definido lo que significan valores como pieza
fundamental de la Cultura de Paz. López de Llergo (2002, 2014) entiende como valor: “Toda perfección
real o posible que procede de la naturaleza y que se apoya tanto en el ser, como en la razón de ser, de lo
que es real” ¿Esto quiere decir que los valores nacen con el ser humano como esencia humana y como la
filosofía interna que los mueve en el universo? o, por otra parte ¿los valores se aprenden de los primeros
enseñadores: entorno familiar, escuela, comunidad, sociedad…?
En la familia como primigenia fuente y en la escuela como segunda, se deberían enseñar los valores, ya que
como apunta (Auris-Villegas, 2023) estos constituyen la herramienta para dirigir la educación en los
diferentes contextos pedagógicos, no como una asignatura sino como una forma de vida que lleve a los
individuos hacia un respeto por mismos y, por ende, por los demás. Para (Exposito, Marsollier, & Difabio,
2018).:
Los valores se presentan al sujeto ordenados jerárquicamente (figura 1) y éste debe elegirlos sin ningún
tipo de coacción; debe preferirlos por lo que son, y si bien todos “valen”, no valen de la misma forma para
todos; la fuerza en el orden jerárquico depende de la conjunción entre sujeto, objeto y circunstancia.
Figura 1: Valores. Elaboración propia basada en el modelo de Follestad and Wroldsen. (2019).
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Las actitudes y comportamientos se aprenden de modo trasversal a los valores, ya que todos ellos afectan
a su conducta del día a día, lo que les hace comprometerse de manera fiel con su entorno imitando un
comportamiento y una actitud definida, ya desde la cuna, por los referentes a quienes seguimos. Como
apuntan (Follestad and Wroldsen, 2019) “Restorative circles emphasize by doing, that is, active
participation, sharing of experiences, activities, role plays and reflection. The teacher has the chance to act
more as a facilitator than as a figure of authority.” (p.23)
¿COMO ESCALAN LOS CONFLICTOS?
Figura 2. Elaboración propia. Basada en el modelo de Lederach (2005)
A medida que las diferencias y desacuerdos persisten, es posible que se desarrolle una mayor tensión
emocional entre las partes, pudiendo surgir confrontaciones verbales o actitudes hostiles, lo que aumenta
el nivel de conflicto. Una vez llegado a este punto, cabe la posibilidad de que la situación de conflicto de
lo individual pase a lo grupal, generando divisiones y animosidad entre ellos (Figura 2). Cualquier atisbo
de polarización hace más difícil la solución del conflicto. En situaciones extremas, el conflicto puede escalar
a actos de agresión física, verbal o emocional, como intimidación, acoso escolar o violencia física, siendo
un riesgo para la seguridad y el bienestar de los estudiantes y el personal educativo.
El cese de comunicación rompe las relaciones deteriorando el clima escolar. Hay que evitar que se
prolongue en el tiempo ya que el enfriamiento provoca enemistades que corren el peligro de profundizar y
enquistarse. Según Fuquen (2003, p.268) esta falla comunicativa se da por las ambigüedades semánticas
que tergiversan los mensajes de ambos partes. Otros condicionantes que llevan a que los conflictos sean
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más acuciantes son, por ejemplo, el resentimiento, la ira, las ganas de revancha y/o la frustración ya que,
cualquier conflicto no resuelto alimenta la disputa y debilita la posibilidad de restauración provocando la
separación.
No obstante, cabe considerar que no todos los conflictos en el ámbito educativo escalan hasta las etapas
más graves. En lo general, no se producen posiciones inamovibles, presentándose con menos flexibilidad
en sus peticiones y con un enfoque más directo en salir del conflicto victorioso a como dé lugar. Para y por
ello, la desproporción entre las necesidades y los satisfactores (p.269) pueden también provocar rencor,
esto quiere decir que las diferencias económicas, raciales, estatus social, etc. son generadores de conflictos.
Con una intervención oportuna y efectiva, muchos conflictos pueden ser resueltos de manera constructiva
antes de llegar a los niveles más altos de escalada, lo cual solo se mitiga con una comunicación abierta y
dialogada, así como con una buena dosis de empatía y respeto hacia los demás.
Otro factor importante en la escala de conflictos es la información incompleta cuando las personas que
opinan sobre el conflicto carecen de las dos versiones conociendo solo la de una de las partes. A veces, los
intermediarios, que se presentan como figura de apoyo para una de las partes, pueden desviar la atención al
problema en sí, lo que significa crear una inclinación hacia una parte. Las partes secundarias no pueden
percibir que existe un conflicto por lo que no intervienen dejando que otros asuman el papel activo en la
resolución. (Fuquen, 2003, pp. 269-271).
Existe la posibilidad de que el conflicto, en su escalada, llegue a no solucionarse teniendo unas
consecuencias negativas para los actantes tanto como a los espectadores el conflicto, sin olvidar los daños
emocionales para las dos partes y sus entornos, así como otros efectos perjudiciales. De ellos proviene la
agudización del conflicto con lo que se puede llegar a un enquiste del problema que llegue a un punto en el
que la intervención externa se haga necesaria.
METODOLOGÍA
La propuesta de trabajo utilizada para el estudio y conclusiones expuestas en este artículo está basada en la
fenomenológica hermenéutica dado que la base de los datos se conseguiría con la observación y entrevistas
como método y elemento de valoración en diferentes contextos escolares con estudiantes de variadas
edades, en escuelas medias y escuelas superiores o de adultos. Como investigación cualitativa, la
experiencia expuesta, cuya aplicación tiene un enfoque transversal entre estudiantes y docentes facilitadores
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de los círculos restaurativos, ha servido para elaborar una cohesión entre lo teórico y lo práctico a la hora
de la implementación y ejecución de las Prácticas Restaurativas en entornos escolares. Los profesores
culminan su capacitación como docentes en las universidades con un escaso o inexistente periodo de
prácticas reales en alguna institución educativa. Sus conocimientos están basados en las determinadas
asignaturas que van a enseñar, a lo que se les añade una muy escasa capacitación en pedagogía, y mucho
menos en resolución de conflictos. Fuertes (2011, p. 237) aduce que:
“una vez adquiridos los conocimientos teóricos que dan fundamento al uso de la técnica de la observación
sistemática, los estudiantes de grado de maestro… deberán ser capaces, en sus prácticas externas, de
utilizarla como método de trabajo aplicado al aula.”
Continua la misma autora diciendo que: La observación, como proceso de recogida de información resulta
fundamental en toda evaluación formativa que tiene como finalidad última conseguir mejorar la calidad del
proceso de enseñanza y aprendizaje, y por consiguiente del sistema educativo”.
En el presente trabajo se objetiva la preparación de los docentes con la necesaria estructura y secuencia en
la planificación desarrollo y seguimiento de las Prácticas Restaurativas para la resolución de conflictos por
medio de círculos. Las necesarias observaciones pueden ser directas o indirectas; participativas o no
participativas; estructuradas o no estructuradas; de campo o de laboratorio; e individual o de equipo. (p.
239) Para todas ellas, el facilitador de los círculos ha de estar preparado para abordar las circunstancias que
se presenten en cada caso, dado que las circunstancias que provocan un determinado comportamiento de
los actantes difieren de proceso en proceso. Ya en 1986 San Martín dijo que “la fenomenología radica en
comprender y hablar de la realidad desde la experiencia de la realidad” (p. 9).
ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN Y APROXIMACIÓN A LA RESTAURACIÓN.
El análisis del conflicto y la aproximación a la restauración son enfoques fundamentales para abordar los
conflictos en el ámbito educativo de manera efectiva. Estos enfoques se basan en la comprensión profunda
de las causas y las dinámicas del conflicto, así como en la búsqueda de soluciones que promuevan la
reparación, la reconciliación y la restauración de las relaciones dañadas.
Analizar implica identificar cuáles son las partes involucradas, las necesidades y preocupaciones
subyacentes, las percepciones y emociones de las personas, así como los factores externos que pueden
influir en el conflicto, incluso las dinámicas de poder que existen en el ámbito escolar. La observación del
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conflicto permite obtener una visión más completa de la situación y ayuda a determinar las estrategias
adecuadas para su resolución, evitando las inclinaciones personales que el observador pueda aportar. El
estudio puede involucrar técnicas como la escucha activa, la recopilación de información, el mapeo de
conflictos, la investigación de las causas y consecuencias, así como responder a las preguntas de ¿qué ha
pasado en realidad?; ¿quién ha resultado dañado?; ¿cómo ha sido el daño?; ¿qué repercusiones puede tener
en cada uno de ellos, ¿quién lo recibe y quien lo infringe? y, por último, ¿Qué se puede hacer para remediar
el daño?
Esta aproximación se centra en el efecto de sanación tan necesario para que exista la reconciliación entre
las partes, cerrando fisuras y suavizando fricciones que puedan surgir en el futuro. Se promueve a su vez la
empatía, la comprensión y la reparación de cuánto daño físico y emocional se haya causado y recibido. A
este respecto (Thorsborne and Blood, 2013) presentan las practicas restaurativas como “a well-developed
continuum of practice that can be adapted readily to situations from serious to minor. The continuum is
understood by learners, teachers, school administrators and parents and is outlined in staff and student
handbooks.”
RESULTADOS
La primera observación que se debe tomar en cuenta al momento de aplicarse estas estrategias es conocer
los temas que no se tratan en los círculos restaurativos (Figura 3). Estos se enuncian a continuación:
Figura 3. Elaboración propia.
Delitos graves: Violencia física grave, delitos relacionados con drogas, etc. Estos delitos requieren
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la intervención de las autoridades legales y profesionales especializados en la justicia penal.
Problemas de salud mental o abuso de sustancias: No son adecuados para abordar problemas de
salud mental graves, como trastornos psicóticos, trastornos de la personalidad o adicciones graves. Estos
problemas requieren la intervención de profesionales de la salud mental y del campo de las adicciones.
Situaciones de violencia doméstica: La violencia doméstica es un tema serio que requiere una
intervención especializada y atención profesional, ya que la seguridad de las víctimas y la necesidad de
protección son prioridades.
Abuso sexual: Debido a la gravedad y la sensibilidad de este tema, el abuso sexual no se aborda en
la escuela, sino que son elevados a los organismos del estado quienes se encargan de su investigación.
Casos de acoso escolar o laboral severo: Si bien los círculos restaurativos pueden ser útiles en la
prevención y abordaje de problemas de convivencia en el entorno escolar o laboral, en casos de acoso
severo o abuso, es necesario contar con la intervención y asistencia de profesionales especializados en la
materia.
Temas legales o litigios pendientes: Los círculos restaurativos no pueden reemplazar ni interferir
en procesos legales en curso, incluyendo litigios o disputas legales pendientes. Estos casos deben ser
tratados en el sistema legal correspondiente.
Temas extremadamente personales o privados: Algunas cuestiones extremadamente personales o
privadas pueden no ser apropiadas para ser discutidas en un círculo con un grupo más amplio.
Las estrategias propuestas para lograr aplicar esta cultura de paz mediante las prácticas restaurativas son:
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PIRÁMIDES RESTAURATIVAS
Figura 4. Elaboración propia. Basado en el modelo de Sociocracia del Instituto Internacional de Prácticas
Restaurativas (IIRP)
“Las prácticas restaurativas son una ciencia social que estudia cómo construir el capital social y lograr la
disciplina social a través del aprendizaje participativo y la toma de decisiones colectiva”. (IIRP)
Las pirámides restaurativas en la escuela se refieren a la implementación del enfoque de la Justicia
Restaurativa en el ámbito educativo, la dificultad de las relaciones humanas, así como los conflictos que de
ellas surgen. Estas pirámides son una aplicación específica que se utiliza como un camino para abordar el
problema y promover la construcción de relaciones positivas (Figura 4). La siguiente división podría ser
una descripción general de cómo se pueden aplicar estas pirámides restaurativas en las aulas.
Fase 1: Prevención: Esta primera fase se enfoca en la evitación de conflictos. Aquí se implementan
estrategias proactivas para crear un entorno escolar positivo y seguro. Se incluyen actividades como la
promoción de la comunicación efectiva y el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. El objetivo
es reducir la aparición de roces y fomentar la convivencia, por ejemplo:
Establecimiento de normas y expectativas claras desde el primer día de clase: Estas normas deben ser
justas, realistas y enfocadas en el respeto mutuo, la colaboración y la responsabilidad, se debe comprobar
que los estudiantes comprendan dichas normas y cuáles son las consecuencias de su incumplimiento.
Comunicación efectiva: Fomentar la comunicación abierta y respetuosa animando a los estudiantes a
expresar sus opiniones y sentimientos de manera constructiva.
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Destrezas emocionales y sociales: Aunque los programas curriculares sean extensos y el tiempo apremie,
merece la pena dedicar algunos periodos a enseñar, practicar y brindar herramientas a los estudiantes de
cómo manejar sus emociones.
Colaboración y trabajo en equipo: Fomentar la colaboración y el trabajo en equipo en el aula ayuda a que
el grupo se sienta más unido y el ambiente sea más dinámico.
Empatía y diversidad: Sembrar la empatía y la comprensión hacia los demás, alentando a los estudiantes a
ponerse en el lugar del otro y a valorar la diversidad. Celebrar las diferencias culturales y étnicas en el aula,
creando grupos diversos de trabajo en los que todos los estudiantes formen parte de ellos.
Estrategias de resolución de conflictos: Enseñar a los estudiantes estrategias efectivas de resolución de
conflictos, como el diálogo, la negociación y el compromiso, así como habilidades de fomento de paz a
través de actividades de juegos de roles o discusiones en grupo.
Relación positiva con los estudiantes: Ser cercano y positivo con tus estudiantes, basándose en la confianza
y el respeto mutuo. Conocer a los estudiantes individualmente, escuchar sus preocupaciones y mostrar
interés en su bienestar, valoración y seguridad.
Dicho lo anterior, la prevención de conflictos requiere un enfoque holístico, constante y continuo.
Fase 2. Intervención temprana. En esta parte se abordan los conflictos en su fase primigenia y antes de
que escalen y se conviertan en problemas difíciles de resolver. Aquí aparece una figura importante que es
la mediación o lo que se da en llamar “la mano de un hombre bueno”. Se considera la mediación como
bastión en esta clase de intervención temprana de conflictos escolares. La imparcialidad y capacitación de
la persona que medie es básica, ya que la mínima inclinación, hacia cualquiera de los vértices, podría
contaminar el proceso haciéndolo fallar. Asimismo, en esta fase se convocan mini-conferencias que
involucren a las dos partes afectadas a comunicarse, comprenderse y buscar soluciones mutuamente
aceptables. El objetivo de esto es construir una intención de solventar el problema y enfrentarse a la
siguiente fase con capacidad de control de las dificultades.
La recopilación de información relevante sobre el conflicto, deberá incluir los incidentes específicos, las
personas involucradas en todos los órdenes y las circunstancias que lo rodean. Esto será de gran ayuda para
comprender mejor el problema y tomar decisiones informadas sobre cómo abordarlo. Para ello, es muy
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importante facilitar la comunicación entre los actantes dentro de un espacio seguro donde los puntos de
vista y perspectivas estén protegidos, asegurándose de que las conversaciones son respetadas y agenciadas.
Seguimiento y evaluación: Una vez que el conflicto está en la fase de intervención temprana y se ha llegado
a un acuerdo, es preciso hacerle un seguimiento para estar seguros de que se cumpla. Esa verificación
facilita todo el proceso y brinda seguridad de que cualquier estrategia preventiva será en evitación de futuras
complicaciones. Al mismo tiempo, y con el fin de evaluar el impacto de la intervención, debe observarse si
se han producido mejoras en las relaciones y en el clima escolar. Basta recordar que cada conflicto es único
y puede requerir enfoques específicos.
Fase 3. Intervención formal. Esta intervención implica procesos más estructurados y formales para
abordar el conflicto. La intervención formal en la resolución de conflictos escolares se lleva a cabo cuando
los intentos de solución a través de la intervención temprana no han tenido éxito o cuando el conflicto es
más complejo y requiere de un proceso más combinado. La selección del proceso de resolución de
conflictos es un punto definitivo para el buen fin del proceso ya que existen diferentes formas de llevarlos
a cabo de manera formal, como: conferencias comunitarias, círculos ampliados o las mediaciones formales.
La elección del tipo de proceso dependerá de la naturaleza y complejidad del conflicto, así como de las
necesidades y preferencias de las partes involucradas.
A continuación, se describen algunos enfoques comunes de intervención formal:
Involucramiento de terceras partes: En la intervención formal, ya no es una opción sino un requisito la
presencia de otras personas o entidades relevantes en el proceso de resolución de conflictos. Previamente a
estos encuentros se proporciona a los asistentes información sobre el propósito de una reunión y se les
brinda la oportunidad de prepararse y reunir cualquier evidencia o documentación relevante. En algunos
casos, resulta efectivo, establecer consejos de pares o comités de resolución formados por estudiantes para
abordar los conflictos entre sus compañeros. Estos consejos reciben capacitación en habilidades de
reparación y actúan como mediadores en los conflictos escolares.
Protocolos y procedimientos establecidos: En la intervención formal, es importante seguir protocolos y
procedimientos establecidos para garantizar la equidad y la imparcialidad en el proceso. Estos protocolos
pueden incluir pautas específicas para la comunicación, la toma de decisiones y el seguimiento de los
acuerdos alcanzados.
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Apoyo emocional y psicológico: Los conflictos escolares generan estrés y emociones intensas en las partes
involucradas. Durante la intervención formal, se debe brindar un espacio para el apoyo emocional y
psicológico de los estudiantes y otras personas afectadas. Los consejeros estudiantiles, coordinadores
escolares y psicólogos serían una figura muy apropiada en los casos en que su intervención se haga
necesaria y siempre dependiendo de las circunstancias que rodeen al conflicto. Exploración de soluciones
y acuerdos: Las partes involucradas tienen la oportunidad de compartir sus perspectivas y explorar opciones
de solución. El facilitador ayuda a generar ideas creativas y a encontrar soluciones mutuamente aceptables.
Implementación de consecuencias y seguimiento: En algunos casos, la intervención formal puede llevar a
la imposición de consecuencias o sanciones disciplinarias. Estas consecuencias deben ser proporcionales al
conflicto y alinearse con las políticas y regulaciones escolares, como la redacción de un acuerdo que
firmarán los actantes en el que se establecen los compromisos y responsabilidades a que den lugar.
EL DIÁLOGO RESTAURATIVO
Figura 5. Elaboración propia, basada en el modelo WOB Ecuador.
Como se ha repetido en este artículo, la comunicación es un pilar en la resolución. Se centra en la
construcción de relaciones, la responsabilidad y la reparación del daño. En el entorno de las aulas este tipo
de diálogo ofrece una serie de indicadores que facilitan el reencuentro entre las partes durante las fases
preliminar o de preparación; así como en la intermedia o fase de recolección de datos y estructura de
aplicación; y, definitivamente, en la fase final, en la que el diálogo se presenta como la única vía posible
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para la reconciliación. En el diálogo se observa un pentágono de actitudes sin las cuales no puede existir en
misma una comunicación positiva y efectiva (Figura 5). WOB Ecuador define las condiciones con las
que se debe llegar a la mesa de conferencia que son: empatía, pensar y sentir a quién afecta nuestra conducta
y como le afecta; necesidades, identificar las necesidades implica competencias comunicativas,
comunicación asertiva y comunicación no violenta; responsabilidad compartida, para que sean las personas
afectadas las que se responsabilicen y tomen las decisiones para la gestión de la situación; educación
emocional identificando las emociones y sentimientos (alfabetización emocional); y escucha activa como
parte importante para agilizar la confianza de las partes y en evitación de juicios en cuanto a lo que se
exprese en la conversación.
Los pilares del diálogo restaurativo, con el fin de lograr su efectividad, son las características y los objetivos
en los que se sustenta y que incluyen: construcción de comunidad; prevención y resolución de conflictos;
desarrollo de empatía y habilidades sociales; y participación y voz estudiantil.
¿QUÉ SE DEBE EVITAR CON LAS PRÁCTICAS RESTAURATIVAS?
A veces se presentan situaciones aisladas que envuelven al individuo afectado y provocadas no por otro
individuo, sino por la comunidad o el propio sistema educativo gubernamental. Si se trata de estos dos
últimos la solución sería más compleja y menos accesible por su circunscripción a un entorno privado y/o
público, dado que los efectos secundarios del conflicto se extenderían a un mayor número de individuos lo
que limita el resultado positivo de las prácticas. Se evitará (Figura 6):
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Figura 6. Elaboración propia
El aislamiento como castigo ya que implica separar a un estudiante del grupo o del entorno educativo como
una medida disciplinaria. La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) y otras
organizaciones profesionales han emitido declaraciones en contra del uso del aislamiento como castigo en
la educación, argumentando que puede aumentar el estrés, generar ansiedad y afectar negativamente la
relación entre el estudiante y los educadores.
La humillación como castigo escolar es una práctica inapropiada y contraproducente que implica
avergonzar, ridiculizar o menospreciar a un estudiante como una forma de disciplina. El escarnio público
provoca comentarios ofensivos y degradantes haciendo pasar al estudiante por una situación altamente
vergonzosa lo que le puede provocar un daño emocional, posiblemente sin retorno, dejando una huella en
su posterior periodo de madurez.
La detención dentro de la misma institución es una práctica muy común en el entorno escolar
estadounidense. Sus objetivos son corregir una violación de las normas escolares o una conducta
inapropiada en un determinado momento. Definitivamente, esto no se produce al no existir una disciplina
positiva y un momento de auto-reflexión conjunta. Por el contrario, es un premio, no trabajan en sus
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proyectos de clase, ya que la persona que los atiende es un oficial de seguridad, con nulo conocimiento
pedagógico ni de las diferentes materias académicas.
La expulsión como medida disciplinaria extrema se aplica cuando la presencia del estudiante es
incompatible con la escuela y su entorno. Se aplica después de un proceso exhaustivo y justo de revisión
de los motivos que han llevado a tan severa elección, dado que la misma se considera como el último
recurso de una consecuencia y una vez agotadas otras opciones de intervención y apoyo. El dolor y la
soledad que produce al estudiante y a su familia, así como a la comunidad escolar. Es una situación
estresante que conlleva una reacción emocional no deseada, ya que la separación de sus compañeros y las
pérdidas de estructura y rutina escolar puede desestabilizar emocionalmente al estudiante.
La venganza se puede producir como reacción, digamos natural, a una situación no deseada o incluso
desconociendo el verdadero motivo de su castigo, pues no considera que lo que ha hecho tenga tanta
importancia como para esa punición tan grande, lo que hace que surja una reacción a una acción lo que
empeorará la situación.
La suspensión temporal por un periodo corto de tiempo de 1, 2 ó 3 días es una oportunidad para la reflexión
y cambio de actitud a una más positiva. Además, asesoramiento e intervención educativa, ayudará al
estudiante y familia a abordar las causas que subyacen al conflicto ayudando a crear habilidades sociales y
emocionales apropiadas a su vuelta a la escuela.
(Sutzman and Mullet, 2015) nos dicen que:
research shows that suspensions are not making schools safer. Restorative approaches: reduce suspensions,
provide integration. Circles provide an orderly and reflective process that reinforces positive values.
Añaden los autores que: restorative discipline engages a no-blame framework to support bully-free
schools.as well as, a holistic approach is more likely to be effective than programs that address bullying
from only one or two directions.
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ETAPAS DE LOS CÍRCULOS RESTAURATIVOS.
Figura 7. Elaboración propia
A continuación, se describen las etapas de los círculos restaurativos (Figura 7). La primera etapa es la del
entendimiento. Los círculos siguen un proceso muy estructurado con unas etapas bien definidas, lo que
facilita el poder llegar a la resolución del conflicto satisfactoria para todas las partes implicadas en los
mismos. (Bolaños, CONAMA, 2018).
Recopilación de información. Esta se realizará de manera confidencial y respetuosa, manteniendo la
privacidad de las partes involucradas.
Observación directa por parte del facilitador sobre la interacción y dinámica del entorno donde ocurre
el conflicto.
Registro documental sobre informes disciplinarios de previos incidentes, notas de reuniones previas, si
las hubiere.
La segunda etapa es la de Preparación y diseño. El diseño y la preparación de los círculos restaurativos
implican una serie de pasos y consideraciones para asegurar que el proceso sea efectivo y significativo. A
continuación, se describen algunas de las acciones clave en el diseño y preparación de aquéllos:
Identificación del propósito: Es importante definir claramente el propósito del círculo restaurativo.
Identificación de los participantes: Determinar quiénes serán los participantes del círculo, incluyendo
a las partes afectadas por el conflicto y a otras personas relevantes.
Selección del facilitador: Es esencial contar con un facilitador capacitado en prácticas restaurativas.
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Establecimiento de un marco de seguridad: Es fundamental crear un entorno seguro y confidencial para
los participantes, establecer reglas claras sobre el respeto mutuo, la confidencialidad y la no violencia.
Obtención del consentimiento de los participantes: Informar a todos los participantes sobre el proceso
del círculo, sus propósitos y beneficios.
Preparación de las preguntas o temas para el diálogo: El facilitador puede preparar una lista de
preguntas abiertas y no acusatorias de temas relevantes para el círculo.
Establecer tiempos y logística: Determinar la duración del círculo y establecer un horario que sea
conveniente para todos los participantes.
Practicar la empatía y la escucha activa: Los facilitadores deben enfatizar la importancia de la empatía
y la escucha activa durante el círculo.
Revisar el proceso: Antes de llevar a cabo el círculo, el equipo de facilitación debe revisar y planificar
todos los detalles del proceso.
Evaluación y seguimiento: Después del círculo, es importante evaluar su efectividad y recopilar
retroalimentación de los participantes.
La tercera etapa es la ejecución.
En esta etapa se siguen cuatro fases bien diferenciadas, dependiendo de la metodología y enfoque específico
que se quiera dar al círculo, en cada una de las cuales se abordan diferentes aproximaciones que se
desarrollan a continuación:
Figura 8. Elaboración propia
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Fase I. Apertura
Introducción, bienvenida y objetivo: El facilitador da la bienvenida a los participantes y establece el
propósito y las normas del círculo.
Fase II. Orientación
Confianza, valores, acuerdos, relatos, anécdotas y vinculación de los participantes: En esta fase se crea
la confianza en el grupo presente, se identifican los valores en los que se basan los círculos, las personas
afectadas por el conflicto o la situación.
Fase III. Desarrollo
Aproximación al tema/asunto, preguntas y clarificaciones, dialogo y porqués: Los participantes pueden
hacer preguntas para aclarar la información compartida y obtener una comprensión más profunda del
conflicto.
Fase IV. Cierre
Soluciones, acuerdos, alternativas y necesidades, clausura y reflexión: En este momento de la sesión
se plantean posibles soluciones al conflicto, se generan acuerdos para solucionarlo, se exponen alternativas
y necesidades para evitar en el futuro una repetición del mismo problema o el surgir de otro conflicto entre
las mismas partes. Una vez que se han identificado las soluciones, se llega a un acuerdo concreto y se
establecen compromisos para implementar las acciones acordadas.
CONCLUSIONES
En cualquier situación en la que se requiera una intervención especializada, es fundamental buscar la ayuda
de profesionales capacitados en el área correspondiente. En general, los círculos restaurativos se enfocan
en la resolución de conflictos, la empatía, el entendimiento mutuo y la construcción de relaciones. Es
fundamental que los facilitadores y participantes comprendan los límites y la naturaleza de los temas que
pueden abordarse de manera efectiva en este tipo de prácticas restaurativas. Cualquier tema que esté fuera
del alcance de los círculos restaurativos debe ser derivado a las autoridades pertinentes.
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