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El síndrome de Burnout, es un síndrome psicológico que se presenta en rspuesta a estresores crónicos
presentes en el trabajo, generando en profesionales que mantienen una relación constante y directa con
otras personas, primordialmente cuando ésta es de ayuda como en el caso de docentes, médicos,
enfermeras, entre otros. Quien lo presenta, manifiesta actitudes y sentimientos negativos hacia las
personas con las que se trabaja y hacia el propio rol profesional, así como por la vivencia de encintrarse
emocionalmente agotado. (Montúfar y Moya, 2018).
Aunque el síndrome puede afectar a cualquier grupo ocupacional, algunos presentan una mayor
predisposición, tal es el caso de los profesionales de la salud cuyas condiciones de trabajo se
carcaterixan, entre otras cosas, por una situación de sobrecarga, tensión emocional, responsabilidad y
supervisión excesiva, jornadas laboral extensas, poca disponibilidad de tiempo para relaciones
familiares y sociales, además de otros factores del ambiente. (Palacios y Paz, 2019).
La desregulación de las relaciones laborales tiene que ver con el no cumplimiento de las normas que
protegen a los trabajadores al legalizarse mecanismos de flexibilidad tales como facilidades para el
despido, contratos temporales, salarios bajos, debilitamiento de las organizaciones sindicales, etc.; esto
coloca a los trabajadores en una situación de precariedad laboral que les impide hacer valer sus derechos
laborales, lo cual provoca la desintegración de la cohesión social. (Solís y Ortega, 2015; citado en
Santillán, 2016).
El modelo demanda-control-apoyo social identifica, describe y analiza el entorno psicolaboral y los
riesgos a la salud. Demanda, alude a las exigencias psicológicas cuantitativas, mentales, emocionales,
de responsabilidad, rol, ambiente físico y duración de la jornada que el trabajo impone a los trabajadores.
Control, refiere al grado de autonomía para decidir cómo y cuándo hacer el trabajo, posibilidades de
desarrollo y participación en cambios organizacionales. Apoyo social, representa las características y
calidad de relaciones sociales de trabajo. (Acosta-Fernández et al., 2020).
El modelo equilibrio esfuerzo-recompensa se enfoca en la correspondencia entre el despliegue físico y
psicológico exigido durante la realización del trabajo, las contraprestaciones ofrecidas al trabajador y su
sentimiento de pertenencia a la organización. (Acosta-Fernández et al., 2020).
El análisis de estos conceptos resulta de utilidad para conocer la influencia del apoyo social ante el
proceso salud-enfermedad. La conclusión es que el apoyo social actúa previniendo o diminuyendo las