EFECTO DE LA ASPIRINA EN LA
PREVENCIÓN DE LA PREECLAMPSIA.
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
EFFECT OF ASPIRIN IN THE PREVENTION OF
PRE-ECLAMPSIA. LITERATURE REVIEW
Karelys Alfonsina Cuenca Romero
Universidad Técnica de Machala, Ecuador
Mileny Lisseth Hidalgo Erique
Universidad Técnica de Machala, Ecuador
Maritza Brigida Agudo Gonzabay
Universidad Técnica de Machala, Ecuador
pág. 1112
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i1.15869
Efecto de la Aspirina en la Prevención de la Preeclampsia.
Revisión Bibliográfica
Karelys Alfonsina Cuenca Romero1
kcuenca4@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0009-0002-7123-5870
Facultad de Ciencias Químicas y de la Salud
Universidad Técnica de Machala
Ecuador
Mileny Lisseth Hidalgo Erique
mhidalgo5@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0009-0000-9271-7372
Facultad de Ciencias Químicas y de la Salud
Universidad Técnica de Machala
Ecuador
Maritza Brigida Agudo Gonzabay
bagudo@utmachala.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-7187-8983
Facultad de Ciencias Químicas y de la Salud
Universidad Técnica de Machala
Ecuador
RESUMEN
La preeclampsia es un trastorno hipertensivo que surge durante la gestación caracterizado por elevación
en la presión arterial y complicaciones como proteinuria, disfunción orgánica y úteroplacentaria. La
aspirina, antiinflamatorio no esteroideo, es usada en la prevención de la preeclampsia. Esta revisión se
desarrolla con el objetivo de establecer el efecto de la aspirina como medida preventiva en la
preeclampsia en embarazadas a través de una revisión sistémica. El estudio es de caracter descriptivo-
explicativo y se apoya en artículos provenientes de bases de datos científicas, que incluyen PubMed,
Scielo, Cochrane y Google Académico, empleando términos clave como "aspirina", "preeclampsia" y
"prevención". Los hallazgos sugieren que la administración de aspirina, particularmente en dosis bajas
(81 mg/día), reduce significativamente la incidencia de preeclampsia y complicaciones asociadas, como
parto prematuro y mortalidad perinatal. No obstante, persisten interrogantes sobre la dosis óptima y el
momento ideal para su administración. La aspirina presenta un perfil de seguridad favorable y es una
estrategia preventiva efectiva, aunque se requiere más estudios que permitan precisar las condiciones
de su uso.
Palabras clave: aspirina, preeclampsia, prevención, complicaciones del embarazo, efectos adversos
1
Autor principal.
Correspondencia: kcuenca4@utmachala.edu.ec
pág. 1113
Effect of Aspirin in the Prevention of Pre-Eclampsia. Literature Review
ABSTRACT
Pre-eclampsia is a hypertensive disorder arising during pregnancy characterised by elevated blood
pressure and complications such as proteinuria, organ dysfunction and uteroplacental dysfunction.
Aspirin, a non-steroidal anti-inflammatory drug, is used in the prevention of pre-eclampsia. This review
aims to establish the effect of aspirin as a preventive measure for pre-eclampsia in pregnant women
through a systemic review. The study is descriptive-explanatory and relies on articles from scientific
databases, including PubMed, Scielo, Cochrane and Google Scholar, using key terms such as ‘aspirin’,
‘pre-eclampsia’ and ‘prevention’. The findings suggest that aspirin administration, particularly at low
doses (81 mg/day), significantly reduces the incidence of pre-eclampsia and associated complications,
such as preterm birth and perinatal mortality. However, questions remain about the optimal dose and
timing of administration. Aspirin has a favourable safety profile and is an effective preventive strategy,
although further studies are needed to precise the conditions for its us.
Keywords: aspirin, pre-eclampsia, prevention, pregnancy complications, adverse effects
Artículo recibido 05 Diciembre 2024
Aceptado para publicación: 25 enero 2025
pág. 1114
INTRODUCCN
La preeclampsia es una condición hipertensiva grave que se desarrolla durante el embarazo,
caracterizada por un aumento significativo de la presión arterial desde la semana 20 de embarazo, junto
con otros síntomas sistémicos que afectan múltiples órganos. Esta condición no solo presenta riesgos
inmediatos para la madre y el feto, sino que también puede dar lugar a complicaciones graves como la
hemorragia intracraneal, el desprendimiento de placenta, el síndrome de HELLP, el edema pulmonar
agudo y la insuficiencia renal aguda. Estos problemas pueden tener consecuencias devastadoras, como
la muerte fetal intrauterina y la necesidad de parto prematuro, lo que incrementa el riesgo de morbilidad
y mortalidad neonatal (Poon et al., 2019). En la literatura científica se identifican factores de riesgo que
favorecen el desarrollo de preeclampsia, tales como multiparidad, avanzada edad materna, obesidad,
además de condiciones médicas preexistentes, como la hipertensión crónica y la diabetes (Roberts et
al., 2023).
En Ecuador, la prevención de la preeclampsia se ha abordado mediante la administración de bajas dosis
de aspirina (entre 75 y 100 mg) en mujeres con riesgo alto antes de la semana 12 de gestación. Esta
estrategia tiene como objetivo reducir la incidencia de preeclampsia y mejorar los resultados perinatales
(MSP, 2016), sin embargo, las recomendaciones clínicas actuales varían en cuanto a la dosificación
ideal y el momento del inicio del tratamiento reflejando la falta de consenso a la comunidad médica
global (Ahn & Hwang, 2023). Se debe conocer que la guía de manejo de la preeclampsia en Ecuador
no se ha actualizado desde 2016, y no hay evidencia suficiente y reciente que confirme si la
recomendación actual está logrando los resultados esperados en la prevención de preeclampsia en
mujeres embarazadas del país.
En este trabajo de investigación los autores nos hacemos la siguiente interrogante ¿Qué efecto tiene
administración de bajas dosis de aspirina como medida en la prevención de preeclampsia en
embarazadas?
La importancia de investigar y analizar tal medida preventiva de la preeclampsia se da porque es una
complicación frecuente y significativamente grave en el embarazo asociada con trastornos vasculares y
defectos de coagulación, que resulta en altos índices de pacientes afectadas y muerte materna y/o fetal
(Roberts et al., 2023).
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El trastorno hipertensivo representa un desafío significativo en la salud pública, presente mundialmente,
con una prevalencia alta en diversos países particularmente en aquellos de ingresos medios y bajos, se
debe tener en cuenta que la tendencia de muerte materna va en aumento, por lo cual es importante
prevenir la presente patología y sus complicaciones; existen múltiples medidas usadas para su
prevención, en este contexto podemos hablar del uso de la aspirina especialmente a dosis bajas (Kupka
et al., 2024).
La actualización y evaluación de esta medida preventiva es de gran relevancia para prosperar en el
cuidado y salud tanto de la madre como perinatal, por lo cual, es crucial analizar el efecto de este
fármaco en la prevención de esta condición. Se espera que la investigación contribuya a reducir la
morbilidad y mortalidad asociada con la preeclampsia, especialmente en contextos con altos índices de
esta complicación esperando mejorar la atención prenatal y optimizar los resultados en el bienestar de
las pacientes embarazadas y neonatos.
La preeclampsia se define como un trastorno hipertensivo en el que se destaca la elevación de la presión
arterial, con valores donde la presión arterial diastólica es igual o mayor a 90 mm Hg y/o la presión
arterial sistólica es igual o mayor a 140 mm Hg, medidas al menos en 2 ocasiones separadas por mínimo
4 horas. Este trastorno se da en mujeres que presentaron presión arterial normal y se asocia con la
aparición de una o más condiciones clínicas que emergen a partir de las 20 semanas de gestación o
después. Estas condiciones incluyen la proteinuria, disfunción orgánica materna y disfunción
uteroplacentaria (Poon et al., 2019).
De igual manera la aspirina, conocida químicamente como ácido acetilsalicílico es un antinflamatorio
no esteroideo (AINE) que bloquea las isoenzimas ciclooxigenasa (COX-1 y COX-2), implicadas de
manera crucial en la producción de prostaglandinas. Por su parte la COX-1 está presente en el
revestimiento interno vascular y cataliza la formación de prostaciclina (PGI2), una prostaglandina que
actúa como vasodilatador y también inhibe la agregación plaquetaria. Además, esta isoenzima sintetiza
el tromboxano A2 (TXA2), que funciona como un fuerte vasoconstrictor y fomenta la agregación
plaquetaria en respuesta de lesiones vasculares (Werz et al., 2024).
La preeclampsia representa una complicación prevalente en el embarazo, afectando del 2% al 8% de
las embarazadas a nivel global (Obstetricia y Ginecología, 2020).
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Esta condición no solo aumenta el riesgo de muerte materna, además ha contribuido a 60.000
defunciones maternas y más de 500.000 nacimientos prematuros anuales a escala mundial (Ma’ayeh &
Costantine, 2020). En el mundo, se calcula que hasta el 26% de muertes maternas se deben a
preeclampsia, con cifras que varía según la región, siendo 9% en Asia y África. Por otro lado, la
prevalencia del Caribe y América Latina es del 6.6%, según un metaanálisis que incluyó datos de países
como Argentina, Brasil, Chile, México, Haití, Perú, Trinidad y Tobago (Blanco et al., 2022). En el
contexto específico de Ecuador, conforme a los datos del Ministerio de Salud Pública, la prevalencia
de muertes maternas aumentó al 25,84% (MSP, 2023). En este periodo, la preeclampsia severa se
convirtió en el principal desencadenante de defunciones maternas, registrando 10 casos fatales.
La preeclampsia es una condición compleja y multifactorial cuya fisiopatogenia aún no está
completamente esclarecida. La hipótesis más ampliamente aceptada es el "modelo de dos fases".
Fase 1: Placentación inadecuada: Caracterizada por una placentación defectuosa que se presenta en el
inicio de la gestación, de manera asintomática. Este proceso implica una invasión insuficiente del
trofoblasto extravelloso (TEV) seguida una deficencia en la remodelación de las arterias espirales
uterinas. Esta remodelación inadecuada resulta en una perfusión placentaria comprometida, es decir
reducida y una subsecuente isquemia placentaria (Chang et al., 2023).
Fase 2: Respuesta sistémica materna: se activa cuando la perfusión uteroplacentaria deficiente
interactúa con diversos factores maternos, resultando en una respuesta sistémica que incluye:
La vasoconstricción materna va a estar dada por el incremento de endoglina soluble (sEng) y tirosina
quinasa soluble similar a fms 1 (sFlt-1), mismos que son factores antiangiogénico presentes en el suero
materno. Esta vasoconstricción sistémica e incremento de la presión arterial como mecanismo
compensatorio busca mejorar la perfusión placentaria (Chang et al., 2023).
Además, se puede encontrar que los efectos antiangiogénicos inducen una disminución en la
concentración de factores como el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) y el factor de
crecimiento placentario (PlGF) en el suero materno, provocando una perfusión placentaria deficiente
(Chang et al., 2023).
Respuesta inmunitaria e inflamatoria: misma que activa la ciclooxigenasa (COX), incrementando los
niveles de tromboxano A2 (TxA2) y disminuyendo los niveles de prostaciclina (PGI2). El TxA2 está
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ligado al incremento tanto de la vasoconstricción como de la agregación plaquetaria, y en cambio la
PGI2 equilibra tales efectos. Este desbalance favorece la agregación plaquetaria y la vasoconstricción,
exacerbando la presión alta y contribuyendo a la sintomatología de la preeclampsia (Chang et al., 2023).
La aspirina ha sido usada desde el año 1897 como un analgésico y antipirético, con los años se ha
encontrado nuevas aplicaciones debido a sus propiedades antiinflamatorias, antivirales y
antitrombóticas (Patrono, 2023). Durante años se han elaborado múltiples investigaciones y ensayos
clínicos, hasta la actualidad, la evidencia ha seguido apoyando su uso para la prevención de la
preeclampsia (Singh et al., 2023).
La aspirina ejerce sus efectos preventivos al regular el balance entre el TXA2 y PGI2, inhibiendo
preferentemente la síntesis de TXA2. Ayudando a mantener la hemostasia vascular, reduciendo el
riesgo a formación de trombos y mejorando la perfusión placentaria (Ren et al., 2023).
Además, la aspirina ha demostrado que reduce la producción de sFlt-1, una proteína asociada con la
disfunción endotelial y la angiogénesis anormal característica de la preeclampsia. A través de la
inhibición de la COX-1 y la a del JNK/AP-1, modulando la expresión de sFlt-1, lo que puede mejorar
la función endotelial y evitar el avance de la patología (Ren et al., 2023).
Otro aspecto clave es el efecto antiinflamatorio de la aspirina, que reduce la activación inmunológica
excesiva y protege las células endoteliales vasculares de daños adicionales. Al inhibir la liberación de
factores inflamatorios y mejorar la capacidad antioxidante, la aspirina ayuda a mitigar la inflamación
crónica asociada con la preeclampsia, contribuyendo así a la prevención de sus complicaciones (Ren et
al., 2023).
METODOLOGÍA
El presente estudio se desarrolla bajo un paradigma positivista, con enfoque cualitativo. El diseño de la
investigación es no experimental, basado en una revisión bibliográfica, permite explorar y describir de
manera integral los hallazgos recientes sobre el tema sin necesidad de realizar recolección de datos
primarios. Es de tipo descriptivo-explicativo, detallando y analizando la información disponible,
explicando los resultados e implicaciones del uso de aspirina en pacientes embarazadas.
La recopilación y selección de artículos se realizó en bases de datos científicos reconocidos como
PubMed, Scielo, Cochrane y Google Académico.
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Se utilizaron como palabras clave los términos definidos por la metodología MeSH, tales como:
aspirina, preeclampsia, prevención, complicaciones del embarazo, efectos adversos. La búsqueda
avanzada se llevó a cabo empleando operadores booleanos incluyendo “AND” y “OR” y sinónimos que
permitieron ampliar la búsqueda. Se usaron las directrices de PRISMA, completando la búsqueda con
inteligencia artificial como Research Rabbit.
Los criterios de inclusión: estudios de cohorte retrospectivos y prospectivos, revisiones sistémicas,
metaanálisis y ensayos clínicos aleatorizados relevantes a la temática, que tengan como población
mujeres embarazadas con riesgo de preeclampsia; estudios en los que se empleen diferentes dosis de
aspirina con o sin uso comparativo con placebo; acceso al artículo completo y gratuito. Se excluyeron
casos clínicos aislados; sin resultados claros; estudios en animales o preclínicos; uso de medicamentos
distintos a la aspirina como medida preventiva de preeclampsia.
Se organizó la información en una matriz de autoría propia, con software Excel 2023, se plasmó datos
relevantes de los artículos como revista, autores, título, año de publicación, problema objetivo,
población estudiada, metodología, resultados, dosis de aspirina administradas, momento de inicio del
tratamiento y conclusiones.
El estudio se limitó por la selección de artículos de acceso libre que pudo excluir investigaciones
relevantes publicadas en revistas de pago. Además, la calidad de la información dependió de la
disponibilidad y rigurosidad de las diversas bases de datos consultadas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se realizó un análisis metódico de la literatura, incluyendo artículos de investigación, metaanálisis,
revisión sistémica y estudios de cohorte, consultando bases de datos en PubMed, Scielo, Cochrane y
Google Académico, en el intervalo temporal comprendido de 2020 a 2024; donde obtuvimos los
siguientes resultados. Encontramos 78 estudios en total de los cuales 45 en PubMed, 14 en Google
académico 12 en Scielo y 7 en Cochrane (ver figura 1).
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Figura 1 Diagrama de flujo Prisma.
Descripción de la revisión de literatura en bases de datos.
Fuente: Diagrama de flujo Prisma
Elaborado por: Los autores
La revisión abarcó múltiples ensayos clínicos aleatorizados y metaanálisis que evaluaron la
administración de aspirina en gestantes que tengan factores de riesgo para preeclampsia, los resultados
indican que la aspirina puede reducir significativamente la incidencia de preeclampsia. La aspirina actúa
principalmente ejerciendo sus efectos preventivos al regular el balance entre el TXA2 y PGI2,
inhibiendo preferentemente la síntesis de TXA2. Además, su efecto al inhibir la agregación plaquetaria
y mejorar la función endotelial contribuye a una circulación uteroplacentaria más eficaz, lo que a su vez
disminuye la probabilidad de hipertensión gestacional.
(n= 75)
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Se sugiere que tanto los efectos dependientes del COX-1 como del COX-2 pueden estar involucrados
en los mecanismos patológicos asociados a la preeclampsia. No obstante, se necesita más
investigaciones para aclarar estos aspectos y optimizar las recomendaciones cnicas (Ren et al., 2023).
Hasta la actualidad se ha demostrado que su uso puede reducir significativamente el riesgo de
desarrollar preeclampsia. Un metaanálisis reciente realizado por (Henderson et al., 2021), que abarcó
23 ensayos controlados aleatorizados, demostró que el uso profiláctico de aspirina reduce la incidencia
de preeclampsia, especialmente en mujeres clasificadas como de alto riesgo.
Por su parte, (Van Doorn et al., 2021) en su metaanálisis de 22 estudios concluye que la aspirina reduce
al menos en un 27% el riesgo de diagnóstico de preeclampsia en comparación con el placebo,
independientemente de la dosis utilizada. Estos hallazgos son respaldados por (Kupka et al., 2024)
quienes señalan que administrar bajas dosis de aspirina es eficaz para prevenir preeclampsia pretérmino
en aproximadamente el 25% de las mujeres embarazadas que tengan un riesgo alto. Las investigaciones
analizadas hasta el momento muestran que la aspirina es eficaz reduciendo el riesgo de preeclampsia,
sin importar la dosis administrada, así lo confirman los autores (Zhang & Wang, 2024), el uso de este
fármaco ha demostrado reducir significativamente tanto la incidencia de preeclampsia como el riesgo
de complicaciones, al comparar a las mujeres que recibieron dosis bajas de aspirina con aquellas que
no la recibieron. Es relevante señalar que, en este estudio, los autores destacan que la dosis de aspirina
no aumenta el riesgo de hemorragia posparto ni de desprendimiento prematuro de placenta, lo que
refuerza el perfil de seguridad de este medicamento y su potencial como intervención preventiva en
mujeres embarazadas de alto riesgo.
Es importante destacar que hasta el momento no existe un consenso sobre la dosificación, periodo de
uso, momento del día recomendado, esta información varía entre los diferentes estudios realizados hasta
la actualidad, encontrándose en constante investigación en grupos experimentales y metaanálisis. Las
organizaciones más reconocidas e importantes en ginecología y obstetricia recomiendan su uso a partir
del segundo trimestre de gestación hasta alrededor de la semana 36 37 de la misma. Su dosificación
más común es 81 mg diarios, pero en los diferentes estudios varía entre los 50 y 150 mg diarios
(Ma’ayeh et al., 2020).
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El metaanálisis realizado por (Henderson et al., 2021) en el que incluyeron 23 ensayos clínicos
aleatorizados con 26,952 participantes, se dilucidó que administrar aspirina a bajas dosis durante el
embarazo, con dosis que varían entre 50-150 mg diarios, esta vinculado con la reducción del riesgo de
preeclampsia, bajo peso para la edad gestacional, mortalidad perinatal y parto prematuro en aquellos
que presentan alto riesgo. Además, no se encontró relación significativa entre la dosis y la presentación
de hemorragia posparto y otros tipos de sangrado. Este hallazgo es respaldado por (Gracia, 2022), en
su revisión narrativa donde se señala que la dosis efectiva de aspirina varía entre 50 y 150 mg diarios,
siendo 81 mg/día la más recomendada. Se enfatiza la importancia de iniciar el tratamiento antes de la
semana 16 de embarazo, continuando hasta las 36-37 semanas o hasta la interrupción del embarazo, sin
reportarse efectos secundarios significativos. Por otro lado, se destaca que una dosis de 150 mg diarios,
aunque más efectiva, está asociada a un mayor riesgo de efectos secundarios.
Asimismo, el plan de atención integral desarrollado por el grupo de trabajo de (Roberts et al., 2023),
reafirma la recomendación del uso de 81 mg de aspirina diaria entre las semanas 12 y 28 hasta el final
del embarazo, como medida preventiva de esta patología en mujeres de riesgo alto. Además, señala que
una dosis ≥ 100 mg diarios puede ser una medida alternativa viable. Se destaca a su vez, que el uso de
aspirina se relaciona a un riesgo bajo del desprendimiento de la placenta, malformaciones congénitas y
efectos adversos fetales o neonatales.
En contraste con la dosis comúnmente recomendada, investigaciones como la de (Espeche et al., 2022),
aportan datos relevantes basados en un estudio de cohorte realizado en Argentina con mujeres
embarazadas de alto riesgo. Este trabajo subraya dos hallazgos principales: en primer lugar, se
manifiesta que la administración diaria de 81 mg presenta alrededor de un 30% en la falla de la
inhibición de tromboxano; y, en segundo lugar, que la administración de 100 mg diarios antes de la
semana 20 de embarazo logra reducir alrededor del 40% el riesgo de desarrollar esta patología en
gestaciones de riesgo elevado.
El enfoque es respaldado por (Chang et al., 2023), quienes, en una revisión, detallaron que administrar
100 mg diarios de aspirina desde la semana 16 de gestación disminuye el riesgo de desarrollar
preeclampsia y otros eventos adversos. De manera similar, (Gregorio Barrientos, 2023) concluyó que
el uso de aspirina como medida preventiva es efectivo, coincidiendo en la dosis y el periodo gestacional
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recomendados por (Chang et al., 2023). Además, en este estudio se agrega que existe baja relación del
uso de la aspirina con efectos adversos y no se asocia con complicaciones gestacionales, durante el
parto o en el puerperio.
Sin embargo, también se han identificado estudios que sugieren que dosis superiores a los 100 mg
diarios pueden ser igualmente beneficiosas para la prevención de esta patología gestacional. En un
estudio de población realizado por (Lailler et al., 2023) se analizó el uso de aspirina a dosis bajas, entre
75 y 300 mg, desde el inicio hasta las 36 semanas del embarazo. Indicaron que la administración de
dosis diaria 100 mg, desde la semana 16 de gestación hasta su culminación, está asociada con una
disminución importante del riesgo de preeclampsia severa y temprana en comparación con dosis
menores a 100 mg.
De igual forma, un estudio llevado a cabo por (Brownfoot & Rolnik, 2024), respalda esta tendencia,
recomendando la administración de 150 mg diarios de aspirina, preferentemente por la noche, antes de
las 16 hasta las 36 semanas de gestación o el parto. Esta pauta se complementa con el análisis de (Rolnik
et al., 2022), quienes recopilaron datos de otros estudios en los que se implementaban diferentes dosis
de aspirina. Revelando que 150 mg de aspirina tiene una menor incidencia de preeclampsia en las
mujeres gestante en comparación con dosis menores, generando duda si la dosis óptima de aspirina debe
ser mayor que la actual de 81 mg. Además, el estudio que aplicó 150 mg diarios de aspirina antes de la
semana 16 del embarazo, administrados por la noche a pacientes de riesgo alto, evidenció disminución
del 62% de la incidencia de preeclampsia pretérmino. Si bien se reportaron efectos secundarios, como
un acrecentamiento en el riesgo de desprendimiento placentario, pero, la hipótesis se ha propuesto que
esto podría asociarse con el inicio tardío de la terapia, comenzando después de las 16 semanas.
Agregando a lo anterior, en los últimos años se han realizado estudios comparativos entre las diferentes
dosis, así tenemos que (Ghesquiere et al., 2023) realizaron una comparación entre aspirina de 75 a 81
mg frente a la de 150 a 162 mg para la prevención de la preeclampsia prematura, donde encontraron
que al iniciar su uso en el trimestre de gestación, se registró una reducción significativa en la
preeclampsia prematura y grave con las dosis de 150-162 mg, en comparación con las de 75-81 mg. De
igual forma, (Mkhize et al., 2024) realizaron un ensayo controlado aleatorizado en embarazadas en un
país de África subsahariana, desde el 2021 hasta el 2024.
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En el estudio participaron 423 mujeres, que recibieron 162 mg diarios de aspirina o atención estándar,
sin aspirina. Los resultados mostraron una incidencia significativamente menor de trastornos
hipertensivos en el grupo que recibió aspirina (6,2% frente a 25,2%), y una reducción considerable en
la tasa de preeclampsia temprana (2,4% frente a 14,0%), especialmente cuando se inicia primitivamente
de las 16 semanas de embarazo. En relación a las complicaciones en este estudio, el grupo que recibió
162 mg experimentó una reducción en los partos prematuros en comparación con el grupo de 81 mg,
sin que se presentaran diferencias significativas como muerte neonatal o bajo peso al nacer. Esto se
sostiene por un estudio de cohorte restrospectivo llevado a cabo por (Ayyash et al., 2024), donde se
comparó las dosis de aspirina de 162 mg, 81 mg y un grupo sin aspirina. Encontrando que, de los 3,597
pacientes, los que usaron 162 mg diarios de aspirina presentaron menor incidencia (10.1%) en
comparación con el grupo de 81 mg (14.2%), que coincidió con la tasa del grupo que no usó aspirina
(14,2 %). En cuanto a las complicaciones, como parto prematuro, hemorragia posparto, hematoma
posparto, insuficiencia renal, trombocitopenia y hemorragia intraventricular en los recién nacidos no
presentaron diferencias significativas entre el grupo de 81 mg y 162 mg, pero si con el grupo sin aspirina
que tuvo tasas más bajas. Por lo cual la dosis de 162 mg podría considerarse para la profilaxis de estas
pacientes.
Los efectos secundarios representan un punto importante a destacar, en los estudios analizados se
reportó una cantidad mínima de estos efectos, sin diferencias significativas entre los grupos que
recibieron aspirina y aquellos que fueron asignados a placebo. Esto sugiere que el uso de aspirina es
seguro para embarazadas frente a los beneficios en la disminución del riesgo de preeclampsia
(Barrientos, 2023; Henderson et al., 2021; Roberts et al., 2023; y Zhang & Wang, 2024).
En contraste con los hallazgos previos, un estudio de cohorte realizado por (Hastie et al., 2021) basado
en el Registro de Embarazos Sueco, analizó a 313.624 mujeres a las que se les administ aspirina. En
este estudio, se registró una incidencia de hemorragia posparto del 1,3%, así como sangrado intraparto,
hematoma posparto y hemorragia intracraneal, especialmente en casos de parto vaginal y sin asociación
con hemorrágicas antes del parto. Llegando a la conclusión de no recomendar la administración de
aspirina a todas las embarazadas.
pág. 1124
Estos hallazgos coinciden con los resultados de un meta-análisis realizado por (Jiang et al., 2023), que
incluyó 21 estudios sobre el uso profiláctico de aspirina en mujeres embarazadas y obtuvieron
resultados que relacionan su uso en dosis entre 60-150 mg al día con mayor incidencia de hemorragia
posparto. Así mismo en un estudio de cohorte multicéntrico publicado por (Souter et al., 2024) sobre
pacientes con alto riesgo de preeclampsia a quienes se les recomendó aspirina, se encontró un aumento
en la probabilidad de complicaciones, como el desprendimiento de placenta (44%, con una relación de
1 en 287) y la hemorragia posparto (21%, con una relación de 1 en 79).
CONCLUSIONES
La revisión de los resultados sobre el uso de aspirina como medida preventiva de preeclampsia en
embarazadas con factores de riesgo ha mostrado una evidencia sólida de su eficacia. En general, la
administración de aspirina, independientemente de la dosis, ha demostrado reducir significativamente
la incidencia de preeclampsia, así como sus complicaciones asociadas, como el parto prematuro y la
mortalidad perinatal. La aspirina ejerce su efecto preventivo al influir en la regulación de las
prostaciclinas y el tromboxano, mejorando la función endotelial y la circulación uteroplacentaria,
resultando en una incidencia reducida de hipertensión gestacional.
A pesar de los resultados positivos, no existe un consenso claro sobre la dosis óptima y el momento
exacto para su administración. La mayoría de las guías clínicas y metaanálisis actuales recomiendan
dosis bajas de aspirina, generalmente de 81 mg diarios, administradas desde el segundo trimestre hasta
la semana 36 o 37 de gestación. Sin embargo, algunos estudios sugieren que dosis más altas, como 100
mg o 150 mg diarios, podrían ofrecer una mayor reducción en el riesgo de preeclampsia, aunque con
un aumento en los efectos adversos, como el riesgo de hemorragias y desprendimiento prematuro de
placenta.
El perfil de seguridad de la aspirina en embarazadas se mantiene favorable, dado que los posibles efectos
secundarios observados son pocos y no ha sido demostrada una relación significativa entre su uso y
complicaciones graves. A pesar de ello, algunos estudios apuntan que dosis más altas podrían asociarse
con mayores riesgos, por lo que el balance entre eficacia y seguridad sigue siendo un área de
investigación activa.
pág. 1125
En general, los resultados sugieren que la aspirina es una intervención segura y efectiva para prevenir
la preeclampsia, especialmente en pacientes con riesgo alto, aunque se requiere más investigación para
definir con mayor precisión las dosis ideales y los momentos más adecuados para su administración.
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