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de microorganismos aislados tuvieron una mayor tasa de resistencia respecto a; la tetraciclina, la
cefalosporina, y las fluoroquinolonas, medicamentos de uso común, esto último demuestra la
importancia de continuar con las campañas nacionales e internacionales de concientización sobre el uso
de antibióticos, reevaluar los tratamientos empíricos de las infecciones vaginales y reeducar a la
población respecto a la técnica adecuada de higiene genital femenina. Si bien la asociación entre las
infecciones vaginales y el parto prematuro no fue estadísticamente significativa en este estudio, nuestros
hallazgos son consistentes con investigaciones anteriores que sugieren un posible vínculo entre estas
dos condiciones. El tamaño de la muestra y la naturaleza retrospectiva de recopilación de datos pueden
haber limitado la capacidad de detectar asociaciones estadísticamente significativas. Los estudios
futuros deben centrarse en la identificación de factores de riesgo para las infecciones vaginales, así
como la evaluación de la eficacia de nuevos enfoques terapéuticos.
CONCLUSIÓN
Los tres ejes principales de nuestra investigación convergen en la siguiente conclusión: primero, las
infecciones vaginales estuvieron presentes en más del 80% de las pacientes con diagnóstico confirmado
de amenaza de parto pretérmino. Aunque no se encontró asociación directa con el parto prematuro, es
evidente que existe una relación entre ambas patologías que deben estudiarse más a fondo. Segundo, la
elevada resistencia a antibióticos demostrada en nuestro estudio subraya la urgencia de implementar
medidas para contener esta crisis sanitaria, para la seguridad del paciente y sostenibilidad de los
sistemas de salud en el futuro. Para finalizar, el alto porcentaje de infecciones vaginales que fueron
asociadas a microorganismos de origen gastrointestinal, sugiere la necesidad de un enfoque más
holístico en la prevención y tratamiento de estas infecciones, es decir, en la atención de primer nivel,
en muchas ocasiones se da por hecho que las pacientes conocen sobre la higiene genital, enfocando la
orientación únicamente sobre el uso de ropa interior de algodón, el cambio de la misma de manera
cotidiana y en ocasiones sobre la higiene vesical, sin embargo, es de igual importancia la enseñanza de
la técnica de higiene, sobre los productos que pueden cambiar el ph vaginal, la importancia de la micción
postcoital como medida antiséptica, evitar totalmente el uso de esponjas, al ser estas últimas un
reservorio de microorganismos, además de dañar el epitelio genital. Se propone la inclusión de
educación sobre higiene genital adecuada en programas de atención primaria, tanto para mujeres en