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prácticas sostenibles (Plan de Desarrollo Territorial Zona Bananera, 2020). Estos problemas no solo
deterioran el entorno natural, sino que también afectan la calidad de vida de sus habitantes, especialmente
de los niños, quienes están expuestos a escenarios educativos carentes de enfoques que promuevan la
educación ambiental desde una perspectiva integral.
El contexto del estudio se ubica en la zona bananera del departamento del Magdalena, Colombia, una región
con características geográficas y sociales particulares que influyen en las dinámicas educativas y
ambientales. Históricamente, la zona ha estado marcada por actividades agrícolas intensivas, especialmente
el cultivo de banano, que han generado impactos significativos en el medio ambiente, incluyendo la
degradación del suelo y la contaminación por uso de agroquímicos (Plan de Desarrollo Territorial Zona
Bananera 2020-2023, 2020). En términos sociales, la comunidad presenta limitaciones en el acceso a
servicios básicos y programas educativos que promuevan la sostenibilidad, lo que ha generado una débil
cultura ambiental, evidenciada en prácticas inadecuadas como la disposición incorrecta de residuos y la
quema de materiales orgánicos (MinAmbiente, 2022).
Culturalmente, existe una falta de integración de valores proambientales en las actividades comunitarias y
escolares, lo que dificulta el desarrollo de una conciencia colectiva hacia el cuidado del entorno. Este
desafío se agrava por la limitada implementación de proyectos educativos ambientales como el PRAE, que,
aunque diseñado para fomentar prácticas sostenibles, no se ha ejecutado de manera adecuada en la
institución educativa Rodrigo Vives de Andreis, donde se realiza este estudio (Borja, 2024).
Desde un enfoque legal, Colombia ha adoptado compromisos internacionales como la Agenda 2030 de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluye metas específicas relacionadas con la educación
ambiental y la gestión sostenible de los recursos (Organización de las Naciones Unidas, 2015). Sin
embargo, a nivel local, la región presenta desafíos para cumplir con estas metas debido a la falta de
infraestructura y la baja sensibilización de la comunidad.
Demográficamente, la zona cuenta con una población mayoritariamente rural, donde las instituciones
educativas enfrentan carencias estructurales y pedagógicas. Estas limitaciones influyen directamente en el
desarrollo de una cultura ambiental, destacando la necesidad urgente de implementar estrategias que, desde
la infancia, formen hábitos sostenibles y conciencia ecológica (Quiva & Vera, 2010). Por tanto, este estudio
se desarrolla en un contexto que combina desafíos ambientales, educativos y socioculturales, pero también